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Primeras teorías
Sin pretender más que una escueta referencia, diremos que fueron
los filósofos griegos los primeros en abordar la problemática de la visión,
predominando la creencia de que la luz era un fluido procedente de los ojos
del observador y que, al iluminar los objetos, motivaban la visión. Dentro de
esta tendencia puede citarse al célebre matemático Euclides.
Sin embargo, esta suposición planteada por Euclides no logra explicar, por
ejemplo, por qué no pueden verse los objetos en la oscuridad sin más que
abrir los ojos.
No fue hasta 13 siglos más tarde que una nueva teoría destaca lo suficiente,
cuando, alrededor del año 1000 de nuestra era, el árabe iraquí Al-Hacen se
refiere a la luz como algo parecido a un proyectil que procede del foco
luminoso y al reflejarse en los objetos provoca la visión por nuestros ojos.
Supone que la luz está compuesta por una serie de corpúsculos o partículas
emitidos por los manantiales luminosos, los cuales se propagan en línea recta
y que pueden atravesar medios transparentes, y pueden ser reflejados por
materias opacas. Esta teoría explica: La propagación rectilínea de la luz, la
refracción y reflexión. Esta teoría no explica: Anillos de Newton (Irisaciones
en las láminas delgadas de los vidrios) Este fenómeno lo explica la teoría
ondulatoria y lo veremos más adelante. Tampoco explica los fenómenos de
interferencia y difracción.
Esta teoría explica las leyes de la reflexión y la refracción, define la luz como
un movimiento ondulatorio del mismo tipo que el sonido. Como las ondas se
trasmiten en el vacío, supone que las ondas luminosas necesitan para
propagarse un medio ideal, el ETER, presente tanto en el vacío como en los
cuerpos materiales.
Esta teoría no fue aceptada debido al gran prestigio de Newton. Tuvo que
pasar más de un siglo para que se tomara nuevamente en consideración la
"Teoría Ondulatoria". Los experimentos de Young (1801) sobre fenómenos de
interferencias luminosas, y los de Fresnel sobre difracción fueron decisivos
para que se tomaran en consideración los estudios de Huygens y para la
explicación de la teoría ondulatoria.
Veinte años después Hertz comprueba que las ondas hertzianas de origen
electromagnético tienen las mismas propiedades que las ondas luminosas,
estableciendo definitivamente la identidad de ambos fenómenos.
Objeciones a esta teoría:
No se da explicación a:
Esta teoría establece que los intercambios de energía entre la materia y la luz,
solo son posibles por cantidades finitas. (cuantos) átomos de luz, que
posteriormente se denominarán fotones. Esta teoría tropieza con el
inconveniente de no poder explicar los fenómenos de tipo ondulatorio:
Interferencias, difracción, .... Nos encontramos nuevamente con dos hipótesis
contradictorias, la teoría electromagnética y la de los cuantos.