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INTRODUCCIÓN

El Título Preliminar del Código Civil es un conjunto de normas jurídicas con rango
de ley, sin embargo desde el punto de vista de su historia, su contenido y su
comprensión sistemática es evidente que se trata de disposiciones que tienen
vocación de normar a todo el Sistema Jurídico históricamente el origen de las
constituciones de los Estados es paralelo o contemporáneo al de los códigos civiles,
basta remontarnos incluso a la tradición europea verbigracia de
la Constitución Francesa de 1791 y el Código Civil de mayor relevancia conocida
como es el "Napoleónico" de 1804, siempre claro manteniendo la preeminencia
constitucional, así la normas contenidas en el Código Civil, eran por debajo de la
norma constitucional el cuerpo legislativo más importante del Sistema Jurídico, así
como apunta RUBIO "…No resulta por ello extraño que dentro de dichos códigos,
pero como cuerpo normativo separado, se introdujera un conjunto de disposiciones
no primariamente vinculadas al "derecho civil", tal como actualmente la
consideramos, sino con el Sistema Jurídico en su conjunto…"-agregando: "…
Históricamente, puede sostenerse que la vecindad de constituciones y códigos
civiles ha llevada que el título preliminar de éstos últimos se considere un conjunto
normativo no primariamente concerniente al derecho civil, ni siquiera al derecho
privado, sino al sistema jurídico en su conjunto…".

El fundamento de este lugar privilegiado, se encuentra en el contenido de sus


propias normas, por ejemplo al regular en su Art. Iº lo relativo a la derogación de
las leyes, está dirigido a toda producción normativa del Congreso y a las demás
disposiciones, descartando toda forma de exclusividad de normas civiles; en el Art.
IIIº se erige como una norma reglamentaria del principio general de aplicación de las
leyes en el tiempo, derivado del Art. 187º de la Constitución de 1979, tanto más que
estas normas están reguladas en los Arts. 2120º y 2121º, sin embargo cabe aclarar
que la vigencia de la actual norma constitucional y el código civil hace prever que
constituye excepción lo regulado por el Art. 62º de la
Constitución Política del Estado de 1993, referido precisamente a los contratos-ley
que no responden más que a consideraciones políticas antes que jurídicas; el Art.
VIIº es norma de derecho público, que en buena cuenta establece una obligación de
los magistrados judiciales de conocer el Derecho; el Art. VIIIº referido a las
circunstancias de defecto o deficiencia de la ley a los principios "que inspiran el
derecho peruano", sin distinguir en normas de derecho público o privado; Art. IXº es
una norma supletoria para todo el derecho nacional y el Art. Xº es más propiamente
una norma de rango constitucional que de ley.
Así solo cuatro de las diez normas del Título Preliminar del Código Civil (IIº, IVº, Vº y
VIº), pueden aparentemente considerarse exclusivamente de derecho privado,
cuando los Art. IIº y IVº tienen concordancia constitucional con los Art. 103º y 139º-9
respectivamente, lo que las hace normas aplicables a todo el ámbito del Derecho,
mientras los Art. Vº y VIº tienen un sustrato de derecho público, el primero por
ejemplo hace referencia a la ineficacia del acto jurídico contrario a leyes del orden
público y buenas costumbres fuera del ámbito exclusivamente privado, mientras el
segundo tiene que ver con el interés necesario para ejercitar o contestar
una acción que por definición es un poder jurídico o derecho público subjetivo,
abstracto de acudir al Órgano Jurisdiccional en procura de tutela jurisdiccional.
Ocupa así un lugar preponderante dentro del sistema jurídico como conjunto,
dictando normas de carácter general que trascienden en el Sistema Jurídico.

 Abrogación de la ley
 Ejercicio abusivo del derecho
 Aplicación de la ley en el tiempo
 Aplicación analógica de la ley
 Orden público, buenas costumbres y nulidad
 Interés para obrar
 Aplicación de norma pertinente por el juez
 Obligación de suplir los defectos o deficiencias
 Aplicación supletoria del código civil
 Vacíos de la ley
Los 10 artículos del título preliminar del Código Civil

Artículo I.- Abrogación de la ley

La ley se deroga sólo por otra ley.


La derogación se produce por declaración expresa, por incompatibilidad entre la
nueva ley y la anterior o cuando la materia de ésta es íntegramente regulada por
aquélla.

Por la derogación de una ley no recobran vigencia las que ella hubiere derogado.
Lo que debería decir la primera parte de la norma sería: “La ley se deroga por otra
ley o por otra norma de su mismo rango”. Por ejemplo, un decreto legislativo podría
derogar una ley pues a pesar de ser normas diferentes ambas tienen el mismo
rango.
Por derogación expresa una norma señala concretamente qué norma está
derogando.
Por derogación tácita, en un caso ocurre por una incompatibilidad absoluta entre la
nueva ley y la anterior y en el otro cuando la nueva ley regula la materia de la
anterior aunque no haya incompatibilidad entre ambas normas.
En el caso del tercer párrafo, si la ley derogada, antes de su derogación por una
nueva ley, derogó otras leyes. Estas no recobrarán vigencia cuando la norma que
las derogó haya sido derogada por una nueva ley. Ya que de hacerlo colisionarían
con la nueva norma.

Artículo II.- Ejercicio abusivo del derecho

La ley no ampara el ejercicio ni las omisiones abusivas de un derecho. Al demandar


indemnización u otra pretensión, el interesado puede solicitar las medidas cautelares
apropiadas para evitar o suprimir provisionalmente el abuso.

Podemos definir al abuso del derecho, como aquel límite impuesto por el
ordenamiento jurídico a las acciones u omisiones que causen un daño antijurídico o
ilícito a otro en un supuesto no contemplado por una norma específica, es decir,
cuando exista una laguna que deje desprotegido algún derecho de tercero que se
haya visto lesionado con dicha acción u omisión. Contraviniendo el ejercicio abusivo
de los derechos el ordenamiento jurídico (derecho civil, derecho societario, derecho
de la libre competencia, derecho procesal, derecho constitucional, etc.), la buena fe
y al alterum non laedere, vale decir, el deber genérico de no causar daños a terceros
y cuyo contenido está en permanente desarrollo por la jurisprudencia
Artículo III.- Aplicación de la ley en el tiempo

La ley se aplica a las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas


existentes. No tiene fuerza ni efectos retroactivos, salvo las excepciones
previstas en la Constitución Política del Perú.

Los tipos de aplicaciones normativas que tenemos en nuestro ordenamiento son los
siguientes:
Aplicación inmediata: Es aquella que señala que «la ley se aplica a las
consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes». O también
aquella que se hace a los hechos, relaciones o situaciones bajo y desde la vigencia
de la norma que los rige hasta su derogación o modificación por otra norma.
Aplicación retroactiva: Es aquella que se hace a los hechos, relaciones o
situaciones antes de la entrada en vigencia de la norma, es decir antes de su
aplicación inmediata, poniendo en jaque con ello a la seguridad jurídica. Por ello es
que cobra fuerza el «Principio de irretroactividad de la ley».
Aplicación ultraactiva: Es aquella que se hace a los hechos, relaciones o
situaciones incluso luego de haber sido la norma que los regía derogada o
modificada de manera expresa o tácita, es decir, luego de terminada su aplicación
inmediata. Pese a que sobre esos hechos, relaciones o situaciones rige un precepto
posterior y de distinto contenido.

Artículo IV.- Aplicación analógica de la ley

La ley que establece excepciones o restringe derechos no se aplica


por analogía.

En un sentido amplio entendemos por analogía a uno de los tantos métodos de


integración jurídica utilizados para colmar una laguna del derecho, es decir una
situación para la cual el ordenamiento no haya previsto una norma aplicable o no
haya regulado pero que se considera que debería haberse previsto.
En un sentido restringido, la analogía involucra la aplicación de la consecuencia
jurídica de una norma a un supuesto de hecho semejante al de aquella siempre y
cuando entre ambos supuestos de hecho exista una igualdad esencial.
La inaplicabilidad de la analogía, por regla general, se realiza con miras a evitar la
comisión de actos antijurídicos, es decir, cuando con ella se pueda lesionar o
restringir derechos de las personas tales como la libertad. Asimismo, la analogía
estará vedada respecto de casos excepcionales.
Artículo V.- Orden público, buenas costumbres y nulidad
del acto jurídico

Es nulo el acto jurídico contrario a las leyes que interesan al orden


público o a las buenas costumbres.

El orden público abarca tanto al derecho privado (derecho civil, mercantil, etc.)
como al público e involucra el normal funcionamiento del que deben gozar las
instituciones públicas y privadas. El orden público incluye a las normas imperativas.
Las normas imperativas son aquellas disposiciones de obligatorio cumplimiento
que afectan principios fundamentales de la sociedad y que están incluidas dentro del
concepto de orden público.
Las buenas costumbres involucran la penetración de la moral al derecho y la
sujeción de las conductas humanas a esta en un momento histórico determinado. Es
decir, constituyen reglas de conducta cambiantes a lo largo del tiempo.

Artículo VI.- Interés para obrar

Para ejercitar o contestar una acción es necesario tener legítimo interés


económico o moral.
El interés moral autoriza la acción sólo cuando se refiere directamente al
agente o a su familia, salvo disposición expresa de la ley.

El artículo VI del TPCC está plasmado en un cuerpo normativo que no le


corresponde, es decir, dentro de un conjunto de normas materiales y no procesales.
Ya existe una norma en el correspondiente cuerpo normativo de normas adjetivas
que regula el interés para obrar y la legitimidad para obrar más conocidas como
las condiciones de la acción en la doctrina procesal.
La correcta lectura que se le debería dar al artículo VI del TPCC, siguiendo a
Giovanni Priori, sería la siguiente:
Para poder plantear válidamente una pretensión en el proceso o para poder
oponerse válidamente a una pretensión, se hace indispensable tener legitimidad
para obrar, sea esta ordinaria o extraordinaria. Mediante la pretensión los justiciables
podrán solicitar tutela de intereses patrimoniales y no patrimoniales.
Para Juan Monroy Gálvez y Juan Espinoza Espinoza el artículo VI hace alusión no a
la legitimidad para obrar sino al interés para obrar.
En el en interés para obrar existe una controversia con relevancia jurídica, que solo
puede ser resuelta por los órganos jurisdiccionales y que, además, le reporta una
utilidad a quien demanda. La legitimidad para obrar, es la exigencia de un requisito
para poder incorporarse al proceso, es decir, una posición habilitante o aptitud que
es: que sean mismas partes que tienen ese conflicto en su vida de relación las
incorporadas.

Artículo VII.- Aplicación de norma pertinente por el juez

Los jueces tienen la obligación de aplicar la norma jurídica pertinente,


aunque no haya sido invocada en la demanda.

Podemos concebir al iura novit curia como aquella presunción de que el juez conoce
el derecho y el poder/deber de realizar de oficio su propio análisis de los
fundamentos de derecho invocados por las partes a efectos de que resulten
aplicables a los pretensiones invocadas. De no ajustarse el derecho al hecho, el juez
podrá y deberá re direccionar la pretensión a la norma correspondiente. Siendo
el principio de congruencia el límite a ese poder/deber del juez.
Si el juez funda su decisión en hechos no alegados por la partes, viola el derecho de
defensa como una de las manifestaciones del debido proceso.

Artículo IX.- Aplicación supletoria del Código Civil


Las disposiciones del Código Civil se aplican supletoriamente a las relaciones y
situaciones jurídicas reguladas por otras leyes, siempre que no sean
incompatibles con su naturaleza.

Qué duda cabe que el derecho civil constituye la norma madre y nuclear dentro del
derecho privado y de la cual surgieron o se disgregaron otras especialidades que
hoy en día gozan de plena autonomía. Hoy en día el amplio espectro del derecho
civil abarca la vida de todas las personas.
La aplicación de las disposiciones del derecho común (derecho civil) requiere de la
presencia copulativa de los siguientes requisitos:
 Que las otras ramas de derecho (derecho especial) no regulen situaciones
específicas
 Que las otras ramas de derecho (derecho especial) expresamente dispongan
que en caso no regulen dichas situaciones resultarán de aplicación las
disposiciones del derecho civil (derecho común)
 Que el derecho civil (derecho común) regule los supuestos de hecho no
contemplados por las otras ramas del derecho (derecho especial).
Artículo X.- Vacíos de la ley

La Corte Suprema de Justicia, el Tribunal de Garantías Constitucionales (*) y


el Fiscal de la Nación están obligados a dar cuenta al Congreso de los
vacíos o defectos de la legislación. Tienen la misma obligación los jueces y
fiscales respecto de sus correspondientes superiores.
(*) La referencia al Tribunal de Garantías Constitucionales debe entenderse
efectuada al Tribunal Constitucional

El artículo X del TPCC establece la obligación de dar cuentas al Congreso de las


lagunas o defectos de la legislación a los siguientes órganos:
 La Corte Suprema de Justicia
 El Tribunal Constitucional
 El Fiscal de la Nación
También tienen la obligación de dar cuentas, a sus correspondientes superiores, de
las lagunas o defectos de la legislación las siguientes autoridades:
 Los jueces
 Los fiscales

Colegimos que, prima facie, la obligación de dar cuentas al Congreso de las lagunas
o defectos de la legislación a cargo de la Corte Suprema, el Tribunal
Constitucional y el Fiscal de la Nación, devendría en obsoleta ya que quienes
ostentan la función legislativa no reúnen las cualidades idóneas para crear leyes
adecuadas a las necesidades de la sociedad.
Constitucionalmente hablando tienen derecho a iniciativa en la formación de
leyes la Corte Suprema (Poder del Estado: Judicial), el Tribunal Constitucional
(órgano constitucional autónomo) y la Fiscalía de la Nación (Órgano constitucional
autónomo) en las materias que les son propias.
La Corte Suprema, el Tribunal Constitucional y el Fiscal de la Nación apenas
adviertan una laguna o norma defectuosa, deberán proponer respectivamente como
colmarla o interpretarla adecuadamente (iniciativa legislativa), posteriormente dicha
propuesta será enviada al Congreso (dación de cuentas), quien finalmente decidirá
si la aprueba o no, la modifica o crea una nueva ley distinta a la propuesta.
CONCLUSIONES

 El Título Preliminar del Código Civil es un conjunto de normas jurídicas con


rango de ley, que por historia, su contenido y su comprensión sistemática
tiene vocación de normar a todo el Sistema Jurídico, su fundamento se
encuentra en el contenido de sus propias normas.
ANEXOS

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