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La literatura fantástica se caracteriza por poseer un universo propio que incluye su propia
ubicación (La mayoría de las veces, un lugar imaginario con su propio mapa y división
territorial), divisiones de clases o razas, así como sus propias leyes o formas de hacer
justicia.
La literatura fantástica se basa en un mundo similar al conocido y tanto el personaje como el
lector vacilan ante un acontecimiento extraño “imposible de explicar por las leyes de la
razón” (10), apunta Todorov, según así lo reseña Héctor J. Martell Morales en Literatura
fantástica en Puerto Rico2
Características
Montero de camino a la calle del anuncio, en la que creía que ya no vivía nadie, describe un
“mundo exterior indiferenciado”. Cuando finalmente el protagonista encuentra la casa, de las
“ventanas ensombrecidas por largas cortinas verdosas” se retira alguien en cuanto la mira.
Esa técnica, cuento dentro de otro cuento, utilizada desde la antigüedad (…) es el marco
más empleado en la literatura fantástica del siglo XIX” (Martell 75-76).
La narración enmarcada o relato-marco es una técnica literaria que consiste en la
inclusión de uno o varios relatos dentro de una narración principal. No debe
confundirse con el marco narrativo.
Ej.
Cuando Consuelo contrata a Montero y le brinda el primero de los tres pergaminos,
diferenciados por las cintas de colores amarillo, azul y rojo, que contienen las memorias del
general Llorente.
● Apariciones
Ej.
En la novela se presenta cuando ese “alguien” se aparta de la ventana tal como si fuese un
fantasma. Así pues, el misterio incrementa cuando “La puerta cede al empuje levísimo, de
tus dedos, y antes de entrar miras por última vez sobre tu hombro, frunces el ceño porque la
larga fila detenida de camiones y autos gruñe, pita, suelta el humo insano de su prisa”.
● Vacilación
Ej.
(Extracto de la obra)
Llega a tus oídos con una vibración atroz, rasgante, de imploración. Intentas ubicar su
origen: abres la puerta que da al corredor y allí no lo escuchas: esos maullidos se cuelan
desde lo alto, desde el tragaluz. Trepas velozmente a la silla, de la silla a la mesa de
trabajo, y apoyándote en el librero puedes alcanzar el tragaluz, abrir uno de sus vidrios,
elevarte con esfuerzo y clavar la mirada en ese jardín lateral, ese cubo de tejos y zarzas
enmarañados donde cinco, seis, siete gatos —no puedes contarlos: no puedes sostenerte
allí más de un segundo— encadenados unos con otros, se revuelcan envueltos en fuego,
desprenden un humo opaco, un olor de pelambre incendiada. (22)
Referencias Bibliográficas:
https://drive.google.com/file/d/1JOAT3JJIKsl_wXBsOMSVt6XbosCZ5yKa/view?hl=es
https://docplayer.es/86421526-Lo-fantastico-en-aura-de-carlos-fuentes.html.