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UNIDAD 2.

FEDERALISMO. Particularidades que tiene nuestro sistema y las diferencias con el sistema confederado. Elemento
poder que compone a todo Estado. Descentralización y concentración.

El federalismo es un sistema de gobierno. Este sistema cuenta con un estamento central encabezado por un gobierno
federal coordinador y distintos estamentos inferiores. Es por ello que podríamos afirmar que el federalismo se define
a sí mismo como una pluralidad de centros soberanos, coordinados entre sí, que se reúnen bajo una Constitución
Nacional que impone las bases de los compromisos e intereses a nivel nacional de todo el territorio.

Siempre hay que recordar que en este sistema los estamentos inferiores se reservan algunas facultades para sí y
otorgan otras al estamento central. Artículos 121 y 126 de la Constitución nacional.

Por su parte, según la jerarquía del estamento inferior, se contará con autonomía plena, es decir, que cuente con
auto normatividad, dictarse sus propias normas, autarquía, es decir, administrarse económicamente y autocefalía, es
decir, elegir a sus propias autoridades o con autonomía semiplena menos plena o restringida, según el autor.
Artículos 5, 122 y 123 de la Constitución nacional.

Nuestra Constitución nacional, diseñada en esencia sobre las bases de Juan Bautista Alberdi, pretendió desde sus
inicios hacerse un sistema mixto con clara predominancia del sistema federal de Gobierno. Es verdad, pero con
numerosas excepciones unitarias. Por su parte y como nota de color, es dable destacar que los sistemas federales
dividen a sus estamentos inferiores en Estados, mientras que en provincias se dividen las monarquías, pero ha sido
un resabio de nuestro predecesor el virreinato del río de la plata.

Nuestro país fue creado primariamente con 13 provincias originarias y posteriormente el Congreso de la nación creó
las restantes en base a territorios existentes o conquistados. Artículo 13 de la Constitución nacional para observar
cómo se pueden crear nuevas provincias.

REGIONES

Por último, las provincias tienen la potestad de crear REGIONES a los fines de promocionar la cooperación, el
desarrollo y la protección de ciertas zonas. Esto no y remarquen si lo bien no requiere aprobación del Congreso
Nacional, sino simplemente su conocimiento para ello, lean el artículo 124 de la Constitución nacional.

Las REGIONES son un conjunto de provincias que se agrupan con una finalidad de carácter económico o bien de
desarrollo social.

El regionalismo es un proceso histórico de decisión política en el que se unen voluntades institucionales en pos de
objetivos compartidos, que pueden ir desde la resolución de problemas comunes hasta la integración, creando
órganos de la región en los que participen representantes de los entes que llegaron al acuerdo. Este proceso supone
la existencia de una región territorial con elementos suficientemente comunes, homogéneos, complementarios o
susceptibles de armonización, más allá de los limites políticos. Los elementos básicos son físicos, poblacionales,
económicos y culturales.

Los entes autónomos no pueden celebrar tratados de la misma naturaleza que los estados soberanos. Por eso se usa
la palabra “convenios internacionales” que los entes pueden celebrar con organismos internacionales, referidos a las
materias reservadas y a las concurrentes. Lo acordado en los convenios NO debe ser incompatible con la política
exterior de la Nación delegada en el gobierno federal. Ej. De convenio: crédito para financiar sus programas de
desarrollo. La finalidad nunca puede ser política.

Aunque la redacción no es clara, la obligación de dar aviso al congreso alcanza tanto a la creación de regiones como
la de celebración de convenios. El congreso no esta facultado para otorgar aprobación ni rechazar la creación de
regiones ni la celebración de convenios.

El art. 125 nos habla de que las provincias pueden celebrar tratados, además de constituir regiones, celebrar tratados
interprovinciales.

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Las regiones creadas son 4:

 NOA / NEA
 CENTRO
 CUYO
 PATAGONIA

La principal diferencia entre el sistema de gobierno federal y el sistema de gobierno confederal es que en este último
los Estados miembros conservan casi por entero la totalidad de la soberanía para sí, sin cederla al Estado Confederal.

¿Cómo pueden ejercer dicha soberanía conservada? a partir de 2 derechos, el derecho de secesión, por el cual
pueden separarse de la Confederación generada y considerarse nuevamente como Estados independientes y el
derecho de nulificación, por el cual pueden desconocer en su territorio la aplicación de determinadas normas
dictadas por el Estado Confederal en el material van a ver que si 3/4 de los Estados aceptan dicha norma, el Estado
que se niegue tendría que aceptarla o también siempre puede ejercer su derecho de secesión.

DESCENTRALIZACIÓN Y DESCONCENTRACIÓN

Por otro lado, vamos a referirnos al ELEMENTO PODER que compone el Estado.

La DESCENTRALIZACIÓN es el desplazamiento de poder de un ente a otro, permitiéndole a este ultimo decidir,


resolver y actuar con mayor libertad en políticas públicas, ya que el primero se ha desprendido de la competencia
transferida y de su potestad decisoria. Esta puede ser:

 Política o territorial: el país puede adoptar una forma estructural descentralizante siendo este caso el
sistema federal de gobierno. En estos casos la descentralización es integral porque abarca lo político, lo
administrativo, lo judicial y parcialmente lo económico financiero. Puede haber tres tipos: unitarismo
(totalidad del poder soberano en una cabeza, los demás lo ejercen cuando les es delegado, no existe la
autonomía ni soberanía), federalismo (órgano central cúspide, detenta la soberanita y los órganos
integrantes ejercen la autonomía plena, es decir, se dan su propia norma), y confederalismo (los estados
miembros NO renuncian a su soberanía y conservan el derecho de secesión y nulificación, que en un estado
federal están prohibidos)
 Administrativa: es la distribución de potestades administrativas de un órgano central hacia la periferia. La
autarquía es la forma más común de descentralización administrativa. Implica el desprendimiento de una
actividad del estado que deja de ser ejercida por la administración central y que pasa a ser ejercida por un
ente separado que constituye autoridades, poderes y responsabilidades propias. Desaparece la relación
jerárquica. Es un ente con personería jurídica propia. A este nuevo ente con personería jurídica propia se le
atribuye un patrimonio, se le asigna un cometido y actúa con independencia funcional. Es autárquico. Se da
su propia norma, pero no su norma constitutiva. El propio órgano superior jerárquico podrá crear entes
descentralizados de carácter autárquico. ¿Por qué autárquico? porque pueden auto administrarse
económicamente, pero su Estatuto proviene de la autoridad superior, es decir, no se dan su propio Estatuto,
sus propias normas. Esto es esencial y se lo controla externamente mediante organismos de control o por el
propio control del Poder Judicial.

Estos órganos se regirán casi en su totalidad por el Derecho público, especialmente por la ley de procedimientos
administrativos y a su vez, emitirán actos administrativos y solo excepcionalmente algunos regulados por el Derecho
privado.

La DESCONCENTRACIÓN es la desconcentración de facultades. No se crean entes con personería jurídica propia. Es el


desplazamiento territorial de algunas oficinas, a efectos de prestar servicios en mejores condiciones, por lo que se
mantiene la subordinación.

Nunca debe confundirse la descentralización con la desconcentración, ya que esta última no se trata de otorgar
personería jurídica propia a un órgano inferior, sino que solo se trata de un desplazamiento espacial de las funciones,

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como por ejemplo oficinas de reparticiones públicas en distintas provincias y en ese caso el control será interno por
el mismo organismo.

La concentración es la transferencia de competencias de órganos superiores a inferiores, unidos por vínculos


jerárquicos. La desconcentración consiste en el traspaso de la titularidad y el ejercicio de una competencia que las
normas le atribuyan como propia a un órgano administrativo en otro órgano de la misma administración pública
jerárquicamente dependiente.

AUTONOMIA Y AUTARQUÍA.

Art. 123 salva discusiones. Anteriormente la norma de mayor relevancia en la materia era el art.5 que solo refería al
aseguramiento del régimen municipal sin mencionar si eran autónomos o autárquicos.

Jurisprudencialmente en el 89 con RIVADEMAR ya se había zanjado esto, se dice que los municipios siempre habían
sido AUTONOMOS. Haciendo hincapié en el origen constitucional, el carácter de legislación local des sus ordenanzas
y que sus autoridades son elegidas de forma democrática. Este dictamen dice que es un ente de existencia necesaria,
con base sociológica, con órganos electivos por el pueblo, tienen autarcía porque administran sus recursos, y tienen
un territorio. Es autónomo restringido.

Barra dice que son autónomos, pero RESTRINGIDAMENTE o menos plena. En la mayoría de las provincias las
atribuciones de los municipios vienen dada por la ley provincial, mientras que en otras provincias si se cumple con el
art. 123 y se permite a los municipios a dictar sus propias cartas orgánicas.

Sobre este punto, Gelli sostiene que la CN impone a las provincias el aseguramiento de la autonomía municipal en
sus respectivas constituciones, pero no las obliga a establecer un único modelo de autonomía. En consecuencia,
pueden coexistir en una misma provincia municipios de convención con atribuciones para dictar sus propias cartas
autonómicas y municipios reglados por leyes orgánicas de las municipalidades, partidos o departamentos según se
los denomine en cada ente local, sancionadas, esas leyes orgánicas, por las legislaturas provinciales.

La AUTONOMÍA es la posibilidad que posee un ente publico de dictar sus propias normas jurídicas que conforman su
ordenamiento jurídico al cual se sujetará. Es decir, las PROVINCIAS. Es un poder originario.

La AUTARQUÍA es la atribución que tienen las personas públicas estatales de administrarse por sí mismas, de
administrar sus propios intereses, aun cuando forman parte del Estado. El ente autárquico recibe la ley de afuera, es
decir, no se da sus propias normas, como si ocurre en los entes autónomos, pero es capaz de darse su propio
estatuto, quedando sujeto el mismo a la ley que lo crea. Es un poder delegado.

ART. 5: Cada provincia dictará para sí una Constitución bajo el sistema representativo republicano, de acuerdo con los
principios, declaraciones y garantías de la Constitución Nacional; y que asegure su administración de justicia, su
régimen municipal, y la educación primaria. Bajo de estas condiciones el Gobierno federal, garante a cada provincia
el goce y ejercicio de sus instituciones.

El principio federal supone que las provincias delegan en el poder central atribuciones determinadas y acotadas. Las
provincias dictan su constitución que NO ESTAN SUJETAS a revisión política por parte del Congreso, pero SÍ AL
CONTTROL DE CONSTITUCIONALIDAD de la Corte suprema y a la eventual intervención federal.

Este articulo garantiza a cada provincia el establecimiento de sus instituciones y la elección de sus autoridades.

El régimen municipal garantiza otro modo de descentralización territorial y otro núcleo de poder en el sistema
federal. Al mismo tiempo, desarrolla y acerca la democracia a los ciudadanos para la decisión de cuestiones
directamente relacionadas con su vida.

La naturaleza del municipio fue materia de discusión jurisprudencial. Hasta el 89 la Corte había sostenido que los
municipios constituían entes autárquicos territoriales de las provincias, definidas como delegaciones de los mismos
poderes provinciales circunscriptos a fines y limites administrativos que la constitución había previsto como
entidades del régimen provincial y sujetas a su propia legislación. Pero, en el 89, el Tribunal mudo su doctrina en
RIVADEMAR y se pronunció por la autonomía municipal, señalando las diferencias de esta con los entes autárquicos.
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La corte sostuvo en 1991 que las provincias no solo estaban obligadas a establecer el régimen municipal, sino que no
podían privado de las atribuciones mínimas en materia tributaria para desempeñar su cometido. A partir del 94, con
la agregación del art. 123, se resolvió esto

Artículo 123.- Cada provincia dicta su propia constitución, conforme a lo dispuesto por el Artículo 5° asegurando la
autonomía municipal y reglando su alcance y contenido en el orden institucional, político, administrativo, económico
y financiero.

Dado que el art. 5 de la CN no calificaba al régimen municipal, se discutía si eran autárquicos o autónomos.

 Hasta 1989: eran entes autárquicos territoriales de las provincias y eran delegaciones de los mismos poderes
provinciales, circunscriptos a fines y limites administrativos, que la CN ha previsto como entidades del
régimen provincial y sujetas a su propia CN
 1989 y adelante: RIVADEMAR. Dejan de ser entes autárquicos. En este fallo la corte sostuvo las diferencias de
los municipios con los entes autárquicos. 1. Su origen constitucional frente al meramente legal de las
entidades autárquicas. 2. La existencia de una base sociológica constituida por la población de la comuna,
ausente en tales entidades. 3. La imposibilidad de su supresión o desaparición, dado que la CN ASEGURA su
existencia, que tampoco ocurre con los entes autárquicos. 4. El carácter de legislación local de las ordenanzas
municipales frente al de las resoluciones administrativas emanadas de las entidades autárquicas. 5. El
carácter de personas jurídicas de derecho público y del carácter necesario de los municipios, frente al
carácter posible o contingente de los entes autárquicos. 6. El alcance de sus resoluciones, que comprende a
todos los habitantes de su circunscripción territorial, y no solo a las personas vinculadas, como en las
entidades autárquicas. 7. La posibilidad de creación de entidades autárquicas en los municipios, ya que no
parece posible que una entidad autárquica cree a otra entidad igual dependiente de ella. 8. La elección
popular de sus autoridades, inconcebible en una entidad autárquica.
 Finalmente, en 1994, la Convención Constituyente agrego en el art. 123 la obligación de las provincias de
asegurar la AUTONOMIA MUNICIPAL reglando su alcance y contenido en el orden institucional, político,
administrativo, económico y financiero.

RELACIONES.

1. Subordinación. Art. 126 y art. 127. No pueden ejercer el poder que se ha delegado. Tema intervención
federal. Esta relación se expresa en la supremacía federal por sobre las provincias, de acuerdo con el art. 5 y
31 de la CN. Tiene que ver con las facultades delegadas por las provincias al Gobierno Federal. “ Artículo 126.-
Las provincias no ejercen el poder delegado a la Nación. No pueden celebrar tratados parciales de carácter
político; ni expedir leyes sobre comercio, o navegación interior o exterior; ni establecer aduanas provinciales
(…)”
2. Coordinación. Distribución de la competencia entre nación y provincias. Ej. Coparticipación federal del art.
75 inc. 2. Es la distribución de competencias que se opera en el Estado Federal, de forma que las funciones
estatales son cumplidas por la acción coordinada de los organismos de ambos gobiernos.
3. Participación. Refiere a la colaboración de las provincias a la toma de decisiones a nivel federal. El claro
ejemplo es el poder legislativo. Es el reconocimiento de la colaboración de las provincias en la formación de
las decisiones del gobierno federal. Tiene que ver también con los poderes no delegados por las provincias.
4. Concurrentes. Potestad que poseen los estamentos inferiores a legislar sobre materia que el superior fijo un
piso mínimo. Ej. Ley ambiental.

CONCEPCIÓN DE LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES PARA LA DOCTRINA, LA JURISPRUDENCIA Y PARA LA


NORMATIVA VIGENTE, ENCABEZADA POR LA PROPIA CONSTITUCIÓN NACIONAL, CON SU REFORMA DEL AÑO
1994.

Durante mucho tiempo se discutió si la ciudad autónoma de Buenos Aires debía ser considerada en términos
jurídicos como una provincia o como un municipio federal, incluso algunos doctrinarios de relevancia la han llegado a
considerar como una jurisdicción sui géneris, entendiéndola como un territorio que tiene particularidades
extraordinarias, aunque bien sabemos que esa definición no nos serviría para saber qué trato darle en determinadas
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cuestiones jurídicas, como por ejemplo la competencia a la hora de acceder a la jurisdicción de los tribunales de
Justicia superiores.

Dicha discusión comenzó a ser zanjada en el año 1994 con la última reforma de nuestra Carta Magna, por la cual se le
reconoció plena autonomía a la misma, junto con la potestad para dictar su propia Constitución o Estatuto
organizativo legislarse y elegir sus propias autoridades de gobierno. Artículo 129 que fue insertado en la
Constitución con su última reforma.

Por su parte, la jurisprudencia fue la mayor protagonista en el curso de los años anteriores de su consideración
actual, donde finalmente se la asimila en sus atributos jurídicos a una provincia.

La primera sentencia judicial de relevancia en la cuestión fue lanzada por la Corte Suprema de Justicia de la nación en
el año 2007, en un conflicto entre el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la provincia de Tierra del
Fuego, los hechos: el Gobierno de la Ciudad autónoma de Buenos Aires reclamó a la provincia de Tierra del Fuego el
pago de una deuda por prestaciones médicas que la ciudad le había otorgado a los habitantes de la provincia.

Lo relevante es que se acudió a la Corte Suprema de Justicia alegando que poseía jurisdicción originaria por tratarse
de un conflicto entre provincias, entendiéndose que en la Ciudad autónoma de Buenos Aires se asimilaba como tal a
lo largo del tiempo. La Corte Suprema siempre había sometido a la ciudad a los tribunales inferiores de la nación y no
a su jurisdicción originaria. Sin embargo, en este fallo la Corte ha decidido no resolver una cuestión tan sustancial y se
limitó a manifestar que no correspondía a su competencia por razones de materia.

Es decir, porque se trata una cuestión administrativa y no una cuestión civil, se rescata a este fallo el voto de la
doctora Argibay, quien manifestó que la Constitución nacional no le otorga expresa competencia originaria a la
Ciudad autónoma de Buenos Aires, pero que así debía entenderse según los fines de la misma Constitución, al
otorgarle plena autonomía la ciudad. Por su parte, el doctor Zaffaroni agregó que, si la Ciudad autónoma de
Buenos Aires tenía representantes en el Congreso de la nación, necesariamente debe asimilarse a una provincia y
no un municipio.

El segundo fallo, es el que la Corte Suprema de Justicia de la nación dictó en el año 2019 en un conflicto entre la
Ciudad autónoma de Buenos Aires y la provincia de Córdoba, los hechos que motivaron el mismo fueron idénticos a
la cita jurisprudencial anterior, pero en este caso la ciudad autónoma de Buenos Aires se presentó ante el juzgado
contencioso administrativo de su propia jurisdicción.

La magistrada que entendió se declaró incompetente y remitió las actuaciones de forma originaria a la Corte
Suprema de Justicia de la nación por entender lo que así se debía hacer.

Los magistrados de la Corte realizaron un recorrido histórico político de las reformas de la Constitución nacional,
deteniéndose en la última reforma del año 1994, con la incorporación del artículo 129 que le otorgó a la ciudad
autónoma el estatus de Gobierno autónomo. A su vez, hizo una breve reseña de la sanción de la Constitución de la
propia ciudad, que también resalta su autonomía y se sancionó 2 años después, en 1996.

En base a ello, consideraron que la ciudad poseía estatus jurídico de provincia y debía ser sometida a su jurisdicción
originaria.

El art. 129 de la CN establece que la ciudad de Buenos Aires tendrá un régimen de gobierno autónomo, con
facultades propias de legislación y jurisdicción, y su jefe de gobierno será elegido directamente por el pueblo de la
ciudad.

Por otro lado, el Congreso convoca a los habitantes de la CABA para que, mediante los representantes que elijan a
ese efecto, dicten el Estatuto Organizativo de sus instituciones.

Esto quiere decir que la CABA goza de un estatus jurídico especial, se trata de un ente autárquico sin poseer la
soberanía que posee el Gobierno Federal ni la autonomía que poseen las provincias. Lo que si posee es una
autonomía concedida, la cual es mas restringida que la de las provincias y más amplia que la de los municipios. La
soberanía de los municipios es originaria y la de la CABA es delegada.

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Al haberse creado, en la reforma constitucional de 1994, una nueva organización, que no es una provincia pero
claramente no es un municipio más, arrojó desde entonces una cantidad interrogantes sobre qué lugar darle a este
nuevo sujeto, dado su novedoso status jurídico.

La Reforma Constitucional de 1994 otorgó de dichos derechos políticos a los ciudadanos de Buenos Aires, pero no lo
hizo provincializándola, como en los casos anteriores, sino creando una nueva entidad autónoma. Claro está que la
diferencia se debe, principalmente, a que la Ciudad es la sede del Gobierno Nacional. Por lo que, es lógico, no podía
procederse como en el resto de las provincializaciones.

A modo de resumen, entonces:

a. La Ciudad de Buenos Aires cuenta con facultades de legislación y jurisdicción.

b. El Jefe de Gobierno es elegido directamente por el pueblo. Conforme cláusula transitoria, debía ser elegido en
1995, cuestión que fue postergada hasta el año siguiente.

c. Una Ley Nacional garantiza los intereses del Estado Nacional mientras la ciudad de Buenos Aires sea capital de la
Nación.

d. El Congreso de la Nación deberá convocar a los habitantes de la ciudad de Buenos Aires para que, mediante los
representantes que elijan a ese efecto, dicten el estatuto organizativo de sus instituciones.

Entonces, la delimitación de la autonomía tuvo y tiene como correlato central la convivencia con el Gobierno
Nacional, que, como bien sostiene el artículo 129, debía dictar una Ley para preservar sus intereses.

FALLO

“GCBA c/Tierra del Fuego s/ Incumplimiento de contrato y cobro de pesos" CSJN 18/12/2007.

Hechos: El Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires promueve demanda contra la Provincia de Tierra del
Fuego para que dé cumplimiento del convenio de asistencia médica hospitalaria que vinculaba a ambos. En los
hechos explica que la demandante se obligó a prestar servicios de atención médica en los hospitales bajo su
dependencia en favor de los pacientes que le derivare la provincia demandada, además como contraprestación se
obligó a pagar un porcentaje de los valores correspondientes a los aranceles establecidos en base al nomenclador
nacional.

Si bien presto atención médica a numerosos habitantes de la demandada que fueron derivados en la forma
convenida por el Estado provincial, éste no ha cumplido con las prestaciones debidas, razón por la cual promueve
esta pretensión con el objeto de percibir el capital que resulta de las facturas que acompaña, más los intereses
devengados desde la constitución en mora.

Cuestiones planteadas: Se discute el status institucional de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con el fin de
esclarecer si es aforada, o no, a la competencia originaria de esta Corte Suprema que reglan los arts. 116 y 117 de la
Constitución Nacional.

Decisión de la Corte (holding):

La CSJN declara que no tiene competencia originaria respecto de dicha causa. Además de interpretar en reiterados
precedentes que CABA tiene condición de aforada a la competencia originaria de los art 116 y 117 CN por lo que
fundamentan que no corresponde.

Disidencias:

•Zaffaroni: Establece que la CN da carácter federado a CABA por lo que corresponde la competencia originaria de la
CSJN

•Argibay: Entiende que, si bien las provincias no pueden ser llevadas a tribunales de otras provincias, nada se dice en
texto constitucional respecto de esta limitación a la autonomía de la Ciudad de Bs As por lo que sería interpretar que

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este último debe renunciar a sus facultades de jurisdicción. Por lo que al ser un caso entre una provincia y CABA
entiende que debería ser tratado como un caso no previsto en las normas constitucionales / legales. Entiende que
por el artículo 127 de la CN todas las quejas entre dos provincias deben ser resueltas por la CSJN. Por lo que concluyo
determinando que le corresponde a la competencia originaria de la corte en estos casos por encontrarlo más acorde.

“GCBA c/ Córdoba, Provincia de s/ ejec. fiscal.”

El GCBA reclama por prestaciones impagas de salud, y modificando diametralmente su postura previa, se ha dado un
enorme avance para la autonomía de la Ciudad, equiparándola, en cuanto a jurisdicción originaria de la Corte, a las
provincias.

La Corte basa su decisión en diversos argumentos, entre los cuales, podemos resumir:

a. Al Fallo Nisman (339:1342), en tanto decidió que “...los jueces federales a los efectos de declarar la admisibilidad
del recurso extraordinario cuando media denegación del fuero federal.” (considerando 7º). Ello, ya que "en atención
a que la Constitución federal le reconoce a la Ciudad de Buenos Aires su autonomía no puede sino concluirse que el
carácter nacional de los Tribunales ordinarios de la Capital Federal es meramente transitorio". En otras palabras, se
avanza a que la Ciudad tenga jurisdicción plena. Por lo tanto, ello “...exige reexaminar el modo de coordinar la plena
autonomía jurisdiccional porteña con la prerrogativa de las provincias como aforadas a la competencia originaria de
esta Corte Suprema” (cons 9º) Entre otros argumentos, amén de toda la cuestión histórico política, se estableció,
hasta la Reforma Constitucional, una Ciudad de Buenos Aires ausente del diálogo federal. (cons 11).

b. A situaciones históricas que fueron modificadas en la reforma de 1994, en donde nuevamente se incorpora a la
Ciudad como autor autónomo del Sistema Federal, dotándola de legislación y jurisdicción, incluyéndola en el diálogo
federal. (considerado 12), debiéndole reconocer “...el derecho a no ser sometida ante tribunales ajenos a la plena
jurisdicción que le garantiza la Constitución Nacional. La Ciudad Autónoma, tal como sucede con las provincias.”
(considerando 13).

c. Finalmente, si bien el art 116 expresa los casos de jurisprudencia originaria de forma taxativa, ya se ha
incorporado, por ejemplo, el caso de Estado Nacional contra provincias, sacándola de la jurisdicción federal de
inferior instancia. En el mismo sentido, se incorpora a partir de hoy a la Ciudad como parte con instancia originaria
ante la Corte.

En suma, y modificando el criterio expuesto hasta GCBA c/Tierra del Fuego (2007), y basado en el Fallo “Nisman”, en
donde dijo que los Jueces Nacionales de CABA no son equiparables a los jueces federales, ya que dichos juzgados
nacionales, desde la autonomía de CABA conforme Reforma Constitucional, son transitorios. Entiende así que la
Ciudad de Buenos Aires tiene –o bien, tendrá- jurisdicción plena. La Reforma claramente incluye a la ciudad y la
reconoce como Ciudad Constitucional confederada, siendo la única Ciudad mencionada expresamente en el
articulado constitucional. Concluye la Corte que la Ciudad “...tal como sucede con las provincias, se ve afectada en su
autonomía cuando es forzada a litigar ante tribunales de extraña jurisdicción.” (cons 13), debiendo entonces evitarse
“...desigualdades o asimetrías de la ciudad respecto de las provincias.” (cons 14) Finalmente, si bien el art 116
expresa los casos de jurisprudencia originaria de forma taxativa, ya se ha incorporado, por ejemplo, el caso de Estado
Nacional contra provincias, sacándola de la jurisdicción federal de inferior instancia. En el mismo sentido, se
incorpora a partir de hoy a la Ciudad como parte con instancia originaria ante la Corte (considerando 16).

En resumen, sin existir ninguna modificación normativa que haya acontecido para que la Corte cambie de criterio
respecto del status de la Ciudad y su posibilidad de litigar a instancia originaria en la Corte como lo hacen las
provincias. Con argumento en la transitoriedad de la justicia ordinaria de la Capital Federal, y la reinterpretación del
artículo 129, lo que ante la duda era la exclusión de la Ciudad de la instancia originaria se transforma en admisión.
Esto, claro, en aras de la relación de la Ciudad con el resto de las provincias, la posiciona en un lugar materialmente
distinto, no debiendo, a partir del fallo, ir más a litigar contra otras provincias a sus tribunales provinciales.

Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires c/ Estado Nacional s/ acción declarativa de inconstitucionalidad - cobro de
pesos.

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El Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires promovió demanda contra el Estado Nacional con el objeto de
que se declarase la inconstitucionalidad de la Ley N.° 27.606, sancionada el 10 de diciembre de 2020, en tanto
lesionaba y violaba el carácter concertado o convencional de la transferencia de facultades y funciones de seguridad
de la Nación a la Ciudad Autónoma (CABA) en materias no federales, así como el coeficiente de coparticipación que
le correspondía, todo lo cual habría quedado consentido con anterioridad generando derechos a su favor.

Solicitó que se condenase al Estado Nacional a pagarle la suma equivalente a los fondos retenidos por aquel sobre
sus ingresos en concepto de coparticipación de impuestos, de conformidad con el artículo 75, inciso 2°, de la
Constitución Nacional y el decreto 257/2018 dictado por el Poder Ejecutivo Nacional, con más los intereses desde el
10 de septiembre de 2020 hasta su efectivo pago. Además, solicitó una medida cautelar.

Como fundamento de su pretensión, la actora adujo que dicha ley le generaba una disminución en los fondos
coparticipados, lo cual, además de un perjuicio financiero, era una vulneración de la autonomía constitucional de la
Ciudad Autónoma y resquebrajaba la situación de igualdad en que deben estar todos los actores del federalismo.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación, por unanimidad, hizo lugar parcialmente a la medida cautelar solicitada y
ordenó que durante la tramitación del proceso el Estado Nacional entregase a la CABA el 2,95% de la masa de fondos
definida en el artículo 2° de la ley 23.548 y que se abstuviera de aplicar la Ley N.° 27.606 impugnada.

Para así decidir, tuvo en cuenta varias consideraciones en relación al derecho de que se trataba: la verosimilitud en el
derecho invocado por la actora y, la necesidad de atenuar, durante el curso del proceso, la alteración que causaban
las normas impugnadas en el normal desempeño presupuestario de la CABA y, por consiguiente, en la calidad y
cantidad de los servicios y bienes públicos que provee a su población.

Recordó que a la situación de la Ciudad de Buenos Aires, aun con posterioridad a la reforma constitucional de 1994,
le resultaban aplicables las previsiones del artículo 8° de la Ley de Coparticipación Federal de Impuestos N.° 23.548
del año 1988, en cuanto creaba la obligación del Estado Nacional de entregar a la Ciudad de Buenos Aires una parte
de sus fondos coparticipados y los recursos de las provincias y sus competencias propias no se veían en absoluto
involucrados, pues la cuota de la Ciudad se conformaba únicamente con los fondos coparticipados de la Nación.

Explicó que la transferencia de competencias, servicios o funciones a la Ciudad de Buenos Aires, en pos de su
acabada organización institucional, y la determinación del nivel de recursos adecuado a su nueva realidad son
procesos que se cumplen mediante actos concertados del Estado Nacional y de la Ciudad de Buenos Aires y la
transferencia de competencias del Estado Nacional a la Ciudad se encontraba regida de manera directa e inmediata
por las disposiciones de la Ley N.° 24.588, en particular sus artículos 6° y 7°, y por normas especiales contenidas en
las leyes 26.288, 25.752, 26.357, 26.702 y 26.740; normas éstas que remiten a decisiones que deben ser tomadas de
manera conjunta por los gobiernos de ambas jurisdicciones.

Agregó que el modo de convivencia fiscal que modeló el decreto 705/2003 supone la concurrencia de voluntades
entre la Nación y la Ciudad de Buenos Aires y resultaba viable hasta tanto se estableciera el sistema definitivo de
coparticipación que ordenaba el artículo 75, inciso 2° de la Constitución Nacional, pero no debía concebirse como
una liberalidad del Estado Nacional, ni como producto de un supuesto poder de la Nación para regular el flujo de
recursos que recibe la Ciudad, sino como un sistema que armoniza, por un lado, la condición de ciudad constitucional
federada con autonomía de gobierno que tiene la Ciudad de Buenos Aires y, por otro lado, la subsistencia anómala
de un régimen de coparticipación de impuestos que ya no satisface las exigencias de la Constitución reformada.

En relación a la verosimilitud del derecho explicó que ambas partes habían coincidido en invocar el artículo 75, inciso
2°, de la Constitución Nacional como base normativa y que la citada cláusula establecía un ordenamiento jurídico de
carácter convencional para reglar tanto la coparticipación de impuestos como la transferencia de servicios,
competencias y funciones de la Nación a las provincias.

Al respecto, señaló que en el caso ni la reasignación de recursos establecida en el decreto 735/2020, ni la que, luego,
dispuso la Ley N.° 27.606 habían sido aprobadas por la Ciudad de Buenos Aires, ni previa, ni ulteriormente, lo cual no
había sido controvertido por las partes.

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Sostuvo que la sujeción del proceso de transferencia de competencias a la aprobación por ambas jurisdicciones
poseía otra implicancia: una vez operada la transferencia de las competencias y, en su caso, de los organismos
correspondientes al Estado receptor y cuando este ya se encontraba cumpliendo con dicha función, el Estado
Nacional no podía reducir unilateralmente ex post facto el nivel de los recursos comprometidos para la financiación
del gasto que irrogue el servicio.

Ello ya que se trataba de competencias estatales que se desplazaban de un gobierno a otro, y solo puede hacerse con
vocación de permanencia ya que su reversión, o bien es impracticable, o bien resulta altamente costosa. Además, el
Estado receptor no podría simplemente abandonar la prestación del servicio cuando se trataba de una prestación
esencial para la vida colectiva de la comunidad y uno de los principales cometidos que deben cumplir las autoridades
locales.

Al analizar el peligro en la demora, la Corte indicó que en el breve periodo de tiempo entre el dictado del decreto
735/2020 - el 9 de septiembre de 2020- y la entrada en vigor de la ley referida - el 28 de diciembre de ese año-, las
transferencias a la Ciudad de Buenos Aires en concepto de coparticipación de impuestos habían sido reducidas
significativamente, por lo que tuvo en cuenta el efecto que había tenido esta brusca y sustancial reducción de los
recursos teniendo en cuenta que el Estado Nacional y los estados particulares actúan sobre la base de programas
presupuestarios de base anual como mínimo.

Por ello, el Tribunal dijo que debía ajustar el alcance de la medida precautoria para distribuir entre las partes del
juicio la carga de soportar los eventuales perjuicios vinculados con la duración del proceso, morigerando así el riesgo
que enfrentaban ambas partes de que uno de los estados recibiera menos o el otro debiera entregar más recursos
coparticipados de los que en definitiva correspondieran hasta tanto se dictara el fallo final.

En especial mencionó que la demandada había cuestionado la relación entre el nivel de transferencias dinerarias y el
costo de los servicios de seguridad pública transferidos a la actora, sobre los cuales existía un desacuerdo de hecho
entre las partes y ello abría un campo de indefinición en lo que respecta a la conexión —jurídica y económica— entre
las funciones de seguridad pública transferidas a la Ciudad Autónoma y los porcentajes de participación reconocidos
en los decretos 194/2016 y 257/2018, para cuya solución ambas habían ofrecido distintos medios de prueba, parte
de los cuales se encontraban pendientes de producción. Tal pretensión del Estado Nacional debía tener incidencia en
la medida cautelar a dictarse en la causa,

Por lo que, en virtud del más elemental sentido de justicia, los fondos que recibiera la actora como consecuencia del
pronunciamiento en ningún caso podrían resultar en sumas menores a las que la Ciudad de Buenos Aires hubiere
debido percibir por estricta aplicación de la discutida ley.

Resaltó que la participación de la Ciudad de Buenos Aires evaluada en el caso en la masa total de recaudación a
distribuir no afectaba la coparticipación de las provincias, pues su cuota correspondiente se detrae únicamente de los
fondos que le corresponden precisamente a la Nación en la distribución primaria.

FALLO CLASES PRESENCIALES.

Hace lugar a la acción entablada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a fin de obtener la
declaración de inconstitucionalidad del art. 2 del Decreto de necesidad y urgencia 241/2021, que dispuso la
suspensión del dictado de clases presenciales y de las actividades educativas no escolares presenciales en todos los
niveles y en todas sus modalidades, desde el 19 hasta el 30 de abril de 2021, inclusive, en el ámbito del Área
Metropolitana de Buenos Aires. Si bien no decretó la inconstitucionalidad de la norma porque se encuentra vencida,
entiende que con el dictado de la misma se violó la autonomía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Señala que
las alegaciones sobre la cantidad de personas que utilizaron el transporte público de manera coincidente con el inicio
de las clases presenciales, la circulación masiva de personas en el AMBA, o el aumento de la proporción de casos de
COVID-19 en personas de trece a dieciocho años y de veinte a veintinueve años, sin mayores explicaciones sobre la
particular incidencia relativa de la educación presencial en la propagación del COVID-19, no alcanza para justificar el
ejercicio de una competencia sanitaria federal que incide de manera tan drástica en la modalidad de la enseñanza.
Agrega que, en el examen de legalidad de la norma impugnada, la falta de justificación suficiente para ejercer una

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competencia sanitaria que alcance a suspender la modalidad presencial de la educación en la Ciudad deja al
descubierto que, en el caso, el Estado Federal en lugar de ejercer una atribución propia invadió una que le resulta
ajena.

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