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IGNACIO-JAVIER ADIEGO LAJARA

PROTOSABELIO,
OSCO-UMBRO,
SUDPICENO

UNIVERSITAS-20

H
PPU
Barcelona, 1992
Colección: UNIVERSITAS-20

Serie: Textos i F.studis del G .L.L. U .B./l


Dirigida por: Pere Quetglas

materefh, patereíh

Primera edición, 1992

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de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprograffa y el
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préstamo pllblicos.

C> Ignacio-Javier Adiego Lajara

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l.S.B.N.: 84-7665-947-4
D.L.: L -227-1992

Imprime: Poblagrafic, S.A. Av. Estació, s/n. La Pobla de Segur (Lleida).


PRÓLOGO

Se presenta en esta obra el resultado de la investigación que,


en el marco del Grup de Lingüística I.Jatina de la Universitat de
Barcelona (G.L.L.U.B.), hemos llevado a cabo sobre el sudpiceno,
la lengua de la familia sabelia ("osco-umbra") más antigua
atestiguada. Pese a la escasez del material, el análisis detallado del
mismo permite exiraer conclusiones que repercuten
considerablemente en la dialectologia itálica, tal como trataremos
de demostrar a lo largo de las páginas siguientes.

Queremos hacer constar nuestro agradecimiento a aquellas


personas que con su apoyo, ayuda y consejos han hecho posible
llevar a cabo este trabajo. Una especial mención merecen en este
sentido los profesores J. Untermann (Univ. KOln) y P. J. Quetglas
(Univ. de Barcelona), de cuyo magisterio tengo el privilegio de
disfrutar. Evidentemente, la responsabilidad de los errores que aquí
se encuentren ha de achacarse sólo a su autor.

Barcelona, enero de 1992

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§ l. Introducción

Existe la impresión generalizada y un tanto tópica de que


detenninadas -muchas- áreas de la lingüística comparada están ya
excesivamente trilladas, que no cabe esperar avances espectaculares,
que los grandes manuales siguen estando en su mayor parte vigentes
y que a lo más que se puede aspirar es a un progreso
extremadamente lento que, en líneas generales, sólo ha de ser capaz
de reparar algunos desperfectos causados por el paso del tiempo o
a introducir algún que otro adorno a lo que ya es un edificio
perfectamente consolidado. Sin embargo, tal impresión se ha
revelado como falsa justamente en un terreno en el que parecía
confirmarse: el de las lenguas itálicas diferentes del latín. Una obra
como la Historia fonética de la lengua umbra de Gerhard Meiser (=
Meiser 1986) se ha convertido merecidamente en un clásico a la
altura de la ya casi centenaria obra de von Planta y, lo que es más
importante, no cabe apelar a los progresos hechos en el coipus del
umbro y las demás lenguas de su familia para justificar la aparición
de una obra como la de Meiser: por sí misma, por las numerosas
novedades que en todos los terrenos introduce, se basta para
desdecir esa impresión de inmovilidad a la que aludíamos al inicio.

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proponemos en Meiser (1987b), p. 119-, como Untennann), la


§ 2. "Desciframiento" del sudpiceno adoptamos con todas sus consecuencias en esta obra.
Los demás problemas gráficos que plantean las inscripciones
Pero para quienes crean imprescindible la aparición de nuevo sudpicenas son simplemente los propios de una mala conservación
material para introducir un revulsivo en áreas de la lingüística del soporte. En todo caso, es especialmente engorroso el planteado
indoeuropea presuntamente estancadas, las lenguas itálicas diferentes por la semejanza fonnal entre los grafemas <u> y <1> que impide
del latín han pasado a reunir sin duda esa condición desde 1985, saber si existen en realidad fonnas como lepetfT.. (Rl.1) o lepedn
afio en que Anna Marinetti ha presentado una edición definitiva de (MC.2) frente a la bien atestiguada vepeú (MC.1 ), lo que supondría
las inscripciones llamadas sudpicenas. Aunque esta autora se niegue una interesante alterancia l / v, o bien hay que leer, respectivamente,
a hablar de "desciframiento", bien puede decirse que el sudpiceno uepetfT.. y uepedn, donde la alternancia u / v resultaría ser mucho
ha sido por fin correctamente descifrado. Baste, si no, con recorrer más banal.
las lecturas anteriores que Marinetti presenta junto a las propuestas
por ella para observar no sólo las notables diferencias existentes
sino también cuántos intentos de interpretación, más o menos § 3. El sudpiceno como lengua sabelia.
ingeniosos, han de ser olvidados por basarse en "desciframientos"
equivocados. El sudpiceno se nos muestra, en las inscripciones una vez bien
En la actualidad sólo resta como dificultad un signo en fonna leídas, como una lengua claramente encuadrada en la familia
de asterisco, cuyo valor sibilante (que tentativamente propone sabelia, entendiendo por tal, de acuerdo con la tenninología sugerida
Marinetti) no puede por ahora verse confinnado. Para una por Meiser y que nosotros hemos adoptado en nuestros trabajos, el
inscripción en concreto (CH.2), nosotros hemos propuesto una conjunto de lenguas procedentes de un "protosabelio", entre las que
interpretación de algunos signos diferente a la ofrecida por Marinetti cabría contar el osco, el umbro y los llamados "dialectos
(Adiego 1990b), lo que implica una lectura en parte diferente de intennedios" ("Zwischendialekten"): peligno, marrucino, vestino (los
dicha inscripción. Convencidos como estamos de la corrección (a la tres considerados dialectos oscos del Norte), marso, ecuo y volsco
que se han sumado, que sepamos, tanto Meiser -quien, de hecho, (de carácter umbroide), además de la lengua de las inscripciones
suponía implícitamente una lectura corregida como la que presamnitas de la Campania, sobre la que volveremos más adelante.

10 11

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presamnitas de la Campania, sobre la que volveremos más adelante.


Lengua hennana de este protosabelio sería el protolatino-falisco, §. 4. La posición del sudpiceno en el marco de las lenguas
pues ambas protolenguas derivarían a su vez del "protoitálico", sabelias.
noción esta que, pese a las connotaciones un tanto negativas que
modelos de árbol genealógico han ido adquiriendo a lo largo del Si el carácter sabelio del sudpiceno es innegable, menos clara
tiempo, está siendo ahora revitalizada y defendida con vigor por H. está su posición lingüística en relación con las restantes lenguas
Rix y G. Meiser. sabelias. Esta cuestión cobra singular importancia si se tiene en
El carácter sabelio, próximo pues al osco, umbro y demás cuenta que se trata del testimonio más antiguo de una lengua sabelia
lenguas, del sudpiceno, salta a la vista, ya que aparecen nítidamente (excepción hecha de la aislada inscripción de Poggio Sommavilla),
los rasgos típicos que nos permiten distinguir a estas lenguas de las con lo que su papel para la dialectología sabelia, salvando
demás de la Italia antigua. Seft.alemos de entre ellos los siguientes: lógicamente las distancias, recuerda al del griego micénico para la
a) paso a fricativas de las sonoras aspiradas indoeuropeas, dialectología griega o el del hetita para la dialectología indoeuropea.
también en interior de palabra: mejifn < *medhyo- (lat. medio-); Se ha querido ver una mayor proximidad al umbro que al osco
safinum < *sabhino-; lat. Sabino-) dada la presencia de fenómenos típicamente umbros, pero no oscos,
b) labialización de las labiovelares (svai)pis < *kwis (lat. quis). como es la tendencia a la monoptongación y a la desaparición de
c) la llamada "síncopa de sílaba final": caída de vocal breve ante alguna consonante final, la velarización de l, la presencia de un
-s (vid. Meiser 1986, § 32): meitims < *meitimo-s (Nom. sg. frente tema pronominal esto- o del elemento -sm- en la flexión de los
a meitimúm < *meitimo-m, Acus. sg.); este proceso desencadena los pronombres, etc. (repaso y discusión en Meiser 1987b y en Adiego
consiguientes casos de samprasarana: petrúnis < *petrony(o)s, así 1990a), así como, inversamente, la ausencia de rasgos oscos (como
como asimilación en el caso de manus < *manufs < *manubh(o)s la anaptixis; aunque está presente en una inscripción, no se rige por
d) genitivo en -s de los temas en -a (tútas safinas) las nonnas del osco, por lo que resulta algo marginal y en todo caso
e) genitivo analógico al de los temas en -i en la flexión independiente).
temática: kaúieis de un tema *gawyo- La hipótesis más extrema consiste en proponer que el sudpiceno
f) nominativo plural en -os en la flexión temática es simple y llanamente una fase antigua del osco, un
g) lexemas claramente sabelios como nfr / ner-, toúta-, okri-. "Frühumbrisch" (así Untennann en un trabajo inédito de 1986:

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Untermann (a), aunque en realidad muy matizado, cf. infra). Pero la de la Campania.
presencia de algunos rasgos singulares ausentes en umbro y que por Por último, el propio Untermann (en Untermann (a), pese a su
tanto apuntan a un desarrollo panicular y sin continuidad en la uso del término "Frlihumbrisch" y sobre todo en Untennann (b))
lengua umbra, parecen desaconsejar dicha hipótesis. De este modo, presenta un cuadro más ambicioso pero en la misma línea: "la. vieja
Marinetti (1985), Rix (1986) o Meiser (1987b) descartan que el fórmula. de la subdivisión de los dialectos oscos-umbros en osco y
sudpiceno sea una fase antigua del umbro; sin embargo, apoyan el umbro la. tenemos que sustituir por una división en los dialectos
parentesco estrecho entre una y otra lenguas. Rix llega a hablar del oscos al Sur -en Samnium, Campania y Lucania- por un lado y, por
"dialecto sudpiceno del umbro" diferente del dialecto umbro de las otro lado, el "sabino" al Norte, cuyas primeras manifestaciones las
Tabulae Iguuinae. Marinetti habla de relación entre umbro y debemos a los epígrafes sudpicenos y tal vez a la.s inscripciones
sudpiceno en la que el sudpiceno "va visto non come un prototipo arcaicas faliscas, y dentro del cual se cristalizan más tarde el
del/' umbro nel senso di discendenza diretta nell' asse genealogico dialecto umbro en Umbria y varios dialectos de menor importancia
(codice descritto du tipo la.chmanniano), ma come rappresentante histórica -el Marrucino, el Peligno, etc.- en una zona intermedia
di un gruppo linguistico piuttosto omogeneo a cui anche /'umbro a entre Umbria y Samnium". Preconiza Untermann, pues, un modelo
noi noto panecipa" (Marinetti 1985, p. 42). semejante al de Meiser, pero bajo el nombre común de sabino y con
Por otra parte, resulta muy interesante la observación de el aftadido del falisco y de los llamados dialectos oscos del Norte
Marinetti de que es incorrecto hablar de "umbricidad" del sudpiceno, (sobre el sabino y el falisco, cf. infra § 8; sobre los dialectos oscos
pues se considera al sudpiceno en referencia al umbro -mejor del Norte, vid. infra § 9 y cap. 6).
documentado-, cuando, por lógica temporal, debiera decirse en todo En un trabajo titulado "Der Archaismus des Südpikenischen"
caso que el umbro continúa ciertos rasgos del sudpiceno (Marinetti (Adiego 1990a), nosotros hemos intentado restar importancia a los
1985, p. 41). elementos comunes entre umbro y sudpiceno, que pueden
Meiser intenta ofrecer a estas ideas similares pero inconcretas considerarse arcaismos o bien innvaciones paralelas, y, basándonos
una clasificación precisa. Meiser habla de "umbro-sabino" para en la desinencia de tercera persona del plural del perfecto en
caracterizar el grupo lingüístico al que se refería Marinetti. Dialectos sudpiceno, -h, cuya explicación más sencilla es que proceda
umbro-sabinos serán, por tanto, el umbro, el sudpiceno, el marso, el directamente de la desinencia secundaria indoeuropea *-nt, y que
volsco, el ecuo y también la lengua de las inscripciones presamnitas contrasta con la desinencia que encontramos tanto en osco como en

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umbro o en los dialectos intennedios en que está atestiguada, -ns, nos referimos cuando hablamos de "separación temprana". Ahora
hemos propuesto que el sudpiceno es una rama independiente y bien, la suposición de una separación temprana puede parecer muy
separada tempranamente del tronco sabelio. En dicho artículo discutible, sobre todo si se tiene en cuenta que se basa en un único
hablábamos pues de Protosabelio 1 = proto-osco-umbro-sudpiceno argumento, el ya mencionado de la desinencia -h. Sólo un mejor
y de Protosabelio 11 = osco-umbro, con el sudpiceno ya separado. conocimiento del sudpiceno, ya sea a través de la interpretación de
En el nivel Protosabelio 11 habría que situar la aparición (ya por los textos disponibles, ya a través del aumento de la documentación
analogía, ya por evolución) de la desinencia -ns. pennitirá confinnar o desmentir tal hipótesis.
En ténninos geográficos, podríamos hablar entonces de un En todo caso, la otra suposición que sosteníamos en el artículo
grupo occidental (osco-umbro) frente a un grupo oriental mencionado, la independencia del sudpiceno con respecto al umbro,
(sudpiceno), con una posterior escisión del grupo occidental en dos o lo que es lo mismo, la existencia de una fragmentación del
grandes bloques, a raíz del descenso al Sur de los samnitas. Este protosabelio de tres grandes bloques (sin entrar en consideración
cuadro se ajusta bastante bien al propuesto, por otros motivos, por sobre el proceso de fragmentación en sí), osco, umbro y sudpiceno,
Durante (1978, p. 816): Durante hablaba de "tres sectores", dos nos parece que puede ser sostenida. Hasta ahora no se han aducido,
occidentales (volsco-marso-umbro y sabino-protosamnítico) y uno a nuestro juicio, pruebas a favor de una unidad umbro-sudpicena: en
oriental, situado en el Piceno y en el área más al Sur, y suponía "un el terreno de la morfología, los elementos comunes que suelen
mayor grado de cohesión" en el grupo occidental. Sobre el sabino, citarse son claramente arcaismos (el elemento de la flexión
cf. infra § 8. pronominal -sm-, por ejemplo), frente a un osco más innovador; en
la fonética, es bien cierto que encontramos puntos en común frente
al osco, como es la tendencia a la monoptongación o la pérdida de
§ S. Singularidad del sudpiceno algunas consonantes finales, pero resulta a nuestro entender
demasiado frágil basar una agrupación dialectal puramente en
Como hemos sen.alado, Adiego (1990a) presuponía, para seguir fenómenos fonéticos tan triviales y por tanto susceptibles de
ahora con los ténninos geográficos, que el grupo oriental producirse independientemente en cada lengua -como lo prueba que
(sudpiceno) ya estaba claramente confonnado cuando el grupo tales fenómenos aparezcan también en la historia del latín. Por otra
occidental (osco-umbro) aún presentaba una imagen unitaria. A ello parte, como trataremos de mostrar en esta obra, un fenómeno como

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la monoptongación es en sudpiceno muy irregular: ni afecta por intennedios, para los que la escasez de documentación se
igual a todos los diptongos, ni la tendencia es la misma en las corresponde a una escasa influencia lingüística por razones
diferentes zonas geográficas. históricas- estos parámetros no sirven para otras lenguas, como es
En el caso- de las consonantes finales, más que de pérdida hay el caso del umbro, cuya documentación está -afortunadamente-
que hablar en sudpiceno de debilitamiento de d final. Las demás desequilibrada gracias al testimonio singular de las Tabulae
consonantes finales se conservan y sólo esporádicamente se registra Iguuinae.
la desaparición de m. Para nosotros, por consiguiente, en tanto no se constaten
Teniendo como tienen en sudpiceno estos y otros procesos un innovaciones comunes y antiguas con el umbro, el sudpiceno ha de
carácter tan embrionario, en tanto que el sudpiceno se nos presenta ocupar una posición independiente en el marco de las lenguas
como una lengua claramente indvidualizada en otros aspectos, sabelias. Los rasgos compartidos hasta ahora aducidos pueden ser
resulta difícil retrotraerlos a una etapa común umbro-sudpicena. fruto de evoluciones paralelas; incluso es probable que el contacto -
Por tanto, para probar la unidad dialectal umbro-sudpicena sería que ha debido existir- entre ambas lenguas explique tales isoglosas
necesario aportar innovaciones comunes que apuntaran a un tronco (aunque ni siquiera es necesario traerlo a colación, dado el carácter
común, y ninguno de los puntos en contacto que han sido aducidos tan trivial de ellas); pero en ningún caso encontramos pruebas para
pueden considerarse, a nuestro juicio, innovaciones comunes. la existencia de un umbro-sudpiceno.
Creemos que el error de tales agrupaciones dialectales reside en
la tendencia a hacer del osco y del umbro dos polos en tomo a los
cuales han de agruparse forzosamente las demás lenguas "menores". § 6. Elementos arcaicos del sudpiceno
Se trata, pues, de traducir el mayor volumen de la documentación
en una mayor importancia real como lenguas catalizadoras, justo el Junto a esta singularidad, lo más llamativo del sudpiceno son
mismo error que seflalaba Marinetti en la noción de "umbricidad" · los elementos arcaicos que en él pueden reconocerse, de modo que
del sudpiceno; pero, si bien es cierto que en algunos casos el mayor sirve de testimonio en algunos casos de fases anterionnente sólo
o menor volumen de la documentación tiene que ver con una mayor supuestas, lo que lo convierte en ocasiones en una "lengua de
o menor influencia de la lengua en cuestión -el caso del latín es asterisco", en feliz expresión de Nieto Ballester. Junto a los ya
obvio-, como lo es, en sentido contrario, el de los dialectos seflalados por compartirlos con el umbro, es un ejemplo muy

18 19
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significativo la diferenciación entre -s y -f en los acusativos plurales


de los temas en -a y en consonante, respectivamente, tal como ha diptongos intentaremos dejar constancia de tales variaciones
observado Rix (Rix 1986), o la más que probable presencia del dialectales y, cuando sea posible, extraer consecuencias de ello.
pronombre demostrativo sa < ide. *sa, nom. sg. fem. de *so, *sa, Emplearemos una representación gráfica muy esquemática del
*tod; cf. ai. sá, gót so, gr. (dór.) ñ,etc.) en la secuencia territorio de habla sudpicena, basada fundamentalmente en los

praistaklasa. Más controvertido resulta, sin duda, nuestro intento sectores que permiten establecer los diversos ríos que atraviesan la
zona.
(Adiego 1990b) de ver en la secuencia <pu> de la palabra puúde la
representación gráfica de p'"', posible paso intermedio en el paso a
labial p de la labiovelar ide. ·~.
§ 8. Sudpiceno, sabino, falisco
En el presente libro intentaremos constatar con claridad y en
amplitud lo que consideramos otra muestra de arcaismo: la peculiar
organización del sistema vocálico. Una cuestión harto polémica es la posible relación existente
entre sudpiceno y sabino. Ya hemos visto cómo Meiser denomina
"umbro-sabino" a la fase común del umbro y el sudpiceno por él
supuesta, una denominación en absoluto arbitraria. La relación del
§ 7. Variación dialectal
sudpiceno y el sabino viene refrendada por tres factores
fundamentales:
Ya hemos aludido anteriormente, al hablar de la tendencia a la
monoptongación, de la existencia de variaciones según la
1) en tres inscripciones sudpicenas (TE.5, TE.6 y TE.7) viene
distribución geográfica. Ello apunta, con seguridad, a una clara
expresado el adjetivo safino- "sabino":
dialectalización del sudpiceno, más que a variaciones de tipo
cronológico, dado que todas las inscripciones pueden situarse más -en TE.5, una insripción considerablemente larga y de difícil

o menos hacia los siglos VI o V a. C. (salvo B0.1 y BA.1 -las dos interpretación, se habla de los sabinos (safinús, un nominativo
plural) como autores de lo que parece ser un monumento a un
inscripiones sobre yelmos-, ambas posteriores en un par de siglos,
cf. Marinetti 1985, p. 62). individuo notable (menos probablemente a algún tipo de divinidad),

A lo largo de las páginas que dedicaremos al vocalismo y a los y de una túta safina en genitivo (posiblemente regido por trebegies,
más que probable denominación de un cargo público o institución

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públicos). supra § 4 la cita textual) y sólo más tarde habría entrado en contacto
-en TE.6 se menciona a los safinúm neif, los "príncipes con el latín.
Sabinorum". No es éste el lugar adecuado para proseguir con esta sugerente
-en TE.7 aparece aisladamente safina[. Tal vez haya de hipótesis de Untermann sobre el falisco: un replanteamiento global
completarse safina[s toútas] (Marinetti 1985, p. 135). de la clasificación del falisco ha de ser objeto de un trabajo
monográfico. En todo caso cabe constatar la existencia de una cierta
2) Una de las inscripciones sudpicenas ha sido hallada en plena conexión entre sudpiceno y falisco, sólo explicable por la existencia
zona sabina (cerca de Cures; RI.l). Pese a su estado fragmentario de un intermediario.
y a las dificultades de lectura que ello comporta, es evidente no ya Pese a la fuerte impresión que causan de entrada los tres
que se trata de la misma lengua que la de las inscripciones factores enumerados, conviene manejarlos e interpretarlos con
sudpicenas (algo imposible de negar), sino que incluso comparte el prudencia, tal como advierte Marinetti (1985, p. 35 y ss.). En este
formulismo léxico estereotipado que imprime un carácter tan sentido, es difícil saber el alcance del término sajino-, en las
singular y tan fácilmente reconocible a la mayor parte de los inscripciones sudpicenas: ¿alude a una nacionalidad que englobaría
testimonios sudpicenos (esmik u(¿o l)epet{[, fpra]istaíúh, fltias. · a todos los pueblos de lenguas sabelias (en el sentido
de osco-umbras) o alude exclusivamente a los hablantes de
3) Tal como ha observado perspicazmente Untermann, sudpiceno? Y, en uno y otro caso, ¿es la "sabinidad" proclamada
encontramos en sudpiceno ciertas concomitancias léxicas con el como marca distintiva, por ejemplo frente a una población autóctona
falisco, en concreto el uso del verbo qupat en contextos funerarios si suponemos que estos sabinos habrían ocupado el Piceno y se
o la palabra postiknam (CH.2). Dado que entre los hablantes habrían superpuesto a una población autóctona?
sudpicenos y los hablantes faliscos no existe contacto, cabe atribuir Si a todo ello se aftade que, casualidad o no, las tres
estas concomitancias al área intermedia entre unos y otros. Esta no inscripciones en que este término aparece proceden del mismo lugar
es otra que la habitada por los sabinos. Untermann lleva más lejos (Penna de Sant' Andrea) y si se hace intervenir en la discusión el
esta conclusión y propugna incluso un replanteamiento de la mencionado testimonio sudpiceno en plena zona sabina, las opciones
clasificación del falisco: para él, sería en su origen una se multiplican. Aunque al hablar de la pervivencia del sudpiceno
manifestación más de la rama sabina de las lenguas sabelias (cf. en el capítulo correspondiente volveremos a hablar

22 23
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momentáneamente de la cuestión sabina, creemos que lo más Convenciones· gráficas empleadas en los capítulos siguientes:
adecuado es por ahora limitarse a seftalar los hechos sin aventurar mediante < > representamos los grafemas; mediante / / su
hipótesis prematuras. De cualquier modo, los tres factores antes realización fonológico-fonética. Seguimos a Meiser al representar
mediante /é/ una vocal /e/ (cerrada); análogamente., representamos
mencionados, así como algún otro que veremos más adelante, mediante /ó/, una vocal /o/ (cerrada). /e/, /o/ son las vocales abiertas
evidencian una clara conexión entre sudpiceno y sabino. respectivas. Mediante /:/ representamos la cantidad larga de las
vocales. En las palabras oscas y umbras, el uso de cursiva alude al
alfabeto latino, el de negrita a los alfabetos nacionales respectivos.

§ 9. Pervivencia del sudpiceno

El hecho de que en zonas en las que se han encontrado


testimonios sudpicenos encontremos documentados con posterioridad
los tres dialectos "oscos del Norte" -peligno, vestino y marrucino-
supone replantear la cuestión de la clasificación exacta de estas
lenguas con el concurso ahora del sudpiceno. La más reciente
contribución en este sentido es Meiser (1987b), donde se reconocen
con claridad elementos comunes entre sudpiceno y dichos dialectos
frente al osco. La pregunta fundamental y aún no resuelta -tal vez
irresoluble, a falta- de más. testimonios- es si tales lenguas son
dialectos oscos con substrato sudpiceno (o adstrato), o bien son
restos del sudpiceno sometidos al superestrato osco (sin olvidar,
evidentemente, la influencia latina). A tan enrevesada cuestión
dedicamos el último capítulo de esta monografía.

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§ l. Introducción

Siguiendo la investigación iniciada en un trabajo anterior


(Adiego 1990b), que se circunscribía entonces a las vocales
posteriores, intentaremos establecer qué representan desde el punto
de vista cualitativo y cuantitativo los grafemas para vocales en
sudpiceno. Para dar un aspecto más completo a esta obra, hemos
creído oportuno incluir parte del mencionado artículo, si bien con
alguna novedad interesante, como es el tratamiento del por nosotros
allí llamado "uso promiscuo" de <o>, <Ú>, <u> en posición final
ante <m>. Por el contrario, excluimos el excurso sobre la fonna
<puúde>. Baste, en este estudio sobre los grafemas vocálicos,
constatar lo insólito de la secuencia <uú>, para la que en dicho
artículo ofrecíamos una explicación un tanto osada.
En Adiego (1990b) se seguían, implícitamente, dos criterios
metodológicos que vale la pena enunciar:

1) Comprobada la pertenencia al grupo sabelio del sudpiceno


gracias a numerosos indicios, resulta adecuado el recurso a la
etimología, tanto en el terreno lexemático como en el terreno
morfemático. Así, sabemos, por ejemplo que patereíh procede de
*patrey y materefh de *miitrey, lo que nos pennite afinnar, al

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27

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menos para la inscripción en la que aparecen estas dos formas, que común osco-umbra, de ello no se ha de inferir necsariamente que los
<a> representa tanto *a como *a originarias. En el ámbito grafemas del sudpiceno hayan de corresponderse de modo unívoco
morfemático, en la terminación -ús de safinús podemos reconocer con los del alfabeto epicórico osco reformado (los restantes
la desinencia de nom. pl. de la flexión temática, que era *-os en alfabetos, más imprecisos, quedan en un lugar un tanto secundario
protosabelio, con lo cual, en este caso, <Ú> refleja una *o originaria. en esta discusión). En este sentido, la comparación directa de
De cualquier modo, el empleo de este método ha de ser prudente, sudpiceno <e>, <í>, <i> con los grafemas igualmente transcritos del
dadas las dificultades de interpretación de las inscripciones y la osco no deja de ser un "trompe l'oeil" causado por el empleo de las
diversidad de opiniones sobre ciertas formas (cf. lo dicho en Adiego mismas convenciones para transcribirlos por parte de Anna Marinetti
1990b, p. 13). en su edición de las inscripciones sudpicenas.

2) También es factible en ocasiones el recurso tanto a las 2) No hay que perder nunca de vista la posibilidad de que
regularidades como a las irregularidades en la expresión gráfica de ciertas desavenencias gráficas puedan explicarse por razones
una misma palabra, un mismo lexema o un mismo morfema. En este geográficas. En tal caso estaremos, por tanto, ante variaciones de
sentido, es importante constatar tanto la grafía constante púpún- tipo dialectal. Como veremos, si no se tiene en cuenta este factor,
como la variación esm!n / esmen. Esta última, como veremos, es de la impresión de conjunto que ofrece el material, considerado
gran importancia para el estudio de las vocales anteriores, dada su homgéneamente, resulta en algunos aspectos incoherente. Otra
frecuente aparición en las inscripciones. cuestión es si estos dialectalismos son fonéticos o simplemente
gráficos.
Junto a estos criterios metodológicos, hemos de contar con dos
principios, sin cuyo concurso la investigación puede encontrar
grandes obstáculos: § 2. <a>

1) Si bien es lógico suponer que el sistema vocálico del El grafema <a> representa indistintamente tanto *a como *a
sudpiceno ha de corresponder al del umbro o al del osco o, mucho originarias, y ello a lo largo de toda la documentación sudpicena. El
más presumiblemente, al que se presuponía hasta ahora para la fase ejemplo más evidente lo ofrecen las formas de AP.2 matereíh <

28 29

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*matrey / paterefh < *patrey. A éstos podemos afiadir otros
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*-tod (2ª sg.) / *-tod-ta (2ª pl.)
ejemplos:
-<tu>,-<tu> / -<tuta>, -<tutu>, -<tuto>)

<a> < *a. manus AP.2; safino-/ safina- (safinús, safinas TE.5,
seguida de una -s igualmente "pluralizante".
safinúm TE.6, safina[ TE.7) < *sabh-.

<a> < *a. Gen. sg. -as en tútas safinas TE.5; Gen. plural -asom § 3. *á en final abosluto
enfitiasom TE.5.

Creemos que vale la pena dedicar una sección especial a otro


La falta de una distinción gráfica entre *a y *a no nos pennite,
arcaismo de la lengua sudpicena, ya observado por Meiser (1987b)
por desgracia, saber si ante ciertas consonantes en final de palabra
y que trataremos in extenso a continuación: el no redondeamiento
*a se abreviaba o no: qupat MC.l, AP.3 < *kubat, tokam TE. 2 <
de -ii originaria en final absoluto.
*togam).
Tanto en osco como en umbro es conocida la tendencia a
redondear *ii en final absoluto de palabra. Más que de tendencia,
En videtas (TE 2), <a> ha de representar forzosamente *a, ya
podría hablarse de verdadero cambio fonético, ya que, salvo en
que si fuera breve habría síncopa ante -s, como en meitims TE.5 (<
alfabeto nacional umbro, donde encontramos <a> alternando con
Nom. sg. *meitimos, "regalo (?)", cf. gót. maipms "regalo", alat.
<u> para representarlo, en los demás sistemas alfabéticos se
mitat, frente a Ac. sg. meitimúm AP.2). Por ello, debe descartarse
encuentra empleada una vocal posterior redondeada (cf. Buck 1928,
categóricamente la explicación de la tenninación de dicha palabra
p. 30):
que ofrece Marinetti (1984), consistente en postular *th2e + s
"pluralizante", lo que supone un resultado -tas (con a breve). Si en
Osco. Alfabeto nacional: <Ú>, más raramente <u>
realidad videtas = /wide:ta:s/ representa una fonna personal del
Alfabeto latino: <o>, más raramente <u>
verbo vide- (= lat. uidere), quizás haya que ver tras -<tas> (-/ta:s/)
Alfabeto griego: <o>
una desinencia *-ta de imperativo (2ª persona del plural) como en
Umbro. Alfabeto nacional: <a> / <u>
umbro:
Alfabeto latino: <o>

30
31
Evidentemente, a la vista de los datos puede confinnarse, por un tema pronominal procedente de *so- / *sil-.
una parte, que el sonido era muy próximo al que en osco representa He aquí nuestra intetpretación de las últimas líneas de TE.5:
el grafema <ú> o en alfabeto latino el grafema <o>; que el uso de
<a> para representarlo sólo ocurría en un alfabeto tan deficiente praistaít *pray-stayet
como el umbro, en el que era necesario elegir entre los extremos panivú ? (¿adverbio?)
<a> y <u> del triángulo vocálico, lo que supone en definitiva que meitims *meitimos (Nom. sg.) cf. gót. maipms "don"
era un sonido bien distinto de /a/; que el fenómeno era común al safinas *sabhinas (Gen. sg.)
osco y al umbro, por tanto remontable, en tanto no se contaba con tútas *towtas (Gen. sg.) < *tewta-
el sudpiceno, a un estadio común proto-osco-umbro (o protosabelio). trebegies *trebegyeys (Gen. sg.)? cf. *treb-, o. trííbum?
¿Cuál es la situación que existe en sudpiceno? De entrada cabría titúí *Titay (Dat. sg.)
esperar que, de existir también este cambio fonético en dicha praistaklasa *pray-stiltlil sil (Nom. sg.)
lengua, su expresión gráfica debía ser mucho más fácil, habida posmúi *Postmñy (?) (Dat sg.)
cuenta de la existencia de tres grafemas para vocales posteriores
redondeadas (<o>, <ú> y <u>). En este sentido, los más indicados "Se alza panivú (?) como regalo del trebegio- (?) del pueblo
eran <o> (que respondería mejor a la cualidad de la vocal) y <ú> (¿de la ciudad?) sabino para Tito Póstumo(?) este monumento (cosa
(que pennitiría recoger la cantidad de la vocal [cf. Adiego 1990b e alzada)"
infra § 4 ]). Sin embargo, los posibles ejemplos de nominativo
singular de los temas en -il, uno de los mejores medios de reconocer Parece difícil dudar de que praistakla y sa son nominativos
este sonido final, apuntan al uso de <a> para *il en final absoluto. singulares sujetos de praista(t, en tanto que meitims funciona como
Este es el caso, por ejemplo, de la inscripción TE.5, en la que puede aposición, llevando consigo como complemento del nombre al
reconocerse dos nominativos singulares en *-il: praistakla y sa. Ello genitivo trebegies que alude a algún magistrado o institución del
depende, ciertamente, de la intetpretación del texto. Este es difícil pueblo sabino (o de la ciudad sabina, según como se intetprete
de analizar globalmente, pero las líneas finales en que aparece son desde el punto de vista cultural el ténnino toúta- entre los picentes).
bastante claras. Además, De Simone (1987) ha intetpretado En TE.7 encontramos igualmente una fonna toúta que, pese a
adecuadamente praistakla y sa, parece, tal como Marinetti sefl.ala, la falta de contexto claro dado lo fragmentario de la inscripción, es

32 33
, \1f.·.

dificil que sea otra cosa que un nominativo singular, procedente por sistemáticamente. Si en sudpiceno se producía también, resultaría
tanto de *towtd < *tewta. Por otra parte, no hay testimonios de inexplicable que un sistema grafemático como el suyo, tan preciso,
palabras acabadas en -<o>; el dígrafo -<oh> parece aludir, como tal como intentaremos demostrar, no se hiciera eco de este cambio.
veremos en el capítulo dedicado a la monoptongación, a una vocal Sin embargo, resulta necesario en este caso no caer en una
larga procedente de monoptongación de *-oy (en CH.2 dúnoh < visión excesivamente cefiida a la "Stammbaumtheorie". Como
*d0n6y y en AQ.2 puqloh < *pukl6y 'filio'), y los finales en -ú no observa Meiser (1986), en los testimonios más arcaicos del umbro
son susceptibles por ahora de ser analizados como procedentes de el grafema encargado de representar *a eri final absoluto es <a>,
*-a (panivú, ya visto en TE. 5; ; kduiú en CH.l, perfecto en -<ú>- nunca <u>; aunque ya hemos explicado que la alternancia
= -/ó:/- < *-6- comparable con adstafúh; haligatú = ? en AQ. 3. grafemática del umbro se puede justificar por la ausencia de un
Sólo tenemos fuertes dudas en el caso de erfminú spolttiú , texto de signo intermedio entre <a> y <u>, es posible vincular esta
BO.l, sobre el cual cf. Meiser (1987b) y aquí más abajo. insistencia en <a> de los primeros testimonios del umbro con el
Por consiguiente, los únicos tres casos en los que puede hecho de que el redondeamiento aún no se hubiera producido.
reconocerse con claridad un nominativo singular en -*a presentan Teniendo en cuenta ahora que la inscripción B0.1, erfminú spolttiú,
sistemáticamente <a>, no ninguno de los grafemas empleados para el caso más posible de <Ú> en representación de /a:/# (aunque cf.
representar vocales redondeadas. Resultaría extraño que si el Meiser 1987b) es datada, junto a BA.l, hacia el siglo 111 (dos siglos
redondeamiento de -a tuviera lugar en sudpiceno, éste no fuera posteriores por tanto al resto de la documentación sudpicena), bien
recogido gráficamente por uno de los tres grafemas para vocales puede hablarse de una tendencia latente en protosabelio que se
redondeadas. De nuevo, pues, nos encontramos con un empezaría a manifestar una vez separadas del tronco común las
comportamiento singular del sudpiceno, consistente en no presentar diferentes ramas.
un rasgo, en este caso fonético, hasta ahora atribuido a la fase
común del osco y el umbro. Puede objetarse que, tratándose de un
cambio fonético, no fonológico, no tiene por qué verse reflejado § 4. <U>
gráficamente. Pero a ello puede responderse que, tal como hemos
visto anteriormente, en osco y en umbro se sentía como un El grafema <u> pudiera remitir de entrada a *u, *ü originarias,
fenómeno lo suficientemente importante como para reflejarlo pero la mayoría de ejemplos son válidos sólo para *u, o, como

34 35

J
mínimo. la cantidad originaria no está clara. De hecho, se trata de puklum 'filium', pel. puclois 'filiis ') < ide. *pu-tlo- (> ai. putrá-
un grafema que plantea serias dificultades: si excluimos aquellos "hijo", misma raíz en lat. puer). Puede suponerse para el
casos en que es utilizado para representar la semiconsonante /w/ protosabelio, y por ende para el sudpiceno, una cantidad vocálica
(uelaimes [welayme:s] CH.1; ehueU [e'welé:], suai [sway] vid. a breve como la del antiguo indio.
propósito de esto Adiego 1990b, p. 11 y excurso sobre puúde, y
aquí en cap. 4), y aquellos casos en que aparece en final de palabra estuf, estufk < *estudhi, *estudhi-ke (sobre esta interpretación,
ante <m> (cf. infra § 6), los ejemplos que restan son escasos y a vid. infra cap. 5, § 2), donde u es presumiblemente breve.
veces de difícil cotejo etimológico. Por otra parte, existe la sospecha
de que *u cambiaba de timbre, convirtiéndose en /i:/ (o rufrasim. En la medida en que puede reconocerse aquí ide.
posiblemente en /ü:/), a lo que apuntaría una forma como fitiasom *rudhro- (lat ruber, gr. tpu0ó~. ai. rudhirás), cabe igualmente
(TE.5) [fi:tiya:so(:)m] o [fü:tiya:so(:)m] si la etimología propuesta suponer una *u breve originaria.
por Marinetti (1985), p. 123 y s. ( < *bhutiya-) es correcta). El
problema de este análisis etimológico, que lleva implicado un manus (AP.2) < *manubh(o)s, abl. pl. de un tema manu- (con
proceso también presente en umbro, viene planteado, como muy
*u originaria), a través de un proceso *manufs > manus (cf. u.
bien ha observado Meiser (1987b, p. 106, n. 19) por la formafltias
berus). Lo que no está claro es si tras este proceso que ha supuesto
de AP.3 y RI.l, en la que resulta muy extraña la presencia del
la reducción fs > s se ha producido algún tipo de alargamiento
grafema <í>, sobre cuyo valor fonético hablaremos más adelante,
compensatorio en la vocal o ésta ha seguido manteniendo su
pero del que se puede afirmar -como hace Meiser- que no es el que
cantidad breve.
cabria esperar para representar /u:/.
Ejemplos de <u>:
A nuestro juicio, el único caso suficientemente claro de <u> en
representación de una vocal /u/ larga lo constituye la forma
qupat (MC.l, AP.3), cf. lat. cubat , con u breve en latín (cf. persuka.nt (TE.5), siempre que se acepte la comparación con umbro
también fal. cupat).
suka.tu y por consiguiente su procedencia de *soyka-(Marinetti 1985,
p. 140; Meiser 1987b, p.115). Una monoptongación de este tipo en
puqloh (AQ. 1) = dat. sg. de un tema protosabelio *puklo- (osco sudpiceno es un unicum y no deja de ser sorprendente, como

36 37

j,
veremos en el capítulo dedicado a los diptongos. En cualquier caso, kúrass, con <Ú> representando igualmente una o breve.
aun aceptándolo, no es el testimonio de una *u originaria. De todos
modos, creemos que, dejando de lado la posibilidad de que en sílaba okref (TE.7), ok[r]ikam (CH.1). Cf. umbro ocar (alfabeto latino,
inicial se produjera un cambio *a > *f como apunta la fonna con <o> = /o/< *o).
fltiasom, puede afinnarse que muy posiblemente *u se conservaba
en sudpiceno (como generalmente en osco y en umbro) y que se <u> = /6:/ < *o:
representaba mediante <u> (del mismo modo que, en persukant,
<u> está representando ü procedente de monoptongación). petrúnis (AP.4) < * Petronios (cf. lat Petronius).

-<ús> < *-os, desinencia de Nom. pl. en la flexión temática:


§ 5. <O>, <Ú> apaiús (AP.2); saflnús 'Sabini' (TE.5)

La distinción entre <o> y <Ú> no deja lugar a dudas (siempre


dúnoh (CH.2), donde puede reconocerse el tema *do-no-, lat.
que se prescinda de los finales de palabra en que aparecen seguidos dOnum, etc.
por <m>), tal como ha sido observado por estudiosos como
Marinetti o Me1ser y tal romo nosotros la hemos presentado de un spolftfú (B0.1) < abl. sg. *Spoletyod "de Spoleto" (Meiser
modo sistemático en Adiego (1990b): <o> representa una *o 1987b, p. 116 y p. 119)
originaria; <Ú> representa una *o originaria. He aquí unos cuantos
ejemplos significativos (algunos -no todos- presentes ya en Adiego Por otra parte, sigue pareciéndonos irresoluble el problema
1990b, pp. 8-9): , planteado por adstaeoms (CH. l a), una fonna de perfecto en -6-
(como adstafúh, etc.), lo que implica <o> por *o originaria. Siguen
<o>= /o/< *o: existiendo las dos posibles soluciones apuntadas en Adiego (1990b),
p. 12: o bien se trata de una abreviación de la vocal ante el grupo
postin (TE.2) < *posti-ne > osco pústin, con <ú> = /o/ < *o; consonántico final, o bien es una vacilación gráfica que podríamos
'í'
qora (CH. l), koram (AQ.2), qoras (TE.7): cf. osco kúru, t explicar

como un resto de la pronunciación cualitativamente
1l(
,_.,

38 (~ 39
indistinta de *6 y de *o (vid. infra § 12). Sin embargo, desaconseja -úm -om -um
esta última posibilidad la presencia en la misma inscripción (CH. l TE.7 alintiom
a) de una fonna como ekúsim, con <ú> (aunque no podamos CH.la ]orom
analizarla etimológicamente). raeliom
CH.lb maroúm
elfúm
§ 6. Finales en <om>, <um>, <Úm> CH.2 aniom
RI.1 ]esaguom
Tal como hemos seflalado en la introducción a este capítulo, en
Adiego (l 990b) quedaba pendiente el problema del uso, allí llamado Curiosamente, en ningún caso encontramos los tres usos
"promiscuo", de <o>, <ú>, <u> en sílaba final cerrada por m. promiscuos en una misma inscripción. En AP tenemos -<úm> / -
<um>; en TE, -<úm> / -<om> (con un solo ejemplo de -<um> en
Observemos los ejemplos siguientes: la breve inscripción apies + esum TE.4). En CH encontramos, por
un lado, el comportamiento parejo de la primera parte de CH. l y de
-úm -om -um CH.2 (-<om>), y por otro, el uso de -<úm> en la segunda parte de
AP.l ]raieimúm aúdaqum CH. l. Una vez más, tal como hemos seflalado antes y en Adiego
anaiúm (1990c), CH.la y CH.2 presentan hábitos gráfic.os semejantes. En la
AP.2 meitimúm (Ac. sg.) púpúnum (Gen. pl.) única inscripción de zona sabina (RI.1), sólo está atestiguado -
TE.3 ]titienom <om>.
TE.4 (apies)esum (V) i<lli'•
Por tanto, una vez más pueden esgrimirse criterios geográficos,

TE.5 múfqlúm sidom aunque con prudencia, dada la parvedad del material: -<um> sólo
t(om está documentado en el Norte; a medida que descendemos aparece -
fitiasom (Gen. pl.) <om>. -<úm> está difimdido a lo largo delterritorio piceno, pero su

TE.6 safinúm (Gen .pl.) ¡; presencia en Chieti se limita a la segunda parte de CH. l, que
discrepa en sus hábitos gráficos con CH. la y con CH.2:

40 tiJF,,íi 41
'
·-~
Macerata (?) alargada y nasalizada, del mismo modo que -um en latín repres-
Tinna f. entaba -/ií:/.
Si a estas dificultades unimos el hecho de que muchas veces no
Ascoli Piceno <-úm> <-um>
somos capaces de precisar qué representa morfológicamente este
----------------------------- Truentus f. final (acusativo singular, genitivo plural, etc.), la situación es casi
irresoluble.
<um> (TE.4) Teramo <om> Sólo en dos casos es posible especular sobre la diferencia entre
------------------------------ Vomanus f.
Teramo las dos grafías alternantes. El primero de ellos atañe al empleo de
<-úm> <-om> <úm> y <um> en la zona de Ascoli Piceno: en AP.2 contrasta
------------------------------ Aternus f. meitimúm, un casi seguro acusativo singular complemento directo
AQ.2 (?)
Chieti <-om> / <-úm> de adstafúh (frente a Nom. sg. meitims en TE.5), con púpúnum, un
<- Cures <-om>
L' Aquila (?) 11: genitivo plural de un tema púpúno- que complementa al Nominativo
plural apaiús ("los apaio- de los popono-"). Tal análisis viene
1
!
avalado por la existencia de una fonna púpúnis en MC.2
acompañando a nír ('vir'?, 'princeps'?), sin duda un adjetivo
¿A qué realidad fonética aluden estas diversas grafías? No
púpúnio- derivado de púpúno-. Dado que la desinencia de genitivo
resulta fácil detenninarlo. De entrada, tenemos numerosas dudas
plural de la flexión temática procede de *-óm (< *-o-om), en tanto
para ciertos casos sobre la verdadera cantidad de la vocal en
que el acusativo singular era -om, con o breve, podemos ver aquí
protoitálico. Tampoco resulta claro hasta qué momento se conservó
quizás un atisbo de tratamiento diferente de uno y otro final:
en cada lengua la distinción entre larga y breve en tal posición.
Además hay que tener en cuenta que se trata de un contexto
-úm = /óm/ < *-om
proclive a las alteraciones tímbricas; finalmente, no han de
-um = /u:m/ < *-/ó:m/ < *-óm,
soslayarse probables procesos de caída de -m, con nasalización y
alargamiento de la vocal, como ocurría en latín, de manera que estas
es decir, un cierre paralelo de *o y *ó: -om se conservaba en una
diversas secuencias de grafemas pueden aludir a una vocal posterior
fase anterior, en tanto que *-óm se cerraba en -/ó:m/, del mismo

42 43

.. i ,
modo que ocurre con *6 en todas las posiciones (cf. supra§ 5). Con posiblemente también de *-om, previa abreviación de la vocal larga)
posterioridad, el timbre de una y otra vocal se cerró más en esta pudiera venir detenninado por la influencia gráfica (o incluso
posición, ascendiendo un grado en la escala: fonética) del resto del paradigma. Ello pennitiría explicar que en
TE.5, múflqlúm se escriba con <ú>, del mismo modo que su dativo
-/ó:m/ > -/u:m/ ful " singular debía ser *múflqlúf, su ablativo singular *múflqlúh y su
/ó/ genitivo plural *múflqúm. Por el contrario, en el caso de tfom o
-/om/ > -/óm/ /o/ fitiasom no existe ninguna presión del paradigma que obligue a un
uso general del grafema <ú>, dada la irregularidad del paradigma
El otro caso afecta esta vez a la alternancia <úm> / <om>. En del primero (cf. dat. tefe[) y el carácter de tema en -a del segundo.
TE.5, si se admite que múflqúm es un genitivo plural (tal como Al Sur de TE.6 sólo encontramos <om>, con la excepción de la
propone Marinetti), por tanto procedente de *-om, frente a tfom 'tu', í¡ segunda parte de CH.1 que, una vez más, evidencia su singularidad.
que procede de *te-om, con o breve, tendríamos de nuevo una 1\ Aunque el material es muy escaso, resulta interesante observar que
diferencia cualitativa de la vocal con respecto a su cantidad. En este en CH.2 es donde encontramos fonnas monoptongadas como dúnoh,
caso, además, no existiría el proceso supuesto para AP.2 de cierre lo que significa que la presión del paradigma para imponer <ú> (o
paralelo de los timbres: ante -m, <o> representaría *o y <ú> el fonema que representa) ya no era tan clara (hay que suponer en
representaría *6, tal como hemos visto que ocurre en las demás esta zona un dativo dúnoh frente a un ablativo *dúnúh, etc.). Si es
posiciones (Adiego 1990b). Ello supondría en consecuencia que la , cierto que la tendencia a la monoptongación e~ muy marcada en la
desinencia -asom en fitiasom tiene o breve, algo muy posible pero 'mi;: zona sur (cf. cap. 3), con lo que conlleva de aparición de nuevos
no demostrable (vid. Nieto Ballester 1989). ~: timbres en las vocales finales de los temas en -o, el uso
En el supuesto de que múflqúm fuera acusativo singular, generalizado de <om> pudiera estar relacionado con ello.
posibilidad que por ahora no puede descartarse, la explicación En conclusión, encontramos empleados contrastivamente dos
anterior habría de ser rechazada, ya que existiría una contradicción grafemas para representar una vocal posterior seguida de m final:
en el uso de <om> en tfom frente a <úm> en múflqúm. En tal caso <úm> / <um> y <úm> / <om>. El primer uso está claramente
sólo queda a nuestra alcance una solución: el uso de <om> o <úm> ¡ concentrado en la zona de Ascoli Piceno y es aún posible rastrear
para una misma realidad fonética (procedente de *-om y ,_¡un probable contraste cualitativo / cuantitativo. El segundo uso es

44 45
el habitual de la wna central (con la excepción de TE.4), y en este meitims, meitimom < *meit-i-mo-
caso, aunque hay indicios igualmente de un contraste cuantitativo /
cualitativo, ante su debilidad hay que tener en cuenta como <i> < *f:
alternativa que sirvieran en realidad para representar una misma arítih < *artid
realidad fonética y que la elección de uno u otro grafema estuviera
determinada por la influencia analógica del paradigma (que puede La indeterminación de la cantidad en el grafema <i> impide
ser puramente gráfica o más remotamente fonética). En el Sur, con saber la cantidad originaria de la vocal i en el tema safino-tal como
la excepción de la segunda parte de CH. l, encontramos un uso ha observado Marinetti (1985), p. 33 y ss.
exclusivo y generalizado de <om>, quizás atribuible a que ya no
existía dicha presión del paradigma para imponer un uso de <úm>.
§ 8. <e> <Í>

§ 7. <i> La distinción de estos dos grafemas constituye sin duda el


problema central de la relación entre grafemas y fonemas en el
<i>, al igual que <a> y <U>, continúa las correspondientes sistema vocálico del sudpiceno. Por ello intentaremos proponer una
:<
largas y breves indistintamente, a diferencia de lo que ocurre en , solución que nos parece bastante satisfactoria.
osco con el grafema correspondiente <i>, que recoge sólo *fe i Partamos en primer lugar de aquellos casos en que encontramos
surgida de *y por síncopa: ~ alternancia <e>/ <í>:

<i> < *i: esmín / esmen:


Por samprasarana en púpúnis < Nom. sg. *poponyos MC.1;
apúnis < *aponyos AP.3, por tanto procedente de *y. esmín: MC.1; MC.2; AP.2
mefzstrú{ < *medhisteroy TE.5. esmen: TE.2; CH.2

~;
videtas < *wide- TE.2 vepetí(n) / vepeten (con diversas variantes en la consonante

46 47
inicial): akren < /agre:n/ < *agre(y)-en 'in agro'

vepetf MC.1; uepetfn MC.2;uepet![ Rl.1 Tal análisis puede hacerse extensivo a esmín / esmen y vepetf
vepelen (sin duda error por vepeten, cf. Meiser 1987a) TE.2;. /vepeten. En este último caso tenemos el problema de vepetí, no
iepeten CH.1. **vepetfn, como cabría esperar. Creemos que se trata de un simple
error gráfico, o bien una consecuencia de una pronuncación
Junto a estos casos, encontramos además finales de palabras en - debilitada de n final.
<ín> y en <en> donde sin duda hemos de reconocer una misma Por tanto, en estos ejemplos, <e>, <í> representan una vocal
terminación: larga /e:/ producto de una contracción. Una primera interpretación
de los datos sería suponer que esta contracción significaba un tipo
-mejifn (MC.1; AP.3) de timbre nuevo, lo que a su vez ocasionaba una vacilación gráfica
-ombri!en akren (CH.2) de este tipo. Sin embrago, como podrá observarse en los casos
siguientes, encontramos igualmente ejemplos de <í> y de <e>
Gracias a que podemos interpretar bien los lexemas presentes, representando *e originaria, no producto de una contracción:
podemos ver con claridad que representan en tales casos <í> y <e>:
se trata sin duda de locativos de la declinación temática (por tanto <í> correspondiente a *e originaria:
en *-ey) seguidos de la postposición -en. Ello supone en estos casos
un final -/e:n/ procedente de *-ey-en tras caída de y intervocálica y qupfrfh AP.2 < *kubred 'bene'
contracción de las dos e breves:
<e> correspondiente a *e originaria:
mejifn =/mefje:n/ < *medhye(y)-en 'in medio'.
! videtas < *wide-, cf. lat uidere, u. uirseto < *wideto-.
ombri!en = /ombrije:n/ < *ombrye(y)-en (con desarrollo de un
glide, representado por <í>, cf. infra) 'in Vmbrico'. Por otra parte, está claro que <e> representa también *e
originaria en una serie de palabras:

48 49

j
-el tema mefio- < *medhyo- (mefiín MC.1; AP.3; cf. además En la primera (CH.1 a) aparece <e> para *e (por ejemplo
mefistrúf TE.5). adstaeoms frente a adstaíúh en otros lugares; iepeten; esmen), y el
grafema <í> no está documentado.
-el tema pronominal e- (esmfn/esmen; esmik RI.1) En la segunda parte (CH.1 b) no hay ejemplos claros de <e>
para *e. Está documentado <í> dos veces, aunque en ambos casos
-el tema pronominal esto- (estufk AP.2; estufTE.5; estas AP.3) en contacto con vocales (elfúm, kdufú).

-el verbo esum = 'sum' (TE.4) CH.2 (cf. reinterpretación de los valores de los signos en
Adiego 1990c): <e> representa constantemete *e y *e. Un sólo
-el dativo pronominal tefef (TE.7) / tefeh (CH.2) < *tebhey. testimonio de <í> para notar /j/ (en ombriíen).
No hay ningún ejemplo, por el contrario, de *e representada por
<í>. Por consiguiente, mientras que en la mayoría de las
inscripciones, <e> representa *e originaría, <í>, *e originaria, sólo
Recapitulando brevemente, *e puede aparecer representada por en un grupo muy concreto, <e> desplaza en su cometido a <í>
<e> o por <í>; *e, siempre por <e>. El siguiente paso, en buena (TE.2, CH. l, CH.2). En estos casos, <í> o bien no aparece (TE.2,
lógica, será comprobar cuál es el comportamiento de <í> en aque- primera parte de CH.l), o bien está relegada a un uso muy concreto
llos lugares en que está atestiguado el uso de <e> para *e. (al parecer, la representación de una semiconsop.atente /j/; es el caso
de CH.2 y quizás de la segunda parte de CH.1).
Los ejemplos de <e> para *e aparecen en las siguientes Como puede verse, se trata de un número muy reducido de
inscripciones: inscripciones el que presenta esta anomalía frente a la distribución
de <e> y de <í> en el resto que, justo es señalarlo, es totalmente
TE.2: <í> no aparece. <e> representa *e, *e simétrico al de <o> y <ú> (cf. infra). Pero lo más significativo es
que el grupo de inscripciones que emplean exclusivamente <e> para
CH.1: esta inscripción presenta dos partes de diferente mano (¿y *e y *e puede localizarse geográficamente de un modo muy
época?). concreto: CH. l y CH.2 proceden de la zona de Chieti. Podemos,

(;:
50 51
pues, confinar el uso anómalo de <e> en este caso a un ámbito muy Norte (TE.l, en las proximidades del río Truentus); un uso
reducido (la zona sudoriental del Piceno, en pleno ámbito claramente irregular en TE.2, localizada en al norte del Vomanus;
marrucino). y un uso regular, 'pero con posibles anomalías en una de las
Más dificil es hacer lo mismo con TE.2, localizada en la zona inscripciones de Penna Sant' Andrea, al Sur del Vomanus.
de Teramo, ya que otras inscripciones de la misma zona sí presentan Evidentemente, toda generalización supone actuar ex silentio y
<í>. Sin embargo, vale la pena observar el panorama completo que descuidar factores de tipo cronológico (cambio progresivo en los
ofrecen estas inscripciones (recuérdese que la numeración de hábitos gráficos), pero parece evidente que la distribución geográfica
Marinetti (1985) supone un descenso de Norte a Sur, y que la zona de la grafía "anómala" <e> para *e no es casual, como puede verse
de Téramo esta_situada inmediatamente al Norte de la de Chieti): en el cuadro siguiente, que recoge esquemáticamente la distribución
TE.1: Presencia de <í> con función *e, por tanto, como en la geográfica de las inscripciones sudpicenas y del uso de <í> y <e>
mayoría de inscripciones. para *e:
TE.2: Ya vista, con <e> para *e y ausencia de <í>.
TE.3: Muy breve. No aparece <í> MC: Macerata <í>
TE.4: muy breve. No aparece <í> ---------------------- Tinna f.
TE.5: aparece <f> para *e. Sin embargo, parece haber ciertas AP: Ascoli Piceno <í>
vacilaciones: si la interpretación de nemúne( como *ne-hemóney es
correcta (vid. Marinetti 1985, p. 118, Adiego 1990b, p. 9) ----------------------------- Truentus f.
<í>
tendríamos en tal caso <e> para *e resultante de la contracción
TE: Teramo <e>
*ne(h)emóney > nemóney. ------------------------------ Vomanus f.
TE.6: breve. Ausencia de <í> TE: Teramo
TE.7: presencia de <í> al parecer para *e (tema bríme-sin <Í>/<e>?
------------------------------ Aternus f.
etimología clara; adstaínt, muy posiblemente de *adst<iyenti). AQ.2: <í>
Teniendo en cuenta que la región de Téramo está enmarcada CH: Chieti <e>
<- RI: Cures <í>
entre los ríos Truentus y Aternus y atravesada por el río Vomanus,
AQ: L'Aquila <í>
se observa con claridad un uso regular de los grafemas en la zona

52 53
El dato más notable del sistema sudpiceno tal como surge de lo
De acuerdo con este esquema, en el Sudeste (Chieti) y en un
expuesto más arriba es que recuerda, grafemáticamente y en relación
lugar muy localizado del Este (Bellante (Teramo)) encontramos la
con el indoeuropeo,' al sistema del dialecto jonio (cf. Rix 1976, p.
mencionada anomalía gráfica, en tanto que el resto de inscripciones,
25): en tanto que un solo grafema representa en cada caso el
desde el Norte (Macerata) hasta la inscripción más occidental (la de
resultado de *i, *u, *a largas y breves, existen grafemas para las

·-
Cures, en plena región sabina) presentan un uso regular de <f> para
respectivas largas y breves de *e y *o. El paralelismo de ambos
e.
sistemas gráficos queda claro una vez cotejados:

§ 9. Representación grafemática del sistema vocálico


<i> <í> <e> <a> <o> <ú> <u>
sudpiceno
<t> <rt> <E> <<X> <O> <ro> <U>

De acuerdo con lo expuesto en los apartados anteriores,


encontramos en sudpiceno un total de siete grafemas para la
No creemos que la diferencia que existe entre <e> y <f> o entre
representación de las vocales: <i>, <f>, <e>, <a>, <o>, <Ú>, <u>.
<o> y <ú> en términos sincrónicos en sudpiceno sea únicamente
En relación con su procedencia, los tres timbres básicos del
, una diferencia de cantidad vocálica. Más bien cabe pensar que, al
triángulo vocálico (<i>, <a>, <u>) representan las correspondientes
igual que en jonio, la diferencia cuantitativa venía acompañada de
largas y breves originarias (*i, *f, *a, *a, *u, *ü), en tanto que para
una diferencia cualitativa.
las cuatro vocales indoeuropeas restantes (*e, *e, *o, *o),
Sin embargo, mientras en jonio las largas eran de naturaleza
encontramos un grafema específico para cada una de ellas. Ello
abierta, puede sospecharse una situación contraria en sudpiceno:
puede representarse como sigue:
vocales largas cerradas frente a vocales breves abiertas. Como
indicio para ello pueden servir los siguientes indicios:
I e e a a o o u ü vocales originarias
1
-<Ú> es usado en algunos casos intervocálicamente, para
i e f a a o ú u u grafemas
irepresentar por tanto un sonido próximo a /w/:

55
54
boúediín (AQ.3), noú!nis (AP.4), [k]aúieh, kaúieis (AQ.l). ANTERIORES POSTERIORES
(véase sobre esto y lo que en tales casos representa exactamente NO REDONDEADAS NO REDONDEADAS REDONDEADAS
<ú> el cap. 4).
ALTAS /i(:)/ /u(:)/
-<ú> es usado en algunos casos para representar el segundo MEDIAS /é:/ /ó:/
elemento de un diptongo que originariamente era /w/ y que está en BAJAS /e/ /a(:)/ /o/
trance de apertura: toúta (TE.7) < *towta < *tewta (vid. infra cap.
3).
Dicho sistema, desglosado en largas y breves, queda del modo
-<í> es usado en algunos casos exactamente para los mismos siguiente:
cometidos correspondientes: /j/ consonántica (frente al uso
concurrente de <i>) y segundo elemento del diptongo en proceso de BREVES LARGAS
monoptongación (vid. cap. 3):
fil /u/ /i:/ /u:/
ombriíen (CH.2) frente a veiat (MC.1) /é:/ /6:/
/e/ la/ lo/ /a:/
matereíh, patereíh (AP.2), etc.

Suponiendo por consiguiente para el sudpiceno tanto esta § 10. El sistema vocálico del sudpiceno en relación con el
diferenciación tímbrica como la conservación de la distinción osco-umbro (1): ta serie- velar
cuantitativa, el sistema grafemático apunta hacia un sistema vocálico
como el siguiente: La situación de las vocales velares (posteriores redondeadas) en
osco y umbro plantea una serie de dificultades derivadas de las
carencias de los diversos sistemas gráficos:
Osco:

56 57
1) el alfabeto nacional osco, se caracterizaba en su origen por la
Se había supuesto que, al igual que ocurre en osco, algunos
existencia de un único grafema para la serie velar, tal como ocurría
ejemplos de <o> representando *o evidenciaban que en umbro se
en los alfabetos etruscos en uso. De este modo, <u> representaba el
conservaba un timbre /6:/ para *6, pero tal como señala Meiser 1986
resultado de *o, *o, *u, *ü. Con posterioridad se introdujo un nuevo
p. 120 y ss., se trata de un proceso posterior *ü > o ante nasal:
grafema, <ú>, para representar *o, en tanto que <u> seguía
nome =/no:me/ < */nu:men/ < */nó:men/ < *nomn.
representando las tres restantes vocales velares. De todos modos,
ocasionalmente <ú> aparece representando una *o originaria. La
Puede observarse, pues, que exisúa en las lenguas sabelias una
escasez de ejemplos ha hecho pensar que, al menos en algunos
clara tendencia a oscurecer *o ( > /ó:/), paralela al oscurecimiento
casos, se trata de errores gráficos (Meiser 1986, p. 50). 1
de *e , pero con la particularidad de que en umbro y más
2) el alfabeto osco-griego, como el alfabeto nacional osco
dudosamente en osco, el oscurecimiento culminaba con un cierre de
reformado, distinguía entre el resultado de *o <o> y el resultado de
/6:/ en /u:/. Como se ha visto, la situación en osco es algo confusa,
las otras tres vocales velares (<u> y posteriormente <ou>). En
y de hecho autores como Lejeune aceptan para dicha lengua la cul-
algunos casos, sin embargo, *o aparece representada mediante <o>,
minación del proceso de cierre e intentan· explicar de otro modo las
sin que se haya dado una explicación satisfactoria del fenómeno (cf.
excepciones (Lejeune 1975, p. 246; para las excepciones griegas, cf.
infra).
Lejeune 1970, p. 295, y las críticas de Meiser 1986, pp. 50-51).
3) el alfabeto osco-latino presenta, una vez más, el mismo
Sea como fuere, el sudpiceno se muestra nuevamente más
estado de cosas: dos grafemas, uno, <o>, para *o, y otro, <u>, para
arcaico que el osco y el umbro, ya que distngu~ nítidamente los tres
*o, *u, *ü.
timbres velares que cabe postular para el protosabelio, en tanto que
el umbro los ha reducido a dos y el osco parece estar muy próximo
Umbro: a ello:
1) el alfabeto umbro, como el alfabeto osco antes de la reforma
gráfica y, en última instancia, como el alfabeto etrusco del que /o/ <*o <o>
procede, sólo disponía de un grafema (<u>) para las vocales velares. /6:/ <*o <ú>
2) el alfabeto umbro-latino disponía de dos grafemas, <o> y /u(:)/ < *u, *ü <u>
<u>. <o> representa *o originaria. <u>, el resultado de *o, *u y *ü.

58 :~1 /;¡.• ~

i ·~,v.' 59
~'

J
¡.;

,,.
k
surge de una *e originaria. Existe una /e:/ correspondiente
§ 11. El sistema vocálico del sudpiceno en relación con el (representada a veces por <ee>, pero surgida por alargamientos
osco-umbro (2): la serie palatal compensatorios más recientes ocurridos en el interior del osco (Rix
1983, p. 98), por lo que la dejaremos fuera de la discusión.
La diversidad de sistemas gráficos empleados para el osco y el 2) en el alfabeto griego empleado para notar el osco, en-
umbro (alfabetos nacionales osco y umbro, alfabeto latino para contramos t, et, e para representar respectivamente <i>, <í>, <e>2•
ambas lenguas, alfabeto griego para el osco), no exactamente iguales
en el número de grafemas empleados ha dificultado largo tiempo la Umbro:
fijación con claridad de las caracteásticas de las vocales palatales 1) en el alfabeto nacional umbro sólo existen dos grafemas para
(anteriores) en ambas lenguas. Sin embargo, un trabajo bastante la serie anterior, <i> y <e>. En cualquier caso, <e> queda relegado
reciente de Rix (1983) ha venido a ofrecer por fin una a la representación de *e originaria, en tanto que <i> cubre los casos
sistematización clara y rigurosa de los hechos. Las ideas principales restantes.
pueden resumirse como sigue: 2) en alfabeto latino empleado para notar el umbro, encontramos
junto a <i> y <e> el dígrafo <ei> que alterna con aquellos otros.
Osco: .Pero, tal como sefiala Rix, dicha alternancia no es caprichosa, ya
1) en alfabeto nacional osco encontramos tres grafemas (al igual que se produce justamente en aquellos casos en que el osco emplea
por tanto que en sudpiceno, pero cf. infra): <i>, <í>, <e>. <í>, es decir, para representar el sonido intermedio resultante de *i
<i> representa una vocal /i/ bastante cerrada. Recoge tanto la fl/ y *e 3
, en tanto que <i> representa *y vocalizada e *f (junto a *ü
surgida de *y por samprasarana como la *i (en este último caso se que en umbro pasa a l), y <e> representa *e (junto a algunos
recurre a veces a una grafía <ií> que recoge la cantidad de la vocal) productos de la monoptongación).
<í> representa una /e/ cerrada o una f1/ abierta, que
transcribimos mediante /é/. Ha surgido de ide. *i, *e (en este último Como puede observarse, pese a que tanto en sudpiceno como en
caso se representa la cantidad ocasionalmente mediante geminación osco y umbro encontramos tres cualidades vocálicas diferentes (/i/,
<íí>). /e/ y un timbre intermedio /é/) que intentan ser recogidas
<e> representa una e abierta (/f/), que nosotros transcribimos ~; grafemáticamente (salvo en el deficiente alfabeto nacional umbro),
simplemente mediante /e/ por mayor comodidad tipográfica. Esta /e/

61
60 ¡~i

~
no tienen un mismo origen: en tanto que el sonido intennedio es el § 12. El sistema vocálico del sudpiceno en relación con el
producto de *i y *e en osco y en umbro, en sudpiceno es el osco-umbro (3): recapitulación
producto exclusivo de *e; *i aparece reflejada mediante <i>. Esta
constatación pennite dejar de lado por excesivamente simplistas los Según lo expuesto en los párrafos anteriores, el sistema vocálico
intentos de equiparar absolutamente el sistema grafemático del del sudpiceno, tal como nos lo muestran los grafemas que lo
sudpiceno con el del osco. Así, el propio Rix (1983), p. 99, habla componen y los fonemas originarios que representan, presenta una
de la arcaicidad del sistema tripartito del vocalismo palatal distinción de siete timbres diferentes /i/ /é/ /e/ /a/ /ó/ /u/ pero, a
aduciendo para ello el sudpiceno. Ello es cierto, pero sólo en parte: diferencia de lo que sucede en osco y en umbro, /é/ no ha surgido
en sudpiceno, a diferencia del osco y del umbro, no hay una de la confluencia de *e y *i, sino que simplemente recoge una *e
confluencia de *i y *e en un fonema intennedio (breve y largo en originaria. Por otra parte, en la serie velar, aparece claramente
cada caso), sino simplemente una tendencia a cerrar *e, expresada indvidualizado un sonido /ó:/ procedente de *6, mientras que en
mediante el grafema <í> que, salvo en su empleo en diptongos, en umbro totalmente, y en osco casi totalmente, dicho sonido ha pasado
unos casos de anaptixis en AP.2 (arítih, qupfríh) y como glide en a /u:/.
CH.2, representa siempre una vocal larga (/é:f). Existen además algunos indicios, muy claros en la serie palatal
Incluso es posible rastrear las huellas sumamente arcaicas de y muy localizados geográficamente, de no individuación cualitativa
una no diferenciación cualitativa entre *e y *e en aquellas de los tim_bres /é:/ /ó:/ frente a los procedentes de las breves
inscripciones, situadas fundamentalmente al Sudeste (zona de respectivas *e y *o.
Chieti), en las que, como vimos en § 8, utilizan <e> indistintamente Todo parece indicar por tanto que, una vez más, el sudpiceno
para *e y *e (cf. videtas en CH.2), en tanto que el grafema <í> se se nos muestra como una lengua muy arcaica, ya que presenta un
emplea para el glide /j/. estado de cosas anterior al que se supone para el protosabelio (o
"proto-osco-umbro" de Rix 1983): tanto Rix (1983) como Meiser
(1986) suponen para dicho protosabelio, entendido como fase común
del osco y el umbro, una confluencia casi total entre *e e *i. Ante
ello, el estudioso se encuentra con dos posibles interpretaciones de
los hechos: o bien supone que el proceso de confluencia se produjo

62 63
no en la fase común protosabelia (considerando como tal la etapa de
indistinción entre osco, umbro, sudpiceno y demás lenguas), sino
posterionnente, cuando las lenguas ya estaban individualizadas, y
sin alcanzar al sudpiceno ya por motivos geográficos (la isoglosa no
alcanzó la zona de habla sudpicena), ya por motivos cronológicos
(la innovación es posterior a la documentación sudpicena); o bien
supone, en la línea de Adiego (1990a), que el sudpiceno se separó
tempranamente del protosabelio y que, por lo tanto, no se vio 3. DIPTONGOS Y MONOPTONGACIÓN EN
afectado por una innovación surgida en el seno del que hemos SUDPICENO
llamado "Protosabelio 11", es decir, de la fase común osco-umbra
una vez separado el sudpiceno. En cualquier caso, y tal como
ocurría con la desinencia de 3ª persona del plural del perfecto, la
lengua sudpicena muestra un comportamiento singular por su
arcaismo con respecto al osco y al umbro.

NOTAS:

(1) Buck (1928), p. 38: "The relation of o to o is parallel to that


of e to e".

(2) El empleo del dígrafo <et> para /é/ fue introducido en la


escritura osco-griega en torno al siglo 111. Con anterioridad se
empleaba <e> para /é/ y para /e/. Vid. una explicación completa de
los hechos en Lejeune (1970), p. 290 y ss.

(3) Dejamos de lado la cuestión de la monoptongación y su


representación en umbro. Vid. para ello Meiser (1986), p. 122 y ss.

64
§ 2. En posición no final

En posición no final se observa:

§ l. Introducción (1) estabilidad de los diptongos con segundo elemento /y/:

Uno de los problemas centrales planteado por el sudpiceno es *ay


el de la tendencia a la monoptongación. Resulta significativo que ya (pid)aitupas (fE.5)
en el siglo V a. C. pueda observarse con claridad una tendencia de praistaft, praistaklasa (TE.5)
este tipo en una lengua itálica.· Además, la situación es bastante p]raistafúh (RI.1)
compleja por una serie de factores. De entrada, la monoptongación (dudosos: suaipis, povaisis (fE.5): pueden ser constar cada uno
no se produce de un modo generalizado: por una parte, parecen de dos palabras)
existir diferencias según el lugar que el diptongo ocupa en la uelaimes (CH.lb)
palabra; como veremos, la tendencia a la monoptongación es más
marcada en final de palabra. Por otra parte, y tal como ocurría con *ey
el vocalismo, encontramos diferencias asimilables a la distribución meitimúm (AP.2)
geográfica de las inscripciones y por tanto atribuibles a una d[]kdeintem (AP.3)
dialectalización de la lengua. meitims (TE.5)
Otro factor que contribuye a dificultar el estudio de la brímeidinais, praistaft (fE.7)
monoptongación es el grafemático. Vemos de nuevo en juego los deiktam (CH.1)
grafemas de carácter vocálico que acabamos de estudiar, y a ello
hay que sumar en este caso el grafema <h>. *oy
Ningún ejemplo seguro (cf. infra)

66 11· 67
f:. r
é
}
'li,~
Obsérvese la regularidad de las grafías en casos como meitims § 3. En posición final
/ meitimúm, prai-, etc. Únicos ejemplos posibles de tendencia a la
monoptongación son, por una parte, la fonna raeliom en CH. l En posición final, el panorama es más confuso, sobre todo por
(donde convive con fonnas con diptongo como deiktam) y la presencia de secuencias del tipo -<ef>, -<eh>, -<efh>, -<úi>, -
persukant, donde se ha querido ver un tema *soik-, lo que supondría <úf>, -<oh>, etc. A ello se suma la diferencia entre final absoluto
-oy- > ü. o final no absoluto. Observemos diptongo por diptongo.

(2) tendencia a la monoptongación de los diptongos con § 3. l. *ey


segundo elemento /w/; en el caso del diptongo /ow/ tenemos
atestiguado el proceso completo en toúta- > túta- (/toóta:/- > /tó:ta:/- (1) En final absoluto: grafía <efh> en AP.1 (materefh,paterefh);
(cf. Adiego 1990b p. 11-1.2). Eh estos casos, frente al uso de <i> grafía <ef> en TE.7 (tefe(, okre(); grafía <eh> en CH.2 (tefeh);
para el segundo elemento de los diptongos *ay, *ey, encontramos (sobre kaúieh, vid. infra).
sistemáticamente <ú>, en vez de <u> o bien <v> (como ocurre en
osco): No resulta fácil interpretar qué representan estas grafías: o bien
todas están intentando representar una misma realidad (la existencia
*aw: de una nu~va vocal larga de timbre cercano a /e/ pero distinta a <e>
aúdaqum (AP.1) y a <f>, con lo que <eí> sería en realidad .un dígrafo), o bien
representan diversas fases de un proceso de monoptongación, más
*ow (<*ow, *ew) acentuado en la zona de Chieti, donde encontraríamos la fase final.
tútas (TE.5) En cualquier caso, pueden observarse estos dos elementos:
toúta (TE. 7) -el uso de <f> no de <i> como segundo elemento del diptongo
toútaih (Rl.1) denota con claridad una alteración del diptongo originario (frente a
la grafía <ei> para el diptongo en posición no inicial, cf. supra). Por
tanto, cabe afinnar que, como mínimo, el proceso de diptongación
ya estaba en marcha.

68 69
-<eíh> de AP.1 parece un grafía de compromiso entre <eí> y aparece claramente monoptongado en -/o:/ (<oh>, cf. infra).
<eh>. Más llamativo aún es el caso de las inscripciones de la zona de
-<h> puede representar la cantidad larga de la vocal resultante. Chieti. En CH.la y én CH.2 parecen claros los casos de *-eys >-es,
Para <eíh>, y siguiendo con lo dicho en el párrafo anterior, cabría pero en CH.lb vemos convivir múreis con staties y velaimes. Si
pensar que <eí> es aquí un dígrafo que representa una realización bien staties es ambiguo (podría ser un nominativo de un tema en -
,,,....
monofonemática /eé/. iyo-, procedente de *statiyos, con síncopa, samprasarana y apertura
-si <eh> es en realidad la culminación del proceso de i >e, como en osco), velaimes parece ser un genitivo en -es< *-eys.
monoptongación, cabe pensar que, mediante <h> se está repre- Salvo que el diptongo en múreis sea de origen secundario, no existe
sentando una /e:/, correspondiente en cuanto al timbre a /e/ (breve) modo de conciliar ambas formas.
=<e> (frente a <í> = /é:/). En cualquier caso, sorprende que no encontremos una grafía
Por consiguiente, o bien las tres grafías representan lo mismo, <eís> en los dos casos citados (kaúieis y múreis) que denotara el
o, más probablemente, el proceso ha sido el siguiente: inicio del proceso de monoptongación. Cabe por tanto formular la
duda de que estos genitivos tan antiguos en -es del ópico y el
*-ey (no atestiguado)> /eé/ > (leé:n) > /e:/ sudpiceno procedan en realidad de *-eys.
<eí> (<eíh>) <eh>

(2) En final no absoluto: la monoptongación total parece clara § 3. 2. *-ay


en una serie de ejemplos en los que es posible reconocer un genitivo
en -/e:s/ procedente de *-eys. El más claro es TE.4 a[ ]pies esum (1) En final absoluto: el único ejemplo claro es toútaih en RI.1.
"soy de A[ ]pio", claramente comparable a las formas ópicas bruties Aunque puede compararse con -<eíh>, como procedimiento para
11 esum, ievies 11esum 1• Sin embargo, frente a ello encontramos un expresar un estadio del proceso de monoptongación, resulta extraño
claro genitivo en -<eis> (¡no <eís>!) en kaúieis (AQ.l). Esta forma el uso de <i>, no de <í> (cf. infra súafs), pero puede tratarse de una
resulta claramente significativa, ya que permite afirmar que los grafía histórica que, con el añadido de <h> intentaría recoger de
procesos de monoptongación de los diversos diptongos funcionaban algún modo la tendencia a la monoptongación.
a diferente ritmo: en esta misma inscripción, el diptongo final *-oy Otro posible caso es suaipis, si se admite la explicación *swai
kwis = 'si quis'. En este caso, de nuevo encontraríamos <ai>, no

70 71
<aí>. § 3. 3. *-oy (*-oy)
Sería interesante ver en fonnas como homanah (AQ. l), selah
(AQ.3) un proceso *ay> /a:/ <ah>. Sin embargo, también es posible (1) En final absoluto: parecen convivir al menos tres grafías:
interpretarlos como ablativos procedentes de -*ad (con -h < -d, <úí>, <úi> y <oh>. La distinción entre las dos primeras no está
como qupfrfh < *kubred) (cf, Meiser 1987b, p. 117). clara, ya que aparecen juntas en una misma inscripción (posmúi /
titúf, mefistrúf en TE.5; posmúi / brfmeqlúf, qdufeniúí en TE.7).
(2) En final no absoluto: el único ejemplo seguro es súaís Aunque no parece casual, además, que sea la misma palabra en
(AP.2), que puede interpretarse como un ablativo plural (< -*ays). ambos casos la que presenta <úi> (posmúi), encontramos igualmente
Otro caso muy probable es brfmeidinais (TE.7). El primer ejemplo <úi> frente a <úí> para lo que parece ser la misma palabra: titúi
apunta a una tendencia a la monoptongación, ya que <aí> está (AP.1) / titúí (TE.5), si bien el primer ejemplo es dudoso.Sea como
representando /aé/, pero ~l segundo seftala la conservación del fuere, la grafía <úi> apunta a una tendencia a abrirse del segundo
diptongo. elemento del diptongo (cf. infra).
En diptongos de origen secundario (por síncopa en sílaba final), En cualquier caso, lo más llamativo es el uso de <ú> en vez de
resulta interesante constatar la fonna apaes de MC.1 frente a apais <o>, frente, por ejemplo, a <e> en vez de <í> en el diptongo <eí>.
de MC.2. Ello puede explicarse si se piensa que todos los casos parecen ser
ejemplos de desinencias de dativos procedentes de un diptongo largo
Parece, por tanto, que *-ay en posición final, tanto absoluta *óy. Ahora bien, ¿<Ú> está representando aquí simplemente un
como no absoluta, se mostraba bastante resistente a la timbre diferente (/ó/), o un timbre diferente y una cantidad larga?
monoptongación: Sólo en fonnas como súafs o quizás también Esta última posibilidad resultaría enonnemente atractiva, ya que
toútaih cabe ver ciertos indicios de un proceso de monoptongación. supondría la conservación de diptongos largos en época histórica en
En cualquier caso, son fonnas aisladas y de zonas geográficas muy una lengua itálica. Sin embargo, el hecho de que el grafema
distantes. correspondienté a *e, <í>, se utilice aquí para el segundo elemento
del diptongo, que no era largo, significa que <í> -y, por tanto,
podemos suponer que también <Ú>- eran empleados para representar
un timbre detenninado, pero no necesariamente una cantidad

72 73
vocálica larga 2
• *-o(n)d).
La grafía <Úí> representará por tanto una secuencia /óé/ (más 3) El párrafo anterior supone que el proceso de monoptongación
remotamente /ó:éf), en la que cabe observar una vez más la no concluía con la simple caída del segundo elemento del diptongo,
tendencia a la monoptongación. El segundo elemento del diptongo sino que el timbre del primer elemento se abría. De este modo, el
tiende a descender un grado en el triángulo vocálico y convertirse dígrafo <oh> representa la larga correspondiente de la vocal breve
en una vocal media, atraído por el carácter medio del primer abierta <o>, del misma manera que <eh> representa, como hemos
elemento: visto, /e:/ correspondiente a <e> = /e/.
Lo más significativo de las grafías empleadas para representar
u *oy, (o, mejor dicho, *oy) originario es que, a diferencia de lo que
é ó ocurría con las correspondientes a *ey, no es posible, a nuestro
juicio, incluirlas como fases diferentes de un mismo proceso de
monoptongación: <úí> supone un punto de partida <úi> (/ój/, cf. los
Dicho proceso parece estar en sus inicios, como lo muestra la mencionados titúi, posmúi), lo que significa que o bien el segundo
mencionada grafía <úi>. elemento del diptongo /i/ provocaba un cierre de /o/ hacia /6/, o
Frente a esta grafía, eonctramos también, como ya se ha dicho, bien, más remotamente, que se conservaba la cantidad larga del
<oh>, que representa sin duda la culminación de un proceso de diptongo cuando se producía el paso de /o:/ a /ó:/. El siguiente paso,
monoptongación. En relación con esta grafía, cabe destacar tres como lo muestra la grafía, es la apertura de /i/ a /é/: <úí> (/óé), cf.
factores: supra). Nos resulta difícil postular que de /óé/ pueda pasarse a /oh/,
y, a su vez, <oh> parece más bien proceder simplemente de /oj/,
1) Puede localizarse en una zona geográfica muy concreta: con caída del segundo elemento y alargamiento compensatorio del
Chieti y L 'Aquila, es decir, en la zona sur y sudorienta! del primero (/o:f). De ser cierta esta explicación. podemos concluir que
sudpiceno (vid. infra § 9. 3). la dialectalización del sudpiceno llega al extremo de presentar no
2) En CH.2, <oh> procedente de *-oy contrasta claramente con sólo resultados más avanzados de los mismos procesos, sino
<úh> procedente de *-od (]titiúh, con un final idéntico a las fonnas procesos totalmente diferentes:
verbales en -úh, tipo adstafúh, praistafúh, y por tanto procedente de

74 75
*/o:j/ > */oj/ > /ój/ > /óé/ secuencia como "a Gavio hijo de Gavio" (cf. Meiser 1987b). Si,
*/o:j/ > */oj/ >/o:/ como parece indiscutible, tras k]aúieh y kaúieis hay un tema en -o
kaúio-, cabe suponer que k]aúieh es un dativo procedente de
(o bien:) *Gavioy. Esto significa que, al menos en un caso, encontramos un
*/o:j/ > /ó(:)j/ > /ó(:)é/ proceso *-oy >-e (representada mediante <eh>, justo el tratamiento
*/o:j/ > /oj/ >/o:/ del umbro). En sudpiceno, sin embargo, parece que este proceso
estaba determinado por la presencia de la vocal i ante el diptongo.
Por otra parte, el diptongo en -<oh> tiene a nuestro entender Sólo así cabe explicar la convivencia de un dativo en -eh con un
una gran importancia para la cuestión del dativo singular temático dativo en -oh como puqloh. Dicho de otro modo, tendríamos un
en las lenguas itálicas: este diptongo supone un proceso *-oy > -o proceso *-ioy > *-iey > -ie. No sería descabellado suponer que en
en sudpiceno, proceso que repetidas veces se ha negado para el laún umbro el proceso de *-oy hacia -e por un paso intermedio *-ey
(cf. ahora Villar 1985, 1987). Mientras que en el caso del laún hubiera comenzado en los temas en -yo-, esto es, por influencia de
resulta imposible demostrar que el dativo en -o proceda del dativo la vocal palatal precedente, y que posteriormente la regla *oy > *ey
en *-oy, las formas sudpicenas no dejan lugar a dudas: -<oh> es una se hubiera extendido a los demás finales en -oy,
grafía creada expresamente para representar el resultado de la independientemente del contexto.
monoptongación, ya que si hubiera existido un dativo originario en
*-o conviviendo con el dativo en *-oy (solución propuesta en ultimo (2) En final no absoluto: no hemos detectado ningún ejemplo.
extremo por Villar para justificar las formas en -oi del laún arcaico),
éste vendría representado mediante <ú>, no mediante una grafía de § 3. 4. *aw, *ow
clara creación secundaria (como lo es <eh> para el resultado de
*ey). Dado que en sudpiceno es posible un proceso -oy > -o, no No hemos localizado ejemplos de *aw, *ow (< *ew, *ow) en
existe razón alguna para pensar que algo similar no haya ocurrido posición final, ya sea absoluto o no absoluto.
en latín.
También resulta de singular interés la forma k]aúieh en AQ.1:
k]aúieh kaúieis puqloh. No hay duda alguna en interpretar esta

76 77
§ 4. La monoptongación desde un punto de vista geográfico Vomanus y Ate mus (inscripciones TE.5 y TE. 7), parece mostrar que
el proceso de monoptongación no ha avanzado demasiado: se
Hay dos casos en los que con claridad puede observarse una recurre a <í> (en algunos casos, como posmúi, a <i>) para
correspondencia entre el estadio del proceso de monoptongación y representar el segundo elemento del diptongo, lo que implica una
la situación geográfica de los ejemplos. Se trata de los resultados de tendencia a la apertura de y. En la zona meridional, por debajo del
los diptongos *-ey y *-oy en final absoluto de palabra. Observemos Aternus (Chieti, AQ. l), en territorio marrucino y peligno,
una vez más el mapa esquemático de las inscripciones: encontramos ya las peculiares secuencias grafemáticas <eh> y <oh>
que parecen confinnar que el proceso de monoptongación ya ha
concluido con la aparición de dos vocales largas de timbre nuevo
Macerata (?) (?)
(abiertas, como las correspondientes breves <e> y <o>, frente a <f>
---------------------- Tinna f.
y <ú>) En el caso de <oh>, además, ya hemos visto que no puede
<-úi>? retrotraerse a <úi> ni a <úí> como pasos previos, por lo que la
Ascoli Piceno <-eíh> evolución ha sido paralela.
----------------------------- Truentus f. En la zona Norte, el panorama no es tan claro, sobre todo por
la falta de ejemplos (titúi de AP.1 es dudoso). En cualquier caso, en
Teramo <-oh> (TE.l) esta zona encontramos <eíh>, que parece representar un estadio
------------------------------ Vomanus f.
Teramo ' intennedio entre <eí> y <eh>.
<-úí>/<úi> <-eí> Muy significativa resulta la presencia de <oh> en TE.1. Salvo
que haya de por medio factores cronológicos (por otra parte
-~(; Aternus f. imposibles de establecer), todo apunta a que entre el Vomanus y el
Chieti <-oh> <-eh> Aternus hay un enclave más conservador (el de TE.5 y TE. 7)
<- Cures (?) rodeado al Norte (TE.1) y al Sur (Chieti) por tendencias más
AQ. 1 <-oh> <-eh> innovadoras.

Como puede observarse, la zona central, situada entre los ríos

78 79
NOTAS

(1) Proponemos el nombre de ópico para la lengua de una serie


de inscripciones procedentes de Campania y de época anterior a la
presencia de hablantes de lengua osca en la zona (pueden verse
recogidas en Meiser 1986, pp. 20-21. Sobre las dos mencionadas
más arriba, Pocc. 144, 145 respectivamente, vid. ahora Wallace
1990).
Meiser llama a la lengua de estas inscripciones "presamnita".
Wallace habla de "paleoosco". La denominación "presamnita" no
nos parece muy satisfactoria por su carácter "negativo" ("lo que es
4. OTROS FENOMENOS RELACIONADOS CON EL
previo al samnita"). En cuanto a "paleoosco", resulta muy poco
adecuado, ya que la lengua no es un osco antiguo, sino una lengua VOCALISMO
anterior y en todo caso más cercana al sudpiceno o al umbro que al
osco (cf. Meiser ibid.)
Proponiendo la denominación "ópico" no hacemos sino resucitar
la forma en que Devoto (1940) p. 46 llama al material preosco de
la Campania, dado que "ópicos" era el nombre de los habitantes
presamnitas de esta región. Puede objetarse que tras la raíz de
"ópico" está la misma de "osco" ( *Ops-ci > Osci), pero puede
recordarse el caso semejante en Anatolia entre el hatti (la lengua
prehetita) y el hetita. En uno y otro caso está el error, antiguo o
moderno, de atribuir el nombre de los antiguos pobladores de una
zona a los que llegaron con posterioridad, pero en uno y otro caso
no existe posibilidad de confusión.

(2) A ello puede afiadirse el uso de <í> como vocal anaptíctica


en qupfrfh y arftih.

80
semivocal <w>, en Adiego (1990b) hablábamos de uso promiscuo.
Esto, sin embargo, es fruto de una observación excesivamente
superficial del material. Se impone, por tanto, un análisis exhaustivo
de los datos. En primer lugar, he aquí el conjunto de fonnas que
presentan el grafema <v>:

MC.1: veiat, vepetf


TE.2: viam, vepses, vepelen
§ l. Introducción TE.5: povaisis, panivú
AQ.2: ?/rakinev{s{!
Tras el estudio del sistema vocálico (cap. 2) y de los diptongos (a ellos cabe afiadir su posible, pero muy dudosa, presencia
(cap. 3), quedan aún algunas cuestiones, en estrecha relación con el en AP.l, cf. Marinetti 1985, p. 175)
vocalismo o sus grafemas, que intentaremos constatar y, si es
posible, explicar. En conreto, resta la cuestión de los usos Como puede verse, <v> está de hecho atestiguado en muy pocas
intervocálicos de <ú>, <u> en concurrencia con la semivocal <v>, inscripciones. En otras, está suplido por <u> (no por <ú>, cf. infra):
cuestión anticipada, pero apenas tratada y, por supuesto, no resuelta,
en Adiego (1990b), pp. 10-11. A dicho problema está dedicado este
breve capítulo. TE.1: suaipis, ehuelf
CH.1 b: uelaimes
RI.1: uepeti[
§ 2. La semivocal <V> y el uso semivocálico de <Ú>, <U> (dudoso: uepet{n (¿o lepetfn?) en MC.2)

En el alfabeto sudpiceno existe un grafema que sirve para Este estado de cosas puede explicarse de dos modos: o bien,
representarla semivocal/w/, grafema transcrito mediante <v>. Dado <v> es un grafema en trance de desaparición, o bien es un grafema
que encontramos <u> y <ú> en funciones semejantes a la de la en trance de implantación. Una u otra opción son, en realidad, las

82 83
dos caras de una misma moneda: <v> está en competencia con <u>, En Adiego (1990b) p. 12 apuntábamos muy de pasada el
ya porque intenta desplazarlo, ya porque es el propio <u> quien camino hacia una explicación más ajustada. De acuerdo con ello, la
pretende desplazarlo. Hacia la primera opción apunta sin duda el clave estaba en el contexto estricto en que aperece <ú> en tales
testimonio de AQ.2, la inscripción sobre el "guerriero di ejemplos: detrás de <o> (noúfnis, poioúeta, boúedifn) y detrás de
Capestrano", dada la mayor antigüedad que se le atribuye. En ella, <a> (kaúieh, kaúieis), es decir, detrás de aquellas vocales con las
además, <v> presenta una forma clara de digamma (f). Sin que <ú> = /ó/ (procedente de /w/ segundo elemento del diptongo)
embargo, el hecho de que el origen exacto de la forma del grafema forma diptongos (por tanto, del tipo /aó/, /06/): aúdaqum, toúta ...
<v> en el resto de las inscripciones sea por ahora un enigma, deja Creemos que aún puede irse más lejos en la búsqueda de una
abierta la posibilidad de que se trate de una creación más reciente explicación, planteando la posibilidad de que, en los ejemplos
en proceso de introducción y limitada a áreas muy concretas. citados, las secuencias <aú> y <oú> también representen diptongos.
Aclarada la distribución de <U> y <V>, quedan aquellos ejemplos En kaúieh, kaúieis, ello es perfectamente posible si suponemos que
de uso intervocálico de <ú> que teóricamente rompen la coherente representan /gaó.je:/, /gaó.jeis/ (mediante <.> representamos la
situación descrita: separación de sílabas), más bien que /ga.wi.(j)e:/, /ga.wi.(j)eis/ o
/ga.wje:/, /ga.wjeis/. En los demás casos, puede suponerse una
AP.5: noúfnis separación entre <aú> = /aó/ , <oú> = /oó/ y la vocal siguiente,
CH. la: poioúeta separación consistente en algún tipo de oclusión glotal que
AQ.1: kaúieh, kaúieis representamos mediante /' /:
AQ.3: boúedifn
AP.5: noúfnis = /no6. 'é:.nis/
CH.la: poioúeta = /po.joó. 'e.ta/
La explicación más simple consistiría en limitarse a constatar AQ.3: boúedifn = /boó. 'e.djé:n/
que este uso de <ú> está documentado en inscripciones en las que
no aparece ni <u> en tal cometido ni <v>. Sin embargo, ello no Dicha oclusión glotal aparece representada mediante <h> en
explica por qué se recurre a <ú> que, según hemos visto, respenta súhúh, donde, como se verá en el cap. 5 (§ 4), estamos ante la

/ó(:)/, en vez de, simplemente, recurrir a <u>, que representa /u/. culminación de la monoptongación de <oú> (/oó/) procedente de la

84 85
secuencia /ow/. TE.5: povaisis, panivú
Ahora bien, en noúinis y en boúedifn al menos, puede AQ.2: ?/rakinev{s{!
observarse que lo que existía originariamente era una semivocal /w/
(*nowerry(o)s, en última instancia de ide. *newn, *bowedye(y)en, cf. De entrada, podemos descartar panivú, ya que <v> aparece tras
lat. bos, bouis < *gwow-, y lo mismo podemos suponer para kaúieis, {l/, no tras /a/ o tras /o/, los fonemas que desencadenan el proceso
kaúieh (lat. Gauius), así como para el inencionado súhúh (* < visto.
sowod, cf. cap. 4, § 5). Parece, por consiguiente, que en sudpiceno Por la misma razón puede descartarse el ejemplo de AQ.2: aquí
se ha producido un proceso de reorganización silábica impulsado <v> aparece tras <e>. En cualquier caso, se trata de una forma un
por el hecho de que toda secuencia /aw/, /ow/ pasa a percibirse tanto aberrante (posiblemente un nombre propio no itálico), ya que
como diptongo, y a sufrir en consecuencia el correspondiente esperaríamos /o/, no /e/ ante /w/.
proceso de monoptongación, aunque originariamente /w/ fuera parte Queda, pues, la forma povaisis de TE.5, difícil de encajar en
de la sílaba siguiente. El proceso puede ejemplificarse como sigue: nuestro análisis, pues según lo dicho, esperaríamos **poúaisis o
simplemente **pú(h)aisis. Sin embargo, existen varias explicaciones
/no. we.nis/ forma originaria alternativas que pueden convertir a povaisis en un simple
/now.(')e.nis/ reorganización silábica y posible inserción de pseudoejemplo: (1) podemos estar ante dos palabras (po, vaisis): en
una oclusión glotal para marcar el hiato la misma inscripción encontramos, por ejemplo, una secuencia
/noó.(')e.nis/ tendencia a la monoptongación praistaklasa claramente compuesta por praistak1a y sa. (2) Podemos
<noúfnis> representación grafemática estar ante un preverbio seguido del verbo (para po-cf. lat. pono <
*po-sino): como es sabido, los contextos creados por preverbio más
verbo resultan más resistentes a ciertos procesos que el interior de
De este modo se explica de un modo global la distribución de palabras o los contextos creados por derivación y flexión. (3) <v>
<ú>, <v>, <u>. Sólo restan algunas pequeñas dificultades, puede haber surgido como "glide" (/w/). Esta explicación es
planteadas por la presencia de <v> -no <ú>- en posición compatible con cualquiera de las dos anteriores. Cualquiera de estas
intervocálica (significativamente, no hay ejemplos de <u> en tal tres opciones suponen, en definitiva, que <v> representa una w
posición). Observemos todos los casos: intervocálica reciente, no originaria. 1

86 87
En conclusión, toda secuencia *aw, *ow (< *ew, *ow) es
interpretada como diptongo en sudpiceno, ya sea originariamente un
diptongo, ya en ella /w/ viniera seguida de otra vocal. Ello conlleva
que tales secuencias sufran la misma tendencia a la monoptongación
que los diptongos propiamente dichos. La única excepción (povaisis
en TE.5) puede explicarse si se supone que w representada por <v>
no es, o ella misma, o su posición intervocálica, originaria.

S. ALGUNAS CUESTIONES LÉXICAS


NOTAS

(1) Junto a las explicaciones apuntadas no hay que dejar de lado


la posibilidad de que ande por medio una labiovelar originaria (cf.
nuestra explicación de puúde en Adiego 1990b).

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cuadra en absoluto con la idea de que puíh represente /pwé:h/ con pw
procedente de *kw, ya que <í> representa una vocal anterior (/é:/, cf.
supra).

(2) En tal caso, además, cabría postular un *kwed originario, sin


§ l. Introducción descartar otras opciones como *kweyed, etc. Ninguna de estas fonnas
resulta fácil de justificar desde un punto de vista etimológico: osco
Las hipótesis anterionnente fonnuladas sobre lo que representan píd es engafioso, ya que en este caso <í> representa una *i
los grafemas del sistema vocálico sudpiceno puede pennitir afrontar originaria, irreconciliable con el grafema que transcribimos mediante
desde una nueva perspectiva ciertas palabras de origen discutido. <í> en sudpiceno, ya que éste, tal como hemos intentado demostrar
Como muestra, sugeriremos una nueva interpretación de algunas de a lo largo del presente trabajo, representa /é:/ procedente de *e.
ellas. Evidentemente, podría buscarse una explicación para un supuesto
*lt'ed, pero ésta sería absolutamente ad hoc.
Creemos que el problema reside en la tendencia, difícil de
§ 2. pufh y el sentido global de AP.2 evitar, de ver en toda palabra sudpicena que comienza por <p> una
antigua labiovelar y, consecuentemente, algún tipo de pronombre
Al tratar en Adiego (1990b) pp. 13-14 la fonna puúde y la relativo, interrogativo o indefinido. En este sentido, puede
posibilidad de que recoja un paso intennedio pw entre *kw y p, recordarse la fonna posmúi, en la que no es necesario reconocer un
aludíamos también como posible ejemplo de lo mismo la fonna puíh tema pronominal, tal como ha sefialado Untennann (citado en
de AP.2. Ello, sin embargo, no deja de ser problemático por dos Adiego 1990b, p. 14 n. 8), sino que también es posible hacerla
razones: proceder de un tema *post(i)mo-. En el caso de puíh, Marinetti,
Meiser y Untennann han intentado ver igualmente algún tipo de
(1) La clave de la diferencia entre puúde y pis (con p, no pj pronombre relativo, y por dicha opción nos inclinábamos también
residía para nosotros en el hecho del diferente contexto fonético: nosotros en Adiego (1990b). Sin embargo, creemos que es posible
ante vocal posterior tendríamos 1pw/, ante vocal anterior /p/. Ello no dar otra explicación sin recurrir a las labiovelares pero que,

90 91
igualmente, apuesta por un nuevo rasgo arcaico del sudpiceno. Viendo en pufh una forma de relativo, éste podría ser el
Recuérdese la inscripción AP.2, en que pufh aparece: complemento directo de adstafúh (con lo que meitimúm 'ofrenda'
pasaría a ser una aposición), un complemento indirecto cuyo
A. matereíh patereíh qolofítúr qupíríh arítih ímih puíh antecedente sería matereíh patereíh (ésta es la interpretación de
B. púpúnum estufk apaiús adstaíúh súaís manus meitimúm Marinetti) o una conjunción, etc. El abanico de posibilidades es muy
amplio, pero todas ellas tendrían como denominador común, tal
como se ha dicho, vincular una y otra oración, algo que, insistimos,
Evidentemente, dada la presencia de dos verbos en cada una de no es estrictamente necesario.
las partes de la inscripción (qolofltúr, adstafúh), la idea de que puíh Fijémonos en la secuencia final de A.: qupfríh arftih fmih pufh.
represente un pronombre relativo que vincule ambas oraciones En las dos primeras formas. Meiser (1987b) ha reconocido
resulta muy atractiva. Pero ello no es en absoluto necesario: las dos claramente, gracias a su explicación del origen de -h, un adverbio
partes de la inscripción aparecen claramente separadas e incluso no *kubred = 'bene' y un ablativo *artia (de ahí nuestra traducción
está muy claro si A. precede a B. o al revés (vid. Marinetti 1985 ad "bien y con arte"). ¿Por qué no considerar que ímih y puíh
locum). continúan la enumeración de adverbios y ablativos? Para ímih no
Gracias a diversas propuestas de interpretación de diferentes hay por ahora una explicación clara, pero sí puede encontrarse para
palabras del texto, formuladas por Marinetti, Meiser o Untermann, puíh si suponemos que p- no representa una labiovelar originaria,

es posible hacerse una idea de lo que significa parte de A y casi la sino simplemente una labial. Ello supone partir, analógicamente a
totalidad de B: qupíríh, de una forma *pued o bien *pued. Evidentemente, estamos
a un paso de ide. *puHyo- (de *peuH- "purificar"), de donde
A. A la madre (y) al padre qolofltúr (Verbo) bien, con arte fmih procede el latín pius, peligno pes, etc. De hecho, puíh sería el co-
(?) pufh (?) rrespondiente sudpiceno de osco 1tEhea (Ve. 183) =lat. pie, en todos
los casos con caída de *y en posición intervocálica, un fenómeno
B. Aquí1 los apaio- de los púpúno- (tal vez una gens común a todas estas lenguas.
perteneciente a un pueblo determinado) han alzado con sus propias De ser correcto este análisis, el sudpiceno no presentaría el
manos la ofrenda. proceso *-üy- > *-fy-, que Meiser (1986) p. 37 considera propio del

92 93
protoitálico por su presencia en latín y en el resto de lenguas osco: víú, víu (Nom. sg.); víam, [v]íam, vía (Ac. sg.); víaí
sabelias (en las que la *f pasa ulterionnente a *e ante vocal (Dat. sg.); víass (Ac. pl.).
posterior, de donde las fonnas peligna y osca antes mencionadas, cf. umbro: uía, vea (Ab. sg.)
Meiser (1986), p. 48). Por tanto, nuevamente, el sudpiceno
presentaría un estadio muy anterior al de las restantes lenguas Tanto el empleo de <í> en alfabeto osco, como la alternancia e
sabelias y en este caso, además, habría que considerar que el / í detectada en umbro apunta a un timbre intermedio /é/. Tal como
proceso del latín es independiente. Por otra parte, estaríamos ante un hemos visto anterionnente, este timbre es el que adquieren tanto *í
buen ejemplo de *ü representada mediante <u> (cf. cap. 2). como *e originarias en ambas lenguas, y de ahí que, tal como se
Con este análisis, A y B en AP.2 constituyen dos oraciones sefiala en Walde-Hoffman s. u., sea posible tanto *wíya- como
2
independientes. En la primera, un verbo impersonal (como lo *weya- • La forma latina, según Walde-Hoffmann, no es deter-
demuestra su final en -r), cuyo significado, a falta de una etimología minante a favor de *í, ya que la w inicial podría haber motivado el
Clara (cf. Adiego 1990b, p. 13 y bibliografía allí citada) nos es cambio de e prevocálica a í. Ello le lleva a dar por posible un
desconocido, viene acompafíado de una serie de circunstanciales de origen *weya- (o *weya-, pero cf. infra nota 2). En última instancia
modo (adverbios y ablativos): qupfrfh "bene" arftíh "cum arte" fmíh estaríamos ante la raíz ide. *wey-, *weiH-, *wíH-, "anhelar, codiciar,
"?" pufh "pie" y de dos complementos indirectos en dativo etc." La explicación alternativa, sugerida en Ernout-Meillet s. u.
(materefh paterefh "matri patri"). En la segunda oración, los autores (*weghíh2, cf. ueho) es rechazada en Walde-Hoffmann con toda la
del monumento finnan la obra: "istic Apaii Poponorum statuerunt razón, ya que debiera haber dado **veía tanto en latín como en
suis manibus donum" osco-umbro. De hecho existe la conocida glosa veía: plaustrum
transmitida por Festo, para la que se ha propuesto precisamente un
origen *weghíh2 •
§ 3. viam Recientemente, Nieto Ballester ha dedicado un trabajo muy
interesante a veía y, por extensión, a vía (Nieto Ballester 1988). A
La fonna víam de CH.2 puede contribuir a aclarar un poco el él remitimos para mayores detalles bibliográficos. Las principales
panorama de esta palabra común al latín y a las lenguas sabelias. En conclusiones a las que llega Nieto Ballester son las siguientes:
estas últimas encontramos las fonnas siguientes:

94 95
-No existe en las lenguas itálicas reflejo seguro de *weghih2• por otro lado, por ningún dato.
-ueia es una simple variante de uia, explicable como resultado
de un proceso uia > uea (abertura de i en hiato) > ueia (inclusión
de un sonido de transición marcando el hiato). Cf. fileia CIL XIV
2863. § 4. súhúh, súafs
-ueia no es, pues, osca, sino itálica en general. En todo caso,
Nieto Ballester sugiere que las formas osco-umbras sean un Para la secuencia de TE.l, e súhúh, Marinetti (1985), p. 99
préstamo del latín. ofrece una explicación ciertamente sugerente: 'e suo' "de lo suyo",
La presencia de una forma viam en sudpiceno invita a revisar "con sus propios medios" 3• Sin embargo, la explicación fonética es
tanto la propuesta recogida en Walde-Hoffmann como la idea, confusa y, en todo caso, incompatible con el sistema aquí propuesto,
sugerida por Nieto Ballester, de que la presencia del tema via- sea que supone <ú> <*o. Seftala Marinetti: "e súhúh se abl. sg. = soho
en osco y en umbro un préstamo del latín. Si el análisis grafemático < sohod ( -h- interno ad indicare lo iato conseguente a *sowo- >
que hemos realizado es correcto, <i> en viam no puede representar *soo-) ... ". Hay que suponer que, de producirse la caída de /w/
otra cosa que *i o bien *i originarias: en CH.2, donde aparece, *e intervocálica, ello daba lugar a sood (¡con o, no con o!) que o bien
y *e están representadas por <e> (cf. supra § 3: videtas < *wide-, se contraía en una vocal larga (sod), o bien daba pie a un fenómeno
esmen). Hay que postular, pues, que viam representa /wi:am/ o bien de hiato (so' od). Pero ni uno ni otro proceso puede conducir a una
/wiam/. Recurriendo ahora a los ejemplos osco y umbro, todo parece secuencia de dos vocales largas, a la que apunta la presencia de dos
apuntar a una *i. Tendríamos por lo tanto en "Protoitálico" un tema <ú>. Así, según lo visto en el capítulo 2, cabria esperar **súh
*wiya- que perderla *y intervocálica, pasando a *wia-. En (/só:h/) para la contracción, o bien **sohúh (lso'ó:h/) en caso de
Protosabelio I ésta serla la forma existente. Con posterioridad, en hiato. ¿Cómo explicar entonces súhúh? Creemos que el proceso ha
Protosabelio II (= osco-umbro), i tenderla a abrirse en /é/, dando sido en realidad el siguiente (el orden de determinadas reglas no es
lugar a /wéa:/-. Protoitálico *wiya- puede remontarse a *wiHeh2-. relevante):
En cuanto al carácter de préstamo sugerido por Nieto Ballester
(1988), la presencia del tema en sudpiceno, con la elevada */so.wo:d/
cronología que ello conlleva, desaconseja tal posibilidad, no avalada, /so.wó:d/ /o:/> /ó:/

96 97
/so.wó:h/ -Id/> -lh/ de que la palabra knúskem (CH.2) sea una forma verbal (así Meiser
/sow.'ó:h/ hiato tras ow, formando así un 1987b, p. 109 n. 34) resultan más que fundadas. Sin embargo, tal
diptongo, e inserción de la oclusiva como ocurre con la forma videtas de TE.2, aunque se pueda
glotal/'/ reconocer el lexema verbal (vide-= /wide:/- < *wide- en este último
/soó.'ó:h/ abertura del segundo elemento del caso; knúsk- = /gnó:sk/- < *gno-sk-, cf. lat. gnosco, en el que nos
diptongo (cf. toúta-) ocupa), no está nada claro el lugar que ocupa en el paradigma:
/só:.'ó:h/ monoptongación /oó/ > /ó:/ (cf. Meiser es deliberada y prudentemente ambiguo: "Verbalfonn der l.
tútas) Sg. zu gn6skelo- ?" (ibid.). La idea de que se trate de una 1ªpersona
<súhúh> representación grafemática del singular parece avalada por la terminación -m; que el tema sea
gnoskelo-, esto es, de la tercera conjugación, parece igualmente
Por tanto, estamos ante el mismo fenómeno tratado en el indiscutible, dada la presencia de -sk-. Pero resta el problema
capítulo 4: la reorganización silábica consistente en considerar toda fundamental: el de su atribución a un modo y un tiempo concretos,
secuencia /aw/, /ow/ como diptongos, con la consiguiente tendencia atribución para la que es fundamental la <e> de knúsk-e-m.
a la monoptongación que en este ejemplo aperece totalmente Como hemos visto anteriormente, en CH.2 <e> puede repre-
consumada. Lo más significativo de súhúh es la presencia de <h> sentar tanto *e como *e originarias. A partir de esta constatación
para representar la oclusiva glotal surgida de la necesidad de marcar puede iniciarse la investigación de la forma knúskem.
el hiato entre el nuevo diptongo y la vocal siguiente. Entre las formas de infectum, sólo remotamente se podría
Del mismo modo puede explicarse la forma súafs: /só:aés/ suponer que knúskem es una forma de subjuntivo: si en <e>< *e se
procedente igualmente del tema *sowo- (cf. alat. sovos, osco súvad viera en último término un optativo -ye-. Como es bien sabido, tanto
=/sowa:d/): */so.ways/ > /sow.(')ays/ > /soó'aés/ > /só:'aés/. en osco-umbro como en latín, el optativo -ye- sirve para crear las
formas de subjuntivo de la primera conjugación (osco deiuaid
/deywa:é:d/ 'iuret'), en tanto que en las restantes conjugaciones
§S. knúskem encontramos -ii- . Para la forma sudpicena, por tanto, habría que
suponer que -ye- (convertido en -e- al caer *y en posición
Aunque Marinetti (1984) no la recoge como tal, las sospechas intervocálica: -iiye- > -iie-) se ha extendido al resto de

98 99
conjugaciones. gnouerim' "que yo haya conocido" = "que yo sepa"
Creemos que es mucho más productivo dirigir la búsqueda hacia
las formas de perfectum. Ello supone, evidentemente, admitir, frente
al latín, que /gnó:-sk/- pueda funcionar como tema de perfecto. Ello
es bien posible: hay en osco y en umbro una serie de formas de NOTAS
perfectum que demuestran a las claras que el sufijo de presente -sk-
(1) Creemos preferible interpretar estufk (y estufen TE.5) como
ha pasado a sentirse como parte del tema verbal (Buck 1928, p.
un adverbio (así Marinetti 1985, p. 69: istic) que como un acusativo
164), apareciendo así también en las formas de perfectum: u. plural (Untermann a), interpretación esta última que, como el propio
peperscust, eiscurent 4; o. comparascuster. Estas dos últimas formas Untermann sefiala, implicaría que apaiús (y safinús en TE.5) fueran
son además especialmente interesantes, ya que en ambas, frente al acusativos plurales, algo complicado desde un punto de vista
morfológico y poco verosímil desde un punto de vista contextual.
perfecto reduplicado pepersc- encontramos un perfecto radical. Ex-
De hecho, en nuestra opinión, estuf( k) puede compararse
presado en otros términos, el tema de infectum y el de perfectum directamente con peligno ecuf = 'hic' (adv.), osco puf= 'ubi': del
eran idénticos: -sk- se había integrado como parte del tema y mismo modo que en peligno tenemos ecuf < *ekudhi, sobre el
demostrativo eko- o en osco puf< *kwudhi sobre el relativo kwo-, en
ninguna característica diferenciaba el tema de perfectum del de
sudpiceno hay que postular una forma originaria *estudh(i), formada
infectum. Esto nos permite justificar plenamente /gnó:sk/- como un sobre el demostrativo *esto- (cf. estas AP.3). En estufk hay que ver,
tema de perfecto en sudpiceno~ evidentemente, una forma con la partícula deíctica -k(e)
Considerando ahora <e> < *e, knúskem puede interpretarse (<*estudh(i)-k(e).
como un subjuntivo perfecto, caracterizado por -e-, como osco (2) En Walde-Hoffman se admite también *e, pero ello no
tríbarakattíns = /tré:baraka: + tt (T. Perfecto)+ é: +ns/, sakrafír parece muy probable.
= /sakra: + f (T. Perfecto) + é: + r/, donde, a despecho de ciertas
(3) Inaceptable es la alternativa propuesta (un ablativo plural en
dudas, hay que reconocer un subjuntivo en -e- (Buck 1928, p. 175).
-ois), ya que supone un tratamiento -s > -h cuya imposibilidad ha
La interpretación de knúskem como subjuntivo perfecto parece demostrado convincentemente Meiser l 987b (cf. también Adiego
cuadrar bien con el contexto en que aparece: ...putih knúskem ... : 1990a).
Meiser (1987b), p. 120 compara putih con umbro puze, pusei "daB;
(4) Sobre eiscurent < *e(h)-isk-usent, vid. Meiser (1986), pp.
wie". De este modo, putih knúskem puede traducirse como 'ut 129-130.

100 101
§ l. Introducción

El hecho de que parte de la documentación sudpicena (la más


meridional) esté atestiguada allí donde posterionnente encontramos
los testimonios lingüísticos de los pelignos, vestinos y marrucinos
confiere al desciframiento del sudpiceno, ya de por sf
suficientemente importante, una dimensión singular en la
dialectología sabelia.
Antes de la intervención del sudpiceno, la cuestión ha estribado
en cotejar ambos dialectos con el osco y el umbro con el objeto de
reconocer isoglosas que facilitaran la clasificación. Junto a esta
comparación, no se ha descuidado el recurso al latín, no para
cuestionar la pertenencia genética al grupo sabelio, un hecho
indiscutible, pero sí para explicar ciertos fenómenos que pudieran
ser atribuidos a una progresiva latinización.
De hecho, el que junto a rasgos claramente oscos aparecieran
otros -en especial la tendencia a la monoptongación o a la caída de
consonantes finales- ajenos a la lengua de los samnitas podía
explicarse no recurriendo al umbro sino atribuyéndolo a influencia
latina. La idea de que el peligno, el vestino y el marrucino son
dialectos oscos y que sus rasgos no oscos son atribuibles a su
(progresiva) latinización, no al influjo del umbro, ha sido sustentada

103
ello que creemos más adecuado cotejar con los dialectos oscos del
por diversos estudiosos y ha gozado de gran eco porque ofrece un
Norte exclusivamente aqellas inscripciones sudpicenas procedentes
cuadro coherente de los hechos, si bien no todos los rasgos
de zona peligna, marrucina y vestina, y que son las siguientes:
discrepantes con el osco pueden explicarse por el latín (así, el
tratamiento -rf- del grupo -r(V)s- en peligno, o la forma iafc = 'eas'
en marrucino).
Zona peligna:
El hecho de que fenómenos como la tendencia a la
monoptongación o a la pérdida de algunas consonantes finales
AQ.1 ]mitah : h**lpa[ / ]mínoh : homanah : molk**a[ / k]aúieh
aparezca también en sudpiceno, es decir, en la lengua hablada en
: kaúieis : puqloh : praistaít : pom[
zonas donde luego tenemos documentados los dialectos oscos del
Norte obliga a replantear el recurso a la influencia latina. Tal es el
AQ.3 ]ah : selah : pimpfh : [ / ]m : *oharme : proiose : r[ / ]oiús
objetivo de un importante artículo de Meiser, de título bien
: boúediín : haligatú : [
significativo: "peligno, latín, sudpiceno" (Meiser 1987b). Se trata de
un artículo complejo, por las numerosos aspectos que toca, y ello
Zona marrucina:
hace dificil discutir globalmente su contenido; es por ello que nos
centraremos en una serie de cuestiones, intentando matizar,
CH.1 a. deiktam : h**lpas : pimoftorim : esmenadstaeoms : upeke[
responder o ampliar diversos problemas tratados en el mismo.
/ Jorom : iorkes : iepeten : esmen : ekúsim : rneliom : rufrasim :
poioúeta: iokipedu : pdufem : ok[r]ikam : enet : bie :
b. múreis . maroúm : **elíúm : uelaimes : staties : qora : kduíú

§ 2. Sudpiceno "meridional" y dialectos oscos del Norte


Zona vestina:

En Meiser (1987b) se realiza una comparación global del


AQ.2 makupríkoramopsútaninisrakinevíspomp[ ]í
material sudpiceno con el de las lenguas oscas del Norte (peligno,
Como ya se ha visto antes y como puede volverse a ver ahora,
marrucino y vestino). A lo largo de la presente obra hemos
es en estas inscripciones, procedentes de la zona más meridional de
mostrado la existencia de una dialectalización del sudpiceno. Es por

105
104
la documentación sudpicena, donde se puede reconocer con claridad debidos a la monoptongación, cuyo reflejo gráfico se ensaya por los
un fenómeno como la monoptongación. Por ejemplo, frente a las medios más diversos, o, en fin, a la existencia de grafías fonéticas
desinencias de dativo en -úf, -e{ (titúf, tefe{) en las inscripciones del junto a grafías históricas. Cualquiera de estos factores puede haber
Norte, encontramos aquí fonnas como puqloh o tefeh. perdurado en la época en que tenemos atestiguadas las inscripciones
Comparemos ahora las fonnas sudpicenas de zona marrucina pelignas, marrucinas y vestinas, y ello, sumado a la confluencia de
uelaimes o staties, dos genitivos cuya desinencia -es procede de*- unas lenguas de origen osco (como intentaremos demostrar), más
eys, con los genitivos igualmente monoptongados del marrucino: conservadoras con los diptongos, con un sustrato sudpiceno, más
ioues, patres, ocres. Comparemos igualmente un dativo sudpiceno proclive a la monoptongación, podría explicar la convivencia de
de zona peligna en -oh (el mencionado puqloh) con el único fonnas monoptongadas y fonnas no monoptongadas en estos
ejemplo claro de dativo singular temático que conocemos de los dialectos oscos del Norte, como es el caso del dativo peligno en -a
dialectos oscos del Norte, la secuencia vestina hercio iouio: frente a -ai (atestiguado ahora en la fonna Meneruai; Poccetti 1983),
atribuida antes a influencia latina (el umbro, con *-oy >-e no podía sin tener que recurrir a una influencia latina dialectal, como quería
aducirse; el osco, conservador, mantiene *-oy sin monoptongar), el Lazzeroni (1965).
modelo sudpiceno no puede ser obviado. Pero se trata del modelo Lo mismo puede decirse del debilitamiento o caída de
sudpiceno meridional, donde encontramos la secuencia <oh> para consonantes finales, otro rasgo muy poco osco de los dialectos oscos
representar el resultado de la monoptongación, frente a <úf> más al del Norte: resulta altamente significativo que encontremos en AQ.2
Norte. (zona vestina) una fonna como kupr{, procedente de *kubred, con
Observemos además que en las inscripciones de zona peligna, pérdida total de -d, frente a la fonna sudpicena del Norte qupfrfh,
marrucina y vestina antes mencionadas no falta la presencia próxima donde <h> representa muy posiblemente el paso previo a dicha
e incluso simultánea de sílabas finales monoptongadas y no pérdida total. Si se af!.ade a ello la posibilidad de que quepa atribuir
monoptongadas (especialmente cuando se trata de sílabas cerradas). a AQ.2 (inscripción sobre el "guerriero di Capestrano") una
Así, en AQ.1 encontramos kaúie{s < *ga»ryeys frente a kaúieh < cronología alta, dado el aspecto arcaico del alfabeto (Marinetti 1985,
*ga»ryey ( < en última instancia *ga»ryoy) y frente a las fonnas p. 57; p. 62, n. 18), la pérdida total de -d final en el Sur pudiera ser
uelaimes y staties de CH.l. Todo ello apunta a una fuerte muy temprana. En los testimonios sudpicenos de zonas peligna,
inestabilidad de los finales o a la aparición de sonidos nuevos marrucina y vestina antes mencionadas pueden rastrearse, junto al

106 107
mencionado kuprf otros ejemplos seguros o posibles de ausencia osco. Esta es la cuestión central que plantea el artículo de Meiser y
total de -d: kdufú (frente a los finales verbales en -fúh, como que él deja sin resolver. A la pregunta de si peligno, marrucino y
adstafúh) y tal vez haligatú, si tras ella hay que ver un imperativo vestino son dialectos oscos con influencia de sustrato sudpiceno, o

( -tód) o un ablativo (-ód).


bien dialectos sudpicenos con influencia de superestrato osco,

Por tanto, la suposición genérica de que ciertos fenómenos de Meiser responde: "nuestro conocimiento del peligno, vestino y

los dialectos oscos del Norte pueden atribuirse a influencia marrucino es todavía demasiado escaso como para poder juzgar la
sudpicena -cómo definir esta influencia es la otra cuestión central porción de ambos componentes, es decir, para distinguir si el
que suscita el artículo de Meiser- y no a influencia latina, o, como perfecto en -t- (osco-samnita) tiene mayor peso que la desinencia
mínimo, a una interacción de ambas, suposición sustentada con un (umbro-sabina) de acusativo en -f' (Meiser 1987b, p. 122).
material bien significativo por Meiser, puede verse reforzada si Frente a Meiser, creemos que sí puede aventurarse una
atendemos a la dialectalización existente en sudpiceno y respuesta, aunque sea de modo provisional y sujeta a las novedades
constatamos que es precisamente en el "sudpiceno del sur" donde que el aumento del material o la reinterpretación de los datos
encontramos de un modo más acentuado fenómenos tales como la puedan aportar.
monoptongación o la pérdida de consonantes finales. Recúerdese brevemente a qué está aludiendo Meiser en las
palabras antes citadas: el perfecto en -t- es un tipo de perfecto
documentado en osco, pero no en umbro ni en sudpiceno. Tal
§ 3. ¿Dialectos oscos o dialectos sudpicenos? perfecto está presente tanto en peligno (coisatens) como en
marrucino (am<.>atens). No está atestiguado en vestino, pero no
Como acabamos de ver, existe la posibilidad de sustituir la hay que olvidar que ésta es la lengua peor documentada de las tres.
influencia latina por la influencia sudpicena para explicar algunos Por su parte, la desinencia de acusativo en -/"umbro-sabina" a
rasgos de los dialectos oscos del Norte. Dicha influencia podría ser la que se refiere Meiser es la presente en la forma marrucina iafc
considerada simplemente de sustrato. Pero, evidentemente, y dado (Ve. 218, el llamado "Bronce de Rapino"). Se trata, pues, de un
que estamos en definitiva ante lenguas sabelias, existe la tentación acusativo plural de un tema pronominal asimilable a los temas en -a.
de ir más lejos y plantear si no estamos simplemente ante la La desinencia osca es en este caso -ass, en tanto que la desinencia
continuidad del sudpiceno, sometido a una influencia reciente del umbra es -af (compárese la forma pronominal correspondiente en

108 109
nuestro rechazo a una agrupación dialectal umbro-sudpicena (el
umbro eaf, eat). De ahí que Meiser hable de desinencia "umbro- "umbro-sabino" de Meiser). En este caso, más que en ningún otro,
sabina". la discrepancia entre umbro y sudpiceno es evidente, e incluso
Sin embargo, esta visión de los hechos, que conduce a Meiser constituye una objeción más a dicha agrupación dialectal.
a evitar juzgar genéticamente al peligno, marrucino y vestino, se nos
antoja no del todo correcta, a la luz de los datos siguientes: Descartada la mediación sudpicena, ¿cómo debe explicarse iafc
y cómo repercute esta forma en la posición lingüística del marrucino
1) las dificultades de comprensión de la inscripción marrucina
y, por extensión, de los demás dialectos "oscos del Norte? La idea
Ve. 218 no permiten de.scartar que la communis opinio, consistente
de que el marrucino ocupa un lugar intermedio entre el osco y el
en ver en iafc un acusativo plural, sea err6nea1• De ser así, habría
umbro, tal como se sugiere aún en Wallace 1984, resulta difícil de
que dejar fuera de la discusión la forma iafc. No obstante, sostener en la medida en que hemos de tener en cuenta la situación
aceptaremos la interpretación común de iafc como acusativo plural. del sudpiceno; sólo cabe como solución, para eludir la presencia del
Por otra parte, tal como afirma Durante (1978), p. 807, "il fatto sudpiceno en la discusión, recurrir a la hipótesis -ya sugerida por
che i1 caso in questione interessi un nesso consonantico piU Durante (1978), p. 814- de una procedencia mucho más occidental
complesso, autorizza a valutare con un margine di dubbio questa de los marrucinos, de modo que hubieran podido estar relacionados
concordanza umbro-marrucina". con las tribus de procedencia umbra que tendían a descender desde
el Norte, y, muy especialmente con los marsos. De todos modos,
2) la desinencia correspondiente en sudpiceno, tal como ha esto supone replantear el mismo dilema de Meiser, aunque esta vez
hecho ver Rix (1986) es -as, claramente reconocible en la secuencia entre osco y umbro, no entre osco y sudpiceno; supone, por tanto,
opsúq qoras "fecit QORAS" de TE.7, no -af -! sólo aparece como retroceder a la situación existente antes de que se pudiera hacer
desinencia de acusativo plural en un tema en consonante (nerffrente intervenir en la discusión el material sudpiceno.
a n(r, cf. infra). Consideremos una solución alternativa que desvincule
totalmente la forma iafc no ya del sudpiceno (como hemos intentado
3) Por consiguiente, considerar que -af es una desinencia demostrar, no hay modo de vincularla con dicha lengua) sino del
"umbro-sabina", como hace Meiser, resulta no sólo discutible, sino
totalmente equivocado. Ya hemos señalado en el primer capítulo

111
110
propio umbro. Dicha solución tiene la ventaja de que se ajusta muy Ahora bien, no hay que olvidar que el texto marrucino en que
bien la explicación que Rix (1986) ha dado a la cuestión de la aparece iafc, el bronce de Rapino, es de mediados del siglo III a. C.
desinencia de acusativo plural en osco y en umbro. Ello puede significar que en el dialecto marrucino del osco de esta
Recordemos brevemente que, de acuerdo con Rix, en época, como en otros testimonios oscos de otras zonas, el proceso
protosabelio tendríamos una tenninación de acusativo plural -as para de asimilación -fs > -ss aún no se había producido, y que iafc está
los temas en -ti, y otra 1 (procedente de -ns) para los temas en representando en realidad iaf(s)-c, el paso intennedio en el proceso
consonante. Para el resto de temas flexivos existen dudas, pero ello defendido por Rix para la desinencia de acusativo plural de los
no afecta a la hipótesis de Rix. temas en -ti en osco. Basta para ello suponer que, ante la partícula
El sudpiceno, en una nueva muestra de su arcaismo, conserva enclítica -c(e), el grupo {s se ha reducido a -/. Aunque no hay
este estado de cosas, oponiendo qoras a nerf (de un tema paralelos de un proceso semejante, no faltan ejemplos de supresión
consonántico *ner- < *h2er-). En umbro, -! se habría extendido a de consonantes finales ante dicha partícula enclítica, como es el caso
todas las declinaciones. En osco, el proceso sería algo más de osco ekik, peligno ecic < *ekid-k. De todos modos, si esta última
complejo: dado que encontramos -ss en todas las declinaciones y explicación no resulta satisfactoria, siempre será lícito suponer que
que -ss ha de ser el resultado de una asimilación de un grupo de el marrucino se ha separado del osco estándar antes de que la
velar más -s o de f más -s, ya que así se constata por otros situación de las tenninaciones de acusativo plural se estabilziase,

ejemplos, en este caso hay que supoer que -ss procede de -fs,d e con lo que puede haber buscado en solitario su propia nivelación
modo que se ha llegado a una nueva tenninación para todos los analógica, y ésta puede ser similar a la del umbro sin necesidad de

temas a partir de la combinación de las dos existentes, -s (en -as) y un contacto entre ambas lenguas. Una u otra explicación tiene en
-f. cuenta el importante detalle de que marrucino iafc es una fonna de
El paso anterior a -ss supuesto por esta hipótesis,, -fs, no está una antigüedad considerable, en tanto que osco -ass es, de acuerdo
atestiguado en osco para el acusativo plural, pero sí para el dativo- con la hipótesis de Rix, bastante reciente.

ablativo plural de los temas en consonante y en -i, donde de *bhos En resumen, la suposición de que tras la fonna marrucina iafc

se ha pasado a *-Jos y de ahí a {s > -ss. Este paso {s aún está se encuentra una desinencia "umbro-sabina" -af, con los problemas
atestiguado, aunque muy raramente, en inscripciones oscas del siglo que ello acarrea para la clasificación del marrucino (y por extensión,
III a. C. de los demás dialectos oscos del Norte) carece de cualquier sostén:

112 113
ni está claro que se trate de la misma desinencia casual en manifestaban en la morfología (dativo en -o; posiblemente también
marrucino y en umbro, ni existe nada parecido en sudpiceno (donde el dativo en -a; genitivo en -es) pero pueden explicarse simplemente
encontramos -as, no -aj), ni hay bases suficientes para establecer mediante procesos fonéticos: el hecho de que la secuencia afectada
una agrupación dialectal "umbro-sabina" (integrada (en todos estos casos un diptongo) coincida con una determinada
fundamentalmente por el umbro y el sudpiceno) que actúe de puente desinencia es algo meramente coyuntural, lo que no puede decirse
entre ambas formas, y además -lo más importante- es posible del perfecto en -t-. Esta constatación, tan obvia, es a veces olvidada.
explicar sin demasiadas dificultades la forma marrucina iafc desde Así, cuando se habla de si el dativo en -a es fruto de influencia
dentro del osco. latina o sudpicena, no se tiene en cuenta en ocasiones si dicha
Descartada, pues, la pertinencia de una forma iafc para la infleuncia ha de ser entendida como traslado íntegro de una
situación lingüística de los dialectos oscos del Norte, sigue determinada desinencia de una lengua a otra, o simplemente como
subsistiendo, en solitario pero con toda su fuerza como elemento de préstamo de una regla fonética de una lengua a otra, dos alternativas
referenda para la clasificación, el perfecto en -t-, que coloca al entre las que media un abismo. En este sentido, tal como ha
peligno y al marrucino, como mínimo, en la órbita del osco, y los observado Meiser (1987b), muchos de los fenómenos que
aleja del sudpiceno, con su extrafio perfecto en -o-. atribuíamos antes al latín en peligno podemos atribuirlos ahora al
Evidentemente, la idea tan extendida de que no son viables los sudpiceno, o incluso a la acción simultánea del sudpiceno y el latín.
préstamos morfológicos que afecten a áreas tan peculiares de una Todos estos fenómenos -vale la pena observarlo- son de tipo
lengua como es- su flexión. idea .que bastaría para avalar el carácter fonético, aunque afecten a la morfología. Si antes, cuando se
originario del perfecto en + en peligno y marrucino, y con ello su atribuían al latín no se consideraban pruebas a favor de una
carácter de dialectos oscos, ha de ser acogida con prudencia, sobre procedencia latina del peligno, marrucino o vestino -afirmación que
todo cuando nos encontramos ante lenguas con un antepasado hubiera parecido absurda- y ni siquiera resultaban soiprendentes,
común no excesivamente lejano en el tiempo. Pero también es cierto tampoco ahora pueden servir para probar que el peligno, el
que, hoy por hoy, el único rasgo exclusivamente morfológico que marrucino o el vestino proceden del sudpiceno.
puede ser empleado para situar el peligno y el marrucino es el Tenemos, pues, un vínculo morfológico del peligno y marrucino
perfecto en -t-. Las demás semejanzas que han sido mencionadas y (por extensión @izás también del vestino) con el osco, el perfecto
que ponían en relación estas lenguas con el sudpiceno se en +, que para nosotros permite sustentar la hipótesis de que estas

114 115
tres lenguas son básicamente dialectos oscos. Tenemos vínculos § 4. La inscripción "sabina" Ve. 227 y el sudpiceno
fonéticos de las tres lenguas citadas con el sudpiceno que a veces,
al manifestarse en la morfología, pueden resultar engafiosos, y que La inscripción Ve. 227 es considerada comúnmente como el
reflejan una influencia del sustrato. Significativamente, estos único testimonio epigráfico sabino, dada su lugar de hallazgo
fenómenos coinciden, como hemos tratado de demostrar, con las (Scoppito, al sudoeste de Amiternum; por tanto en la zona más
singularidades dialectales del sudpiceno meridional, justamente la oriental de los sabinos). Dada esta adjudicación al sabino, y dado
zona en que luego aparecen documentados los dialectos oscos del que la inscripción es como mínimo posterior a la mitad del siglo 11
Norte. Estos fenómenos pueden darse en latín también, lo que a. C., creemos adecuado traerla a colación en este capítulo sobre la
significa que muchos de ellos proceden quizás de la acción conjunta pervivencia del sudpiceno, máxime si tenemos en cuenta la muy
de un sustrato sudpiceno y de un adstrato latino. posible conexión sudpiceno-sabina (vid. capítulo 1).
El sudpiceno, por tanto, ha venido a variar nuestra visión de los El texto es el siguiente:
llamados dialectos oscos del Norte (peligno, marrucino y vestino).
Sin embargo, creemos que su papel no debe ser exagerado. Los mesene / flusare / poimunien I atrno / aunom / hiretum
datos hasta ahora disponibles para abordar el problema no penniten 'mense Florali in Pomonio Aterno' (dat.)2
sustituir la idea de que dichas lenguas del valle del Aterno son
dialectos oscos por la de que sean dialectos sudpicenos. Sólo Wallace (1984) enumera los rasgos más significativos de esta
penniten observar la posible intervención del sudpiceno (o, mejor inscripción: conservación de diptongos (aunom); elevación de *o
dicho, la varainte dialectal meridional del sudpiceno) como sustrato, (jlusare); conservación des intervocálica (jlusare); conservación del
y en la mayoría de los casos gracias a la suma de su presión con la ablativo singular de los temas consonánticos en -e (cf. umbro y
del latín que, a la larga, será la lengua que sustituirá a las existentes nótese osco en donde -ud de los temas en -o sustituye al originario -
en la zona. e); postposición locativa -en (poimunien); a ellos cabe añadir el
dativo en -o, que el propio Wallace considera un posible rasgo
latino, y el problema de -om (en aunom) frente a -um (en hiretum),
que ha llevado a considerar hiretum como un tema en -u (más
concretamente un supino) (Ve., p. 161).

116 117
Significativamente, todos estos rasgos (salvo el incomprobable tal influencia.
ablativo en -e) se encuentran también en sudpiceno: ausencia de Sin embargo, tras lo visto anteriennente sobre el peligno,
rotacismo (cf. sudp. fitiasom), tendencia al cierre de *o (<ú> = /ó:/, marrucino y vestino, y teniendo en cuenta la procedencia de esta
frente a <o> = /o/), postposición locativa -en (bouedifn, ombrifen) inscripción, resulta difícil pasar por alto la influencia sudpicena. En
y dativo en -o (dúnoh, puqloh). Incluso la alternancia -om / -um, este caso, incluso, dadas las conexiones que se dejan adivinar entre
difícil de explicar, puede compararse con las ya estudiadas -e sudpiceno y sabino, tenemos la sospecha de que no se trata
igualmente difíciles de explicar- alternancias sudpicenas -<om> / simplemente de una influencia de sustrato, como en el caso del
<úm> o -<úm> / <um> (cf. cap. 1, § 6). peligno, marrucino y vestino, sino simple y llanamente de la
Especialmente significativo resulta el dativo en -o, que, como
el ejemplo vestino hercio iouio, puede relacionarse más
supervivencia de un verdadero dialecto sudpiceno (o "sabino-
sudpiceno"). Sin embargo, esto no deja de ser una impresión, ya que
~
concretamente con la desinencia del sudpiceno meridional, -<oh> - la evidencia se plantea ·en términos negativos, no positivos (nada
frente al sudpiceno septentrional -<úf>-: no olvidemos que la impide, o parece impedir, que la lengua de la inscripción sea un
inscripción procede precisamente de la zona sabina más proxima al dialecto del sudpiceno, pero nada permite afirmarlo).
territorio de los vestinos, es decir, al ámbito de lo que hemos
denominado "sudpiceno meridional". De hecho, el contraste entre -o
en atrno =atern6 < *atern6y y u en poimunien < *poi[?]mo-nye(y )- NOTAS
en se corresponde perfectamente con el contraste entre <ú> y <oh>
(1) Agradezco a J. Untermann esta observación; él no descarta
en sudp. dúnoh < *d0n6y: una o larga cerrada originaria frente a un dativo plural.
una o larga abierta procedente de monoptongación. (2) Vetter (Ve. p. 161) se muestra escéptico con respecto a que
Los demás rasgos pueden, pero no necesariamente deben ser Atrno sea un dativo -y, por tanto, que la inscripción esté dedicada
al dios fluvial Aterno-, "weil ein Dativ auf -o kaum anzunehmen
sudpicenos, ya que se encuentran en osco, en umbro o en ambas ist". Pese a ello, se suele considerar como tal (así, por ejemplo,
lenguas. Por otra parte, para atrno existe la sospecha de una Durante 1978 o Wallace 1984). De hecho, no hay motivos para
influencia latina, ya expresada -como hemos indicado- por W allace, dudar de la existencia de un dativo en -o, como puede verse supra.
si bien el resto de la inscripción y muy concretamente una forma
morfosintácticamente tan sabelia como poimunien no deja entrever

118 119
'
1

·~ 1
Uno de los fenómenos más desconcertantes de la morfología
sudpicena es la presencia de un perfecto caracterizado por el sufijo -
o- (-<ú>-). No desconcierta tanto el hecho de que no haya fonna
comparable en osco y en umbro, dado que en ambas lenguas
aparecen procedimientos singulares para la fonnación del tema de
perfecto, como la dificultad de encontrar una explicación para su
origen.
La propuesta más sugerente es sin duda la fonnulada por
Untennann (a), que pretende ver en -<ú>- un sufijo similar al del
latín -u- (en amaui, ha.hui, etc.). Sin embargo, ello choca con la
dificultad de que sudpic. <ú> difícilmente puede estar representando
en este caso otra cosa que /ó:/ (de ahí que autores como Meiser o
Marinetti hablen de "perfecto en -o-").
Intentemos sin embargo retomar la hipótesis de Untennann
desde otra perspectiva: partiendo de la fonna opsút y suponiendo
que su presencia en fonnas como adstafúh, kdufú, etc. ha sido un
proceso de extensión analógica. Tal como señalábamos en Adiego
(1990b) p. 8, la grafía opsút revela claramente que se trata de un
perfecto débil, con o breve como en el tema de presente del
protosabelio *op(e)sa- (cf. o. úpsannam), frente al perfecto fuerte
del osco uupsens (con o).

121
Ahora bien, si partimos directamente del tema de presente
*op(e)sá- y suponemos la existencia de un sufijo formador del tema Marinetti (1984), pero automáticamente descartada por razones
de perfecto ~w- _idéntico al del latín, obtendremos una forma cronológicas: la monmoptongación es un fenómeno incipiente en
*op( e)sa-w-, que con monoptongación aw > /ó:/ <ú> en sílaba final, sudpiceno, si a ello se afiade que uno de los ejemplos procede de la
puede estar en la base de opsút. De este modo, opsút puede ser inscripción sobre el "guerriero di Capestrano", posiblemente la
idéntico a latín "'operauit"' (si se nos permite citar este verbo en inscripción sudpicena más antigua conservada, ello implicaría una
forma activa (documentada tardíamente) y no como deponente (su cronología demasiado elevada y un desfase con respecto a formas
forma en latín clásico)). sin monoptongar.
Esta objeción es sin duda muy digna de ser tenida en cuenta,
*/opesa:/ + /w/- (> lat. *opesáu- > operáu-) máxime si se suma el hecho concreto de que una monoptongación
*/opsa:w/- síncopa del tipo *aw > /6:/ no está atestiguada. De hecho, encontramos una
*/opsó:/- monoptongación forma como aúdaqum, en la que, si bien <ú> apunta a un primer
paso hacia la monoptongación, ésta no se ha producido (vid. Adiego
1990b pp. 11-12 y aquí supra cap. 3). Sin embargo, hay que tener
Posteriormente, a partir de la existencia de un tema de presente en cuenta que el tratamiento de los diptongos en sílaba final, tal
*/opsa:/- frente a un tema de perfecto /opsó:/-, /ó:/ pudo sentirse como hemos visto, es diferente, pues en tales casos la tendencia a
como una marca de perfecto·· y hacerse extensivo a las demás la monoptongación es más acentuada. Además, cabe tener en cuenta
conjugaciones. De hecho, en praistaíúh =/praysta:é:ó:h/ observamos otro factor: estamos ante un fenómeno de contracción entre un tema
una sufijación directa de /ó:/ al tema de presente /praysta:é:/- (cf. 3ª y un sufijo, no simplemente ante una monoptongación. Por todo
sg. pres. praistaít, 3• pl. pres. praistaínt = /praysta:é:-t/, /praysta:é:- ello, creemos que no puede descartarse que tras -ú- se encuentre un
nt/, en última instancia de un tema de presente *pray-stiiyé-, lo que sufijo -w- idéntico al del latín.
parece abonar un origen muy reciente de este tipo de perfecto. La
inexistencia de contracción en estos casos abonaría la hipótesis de
una extensión analógica a partir de la conjugación en -á.
Una explicación de este tipo es mencionada de pasada por

122
123
i
<

------------------------------
-- r -:- r r .....,
Apéndice 1: Inscripciones sudpicenas en transcripción

Seguimos en reglas generales las lecturas de Marinetti (1985).

il
La excepción más notable lo constituye CH.2 (vid. Adiego 1990c).
En algunos otros casos hemos aprovechado algunas correcciones
introducidas por Meiser (1987a) o por Untermann. Transcribimos
convencionalmente mediante <b la letra en forma de asterisco que
aparece en TE.5, aunque su valor dista de estar claro. En cursiva
recogemos las letras de lectura dudosa y mediante <*>
representamos los signos ilegibles. Obviamos algunos pasajes
prácticamente ilegibles.

Macerata

MC.1 apaes : qupat[ e]smín : púpúnis.nír: mefifn : veiat: vepetí

MC.2 apais.pomp [ ]pú*es : uepetín e[/]smín

uepetín ve/ lepetín

125
TE.5 sidom : safinus : estuf : eselsít : tíom : povaisis : pidaitúpas
Ascoli Piceno
: fitiasom : múflqlúm : me[n/t]fistrúí: nemúneí : praistaít: panivú
AP.1 ]raieimúm : titúi : anaiúm : aúdaqum : esmín: údiins : u .... [ : meitims : satinas : tútas : trebegies : titúí : praistaklasa : posmúi

AP.2 a. matereíh: patereíh: qolofftúr: qupíríh: arítíh: ímih: puíh TE. 6 ]nis : safinum : nerf : persukant : p[
b. púpúnum : estufk : apaiús : adstaíúh : súaís : manus
TE. 7 a. brímeidinais : epe[ o ]psúq : qoras : qdufeniúí
meitimúm
b. ]rtúr : brímeqlúí : ali/ntiom : okreí : satina[ / ]nips . toúta
AP.3 apúnis : qupat : a ...... : [n]ír : [m]efiín : [ ]út : ..... : udí[ : tefeí : posmúi : praistaínt : a[
]: fftias : estas : amgenas : d[i]kdeintem : atfm : [ ]epie[

AP.4 ]staruis : petrúnis


Chieti

AP.5 noúínis : petieU]ronis : efidans CH. l a. deiktam : h**lpas : pimoftorim : esmenadstaeoms : upeke[
/ ]orom : iorkes : iepeten : esmen : ekúsim : raeliom : rufrasim :
poioúeta : iokipedu : pdufem : ok[r]ikam : enet : bie :
AP.6 ]s : heries : [
b. múreis . maroúm : **elíúm : uelaimes : staties : qora : kduíú

CH.2 ]meh : aniom : ombriíen : akren : postiknam : putih :


Teramo
knúskem : dúnoh : defia : úflfú[ ]titiúh : tefeh
TE.1 petroh : púpún[ / ]r : e : súhúh : suaipis : ehuelí : de U]nu :
puúde : pepie[
L'Aquila
TE.2 postin : viam : videtas : tetis : tokam : alies : vepses : vepelen
vepelen uel vepeten AQ.1 ]mitah : h**lpa[ / ]mínoh : homanah : molk**a[ / k]aúieh
: kaúieis : puqloh : praistaít : pom[
TE. 3. ]*titienom*[
AQ.2 makupríkoramopsútaninisrakinevíspomp[ ]í
TE.4 a*piesesum

126 127
AQ.3 ]ah : selah : pimpfh : [ / ]m : *ohanne : proiose : r[ / ]oiús
: boúediín : haligatú : [

Apéndice 11: Indice "fonético I etimológico"


Rieti (Cures)
En este mdice recogemos una serie de palabras sudpicenas
RI.l p]raistaíúh : nekar[ / ]esmak : toútaih: [ / ]: esmik : uepetf[
I ] ... : o[ ]esaguom : [ / ]ms : im : fítias : ú : m[ acompafiadas de su posible representación fonética y de su posible
forma originaria. Esta última no cabe atribuirla en todos los casos
a una misma fase: optamos siempre por la fase que nos parece más
Bologna cómoda a la hora de reconstruir el proceso seguido: en la mayoría
de la formas se trata, como se verá, de lo que podríamos suponer
B0.1 erimínú spolítiú
"fase protoitálica"; otras hay que retrotraerlas a una fase anterior o
directamente al indoeuropeo, y otras, en fin, son más bien
Bari simplemente "protosudpicenas".

BA.l úlúgema akren /agre:n/ o /agré:n/ < *agrey-en (Loe. sg.)


adstaeoms /adsta:e:o(:)ms/ o /adsta:é:o(:)ms/ < *adsttiye-o-m(V)s
úlúgema uel úlúverna
apais /apais/ < *apaios (Nom. sg.)
apaes /apaes/ < *apaios (Nom. sg.)
apúnis /apó:nis/ < *aponios (Nom. sg.)
arítih /aréti:h/ < *arna (Abl. sg.)
dúnoh /dó:no:/ < *d0n6y (Dat sg.)
esmín /esmé:n/ < *esmey-en (Loe. sg.)
esmen /esme:n/ (o /esmé:n/) < *esmey-en (Loe. sg.)
estas /esta:s/ < *estas (Gen. sg.)

128 129
estuf /estuf/ < *estudhi (Adv.) postiknam /postiknam/ (Ac. sg.)
estufk /estufk/ < *estudh(i)-k(e) (Adv.) postin /postin/ < *post-in (Prep.)
esum /esurn/ < *esmi (?) (1 1 sg. Pres.) puíh /pué:h/ < *püyed (Adv.)
kaúieh /gaó'je:/ < *Gawiey < *Gawiüy (Dat sg.) puúde /pwo:de/ (?) < *K"od-e (¿Conj. formada sobre un abl. sg.? vid.
kaúieis /gaó'jejs/ < *Gawieys (Gen. sg.) Meiser 1987b, p. 121; Adiego 1990b, p. 13)
knúskem /gnó:ske:m/ o /gnó:ské:m/ < *gnñskem púpúnis /pó:pó:nis/ < *poponios (Nom. sg.)
kuprí /kubré:/ < *kubred (Adv.) puqloh /puklo:/ < *pukl{Jy (Dat. sg.)
manus /manu(:)s/ < *manubhos (Abl. pl.) praistaít /praystaé:t/ < *pray-stiiyeti (3ª sg. Pres.)
matereíh /ma:tereé/ < *miitrey (dat. sg.) praistaínt /praystaé:nt/ < *pray-stiiyenti (3ª pl. Pres.)
mefün /mefjé:n/ < *medhyey-en (Loe. sg.) praistaíúh /praystaé:ó:h/ < *pray-stiiyeont (?) (3ª pl. Perf.)
mefistrúí /mefistróé/ < *medhist(e)roy (Dat. sg.) praistakla+ /praysta:kla:/ < *pray-statla (Nom. sg.)
meitims /meytims/ < *meytimos (Nom. sg.) qupat /kuba(:)t/ < *kubat(i) (3ª sg. Pres.)
meitimúm /meytimó(:)m/ < *meytimom (Ac. sg.) +sa /sa:/ < *sa (Nom. sg.)
múfqlúm /mó:fkló(:)m/ < *monstlom, -om (Ac. sg. o Gen. pl.) safinas /safi(:)na:s/ < *sabhinas (Gen. sg.)
nemúneí /ne:mó:neé/ (o /né:mó:neé(:)/) < *ne-hem6ney safinúm /safi(:)nó(:)m/ < *sabhinñm (Gen. pi.?)
nerf /nerf/ < *h2nerns (Nom. pl.) spolítiú /spolé:tió:/ < *spoletyod (sic)
nír /né:r/ < *h2ner (Nom. sg.) súaís /só:'aés/ < *sowais (Abl. pl.)
noúínis /noó'é:nis/ < *nowenyos (Nom. sg.) súhúh /só:'ó:h/ < *sowod (Abl. sg.)
okreí /okreé/ < *okrey (Loe. sg.) tefeh /tefe:/< *tebhey (Dat. sg.)
ombriíen /ombrije:n/ (o /ombrijé:n/) < *ombryey-en (Loe. sg.) tefeí /tefeé/ < *tebhey (Dat. sg.)
opsú(t) /opsó:(t)/ < *op(e)s-6-(t) (3ª sg. Pr.) < *opesa-w- ?? tíom /te:om/ < *teom (Nom. sg.)
patereíh /patereé/ < *patrey (Dat. sg.) tokam /toga(:)m/ < *togam (Acus. sg.)
petroh /petro:/ < *petroy (Dat. sg.) toúta /toóta:/ < *towta (Nom. sg.)
petrúnis /petró:nis/ < *petronios (Nom. sg.) toútaih /toótai/ < *towtiiy (Dat sg.)
posmúi /posmó(:)i/ ? tútas /tó:ta:s/ < *towtas (Gen. sg.)

130 131
titúi /titói/ < *tit6y (Dat sg.)
údiíns /ó:dié:ns/ < *ow(i)dienos (??)
viam /wia(:)m/ < *wiytlln (Ac. sg.)
videtas /wide:ta:s/ (o widé:ta:s) < *wide-tas (Verbo)

BIBLIOGRAFIA CITADA

132
1

1.
1

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WALLACE (1984) = R. Wallace The Sabellian Language, Ph. D.,
Ohio. ÍNDICE

136
§ 10. El sistema vocálico del sudpiceno en relación
7
PRÓLOGO .................................. . con el osco-umbro (1): la serie velar . . . . . . 57
l. LA POSICIÓN LINGÜÍSTICA DEL SUDPICENO § 11. El sistema vocálico del sudpiceno en relación
§ l. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
con el osco-umbro (2): la serie palatal . . . . . 60
§ 2. "Desciframiento" del sudpiceno . . . . . . . . . . . . 10 § 12. El sistema vocálico del sudpiceno en relación
§ 3. El sudpiceno como lengua sabelia . . . . . . . . . . 11 con el osco-umbro (3): recapitulación . . . . . 63
§ 4. La posición del sudpiceno en el marco de las 3. DIPTONGOS Y MONOPTONGACIÓN EN
lenguas sabelias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 SUDPICENO
§ 5. Singularidad del sudpiceno . . . . . . . . . . . . . . . 16 § l. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
§ 6. Elementos arcaicos del sudpiceno . . . . . . . . . . 19 § 2. En posición no final . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
§ 7. Variación dialectal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 § 3. En posición final . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
§ 8. Sudpiceno, sabino, falisco . . . . . . . . . . . . . . . . 21 § 3. l. *-ey . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
§ 9. Pervivencia del sudpiceno . . . . . . . . . . . . . . . . 24 § 3. 2. *-ay . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
2. VOCALISMO SUDPICENO Y VOCALISMO OSCO- § 3. 3. *-oy (*-óy) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
UMBRO § 3. 4. *-aw, *-ow . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
§ l. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 § 4. La monoptongación desde un punto de vista
§ 2. <a> . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 geográfico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
§ 3. *a en final absoluto ................... . 31 4. OTROS FENÓMENOS RELACIONADOS CON EL
35
§ 4. <u> ................... · · · · · · · · · · · · VOCALISMO
§ 5. <O>, <Ú> .......................... . 38 § l. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
§ 6. Finales en <om>, <um>, <úm> . . . . . . . . . . . . 40
§ 7. <i> . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46 § 2. La semivocal <v> y el uso semivocálico de
§ 8 .<e>, <i> ........................... . 47 <Ú>, <u> ......................... 82
§ 9. Representación grafemática del sistema
vocálico sudpiceno .................. 54

139
138
5. ALGUNAS CUESTIONES LÉXICAS
§ l. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
§ 2. puíh y el sentido global de AP 2 . . . . . . . . . . . 90
§ 3. viam ............................... 94
§ 4. súhúh, súaís . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
§ 5. knúskem ............................. 98
6. PERVIVENCIA DEL SUDPICENO: LOS DIALECTOS
OSCOS DEL NORTE
§ l. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
§ 2. Sudpiceno "meridional" y dialectos oscos del
Norte ............................ 104
§ 3. ¿Dialectos oscos o dialectos sudpicenos? . . . . . 108
§ 4. La inscripción "sabina" Ve 227 y el
sudpiceno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
EXCURSO: SOBRE EL PERFECTO EN -Ó- ........... 120
APÉNDICES
Apéndice 1: Inscripciones sudpicenas en
transcripción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
Apéndice 11: Indice "fonético-etimológico" ....... 129
BIBLIOGRAFÍA OTADA ........................ 133

140

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