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El Cuerpo

El arte nunca fue la fuente de identidad griega. Era un síntoma más que una causa.
La gente que hablaba griego, se identificaba primero, y principalmente, por su idioma, por
los dioses comunes y por su sentido de la sociedad que era la ciudad. Sobre todo, era la
capacidad de hablar griego lo que te hacia griego. La gente de la antigüedad que no hablaba
griego era Hoi Barbaroi, los barbaros. La palabra griega era una onomatopeya, una palabra
que simulaba el balbuceo de las voces incomprensibles.

El griego culto no se avergonzaba de su desnudez. Por primera vez en la historia del hombre,
el cuerpo humano en todo su esplendor se convierte en el objeto central del arte. La mirada
griega esta vuelta hacia la belleza del hombre, belleza que se trata de reflejar con realismo.
La vida es movimiento. El griego introduce el contraposto que consiste en apoyar la figura
en un solo pie. Con ello se trató de comunica flexibilidad y agilidad a esta diosa (figura)
La búsqueda de la belleza, de la expresión y del movimiento definen a la plástica griega a lo
largo de sus diferentes etapas.

En la etapa arcaica, la obra de referencia es la llamada Kouros, palabra que podemos


traducir como muchacho. Se trata de figuras de ojos almendrados y sonrisa enigmática,
influenciada por la rigidez de las estatuas egipcias. La Koré, o muchacha, era la contrapartida
femenina del Kouros.

A las mujeres se las seguía representando vestidas como símbolo de su aislamiento, pero los
escultores se hicieron más hábiles insinuando la forma femenina debajo de las finas túnicas.

El arte helenístico supone una ruptura con la etapa anterior. Es la etapa de Alejandro
Magno. Los griegos conquistan Asia, y la emoción conquista la razón. El frio equilibrio de las
artes toca a su fin. El realismo de la época clásica se traduce en un naturalismo que no teme
abordar temáticas cotidianas (pescador) (Sócrates). La emoción, la personalidad que
transmite una imagen prima sobre el equilibrio y la perfección. El periodo helenístico se
caracterizó por dar rienda suelta a los estados de ánimo y a su expresión. Desde el punto de
vista actual este sería un gran avance y la etapa final para los griegos .

El ideal estético en la antigua Grecia


Durante decenas de miles de años, antes de los tiempos bíblicos, los relatos de sus dioses y
actividades fueron transmitidas por los narradores. Cuenta Hesíodo, que, en las bodas de
Cadmo y Harmonía, celebradas en Tebas, las musas cantaron en honor de los novios, estos
versos coreado por todos: El que es bello es amado, el que no es bello no es amado. Estos
versos fueron repetidos repetidamente por los poetas griegos y expresan de manera
general lo que la opinión general de los antiguos griegos.

La belleza no tenía un estatuto autónomo, incluso se podría decir que los griegos, al menos
hasta la época de Pericles, carecían de una autentica estética o de alguna teoría de la
belleza.
No solo los aspectos perceptibles por los sentidos son los que expresan la belleza del objeto.
En el caso del cuerpo humano, también desempeñan un papel importante las cualidades del
alma y del carácter, que son percibidos por los ojos de la mente más que con los del cuerpo.
En el periodo de la ascensión de Atenas como gran potencia militar, económica y cultural, se
crea una percepción más clara de la belleza estética. La época de Pericles, que tiene su
culminación en las guerras victoriosas contra los persas, es una gran época del desarrollo de
las artes, especialmente de la pintura y de la escultura. La necesidad la podemos encontrar
sobre todo en la necesidad de reconstruir los templos destruidos por los persas, en la
exhibición orgullosa de los atenienses y en la protección otorgada por Pericles a los artistas.
Se prefiere la belleza de las formas orgánicas (medusa). La escultura griega no idealiza un
cuerpo abstracto, sino que armoniza alma y cuerpo o bien la belleza de las formas y la
bondad del espíritu.
Esta belleza se expresa de mejor manera en formas estáticas, en las que hay equilibrio y
reposo, para las que la simplicidad expresiva resulta la más adecuada que la riqueza de
detalles.
Sin embargo, una de las esculturas griegas más importantes, constituye una grave violación
a esta regla. En el Laoconte la escena es dinámica descrita de forma dramática y no
simplificada en absoluto por el autor. Su descubrimiento causó estupor y desconcierto.
Según la mitología, Zeus habría asignado una medida apropiada y un justo limite a todos los
seres. El gobierno del mundo coincide así, con una medida precisa y mensurable. En esta
regla se basa el sentido general griego de la belleza, de acuerdo a una visión del mundo que
interpreta el orden de la armonía.

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