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Erratas, sólo dos que yo haya advertido: En el v. 3043 el MS dice


Pora y la edición pone por; en la pág. 25, nota al pie, "Confusions of
c and [ ? ] are very common".
No faltará quién se pregunte si es menester otra edición del Poema
del Cid cuando ya hay una excelente y retocada a lo largo de decenios
por don Ramón Menéndez Pidal. La respuesta es inexorable: se ne-
cesita no una sino muchas más, todas excelentes. Editores competentes
renuevan la investigación, remozan las posibilidades de interpretación,
mantienen vivo el interés por una obra que no debe morir en el humo
de una sola versión. Por lo demás, quien se preocupa por el contenido
de una obra no puede desentenderse de los pormenores textuales. Esa
es la razón de la crítica textual, y esa la razón de las ediciones críticas.

ARISTÓBULO PARDO V.

Ohio State University.

EMILIO CARILLA, El barroco literario hispánico, (Biblioteca Arte y


Ciencia), Buenos Aires, Editorial Nova, 1969, 177 págs.

Antes de entrar a comentar esta obra, presentamos el contenido


general de la misma. He aquí su división: I. Barroco y barroquismo.
La literatura barroca en España, págs. 9-23; II. La contención (y alarde
en la contención), págs. 25-41; III. Particularización: antiguos y mo-
dernos en la literatura española, págs. 43-70; IV. La oposición y la an-
títesis, págs. 71-86; V. Lo embellecido, págs. 87-100; VI. Lo embelle-
cido (fusión o aproximación de las artes), págs. 101-123; VIL Lo feo
y lo grotesco, págs. 125-140; VIII. El desengaño (en límites hti¡manos),
págs. 141-155; IX. Desengaño terreno e ideales religiosos, págs. 157-
170; Conclusión, págs. 171-173; Bibliografía general, págs. 175-177.
El profesor argentino Emilio Carilla, que ha dedicado gran parte
de su vida al estudio del Barroco en sus diferentes manifestaciones y
autores, nos presenta este nuevo libro, en donde estudia el tema, desde
el punto de vista estilístico, en los escritores más representativos del
siglo xvri, tanto de España como de América.
El profesor Carilla delimita muy bien en la Conclusión el alcance
de su ensayo; no pretende hacer un estudio pormenorizado de todos
los autores barrocos; confiesa asimismo cómo este estudio es fruto de
otros anteriores y manifiesta finalmente que su intención ha sido
"mostrar un grupo de particularidades que creo individualizan al ba-
rroco literario hispánico" (pág. 172).
En nueve capítulos el autor nos presenta los caracteres esenciales
de este movimiento del siglo xvn; parte de la reivindicación del sig-

THESAURUS. Tomo XXVIII. Núm. 2 (1973). Ángel Humberto Grimaldo S., reseña a ...
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nificado del término mismo, que ha perdido el sentido despectivo,


pues la identificación entre barroquismo y vacío poético o cargazón
ornamental ha dejado de hacerse, salvo en algunos casos aislados.
Comienza por dar una definición del vocablo, que puede derivar
del francés: baroque, es decir, silogismo o raciocinio formalista y pe-
dante, algo confuso; o del portugués, donde presenta el significado de
perla irregular; o, según Juan Corominas, provenir de ambos términos.
En cuanto a los caracteres del arte barroco hispánico, los reduce
Carilla a cinco: 1) la contención; 2) oposición y antítesis; 3) lo em-
bellecido; 4) individualización de lo feo y lo grotesco y, finalmente,
5) el desengaño.
Podemos sintetizar los conceptos del profesor Carilla en la si-
guiente forma:
1) La contención. — Ciertamente en el Renacimiento hay mayor
libertad, en tanto que en el Barroco es menor por las convenciones re-
ligiosas, políticas y sociales; pero esto no excluye la existencia de liber-
tad en los escritores barrocos, pues hablan de ella Quevedo, Lope, Gón-
gora, Soto de Rojas, mas para designar un lugar tranquilo, sosegado,
lejos del ruido de la corte; en síntesis, es una libertad sostenida por
un sentimiento religioso-monárquico.
2) Oposición y antítesis. — En realidad, según expresa Arthur
Hübscher: el Barroco es "una plasmación de sentimientos antitéticos".
La lucha de contrarios es un rasgo definidor de este movimiento, pero
no el único. Entre las antítesis que encontramos en estos escritores, te-
nemos: vida-muerte, belleza-fealdad, tierra-cielo, eternidad-temporali-
dad, ilusión-desengaño, verdad-mentira. Son dignas de recordar las an-
títesis de Sor Juana Inés en sus Redondillas.
3) Lo embellecido. — El Renacimiento se caracterizó por cantar
la belleza natural, en tanto que el Barroco exalta la belleza artificial.
La Mimesis aristotélica tiene cabida, pero la naturaleza es transformada
por el 'arte', o mejor, por el 'artificio', el embellecimiento, la acumu-
lación, la estilización, la ornamentación; con razón expresa el autor:
"el barroco es la época de la cultura humana donde el embellecimiento
alcanzó su cima".
4) Lo feo y lo grotesco. — El Barroco trata estos dos temas en
cuanto son objeto de embellecimiento, de estilización, aún más, intenta
descubrir la belleza en la fealdad. Podemos decir que en esta época
aparece el Feísmo, no porque anteriormente no fuera tratado lo feo,
como lo demuestran Herbert Read y George Cangilhem, sino porque
en el Barroco lo feo o monstruoso se incorpora ocupando un primer
plano y no como en el arte clásico, en el que tenía un papel secun-
dario o segundo plano.
5) Desengaño terreno e ideales religiosos. — El desengaño es un
signo característico del Barroco; es un cansancio, hastío o insatisfac-

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ción, frente al optimismo de la época renacentista. Intimamente ligada


con el desengaño tenemos la soledad. Se trata del desengaño en el plano
exclusivamente humano y natural, no sobrenatural, pues hay que tener
en cuenta que el Barroco puso el arte al servicio de la religión.
Finalmente, incluye una bibliografía, especialmente en español y
alemán, dividida en tres partes: obras sobre el Barroco en general,
obras sobre el Barroco literario y obras sobre el Barroco literario es-
pañol.
Cabe destacar en esta obra la abundancia de citas de autores que
hace el profesor Carilla para confirmar sus conceptos y apreciaciones.
Entre otros, de: Quevedo, Góngora, Tirso de Molina, Lope, Pérez de
Montalbán, Calderón, Soto de Rojas, Gracián, Castillo Solórzano, Pedro
Espinosa, Cervantes y Bernardino de Rebolledo.
El profesor Emilio Carilla, a través de las páginas de este libro,
nos da una idea clara y precisa de la literatura del siglo xvn y su en-
sayo constituye una buena guía para los historiadores de la literatura
y los cultivadores de la estilística.

ÁNGEL HUMBERTO GRIMALDO S.


Instituto Caro y Cuervo.

CLARENCE FINLAYSON, Antología, prólogo y selección de Tomás P. Mac


Hale, (Ensayos, 26), [Santiago de Chile], Editorial Andrés Bello,
1969, 472 págs.

Como número 26 de la colección de Ensayos, publicados por esta


Editorial, tenemos este grueso volumen dedicado a reunir en forma an-
tológica los principales ensayos filosóficos y literarios del malogrado
filósofo chileno de ascendencia escocesa, Clarence Finlayson. Son vein-
tinueve ensayos, precedidos de un prólogo del compilador MacHale,
donde se hace una conmovida evocación del autor. Este libro tiene es-
pecial interés para Colombia, pues Finlayson pasó buena parte de su
fecunda vida en nuestro país, y porque algunos de sus ensayos litera-
rios están precisamente dedicados a tema colombiano.

FILOSOFÍA.

Son quince ensayos (págs. 23-244).


La filosofía, disciplina esencial del hombre, págs. 23-26. — Co-
mienza evocando un texto de la Metafísica de Aristóteles: "todos los
hombres por naturaleza desean saber", y pone especial acento en lo que
pudiera llamarse "primer despertar del niño" a la filosofía.

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