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El documento describe cómo las comunidades campesinas en el río Munguidó en Chocó, Colombia se han organizado para cultivar cacao de manera sostenible como una forma de resistencia contra los actores del conflicto armado. Joel Palacios lidera un proyecto comunitario con 280 familias para producir cacao orgánico de alta calidad mediante métodos tradicionales. Mejoraron el proceso de beneficio del cacao lo que les permitió acceder a nuevos mercados y obtener mayores ingresos.
El documento describe cómo las comunidades campesinas en el río Munguidó en Chocó, Colombia se han organizado para cultivar cacao de manera sostenible como una forma de resistencia contra los actores del conflicto armado. Joel Palacios lidera un proyecto comunitario con 280 familias para producir cacao orgánico de alta calidad mediante métodos tradicionales. Mejoraron el proceso de beneficio del cacao lo que les permitió acceder a nuevos mercados y obtener mayores ingresos.
El documento describe cómo las comunidades campesinas en el río Munguidó en Chocó, Colombia se han organizado para cultivar cacao de manera sostenible como una forma de resistencia contra los actores del conflicto armado. Joel Palacios lidera un proyecto comunitario con 280 familias para producir cacao orgánico de alta calidad mediante métodos tradicionales. Mejoraron el proceso de beneficio del cacao lo que les permitió acceder a nuevos mercados y obtener mayores ingresos.
deambulando por nuestro territorio, cazando vidas y devastando la bio- diversidad de la selva, nuestra alma mater, la comunidad continúa en pie de lucha defendiendo su arraigo a los sistemas ancestrales de pro- ducción agrícola de Cacao. Campesinas y campesinos del río Munguidó se organizaron para deste- rrar la violencia cotidiana de su te- rritorio, así, restauran y controlan el orden social en su campo. El potencial sociocultural de estas prácticas generó en su tierra un mo- vimiento de resistencia contra los actores del conflicto armado. Joel Palacios, uno de los catalizadores de esta transformación, inspirado en la relación atávica de su familia con este fruto mesoamericano, lidera en su co- munidad la implementación y mejora- miento de cultivos ancestrales de cacao, de fino sabor y aroma, como la principal fuente de ingreso de los agricultores. Abriendo surcos en la selva, con mé- todos autóctonos, siembran y cultivan la planta con un manejo riguroso de la cosecha y poscosecha. Joel Palacios emprendió un proyec- to comunitario de economía am- bientalmente sostenible, para pro- ducir cacao orgánico de origen chocoano, con doscientas ochenta familias negras y aborígenes asen- tadas en el valle del río Munguidó. Hoy, en el Chocó se vive Se mejoró el proceso de y respira el aroma de la beneficio (fermentado y flor del cacao. secado), que permitió el ingreso a los mercados especializados en los cuales aumentó el valor percibido por kilogramo. Dicen los viejos que en la fer- mentación está la alquimia del cacao: secarlo al sol, tostarlo y molerlo con mística. La devoción a este proceso sintetiza las gra- sas esenciales del grano, produ- ciendo materia prima óptima para crear un excelso Chocolate. Así como en la antigua capital del imperio Azteca podrás beber la sangre de los dioses, en el ri- tual del cacao puro con el sabor intrínseco de la biodiversidad de la selva chocoana. Te invitamos a disfrutar de una experiencia que te hará latir: en nuestra pequeña planta podrás percibir y vivir in situ un proceso casi todo artesanal acerca de la elaboración del chocolate.