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FISIOLOGÍA RESPIRATORIA

El control de la respiración
Los centros de control de la respiración se encuentran en el tronco encefálico, principalmente
en la médula oblonga y en el puente. Estos centros incluyen la columna respiratoria medular
ventrolateral (cGRV y rGRV) y el grupo respiratorio pontino (PRG). Algunos de los sensores
que proporcionan información para el control de la respiración son:
• Quimiorreceptores periféricos: Están situados en los cuerpos carotídeos y aórticos y
son sensibles a los cambios en los niveles de oxígeno en sangre arterial (PaO2),
dióxido de carbono (PaCO2) y pH. Desempeñan un papel crucial en la detección de
la hipoxemia y la hipercapnia, lo que conduce a ajustes en la ventilación
• Quimiorreceptores centrales: Están situados en la médula oblonga y son sensibles a
los cambios del pH del líquido cefalorraquídeo (LCR). Responden a los cambios en
los niveles arteriales de dióxido de carbono (PaCO2), ya que el dióxido de carbono
puede atravesar libremente la barrera hematoencefálica y afectar al pH del LCR. El
aumento de los niveles de PaCO2 estimula los quimiorreceptores centrales, lo que
provoca un aumento de la ventilación.
• Receptores de estiramiento pulmonar: Estos receptores, también conocidos como
receptores de estiramiento pulmonar o receptores de estiramiento pulmonar de
adaptación lenta (SAR), se localizan en el músculo liso de las vías respiratorias.
Responden al inflado pulmonar y desempeñan un papel en la regulación de la
duración y la intensidad de la inspiración. Cuando los pulmones se estiran, estos
receptores envían señales inhibitorias a los centros inspiratorios, lo que provoca la
finalización de la inspiración.
• Receptores irritantes: Estos receptores se localizan en el epitelio de las vías
respiratorias y son sensibles a irritantes como el humo, el polvo y los vapores
químicos. Cuando se estimulan, desencadenan reflejos protectores como la tos, la
broncoconstricción y el aumento de la ventilación.
• Receptores yuxtacapilares (J): Estos receptores están situados cerca de los capilares
pulmonares y son sensibles a los cambios en la presión del líquido intersticial
pulmonar. Responden a la congestión o al edema pulmonar y pueden iniciar una
respiración rápida y superficial y broncoconstricción.
• Propioceptores: Estos receptores están situados en los músculos, articulaciones y
tendones y proporcionan información sobre el movimiento y la posición del cuerpo.
Intervienen en el ajuste de la ventilación durante la actividad física y el ejercicio.
• Barorreceptores: Estos receptores están situados en el seno carotídeo y el arco aórtico
y participan principalmente en la regulación de la tensión arterial. Sin embargo,
también pueden influir en la ventilación proporcionando información a los centros
respiratorios en respuesta a los cambios en la presión sanguínea.
• Termorreceptores: Estos receptores se localizan en la piel y las mucosas.
El córtex puede influir voluntariamente en la respiración anulando el control automático de
la respiración. El control voluntario de la respiración implica la activación del córtex motor,
que envía señales a los músculos respiratorios para modificar el patrón y la profundidad de
la respiración. Este control voluntario permite realizar actividades como hablar, cantar y
maniobras de contención de la respiración.
Sin embargo, existen excepciones a este control voluntario. En situaciones extremas en las
que los niveles de oxígeno en sangre arterial (PaO2), dióxido de carbono (PaCO2) y pH
alcanzan niveles críticos, el control automático de la respiración prevalece sobre el control
voluntario. Esto se debe a que los quimiorreceptores centrales de la médula oblonga son muy
sensibles a los cambios del pH del líquido cefalorraquídeo (LCR) provocados por los niveles
de dióxido de carbono. Cuando los niveles de PaCO2 aumentan de forma significativa, los
quimiorreceptores centrales estimulan los centros respiratorios del tronco encefálico, lo que
provoca un aumento de la ventilación, aunque el individuo intente contener la respiración de
forma voluntaria.
Además, durante el sueño, el control voluntario de la respiración disminuye y los mecanismos
de control automático desempeñan un papel más dominante. Los estímulos del córtex y de
otros centros cerebrales superiores se reducen, lo que provoca una ligera depresión de la
respiración y una disminución de la respuesta ventilatoria a la hipoxia y la hipercapnia
durante el sueño.

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