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2. A priori y a posteriori
4. Crítica de la Metafísica
Kant creía que las teorías sobre Dios, la libertad y el vicio (cosas
que son contrarias al pensamiento o al bien y al mal) no pueden
ser probadas ni refutadas por la razón, ni tampoco pueden ser
probadas o refutadas por métodos científicos. Sus ideas están más
allá de la experiencia humana. Kant sugirió que la creencia en
Dios, la libertad y el vicio son creencias racionales porque su
existencia hace posible un mundo moral y ordenado.
Continuó desarrollando su filosofía moral, especialmente en
la Crítica de la razón práctica (Kritik der praktischen Vernunft,
conocida como la segunda Crítica) de 1788 en el cual se enfatiza
los valores morales, Kant quiso establecer los principios básicos
de la moral y afirmó que la razón racional, la razón que guía el
comportamiento moral, es única y universal, en contraste con la
"Crítica de la razón pura", que se enfocaba en la epistemología y
la teoría del conocimiento.
Luego en la Crítica del juicio de 1790, que estudia el llamado
goce estético y la finalidad en el campo de la naturaleza. Cuando
en la posición de fin interviene el hombre, el juicio es estético;
cuando el fin está en función de la naturaleza y su orden peculiar,
el juicio es teleológico. En ambos casos cabe hablar de una
desconocida raíz común, vinculada a la idea de libertad.
En 1793 publicó su último libro llamado: "La religión dentro de
los límites de la mera razón" en la cual sostiene que la religión no
se basa en revelaciones sobrenaturales, sino en principios morales
universales que se derivan de la razón pura. La religión, según
Kant, es la expresión de la conciencia moral del hombre.
Muchos de los estudiantes más importantes de Kant (incluidos
Reinhold, Beck y Fichte) cambiaron su posición hacia una forma
más radical de idealismo. Esto marcó el surgimiento del
idealismo alemán. Kant se opuso a estos acontecimientos y
criticó públicamente a Fichte en una carta abierta de 1799, este
fue uno de sus últimos actos filosóficos, ya que su salud se fue
deteriorando con el tiempo tuvo arteriosclerosis cerebral (1803),
así como ligera pérdida de memoria y vista también su vida se
volvió cada vez más antisocial. Finalmente falleció un 12 de
febrero de 1804 en Königsberg, su ciudad natal y fue enterrado
en la catedral de la ciudad. Su pensamiento influyó en
pensadores contemporáneos como Habermas, Popper y Nagel.