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Tutela judicial efectiva, control

de razonabilidad de las decisiones


judiciales y «canon reforzado»
de motivación en la doctrina
del Tribunal Constitucional

JESÚS R. MERCADER UGUINA*

I. TUTELA JUDICIAL EFECTIVA competencias, propios de una jurisdicción


Y CONTROL JUDICIAL constitucional inserta en un Estado política-
DE LAS DECISIONES mente descentralizado2.

E
l Tribunal Constitucional es, en Las decisiones del Tribunal Constitucional
nuestro ordenamiento, el órgano en el ejercicio de sus competencias obligan a
jurisdiccional superior «en materia todos los poderes del Estado, fuerza vinculan-
de garantías constitucionales» (art. 123.1 te que se proyecta con especial intensidad
CE), posición que lleva a otorgar un lugar sobre el resto de los órganos jurisdiccionales,
preferente no sólo a los fallos de sus resolu- incluidos todos aquellos a los que la Constitu-
ciones, sino también a las fundamentaciones ción califica como de «poder judicial»3. Preci-
en que las mismas se apoyan1. Junto a su samente por ello, es una singularidad funda-
labor esencial de controlar la adecuación mental de la jurisprudencia constitucional su
constitucional de las leyes y normas con ran- valor frente a la jurisprudencia ordinaria. El
go de ley, el Tribunal concentra su actividad Tribunal Constitucional, al no estar incluido
en dos de los ámbitos con mayor contenido en el marco de ese «poder», la somete a su con-
contencioso en la Constitución, esto es, en el trol, mediante el recurso de amparo, si bien
recurso de amparo como garantía extraordi- tal sumisión se ha de producir en materia de
naria de los derechos fundamentales frente a derechos fundamentales. El recurso de ampa-
las lesiones producidas por los poderes públi- ro permite, de este modo, que sea efectiva la
cos, y en los procedimientos de conflicto de superioridad del Tribunal Constitucional

* Catedrático de Derecho del Trabajo y de la Segu- 2


J.A. MARTÍN, Naturaleza jurídica del Tribunal Consti-
ridad Social de la Universidad Carlos III de Madrid. tucional, Barelona, Ariel, 1998, p. 10.
1
J. JIMÉNEZ CAMPO, Jurisprudencia constitucional, en 3
F. RUBIO LLORENTE, J. JIMÉNEZ CAMPO, Estudios sobre
M. ARAGÓN REYES (Coord.)., Temas básicos de Derecho jurisdicción constitucional, Madrid, McGraw Hill, 1998,
Constitucional, Madrid, Civitas, 2001, III, p. 102. p. 7.

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sobre la jurisdicción ordinaria, superioridad ca, el derecho a la tutela judicial efectiva del
que significa, en último extremo, vinculación art. 24.1 CE no comprende, en la dimensión
del poder judicial a la doctrina constitucional. de control que corresponde a la jurisdicción
constitucional de amparo –que no es una ter-
Ahora bien, el control que efectúa el Tribu- cera instancia revisora ni tampoco una ins-
nal Constitucional de las resoluciones dicta- tancia casacional– valorar «un imposible»,
das por los Tribunales ordinarios no se basa esto es, «constatar el grado de acierto de una
en idénticos fundamentos que los adoptados determinada resolución judicial, ni indicar
por éstos o, por mejor expresarlo, no existe la interpretación que haya de darse a la lega-
una perfecta simetría en los mecanismos de lidad ordinaria, función esta última que se
control que son utilizados por Tribunales atribuye en exclusiva a los órganos judicia-
ordinarios y por el Constitucional. Cierta- les (art. 117.3 CE), pues el recurso de ampa-
mente, lo que controlan las distintas instan- ro no es un cauce idóneo para corregir posi-
cias judiciales y lo que, en última instancia, bles errores en la selección, interpretación y
controla el Tribunal Supremo es la adecuada aplicación del ordenamiento jurídico al
prestación por el órgano judicial inferior de caso»7.
los derechos e intereses legítimos en toda la
extensión que a éstos otorga el ordenamiento Como ha señalado Jiménez Campo, «[el]
jurídico. Se ha dicho, en este sentido, que derecho a la tutela judicial efectiva […], ha
«todos los recursos se conjugan con la inten- sido construido en la jurisprudencia constitu-
ción de una resolución lo más correcta posi- cional de acuerdo con un modelo de deferencia
ble»4, en suma, se trata de que la aplicación o de respeto al juez ordinario que resulta, vis-
del Derecho al caso concreto sea correcta. ta la disociación jurisdiccional, inevitable,
Como señaló Carnelutti, «el error es insepa- pero que no debe confundir sobre su carácter
rable del juicio, y el proceso en este aspecto no instrumental. Acaso derechos como [el] citado
es ni más ni menos que un conjunto de pre- deba ser «otra cosa» ante la jurisdicción ordi-
cauciones contra el error»5. De este modo y naria, precisamente porque en su garantía los
«ante la posibilidad de que la sentencia no se tribunales no vienen ya obligados a observar
ajuste a Derecho, es decir, que sea desacerta- la distancia deferente que, por imperativo
da, el ordenamiento jurídico procesal crea la institucional, mantiene el Tribunal Constitu-
figura de los recursos, cuya finalidad es la cional cuando controla actos u omisiones del
corrección del error, para llegar, precisamen- Poder Judicial. En ámbito de la jurisdicción
te, al acierto»6. ordinaria, el distingo entre cuestiones de
«constitucionalidad» y de «mera legalidad»
No es esta, sin embargo, la función del pierde todo sentido»8.
Tribunal Constitucional. Ciertamente, el
máximo intérprete de la Constitución no Sobre esa base de «deferencia constitucio-
controla a través del recurso de amparo el nal», el test que el Tribunal Constitucional
«acierto» del juzgador. Como reiteradamente aplica al enjuiciar las vulneraciones de los
ha venido recordando en doctrina ya canóni- derechos del art. 24.1 CE imputadas al Poder
Judicial es en esencia el que se ha dado en lla-
mar test de razonabilidad. Dicho test se
4
S. GUASCH FERNÁNDEZ, El hecho y el Derecho en la encuentra integrado por cuatro criterios o
casación civil, Barcelona, Bosch, 1997, p. 175.
5
F. CARNELUTTI, La prueba civil, Buenos Aires, Depal-
ma, 1982, p. XVIII.
6
J. M. RODRÍGUEZ DE SANTIAGO, El artículo 24.1 CE 7
A título de ejemplo, SSTC 198/2000, de 24 de
como «norma de conducta» para jueces y Tribunales y julio; 55/2003, de 24 de marzo.
«norma de control» para el Tribunal Constitucional, 8
J. JIMÉNEZ CAMPO, Derechos fundamentales. Con-
REDC, 2005, nº 74, p. 267. cepto y garantías, Madrid, Trotta, 1999, p. 91.

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cánones distintos9, a saber; la congruencia o 24.1 CE no incluye ningún derecho al acierto


exigencia de respuesta a las pretensiones y o a la corrección jurídica de las resoluciones
causas de pedir; la motivación de la respues- judiciales; en suma, «el art. 24.1 CE es «algo
ta judicial; la razonabilidad; y ausencia de distinto» para el juez ordinario y para el Tri-
error patente. Se trata, pues, de un control bunal Constitucional»11. Sobre esta base, el
meramente externo, evitando toda pondera- Tribunal acude al «canon de congruencia,
ción acerca de la corrección jurídica de las motivación, razonabilidad y ausencia de
resoluciones judiciales. Con este test el Tri- error patente que, dicho de forma muy simple
bunal Constitucional controla si la selección, y elemental, no permite anular resoluciones
interpretación y aplicación de las leyes lleva- judiciales por desacuerdos jurídicos en la
da a cabo por la jurisdicción ordinaria ha con- selección, interpretación y aplicacion de la
culcado el derecho a la tutela judicial efecti- ley». Así, el Tribunal ha considerado que «el
va. canon de enjuiciamiento que delimita el
ámbito de nuestra jurisdicción (art. 4 LOTC)
respecto de las resoluciones judiciales que
2. TEST DE RAZONABILIDAD impidan de una u otra forma el derecho fun-
Y SUS SUBJUICIOS EN LA DOCTRINA damental a la tutela judicial efectiva, se
CONSTITUCIONAL encuentra limitado a la apreciación de si la
interpretación o aplicación de la norma que
efectúa el Juzgado o Tribunal competente
La aplicación del citado test por el Tribu-
resulta arbitraria, manifiestamente infunda-
nal Constitucional, ha permitido acotar
da o producto de un error patente»12.
estrictamente el ámbito del control constitu-
cional y atribuirle un tipo de enjuiciamiento En efecto, el control de la congruencia y la
distinto del llevado a cabo por la jurisdicción existencia de motivación puede llevarse a
ordinaria. Al enjuiciar las demandas de cabo sin entrar en ponderaciones jurídicas y
amparo en las que se alegan esos derechos 10, así se hace en todo caso. Por su parte, el test
el Tribunal reitera que la selección, interpre- de razonabilidad no se refiere a la razonabili-
tación y aplicación de la legalidad ordinaria dad jurídica, sino a la puramente lógica: con
—incluidas disposiciones que regulan el acce- este test se pretende comprobar si el razona-
so a los recursos, el desarrollo del proceso y la miento seguido por el juez incurre en quie-
forma de ejecutar los fallos— corresponde en bras lógicas, «pero desde la perspectiva de
exclusiva a los Jueces y Tribunales ordina- razonar del hombre común». Finalmente, en
rios, dado que, como hemos señalado, el art. cuanto al test de error, éste no solamente
debe ser patente sino que debe tratarse de un
error material de hecho y no de un error de
9
A. COMPTE-SPONVILLE, Diccionario filosófico, Barce- derecho13 . No obstante, conviene que nos
lona, Paidos, 2005, p. 92, define «canon» como cual-
quier tipo de regla (kanon en griego) que puede servir de
norma, de modelo o de referencia.
10
De los recursos presentados durante el año 2006, 11
J. M. RODRÍGUEZ DE SANTIAGO, El artículo 24.1 CE
10.234 pedían amparo para uno o varios de los dere- como «norma de conducta» para jueces y Tribunales y
chos a la tutela judicial que enuncia el art. 24 CE: lo que «norma de control» para el Tribunal Constitucional, cit.,
supone que esos derechos fueron invocados en el 89,22 p. 268.
por 100 de los recursos de amparo (87,16 por 100 de 12
Cabe citar en apoyo de esta exigencia, entre
todos los recursos sometidos a la jurisdicción del Tribu- otras, las SSTC 251/2000, de 30 de octubre; 258/2000,
nal). El derecho a la tutela judicial efectiva sin indefen- de 30 de octubre; 57/2001, de 26 de febrero;
sión (art. 24.1 CE) fue invocado en casi todas las deman- 218/2001, de 31 de octubre; 33/2002, de 11 de febre-
das de amparo: 9.580 veces (83,51 por 100 de los ro y STC 71/2002, de 8 de abril.
recursos de amparo; 81,59 por 100 de todos los recur- 13
Los entrecomillados pertenecen a C. VIVER I PI-
sos sometidos a la jurisdicción del Tribunal). SUNYER, El proceso constitucional de amparo: tópicos,

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detengamos, siquiera sea brevemente, en el su eventual control jurisdiccional mediante el


contenido de los subjuicios utilizados a la efectivo ejercicio de los derechos»16. El juez se
hora de definir el canon de control utilizado halla, en todo caso, obligado a «mostrar» que
por el Tribunal Constitucional. se encuentra vinculado según Derecho a dic-
tar el fallo que ha dictado17. En suma, la exi-
En primer lugar, la exigencia de motiva- gencia de motivación supone condicionar la
ción tiene por finalidad asegurar el conoci- actuación judicial a un discurso justificativo
miento de la parte sobre las razones de hecho que, por contener un criterio racional y vincu-
y de derecho que justifican una determinada lado a la ley, es susceptible de ser compartido,
decisión, como garantía de la exclusión de la o al menos aceptado, no sólo por las partes del
arbitrariedad, y como instrumento para proceso sino por el conjunto de los ciudada-
posibilitar la impugnación de la sentencia nos18.
ante los órganos competentes14. Desde una
perspectiva general, la doctrina constitucio- La motivación debe justificar y rendir
nal ha señalado que la exigencia constitucio- cuentas19. Resulta, por ello, como señalara
con indudable precisión la STC 159/1992, de
nal de motivación de las resoluciones judicia-
26 de octubre, que «la motivación no consiste
les guarda una relación directa con los princi-
ni puede consistir en una mera declaración
pios de un Estado de Derecho (art. 1.1 CE) y
de conocimiento y menos aún en una mani-
con el carácter vinculante que para Jueces y
festación de voluntad que sería una proposi-
Magistrados tiene la Ley, a cuyo imperio
ción apodíctica, sino que éstas, en su caso,
están sometidos en el ejercicio de su potestad
han de ser la conclusión de una argumenta-
jurisdiccional, como se dispone en el art.
ción ajustada al tema o temas en litigio, para
117.1 y 3 CE15.
que el interesado, destinatario inmediato
La fundamentación del contenido de una pero no único, y los demás, los órganos judi-
sentencia, como reiteradamente ha recorda- ciales superiores y también los ciudadanos,
do el Tribunal Constitucional, «permite cum- puedan conocer el fundamento, la ratio deci-
plir la doble finalidad de la exigencia de moti-
vación, exteriorizar de un lado, el fundamen- 16
SSTC 199/1991, de 28 de octubre, 208/1993, de
to de la decisión adoptada, y permitir, de otro, 28 de junio.
17
R. HERNÁNDEZ MARÍN, Teoría General del Derecho
y de la Ciencia jurídica, Barcelona, PPU, 1989, p. 313.
datos y propuestas de reforma, en AA.VV., La democracia 18
Esta idea se encuentra presente ya en CH. PEREL-
constitucional. Estudios en homenaje al Profesor Francis- MAN, La lógica jurídica y la nueva retórica, Madrid, Civi-
co Rubio Llorente, Madrid, CEPC, 2003, I, p. 1791- tas, 1979, p. 207, «cuando el funcionamiento de la jus-
1792. ticia deja de ser puramente formalista y busca la adhe-
14
Sobre la función política y el carácter de garantía sión de las partes y de la opinión pública, no basta indi-
constitucional que posee la motivación, me permito car que la decisión se ha tomado bajo la cobertura de la
remitir al estudio A. DESDENTADO BONETE, J.R. MERCADER autoridad de una disposición legal. Hay además que
UGUINA, Motivación y congruencia de las sentencias demostrar que es equitativa, oportuna y socialmente
laborales en la doctrina del Tribunal Constitucional, útil». De extraordinaria significación son las reflexiones
Derecho Privado y Constitución, 1994, nº 4, pp. 274- en esta materia de A. NIETO, El arbitrio judicial, Madrid,
280. Es imprescindible en esta materia el estudio de A. Tecnos, 2000, pp. 137 a 199. Sobre la motivación como
GÓMEZ MONTORO, El derecho a una resolución motivada condición de legitimación racional y democrática del
y congruente en la jurisprudencia del Tribunal Constitu- poder judicial, vid. F. MARTÍN CASTAN, Control demo-
cional, en M. ARAGÓN REYES y J. MARTÍNEZ SIMANCAS (Dir.), crático y legitimación del poder judicial, PJ, 1989, XI, pp.
La Constitución y la práctica del Derecho, Madrid, BCH/ 99-111.
Aranzadi, 1996, pp. 487 a 524. 19
Sobre la exigencia de motivación como «manera
15
SSTC 24/1990, de 15 de febrero; 35/2002, de 11 de dar cuentas», J. CALVO GONZÁLEZ, Derecho y narra-
de febrero; 128/2002, de 3 de junio; 119/2003, de 16 ción. Materiales para un teoría y crítica narrativista del
de junio. Derecho, Barcelona, Ariel, 1996, Capítulo I y II.

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dendi de las resoluciones». Definido cualita- zada respuesta a todas las alegaciones de las
tivamente el objeto de la motivación, queda partes, ni un determinado alcance o entidad
por precisar su alcance cuantitativo. Como en el razonamiento empleado, ni siquiera la
ha señalado el TC tal motivación no se hace corrección jurídica interna de la fundamenta-
depender de una determinada extensión ya ción empleada; basta que la argumentación
que, en ningún caso, supone «un razona- vertida, con independencia de su parquedad o
miento judicial exhaustivo y pormenorizado concentración, cumpla la doble finalidad de
de todos los aspectos»20 ni «una agotadora exteriorizar el motivo de la decisión, su ratio
explanación de argumentos y razones» 21 , decidendi26, excluyente de un mero volunta-
resultando perfectamente posible una «fun- rismo selectivo o de la pura arbitrariedad, y
damentación escueta» 22 y «concisa» 23 . En que permita su eventual revisión jurisdiccio-
nal a través del efectivo ejercicio de los recur-
suma, «no hay una exigencia de extensión,
sos establecidos27.
elegancia retórica, rigor lógico o apoyos
científicos, que están en función del autor y Por su parte, el test de incongruencia exige
de las razones controvertidas»24. En resu- confrontar la parte dispositiva de la senten-
men, una motivación parca o concentrada no cia con el objeto del proceso delimitado por
vulnera la tutela efectiva admitiéndose, sus elementos subjetivos y objetivos (causa
incluso, motivación por remisión 25 y en algu- de pedir y petitum), de manera que la adecua-
nos casos las motivaciones contenidas en for- ción debe extenderse tanto a la petición como
mularios. a los hechos esenciales que la fundamentan28.
Sobre esta base, la situación de incongruen-
Constituye, pues, doctrina reiterada del cia se producirá cuando el fallo o parte dispo-
Tribunal Constitucional que el requisito de sitiva no resulte adecuado o ajustado sustan-
motivación de las sentencias no impone que cialmente a las recíprocas pretensiones de las
la resolución ofrezca una exhaustiva descrip- partes, existiendo una situación de incon-
ción del proceso intelectual llevado a cabo por gruencia con relevancia constitucional cuan-
el juzgador para resolver, ni una pormenori- do «el órgano judicial omite la decisión sobre
el objeto procesal, trazado entre la pretensión
o contestación o resistencia»29. En definitiva,
20
En expresión que arranca de la STC 14/1991, de el vicio de incongruencia no es sino el desa-
28 de enero y alcanza, entre otras, a la STC 92/2000, de
juste entre la respuesta judicial y los térmi-
10 de abril.
21
STC 264/1988, de 22 de diciembre. nos en que los litigantes han configurado el
22
STC 264/1988, de 22 de diciembre y ATC debate30.
315/1994, de 21 de noviembre.
23
Entre otras STC 174/1987, de 3 de noviembre y El error patente se caracteriza, por su par-
ATC 688/1986, de 10 de septiembre. te, como una «desviación lógica grave del
24
En la expresión acuñada por la STC 159/1992, de razonamiento judicial»31, que conduce a una
26 de octubre y luego continuada, entre otras, por las
SSTC 28/1994, de 24 de enero, 325/1994, de 22 de
diciembre y 36/1998, de 7 de febrero.
25
El TC ha aceptado, como motivación constitucio-
26
SSTC 122/1991, de 3 de junio; 5/1995, de 10 de
nalmente adecuada, la motivación por remisión o aliun- enero; 184/1998, de 28 de septiembre.
de, porque ello permite conocer las razones en las que
27
Por todas, STC 25/1990, de 19 de febrero.
se ha basado la decisión judicial, pues, como señaló en
28
STC 369/1993, de 13 de diciembre.
la STC 146/1990, de 1 de octubre, «una fundamenta-
29
STC 49/1992, de 2 de abril.
ción por remisión no deja de serlo ni de satisfacer la exi-
30
STC 171/1993, de 27 de mayo.
gencia contenida en el derecho fundamental a la tutela
31
M. F. FERNÁNDEZ LÓPEZ, J. M. MORALES ORTEGA,
judicial efectiva». Doctrina que reiteran las SSTC R.M. PÉREZ YAÑEZ, El contenido del art. 24 CE en la juris-
174/1987, de 3 de noviembre; 27/1992, de 9 de marzo; prudencia constitucional 2001/02: continuidad básica
105/1997, de 2 de junio; 36/1998, de 17 de febrero. con variaciones, RL, 2003, nº 3, p. 40.

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resolución irrazonable32. El error, como ha el error fáctico consiste en la evidente y clara


exigido la doctrina constitucional, debe ser (apreciable sin esfuerzo alguno) discordancia
determinante de la decisión adoptada, esto entre un dato del proceso atinente no a la
es, ha de constituir el soporte único o básico cuestión jurídica38, del modo que el mismo
de la resolución (ratio decidendi), de modo puede ser detectado «sin realizar esfuerzo
que, comprobada su existencia, la fundamen- argumentativo ni proceder a mayores inda-
tación jurídica pierda el sentido y alcance que gaciones jurídicas»39 , esto es, sin que su
la justificaba, y no pueda conocerse cuál detección imponga una «laboriosa o detenida
hubiese sido el sentido de la resolución de no indagación» 40 . Una tercera exigencia que
haberse incurrido en el mismo33. El error entronca con la doctrina general del Tribunal
patente opera, de este modo, dentro del dis- Constitucional es la de que debe tratarse de
curso argumental que toda sentencia supone un error atribuible al órgano judicial, no a la
como un error que «no se encuentra en el negligencia o mala fe de la parte41. Finalmen-
camino de la demostración sino ya en sus pre- te, la existencia de un error patente exige
misas, porque estas contienen algo que no es que, como se ocupa de subrayar el pronuncia-
verdadero»; se trata, en suma, de «una obje- miento comentado, «produzca efectos negati-
ción que no se dirige contra la deducción lógi- vos en la esfera del ciudadano», lo que impone
co formal en sí misma»34, sino en relación con que se trate no de meras inexactitudes que no
los presupuestos sobre los que la misma se produzcan efectos para las partes que carez-
vertebra. can de relevancia constitucional42, sino, antes
bien, de errores con consecuencias lesivas,
Se trata, pues, de datos «predominantemen- que produzcan verdadera indefensión mate-
te de carácter fáctico»35, aunque, en ciertas oca- rial para el litigante que los padece.
siones, el Tribunal Constitucional se ha referi-
do a las particularidades de la figura del error
patente que recae sobre la argumentación jurí- 3. LA SIGNIFICACIÓN DEL JUICIO
dica36. El error, así pues, ha de ser, como ha DE RAZONABILIDAD
quedado expuesto, fundamentalmente fáctico,
pero, necesariamente, patente, manifiesto, evi- Atendidos los juicios de motivación, con-
dente o notorio, en cuanto su existencia sea gruencia y error patente, queda por abordar
inmediatamente verificable de forma clara e el que alcanza una mayor significación y jue-
incontrovertible a partir de las actuaciones go en la doctrina constitucional, a saber: el de
judiciales por haberse llegado a una conclusión razonabilidad. El factor razonabilidad es un
absurda o contraria a los principios elementa- formidable instrumento discursivo de la jus-
les de la lógica y la experiencia37. De modo que ticia constitucional, hasta el punto de que se
ha hecho coincidir juicio de razonabilidad con
32
Para una reflexión crítica nos permitimos remitir juicio de constitucionalidad, tanto en su con-
con mayor amplitud a J.R. M ERCADER U GUINA, Error tenido como en su límite 43. El concepto de
patente y límites del control del Tribunal Constitucional
sobre la legalidad ordinaria, en M. Alonso Olea y A.
Montoya Melgar, Jurisprudencia constitucional sobre tra-
bajo y Seguridad Social, Madrid, Civitas, 2003, XX, pp. 169/2000, de 26 de junio y 55/2003, de 24 de marzo,
139-154. entre otras.
33
STC 161/2002, de 16 de septiembre.
38
STC 150/2002, de 15 de julio.
34
Los entrecomillados pertenecen a U. KLUG, Lógica
39
STC 35/2002, de 11 de febrero.
jurídica. Bogota, Temis, 1990, p. 224.
40
STC 215/2002, de 25 de noviembre.
35
STC 88/2002, de 22 de abril.
41
STC 158/2002, de 16 de septiembre.
36
STC 214/1999, de 29 de noviembre.
42
STC 161/2002, de 16 de septiembre.
37
Por todas, SSTC 162/1995, de 7 de noviembre;
43
A. CARRASCO PEREA, El juicio de razonabilidad en la
88/2000, de 27 de marzo; 96/2000, de 10 de abril; justicia constitucional, REDC, 1984, nº 11, p. 53.

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razonabilidad o de lo razonable es de una derecho privado, este derecho o este poder


importancia fundamental en la teoría y prác- será censurado si se ejerce de una manera
tica de la argumentación jurídica. La idea de irrazonable. Lo que es esencial es que, en un
lo razonable en el Derecho aparece a veces Estado de Derecho, desde que un poder legíti-
como una noción de carácter general, aplica- mo o un derecho cualquiera es sometido al
ble a cualquier argumentación jurídica, pero control judicial, podrá ser censurado si se
en otras ocasiones se presenta también como ejerce de manera irrazonable y, por lo tanto,
una noción específica, como un concepto que inaceptable»46. Desde esta perspectiva, juicio
cobra importancia en cierto tipo de argumen- de razonabilidad y juicio de constitucionali-
taciones. La razonabilidad alude, en todo dad coinciden, tanto en su contenido –sólo lo
caso, a la capacidad de «adaptación» de razonable es constitucional–, como en su lími-
alguien respecto de algo, con el fin de evitar te –dentro del marco de la razonabilidad
conflictos mediante soluciones que satisfagan todas las soluciones son constitucionalmente
a todos en el mayor grado que las circunstan- válidas, porque todas son objetivamente no
cias permitan. Se trata, pues, «no del absolu- arbitrarias–47. Como ha resaltado el Tribunal
tismo de una sola razón y tampoco del relati- Constitucional, «una aplicación de la legali-
vismo de las distintas razones (una u otra, dad que sea arbitraria, manifiestamente irra-
iguales son), sino del pluralismo (unas y otras zonada o irrazonable, no puede considerarse
a la vez, en la medida que sea posible)»44. fundada en Derecho». Sólo lo razonable es,
por tanto, conforme a Derecho.
La noción de «razonabilidad» resulta, así,
un componente común de lo que suele llamar- La decisión judicial puede concebirse como
se «conceptos jurídicos indeterminados», que la conclusión de un silogismo práctico, por lo
vendrían a ser el resultado de la aplicación, a que su justificación habrá de consistir nece-
campos distintos, de un mismo concepto bási- sariamente en mostrar la corrección del razo-
co, el de razonabilidad45. Así, la afirmación de namiento lógico que conduce de las premisas
a la conclusión. Pero, como acertadamente se
lo que es razonable en Derecho es una noción
ha señalado, con tal actuar no se agota la
de contenido variable, que debe entenderse
actuación judicial. Para que la decisión esté
en función tanto del sentido histórico o social
justificada es necesario, además, que las pre-
(lo que haya que considerar como razonable
misas de las que se parte sean correctas.
depende de circunstancias temporales y
Dado que es imposible construir el Derecho
espaciales), como lógico (qué haya que enten-
como un sistema lógico puro, como ha señala-
der por razonable en cada caso depende del
do la STC 164/2002, de 17 de septiembre, en
campo a que se aplique la noción).
doctrina que viene reiterando hasta nuestros
Frente a lo razonable, lo irrazonable repre- días el TC, «este Tribunal ha unido a la exi-
senta el límite negativo de cualquier argu- gencia de coherencia formal del razonamien-
mentación jurídica. De este modo, «ningún to la exigencia de que el mismo, desde la pers-
derecho puede ejercitarse de una manera pectiva jurídica, no pueda ser tachado de
irrazonable, pues lo que es irrazonable no es irrazonable» por partir, como pudiera ocurrir
derecho». «Cada vez que un derecho o un cuando se media un error de apreciación de
poder cualquiera, incluso discrecional, es con- envergadura, de premisas falsas. De este
cedido a una autoridad o a una persona de

46
Ch. PERELMAN, Le raisonable et le déraisonable en
44
G. ZAGRABLESKY, El derecho dúctil. Ley, derechos y droit, en AA.VV., Etique et Droit, Bruxelles, Universitè,
justicia, Madrid, Trotta, 1995, p. 147. 1990, p. 512-513.
45
M. ATIENZA, Para una razonable definición de lo 47
A. CARRASCO PEREA, El juicio de razonabilidad en la
razonable, Doxa, 1987, nº 4, p. 189. justicia constitucional, cit., p. 39.

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ESTUDIOS

modo, la corrección lógica en la formulación tivamente insusceptible de resultar compren-


del silogismo constituye una condición nece- sible a «cualquier observador»51.Por ello, en
saria pero, en modo alguno, suficiente a la aquellos casos en los que el razonamiento
hora de elaborar el juicio de constitucionali- lógico se construya desde presupuestos irra-
dad, lo que obliga, en estos casos, a depurar zonables, por ser las incorrecciones aprecia-
«lo razonable de entre lo cierto»48. Como seña- bles en el mismo tan manifiestas y graves que
lara Recasens, en suma, las enseñanzas de para cualquier observador resultara patente
«lo razonable» se desprenden de la experien- su inexactitud, resultará posible apreciar la
cia de la razón vital y de la razón histórica, es existencia de un vicio de la suficiente rele-
decir, de la experiencia vivida por los hom- vancia constitucional como para justificar la
bres individual y colectivamente, y por ello, intervención tutelar del Tribunal Constitu-
señala que la razonabilidad es fruto del logos cional.
humano o sea la lógica de lo razonable, a dife-
En consecuencia, el principio de razonabi-
rencia de la lógica de tipo matemático que es
lidad es, sin duda, un principio de enorme
la lógica de lo racional.
trascendencia52. En cuanto principio estruc-
En esta línea cabe situar la citada STC tural del ordenamiento jurídico permite que
164/2002, a cuyo tenor: «la validez de un razo- el «sentido común» se consolide como elemen-
namiento desde el plano puramente lógico es to subyacente en todo componente del Dere-
independiente de la verdad o falsedad de sus cho o aplicación del mismo y, por tanto, con-
premisas y de su conclusión pues, en lógica, la tribuye a erradicar del mismo todo aquello
noción fundamental es la coherencia y no la que resulta inadmisible por incongruente,
verdad de hecho, al no ocuparse esta rama del absurdo y arbitrario. No obstante, la relativi-
pensamiento de verdades materiales, sino de dad del concepto de lo absurdo determina que
las relaciones formales existentes entre su aplicación no pueda dar lugar a una argu-
ellas». Por ello, desde esta perspectiva, la mentación racional, al menos si no se llega a
expresión «razonamiento válido» es una abre- una concreción del mismo, sino tan sólo a un
viatura de «razonamiento formalmente váli- razonamiento dialéctico o incluso retórico
que trata no de aplicar unas reglas cuyo con-
do»49. A tal efecto, es preciso señalar, como lo
tenido viene determinado por el ordenamien-
ha hecho el propio Tribunal Constitucional,
to jurídico a un caso concreto, sino de elaborar
que «no pueden considerarse razonadas ni
un tipo de argumento que trata de persuadir
razonables aquellas resoluciones judiciales
o de convencer con la ayuda de criterios más o
que, a primera vista y sin necesidad de mayor
menos sólidos. Las anteriores dudas plante-
esfuerzo intelectual y argumental, se com-
an, a su vez, la de qué sea «lo razonable»53.
prueba que parten de premisas inexistentes o
patentemente erróneas, o siguen un desarro-
llo argumental que incurre en quiebras lógi-
cas de tal magnitud que las conclusiones 51
STC 222/2003, de 15 de diciembre.
alcanzadas no pueden considerarse basadas
52
Con todo, no le falta razón a A. NIETO, El arbitrio
judicial,...., cit., p 327, cuando dice que en esta materia
en ninguna de las razones aducidas»50 ni, en
es posible encontrarse con «una zarabanda de teorías
fin, contienen un razonamiento jurídico obje- que hablando de razón, de racionalidad y de razonabili-
dad, han levantado un estupendo monumento a la con-
fusión».
48
L. RECASÉNS SICHES, Experiencia jurídica, naturaleza 53
Los puntos de contacto entre lo razonable y lo
de la cosa y Lógica «razonable», México, FCE/UNAM, racional ofrecen una enorme complejidad (al respecto, y
1971. en particular sobre la racionalidad de la decisión jurídi-
49
A. D3, Introducción a la lógica formal, Madrid, ca, M. SEGURA ORTEGA, La racionalidad jurídica, Madrid,
Alianza Universidad, 2001, p. 39. Tecnos, 1998, pp. 73-128). Así, para algunos autores
50
STC 214/1999, de 29 de noviembre.. cabe considerar la racionalidad, en un sentido más

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JESÚS R. MERCADER UGUINA

Para Atienza, una decisión es razonable si: 1) sostenibles, dotadas de capacidad persuasiva
Se toma en situaciones en que no sería acep- y susceptibles por ello de resistir su eventual
table, o no se podría adoptar una decisión confrontación con otras en un debate abierto
estrictamente racional54; 2) Logra un equili- ante una instancia imparcial, que, en última
brio entre exigencias contrapuestas, pero que instancia, tiene como testigo y como referen-
necesariamente hay que considerar en la cia una comunidad de hombres libres»56.
decisión; y 3) Es aceptable por la comunidad.
No obstante, la lógica de lo razonable en la
No obstante, la propia evolución del Dere- interpretación constitucional tiene sus evi-
cho impide una solución de cierre sobre lo que dentes riesgos. Ciertamente, la lógica casa-
deba entenderse por «razonable». La mencio- cional y sus modos argumentales (razonabili-
nada noción queda, pues, referida a la cam- dad de lo razonado; control de la motivación)
se está adueñando del proceso imponiendo al
biante sensibilidad del cuerpo social sobre los
juez constitucional un diálogo con las «razo-
conflictos que se generan en su seno y conec-
nes» de las sentencias impugnadas (en rela-
tada necesariamente a los mecanismos de
ción semejante, se ha dicho, a la que se da
producción del consenso social55. En un Esta-
entre un tribunal a quo y un tribunal ad
do de Derecho sólo lo fundamentado y justifi-
quem). Tal vez por ello resulta cada vez más
cado en Derecho es razonable y sólo lo razo-
frecuente el enjuiciamiento de derechos fun-
nable es jurídicamente admisible. Lo rele-
damentales sustantivos de acuerdo con los
vante es la motivación en el sentido de «justi- cánones de lo motivado y de lo razonable, lo
ficación resultante de un proceso argumen- que resulta, sin duda, una perversión meto-
tal, apoyado siempre por razones exhibibles y dológica pues, como acertadamente se ha
dicho, «motivada y razonablemente se pue-
den vulnerar la práctica totalidad de nues-
amplio, como el hilo conductor de todo el proceso inter-
tros derechos fundamentales». El remedio del
pretativo, al cual debe ajustar básicamente la concu-
rrencia de todos los factores interpretativos en un amparo «no está al servicio de la razonabili-
supuesto concreto (J. WROBLEWSKY, Constitución y teoría dad de la decisión del poder público autor del
general de la interpretación jurídica, Madrid, Civitas, acto de la sentencia impugnada, es a los ciu-
1985, p. 69). Para otros, «lo razonable también es racio- dadanos, únicos titulares de los derechos, a
nal, aunque lo racional no pueda ser razonable: todo lo los que el amparo debe convencer con arreglo
razonable es racional, pero no todo lo racional es razo-
al criterio de justicia del caso concreto y no a
nable M. ATIENZA, Para una razonable definición de lo
razonable, Doxa, 1987, nº 4, p. 193). los poderes públicos»57.
54
Una decisión jurídica es estrictamente racional si
y sólo si: 1) Respeta las reglas de la lógica deductiva; 2) Esta circunstancia puede producir ciertas
Respeta los principios de racionalidad práctica, a saber, «perversiones» en el recurso a la razonabili-
los principios de consistencia, eficiencia, coherencia, dad como criterio de enjuiciamiento. En
generalización y sinceridad; 3) Se adopta sin eludir la suma, como el Tribunal Constitucional ha
utilización de alguna fuente del Derecho de carácter venido señalando, al hallarse en juego la
vinculante; 4) No se adopta sobre la base de criterios
potencial vulneración del derecho fundamen-
éticos, políticos, no previstos específicamente por el
ordenamiento jurídico, como resume M. ATIENZA, Para tal, no bastará, para enjuiciar la controver-
una razonable definición..., cit., pp. 193-194. Vid. tam- sia, con la simple evaluación de la razonabili-
bién, H. SCHÄFFER, Racionalización y creación del Dere-
cho, DA, 1989, nº 218-219, pp. 153-193.
55
El criterio de consenso ideal o ficticio en relación 56
T.R. FERNANDEZ, ¿Debe la Administración actuar
con las decisiones jurídicas razonables tendría que ser el racional y razonablemente?, REDA, 1994, nº 83, p. 400.
de buscar puntos de acuerdo entre las diversas argu- 57
Los entrecomillados pertenecen a F. CAAMAÑO
mentaciones que tratan de fundamentar decisiones DOMÍNGUEZ, Derechos fundamentales. Doctrina del Tri-
aceptables, M. ATIENZA, Para una razonable definición..., bunal Constitucional durante el tercer cuatrimestre de
cit., p. 199. 2000, REDC, 2001, nº 61, p. 290.

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ESTUDIOS

dad de la decisión judicial, sino que será pre- de razonabilidad de las decisiones judiciales
ciso analizar si ésta resulta o no vulneradora posee una particular importancia para el
del ejercicio de los derechos fundamentales orden jurisdiccional penal60, pues ha sido,
alegados. Y ello al ser perfectamente posible precisamente, en este ámbito en el que el
que «se den resoluciones judiciales que no mismo tuvo su origen, proyectándose luego
infrinjan el derecho proclamado en el art. como canon de control constitucional sobre
24.1 CE, pese a su parquedad, por contener el resto de ramas del ordenamiento jurídico
una fundamentación que exprese razones (de y, en particular, sobre el control de las deci-
hecho y de derecho) en virtud de las cuales el siones judiciales producidas en el orden
órgano judicial acuerda una determinada social.
medida, pero que, desde la perspectiva del
Con esta terminología el TC hace referen-
libre ejercicio de los derechos fundamentales,
cia al caso en el que la infracción del art. 24.1
como los aquí en juego, no expresen de modo
CE recae, a la vez, sobre otro derecho funda-
constitucionalmente adecuado las razones
mental, un principio o un valor constitucio-
justificativas de las decisiones adoptadas».
nal. Dicho de otro modo, el citado canon refor-
En estos casos, el control que debe efectuar el
zado de motivación opera cuando el derecho a
Tribunal Constitucional no puede ni debe
la tutela judicial efectiva incide de alguna
«limitarse a comprobar que los órganos judi-
manera en la libertad como valor superior del
ciales efectuaron una interpretación de los Ordenamiento jurídico, sin que, en cualquier
derechos en juego, y que ésta no fue irrazona- caso, ello permita comprobar el grado de
ble, arbitraria o manifiestamente errónea»58, acierto de las resoluciones judiciales o indicar
de modo que, cuando se enjuicia la presunta la interpretación que deba darse a la legali-
vulneración de un derecho sustantivo, «el test dad ordinaria. En todo caso, no es claro en
de razonabilidad que este Tribunal aplica a qué consiste el «refuerzo» de la racionalidad
los derechos del art. 24 CE queda absorbido que se exige en estos supuestos, pero, sin
por el canon propio de aquel derecho»59. duda, puede concluirse que se está haciendo

4. LA «RAZONABILIDAD REFORZADA» 60
Así, a título de ejemplo, el Tribunal Constitucional
ha considerado que resulta afectada la libertad y ha
4.1. Notas para la construcción decidido aplicar la exigencia de motivación reforzada
cuando las resoluciones judiciales adoptan decisiones
del concepto de «razonabilidad
sobre beneficios penitenciarios, como la libertad condi-
reforzada» cional (STC 79/1998, de 1 de abril), o sobre los permisos
de salida (por todas, SSTC 2/1997, de 13 de enero;
El juicio de razonabilidad, como acaba- 79/1998, de 1 de abril; y 109/2000, de 5 de mayo), o
mos de ver, busca controlar desde la pers- sobre la suspensión de la ejecución de la pena (SSTC
25/2000, de 31 de enero; 264/2000, de 13 de noviem-
pectiva constitucional no sólo la visibilidad
bre; 8/2001, de 15 de enero; y 5/2002, de 14 de enero).
de los juicios sino su «sensatez», esto es, la Así, el propio Tribunal ha señalado que «las resoluciones
adecuación de dichos juicios a las condicio- que conceden o deniegan la suspensión de la ejecución
nes públicas de aceptabilidad fijadas por de una pena privativa de libertad, si bien no constituyen
una determinada comunidad axiológica. En decisiones sobre la restricción de la libertad en sentido
este contexto, cobra una especial relevancia estricto, ya que tienen como presupuesto la existencia
de una Sentencia firme condenatoria que constituye el
el control constitucional de la llamada razo-
título legítimo de la restricción de la libertad del conde-
nabilidad reforzada. Este criterio reforzado nado, sin embargo afectan al valor libertad, en cuanto
modalizan la forma en que la ejecución de la restricción
de la libertad se llevará a cabo» (SSTC 25/2000, de 31 de
58
STC 49/2001, de 26 de febrero. enero; 8/2001, de 15 de enero; y 5/2002, de 14 de ene-
59
STC 14/2002, de 28 de enero. ro).

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JESÚS R. MERCADER UGUINA

referencia «a que la racionalidad debe ser cuado las razones justificativas de las deci-
analizada desde el derecho fundamental afec- siones adoptadas»65.
tado y no sólo desde la racionalidad de la ley
que se aplica al caso»61. Probablemente el fenómeno del que aquí
se trata sea el que la doctrina denomina
Como gráficamente ha recordado el Tribu- «interpretación conforme a la constitución», o
nal Constitucional, «las decisiones judiciales del efecto de irradiación de los derechos fun-
[…] deben estar especialmente cualificadas damentales, criterios también utilizados por
en función del derecho material sobre el que otros tribunales constitucionales. El Tribu-
recaen, sin que a este Tribunal, garante últi- nal Constitucional Federal alemán lo expresa
mo de los derechos fundamentales a través con mayor claridad cuando dice en constante
del recurso de amparo, pueda resultarle indi- jurisprudencia que cuando varias son las
ferente aquella cualificación cuando se interpretaciones posibles «merece preferen-
impugnan ante él este tipo de resoluciones, cia la que mejor se corresponda con una deci-
pues no sólo se encuentra en juego el derecho sión valorativa de la Constitución». Pero
a la tutela judicial efectiva, sino que puede agrega que la interpretación (conforme a la
producirse un efecto derivado o reflejo sobre Constitución) «no puede determinar básica-
la reparación del derecho fundamental cuya mente un nuevo contenido normativo del pre-
invocación sostenía la pretensión ante el cepto». Si esto fuera necesario, «debe quedar
órgano judicial, con independencia de que la reservado al legislador decidir si quiere reem-
declaración de la lesión sea sólo una de las plazar el precepto contrario a la constitución
hipótesis posibles62. por otro adecuado a ella»66. Ahora bien, es
importante tener presente que tal criterio
El alcance del citado canon no resulta interpretativo se encuentra severamente
precisamente definido pero en todo caso, la modalizado por nuestra jurisprudencia cons-
doctrina constitucional se ha ocupado de titucional. Como expresa con claridad la STC
recordar que a tal canon reforzado debe exi- 287/1994, de 27 de octubre, «en estas circuns-
girse «un plus de motivación que hace refe- tancias y ante dos interpretaciones divergen-
rencia a criterios de orden cualitativo y no tes, y no son las únicas posibles, relativas a
cuantitativo63, se trata, en suma, de un con- una garantía creada por el legislador en su
trol material más exigente64 al ser perfecta- labor de configuración del derecho fundamen-
mente posible que existan resoluciones judi- tal la misión de este Tribunal no es la de incli-
ciales que satisfagan las exigencias del narse apriorísticamente por la que resulte
meritado art. 24.1 CE, pues expresen las más beneficiosa, sin más, para el titular del
razones de hecho y de derecho que funda- derecho fundamental, sino, más correcta-
menten la medida acordada, pero que, desde mente, la de constatar si la interpretación lle-
la perspectiva del libre ejercicio de los dere- vada a cabo por el tribunal o juez, en su fun-
chos fundamentales, no exterioricen o mani- ción de tutela de los derechos e intereses legí-
fiesten de modo constitucionalmente ade- timos (art. 24.1 CE) salvaguarda o no sufi-
cientemente, en su contenido sustancial o
básico, dicha garantía legal», pues, como ha
61
E. BACIGALUPO ZAPATER, Problemas constitucionales expresado la STC 5/2002, de 14 de enero,
de la prescripción de la acción penal (notas sobre la STC
63/2005), La Ley, 1 de junio de 2006, nº 6265.
62
SSTC 10/2001, de 29 de enero; 203/2002, de 28
de octubre; 142/2004, de 13 de septiembre y 65
STC 292/2005, de 10 de noviembre, citando a su
196/2005, de 18 de julio. vez el ATC 412/2004, de 2 de noviembre.
63
Por todas STC 196/2002, de 28 de octubre. 66
Los entrecomillados pertenecen a E. BACIGALUPO
64
STC 10/2001, de 29 de enero, STC 84/2001, de ZAPATER, Problemas constitucionales de la prescripción
26 de marzo. de la acción penal (notas sobre la STC 63/2005), cit.

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ESTUDIOS

«una cosa es la garantía de los derechos fun- 192/2003, de 27 de octubre. La misma declaró
damentales y otra, necesariamente muy dis- vulnerado el derecho a la tutela judicial efec-
tinta, la de la máxima irradiación de los con- tiva (sentencia fundada en Derecho) en un
tenidos constitucionales en todos y cada uno caso en el que se despide al recurrente en
de los supuestos de interpretación de la lega- amparo por trasgresión de la buena fe con-
lidad». tractual, al haber trabajado en vacaciones, lo
que el Tribunal Constitucional considera que
En suma, el canon de razonabilidad refor-
no es acorde con la libertad y dignidad de la
zada se convierte en un instrumento que debe
persona ni con el respeto a su vida privada.
ser empleado por el Tribunal Constitucional
en aquellos casos en los que la valoración de Tras recordar su doctrina en relación con el
la decisión jurisdiccional, potencialmente derecho fundamental a la tutela judicial efec-
contraria al art. 24.1 CE, requiera para su tiva y que éste «exige que las resoluciones
recto control de la ponderación de otros dere- judiciales al decidir los litigios sean fundadas
chos fundamentales que hubieran sido utili- en Derecho», así como que las resoluciones
zados o que debieran haberlo sido en la cons- judiciales sean conformes con la Constitución,
trucción argumental del pronunciamiento como norma suprema del ordenamiento jurí-
cuestionado. Se trata, por tanto, de un canon dico, de todos los poderes públicos, y por con-
más riguroso en la motivación cuando el siguiente también de los Jueces y Tribunales
derecho a la tutela judicial efectiva se integrantes del Poder Judicial (arts. 9.1 y 117
encuentra conectado con otro derecho funda- CE), el Tribunal aborda el problema de si el
mental. despido de un trabajador por haber realizado
un trabajo durante el tiempo de sus vacacio-
nes resulta o no acorde con la configuración
4.2. Las dimensiones actual del derecho a vacaciones anuales retri-
de la «razonabilidad reforzada» buidas en nuestro ordenamiento jurídico labo-
ral y, con lo que es más importante aún, con la
4.2.1. La premisa: la adecuación primacía de la libertad de la persona y el res-
de las interpretaciones judiciales peto a su vida privada que la Constitución
a los valores constitucionales
garantiza. La Sala declara existente la vulne-
ración alegada porque «la concepción del
Ciertamente, la interpretación en el Esta-
período anual de vacaciones como tiempo cuyo
do constitucional exige del juez no sólo la apli-
sentido único o principal es la reposición de
cación estricta de la norma positiva sino la
energías para la reanudación de la prestación
adecuación a ciertos valores y principios esta-
laboral supone reducir la persona del trabaja-
blecidos por la Constitución. Así, de la inter-
dor a un mero factor de producción y negar, en
pretación de la ley como una actividad de
la misma medida, su libertad, durante aquel
conocimiento del juez, «se pasa a la interpre-
período, para desplegar la propia personali-
tación como aplicación de valores y principios
dad del modo que estime más conveniente» y
constitucionales, determinados y concretados
porque «una tal concepción, según la cual el
conforme la Constitución ha establecido»67.
tiempo libre se considera tiempo vinculado y
Esta conexión entre valores y normas en la
la persona se devalúa a mera fuerza de traba-
definición de los contenidos de la legalidad
jo, resulta incompatible con los principios
ordinaria tiene un claro exponente en la STC
constitucionales que enuncia el art. 10.1 CE
(dignidad de la persona y libre desarrollo de
67
M.L. BALAGUER C ASTEJON, Interpretación de la su personalidad), a cuya luz ha de interpre-
Constitución y ordenamiento jurídico, Madrid, Tecnos, tarse, inexcusablemente, cualquier norma de
1997, p. 167. Derecho y, para lo que importa ahora, la cláu-

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JESÚS R. MERCADER UGUINA

sula legal de la buena fe», de suerte que «la de motivación es la que tiene su origen en las
resolución judicial que desconoce tales princi- actuaciones de diversos sindicatos que recla-
pios constitucionales al interpretar y aplicar maban su legitimación para interponer
esta cláusula, no puede entenderse, por tanto, recursos contencioso-administrativos. En
fundada en Derecho»68. todos los supuestos examinados, la jurisdic-
ción ordinaria había denegado la legitima-
ción del sindicato, por entender que los inte-
4.2.2. Reforzamiento de la exigencia reses que en el proceso concreto se encontra-
argumental derivada de la conexión ban en juego afectaban únicamente a los
del art. 24 CE con otros derechos directamente afectados o, a lo sumo, a terce-
fundamentales, especialmente, ros potencialmente perjudicados, pero no al
con el derecho de libertad sindical sindicato recurrente, carente de interés legí-
timo.
Una larga serie de pronunciamientos de
nuestro Tribunal Constitucional vienen Los citados pronunciamientos, en lo que a
subrayando la necesidad de efectuar un con- nosotros interesa, se señala que al analizarse
trol reforzado de la motivación cuando se un problema de legitimación sindical, debe
impetra para la defensa de un derecho sus- tomarse en consideración que «el canon de
tantivo fundamental, sea este el derecho de constitucionalidad a aplicar es un canon
libertad sindical (art. 28.1 CE), o sea, como ha reforzado, ya que el derecho a la tutela judi-
ocurrido recientemente, el integridad moral cial efectiva se impetra para la defensa de un
(art. 15 CE) –en el supuesto que contempla la derecho sustantivo fundamental como es el
STC 74/2007, de 16 abril–, en conexión con el derecho a la libertad sindical». De todo lo
art. 24.1 CE. En estos casos el Tribunal ha anterior se concluye que el derecho a la tute-
señalado que «las decisiones judiciales como la judicial efectiva tenga en este caso un efec-
las que aquí se recurren deben estar especial- to reflejo sobre el derecho a la libertad sindi-
mente cualificadas en función del derecho cal, tal como ya se ha expresado, en la medida
material sobre el que recaen, sin que a este en que su ejercicio está estrechamente vincu-
Tribunal, garante último de los derechos fun- lado a los fines que los sindicatos persiguen,
damentales a través del recurso de amparo, es decir, «la protección y defensa de los inte-
pueda resultarle indiferente aquella cualifi- reses económicos y sociales que les son pro-
cación cuando se impugnan ante él este tipo pios» (art. 7 CE), y puede incluirse en el ámbi-
de resoluciones, pues no sólo se encuentra en to del derecho a la actividad sindical (art.
juego el derecho a la tutela judicial efectiva, 2.1.d y 2.d LOLS), por lo que la negativa judi-
sino que puede producirse un efecto derivado cial de legitimación priva al sindicato recu-
o reflejo sobre la reparación del derecho fun- rrente de un medio de acción que le es propio.
damental cuya invocación sostenía la preten- Sobre esta base, el Tribunal Constitucional
sión ante el órgano judicial, con independen- ha reconocido la existencia de ese interés
cia de que la declaración de la lesión sea sólo específico para recurrir un Acuerdo de la Jun-
una de las hipótesis posibles». ta de Gobierno de una Universidad aprobato-
rio de la dotación de determinadas plazas de
Una línea plenamente consolidada de apli- profesorado (STC 101/1996, de 11 de junio);
cación de la exigencia de un canon reforzado para impugnar el sistema de provisión de una
plaza de Jefe de la policía local en un Ayunta-
miento (STC 7/2001, de 15 de enero); para
68
Subrayando estas ideas, véase el comentario a la
misma de A. BAYLOS GRAU, Derecho al trabajo, despido y impugnar las bases de la convocatoria de un
buena fe contractual : comentario a la STC 192/2003, de concurso-oposición para la provisión de pla-
27 de octubre, RL, 2004, nº 1, pp.. 673-684. zas de bomberos de una Diputación Provin-

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ESTUDIOS

cial (STC 24/2001, de 29 de enero); o para constitucionalidad del art. 24 CE a aplicar es,
recurrir el Acuerdo del Pleno de un Ayunta- precisamente, un canon reforzado. Asimismo,
miento que aprobaba la plantilla orgánica del recuerda la doctrina constitucional en mate-
mismo (STC 84/2001, de 26 de marzo). En la ria de legitimación procesal de los sindicatos
misma línea cabe situar las posteriores SSTC por la que, junto a su capacidad abstracta
203/2002, de 28 de octubre, la STC 112/2004, para ser parte, necesitan tener implantación
de 12 de julio, o, en fin, en la STC 28/2005, de en el ámbito del conflicto y un interés legíti-
14 de febrero, 74/2005, de 4 de abril; mo que concurre cuando de prosperar la
358/2006, de 18 de diciembre; 153/2007, de 18 acción, el recurrente puede obtener un bene-
de junio. ficio o ver desaparecer un perjuicio. A partir
de ahí pone de manifiesto que la ratio deci-
En esta línea se sitúa, pero con ciertas
dendi del Auto impugnado residía en que no
matizaciones, la STC 215/2001, de 29 de octu-
concurre el supuesto previsto en el art. 20
bre. En el supuesto examinado se había ini-
LPL y que falta el interés del sindicato por
ciado un procedimiento sancionador como
falta de vínculo, cuando en ningún momento
consecuencia de una inspección del cumpli-
se había defendido por el sindicato ni una
miento por parte de una empresa de sus obli-
causa propia, ni que actuara como represen-
gaciones en relación con el servicio de preven-
tante procesal, sino en cuanto a entidad que
ción y por el hecho de que el médico y la ATS
ostenta la representación de los intereses que
prestaran sus servicios a la empresa median-
le son propios (art. 17.2 LPL).
te interposición ilegal de una compañía crea-
da por la Mutua a la que la empresa perte- El Tribunal reconoce que la regla general
necía. Abierto expediente administrativo, la es la de que en el proceso de oficio los intere-
Dirección General de Trabajo de la Conse- ses afectados son únicamente los de las par-
jería pertinente promovió procedimiento de tes directamente afectadas, pero destaca las
oficio al amparo del art. 149.2 LPL contra las
particularidades del caso que le hacen optar
empresas en materia de cesión ilegal de tra-
por estimar el amparo. Particularidades que
bajadores, adjuntando escrito en el que se
la Sentencia residencia en el tipo de empresa
solicitaba al órgano judicial que reconociese
(sometida a altos riesgos cancerígenos), el
como parte al Sindicato UGT de Castilla y
tipo de infracción (cesión de trabajadores) y
León al habérseles tenido como parte en el
en el hecho de que ésta afectara precisamen-
procedimiento administrativo y tener presen-
te a los trabajadores encargados de prestar el
cia en el Comité de Empresa. Inicialmente el
servicio preventivo. En este marco de circuns-
Juzgado de lo Social accedió a lo solicitado
tancias especiales, que el Tribunal remarca
pero, tras el recurso de la empresa, acordó no
insistentemente (probablemente para impe-
tener por parte al Sindicato por entender que
dir una aplicación extensiva de esta doctri-
no concurre el supuesto del art. 20 LPL ni es
na), la Sentencia entiende que no se trata sólo
de aplicación la Ley 30/1992 que considera
de un interés genérico en preservar las condi-
interesados a los titulares de un derecho o a
ciones de trabajo garantizadas por las nor-
los que puedan resultar afectados por la reso-
mas jurídicas y en evitar en general la exis-
lución que se dicte; en definitiva, declara que
tencia de situaciones de precariedad prohibi-
el conflicto sólo afecta a los intereses particu-
lares de las partes. Contra esta resolución se das, tampoco de una defensa abstracta de la
acude en amparo alegando vulneración del normativa en materia de seguridad y salud
art. 24 CE en relación con los arts. 7 y 28 CE. laboral, sino de un interés colectivo debido a
la infracción objeto de controversia y los efec-
Para examinar la cuestión planteada, el tos que su eventual sanción tiene en los tra-
TC destaca que, en la medida en que entran bajadores de la empresa. Por ello, y por las
en juego derechos sustantivos, el canon de situaciones paradójicas a las que aboca el

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proceso de oficio si se considera exclusiva- revocar la indemnización reconocida en ins-


mente desde una sola de sus fases, la Senten- tancia y en suplicación, satisface las exigen-
cia concluye que la denegación de legitima- cias de motivación de las resoluciones judicia-
ción constituye una interpretación excesiva- les. En este sentido, el art. 24 CE impone a los
mente restrictiva y desproporcionada cuando órganos judiciales no sólo la obligación de
no se ofrece motivo alguno por el que, ofrecer una respuesta motivada a las preten-
mediante el traslado de una parte del control siones aducidas, sino que, además, ésta ha de
de la legalidad administrativa a otro orden tener contenido jurídico y no resultar arbitra-
jurisdiccional, se justifique que deja de concu- ria. Junto a lo anterior, al tratarse de una
rrir el interés legítimo que inicialmente resolución dictada en el marco de un procedi-
ostentaba y le fue reconocido al sindicato. miento de tutela de la libertad sindical, se
debe aplicar un canon reforzado de motiva-
Un último ejemplo es el que ofrece la STC
ción.
247/2006, de 24 de julio. Un trabajador había
interpuesto demanda de tutela de la libertad El TC entiende que el recurrente en ampa-
sindical contra su empleadora por las conduc- ro expuso detalladamente en su demanda rec-
tas antisindicales de las que, a su juicio, esta- tora la conducta antisindical de la que venía
ba siendo objeto, consistentes básicamente en siendo víctima debido a su activismo sindical.
la prohibición por parte de la Consejería Entiende que esta conducta antisindical le
empleadora de su asistencia a las reuniones ocasionó tanto perjuicios económicos perfecta-
del comité de empresa al que pertenecía, su mente cuantificables (reducción de jornada
traslado sin causa a un nuevo puesto de tra- con la consiguiente reducción salarial), como
bajo, la reducción injustificada de su jornada daños morales de más difícil cuantificación.
de trabajo y la consiguiente reducción de su Asimismo, considera el TC que el recurrente
salario. En primera instancia y en suplica- aporta al proceso las bases y elementos nece-
ción se condenó a una indemnización pero el
sarios para acreditar y valorar los daños cuya
Tribunal Supremo advirtió «que no bastaba
indemnización reclamaba. En la sentencia
con que quedara acreditada la vulneración de
que se recurre en amparo, el TS argumenta
la libertad sindical para que el Juzgador
exclusivamente sobre la falta de vigencia de la
tuviera que condenar automáticamente a la
doctrina jurisprudencial citada en suplicación
persona o entidad conculcadora al pago de
por el recurrente en amparo y sobre la necesi-
una indemnización, sino que para ello era de
dad de aportar al proceso la pautas que per-
todo punto necesario, primero, que el deman-
mitan cuantificar el importe del daño, proce-
dante alegara adecuadamente en su deman-
diendo a revocar la indemnización que había
da las bases y elementos clave de la indemni-
sido reconocida en instancias inferiores, sin
zación reclamada, que justificara suficiente-
tomar en consideración los elementos ante-
mente que la misma correspondía ser aplica-
riormente citados que fueron alegados y pro-
da al supuesto concreto de que se tratara, y
bados por el recurrente y valorados en la sen-
diera las pertinentes razones que avalaran y
tencia de instancia confirmada por la de supli-
respaldaran dicha decisión; y, en segundo
cación. A la luz de lo anterior, el TC considera
lugar, que quedaran acreditados, cuando
vulnerado el derecho a la tutela judicial efec-
menos, indicios o puntos de apoyo suficientes
en los que se pudiera asentar una condena de tiva del demandante en amparo, ocasionando
tal clase». al mismo tiempo la vulneración del propio
derecho fundamental sustantivo, en cuya
El TC centra su argumentación en anali- reparación se reconoció la indemnización
zar, desde la perspectiva del derecho a la revocada, esto es, del derecho de libertad sin-
tutela judicial efectiva (art. 24.1 CE), si la dical, toda vez que «la falta o insuficiencia de
motivación de la sentencia impugnada para motivación de una resolución judicial relativa

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ESTUDIOS

a un derecho fundamental sustantivo se con- CE) se ha puesto de manifiesto en diversos


vierte en lesión de ese derecho». pronunciamientos en los que el Tribunal
Constitucional ha exigido un mayor esfuerzo
argumental a los tribunales ordinarios cuan-
4.3. Reforzamiento do, en última instancia, el pensar judicial
de la motivación constitucional debía tomar necesariamente en considera-
y derecho al trabajo ción dicho derecho al trabajo. Buen ejemplo
de esta línea es el denominado caso «Enatcar»
El derecho al trabajo presenta una confi- que fue motivo de una larga controversia en
guración dual comprensiva tanto de un «dere- los Tribunales ordinarios71. La serie de sen-
cho social de prestación» como de «un derecho tencias que se abre con la STC 99/2001, de 23
de libertad» o libertad de trabajo. El valor o de abril y se continúa con las SSTC 100/2001,
bien jurídico protegido por el derecho al tra- de 23 de abril, 117/2001, de 21 de mayo y
bajo es la vita activa, entendida como «el des- 137/2001, de 18 de junio (Sala Segunda), dan
pliegue de las energías individuales a fin de respuesta constitucional al conflicto que
producir bienes y servicios, y ello tanto para encontró su origen, como decimos, en el pacto
ganarse el sustento como, más en general, de regulación de empleo alcanzado entre la
para desarrollar la propia personalidad» 69. empresa Enatcar y el Comité General de
La jurisprudencia constitucional recoge la dicha empresa y a cuyo tenor «en el caso de
anterior concepción y mantiene que el dere- que por cualquier causa algún trabajador de
cho al trabajo no se agota en la libertad de los sujetos a regulación de empleo, y que
trabajar, sino que presenta un doble aspecto: hubiese recibido la indemnización a que se
individual y colectivo. En el plano individual, refiere el párrafo anterior, percibiera salarios
el derecho al trabajo «se concreta en el igual de Renfe o sus filiales y se le reconozca su
derecho de todos a un puesto de trabajo si se antigüedad, se compromete a devolver a
cumplen los requisitos necesarios de capaci- Enatcar la cantidad recibida de ésta».
tación» y en el «derecho a la continuidad y
El supuesto de hecho tipo, común a los dis-
estabilidad en el empleo»70, entendido este
tintos pronunciamientos, resultaba el
derecho no como derecho a permanecer inde-
siguiente. Una vez reingresados en Renfe con
finidamente en el desempeño del puesto de
contrato indefinido diversos trabajadores,
trabajo sino como derecho a no ser despedido
éstos fueron demandados por Enatcar ante la
de no existir justa causa, es decir, exigencia
jurisdicción laboral, interesándose la restitu-
de causalidad del despido. En su dimensión
ción, en su totalidad, de la indemnización que
colectiva, «el derecho al trabajo implica un
en su día habían recibido. La reclamación no
mandato a los poderes públicos para que lle-
prosperó, por entender los órganos jurisdic-
ven a cabo una política de pleno empleo pues,
cionales que el pacto colectivo era vinculante
en otro caso, el ejercicio del derecho al traba-
para los intervinientes sin que pudiese ope-
jo por una parte de la población lleva consigo
rar la cláusula resolutoria que, al haberse
la negación de ese mismo derecho para otra
fijado sin plazo, es contraria al derecho indi-
parte de la misma».
vidual al trabajo garantizado en el art. 35 CE.
La conexión entre derecho al trabajo (art. Recurrida la Sentencia de suplicación en
35.1 CE) y tutela judicial efectiva (art. 24.1 casación para la unificación de doctrina, por
existir contradicción con otras el Tribunal

69
L.M. DIEZ-PICAZO, Sistema de Derechos Funda-
mentales, Madrid, Civitas, 2003, p. 431. 71
Un amplio estudio de esta cuestión F. VALDES
70
SSTC 22/1981, de 2 de julio; 20/1994, de 27 de DAL-RE, El carácter imperativo de la indemnización legal
enero y 125/1994, de 11 de abril. por despido colectivo (I), RL, 2004,nº 3, pp. 1-12.

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Supremo unificó los criterios dispares en sen- normas aplicables que no es arbitraria ni
tencia según la cual la restitución de la irrazonable y, en consecuencia, no resulta
indemnización percibida sólo procedía res- lesiva del derecho fundamental a la tutela
pecto de 22 días de salario por año de antigüe- judicial efectiva del art. 24.1 CE».
dad, ya que el resto, correspondiente al míni-
mo legal de 20 días de salario/año previsto en
el ET, era de derecho imperativo o necesario 4.4. «Canon reforzado» de motivación
y, por tanto, indisponible, siendo en este y principios rectores de la política
extremo ineficaz, por nulo, el pacto colectivo social y económica
alcanzado en el procedimiento de regulación
de empleo del que traen causa dichas indem- Como es sabido, en el Capítulo III del Títu-
nizaciones. lo I de nuestra CE no hay derechos subjetivos.
El primer destinatario de los principios recto-
La demanda de amparo denuncia la irra-
res de la política social y económica es el
zonabilidad y arbitrariedad de la interpreta-
legislador. Si bien ello no supone que dichos
ción sostenida en la decisión judicial impug-
principios puedan ser ignorados por los
nada, enlazando a tal fin el art. 24.1 con los
demás poderes públicos en tanto que guía y
arts. 9.3 y 35.1 CE. Por resultar cuestiones de
orientación para el ejercicio de sus funciones,
mera legalidad ordinaria, los pronunciamien-
ante el Poder Judicial los mismos poseerán el
tos aludidos no entran en la calificación de la
«valor hermenéutico»72 que le atribuye la pro-
«cuestión jurídicamente controvertida» de
pia Constitución (informarán «la práctica
determinar la naturaleza de ius cogens o de
judicial»)73. La STC 19/1982, de 5 de mayo,
derecho dispositivo de la indemnización
señaló que el art. 53.3 CE impide considerar a
legalmente establecida, ni en la posible vul-
los principios rectores de la política social y
neración del principio de seguridad jurídica
económica del Capítulo Tercero del Título I
que pudiera derivar de «la indeterminación
como normas sin contenido, y obliga a tener-
(...) de la condición en el tiempo». El Tribunal
los presentes en la interpretación, tanto de
centra su enjuiciamiento, exclusivamente, en
las restantes normas constitucionales como
la adecuación de los «criterios de escrutinio»
de las leyes. Tal doctrina fue notablemente
utilizados en la sentencia impugnada. No
matizada en su alcance y contenido poco des-
obstante, al hallarse en juego un principio
pués por la STC 121/1983, de 15 de diciem-
rector del ordenamiento jurídico (el derecho
bre.
al trabajo), el Tribunal no limita su enjuicia-
miento a una mera «comprobación negativa
de que la decisión judicial no es manifiesta- 72
J. JIMÉNEZ CAMPO, Derechos fundamentales. Con-
mente irrazonable o arbitraria ni incurre en cepto y garantías, cit., p. 127.
error patente», sino que exige reforzar dicho 73
Para A. NIETO, Peculiaridades de la norma consti-
canon añadiendo a ese control «el positivo tucional, RAP, 1983, nº 100-102, pp. 397, 401), la pecu-
liaridad de estas normas, es que son incompletas. No
sobre la ponderación y adecuación de la moti-
obstante, las mismas se diferencian de las demás en que
vación de tal decisión judicial, que necesaria- son preceptos en los que se «concretan las intenciones
mente ha de exteriorizarse, a los derechos de futuro de la comunidad nacional, la Constitución ha
concernidos». Sobre esta base, se desestima el positivizado unos valores fundamentales, que no sólo
amparo solicitado, al considerarse que la debieran inspirar la actuación política de los poderes
resolución impugnada «se encuentra sufi- públicos, sino que deben inspirar también las resolucio-
nes jurisprudenciales, y muy particularmente las del Tri-
cientemente fundada y cuya motivación toma
bunal Constitucional (...) buena parte del texto constitu-
en consideración expresamente el derecho al cional es una «guía de conducta» que no es necesaria-
trabajo de las demandantes, procediendo a mente un mandato, sino que comprende una declara-
una interpretación y aplicación al caso de las ción de lo que es bueno y malo, correcto e incorrecto.

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ESTUDIOS

Sobre esta base, que otorga valor excepcio- estimando la demanda, reconociendo el dere-
nal a la intervención correctora del Tribunal cho a que la ciudadana extranjera, persona
Constitucional sobre la desarrollada por los que convivía con el demandante, fuera bene-
Tribunales ordinarios, pueden hallarse algu- ficiaria de la asistencia sanitaria, con la con-
nos pronunciamientos que han mostrado de siguiente inclusión en la cartilla, condenando
forma evidente la vinculación constitucional en consecuencia al Instituto Nacional de la
entre tutela judicial efectiva y principios rec- Seguridad Social. El sucesivo recurso de
tores impulsando este encuentro el recurso a suplicación fue estimado, revocándose la Sen-
un refuerzo en la motivación judicial. Buen tencia de instancia. La Sala mantiene que
ejemplo es la STC 95/2000, de 10 de abril74. sólo se consideran extranjeros residentes en
España las personas que cuentan con permi-
En la misma, el recurrente en amparo con- so de residencia, condición que no concurría
vivía con una ciudadana de nacionalidad en la compañera del demandante pese a la
rumana sin ingresos propios, con la que había medida adoptada por el Auto de la Sala de lo
tenido una hija, constando notarialmente su Contencioso con carácter cautelar.
compromiso de mantener económicamente a
ambas y hacerse cargo de los gastos de estan- Bajo el manto del art. 24.1 CE, el Tribunal
cia y eventual retorno a su país, así como de Constitucional se enfrenta al alcance y conte-
aquellos otros que se pudieran ocasionar por nido del derecho a la salud constitucional-
otras causas. El actor solicitó incluir como mente consagrado. Considera el Tribunal
beneficiarios de asistencia sanitaria a su Constitucional que en el supuesto de hecho
compañera y a su hija, petición que fue dene- enjuiciado no se estaba dirimiendo una mera
gada por el INSS. Quedaba probado que se discrepancia del recurrente con la decisión
solicitó exención del visado para obtener la judicial, sino el alcance de la lesión producida
residencia en España, solicitud denegada por al haberse aplicado un precepto legal negan-
la Delegación del Gobierno, lo que dio lugar a do relevancia a hechos y elementos de juicio
un procedimiento contencioso administrativo determinantes para la resolución del litigio.
en el que se pidió la anulación de la resolución
denegatoria de la expresada solicitud de Sobre esta base, y asumiendo la discutible
exención de visado y, con carácter cautelar, la licitud de la residencia de una ciudadana
suspensión de la resolución administrativa rumana en España, señala el TC que «la tras-
impugnada. La Sala de lo Contencioso-Admi- cendencia constitucional del defecto aprecia-
nistrativo del Tribunal Superior de Justicia do se intensifica teniendo en cuenta que
de Madrid acordó, como medida cautelar, que aquella desestimación ha perjudicado el acce-
durante la sustanciación del litigio no le sería so […] a la asistencia sanitaria proporciona-
exigible la obtención del visado. La negativa da por el Sistema público de Seguridad Social
de la Entidad Gestora, según dicen los ante- y, en último término, a la protección de la
cedentes, se fundó en la circunstancia de no salud a la que se refiere el art. 43 CE. La razo-
poder considerar a la ciudadana rumana nabilidad de las decisiones judiciales es tam-
como extranjera residente, al no poseer la bién una exigencia de adecuación al logro de
correspondiente tarjeta de autorización con- los valores, bienes y derechos constituciona-
forme a lo establecido en la normativa aplica- les75 y, desde esa perspectiva, debe recordar-
se que los principios rectores de la política
ble. En el procedimiento seguido contra el
social y económica, entre los que se encuentra
Instituto Nacional de la Seguridad Social,
el precepto citado, no son meras normas sin
recayó Sentencia del Juzgado de lo Social

74
Un comentario a la misma puede verse en R. FÉR- 75
STC 82/1990, de 4 de mayo; 126/1994, de 25 de
NANDEZ MONTALVO, PJ, 1999, nº 56, pp. 501-509. abril.

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contenido76 sino que, por lo que a los órganos política social»78. Cierto es que los mandatos
judiciales se refiere, sus resoluciones habrán constitucionales son deberes jurídico-objeti-
de estar informadas por su reconocimiento, vos que tienen por destinatarios a los órganos
respeto y protección, tal como dispone el art. estatales en la legislación y la administra-
53.3 CE. De ese modo, una decisión que no ción, deberes de actuar para la realización del
sólo se adopta sobre una conclusión que con- fin o del programa formulado en el mandato a
tradice los hechos sino que, además, descono- través de medidas apropiadas, con lo que se
ce la orientación que debió tener la aplicación dejan al parecer y entender del juicio político
de la legalidad, acentúa la falta de justifica- del órgano actuante y, con ello, al proceso
ción y de razonabilidad de la resolución político. Pero lo que resulta dudoso es que de
impugnada, como ya mantuvimos en nuestra esos mandatos pueda llegar a extraerse un
STC 126/1994, de 25 de abril». componente jurídico-subjetivo en la forma de
pretensiones de defensa de los particulares
Así pues, en esta sentencia se produce un
afectados frente a una inactividad, una desa-
fortalecimiento del canon del art. 24.1 CE
sobre la base que aportan los principios recto- tención grosera o una supresión definitiva de
res. La tutela judicial efectiva no se reduce a las medidas adoptadas en la ejecución del
su lógica ordinaria de control indirecto, sino mandato constitucional79. De producirse, en
que actúa directamente sobre la corrección de ocasiones como la analizada, ello puede dar
la interpretación judicial (que podrá ser con- lugar a la conversión funcional del principio
traria al art. 24.1 CE caso de no encajar con la rector en un derecho fundamental y, en el
orientación que corresponde al referente concreto caso examinado, atribuir ese dere-
implicado)77. La solución constitucional no cho a su sector de población (los extranjeros)
parece satisfactoria. Bajo una solución de jus- y paradójicamente negárselo a otro (los nacio-
ticia material se envuelve una verdadera nales). En todo caso, una Política Nacional de
transformación de la función y los fines cons- Salud no puede dejar desatendidos a seres
titucionalmente perseguidos a través de los humanos en base a su situación administrati-
principios rectores. va. Ahora bien, y para evitar el «efecto llama-
da» y los posibles abusos que de la Ley pudie-
Como doctrinalmente se ha señalado, el ran derivarse, habría que empezar con unos
derecho a la salud (art. 43.1 CE) no es «un enunciados claros sobre el fondo y con una
derecho subjetivo, a pesar de la expresión que forma precisa e irreprochable.
se utiliza, sino un principio informador de la

78
J.M. FERNANDEZ PASTRANA, El servicio público de
sanidad. El marco constitucional, Madrid, Civitas, 1984,
p. 60. Una posición matizadamente diversa es la mante-
nida por L. POMED SÁNCHEZ, El derecho al medio ambien-
te, en M. CONTRERAS, L. POMED, R. SALANOVA (Coord.),
Nuevos escenarios y nuevos colectivos de los derechos
humanos, Zaragoza, Gobierno de Aragón, 1998, quien
considera que en dicho precepto se reconocen auténti-
cos derechos subjetivos (p. 577), añadiendo que «el
estatuto jurídico constitucional ordinario de los dere-
chos subjetivos no se encuentra en el art. 53, sino en el
24.1, que proclama el derecho fundamental a la tutela
76
STC 19/1982, de 5 de mayo. judicial efectiva» (p. 580).
77
K.S. SANTIAGO REDONDO, Crédito horario, negocia- 79
E. W. BOCKENFORDE, Los derechos fundamentales
ción colectiva y otras cuestiones: Las resoluciones más sociales en la estructura de la Constitución, en Escritos
destacadas del TC en materias sociales en el segundo tri- sobre Derechos fundamentales, Badem-Badem, Nomos
mestre del 2000, RL, 2000, nº 14, p. 55. Verlagsgesellschaft, 1993, p. 76.

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RESUMEN El presente estudio tiene como objeto profundizar en las técnicas de argumentación («cáno-
nes de control») del Tribunal Constitucional en su control de la legalidad ordinaria a través
de la interpretación del art. 24.1 CE. El Tribunal Constitucional ha creado para efectuar
dicho control el denominado test de razonabilidad que se encuentra integrado por cuatro
criterios de aplicación, a saber: la congruencia o exigencia de respuesta a las pretensiones
y causas de pedir; la motivación de la respuesta judicial; la razonabilidad; y la ausencia de
error patente. Se trata de un canon de enjuiciamiento meramente externo y que evita toda
ponderación acerca de la corrección jurídica de las resoluciones judiciales. En los últimos
años, la jurisprudencia constitucional ha venido construyendo, con particular referencia al
ámbito de lo social, un criterio ya conocido en materia penal. Este criterio de control ha sido
definido como de «canon reforzado» o de «razonabilidad reforzada». Con esta terminología,
el TC hace referencia al caso en el que la infracción del art. 24.1 CE recae, a la vez, sobre
otro derecho fundamental, un principio o un valor constitucional. Dicho de otro modo: el
citado canon reforzado de motivación opera cuando el derecho a la tutela judicial efectiva
incide de alguna manera en la libertad como valor superior del Ordenamiento jurídico, sin
que, en cualquier caso, ello permita comprobar el grado de acierto de las resoluciones judi-
ciales o indicar la interpretación que deba darse a la legalidad ordinaria. El reforzamiento
de dicho control se ha realizado exigiendo a los jueces y Tribunales un particular esfuerzo
de motivación cuando quedan afectados derechos fundamentales (art. 15 y 28 CE); dere-
chos y deberes ciudadanos, como es el caso del derecho al trabajo (art. 35.1 CE); o, incluso,
principios rectores de la política social y económica. De los resultados obtenidos y de los
puntos críticos de tales formas de razonamiento se da cuenta en el presente trabajo.

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