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(PRUEBA REDACTOR – DERECHO – XPANDETE S.A.

“EL DERECHO DE FAMILIA DE LAS FAMILIAS”


Desafíos en la coyuntura actual

AÑO 2022

Mirella Calandri
Abogada

Lic. en Trabajo Social


Índice de contenido
Resumen...................................................................................................................................... 3

Abstract........................................................................................................................................ 4

Introducción.................................................................................................................................. 5

1. ¿Qué es el derecho de familia? Definición y ámbito de aplicación...........................................6

1.1. ¿Qué se entiende por “familia”?.................................................................................................. 6


2. El derecho de las familias y su incidencia en la vida humana..................................................7

2.1…Naces…..................................................................................................................................... 8
2.2…Creces….................................................................................................................................... 8
2.3…Te reproduces…........................................................................................................................ 9
2.4…Mueres…................................................................................................................................... 9
3. Desafíos del derecho de las familias........................................................................................ 9

3.1. La necesidad de adaptarse a los cambios sociales.....................................................................9


3.2. Orden público vs. Autonomía de la voluntad.............................................................................10
3.3. La necesidad de ser un derecho interdisciplinario.....................................................................12
Conclusiones.............................................................................................................................. 13

Referencias bibliográficas.......................................................................................................... 14

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Resumen

El presente trabajo tiene por objetivo analizar el derecho de familia desde una mirada actual,
analizando principalmente cuáles son sus desafíos y qué debería lograr para mantenerse vigente en
una realidad que cambia constantemente.

En pocas palabras y a modo de síntesis, podría decirse que debe encontrar la forma de adaptarse a
los cambios, ya que al dedicarse a regular algo tan esencial en la vida humana como son las
relaciones familiares, no puede darse el lujo de quedarse con una visión de la familia que no se
adapte a la realidad.

Por otra parte, otro de los desafíos que posee esta rama del derecho y que se analiza en el presente
trabajo, es la necesidad de encontrar el equilibrio entre el orden público familiar y la autonomía de la
voluntad, para que sus normas imperativas limiten en la menor medida posible la libertad de los
sujetos.

Por último, siendo el concepto de “familia” tan subjetivo y cambiando constantemente las reglas del
juego en materia de relaciones familiares, se hace hincapié en la necesidad de esta rama del derecho
de nutrirse de otras ramas de la ciencia que le aporten la sensibilidad que necesita y le permitan
lograr una mirada global despojada de moralismos.

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Abstract

The purpose of this paper is to analyze family law from a current perspective, mainly analyzing what
its challenges are and what it should achieve to stay current in a constantly changing reality.

In a few words and as a synthesis, it could be said that you must find a way to adapt to changes, since
by dedicating yourself to regulating something as essential in human life as family relationships, you
cannot afford to stay with a vision of the family that does not adapt to reality.

On the other hand, another of the challenges that this branch of law has and that is analyzed in the
present work, is the need to find the balance between the family public order and the autonomy of the
will, so that its imperative norms limit the least possible extent the freedom of the subjects.

Finally, since the concept of "family" is so subjective and constantly changing the rules of the game in
terms of family relationships, emphasis is placed on the need for this branch of law to draw on other
branches of science that provide it with the sensitivity it needs. it needs and allow it to achieve a global
view stripped of moralisms.

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Introducción

El presente trabajo comienza necesariamente con la definición del derecho de familia y su ámbito de
aplicación. A estos fines, para entender acabadamente cuál será su órbita de actuación y quienes
quedarán comprendidos en sus disposiciones, se debe acudir indefectiblemente a analizar qué se
entiende por “familia”.

Seguidamente, se analiza la incidencia de esta rama del derecho en la vida humana, pasando por el
nacimiento del individuo y finalizando con la muerte del mismo.

Luego, teniendo en consideración la importancia vital de esta rama del derecho para todos los
individuos, se procede a analizar cuáles son los desafíos que posee esta rama del derecho para no
perder su vigencia en los tiempos que corren, centrándose en dos de ellos que se entiende son los
más importantes, haciéndose hincapié en la necesidad de adaptarse a los cambios sociales y de
lograr el equilibrio entre el orden público familiar y la autonomía de la voluntad a fin de no menoscabar
derechos innecesariamente. Finalmente, se analiza la necesidad de nutrirse de otras ramas de la
ciencia con el objetivo de cumplir exitosamente con los desafíos que se le presentan.

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1. ¿Qué es el derecho de familia? Definición y ámbito de aplicación

Si bien existen infinidad de definiciones de “derecho de familia”, podría decirse en resumidas cuentas
que es una rama del derecho, ubicada dentro del ámbito del derecho civil, que comprende el conjunto
de normas que se encargará de regular las relaciones familiares.

Coincide con esta definición amplia Belluscio (2004), ya que este autor sostiene que para intentar
definir esta rama del derecho con mayor precisión, habitualmente se debe recurrir a nociones
controvertidas, que terminan frustrando los intentos de definirla con más detalle.

Luego de efectuada dicha aclaración, Belluscio (2014) retoma conceptos más detallados elaborados
por diversos autores:

Lafaille (como se citó en Belluscio, 2014) sostiene que el derecho de familia es "el conjunto de
instituciones jurídicas de orden personal y patrimonial que gobiernan la fundación, la estructura, la
vida y la disolución de la familia".

Por otra parte, Díaz de Guijarro (como se citó en Belluscio, 2014) define a esta rama del derecho
como “el conjunto de normas que, dentro del Código Civil y de las leyes complementarias, regula el
estado de familia, tanto de origen matrimonial como extramatrimonial, los actos de emplazamiento en
ese estado y sus efectos personales y patrimoniales".

En cuanto a su regulación, el derecho de familia encuentra su fundamento u origen principal en la


Constitución Nacional, cuando el art. 14 bis cuando establece que todo habitante de la Nación tiene
derecho a “la protección integral de la familia”. Además, esta rama del derecho se encuentra regulada
principalmente en el Código Civil y Comercial de la Nación, específicamente en su libro segundo,
Relaciones de Familia, como así también en numerosas normas complementarias y en Tratados
Internacionales a los cuales la Nación ha adherido y que poseen rango constitucional.

Respecto a su ámbito de actuación, las disposiciones de esta rama del derecho se encuentran
orientadas a regular institutos tales como el matrimonio, el régimen patrimonial del matrimonio, las
uniones convivenciales, el parentesco, la filiación, la adopción, la responsabilidad parental, entre
otros.

1.1. ¿Qué se entiende por “familia”?

Sin importar cómo se defina a esta rama del derecho y más allá de dónde se encuentra regulada, lo
importante es hacer hincapié en qué se entiende por “familia”, ya que no se puede hablar de derecho
de familia, sin antes comprender qué se entiende por tal, debido a que ello determinará sobre qué
sujetos recaen los derechos y obligaciones que dispone.

En relación a ello, aunque a priori pareciera obvio que todos hablan de lo mismo cuando hablan de
“familia”, en realidad no es tan simple dar con una definición unánime, porque es un concepto
ambiguo, sumamente subjetivo y que puede cambiar (y de hecho cambia) de persona a persona.

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Incluso, aunque en un determinado momento de la historia se logre un consenso universal sobre qué
significa “familia”, es muy probable que en poco tiempo se vea modificado.

Efectuada la aclaración anterior respecto a lo difícil que es dar con una definición exacta de lo que se
entiende por familia y siendo que tampoco existe una norma que la defina, se podría decir que en el
ámbito del derecho de familia se entiende comúnmente que “La familia es el conjunto de personas
que se hallan unidas por los vínculos jurídicos que derivan del matrimonio y de la filiación” (Malaspina,
1990, párr. 4). Surgiendo de dicha definición dos notas aparentemente tipificantes del concepto: el
matrimonio y la filiación. Ahora bien, ¿es posible que exista familia si no hay matrimonio? ¿Y si no hay
filiación? Para muchas personas sí, y a esto se hace referencia cuando se dice que es un concepto
sumamente subjetivo.

Incluso podría decirse que el concepto transcripto supra, que no data de una antigüedad sumamente
considerable, ya se encuentra desactualizado, ello por cuanto, en el presente los vínculos familiares
dejaron de determinarse únicamente por la consanguinidad y el matrimonio, para ampliarse e incluir
otras formas de paternar y proyectar una vida en común.

Así las cosas, hoy la “familia tipo”, entendiéndose ésta como aquella compuesta por mamá (mujer),
papá (hombre), quienes se encuentran legalmente unidos en matrimonio e hijos (biológicos y de
ambos miembros de la pareja concebidos en matrimonio), ha dejado de ser lo más frecuente, ya que
podemos encontrar familias compuestas por dos madres, dos padres, familias compuestas por madre
y padre que no están casados, familias monoparentales, compuestas por una madre que ha decidido
tener un hijo sin la presencia de un padre o al revés, también familias ensambladas, compuestas por
un matrimonio que trae a la nueva familia hijos fruto de sus parejas anteriores, y se podría seguir
nombrando muchos ejemplos más de “nuevas familias” porque lo que hoy abunda en este ámbito es
la variedad.

En este contexto, el “derecho de familia” debería pasar a llamarse “derecho de las familias” ya que no
existe un único tipo de familia al cual regular sino que, por el contrario, esta rama del derecho debe
contemplar cientos de realidades diferentes y proteger a todos los individuos por igual, cualquiera sea
su elección de familia.

2. El derecho de las familias y su incidencia en la vida humana

El derecho de las familias, es esencial en la vida de una persona ya que viene a regular todo el ciclo
vital del individuo y de allí su importancia, ya que todo ser humano, por el solo hecho de nacer se
encontrará bajo el amparo del derecho de familia, distinto a lo que sucede con otras ramas del
derecho a las que uno puede acudir o no conforme sus diferentes necesidades. Pero en el caso de
esta rama en particular, todos estamos ligados a ella y nadie puede eludir sus disposiciones. Así, en
todos y cada uno de los estadios de la vida humana, los que comúnmente se resumen en el ciclo
“naces, creces, te reproduces y mueres” está presente el derecho de familia.

Veámoslo en detalle:

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2.1…Naces…

Al momento mismo del nacimiento e incluso antes de nacer, el ser humano posee derechos y quien
decide traer una vida al mundo (cualquiera sea el modo elegido), obligaciones. Y éstas se encuentran
reguladas en el derecho de familia, en institutos propios de esta rama del derecho como la filiación, el
parentesco, la responsabilidad parental.

Es decir, antes incluso de nacer, el derecho de familia va a determinar el parentesco que ligará a esta
persona con quienes formarán su familia (padre, madre, hermanos, abuelos, tíos, etc.) y las
obligaciones que tendrán para con ella y ésta para con sus parientes.

Por otra parte, el derecho de familia es quien va a establecer las reglas para determinar la filiación de
esa persona, vale decir, para determinar quién será la madre y quién será el padre o quiénes serán
las madres o padres, sean éstos por naturaleza, mediante técnicas de reproducción humana asistida
o por adopción.

Asimismo, esta rama es la que determinará conforme la filiación, sobre quien recaerá lo que se
denomina “responsabilidad parental” y qué derechos y obligaciones tienen éstos sobre la persona que
acaba de nacer.

2.2…Creces…

Luego, el derecho de familia estará presente en la vida familiar de toda persona, regulando las
obligaciones que tienen los progenitores para con el niño, niña o adolecescente a medida que va
creciendo y adquiriendo capacidades y discernimiento.

Va a determinar también las obligaciones y los derechos que tienen los niños, niñas o adolescentes
respecto a sus progenitores y demás parientes y también la forma en que se administrarán sus
bienes, en caso que posea. Asimismo, determinará la forma en que podrá emanciparse de sus
progenitores siendo aún menor de edad y lo que pasará con sus bienes en caso que ello suceda.

Por otra parte, ya siendo un adulto, el derecho de familia regulará todo aquello relativo a su vida en
pareja, es decir, si la persona decide tener un proyecto de vida en común con otra persona, esta rama
del derecho le dirá con quién puede contraer matrimonio, con quien no, cuáles son las condiciones
para que dicho matrimonio se celebre y sea válido, qué pasará con sus bienes en caso de contraer
matrimonio. Además, regirá todo aquello relativo al divorcio, cuando el proyecto de vida en común se
extinga y qué pasará con los bienes que poseían los miembros del matrimonio.

Y aunque una persona decida no contraer matrimonio, también será alcanzada por el derecho de
familia en caso que decida convivir con su pareja, por lo que también regulará las condiciones de la
unión convivencial y determinará cómo se regirá la pareja respecto a los bienes que adquieran
mientras dure la unión.

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2.3…Te reproduces…

Para el caso que la persona decida procrear, cualquiera sea el medio que elija a tales fines, se
encontrará bajo el amparo del derecho de familia, ya que éste regirá todo lo relativo a la filiación ya
sea el vínculo entre progenitor e hijo, proveniente de la naturaleza, mediante formas de reproducción
humana asistida y/o mediante adopción.

Y una vez acreditada la filiación, regulará todo lo relativo a la responsabilidad parental que tendrán los
progenitores para con los hijos.

2.4…Mueres…

Finalmente, cuando el ciclo de la vida termina, el derecho de familia sigue presente, ya que regirá lo
que sucede con el cónyuge o conviviente supérstite, lo qué sucederá con los bienes de la persona
después de su fallecimiento, qué parientes tienen derecho a heredar y demás circunstancias
determinantes, todo ello, a través del proceso de declaratoria de herederos y sucesiones.

3. Desafíos del derecho de las familias

3.1. La necesidad de adaptarse a los cambios sociales

Conforme lo expuesto precedentemente, siendo que el derecho de las familias va a estar presente en
la vida de toda persona, regulando aspectos esenciales de su existencia, es imperioso que la
normativa evolucione a la par de la sociedad, ya que el derecho de familia no puede darse el lujo de
establecer como imperativas formas de vida que ya no se condicen con lo que la sociedad elige o
prefiere, porque en cuyo caso, lejos de solucionar posibles controversias u ordenar los vínculos
humanos, crearía problemas para quienes no se ajustan a lo establecido. Además, aunque el derecho
no evolucione, la sociedad sí, por lo que si quiere seguir cumpliendo su función y la finalidad para la
que fue creado, es preciso su adaptación a las nuevas formas de vida y vinculación humana, para así
poder establecer pautas claras, derechos y obligaciones que sean realmente aplicables en la
sociedad y evitar que el derecho de familia termine siendo “letra muerta”, que regula formas de
vinculación obsoletas.

En este sentido, con la reforma y unificación del Código Civil y Comercial, el derecho de las familias
se ha visto sensiblemente modificado en pos de adaptarse a las nuevas realidades, reforzando un
proceso que comenzó años atrás, por ejemplo en el año 1987 con la sanción de la Ley 23.515 de
Divorcio Vincular, que desterró la idea de matrimonio como un acto definitivo, para contemplar una
realidad ineludible: las parejas se terminan y el proyecto de vida en común también. Asimismo, otra
modificación sustancial del derecho de familia se dio en el año 2010 con la sanción de la Ley 26.618,
conocida comúnmente como “Ley de Matrimonio Igualitario”, atento que la idea de matrimonio tal
como se conocía se vio sensiblemente modificada, incluyendo ahora las uniones de personas del
mismo sexo, algo impensado no muchos años atrás, pero sumamente necesario en la coyuntura
actual. Y así se podría continuar citando ejemplos de cambios que debió atravesar el derecho de

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familia para poder seguir a la par de la sociedad regulando las relaciones familiares tal como existen
en la realidad, dejando de lado la idea de un solo tipo de familia, para abrir paso a nuevas y diversas
formas de vinculación humana, ampliando derechos y otorgando obligaciones más allá de la “familia
tipo”.

Además de ello, las nuevas formas de vinculación traen nuevas problemáticas que el derecho de las
familias debe prever y establecer las formas de prevenir y/o solucionar dichas controversias.

3.2. Orden público vs. Autonomía de la voluntad

Más allá del desafío de mantenerse constantemente actualizado a fin de abarcar siempre todas las
modalidades de vinculación humana, el principal y mayor desafío que tiene el derecho de las familias
es lograr el equilibrio entre dos conceptos que en principio resultan antagónicos: el orden público
(familiar) y la autonomía de la voluntad. Ello por cuanto, las disposiciones del derecho de las familias
gozan de la calidad de “orden público” por lo que son obligatorias e indisponibles, debiendo ser
respetadas por todos y cada uno de los seres humanos que se encuentren alcanzados por éstas.
Entonces, no importa la forma de familia que una persona elija, siempre quedará al arbitrio de lo que
el derecho de familia establezca como tal, coartando de este modo su voluntad y/o libertad.

En esta dicotomía, tenemos por un lado al orden público, entendido éste por Mercanti (2014) como “el
conjunto de reglas y principios que sirven de base a la organización social; son obligatorios porque
protegen intereses superiores de una sociedad determinada y por lo tanto indisponibles para los
particulares” (pp. 11-12).

Asimismo, Mercanti (2014) agrega que en el ámbito del derecho de familia se habla de “orden público
familiar”, ya que en este contexto particular lo que se pretende proteger mediante la limitación de la
autonomía de la voluntad es a la familia, ya que el Estado la considera esencial y superior al interés
individual.

Por otro lado, en el polo opuesto de esta aparente dicotomía encontramos a la autonomía de la
voluntad, que al decir de Gobby y Triay (2015) “es la facultad de los particulares de regir y ordenar su
propia conducta mediante sus propias normas sin depender de nadie ni ser obligado a ello por algún
impulso externo” (p. 2).

Entonces, de la simple lectura de ambos conceptos, podría concluirse fácilmente que entre éstos, tal
como sostiene Escobar (s.f), existe una función inversamente proporcional, es decir, a medida que se
pretenda otorgar mayor autonomía de la voluntad a los sujetos, deberá indefectiblemente disminuirse
el contenido y alcance del orden público familiar y a la inversa, mientras mayor sea el contenido y
alcance del orden público, menor margen de actuación se dejará librado a la autonomía de la
voluntad.

El problema en el derecho de familia radica en que, tal como ha manifestado Mercanti (2014), el
orden público familiar muchas veces se funda en cuestiones morales que limitan la autonomía de la

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voluntad sin fundamento alguno, atento que dichas normas imperativas lejos de evitar perjuicios a la
sociedad, lo único que generan es el menoscabo de los derechos de las personas innecesariamente.

No obstante, podría decirse que pese a limitar la voluntad, el orden público familiar sigue siendo
necesario, ya que el derecho de familia tiende a proteger y resguardar una institución esencial en toda
sociedad: la familia. Y además, muchas de sus normas se dirigen hacia la protección de los niños,
niñas y adolescentes, resguardando derechos fundamentales como su identidad a través de la
filiación y la satisfacción de sus necesidades básicas, a través de la responsabilidad parental, entre
otros. Por lo que la necesidad de gozar el carácter de orden público es indiscutible.

Sin perjuicio de ello, para evitar problemas como los planteados supra, respecto a la limitación
innecesaria de la libertad, esta rama del derecho debe evitar la difícil tarea de caer en moralismos,
imponiendo formas de vinculaciones como únicas y excluyentes, con un único sustento: la moral.
Entonces, es imperioso que el derecho de las familias procure respetar lo máximo posible la
autonomía de la voluntad, dentro de los límites que el orden público permita. Y una manera de lograr
esta difícil tarea, radica en el hecho de que el derecho de las familias se mantenga constantemente
alerta, observando de cerca el avance de la sociedad y analizando todas y cada una de las formas de
vinculación humana, siempre con el foco puesto en los derechos y obligaciones de los protagonistas,
evitando juzgar moralmente las diferentes elecciones, procurando ampliar derechos y no restringirlos
o entorpecerlos innecesariamente.

Ahora bien, de la simple lectura del presente apartado surge un claro interrogante ¿Cuándo debería
ceder la autonomía de la voluntad por sobre el orden público familiar y viceversa? ¿Dónde radica el
tan mentado equilibrio?

En este sentido, una pregunta similar se hizo y respondió Escobar (s.f.), quien concluyó que debe
primar el orden público familiar por sobre la autonomía de la voluntad cuando la norma imperativa se
encuentra justificada por un interés particular que, en caso de no existir tal limitación, se estaría
comprometiendo el derecho de un tercero o el modelo de sociedad democrática pretendido. Es decir,
no debería limitarse la autonomía de la voluntad si no existe una estricta necesidad para hacerlo,
necesidad que aparece recién cuando se comprometen derechos de terceros. Entonces, en este
orden de ideas, Escobar (s.f.) entiende que no debería limitarse un interés particular mediante la
imposición de normas imperativas, si el ejercicio de ese interés no afecta el derecho de un tercero. Y
en el caso particular del derecho de las familias, la autonomía de la voluntad cederá frente a normas
imperativas que tiendan a asegurar la solidaridad, la igualdad entre los miembros de la familia, la
responsabilidad y la protección al más débil.

En resumidas cuentas, es importante aclarar que no debe caerse en el error de creer que lo necesario
es desterrar el orden público del ámbito del derecho de familia, por el contrario, lo que se necesita es
que el orden público familiar se reedite constantemente a la par de la sociedad. Es decir, a medida
que la sociedad cambia y sus formas de vincularse también, es necesario que el derecho de familia
“baraje y dé de nuevo” modificando sus normativas, de modo que éstas contemplen los nuevos

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supuestos fácticos, creándose así un nuevo orden público familiar que debe ser respetado
obligatoriamente.

Si esta dinámica se mantiene, en cierto modo, la autonomía de la voluntad se respetaría en la mayor


medida posible, ya que mientras más opciones de vinculación se encuentren contempladas, más
realidades quedarán bajo el amparo del derecho de las familias y más democrático será éste en
cuanto al respeto de las diversidades. Por el contrario, lo que no puede permitirse el derecho de las
familias es quedar anclado a un orden público familiar que regule formas de vinculación obsoletas y
que limite de este modo la autonomía de la voluntad sin fundamento válido alguno.

3.3. La necesidad de ser un derecho interdisciplinario

Por último, es importante hacer hincapié en que, para poder cumplir acabadamente con el propósito
de esta rama del derecho, esto es, regular cuestiones esenciales de la vida humana de modo un
equilibrado entre el orden público familiar y la autonomía de la voluntad, el derecho de las familias
debe nutrirse constantemente de otras ramas de las ciencias y trabajar en conjunto
permanentemente, ya que es necesario que comprenda conceptos claves y que mire más allá del
derecho mismo. El derecho de las familias debe contar indefectiblemente con una sensibilidad propia
que solo conseguirá si se nutre de otras áreas como la psicología, el trabajo social, la medicina, la
sociología, la antropología, todo ello, a fin de entender el modus operandi de la sociedad, mantenerse
actualizado, poner el foco siempre en la persona y respetar su individualidad, sin perder de vista a la
sociedad en general y sus valores fundamentales.

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Conclusiones

I. El derecho de familia debería cambiar su denominación y pasar a llamarse “Derecho de las


familias”, ya que esta forma de llamarlo nos indica desde un principio la existencia de diversos tipos
de “familias”. Y aunque pareciera solo una cuestión gramatical, es importante que quienes se dedican
a esta rama del derecho tengan sumamente presente la diversidad existente en la sociedad a fin de
que la misma pueda ser respetada y contemplada a la hora de legislar sobre la materia.

II. El derecho de las familias posee una importancia trascendental en la vida humana ya que al regular
las relaciones familiares, nadie puede eludir sus disposiciones, las que vienen a ordenar cuestiones
atinentes a todo el ciclo de la vida humana, incluso desde antes de nacer y hasta después de la
muerte. De allí su importancia y la necesidad de que los expertos en la materia se mantengan todo el
tiempo alertas a los desafíos que tal tamaña tarea trae aparejada.

III. En cuanto a los desafíos que enfrenta el derecho de las familias, hoy más que nunca debe
encontrar la forma de adaptarse a los cambios sociales con rapidez y eficacia, ya que en caso de no
hacerlo, sus normas pierden virtualidad convirtiéndose en letra muerta que no se ajusta a la realidad
ni es compatible con las preferencias de los individuos. Además, corre el riesgo de perder su sentido,
ya que lejos de ordenar la vida familiar y proteger los derechos de los individuos, termina por
menoscabar derechos y crear inconvenientes para aquellos que no se adaptan a las formas de familia
que la norma impone.

Asimismo, esta rama del derecho enfrenta el difícil desafío de hallar el equilibrio entre el orden público
familiar y la autonomía de la voluntad, equilibrio que se logra limitando la libertad solamente en caso
que de no hacerlo, se esté perjudicando derechos de terceros. En los demás casos, es el orden
público quien debe ceder por sobre la autonomía de la voluntad, sin que ello signifique que el orden
público familiar deba ser menoscabado, por el contrario, es sumamente importante ya que lo que se
protege a través de las normas imperativas es una institución que pese a cambiar constantemente,
aún sigue siendo igual de importante en la sociedad por lo que requiere de una tutela particular: la
familia.

IV. Debido a la importancia de esta rama del derecho y siendo que viene a regular cuestiones
sumamente delicadas como son las relaciones familiares, el derecho de las familias debe acudir
constantemente a la interdisciplinariedad y nutrirse de otras ramas de la ciencia para poder tener una
mirada global de la sociedad que le permita legislar para todos (o la mayoría) y no para unos pocos.

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Referencias bibliográficas

Belluscio, A. C. (2004) Manual de Derecho de Familia. Tomo I. (7º Ed). Editorial Astrea.

Escobar, S. (s.f.) La Autonomía de la Voluntad y el Orden Público en los Convenios Regulados por el

Art. 236 del Código Civil. https://www.pensamientocivil.com.ar/system/files/cep_2.pdf

Gobbi, F. y Triay A. (2015) El Principio de la Autonomía de la Voluntad en las Contrataciones.

[Trabajo de Investigación. Universidad Nacional de Cuyo]. Biblioteca Digital Uncuyo.

https://bdigital.uncu.edu.ar/objetos_digitales/7541/gobbi-f.triay-a..pdf

Mercanti, J. (2014) La Tensión entre el Orden Público Familiar y la Autonomía Personal: Análisis del

Instituto del Divorcio y sus Normas Controvertidas. [Trabajo Final de Graduación,

Universidad Empresarial Siglo 21]. Repositorio Institucional.

https://repositorio.uesiglo21.edu.ar/bitstream/handle/ues21/12846/MERCANTI

%20Jesica.pdf?sequence=1&isAllowed=y

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