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Líbryco

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SISTÉMICA Y ESTRATÉGICA
UN ENFOQUE METODOLÓGICO
Juan Farrés Cavagnaro



Líbryco

FARRÉS CAVAGNARO, JUAN


Administración sistémica y estratégica. — la ed.
Córdoba: Líbryco, 2013.
338 p.: 17 x 24 cm.
ISBN 978-987-28776-2-0
1. Administración de Empresas. I. Título
CDD 658

Fecha de catalogación: 19/07/2013

Dirección General Guillermo Domínguez


Diseño de cubierta Ferlane, Publishing Services
Preimpresión Líbryco
Impresión Copicentro 2

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IMPRESO EN LA ARGENTINA
PRINTED IN ARGENTINA

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723


4 Las organizaciones
económicas

4.1. CONCEPTO DE ORGANIZACIÓN ECONÓMICA

La expresión "organización económial' de acuerdo a los conceptos generales verti-


dos, alude fundamentalmente a alguna de las primacías de orientación, que según
Parsons, sucede cuando el interés de la organización en si, está vinculado a un obje-
tivo de contenido económico que debe entenderse como un "valor añadido"' .
Las organizaciones de este tipo son propias del tercer tipo en la clasificación de
Maintz referidas a aquellas que tienen por objeto la colocación de un producto en
un contexto, sobre la base de una relación de intercambio de bienes o servicios
medibles a través de un valor económico (precio), expresado en dinero.
El concepto expuesto, es genérico y se refiere al objetivo organizacional como
un elemento de caracterización que da lugar a determinar si el objeto organizacio-
nal está centrado en materializar alguna forma de prestación a personas que se
particulariza y de allí, que adquiere su carácter "de primacía económica'', atendien-
do a que está "regida por va/ores de racionalidad económica, es decir, el máximo
de producción con el mínimo de costo en sentido económico" 2 . La racionalidad es
compatible con la idoneidad como la capacidad de lograr la mayor eficacia y efi-
ciencia posible que a su vez, es el resultado de su estructuración y gestión. En otros
términos, la idoneidad se expresa como un grado de rendimiento y en tal sentido,
el de una empresa económica "puede medirse por la calidad y la cantidad de sus

/bid.
2 Ibid.
821 ADMINISTRACIÓN SISTÉMICA Y ESTRATÉGICA: UN INFORME METODOLÓGICO

,oroductos y por el beneficio obtenido de ellos-3 . La calidad y la cantidad, no consti-


tuyen por si solos, parámetros de medición de la idoneidad o rendimiento en las
organizaciones económicas centradas en una finalidad de lucro o beneficio porque
la obtención de éste, si bien no define por si solo a las organizaciones de este tipo
donde la función primaria es la de producción de un bien o servicio como un apor-
te a la sociedad, la obtención de ganancias en un mercado es secundaria, pero no
por ello deja de ser importante.
En síntesis, la primacía de la orientación o finalidad, en este tipo de organizacio-
nes, consiste en la producción y su consiguiente colocación de su producto en un
mercado, siguiendo en el desarrollo de esta función, criterios de racionalidad del
modo en que han sido conceptualizados y obteniendo a cambio, un beneficio co-
mo un valor añadido o utilidad marginal.
Este último requisito del beneficio o utilidad marginal, no importa necesaria-
mente que, para preservar el carácter económico de la finalidad que define a este
tipo de organizaciones, éste deba constituirse en una retribución de un sector de
sus miembros, como sucede en otras que adoptan figuras jurídicas como la de so-
ciedades donde la obtención de un lucro o renta es la medida de interés de sus
propietarios.
En otros términos, el destino del beneficio o utilidad marginal es independiente
de la naturaleza económica que caracteriza a estas organizaciones.

4.2. CONCEPTO DE EMPRESA


Efectuadas estas consideraciones respecto al concepto de organización económica,
no puede dejarse de lado explicitar un término que a menudo se asimila a ésta
como es el de empresa. La expresión empresa proviene del latín in-prehensa, y en
sus diversas acepciones se interpreta por una parte como una acción o el resultado
de la intención de hacer o lograr algo o como una obra realizada; pero en un sen-
tido vinculado a las organizaciones, asume el carácter de una entidad mercantil.
El concepto derivado de su uso frecuente posee diversas aplicaciones de donde
se deduce, que no es unívoco sino equivoco, de manera que puede aplicarse a iden-
tificar a cualquier tipo de organización partiendo de la idea de que siempre esta aso-
ciada a un emprendimiento. Serian así empresas incluso, además de las señaladas
como de orientación de primacía económica, todas aquellas que tienen otras orien-
taciones de primacía como una universidad, un club social, hasta una parroquia. Pero
de una manera restringida, sólo lo sería en el sentido empleado en primer término,
vale decir, cuando persigue un fin de naturaleza económica. En este caso, resta aun
señalar que podría aun tratarse de entidades que si bien desarrollan una función
netamente económica ello no necesariamente, significa que su finalidad sea esen-
cialmente lucrativa, en el sentido de que el resultado de su gestión, se distribuya de
acuerdo a alguna forma de proporcionalidad entre sus integrantes o propietarios.

3 MAinrrz, R., op.cit, p. 233.


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Podría argüirse que existen organizaciones que desarrollan funciones económicas,


cierto tipo de cooperativas por ejemplo, que no poseen un animus lucrandi, sino el
de prestar un servicio a sus asociados y a no asociados en idénticas condiciones, pero
dentro de los límites que impone la legislación específica.

En conclusión, la expresión empresa puede aplicarse y comúnmente se hace, a


múltiples formas de integración de esfuerzos y recursos con finalidades diversas,
pero de manera particular, a aquellas que tienen por objeto un interés económico,
ya sea a través de una renta al capital invertido, o de la distribución del resultado
final obtenido en una relación de mercado, en dinero o en alguna forma de servi-
cio susceptible de valoración económica.

4.3. OBJETIVOS DE LAS ORGANIZACIONES ECONÓMICAS

Toda organización y en este caso la económica, se define en principio a través de


dos conceptos básicos:

(a) La orientación de primacía económica, un aspecto de definición concer-


niente a si está orientada a la producción de un bien o prestación de un
servicio y los objetivos, que devienen del interés que define los propósitos
de la organización, cualquiera sea su finalidad. De manera que, se estable-
cen como una meta que debe lograrse a través de la gestión y conforme
con criterios de idoneidad o de racionalidad económica, entendidos como
de eficacia y eficiencia y además, posibles de cumplir. No obstante, esta
concepción de objetivos organizacionales no resulta suficiente, máxime tra-
tándose de organizaciones económicas, atendiendo a que por derivación o
asignación, se le agregan otros que si bien son secundarios, resultan nece-
sarios e indispensables. Estos están referidos al logro de requerimientos in-
ternos y externos, propios del accionar de la organización que amplían con-
siderablemente el concepto de gestión.
(b) La intención, que define el interés de quienes la propician y la forma elegida
para materializar ese interés, entre los cuales cabe mencionar aquellos que
son propios de las grandes corporaciones, cuyo capital accionario está en
manos de muchas personas cada una de las cuales posee una minúscula par-
te, se diferencia de otras organizaciones económicas de menor magnitud
donde el capital está concentrado en un grupo reducido de miembros. Aquí
la propiedad del capital y la gestión, pueden y de hecho lo son, independien-
tes, deviniendo de ello, tres categorías de interés. Por una parte, el de los te-
nedores del capital accionario, centrado en la obtención de la mayor renta
posible, el de los directores elegidos por los accionistas y finalmente, el de los
ejecutivos, destinado a lograr el máximo beneficio de los que integran las dos
primeras categorías. Evidentemente y de manera diferente, el de quienes son
únicamente propietarios y además tienen a cargo la gestión, está centrado en
la obtención de beneficios derivados de la idoneidad con la cual se haya reali-
zado y del capital invertido. En los casos en que la gestión esté desvinculada
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de la propiedad, la búsqueda de ejecutivos idóneos se torna en un requisito y


objetivo esencial, correspondiendo a los propietarios o tenedores del capital y
directores, controlar que las decisiones de aquellos sean las más adecuadas. El
logro de una vinculación armónica entre los objetivos de los niveles involu-
crados, en muchas oportunidades, da lugar a establecer sistemas de partici-
pación de beneficios adicionales a los ejecutivos en función de los resultados
alcanzados.

4.4. CLASIFICACIÓN DE LAS ORGANIZACIONES ECONÓMICAS

Las organizaciones económicas son susceptibles de clasificar de diferente forma,


entre ellas:

4.4. 1 . Según sean unipersonales o pluripersonales

Esta es una clasificación que parte de tener en cuenta la cantidad de integrantes y


asimismo, importa considerar si la propiedad de la organización pertenece a una o más
personas. En el primer caso, se esta frente a una entidad en la cual el beneficio o renta
empresaria, una vez deducidos los costos de explotación, serán para una sola persona,
esto es, su propietario (empresa unipersonal); en el segundo, la organización económi-
ca está constituida por dos o más personas y, según la figura jurídica adoptada pueden
poseer responsabilidades diferentes y de alguna manera, éstos participan de los bene-
ficios obtenidos del mismo modo que compartirán las pérdidas.
Las pluripersonales a su vez, pueden ser consideradas de acuerdo a la forma ju-
rídica adoptada, siguiendo un criterio jurídico establecido en un régimen especial
de derecho societario, y que se aplica a las de propiedad colectiva.
Conforme a ello, las organizaciones asumen las figuras siguientes:

(a) Económicas lucrativas. Quedan comprendidas en esta categoría las figuras


jurídicas conocidas como sociedades conforme al régimen de la ley argenti-
na 19550 y en ellas pueden distinguirse las de responsabilidad limitada, las
anónimas, capital e industria, en comandita simple y en comandita por ac-
ciones, colectivas y accidental o en participación.
Un tipo de figura especial, no societaria, que puede incluirse aquí es la pre-
vista en el capítulo 3, sección 2, de la referida ley, bajo la denominación de
unión transitoria de empresas, conocida usualmente como UTE.
(b) Económicas no lucrativas. Estas incluyen entidades que son económicas en
cuanto producen bienes y prestan servicios a asociados y, excepcionalmen-
te a no asociados en condiciones previstas por la legislación respectiva, ate-
niéndose a un tratamiento especial. Invisten carácter económico pero su
fundamento constitutivo no se sustenta en una retribución al capital inver-
tido como sucede en las sociedades de capital, (sociedades anónimas, de
responsabilidad limitada, entre otras). En las económicas no lucrativas, las
cooperativas en sus diferentes objetos, las asociaciones civiles y las mutuales
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que si producen bienes o prestan servicios lo hacen sin perseguir un fin de


lucro como retribución al capital invertido por sus asociados. En esto radica
su carácter de entidades consideradas solidarias o de servicio.

4.4.2. Según el volumen de sus operaciones

El volumen de sus operaciones asociado en ocasiones a la cantidad de trabajadores


y al monto de facturación, constituye otro criterio de distinción que ha generado la
posibilidad de reconocer corporaciones empresarias, empresas, pequeñas y media-
nas empresas conocidas como PYMES y las microempresas, independientemente, si
son individuales o colectivas, societarias o no societarias.

4.4.3. Según el ámbito territorial de actuación

Esta categorización está referida a las organizaciones económicas que actúan en


un ámbito local, una ciudad por ejemplo, provincial, regional, nacional o interna-
cional. En este último caso, cabe incluir a las empresas nacionales, trasnacionales y
multinacionales y asimismo, los organismos económicos internacionales con fun-
ciones de asistencia financiera integrados por países, tales como el Fondo Moneta-
rio Internacional (FMI) o el Banco Mundial.

4.4.4. Según el grado de complejidad

Las organizaciones económicas pueden ser analizadas, como se ha señalado al


tratar las diferentes clases de sistemas, de acuerdo al grado de complejidad lo cual
deviene de la cantidad de elementos intervinientes de manera que estaría referida
a la cantidad de personas, de objetivos organizacionales, a la diversidad de unida-
des, funciones y roles ocupacionales e igualmente, al grado de interdependencia y
al de los protocolos o normas que rigen el desempeño de las unidades que la com-
ponen.

En este marco inicial de distinción, surgen clasificaciones adicionales, como po-


dría ser el caso de considerarlas como organizaciones simples, cuando responden a
una estructura organizacional sencilla, debido a que los procesos de gestión opera-
cional son estandarizados y limitados en cuanto a volúmenes de producción. La
cantidad de personas que intervienen en esos procesos puede tener incidencia
sólo si es diferenciada de manera significativa en cuanto a especialización. Igual-
mente, al ser estandarizadas las operaciones, existe una clara prevalencia de regla-
mentación a través de normas y procedimientos que predeterminan su funciona-
miento y el contexto inmediato o mercado de actuación, es estable. Serían de
mediana complejidad, cuando evidencian cierto nivel o grado intermedio entre las
simples y las de alta complejidad, en materia de diversificación productiva no redu-
cida a un solo producto, sino que puede incluir otros dentro de un determinado
rubro, lo que da lugar a una mayor división funcional. Poseen asimismo, una mayor
diversidad de roles ocupacionales que las simples siempre en actividades vincula-
das al mismo producto, pero la extensión del proceso productivo es más extenso e
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incluye variaciones y los contextos en los que actúan son relativamente estables.
Por último, las de alta complejidad, serían las que parten de una estructura organi-
zacional amplia y diferenciada como resultado de la existencias de un alto grado de
especialización y diversificación productiva y que por ende, las operaciones son
múltiples y diferentes entre sí, aunque puede darse una interdependencia funcio-
nal diferenciada respecto a los objetivos generales de la organización. También en
ellas como un rasgo de complejidad, existe una diversidad geográfica de actuación
como consecuencia de tener que actuar ante contextos también complejos.

4.4.5. Según sean estatales, no estatales o mixtas

En el ámbito de pertenencia exclusiva del Estado, existe una gran variedad de or-
ganizaciones. Entre ellas las de finalidad económica que se conocen como "empre-
sas del Estado" y que asumen figuras jurídicas sujetas a regímenes especiales lo cual
les confiere un alto grado de autonomía que incluyen entre sus objetivos, producir
bienes o prestar servicios arrojando o no una ganancia. Esto se expresa cuando la
producción del bien o prestación del servicio, se realiza a un precio privado o cuasi
privado, público (sin ganancia o pérdida) o político (contemplando una pérdida).
En su conjunto y sumadas a las organizaciones estatales centralizadas, constituyen
el área de gestión conocida como administración estatal.

Por otra parte, existen organizaciones no estatales entre las que se encuentran las
"sociedades del estado" que, poseen una naturaleza pública, atendiendo que los
bienes que producen o los servicios que prestan, conservan ciertos caracteres que los
sustraen de ser considerados como estrictamente privados y sujetos a las contingen-
cias de un mercado libre. Entre ellos figura que los bienes y servicios públicos, poseen
como características más significativas la generalidad, en el sentido que son propias
de todas las personas sociales en su condición de seres humanos; la indispensabili-
dad, por investir un carácter necesario que se torna esencial por su naturaleza bioló-
gica o cultural; la continuidad, lo que implica que su provisión o prestación, según se
trate de un bien o servicio, no puede ser interrumpida y la regularidad, concerniente
a la frecuencia, intensidad o intermitencia, esto es que la longitud del espacio entre
una provisión o prestación y otra, debe ser igual. En el caso de los bienes, también
incluye la cantidad o volumen. Por consiguiente, por razones inspiradas en una de-
terminada concepción de valoración político-económica, se juzga como más ade-
cuado derivar su producción o prestación, a organizaciones no estatales regidas por
el derecho privado, por el derecho público y privado o el derecho público, aunque
sujetas a condiciones estipuladas en un convenio y régimen de concesión.

Entre la variedad de formas jurídicas que pueden adoptar estas sociedades y


según el grado y forma de participación del Estado, en materia de aporte de capital
y la gestión, existen empresas en las cuales la concesión conferida establece que las
instalaciones y el producto o servicio, quede subordinado a una afectación pública
que garantice derechos y obligaciones, reguladas y controladas a través de orga-
nismos estatales con funciones específicas en estos aspectos.

Finalmente, el tercer tipo pertenece a las organizaciones económicas que son


exclusivamente privadas, sujetas a un régimen de derecho privado que constituyen
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la categoría de contratistas del Estado y con los cuales éste conviene prestaciones
diversas y específicas, concedidas a través de la denominada licitación pública.
Esta distinción de tres áreas conduce a un primer nivel de caracterización de la
gestión administrativa que les resulta propia y es determinada por la naturaleza del
interés y los fines que las definen.

4.4.6. Según el sector de la economía en el que desarrollan su actividad

Esta diferenciación parte de tener en cuenta el objeto organizacional para deducir


de allí, el tipo de organización. El objeto se refiere al propósito que ha inspirado la
creación de la organización empresaria. Puede estar referido a la producción de un
bien, a su comercialización o a la prestación de un servicio, orientarse hacia un
objeto singular o a varios. De este modo, se reconocen empresas industriales, agra-
rias, comerciales, de servicios, etc. orientadas hacia un objeto singular o a varios. En
definitiva, "hay tantos tipos de empresas como sectores de actividad económica "4.

4.5. EL TRATAMIENTO SISTÉMICO DE LAS ORGANIZACIONES


ECONÓMICAS

El estudio de las organizaciones económicas desarrollado en su comienzo, por la


administración clásica y la neoclásica a través de escuelas, con el correr del tiempo,
se fue haciendo necesario que se agregaran distintas perspectivas de análisis. Sin
embargo, ha sido el enfoque sistémico, el que confirió a estos estudios una con-
cepción metodológica integradora no sólo en el plano interno, sino incluso, incor-
porando el externo. Asimismo en ambos, se han podido formular modelos organi-
zacionales que permiten su análisis desde una perspectiva amplia y completa.
La composición de un modelo sistémico aplicable a los estudios de la adminis-
tración parte de considerar un sistema como objeto focal o de referencia. El signifi-
cado que se le debe asignar a la expresión "objeto" como el ámbito sobre el cual se
ha de dirigir la investigación administrativa y consecuentemente, la metodología
aplicable, no es único, teniendo en cuenta que puede orientarse al estudio del
sistema ya sea una organización o un sistema funcional, como al contexto sobre el
cual desarrolla su accionar, un mercado o un sector de la economía.
En materia administrativa y con respecto a las organizaciones económicas, se lo
emplea a partir de considerarlas como un sistema, que inviste el carácter de, "una
representación de objetos, eventos, procesos o sistemas" 5 .

4GRADE RUssEK, A.L. (2006), Microeconomía. Enfoque de negocios, Pearson Prentice-Hall, México, p. 222.
5JOHNSON, R., KAsT, F.E. y ROSENZWEIG, J.E. (1971), Teoría, integración y administración de sistemas,
Editorial Limusa Wiley, México, p. 15.
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De este modo, el concepto de sistema aplicado a las organizaciones económi-


cas, los convierte en tecnosistemas, a diferencia de otras comunidades humanas
que son sociosistemas 6 .

Siguiendo los lineamientos generales del modelo sistémico, cabe tener en cuen-
ta las dos dimensiones de análisis intrasistémica y extrasistémica, que se aplican
conforme a una orientación de primacía y consecuentemente, una segunda distin-
ción que actúa en esas dos dimensiones, que es la estructural y la funcional. En lo
que concierne a la primera (la estructural) se apunta a identificar los elementos o
componentes de la organización y sus vínculos (relaciones); la segunda por su par-
te, incluye las variaciones en éstas como los cambios de estado y de resultados que
ese cambio produce, ya sea en relación a la propia organización o a sus contextos
de actuación.
De igual forma sucede respecto a los diferentes contextos con los que, en el caso
de la organización, ésta se vincula. Así por ejemplo, una organización económica que
opera en un mercado intercambiando bienes o servicios, posee una estructura, al
igual que todos los subsistemas que la componen; como asimismo cualquiera de sus
contextos, ya sea el inmediato u operativo constituido por el mercado (de productos
y de factores) a su vez, poseen estructuras especificas.
En el capítulo 5 se aborda el tratamiento de la organización económica desde la
perspectiva intrasistémica y en el capítulo 6 desde la extrasistémica.

6 BUNGE, M. (2006), Epistemología. Siglo XXI Editores, p. 99.

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