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“Hay cosas que nos parece importante preservar para las generaciones futuras. Su
importancia puede deberse a su valor económico actual o potencial, pero también a que nos
provocan una cierta emoción o nos hacen sentir que pertenecemos a algo, un país, una
tradición o un modo de vida. Puede tratarse de objetos que poseer o edificios que explorar,
de canciones que cantar o relatos que narrar. Cualquiera que sea la forma que adopten, estas
cosas son parte de un patrimonio y este patrimonio exige que nos empeñemos activamente
en salvaguardarlo” (pp. 3)
Son ocho los valores que adquiere el patrimonio según Barreiro: Valor de no-uso, valor
instrumental, valor documental, valor estético, valor político, valor como recurso, valor
económico y el valor educativo. El Valor de no-uso se divide en Existencia, todo patrimonio
existe, sea natural, material o inmaterial; Opción, al ser un diálogo entre comunidad y
expertos dicho ente perdura como patrimonio o puede perder ese valor en cualquier
momento; Legado, la herencia o tradición que engloba a aquello que se quiere considerar
patrimonio, la transformación que subyace en el cambio generacional, pero que al mismo
tiempo busca proteger unas formas y maneras de ser y hacer, de y con el patrimonio. El valor
instrumental hace referencia a la utilidad y la función que va a cumplir el ente patrimonial, es
un valor que debe ser claro tanto para comunidad como para expertos. Seguidamente
encontramos el valor documental que debe existir previamente a la consideración de algo
como patrimonio, pues se necesita de trabajos preliminares para constatar la pertinencia del
objeto, acción o lugar como patrimonio, al tiempo que el nombramiento imbuye de un carácter
documental al mismo, sirviéndose como objeto para estudios posteriores. Seguramente el
valor estético sea el de mayor conocimiento general pues se relaciona con los sentidos (vista,
escucha, gusto, tacto y olfato), el acto de la contemplación, generalmente este valor es al que
más importancia se le dedica descuidando los demás, es clara su valía, además que permite
al igual que el valor documental, el ejercicio de la mediación, el compartir con otros el
patrimonio (Barreiro, pp. 42-43, 2012).
Los dos últimos valores, centrales dentro de la puesta en valor del patrimonio son el político
y el educativo. El primero está ligado estrechamente con el carácter identitario que puede
llegar a ostentar el patrimonio, la manera en la que la comunidad se reconoce y se presenta
a través de él y de lo que le rodea, su territorio y contexto, cómo ese conjunto de personas
beben del patrimonio o partir de este para sus luchas. El segundo hace parte de la
socialización y la mediación pero también de la construcción de identidad, y es que el formar
personas que reconozcan la importancia de su patrimonio o de lo que quieren ver como
patrimonio permite un sentido de pertenencia que sin importar cuantos cambios y
transformaciones atraviese una comunidad, el valor que se ha impreso sigue persistiendo
(Barreiro, pp. 43 y 45, 2012).
Dejando en claro lo anterior, es necesario entender el porqué se acude a esta reflexión en
torno al patrimonio, es gracias a distintos hechos que hoy en día tanto en la academia como
en la realidad social, para el caso colombiano, se dan a diario, es la profunda desconexión
entre la gestión cultural, los productos patrimoniales y la sociedad en sí misma. Mientras el
patrimonio sigue con su carácter prístino y aislado, en las mismas regiones donde patrimonios
como el Carnaval de Negros y Blancos (Nariño), Música de marimba y cantos y bailes
tradicionales de la región colombiana del Pacífico Sur y de la provincia ecuatoriana de
Esmeraldas (Nariño, Valle del Cauca, Cauca), Fiesta de San Francisco de Asís en Quibdó
(Chocó), Las procesiones de Semana Santa de Popayán (Cauca)1, Parque Nacional de Los
Katíos (Antioquia, Chocó), Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro (Cauca)2 son
resaltados, a día de hoy se presentan grandes índices de violencia, pobreza estructural, sin
un aparente responsable en un país que desborda en aparente gozo, felicidad y orgullo
cultural. Si bien el patrimonio goza de un alto valor político, tiene ciertas dificultades al
momento de solucionar problemas estructurales como los que sufre Colombia en estos
momentos y desde hace bastantes años, sobre todo cuando el abandono estatal exacerba
problemáticas como la del conflicto armado, que relega al patrimonio a una simple pantalla
internacional que mientras muestra la inexistente cara positiva del país, desconoce e ignora
las problemáticas internas que sufren las poblaciones poseedoras o en las que recaen esos
mismos productos culturales. Es aquí donde es válido preguntarse, ¿de qué sirve proyectar
internacionalmente un patrimonio cultural plagado de alegría, mientras las poblaciones
poseedoras y gestoras de ese patrimonio son día a día asesinadas y empobrecidas?
Al infundir algo con la categoría de patrimonio, no adquiere importancia por simple hecho de
su nombramiento, deben comprenderse los valores y responsabilidades que con dicho
nombramiento se adquieren, del mismo modo dicha función de poder no puede tomarse a la
ligera y debe ser un acto que evalúe a conciencia no solamente el ente a patrimonializar,
debe revisarse su contexto, las consecuencias de dicha acción. Es por esto que en las
reuniones decisivas a nivel de Listas Representativas en términos internacionales a cargo del
Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la
UNESCO fungen como un punto clave para la evaluación de dichos procesos patrimoniales,
ya que es en estas selectas congregaciones donde se determinan qué expresiones son aptas
de considerarse Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y están llenas de vida o por
el contrario en riesgo de desaparecer o cuáles ejercicios de salvaguardia son ejemplo mundial
para tener en consideración.
Es menester traer a colación que la reunión del mencionado Comité, tuvo lugar en el año
2019 en la ciudad de Bogotá, Colombia, entre los días 9 y 14 de diciembre3 pocos días
después de un suceso que buscaba poner en el lente la situación de inestabilidad política y
social, el Paro Nacional del 21 de noviembre4. Sorprende que en tan importante reunión del
sector patrimonio, no pareciese se tuviera en cuenta esta situación y se haya aceptado una
propuesta “de buenas prácticas de salvaguardia” que se basa en la construcción de paz5,
1
Fuente: https://ich.unesco.org/es/estado/colombia-CO?info=elementos-en-las-listas
2
Fuente: https://whc.unesco.org/es/list/
3
Fuente: https://es.unesco.org/news/reunion-anual-del-comite-intergubernamental-salvaguardia-del-patrimonio-
cultural-inmaterial
4
Fuente:https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50606535
5
Fuente: https://ich.unesco.org/es/Decisiones/14.COM/10.c.1
desconociendo los asesinatos a líderes sociales6 y otros vejámenes que continúan
destruyendo el tejido social del país7.
BIBLIOGRAFÍA
6
Fuente: https://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/el-mapa-de-los-lideres-sociales-asesinados-en-
colombia-184408
7
Fuente: https://www.elespectador.com/colombia2020/pais/volvio-el-horror-43-masacres-en-colombia-en-lo-que-
va-de-2020/