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Lo bueno y breve, dos veces bueno

Microcuento y Narración Oral

Descubrí el género del microcuento a través de la narración oral.


Ese género también es conocido como microrelatos, minificciones
o minicuentos.

Los cuentacuentos acostumbrados a divertirnos con las palabras


ajenas y prestadas, muchas veces por necesidad nos poníamos a
jugar con las palabras propias y creábamos sin saberlo,
microcuentos.

Cuando cuento microcuentos siempre aclaro que son cuentos


breves para mentes extensas. Hago un juego con los oyentes y les
explico que son cuentos de efectos retardados, que uno se va a su
casa, se acuesta a dormir y a las tres de la mañana se despierta
diciendo: ¡Ah, era así el microcuento que contó el narrador oral!

Por lo tanto, si cuando termino el microcuento el público que está


a su lado, aplaude, usted aplauda también porque seguramente
haya finalizado el microcuento y usted no se haya dado cuenta.
Precisamente por la brevedad del microcuento y por lo efímero y
fugaz de la palabra hablada.

Generalmente los utilizo para abrir una sesión para que los
oyentes se concentren y luego de haber ejercitado su imaginación
pasen a escuchar cuentos más largos. O los coloco al medio de
una sesión para cambiar el ritmo de la presentación. Son ideales

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para estimular la lectura y promocionarla, ya que los
microcuentos son una invitación a leer.

La palabra oral es efímera, fugaz, igual que el microcuento.

Quizás lo breve sea como una semilla que queda germinando


dentro del oyente y no termina cuando se finaliza la narración oral
del microcuento. El microcuento “sucede” y hace un trabajo
interno en el tiempo, eso hace que sea memorable y perdurable en
el recuerdo y en el tiempo.

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Tipos y estructuras de microcuentos

1- Jugando con las palabras

Cuando empecé a contar microcuentos noté ciertas características


en los mismos, esas características me ayudaron a establecer
técnicas y criterios para poder aprenderlos y narrarlos oralmente.
El microcuento se aprende, pero no se memoriza textualmente.

Varios autores cuando crean los microcuentos, no utilizar la


estructura clásica de los cuentos: introducción, nudo, desenlace y
climax. Sino que establecen un juego desde el lenguaje: Hay un
factor lúdico desde las palabras del texto.

Ejemplo:

Maridos (Ángeles Mastreta)

Cuando Juan pasó a mejor vida, María, tuvo una vida mejor.

Tango (Gerardo Mario Goloboff)

Aquel hombre bebió para olvidar a la mujer que amaba, y la


mujer amó para olvidar al hombre que bebía.

Te animas a jugar con el leguaje, a alborotar las palabras para


crear un microcuento con estas características para ser contado. Y
recorda que lo bueno y breve, dos veces bueno.

Inicio yo:

Cae la tarde

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Ellos se citaron al caer la tarde, pero cuando la tarde cayó, los
aplastó.

Tu turno:

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2- Jugando con las repeticiones

Otros microcuentos establecen estructuras de repetición:

La tortuguita (Tradición oral)

Había una vez una tortuguita que subía por un tronco, caminaba
por la rama de un árbol y se caía. Una y otra vez la tortuguita
subía por un tronco, caminaba por la rama de un árbol y se caía.
Volvía a subir por un tronco, caminaba por la rama y se caía. Y
otra vez subir por un tronco, caminaba por la rama y se caía.

En unas ramas más arriba, en un nido, la paloma le decía al


palomo:

¡Che viejo, si le decimos la verdad, si le decimos que es


adoptada!

O por ejemplo:

El niño y el mar (Gonzalo Valderrama)

El niño: lala lala lala lala

El mar: uash uash uash uash

El niño: lala lala lala lala

El mar: uash uash uash uash

El niño: lala la…

El mar: uash uash uash uash

El mar: uash uash uash uash

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El mar: uash uash uash uash

Ahora tu turno:

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3- Estructura clásica

Finalmente nos encontramos con los cuentos breves, pero no


superan los quince renglones y tienen la estructura de:
introducción, nudo, desenlace y climax. No son microcuentos y
tampoco hay juego desde el lenguaje.

A saber:

Duda tardía (Walter Rago)

Paseaba con sus nietos por el Mercado de Pulgas, mirando entre


distraído y aburrido, artesanías y artefactos olvidados. De
pronto, al llegar a la mesa de los viejos teléfonos, se detuvo
frente al más antiguo, observó minuciosamente cada cable, cada
pieza, cada botoncito hasta el más ínfimo detalle y al entender su
funcionamiento comprendió, recién entonces comprendió que
aquel teléfono del hotel, en 1935, en realidad, no estaba
conectado.

Una ráfaga de hielo le recorrió la columna vertebral cuando


apretó las manos de sus nietos, porque si ese teléfono hubiera
sonado, hoy, tendría otros nietos.

Niño cosa (Walter Rago)

Ayer entrevistamos a los padres del niño cosa. Les explicamos


que la situación es insostenible, en los recreos se queda durante
diez minutos inmóvil, congelado, no contesta cuando le
preguntamos qué le pasa, sólo hace ruiditos, como madera

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crujiendo, dice que es un mueble y a veces un árbol, llora y pide
por favor que no le cortemos las ramas.

Por suerte los padres se mostraron receptivos, equilibrados,


dijeron que no sólo es así en la escuela, en la casa es igual, lo
ven muy mal, ya no saben qué hacer con él.

A los dos se los veía sinceramente preocupados, me di cuenta


porque durante la conversación a ella se le secaron un montón de
hojas y él abría y cerraba sus cajoncitos todo el tiempo, mientras
crujía muy inquieto.

Tu turno:

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Técnicas para aprender los microcuentos

Estas características me han ayudado mucho a establecer técnicas


para aprender los micorcuentos a la hora de contarlos oralmente.

Las comparto con ustedes:

a) Pensemos y analizamos el texto del microcuento desde la


estructura de repetición para poder aprender a contarlo a viva voz.

Algunos ejemplos:

Un gesto (Rubén Martónez)

El mago hizo un gesto e hizo desaparecer el dolor. El mago hizo


otro gesto e hizo desaparecer la tristeza. El mago hizo otro gesto
e hizo desaparecer el hambre. El dictador hizo un gesto e hizo
desaparecer al mago.

Tentación (Tradición oral)

La serpiente le dijo a Eva: - ¡Comé la manzana!

Eva dijo: ¡No, no y no!

¡Comé la manzana vas a ser inmortal!

¡No, no y no! Dijo Eva.

¡Comé la manzana vas a ser sabia!

¡No, no y no! Dijo Eva.

¡Comé la manzana vas a tener poder!

¡No, no y no! Dijo Eva.

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¡Comé la manzana, comé la manzana que… que no engorda!

Y Eva la comió

Osito polar (Tradición oral)

El osito polar viene corriendo y le pregunta a su mamá.

Mamá, mamá. ¿yo soy un osito polar?

Sí hijito, tienes orejitas de osito polar.

¡Ah bueno! Se fue corriendo, pero al otro día volvió y le pregunto


a su mamá.

Mamá, mamá. ¿yo soy un osito polar?

Sí hijito, tienes ojitos de osito polar.

¡Ah bueno! Se fue corriendo, pero al otro día volvió y le pregunto


a su mamá.

Mamá, mamá. ¿yo soy un osito polar?

Sí hijito, tienes manitos de osito polar. ¿Pero por qué me


preguntás tanto?

Es que mamá… ¡Tengo frío…!

Estos cuentos tienen una estructura de repetición que como en los


cuentos tradicionales la fórmula mágica se repite tres veces.

Cuando les doy en los talleres estos microcuentos a mis alumnos


y tienen 5 minutos para aprenderlo, les aconsejo que piensen no
en el texto, sino en esta estructura de repetición.

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En el caso del cuento de “El gesto”, lo importante es que el mago
con su gesto hace desaparecer tres aspectos negativos: el dolor, la
tristeza y el hambre. Pero puede ser: la guerra, las enfermedades,
la miseria, etc. Cualquier cosa negativa que el narrador se lo
ocurra si no se acuerda del texto. Lo importante será, que luego de
las tres veces que el mago hace desaparecer esos aspectos
negativos.

El dictador con su gesto hará desaparecer al mago, es lo que no


podemos cambiar ni omitir.

En el segundo microcuento “Tentación”, lo mismo, la serpiente le


ofrece a Eva; ser inmortal, sabia y el poder.

Que le ofrecerías vos si tenés que contar este microcuento ahora


mismo.

Recorda que luego de ofrecer tres virtudes a través de la manzana,


la cuarta es que no engorda y Eva, la comió.

Hacemos la prueba.

Te escucho…

También con “Osito polar”, la mamá le responde sus preguntas


nombrándole distintas partes de su cuerpo: orejitas, ojitos y
manitos.

Si lo contas pensando en esa estructura de repetición, pueden ser


otras partes del cuerpo de osito polar: hociquito, patitas y naricita,
o las que se te ocurran si no recordas el texto a la hora de contar.

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Estos son recursos para contar el microcuento desde una
ejercitación, improvisando y pensando en la estructura de
repetición. Obviamente que lo ideal es estudiar el texto para ser
contado, pero no de memoria.

b) Pensemos y analicemos el texto del microcuento desde una


única palabra o dos palabras que no puedo modificar del
microcuento cuando lo narro oralmente.

Algunos ejemplos:

Caperucita Roja (Tradición oral)

Caperucita roja embarazada, tocándose el vientre dijo: El lobo


no me COMIO, fue un error de tipeo.

Largo y tendido (Crstina Villanueva)

Ellos dijeron que iban a hablar LARGO Y TENDIDO. Cuando se


tendieron, no hablaron, al menos, no con palabras.

Cenicienta y su desilusión (Cristina Villanueva)

Cenicienta en su noche de bodas tuvo su primera desilusión. El


príncipe azul era un fiasco, era un FETICHISTA. Únicamente le
interesaba el zapato.

Las palabras que están en mayúsculas son las que tengo que
aprender y no puedo modificar cuando narro oralmente el
microcuento.

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Otra forma de recordar el texto del microcuento para contarlo es
apropiándose del microcuento.

¿Y cómo es eso?

Incorporando en el microcuento un elemento propio para poder


anclar al texto.

En el primer cuento de “Caperucita roja” cuando yo lo cuento


digo:

Caperucita roja embarazada, cruzo el bosque, llego a casa de


abuelito u golpeó la puerta. Abuelita abrió y le preguntó:
¿Caperucita embarazada? Y ella se explicó: el lobo no me
COMIÓ, fue un error de tipeo.

En el microcuento de “Largo y tendido”, mi versión oral es:

Ellos después de varias idas y vueltas, peleas y reconciliaciones,


dijeron que iban a hablar LARGO Y TENDIDO. Pero cuando se
tendieron, no hablaron, al menos, no con palabras…

Y en el tercer microcuento, de “Cenicienta y su desilusión”, ¿cuál


sería la versión oral? Recordá que la palabra FETICHISTA, es la
que tiene que estar en el relato.

¿Probamos?

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Es como reescribir el microcuentos con elementos y palabras
propias para poder recordarlo mejor.

Algo importante para tener en cuenta es que al apropiarse del


texto del microcuento y agregarle información nuestra, para
anclar al texto, que no sea demasiada, porque si le agrego mucha
información y alargo demasiado el texto, el microcuento perderá
su efecto. Precisamente porque el efecto que produce el
microcuento, es la síntesis. Como un golpe en pocas palabras.

c) Pensemos y analicemos el texto del microcuento desde el


movimiento físico, para recordar la historia al momento de
contarla.

Ejemplos:

Cuando apoyo mi oído (Jairo Anibal Niño)

Cuando apoyo mi oído

En el caracol de tu oreja

Escucho el mar de tu corazón.

Para recordarlo, pongo la mano como un caracol, ahuecada, y


mientras narro la llevo al oído y luego la abro a la altura de mi
pecho, de mi corazón.

Ese movimiento me lleva al texto del microcuento, es como una


partitura corporal.

En secreto (Jairo Anibal Niño)

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En secreto

Recogí el vaso en que habías bebido

Y lo lleve a mi casa.

Por las tardes, cuando llego del colegio,

Lo coloco debajo de la llave

Y veo flotar un beso en el agua.

Cuando lo narro hago el gesto de tomar el vaso, colocarlo debajo


de la llave, abrir la llave y ver encima del vaso.

Mitología 1 (Marco Denevi)

La mamá centauro mientras amamanta al bebe centauro, lo mirá y


llorá. Y le dice al papá centauro: - Cuándo le diremos que es un
mito y no existe.

Acuno al bebé, veo como se acerca el papá centauro, y mientras


cuento oralmente. sigo acunando y finalizo el cuento
contándoselo al bebé.

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Bibliografía:

Cabal, Graciela Beatriz. La emoción más antigua. Buenos


Aires: Sudamericana, 2001.
De los Ríos, Isabel, y Neves, Luis Carlos. Apuntes para un
taller de narración oral. Caracas, 1986.
Machado, Ana María. Buenas palabras, malas palabras.
Buenos Aires: Sudamericana, 1998.
Niño, Jairo Aníbal. La alegría del querer. Bogotá:
Panamericana, 1986.
Pérez Nápoles, Elvia. La palabra viva. Buenos Aires: Artes
Escénicas, 2010.
Villanueva, Cristina. Minificciones. Buenos Aires: Boletín «Te
doy mi palabra», 2003.
Ledesma, Claudio. El arte de contar cuentos. Santiago de
Chile: Ediciones Sherezade, 2016.
Rodari, Gianni. La gramática de la fantasía. Buenos Aires:
Ediciones Colihue, 2005.
Céspedes, Francisco Garzón. Cómo aprender a contar
oralmente y a comunicarse mejor. La Habana: Ediciones
Adagio, 2011,

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