LA NECESIDAD DE EDUCAR ACERCA DE LOS PELIGROS DE LA COMIDA
RÁPIDA
La mejor manera de luchar contra el consumo abusivo de las comidas rápidas
es una fuerte concienciación acerca de las consecuencias que puede producir para la salud humana. Recientes estudios han demostrado que, un gran porcentaje de niños son diagnosticados con obesidad, pese a su corta edad. Se trata de un claro ejemplo de que cómo se han extendido estos malos hábitos alimentarios.
Y aquí, el papel más importante radica en los padres. La comida preparada en
casa es esencial. El niño debe aprender que no todo lo que pueda ingerir es beneficioso para su cuerpo.
Las comidas rápidas atraen por su sabor y popularidad. Aquí también se
aprecia un trabajo considerable en la publicidad.
Como se señala en un trabajo de Dolores Cabrera, "la falta de tiempo acarrea
la mala alimentación que se produce hoy en día en nuestra sociedad, con horarios que en muchas ocasiones solo dejan una hora para el almuerzo. Esto hace que los horarios laborales sean en gran medida responsables de esta falta de dedicación a la alimentación que nos obliga a recurrir al fast food, aunque estas causas se concentran más en el sector trabajador, ya que los consumidores jóvenes recurren a esta comida por su sabor, aspecto, y por su bajo costo"
Las comidas rápidas, sencillamente, no deben formar parte habitual de una
dieta. Las consecuencias para la salud, si no se toman los recaudos necesarios, pueden ser inevitables.