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Tema 12

Responsabilidad profesional e institucional


Prof. Dr. Luis Fernando Barrios Flores

SUMARIO:

1.- Responsabilidad profesional en la seguridad pública y Administración de


Justicia.
1.1.- Régimen disciplinario policial.
1.1.1.- Policía Nacional.
1.1.1.1.- Marco regulador.
1.1.1.2.- Infracciones.
1.1.1.3.- Sanciones.
1.1.1.4.- Procedimientos.
1.1.2.- Guardia Civil.
1.1.2.1.- Marco regulador.
1.1.2.2.- Infracciones.
1.1.2.3.- Sanciones.
1.1.2.4.- Procedimientos.
1.1.3.- Policías autonómicas.
1.1.4.- Policías Locales.
1.2.- Régimen disciplinario de empleados de Instituciones Penitenciarias.
1.2.1.- Personal funcionario.
1.2.2.- Personal Laboral.
1.3.- Régimen disciplinario en el ámbito de la Administración de Justicia.
1.3.1.- Jueces y Magistrados.
1.3.2.- Letrados de la Administración de Justicia.
1.3.3.- Personal al servicio de la Administración de Justicia.
1.4.- Responsabilidad por daños causados a la Administración.
1.5.- Breve referencia a las responsabilidades penales y civiles del
personal de seguridad pública y de la Administración de Justicia.
2.- Responsabilidad patrimonial de las Administraciones Públicas.
2.1.- Administración policial y penitenciaria.
2.2.- Administración de Justicia.
3.- Responsabilidad en el ámbito de la seguridad privada.
3.1.- Responsabilidad administrativa.
3.2.- Responsabilidades civil y penal.

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1.- Responsabilidad profesional en la seguridad pública y Administración de Justicia.

En materia de responsabilidad profesional, vamos a referirnos básicamente al ámbito


jurídico-administrativo, aunque haremos un pequeño excursus sobre responsabilidades civiles y
penales. En sede administrativa, son tres los sistemas de responsabilidad existentes:

1) La responsabilidad disciplinaria, que abarca a todos los empleados de la seguridad


pública. Entendida esta clase de personal en sentido amplio: cuerpos policiales,
penitenciarios y personal al servicio de la Administración de Justicia. Esta potestad, con
distintos matices, también es ejercida por las Administraciones Públicas, por su
condición de empresario del personal laboral que presta sus servicios en el ámbito de la
seguridad.

2) La responsabilidad institucional, también llamada “responsabilidad patrimonial” que


afecta a todas las Administraciones Públicas, y que dimana del deber de indemnizar los
daños y perjuicios causados a terceros por la Administración como consecuencia de su
funcionamiento.

3) La responsabilidad por daños causados a la Administración.

1.1.- Régimen disciplinario policial.

1.1.1.- Policía Nacional.

1.1.1.1.- Marco regulador.

En esta materia la normativa reguladora se encuentra en la Ley Orgánica 4/2010, de 20


de mayo, del Régimen disciplinario del Cuerpo Nacional de Policía, siendo de aplicación
subsidiaria, en todo lo que no esté previsto en esta Ley Orgánica, las normas de régimen
disciplinario de los funcionarios de la Administración General del Estado (art. 2.3 LO 4/2010).

El objeto de la LO 4/2010 es regular, exclusivamente, el régimen disciplinario de la


Policía Nacional que se encuentren en las situaciones de servicio activo o de segundad
actividad ocupando destino (arts. 1 y 2). Por consiguiente quedan excluidos del régimen de
aplicación de esta Ley:

- Los funcionarios de la Policía Nacional que se encuentren en situación de segunda


actividad sin ocupar destino, a quienes se aplicará el régimen general disciplinario
de la función pública.

- Los funcionarios de la Policía Nacional en prácticas, a quienes se aplicará el


Reglamento del Centro Docente Policial.

Los funcionarios de la Policía Nacional que se encuentren en situación distinta de las

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anteriores incurrirán en responsabilidad disciplinaria por las faltas previstas en esta Ley
Orgánica que puedan cometer dentro de sus peculiares situaciones administrativas, en razón
de su pertenencia a la Policía Nacional, siempre que no les sea de aplicación otro régimen
disciplinario o, que de serlo, no esté prevista en el mismo aquella conducta.

1.1.1.2.- Infracciones.

Como es usual en materia disciplinaria, las faltas se catalogan en tres categorías: faltas
y graves (art. 7 LO 4/2010), faltas graves (art. 8 LO 4/2010) y faltas leves (art. 9 LO 4/2010).

Artículo 7. Faltas muy graves.


Son faltas muy graves:
a) El incumplimiento del deber de fidelidad a la Constitución en el ejercicio de las funciones.
b) Haber sido condenado en virtud de sentencia firme por un delito doloso relacionado con el
servicio o que cause grave daño a la Administración o a las personas.
c) El abuso de atribuciones que cause grave daño a los ciudadanos, a los subordinados, a la
Administración o a las entidades con personalidad jurídica.
d) La práctica de tratos inhumanos, degradantes, discriminatorios o vejatorios a los ciudadanos
que se encuentren bajo custodia policial.
e) La insubordinación individual o colectiva, respecto a las Autoridades o mandos de que
dependan.
f) El abandono de servicio, salvo que exista causa de fuerza mayor que impida comunicar a un
superior dicho abandono.
g) La publicación o la utilización indebida de secretos oficiales, declarados así con arreglo a la
legislación específica en la materia.
h) La violación del secreto profesional cuando perjudique el desarrollo de la labor policial, a
cualquier ciudadano o a las entidades con personalidad jurídica.
i) El incumplimiento de las normas sobre incompatibilidades cuando ello dé lugar a una
situación de incompatibilidad.
j) La participación en huelgas, en acciones sustitutivas de estas o en actuaciones concertadas
con el fin de alterar el normal funcionamiento de los servicios.
k) La falta de colaboración manifiesta con otros miembros de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad, cuando resulte perjudicado gravemente el servicio o se deriven consecuencias
graves para la seguridad ciudadana.
l) Embriagarse o consumir drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas durante
el servicio o realizarlo en estado de embriaguez o bajo los efectos manifiestos de los productos
citados.
m) La negativa injustificada a someterse a reconocimiento médico, prueba de alcoholemia o de
detección de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, legítimamente
ordenadas, a fin de constatar la capacidad psicofísica para prestar servicio.
n) Toda actuación que suponga discriminación por razón de origen racial o étnico, religión o
convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual, sexo, lengua, opinión, lugar de
nacimiento o vecindad, o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
ñ) El acoso sexual y el acoso laboral, consistente este último en la realización reiterada, en el
marco de una relación de servicio, de actos de acoso psicológico u hostilidad.
o) La obstaculización grave al ejercicio de las libertades públicas y derechos sindicales.
p) Las infracciones tipificadas como muy graves en la legislación sobre utilización de
videocámaras por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en lugares públicos.

Artículo 8. Faltas graves.

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Son faltas graves:
a) La grave desconsideración con los superiores, compañeros, subordinados o ciudadanos, en
el ejercicio de sus funciones o cuando cause descrédito notorio a la Institución Policial.
b) La desobediencia a los superiores jerárquicos o los responsables del servicio con motivo de
las órdenes o instrucciones legítimas dadas por aquéllos, salvo que constituyan infracción
manifiesta del ordenamiento jurídico.
c) La omisión de la obligación de dar cuenta a la superioridad con la debida diligencia de todo
asunto que por su entidad requiera su conocimiento o decisión urgente.
d) La falta de presentación o puesta a disposición inmediata de la dependencia donde estuviera
destinado, o en la más próxima, en los casos de declaración de los estados de excepción o
sitio o, cuando así se disponga, en caso de alteración grave de la seguridad ciudadana; o, en
los casos de declaración del estado de alarma, la no presentación cuando sean emplazados
para ello, de acuerdo con lo dispuesto por la autoridad competente.
e) La tercera falta injustificada de asistencia al servicio en un período de tres meses cuando las
dos anteriores hubieran sido objeto de sanción firme por falta leve.
f) No prestar servicio, alegando supuesta enfermedad.
g) La falta de rendimiento reiterada que ocasione un perjuicio a los ciudadanos, a las entidades
con personalidad jurídica o a la eficacia de los servicios.
h) El abuso de atribuciones cuando no constituya infracción muy grave.
i) La emisión de informes sobre asuntos de servicio que, sin faltar abiertamente a la verdad, la
desnaturalicen, valiéndose de términos ambiguos, confusos o tendenciosos, o la alteren
mediante inexactitudes, cuando se cause perjuicio a la Administración o a los ciudadanos,
siempre que el hecho no constituya delito o falta muy grave.
j) La intervención en un procedimiento administrativo cuando concurra alguna de las causas
legales de abstención.
k) No ir provisto en los actos de servicio del uniforme reglamentario, cuando su uso sea
preceptivo, de los distintivos de la categoría o cargo, del arma reglamentaria o de los medios
de protección o acción que se determinen, siempre que no medie autorización en contrario.
l) Exhibir armas sin causa justificada, así como utilizarlas en acto de servicio o fuera de él
infringiendo las normas que regulan su empleo.
m) Dar lugar al extravío, pérdida o sustracción por negligencia inexcusable de los distintivos de
identificación o del arma reglamentaria.
n) Asistir de uniforme a cualquier manifestación o reunión pública, salvo que se trate de actos
de servicio, o actos oficiales en los que la asistencia de uniforme esté indicada o haya sido
autorizada.
ñ) Causar, por negligencia inexcusable, daños graves en la conservación de los locales, del
material o de los demás elementos relacionados con el servicio o dar lugar al extravío, la
pérdida o la sustracción de estos.
o) Impedir, limitar u obstaculizar a los subordinados el ejercicio de los derechos que tengan
reconocidos, siempre que no constituya falta muy grave.
p) Embriagarse o consumir drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas fuera del
servicio, cuando tales circunstancias tengan carácter habitual o afecten a la imagen del Cuerpo
Nacional de Policía. Se entenderá que existe habitualidad cuando estuvieren acreditados tres o
más episodios de embriaguez o consumo de las sustancias referidas en un periodo de un año.
q) La tenencia de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, excepto que esa
tenencia se derive de actuaciones propias del servicio.
r) Solicitar y obtener cambios de destino mediando cualquier recompensa, ánimo de lucro o
falseando las condiciones que los regulan.
s) Emplear, o autorizar la utilización para usos no relacionados con el servicio o con ocasión de
este, o sin que medie causa justificada, de medios o recursos inherentes a la función policial.

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t) Las infracciones a lo dispuesto en la legislación sobre utilización de videocámaras por las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en lugares públicos, no constitutivas de falta muy grave.
u) El incumplimiento de los plazos u otras disposiciones de procedimiento en materia de
incompatibilidades, cuando no supongan mantenimiento de una situación de incompatibilidad.
v) La violación del secreto profesional cuando no perjudique el desarrollo de la labor policial, a
las entidades con personalidad jurídica o a cualquier ciudadano.
w) La falta de colaboración manifiesta con otros miembros de los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad, siempre que no merezca la calificación de falta muy grave.
x) La infracción de deberes u obligaciones legales inherentes al cargo o a la función policial,
cuando se produzcan de forma grave y manifiesta.
y) Haber sido condenado en virtud de sentencia firme por un delito doloso, siempre que no
constituya infracción muy grave, o por una falta dolosa cuando la infracción penal cometida
esté relacionada con el servicio.
z) La no prestación de auxilio con urgencia en aquellos hechos o circunstancias graves en que
sea obligada su actuación, salvo que constituya delito.
z) bis La infracción de las normas de prevención de riesgos laborales que pongan en grave
riesgo la vida, salud, o integridad física, propia o de sus compañeros o subordinados.
z) ter La negativa reiterada a tramitar cualquier solicitud, reclamación o queja relacionada con
el servicio, siempre que no constituya falta leve.
z) quáter. Aquellas acciones u omisiones tipificadas como faltas muy graves que, de acuerdo
con los criterios que se establecen en el artículo 12, merezcan la calificación de graves, y sin
que estas a su vez puedan ser calificadas como faltas leves.

Artículo 9. Faltas leves.


Son faltas leves:
a) El retraso o la negligencia en el cumplimiento de las funciones y órdenes recibidas.
b) La incorrección con los ciudadanos, o con otros miembros de los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad, siempre que no merezcan una calificación más grave.
c) La inasistencia al servicio que no constituya falta de mayor gravedad y el incumplimiento de
la jornada de trabajo, así como las faltas repetidas de puntualidad, en los 30 días precedentes.
d) El mal uso o el descuido en la conservación de los locales, del material o de los demás
elementos de los servicios, así como el incumplimiento de las normas dadas en esta materia,
cuando no constituya falta más grave.
e) Dar lugar al extravío, pérdida o sustracción por simple negligencia, de los distintivos de
identificación, del arma reglamentaria u otros medios o recursos destinados a la función
policial.
f) La exhibición de los distintivos de identificación sin causa justificada.
g) Prescindir del conducto reglamentario para formular cualquier solicitud, reclamación o queja
relacionada con el servicio, así como no tramitar las mismas.
Quedan exceptuadas del conducto reglamentario aquellas que se formulen por los
representantes de las organizaciones sindicales en el ejercicio de la actividad sindical.
h) El descuido en el aseo personal y el incumplimiento de las normas sobre la uniformidad,
siempre que no constituya falta grave.
i) La ausencia injustificada de cualquier servicio, cuando no merezca calificación más grave.
j) La omisión intencionada de saludo a un superior, que éste no lo devuelva o infringir de otro
modo las normas que lo regulan.
k) Cualquier clase de juego que se lleve a cabo en las dependencias policiales, siempre que
perjudique la prestación del servicio o menoscabe la imagen policial.
l) Ostentar insignias, condecoraciones u otros distintivos, sin estar autorizado para ello, siempre
que no merezca una calificación más grave.

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m) Haber sido condenado en virtud de sentencia firme por una falta dolosa cuando la infracción
penal cometida cause daño a la Administración o a los Administrados1.
n) Aquellas acciones u omisiones tipificadas como faltas graves que, de acuerdo con los
criterios que se establecen en el artículo 12, merezcan la calificación de leves.

Para la graduación de las sanciones existen unos criterios de graduación de las


sanciones, actuando siempre bajo el principio de proporcionalidad. Son los siguientes (art. 12
LO 4/2010):

“a) La intencionalidad.
b) La reincidencia. Existe reincidencia cuando el funcionario, al cometer la falta, ya hubiera sido
anteriormente sancionado en resolución firme por otra falta de mayor gravedad o por dos de
gravedad igual o inferior y que no hayan sido canceladas.
A los efectos de la reincidencia, no se computarán los antecedentes disciplinarios cancelados o
que debieran serlo.
c) El historial profesional, que, a estos efectos, sólo podrá valorarse como circunstancia
atenuante.
d) La incidencia sobre la seguridad ciudadana.
e) La perturbación en el normal funcionamiento de la Administración o de los servicios que le
estén encomendados.
f) El grado de afectación a los principios de disciplina, jerarquía y subordinación.
g) En el caso del artículo 7.b) y 8.y) se valorará específicamente la cuantía o entidad de la pena
impuesta en virtud de sentencia firme, así como la relación de la conducta delictiva con las
funciones policiales”.

Las faltas muy graves prescribirán a los tres años; las graves, a los dos años, y las
leves, al mes (art. 15.1 LO 4/2010).

El plazo de prescripción comenzará a contarse desde que la falta se hubiera cometido,


salvo que ésta derive de hechos que hayan sido objeto de condena por delito doloso; en tal
caso, el plazo comenzará a contar desde la fecha de la firmeza de la sentencia condenatoria
(art. 15.2 LO 4/2010).

1.1.1.3.- Sanciones.

El cuadro de sanciones previsto en el art. 10 LO 4/2010 es el siguiente:

- Por faltas muy graves. Se puede imponer:

o La separación del servicio.

o La suspensión de funciones desde tres meses y un día hasta un máximo de


seis años.

o El traslado forzoso.

1 Debe tenerse en cuenta que con la reforma del Código Penal, por la Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, por la que se
modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, se deroga el Libro III del Código Penal relativo a
las faltas. Por consiguiente, debiera entenderse que este tipo de infracción ha quedado sin contenido.

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- Por faltas graves: Podrá imponerse la sanción de suspensión de funciones desde
cinco días a tres meses.

- Por faltas leves. Puede imponerse:

o La suspensión de funciones de uno a cuatro días, que no supondrá la


pérdida de antigüedad ni implicará la inmovilización en el escalafón.

o El apercibimiento.

La sanción más grave de las descritas es la separación de servicio. No obstante, debe


tenerse en cuenta que existe un excepcional mecanismo de rehabilitación del funcionario que
ha sido separado del servicio (Disp. Adic. 1ª LO 4/2010 y art. 68 Ley 7/2007, 2 de abril, Estatuto
Básico del Empleado Público). Para ello se requiere:

- Que la separación del servicio se haya producido por haber sido condenado a la
pena principal o accesoria de inhabilitación.

- Atender las circunstancias y entidad del delito cometido.

- Que la propuesta de resolución la eleve el Ministro del Interior al Consejo de


Ministros.

El art. 12 LO 4/2010 enumera una serie de criterios para la graduación de las


sanciones, que pretenden materializar así el principio de proporcionalidad. Son los siguientes:

- La intencionalidad.

- La reincidencia. Existe reincidencia cuando el funcionario, al cometer la falta, ya


hubiera sido anteriormente sancionado en resolución firme por otra falta de mayor
gravedad o por dos de gravedad igual o inferior y que no hayan sido canceladas. A
los efectos de la reincidencia, no se computarán los antecedentes disciplinarios
cancelados o que debieran serlo.

- El historial profesional, que, a estos efectos, sólo podrá valorarse como


circunstancia atenuante.

- La incidencia sobre la seguridad ciudadana.

- La perturbación en el normal funcionamiento de la Administración o de los servicios


que le estén encomendados.

- El grado de afectación a los principios de disciplina, jerarquía y subordinación.

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- En el caso del art. 7.b) y 8.y) [ambos casos se refieren a previa condena penal por
delito doloso] se valorará específicamente la cuantía o entidad de la pena impuesta
en virtud de sentencia firme, así como la relación de la conducta delictiva con las
funciones policiales.

Las sanciones muy graves prescribirán a los tres años; las graves a los dos años, y las
leves al mes. El plazo de prescripción de las sanciones comenzará a contarse desde el día
siguiente a aquel en el que adquieran firmeza (16 LO 4/2010).

1.1.1.4.- Procedimientos.

Se contemplan dos tipos de procedimiento: uno para faltas leves (arts. 30-31 LO
4/2010) y otro para faltas graves y muy graves (arts. 32-46 LO 4/2010).

1.1.2.- Guardia Civil.

1.1.2.1.- Marco regulador.

La Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad,


establece en su art. 15.1: “La Guardia Civil, por su condición de instituto armado de naturaleza
militar, a efectos disciplinarios, se regirá por su normativa específica”. Dicha normativa
actualmente está contenida en la Ley Orgánica 12/2007, de 22 de octubre, del régimen
disciplinario de la Guardia Civil.

El Preámbulo de la LO 12/2007 contiene las principales razones justificativas de la


nueva normativa:

- La existencia de factores, sociales e institucionales, que aconsejaban una


adaptación en profundidad de la normativa. Factores manifestados, no sólo por los
diferentes pronunciamientos judiciales que han venido interpretando y, en
ocasiones, corrigiendo el tenor de la Ley Orgánica 11/1991, de 17 de junio, sino
también por las demandas surgidas de la propia evolución de la sociedad española,
a la que, en definitiva, sirve la Guardia Civil.

- La necesidad de aunar las funciones policiales que desarrolla la Guardia Civil con la
naturaleza militar de su estructura. Se resalta en este sentido que aunque la
Guardia Civil es una organización armada y jerarquizada de naturaleza militar, lo
cierto es que dedica la mayor parte de su actividad al mantenimiento del orden y la
seguridad ciudadana. Lo pertinente pues es encontrar un equilibrio correcto entre
los instrumentos que el Cuerpo de la Guardia Civil precisa para el mantenimiento de
un modelo disciplinario eficiente y actual, con la supresión de determinadas figuras
jurídicas cuya aplicación, en circunstancias ordinarias, resultan desfasadas,
difícilmente justificables y excesivamente gravosas para los miembros de la Guardia
Civil. El Preámbulo señala dos concretamente:

o Supresión de la figura del arresto del cuadro de sanciones disciplinarias ,

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quedando limitada la eventual aplicación de esta figura sancionadora, típica
del régimen disciplinario de las Fuerzas Armadas, para los supuestos en que
se lleven a cabo misiones de naturaleza militar o cuando el personal del
Cuerpo se integre en Unidades Militares -generalmente desplazadas en el
extranjero-, situaciones en las que es preciso dar un tratamiento unitario a
las consecuencias de los ilícitos disciplinarios.

o La aplicabilidad del Código Penal Militaral Cuerpo de la Guardia Civil, queda


circunscrita a aquellas situaciones extraordinarias que, por su propia
naturaleza, exigen dicha sujeción, como sucede en tiempo de guerra,
durante la vigencia del estado de sitio y en el cumplimiento de misiones de
carácter militar, o cuando el personal de dicho Cuerpo se integre en
Unidades Militares.

La LO 12/2007, finalmente introduce una clarificación en la descripción de la mayoría de


las conductas que constituyen el catálogo de faltas y actualiza el catálogo de sanciones
aplicables.

A los alumnos de los Centros Docentes de la Guardia Civil se les aplicará el régimen
disciplinario establecido en el art. 18 LO 12/2007.

1.1.2.2.- Infracciones.

También en el caso de la Guardia Civil, se clasifican las faltas en muy graves (art. 7 LO
12/2007), graves (art. 8 LO 12/2007) y leves (art. 9 (LO 12/2007).

Artículo 7. Faltas muy graves


Son faltas muy graves, siempre que no constituyan delito:
1. El incumplimiento del deber de fidelidad a la Constitución en el ejercicio de sus funciones y la
realización de actos irrespetuosos o la emisión pública de expresiones o manifestaciones
contrarias al ordenamiento constitucional o al Rey y a las demás instituciones por ella
reconocidas.
2. La violación de la neutralidad o independencia política o sindical en el desarrollo de la
actuación profesional.
3. La promoción o pertenencia a partidos políticos o a sindicatos, así como el desarrollo de
actividades políticas o sindicales.
3 bis. Organizar o participar activamente en reuniones o manifestaciones de carácter político o
sindical, así como organizar, participar o asistir portando armas, vistiendo el uniforme
reglamentario o haciendo uso de su condición de guardia civil, a manifestaciones o reuniones
de carácter político, sindical o reivindicativo que se celebren en lugares públicos.
4. Toda actuación que suponga discriminación o acoso por razón de origen racial o étnico,
religión o convicciones, discapacidad, edad, orientación sexual, sexo, lengua, opinión, lugar de
nacimiento o vecindad, o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
5. La obstaculización grave del ejercicio de los derechos fundamentales o de las libertades
públicas.
6. El trato inhumano, degradante, o vejatorio a las personas que se encuentren bajo su
custodia o con las que se relacionen por razón del servicio.
7. El abuso de atribuciones que cause grave daño a los ciudadanos, a entidades con

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personalidad jurídica, a los subordinados o a la Administración.
8. La realización reiterada, en el marco de una relación de servicio, de actos de acoso
psicológico u hostilidad.
9. La omisión de urgente auxilio, en aquellos hechos o circunstancias graves en que sea
obligada su actuación o cuando se trate de un compañero en peligro.
10. La falta de colaboración manifiesta con los demás miembros de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad, cuando resulte perjudicado gravemente el servicio o se deriven consecuencias
graves para la seguridad ciudadana.
11. La falta de presentación o puesta a disposición inmediata en la dependencia de destino o
en la más próxima, en los casos de declaración de los estados de alarma o de excepción, así
como, cuando así se disponga, en caso de alteración grave de la seguridad ciudadana o en
supuestos de emergencia grave de protección civil .
12. La no comparecencia a prestar un servicio, ausentarse de él o desatenderlo, cuando por su
naturaleza y circunstancias sea de especial relevancia.
13. Cometer un delito doloso condenado por sentencia firme, relacionado con el servicio, o
cualquier otro delito que cause grave daño a la Administración, a los ciudadanos o a las
entidades con personalidad jurídica.
14. La participación en huelgas, en acciones sustitutivas de las mismas o en actuaciones
concertadas con el fin de alterar el normal funcionamiento del servicio.
15. La desobediencia grave o la indisciplina frente a las órdenes o instrucciones de un superior,
salvo que éstas constituyan infracción manifiesta del ordenamiento jurídico.
16. La publicación o utilización indebida de secretos oficiales, declarados así con arreglo a la
legislación específica en la materia.
17. Violar el secreto profesional cuando afecte a la defensa nacional o a la seguridad
ciudadana, perjudique el desarrollo de la labor policial o cause daños a personas físicas o
jurídicas, públicas o privadas.
18. Desarrollar cualquier actividad que vulnere las normas sobre incompatibilidades.
19. Alterar o manipular los registros de imágenes o sonidos obtenidos con videocámaras.
20. Permitir el acceso de personas no autorizadas a las imágenes o sonidos obtenidos por
cualquier medio legítimo o utilizar aquéllas o éstos para fines distintos de los previstos
legalmente.
21. Reproducir las imágenes y sonidos obtenidos con videocámaras para fines distintos de los
previstos legalmente.
22. Utilizar los medios técnicos regulados en la normativa legal sobre videocámaras para fines
distintos de los previstos en ésta.
23. Prestar servicio en estado de embriaguez o bajo los efectos de estupefacientes o
sustancias tóxicas o psicotrópicas o el consumo de los mismos durante el servicio.
24. La negativa injustificada a someterse a reconocimiento médico, prueba de alcoholemia o
detección del consumo de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias similares,
legítimamente ordenada por la autoridad competente, a fin de constatar la capacidad
psicofísica para prestar servicio.
25. La adopción de acuerdos manifiestamente ilegales cuando con ello se cause perjuicio a la
Administración, a los ciudadanos o a entidades con personalidad jurídica.
26. Cometer falta grave, teniendo anotadas, sin cancelar, dos faltas muy graves, o una grave y
otra muy grave.
27. No impedir que el personal subordinado realice cualquier acción u omisión tipificada como
falta muy grave en la presente Ley.
28. Inducir a la comisión de alguna de las faltas previstas en los apartados anteriores”.

Artículo 8. Faltas graves

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Son faltas graves, siempre que no constituyan delito o falta muy grave:
1. La comisión de actos que atenten a la dignidad de las instituciones o poderes del Estado, de
las Comunidades Autónomas o Administraciones Locales, a las personas o autoridades que los
encarnan o a sus símbolos; así como la observancia de conductas gravemente contrarias a la
dignidad de la Guardia Civil .
2. El abuso de autoridad en el ejercicio del cargo.
3. El impedimento, la dificultad o la limitación a los ciudadanos, a los subordinados o a las
entidades con personalidad jurídica, del ejercicio de los derechos que tengan reconocidos.
4. Ordenar a los subordinados la ejecución de prestaciones de tipo personal ajenas al servicio
o dictar órdenes a los ciudadanos no relacionadas con el servicio.
5. La falta de subordinación.
6. La grave desconsideración con los superiores, compañeros, subordinados o ciudadanos en
el ejercicio de sus funciones, con ocasión de ellas o vistiendo de uniforme.
7. La falta de colaboración manifiesta con otros miembros de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad.
8. La violación del secreto profesional.
9. La emisión de informes o partes del servicio que no se ajusten a la realidad o la desvirtúen.
10. No comparecer a prestar un servicio, ausentarse de él, o desatenderlo.
11. La falta de prestación del servicio amparándose en una supuesta enfermedad, así como la
prolongación injustificada de la baja para éste.
12. La grave perturbación del servicio.
13. La falta voluntaria y manifiesta de rendimiento que afecte al normal funcionamiento de los
servicios.
14. La intervención en un procedimiento administrativo cuando se dé alguna de las causas de
abstención legalmente señaladas.
15. El incumplimiento de los plazos u otras disposiciones de procedimiento en materia de
incompatibilidades, cuando no suponga mantenimiento de una situación de incompatibilidad.
16. Instalar u ordenar la instalación de videocámaras fijas o medios técnicos análogos para
fines previstos por la Ley, sin cumplir todos los requisitos legales.
17. Incumplir las condiciones o limitaciones fijadas en la resolución por la que se autorizó la
obtención de imágenes y sonidos por el medio técnico autorizado.
18. Utilizar u ordenar la utilización de videocámaras móviles, sin cumplir todos los requisitos
exigidos por la Ley.
19. Conservar las grabaciones lícitamente efectuadas con videocámaras o medios técnicos
análogos por más tiempo o fuera de los casos permitidos por la Ley, o cederlas o copiarlas
cuando la Ley lo prohíbe.
20. Cualquier otra infracción a la normativa legal sobre utilización de medios técnicos de
captación de imágenes y sonidos por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en lugares públicos.
21. Cualquier reclamación, petición o manifestación contrarias a la disciplina debida en la
prestación del servicio o basadas en aseveraciones falsas, o formularlas con carácter colectivo.
21 bis. Efectuar con publicidad manifestaciones o expresar opiniones que supongan infracción
del deber de neutralidad política o sindical, pronunciándose o efectuando propaganda a favor o
en contra de partidos políticos o sindicatos o de sus candidatos.
22. Hacer reclamaciones o peticiones con publicidad o a través de los medios de comunicación
social.
23. La ostentación o utilización de armas sin causa justificada, así como su uso en acto de
servicio o fuera de él infringiendo los principios y normas que regulan su empleo.
24. Causar daño grave en la conservación de los locales, material o demás elementos
relacionados con el servicio o dar lugar, por negligencia inexcusable, a su deterioro, pérdida,
extravío o sustracción.

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25. Usar para fines propios, sustraerlos para otro fin o facilitar a terceros recursos, medios o
información de carácter oficial con grave perjuicio para la Administración.
26. La embriaguez o el consumo de estupefacientes o sustancias tóxicas o psicotrópicas fuera
del servicio, cuando tales circunstancias tengan carácter habitual o afecten a la imagen de la
Guardia Civil o de la función pública. Se entenderá que existe habitualidad cuanto estuvieren
acreditados tres o más episodios de embriaguez o consumo de las sustancias referidas en un
período de un año.
27. La superación, al inicio o durante la prestación del servicio, de una tasa de alcohol en
sangre superior a 0,3 gramos por litro o de alcohol en aire espirado superior a 0,15 miligramos
por litro.
28. La tenencia de drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas o similares,
excepto que esa tenencia se derive de actuaciones propias del servicio.
29. La condena en virtud de sentencia firme por un delito doloso, siempre que no constituya
infracción muy grave, o por una falta dolosa cuando la infracción penal cometida esté
relacionada con el servicio, o cause daño a la Administración o a los administrados.
30. No impedir, en el personal subordinado, cualquier acción u omisión tipificada como falta
grave en la presente Ley.
31. La promoción, el aliento o la participación en cualquier riña o altercado graves entre
compañeros.
32. Cometer falta leve, teniendo anotadas, sin cancelar, dos faltas graves, o dos faltas muy
graves o una grave y otra muy grave, o tres faltas cuando al menos una de ellas sea grave o
muy grave.
33. La negligencia grave en el cumplimiento de las obligaciones profesionales o de las órdenes
recibidas.
34. Eludir la tramitación o resolución de cualquier asunto profesional u omitir conscientemente
una actuación a la que venga obligado por su función, destino o cargo.
35. La inducción a la comisión de alguna de las faltas previstas en los apartados anteriores.
36. El encubrimiento de la comisión de una falta muy grave.
37. La infracción de cualquier otro deber u obligación legal o reglamentariamente establecida
que resulte inherente al cargo o a la función, cuando se produzca de forma grave y manifiesta.
38. La negativa a tramitar una denuncia formulada en una lengua oficial.

Artículo 9. Faltas leves


Son faltas leves, salvo que constituyan falta grave o muy grave:
1. La desconsideración o incorrección con los superiores, compañeros, subordinados o
ciudadanos en el ejercicio de las funciones, con ocasión de aquéllas o vistiendo de uniforme.
2. La incomparecencia a prestar un servicio, la ausencia de él, la desatención o la colocación
en la situación de no ser localizado para prestarlo.
3. El retraso, negligencia o inexactitud en el cumplimiento de los deberes u obligaciones, de las
órdenes recibidas, o de las normas de régimen interior, así como la falta de rendimiento en el
desempeño del servicio habitual.
4. La infracción de las normas sobre el deber de residencia, la desatención del llamamiento
para la prestación de un servicio, la no incorporación a su Unidad con la mayor prontitud
posible cuando sea requerido para ello, así como la no comunicación a su Unidad del domicilio
o los datos precisos para su localización o la colocación en situación de no ser localizado.
5. La indiscreción en cualquier asunto del servicio.
6. El incumplimiento de las directrices o pautas formativas durante la instrucción o preparación
para el desempeño de la labor profesional.
7. El incumplimiento del horario de servicio o la falta de puntualidad en los actos de servicio, sin
causa que lo justifique.

12
8. La omisión del conducto reglamentario para formular cualquier solicitud, reclamación o queja
relacionadas con el servicio.
9. El mal uso o descuido en la conservación de los locales, material y demás elementos de los
servicios, así como el incumplimiento de las normas dadas en esta materia.
10. El descuido en el aseo personal o el incumplimiento de las normas o instrucciones de
uniformidad, así como ostentar sobre el uniforme cualquier insignia, condecoración o distintivo
sin estar autorizado.
11. Asistir de uniforme, estando fuera de servicio, a cualquier lugar o establecimiento
incompatible con la condición de Guardia Civil .
12. La omisión intencionada del saludo a un superior, su no devolución a un igual o inferior y el
inexacto cumplimiento de las normas que lo regulan.
13. Cualquier clase de juego que se lleve a cabo en dependencias oficiales siempre que
perjudique la prestación del servicio o menoscabe la imagen de la Institución.
14. No impedir, en el personal subordinado, cualquier conducta tipificada como falta leve en la
presente Ley.
15. El trato de forma incorrecta o desconsiderada a los subordinados.
16. La invasión, sin razón justificada, de las competencias atribuidas a los subordinados.
17. La falta de diligencia en la tramitación de las denuncias, peticiones o reclamaciones, así
como su no tramitación cuando hubieran sido formuladas en debida forma.
18. La falta de respeto o las réplicas desatentas a un superior.
19. La promoción, el aliento o la participación en cualquier riña o altercado entre compañeros.
20. La inducción a la comisión de alguna de las faltas previstas en los apartados anteriores.
21. El encubrimiento de la comisión de una falta grave o leve, sancionándose, en este último
caso con la sanción de reprensión.

En cuanto a los plazos de prescripción, las faltas muy graves prescribirán a los tres
años, las graves a los dos años y las leves a los seis meses, contando el plazo desde que la
falta se hubiese cometido (art. 21.1 y 2 LO 12/2007).

1.1.2.3.- Sanciones.

El catálogo de sanciones que contiene en los arts. 11-17 LO 12/2007 es el siguiente:

- Para faltas muy graves:

o Separación del servicio. Supone la pérdida de la condición de militar de


carrera de la Guardia Civil , perdiendo los derechos profesionales adquiridos
excepto los derechos pasivos que hubiese consolidado.

o Suspensión de empleo desde tres meses y un día hasta un máximo de seis


años. Implica el pase a la situación administrativa de suspenso, con
privación tanto del empleo como de los efectos económicos. Produce
además la inmovilización en el puesto y empleo e incluso el cese en el
destino si superara la suspensión los 6 meses.

o Pérdida de puestos en el escalafón. Supone el retraso en el orden de


escalafonamiento, dentro de su empleo, del número de puestos que se
determine en la resolución del expediente que, en ningún caso, podrá ser

13
superior a un quinto ni inferior a un décimo, del número de los componentes
de su empleo.

- Para faltas graves:

o Suspensión de empleo de un mes a tres meses.

o Pérdida de cinco a veinte días de haberes con suspensión de funciones.

o Pérdida de destino. Implica el cese en el que viniera ocupando el infractor


quien, durante dos años, no podrá solicitar otro en la misma Unidad o
especialidad que determine, de manera motivada y atendiendo a la relación
directa con la infracción cometida, la resolución sancionadora.

- Para faltas leves:

o Reprensión. Se efectúa por la autoridad competente al subordinado, de


forma escrita. No debe confundirse con la advertencia o amonestación
verbal que, para el mejor cumplimiento de las obligaciones y servicios,
pueda hacer el superior al subordinado en el ejercicio del mando.

o Pérdida de uno a cuatro días de haberes con suspensión de funciones.


Supone la pérdida de las retribuciones correspondientes a los días objeto de
sanción y la suspensión de funciones correspondientes a los días de su
duración.

El art. 19 LO 12/2007 enumera los criterios aplicables para graduar las sanciones,
presididos por el principio de proporcionalidad. Son los siguientes:

- La intencionalidad.
- La reincidencia, siempre que no constituya una falta en sí misma.
- El historial profesional que, a estos efectos, sólo podrá valorarse como circunstancia
atenuante.
- La incidencia sobre la seguridad ciudadana.
- La perturbación en el normal funcionamiento de la Administración o de los servicios
que le estén encomendados.
- El grado de afectación de la falta cometida a los principios de disciplina, jerarquía,
subordinación, así como a la imagen de la Institución.
- En el caso de los arts. 7, número 13, y 8, número 29 [ambos casos referidos a la
comisión de un delito doloso], se valorará específicamente la cuantía o la entidad de
la pena impuesta en virtud de sentencia firme, así como la relación de la conducta
delictiva con las funciones y tareas asignadas.

Las sanciones impuestas por faltas muy graves prescribirán a los tres años, las
impuestas por faltas graves a los dos años y las impuestas por falta leve al año. Estos plazos
comenzarán a computarse desde el día en que se notifique al interesado la resolución

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sancionadora o desde que se quebrantase su cumplimiento, si hubiera comenzado (art. 22 LO
12/2007).

1.1.2.4.- Procedimientos.

En el caso de la Guardia Civil, al igual que en el Cuerpo Nacional de Policía, se


establecen dos tipos de procedimientos. Uno para faltas leves (arts. 50-51 LO 12/2007) y otro
para faltas graves y muy graves (arts. 52-65 LO 12/2007).

1.1.3.- Policías autonómicas.

En el ámbito de la Comunidad Valenciana no tiene, de momento, mayor interés esta


temática, al no existir Policía autonómica propiamente dicha. Ha de tenerse simplemente en
cuenta lo preceptuado en el art. 29 de la Ley Orgánica 4/2010, de 20 de mayo, del Régimen
disciplinario del Cuerpo Nacional de Policía:

“1. Cuando se incoe un expediente disciplinario a funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía
afectos a Unidades del citado Cuerpo Adscritas a Comunidades Autónomas, previamente a la
imposición de la sanción, deberá interesarse de la autoridad competente de la Comunidad
Autónoma el informe que pueda exigir la tramitación de los respectivos expedientes.
2. Sin perjuicio de las facultades que correspondan al Ministerio del Interior, las autoridades de
la Comunidad Autónoma podrán instar el ejercicio de la potestad disciplinaria cuando
fundadamente entiendan que la conducta de algunos de los miembros de la Unidad debe ser
sancionada. Complementariamente y, a tal efecto, emitirán los informes que pueda requerir la
tramitación de los correspondientes expedientes, así como aquellos otros que consideren
oportunos”.

En el supuesto de Comunidades Autónomas que dispongan que Policía autonómica


propia, obviamente habrá que estar a su normativa específica. Es el caso, por ejemplo, del:

- País Vasco: arts. 90-97 Ley 4/1992, de 17 de julio, de Policía del País Vasco y
Decreto 170/1994, de 3 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento de Régimen
Disciplinario de los Cuerpos de Policía del País Vasco.

- Cataluña: arts. 66-78 Ley 10/1994, de 11 de julio, de la Policía de la Generalidad


«mossos d’esquadra» y Decreto 183/1995, de 13 de junio, por el que se aprueba el
Reglamento de régimen disciplinario del cuerpo de la Policía de la Generalitat—
Mossos d'Esquadra.

1.1.4.- Policías Locales.

El Preámbulo de la Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de


Seguridad dejó constancia de “la estrecha interdependencia que refleja la ley entre el régimen
disciplinario del Cuerpo Nacional de Policía -que lógicamente se habrá de tener en cuenta al
elaborar los de otras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad-”.

En su momento fue aprobado el Reglamento de Régimen Disciplinario del Cuerpo

15
Nacional de Policía, por Real Decreto 884/1989, de 14 de julio. Pero ello no supuso la plena
homogeneización en materia disciplinaria en el ámbito de las Policías Locales. De hecho, ha
venido siendo muy frecuente que la normativa en esta materia estuviera dispersa o
superpuesta entre las Leyes de Coordinación de Policías Locales autonómicas y los
reglamentos de cada Policía Local.

De conformidad con lo establecido en la Disp. Final 6ª de la Ley Orgánica 4/2010, de 20


de mayo, de Régimen Disciplinario del Cuerpo Nacional de Policía, esta normativa es de
aplicación a los Cuerpos de Policía Local, “de acuerdo con lo previsto en la legislación orgánica
reguladora de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad”. Dicha normativa reguladora, como es
sabido, está contenida –en sus aspectos básicos- por la Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo,
de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. El art. 6.9 Ley Orgánica 2/1986 establece:

“El régimen disciplinario, sin perjuicio de la observancia de las debidas garantías, estará
inspirado en unos principios acordes con la misión fundamental que la Constitución les atribuye
y con la estructura y organización jerarquizada y disciplinada propias de los mismos”.

En materia de competencias sobre el régimen disciplinario habrá que estar, obviamente,


a la Reglamentación propia de cada municipio.

1.2.- Régimen disciplinario de empleados de Instituciones Penitenciarias.

1.2.1.- Personal funcionario.

En el caso del personal funcionario de Instituciones Penitenciarias rige el régimen


disciplinario general de la Administración civil del Estado. Éste aparece recogido en los arts. 93-
98 del Real Decreto Legislativo 5/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto
refundido de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP) y en el Real Decreto
33/1986, de 10 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de Régimen Disciplinario de los
Funcionarios de la Administración del Estado (BOE, 17 de enero).

El art. 94.2 EBEP establece los principios que rigen la potestad disciplinaria de los
empleados públicos:

a) Principio de legalidad y tipicidad de las faltas y sanciones, a través de la


predeterminación normativa o, en el caso del personal laboral, de los convenios
colectivos.
b) Principio de irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables y de
retroactividad de las favorables al presunto infractor.
c) Principio de proporcionalidad, aplicable tanto a la clasificación de las infracciones y
sanciones como a su aplicación.
d) Principio de culpabilidad.
e) Principio de presunción de inocencia.

En cuanto a las faltas sancionables, el EBEP sólo recoge el catálogo de las faltas muy
graves (art. 95.2 EBEP):

16
Art. 95. 2. Son faltas muy graves:
a) El incumplimiento del deber de respeto a la Constitución y a los respectivos Estatutos de
Autonomía de las Comunidades Autónomas y Ciudades de Ceuta y Melilla, en el ejercicio de la
función pública.
b) Toda actuación que suponga discriminación por razón de origen racial o étnico, religión o
convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual, lengua, opinión, lugar de nacimiento o
vecindad, sexo o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, así como el acoso
por razón de origen racial o étnico, religión o convicciones, discapacidad, edad u orientación
sexual y el acoso moral, sexual y por razón de sexo.
c) El abandono del servicio, así como no hacerse cargo voluntariamente de las tareas o
funciones que tienen encomendadas.
d) La adopción de acuerdos manifiestamente ilegales que causen perjuicio grave a la
Administración o a los ciudadanos.
e) La publicación o utilización indebida de la documentación o información a que tengan o
hayan tenido acceso por razón de su cargo o función.
f) La negligencia en la custodia de secretos oficiales, declarados así por Ley o clasificados
como tales, que sea causa de su publicación o que provoque su difusión o conocimiento
indebido.
g) El notorio incumplimiento de las funciones esenciales inherentes al puesto de trabajo o
funciones encomendadas.
h) La violación de la imparcialidad, utilizando las facultades atribuidas para influir en procesos
electorales de cualquier naturaleza y ámbito.
i) La desobediencia abierta a las órdenes o instrucciones de un superior, salvo que constituyan
infracción manifiesta del Ordenamiento jurídico.
j) La prevalencia de la condición de empleado público para obtener un beneficio indebido para
sí o para otro.
k) La obstaculización al ejercicio de las libertades públicas y derechos sindicales.
l) La realización de actos encaminados a coartar el libre ejercicio del derecho de huelga.
m) El incumplimiento de la obligación de atender los servicios esenciales en caso de huelga.
n) El incumplimiento de las normas sobre incompatibilidades cuando ello dé lugar a una
situación de incompatibilidad.
ñ) La incomparecencia injustificada en las Comisiones de Investigación de las Cortes
Generales y de las Asambleas Legislativas de las Comunidades Autónomas.
o) El acoso laboral.
p) También serán faltas muy graves las que queden tipificadas como tales en Ley de las Cortes
Generales o de la Asamblea

Las faltas graves y leves aparecen recogidas, respectivamente, en los arts. 7 y 8 RD


33/1986:

Artículo 7
1. Son faltas graves:
a) La falta de obediencia debida a los superiores y autoridades.
b) El abuso de autoridad en el ejercicio del cargo.
c) Las conductas constitutivas de delito doloso relacionadas con el servicio o que causen daño
a la Administración o a los administrados.
d) La tolerancia de los superiores respecto de la comisión de faltas muy graves o graves de sus
subordinados.
e) La grave desconsideración con los superiores, compañeros o subordinados.
f) Causar daños graves en los locales, material o documentos de los servicios.

17
g) Intervenir en un procedimiento administrativo cuando se dé alguna de las causas de
abstención legalmente señaladas.
h) La emisión de informes y la adopción de acuerdos manifiestamente ilegales cuando causen
perjuicio a la Administración o a los ciudadanos y no constituyan falta muy grave.
i) La falta de rendimiento que afecte al normal funcionamiento de los servicios y no constituya
falta muy grave.
j) No guardar el debido sigilo respecto a los asuntos que se conozcan por razón del cargo,
cuando causen perjuicio a la Administración o se utilice en provecho propio.
k) El incumplimiento de los plazos u otras disposiciones de procedimiento en materia de
incompatibilidades, cuando no suponga mantenimiento de una situación de incompatibilidad.
l) El incumplimiento injustificado de la jornada de trabajo que acumulado suponga un mínimo
de diez horas al mes.
m) La tercera falta injustificada de asistencia en un período de tres meses, cuando las dos
anteriores hubieren sido objeto de sanción por falta leve.
n) La grave perturbación del servicio.
ñ) El atentado grave a la dignidad de los funcionarios o de la Administración.
o) La grave falta de consideración con los administrados.
p) Las acciones u omisiones dirigidas a evadir los sistemas de control de horarios o a impedir
que sean detectados los incumplimientos injustificados de la jornada de trabajo.
2. A efectos de lo dispuesto en el presente artículo, se entenderá por mes el período
comprendido desde el día primero al último de cada uno de los doce que componen el año.

Artículo 8
Son faltas leves:
a) El incumplimiento injustificado del horario de trabajo, cuando no suponga falta grave.
b) La falta de asistencia injustificada de un día.
c) La incorrección con el público, superiores, compañeros o subordinados.
d) El descuido o negligencia en el ejercicio de sus funciones.
e) El incumplimiento de los deberes y obligaciones del funcionario, siempre que no deban ser
calificados como falta muy grave o grave.

Las infracciones muy graves prescribirán a los 3 años, las graves a los 2 años y las
leves a los 6 meses (art. 97 EBEP).

En cuanto a las sanciones imponibles el art. 96.1 establece las siguientes:

- Separación del servicio de los funcionarios, que en el caso de los funcionarios


interinos comportará la revocación de su nombramiento, y que sólo podrá sancionar
la comisión de faltas muy graves (en igual sentido art. 15 RD 33/1986).

- Suspensión firme de funciones, con una duración máxima de 6 años. Según


establece el art. 16 RD 33/1986, la sanción de suspensión de funciones impuesta
por comisión de falta muy grave no podrá ser superior a seis años ni inferior a tres.
Si se impone por falta grave, no excederá de tres años. Si la suspensión firme no
excede del período en el que el funcionario permaneció en suspensión provisional,
la sanción no comportará necesariamente pérdida del puesto de trabajo.

- Traslado forzoso, con o sin cambio de localidad de residencia, por el período que en
cada caso se establezca. El art. 16 RD 33/1986 añade: Los funcionarios

18
sancionados con traslado con cambio de residencia, no podrán obtener nuevo
destino por ningún procedimiento en la localidad desde la que fueron trasladados,
durante tres años, cuando hubiese sido impuesta por falta muy grave, y durante uno
cuando hubiere correspondido a la comisión de una falta grave. Dicho plazo se
computará desde el momento en que se efectuó el traslado.

- Demérito, que consistirá en la penalización a efectos de carrera, promoción o


movilidad voluntaria. No tiene correspondencia esta sanción con el RD 33/1986.

- Apercibimiento. Esta sanción sólo es aplicable a las faltas leves (art. 17 RD


33/1986).

- Cualquier otra que se establezca por Ley.

El alcance de cada sanción se establecerá teniendo en cuenta el grado de


intencionalidad, descuido o negligencia que se revele en la conducta, el daño al interés público,
la reiteración o reincidencia, así como el grado de participación (art. 96.3 EBEP).

Las sanciones impuestas por faltas muy graves prescribirán a los 3 años, las impuestas
por faltas graves a los 2 años y las impuestas por faltas leves al año (art. 97 EBEP).

En materia procedimental se establece que, en el caso de imposición de sanciones por


faltas graves o muy graves ha de aplicarse el procedimiento previamente establecido y en el
caso de la imposición de sanciones por faltas leves se llevará a cabo por procedimiento
sumario con audiencia al interesado. En todo caso, el procedimiento disciplinario debe
estructurarse atendiendo a los principios de eficacia, celeridad y economía procesal, con pleno
respeto a los derechos y garantías de defensa del presunto responsable. También debe
establecerse la debida separación entre la fase instructora y la sancionadora,
encomendándose a órganos distintos (art. 98.1 y 2 EBEP).

En la actualidad el procedimiento para faltas muy graves y graves es el establecido en


los arts. 23-51 RD 33/1986.

1.2.2.- Personal Laboral.

Presta servicio en la Administración penitenciaria personal laboral (auxiliares de clínica,


terapeutas y, en lo que aquí particularmente interesa, celadores). Su régimen disciplinario está
regulado en los arts. 93-98 del EBEP. En lo referido al personal laboral el art. 93 EBEP
establece que el mismo queda sujeto al régimen disciplinario del EBEP, si bien añade que, en
lo previsto en el EBEP se regirá por la legislación laboral. Por “legislación laboral” hemos de
entender tanto la legislación laboral propiamente dicha como los Convenios Colectivos que
puedan ser de aplicación. En definitiva, el EBEP regula el contenido disciplinario “mínimo”
aplicable a todos los empleados públicos (funcionarios y contratados laborales) pero, de forma
supletoria –y aún cabría decir, complementaria, respetando tal minimum) se aplica la
legislación, en el sentido amplio que se ha descrito.

19
En este último sentido ha de tenerse en cuenta pues el contenido del III Convenio
colectivo único para el personal laboral de la Administración General del Estado (publicado por
Resolución de 3 de noviembre de 2009, de la Dirección General de Trabajo, BOE, 12 de
noviembre).

El EBEP enumera el listado de faltas muy graves (art. 95.2), pero ha de tenerse en
cuenta asimismo el catálogo de faltas recogido en el III Convenio Único, el cual diferencia entre
faltas muy graves, graves y leves (art. 78.2). Por consiguiente el catálogo final de infracciones
que ha de tenerse en cuenta será el contenido para faltas muy graves en el citado art. 95.2
EBEP, al que ha de añadirse el listado contenido en el art. 78.2.c) Convenio Único. En lo
referente a faltas graves y leves, éstas aparecen recogidas en el art. 78.2.a) y b) Convenio
Único.

Obsérvese la no coincidencia del art. 95.2 EBEP -antes transcrito- y en el art. 78.2.c)
Convenio Único:

Art. 78.2.c) Serán faltas muy graves las siguientes:


1. El fraude, la deslealtad y el abuso de confianza en las gestiones encomendadas.
2. La manifiesta insubordinación individual o colectiva.
3. La notoria falta de rendimiento que comporte inhibición en el cumplimiento de las tareas
encomendadas.
4. El falseamiento voluntario de datos e informaciones del servicio.
5. La falta de asistencia al trabajo no justificada durante cinco o más días al mes.
6. El incumplimiento no justificado del horario de trabajo durante más de diez ocasiones al mes,
o durante más de veinte al trimestre.
7. El incumplimiento de las normas sobre incompatibilidades cuando dé lugar a situaciones de
incompatibilidad.
8. Cometer falta grave, teniendo anotadas y no canceladas, o sin posibilidad de cancelar, al
menos dos faltas graves.
9. El acoso sexual.
10. La violación de la neutralidad o independencia política, utilizando las facultades atribuidas
para influir en procesos electorales de cualquier naturaleza o ámbito.
11. La obstaculización al ejercicio de las libertades públicas y derechos sindicales.
12. El incumplimiento de la obligación de atender en caso de huelga los servicios previstos en
el artículo 6.7 del Real Decreto-ley 17/1977, de 4 de marzo
13. La obtención de beneficios económicos por razón del trabajo ajenos al puesto
desempeñado.
14. El quebrantamiento del secreto profesional; la manipulación de datos y programas con
ánimo de falsificación o la utilización de los medios técnicos de la Administración para intereses
particulares de tipo económico.
15. La embriaguez habitual o toxicomanía si repercuten negativamente en el trabajo.
16. La tolerancia o encubrimiento de los Jefes o Superiores respecto de las faltas graves y muy
graves cometidas por los subordinados.
17. El incumplimiento muy grave de las obligaciones en materia de prevención de riesgos
laborales contempladas en la normativa vigente, entendiendo como tal cuando del mismo
puedan derivarse riesgos para la salud y la integridad física o psíquica de otro trabajador o de
terceros.

20
En virtud de lo arriba explicitado, el catálogo de faltas muy graves será el recogido en el
art. 95.2 EBEP al que habrá que añadir las infracciones del art. 78.2.c) del Convenio Único, si
no tuvieran parangón en el EBEP. En ocasiones, existen tipos de infracciones muy graves
bastante similares en el EBEP y en el Convenio Único: habrá, en este caso, que tener presente
los dos textos para lograr una interpretación integrada de los tipos.

En relación a las faltas graves el art. 95.3 EBEP establece que la definición de las
mismas será la recogida en los Convenios Colectivos. En concreto, el art. 78.2.b) Convenio
Único establece las siguientes:

Art. 78.2.b) Serán faltas graves las siguientes:


1. La falta de disciplina en el trabajo o del respeto debido a los superiores, compañeros o
subordinados.
2. El incumplimiento de las órdenes o instrucciones de los superiores relacionadas con el
trabajo y de las obligaciones concretas del puesto de trabajo o las negligencias de las que se
deriven o puedan derivarse perjuicios graves para el servicio.
3. La desconsideración con el público en el ejercicio del trabajo.
4. El incumplimiento grave de las obligaciones en materia de prevención de riesgos laborales
contempladas en la normativa vigente.
5. La falta de asistencia al trabajo sin causa justificada de tres o cuatro días en el período de un
mes.
6. El incumplimiento no justificado del horario de trabajo entre seis y diez ocasiones al mes,
cuando acumulados supongan un mínimo de diez horas mensuales.
7. El abandono del puesto de trabajo durante la jornada sin causa justificada.
8. La simulación de enfermedad o accidente.
9. La simulación o encubrimiento de faltas de otros trabajadores en relación con sus deberes
de puntualidad, asistencia y permanencia en el trabajo.
10. La disminución continuada y voluntaria en el rendimiento del trabajo normal o pactado.
11. La negligencia que pueda causar graves daños en la conservación de los locales, material
o documentos de servicios.
12. El incumplimiento de los plazos u otras disposiciones de procedimiento en materia de
incompatibilidades, cuando no suponga el mantenimiento de una situación de incompatibilidad.

También en el III Convenio Único se establece el catálogo de faltas leves (art. 78.2.a)
Convenio Único):

Art. 78.2.a) Serán faltas leves las siguientes:


1. La leve incorrección con el público y en general con los usuarios del servicio, así como con
los compañeros o subordinados.
2. El retraso injustificado, negligencia o descuido en el cumplimiento de sus tareas.
3. La no comunicación con la debida antelación de la falta al trabajo por causa justificada, a no
ser que se pruebe la imposibilidad de hacerlo.
4. La falta de asistencia al trabajo sin causa justificada de uno o dos días al mes.
5. El incumplimiento no justificado del horario de trabajo entre tres y cinco ocasiones al mes.
6. El descuido en la conservación de los locales, material y documentos de los servicios.
7. En general, el incumplimiento de los deberes por negligencia o descuido inexcusable.

La prescripción de las faltas se fija en plazos considerablemente más breves que en el


caso del personal funcionario: 60 días para las muy graves, 20 días para las graves y 10 días

21
para las leves (art. 81 Convenio Único). Los plazos son considerablemente más elevados en el
EBEP (3 años, 2 años y 6 meses, respectivamente) (art. 97 EBEP).

En el caso de las sanciones, ha de tenerse en cuenta tanto lo previsto en el art. 96.1


EBEP como en el art. 79.1 Convenio Único:

- Para faltas muy graves están previstas las siguientes:

o Despido disciplinario (art. 96.1.b) EBEP y 79.1.c) Convenio Único).


Comporta la inhabilitación para ser titular de un nuevo contrato de trabajo
con funciones similares a las que se desempeñaba.
o Suspensión de empleo y sueldo. Aunque la EBEP prevé una duración
máxima de 6 años, el Convenio Único sólo prevé un máximo de 3 a 6
meses.
o Traslado forzoso sin derecho a indemnización (art. 96.1.d) EBEP), con o sin
cambio de localidad (art. 79.1.c) Convenio Único).
o Inhabilitación para la promoción o ascenso por un período de un año y un
día a cinco años (79.1.c) Convenio Único). Se corresponde con la sanción
de penalización a efectos de carrera, promoción o movilidad voluntaria del
art. 96.1.e) EBEP.
o Cualquier otra que se establezca por Ley. Tal posibilidad sólo está
contemplada en el art. 96.1.g) EBEP.

- Para faltas graves:

o Inhabilitación para la promoción o ascensos así como para concurrir a


pruebas selectivas por un período no superior a un año (art. 79.1.b)
Convenio Único).
o Suspensión de empleo y sueldo de tres días a tres meses (art. 79.1.b)
Convenio Único).

- Para faltas leves:

o Suspensión de empleo y sueldo de hasta 2 días (art. 79.1.a) Convenio


Colectivo).
o Amonestación por escrito (art. 79.1.a) Convenio Único). Se corresponde con
el apercibimiento del art. 96.1.f) EBEP.

También se establecen para el personal laboral al servicio de las Administraciones


Públicas los tradicionales criterios de graduación de las sanciones son muy similares los del
Convenio Único a los del EBEP: grado de intencionalidad, descuido o negligencia que se revele
en la conducta, daño al interés público, cuantificándolo en términos económicos cuando sea
posible y la reiteración o reincidencia (art. 96.3 EBEP y art. 79.2 Convenio Único).

El plazo de prescripción de las sanciones se establece en el EBEP en 3 años (para


faltas muy graves), 2 años (faltas graves) y 1 año (faltas leves) (art. 97 EBEP). Sin embargo, el

22
Convenio establece un plazo para la cancelación de sanciones más reducido: 2 años, 1 ño y 3
meses.

El Convenio establece asimismo el procedimiento sancionador que ha de seguirse (art.


80).

1.3.- Régimen disciplinario en el ámbito de la Administración de Justicia.

1.3.1.- Jueces y Magistrados.

El régimen disciplinario de Jueces y Magistrados se encuentra regulado en los arts.


414-427 Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial (LOPJ).

Como es usual en materia disciplinaria se distinguen tres tipos de faltas: muy graves,
graves y leves (me remito a lo dispuesto en los arts. 417-419 LOPJ.

En materia disciplinaria a los Magistrados y Jueces cabe imponer el siguiente tipo de


sanciones (art. 420 LOPJ):

- Advertencia.

- Multa de hasta 6.000 euros.

- Traslado forzoso a Juzgado o Tribunal con sede separada, al menos, en cien


kilómetros de aquella en que estuviera destinado.

- Suspensión de hasta tres años.

- Separación.

Ha de tenerse presente que la comisión de determinados delitos conlleva la imposición


de penas de inhabilitación o suspensión de funciones (arts. 39-46 Código penal). Es el caso,
por ejemplo, de que el Juez o Magistrado incurriere en los delitos de prevaricación (arts. 446-
449 Código penal) o cohecho (arts. 419-427 Código penal).

Interesa destacar que los órganos competentes para la imposición de sanciones a


Jueces y Magistrados son los siguientes (art. 421 LOPJ):

- Para la sanción de advertencia, el Presidente del Tribunal Supremo, de la Audiencia


Nacional y de los Tribunales Superiores de Justicia, a los jueces y magistrados
dependientes de los mismos.

- Para la sanción de multa o de advertencia y multa correspondiente a faltas leves,


las Salas de Gobierno del Tribunal Supremo, de la Audiencia Nacional y de los
Tribunales Superiores de Justicia respecto a los jueces y magistrados dependientes
de cada una de ellas.

23
- Para las sanciones correspondientes a faltas graves, la Comisión Disciplinaria del
Consejo General del Poder Judicial.

- Para las muy graves, el Pleno del Consejo General del Poder Judicial, a propuesta
de la Comisión Disciplinaria.

1.3.2.- Letrados de la Administración de Justicia.

El régimen disciplinario de los Letrados de la Administración de Justicia (antes


denominados “Secretarios judiciales”), se encuentra regulado en los arts. 468-469 LOPJ y en el
Real Decreto 1608/2005, de 30 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento Orgánico
del Cuerpo de Secretarios Judiciales (arts. 149-189).

1.3.3.- Personal al servicio de la Administración de Justicia.

El régimen disciplinario del resto de personal al servicio de la Administración de Justicia


se encuentra regulado en los arts. 534-540 LOPJ y en el Real Decreto 796/2005, de 1 de julio,
por el que se aprueba el Reglamento general de régimen disciplinario del personal al servicio
de la Administración de Justicia.

Este Reglamento es de aplicación a los siguientes colectivos:

- Cuerpo de Gestión Procesal y Administrativa.

- Cuerpo de Tramitación Procesal y Administrativa.

- Cuerpo de Auxilio Judicial.

- Cuerpo de Médicos Forenses.

- Cuerpo de Facultativos del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses.

- Cuerpo de Técnicos Especialistas del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias


Forenses.

- Cuerpo de Ayudantes de Laboratorio del Instituto Nacional de Toxicología y


Ciencias Forenses.

- Funcionarios interinos que desarrollen funciones propias de los cuerpos


enumerados en el apartado anterior, así como a los funcionarios en prácticas que
participen en procesos de selección para acceder a ellos.

1.4.- Responsabilidad por daños causados a la Administración.

24
Las autoridades y personal al servicio de las Administraciones Públicas, con su
actuación, pueden ocasionar –además de daños a los particulares-, daños a la propia
Administración.

A este respecto el art. 36 LRJSP establece:

“Artículo 36. Exigencia de la responsabilidad patrimonial de las autoridades y personal


al servicio de las Administraciones Públicas.
1. Para hacer efectiva la responsabilidad patrimonial a que se refiere esta Ley, los
particulares exigirán directamente a la Administración Pública correspondiente las
indemnizaciones por los daños y perjuicios causados por las autoridades y personal a
su servicio.
2. La Administración correspondiente, cuando hubiere indemnizado a los lesionados,
exigirá de oficio en vía administrativa de sus autoridades y demás personal a su servicio
la responsabilidad en que hubieran incurrido por dolo, o culpa o negligencia graves,
previa instrucción del correspondiente procedimiento.
Para la exigencia de dicha responsabilidad y, en su caso, para su cuantificación, se
ponderarán, entre otros, los siguientes criterios: el resultado dañoso producido, el grado
de culpabilidad, la responsabilidad profesional del personal al servicio de las
Administraciones públicas y su relación con la producción del resultado dañoso.
3. Asimismo, la Administración instruirá igual procedimiento a las autoridades y demás
personal a su servicio por los daños y perjuicios causados en sus bienes o derechos
cuando hubiera concurrido dolo, o culpa o negligencia graves.
4. El procedimiento para la exigencia de la responsabilidad al que se refieren los
apartados 2 y 3, se sustanciará conforme a lo dispuesto en la Ley de Procedimiento
Administrativo Común de las Administraciones Públicas y se iniciará por acuerdo del
órgano competente que se notificará a los interesados y que constará, al menos, de los
siguientes trámites:
a) Alegaciones durante un plazo de quince días.
b) Práctica de las pruebas admitidas y cualesquiera otras que el órgano competente
estime oportunas durante un plazo de quince días.
c) Audiencia durante un plazo de diez días.
d) Formulación de la propuesta de resolución en un plazo de cinco días a contar desde
la finalización del trámite de audiencia.
e) Resolución por el órgano competente en el plazo de cinco días.
5. La resolución declaratoria de responsabilidad pondrá fin a la vía administrativa.
6. Lo dispuesto en los apartados anteriores, se entenderá sin perjuicio de pasar, si
procede, el tanto de culpa a los Tribunales competentes”.

1.5.- Breve referencia a las responsabilidades penales y civiles del personal de


seguridad pública y de la Administración de Justicia.

Aunque esta asignatura concierne sólo al ámbito administrativo, para mejor ilustración
de los alumnos conviene hacer siquiera una mínima referencia a otro tipo de responsabilidades
que exceden dicho ámbito y que pueden compatibilizarse con la exigencia de responsabilidad
administrativa.

25
En el orden civil, en principio no cabría exigencia de responsabilidad directa a los
empleados públicos de la seguridad. La regla general es clara; está contenida en el art. 36.1
LRJSP, que establece que “los particulares exigirán directamente a la Administración pública
correspondiente las indemnizaciones por los daños y perjuicios causados por las autoridades y
personal a su servicio”; por supuesto, sin perjuicio de la acción de regreso contra éstos, como
luego se verá. No obstante, no es infrecuente que se exija responsabilidad civil a los
empleados públicos cuando se ejerce una acción penal (por ejemplo, maltrato policial o del
personal penitenciario con resultado de lesiones). Ello es posible ya que “toda persona
criminalmente responsable de un delito o falta lo es también civilmente si del hecho se
derivaren daños o perjuicios” (art. 116.1 Código penal). Por tanto, si se presentara una querella
criminal contra un empleado de la seguridad pública, y esta prosperase, sería exigible dicha
responsabilidad civil derivada de los daños o perjuicios causados. El ejercicio de esta acción
puede llevarse a cabo, bien en el proceso penal (en el que se dilucidarían las
responsabilidades penales y civiles en el mismo juicio), o bien separando ambas acciones (la
penal en el enjuiciamiento criminal y la civil en demanda por daños ante la jurisdicción civil) (art.
111 Ley de Enjuiciamiento Criminal).

En caso de exigencia de responsabilidad civil derivada de los daños ocasionados por un


delito o falta, ha de tenerse en cuenta que la Administración correspondiente, en la que
estuviera prestando sus servicios el empleado público es responsable subsidiariamente de “los
daños causados por los responsables de los delitos dolosos o culposos” (art. 121 Código
penal). La jurisprudencia ha establecido que también este precepto afecta a la comisión de
faltas penales.

En el caso de empresas y empleados de la seguridad privada, obviamente son


aplicables las reglas generales contenidas, básicamente, en los arts. 1101, 1902 y 1903 del
Código Civil, siguiéndose los cauces procesales establecidos en la Ley de Enjuiciamiento Civil.

En el orden penal, y a mero título de ejemplo, existen sanciones que afectan a todo el
personal –público o privado-. Por ejemplo, homicidio, lesiones, amenazas, coacciones,
detenciones ilegales, agresiones sexuales, torturas y otros delitos contra la integridad moral,
omisión del deber de socorro, descubrimiento y revelación de secretos, etc.

En algún caso concreto, la tipificación penal tiene que ver con una determinada
condición. Así, en el supuesto de las sanciones o privaciones indebidas del funcionario
penitenciario (art. 533 Código penal) o la solicitud de relaciones sexuales por parte de los
empleados públicos, en general, y del empleado penitenciario en particular, a personas bajo su
guarda o a parientes (art. 443 Código penal).

2.- Responsabilidad patrimonial de las Administraciones Públicas 2.

2.1.- Administración policial y penitenciaria.

2Se incluye Anexo elaborado por la Editorial Jurídica SEPIN. El mismo se aporta a los exclusivos efectos docentes, sin que
pueda utilizarse –de ningún modo- a otros fines –por ej. comerciales-.

26
Nuestra Constitución garantiza la responsabilidad de los poderes públicos ((9.3 CE),
regulando dicha responsabilidad en los siguientes términos: “Los particulares, en los términos
establecidos por la ley, tendrán derecho a ser indemnizados por toda lesión que sufran en
cualquiera de sus bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza mayor, siempre que la lesión
sea consecuencia del funcionamiento de los servicios públicos” (art. 106.2 CE). El mandato
constitucional actualmente está desarrollado por los arts. 32-36 LRJSP, en los aspectos
sustantivos y por la LAP en los aspectos procedimentales.

La responsabilidad de las Administraciones Públicas:

1) Es de derecho público. El sujeto pasivo del daño es un particular y sujeto activo del
mismo una Administración Pública. El daño se produce pues en el desenvolvimiento de los
“servicios públicos”.

2) General y unitaria, englobando a todas las Administraciones Públicas. Precisamente


por ello es común a la Administración policial y penitenciaria.

3) Directa, sin perjuicio de lo establecido en el art. 121 CP. Es directa, dado que “los
particulares exigirán directamente a la Administración pública correspondiente las
indemnizaciones por los daños y perjuicios causados por las autoridades y personal a su
servicio” (36.1 LRJSP), lo que no será óbice para que la Administración pueda -y en la
actualidad deba en determinados supuestos- repetir contra el personal responsable del daño
(36.2 LRJSP). Pero, como acabo de decir, este carácter directo lo es sin perjuicio de lo
establecido en el art. 121 del Código Penal, en cuya virtud las Administraciones Públicas
responden subsidiariamente de los daños ocasionados por sus autoridades, funcionarios y
agentes, cuando estos sean declarados penalmente responsables de delitos dolosos o
culposos.

4) Se trata de una responsabilidad básicamente objetiva. Es objetiva, carácter que


aparece recogido en numerosas resoluciones jurisprudenciales (así la STS, 3ª, 5.12.1997, con
cita de la doctrina precedente), tendrá “lugar aun cuando el funcionamiento de la
Administración fuera normal, lo que hace irrelevante que fuera o no correcta” (STS, 3ª,
15.7.1991), circunstancia ésta que tendrá decisivas consecuencias: “Esta fundamental
característica impone que no sólo no es menester demostrar para exigir aquella
responsabilidad que los titulares o gestores de la actividad administrativa que ha generado un
daño han actuado con dolo o culpa, sino que ni siquiera es necesario probar que el servicio
público se ha desenvuelto de manera anómala, pues los preceptos constitucionales y legales
que componen el régimen jurídico aplicable extienden la obligación de indemnizar a los casos
de funcionamiento normal de los servicios públicos” (STS, 3ª, 19.6.1998).

5) Da derecho a una reparación integral. En este sentido el art. 9.3 es elocuente cuando
habla del “derecho a ser indemnizados por toda lesión que sufran [los ciudadanos] en
cualquiera de sus bienes y derechos”. Y en similares términos se expresa el art. 32.1 LRJSP.
Por tanto “la indemnización no es sino el medio de compensación al perjudicado para restaurar,
en la medida de lo posible, la integridad de su patrimonio”.

27
Son requisitos fundamentales de la responsabilidad de la Administración:

- La existencia de un daño. Dicho daño ha de ser:

o Antijurídico. Solo serán indemnizables los daños que el ciudadano no tenga


el deber jurídico de soportar de acuerdo con la Ley (34.1 LRJSP). Aquí
radica precisamente la nota de antijuricidad, requisito imprescindible para
poder exigir responsabilidad patrimonial a la Administración. Como recuerda
la STS 3ª 25.4.2007: “La antijuridicidad del daño constituye un requisito
exigido por la jurisprudencia, baste al efecto la referencia a la sentencia de
22 de abril de 1994, que cita las de 19 enero y 7 junio 1988, 29 mayo 1989,
8 febrero 1991 y 2 noviembre 1993, según la cual: “esa responsabilidad
patrimonial de la Administración se funda en el criterio objetivo de la lesión,
entendida como daño o perjuicio antijurídico que quien lo sufre no tiene el
deber jurídico de soportar, pues si existe ese deber jurídico decae la
obligación de la Administración de indemnizar” (en el mismo sentido
sentencias de 31-10-2000 y 30-10-2003)”.

o Efectivo. Así lo establece el art. 32.2 LRJSP. Por consiguiente se excluyen


los daños eventuales, futuros o posibles (STS 3ª, 20.5.1997), o las meras
especulaciones o simples expectativas (SSTS 4ª C-A, 17.12.1981, 3ª
11.11.1993 y 3ª 7.2.1997). Obviamente, como afirma la STS 3ª 17.11.1990:
“Se excluyen solamente como expresa la doctrina ‘y no por su naturaleza,
sino por su falta de efectividad, los llamados daños eventuales o
simplemente posibles, pero no actuales’ sin perjuicio de que puedan ser
reclamados cuando esa actualización se produzca en el futuro”.

o Evaluable económicamente. El daño, al afectar a los bienes o derechos del


interesado, ha de tener una trascendencia patrimonial apreciable,
“evaluabilidad” que plantea ciertos problemas, especialmente cuando se
trata de daños físicos o morales, y no meramente económicos. Es decir, la
actividad policial o penitenciaria crea un riesgo de ocasionar perjuicios que
afectan a bienes especialmente sensibles y, por la misma condición, de alto
valor y difícil evaluación. Valorar la vida, la libertad, el sufrimiento,... no es
tarea fácil, aunque es irrenunciable, ya que la ley no deja lugar a dudas: los
particulares tienen derecho a ser indemnizados “por toda lesión que sufran
en cualquiera de sus bienes y derechos” (arts. 106.2 CE y 32.1 LRJSP).

o Individualizado. El daño será “individualizado con relación a una persona o


grupo de personas” (32.2 LRJSP).

- El daño ha de derivarse del funcionamiento de los servicios públicos. El hecho


imputable es el “funcionamiento de los servicios públicos” (art. 106.2 CE), en
nuestro caso servicios policiales o penitenciarios, pudiendo ser éste “normal” o
“anormal” (32.1 LRJSP). Desde el punto de vista objetivo, por funcionamiento se
entiende “una actividad administrativa (por acción u omisión, bien sea material o

28
jurídica)” (STS, 3ª, 14.9.1989), comprensiva de todos los mecanismos de actuación
que utiliza la Administración para cumplir los fines que le son propios: ejercicio de
potestades mediante actos administrativos o reglamentos, actividad material o
técnica y la omisión de deberes legales.

- Entre el daño producido y el funcionamiento del servicio público debe existir una
relación de causalidad. Doctrina y jurisprudencia coinciden en considerar al nexo
causal el elemento fundamental de la responsabilidad patrimonial. Tanto el art.
106.2 CE como el art. 32.1 LRJSP exigen, para que pueda haber responsabilidad
patrimonial, que la lesión sea “consecuencia” del funcionamiento (normal o anormal)
de los servicios públicos. O, lo que es lo mismo, “es preciso que entre la lesión y el
funcionamiento haya un nexo de causalidad objetiva” (STS 3ª, 19.1.1987), ya que
“la Administración no tiene el deber jurídico de soportar unos daños que ella no ha
causado” (STS 3ª, 14.3.1990).

El plazo para ejercitar la acción de responsabilidad patrimonial contra la Administración


es de un año. Dispone el art. 67.1 LPA:

“Los interesados sólo podrán solicitar el inicio de un procedimiento de responsabilidad


patrimonial, cuando no haya prescrito su derecho a reclamar. El derecho a reclamar
prescribirá al año de producido el hecho o el acto que motive la indemnización o se
manifieste su efecto lesivo. En caso de daños de carácter físico o psíquico a las
personas, el plazo empezará a computarse desde la curación o la determinación del
alcance de las secuelas”.

En cuanto a los criterios de indemnización, el art. 34 LRJSP establece los siguientes:

- La indemnización se calculará con arreglo a los criterios de valoración establecidos


en la legislación de expropiación forzosa, legislación fiscal y demás normas
aplicables, ponderándose, en su caso, las valoraciones predominantes en el
mercado (34.3 LRJSP).

- En los casos de muerte o lesiones corporales se podrá tomar como referencia la


valoración incluida en los baremos de la normativa vigente en materia de Seguros
obligatorios y de la Seguridad Social (34.2 LRJSP)3.
3 En materia de seguros obligatorios es de obligada cita el Real Decreto Legislativo 8/2004, de 29 de octubre,
por el que se aprueba el texto refundido de la Ley sobre responsabilidad civil y seguro en la circulación de
vehículos a motor. Su art. 2 establece el aseguramiento obligatorio. El baremo vigente se contiene en la Ley
35/2015, de 22 de septiembre, de reforma del sistema para la valoración de los daños y perjuicios causados a
las personas en accidentes de circulación.
En materia de Seguridad Social se dictó la Orden por la que se actualiza el baremo de lesiones, mutilaciones y
deformaciones de carácter definitivo y no invalidante, previsto en el artículo 146 de la Ley de la Seguridad Social
de 5 de abril de 1974 (BOE, de 18 de abril). Posteriormente se aprobó la Orden de 11 de mayo de 1988 por la
que se modifica la de 5 de abril de 1974, que aprueba el baremo de las lesiones, mutilaciones y deformaciones
de carácter definitivo y no invalidante por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales y las
indemnizaciones correspondientes (BOE, de 7 de junio) que se limitó a eliminar la discriminación indemnizatoria
por razón de sexo. Con posterioridad la Orden de 16 de enero de 1991 por la que se actualizan las cantidades a
tanto alzado de las indemnizaciones por lesiones, mutilaciones y deformaciones de carácter permanente no

29
- La cuantía de la indemnización se calculará con referencia al día en que la lesión
efectivamente se produjo, sin perjuicio de su actualización a la fecha en que se
ponga fin al procedimiento de responsabilidad con arreglo al Índice de Garantía de
la Competitividad4, fijado por el Instituto Nacional de Estadística, y de los intereses
que procedan por demora en el pago de la indemnización fijada, los cuales se
exigirán con arreglo a lo establecido en la Ley 47/2003, de 26 de noviembre,
General Presupuestaria, o, en su caso, a las normas presupuestarias de las
Comunidades Autónomas (34.3 LRJSP).

- La indemnización procedente podrá sustituirse por una compensación en especie o


ser abonada mediante pagos periódicos, cuando resulte más adecuado para lograr
la reparación debida y convenga al interés público, siempre que exista acuerdo con
el interesado (34.4 LRJSP).

Eventualmente, aunque ya adelanto que sólo en la teoría, existe una posibilidad de que,
una vez afrontada la indemnización por la Administración (por vía administrativa o judicial) ésta
reclame el importe a la autoridad o empleado público responsable.

Efectivamente, en nuestro actual panorama normativo rige el principio de


responsabilidad directa de la Administración. Por eso dirá el art. 36.1 LRJSP:

“Para hacer efectiva la responsabilidad patrimonial a que se refiere esta Ley, los
particulares exigirán directamente a la Administración Pública correspondiente las
indemnizaciones por los daños y perjuicios causados por las autoridades y personal a
su servicio”.

Una vez que, tras la vía administrativa o contencioso-administrativa en su caso, la


Administración haya satisfecho la reparación correspondiente, deberá de exigir de oficio de sus
empleados la responsabilidad en que hubieran incurrido en los términos que establece el art.
36.2 LRJSP:

“La Administración correspondiente, cuando hubiere indemnizado a los lesionados,


exigirá de oficio en vía administrativa de sus autoridades y demás personal a su servicio
la responsabilidad en que hubieran incurrido por dolo, o culpa o negligencia graves,
previa instrucción del correspondiente procedimiento.
Para la exigencia de dicha responsabilidad y, en su caso, para su cuantificación, se
ponderarán, entre otros, los siguientes criterios: el resultado dañoso producido, el grado
de culpabilidad, la responsabilidad profesional del personal al servicio de las
Administraciones públicas y su relación con la producción del resultado dañoso”.

invalidantes (BOE, de 18 de enero) multiplica por seis los importes establecidos en la revisión efectuada el 11 de
mayo de 1988.
4

http://www.ine.es/ss/Satellite?c=Page&cid=1259947704944&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout&p
=1254735893337&L=0

30
Destacar, por un lado, la obligatoriedad de seguir la vía de regreso contra los
empleados responsables que anteriormente (en la redacción original del art. 145.2 LRJPAC,
antes de la reforma de la Ley 4/1999, 13 enero) era sólo potestativa (art. 36.2 LRJSP).

Por otro lado, indicar que conforme a lo legislado, aunque la Administración responda
frente al particular perjudicado de forma objetiva, lo cierto es que ella -a su vez- solo puede
exigir responsabilidad al personal a su servicio cuando este haya incurrido en culpa o
negligencia.

Ahora bien, esta exigencia de “repetición” contra la autoridad o empleado público, en la


práctica es prácticamente desconocida, lo cual nos lleva a una seria reflexión acerca de los
motivos de ello. Mas de un autor ha indicado que la escasa o prácticamente nula de la acción
de regreso tiene que ver con la posibilidad de que las “autoridades” y no los funcionarios
pudieran ser los sujetos más afectados por esta norma.

Toda esta materia, a nivel procedimental, se encuentra desarrollada la LPA se


establece algunas peculiaridades en materia de responsabilidad patrimonial.

La casuística sobre casos de responsabilidad patrimonial en la materia que aquí se trata


es muy amplia. En ocasiones los daños ocasionados se producen en actuaciones similares:
piénsese en los daños producidos a un detenido o recluso por la intervención, en su reducción,
de policías o empleados penitenciarios. Igual sucede en los casos de suicidio (que puede
producirse en dependencias policiales o en establecimientos penitenciarios). También en el
caso de heteroagresiones (producidas en dependencias policiales o establecimientos
penitenciarios). En otros casos, por razones obvias los supuestos de responsabilidad son
específicos de determinados cuerpos funcionariales: así, por ejemplo, daños causados por el
empleo indebido de armas de fuego por cuerpos policiales.

2.2.- Administración de Justicia.

El art. 121 CE establece:

“Los daños causados por error judicial, así como los que sean consecuencia del
funcionamiento anormal de la Administración de Justicia, darán derecho a una indemnización a
cargo del Estado, conforme a la Ley”.

La Ley reguladora de esta materia es la Ley Orgánica 6/1985, 1 de julio del Poder
Judicial, más concretamente sus arts. 292-297.

Al igual que en el caso de la LRJSP el daño alegado habrá de ser efectivo, evaluable
económicamente e individualizado con relación a una persona o grupo de personas (art. 292
LOPJ).

Se establecen los siguientes supuestos de indemnización:

31
- Error judicial. La reclamación de indemnización por causa de error deberá ir
precedida de una decisión judicial que expresamente lo reconozca. Dicha decisión
puede provenir bien como resultado de un recurso de revisión, bien como
consecuencia de la acción específica de declaración de error judicial que ha de
tramitarse ante la Sala del Tribunal Supremo del mismo orden jurisdiccional que el
órgano al que se imputa el error. No obstante, si el error se atribuyese a una Sala o
Sección del Tribunal Supremo la competencia corresponderá a la Sala que se
establece en el art. 61. Declarado judicialmente el error, el interesado dirigirá su
petición indemnizatoria directamente al Ministerio de Justicia, tramitándose la misma
con arreglo a las normas reguladoras de la responsabilidad patrimonial del Estado.
Contra la resolución cabrá recurso contencioso-administrativo. El derecho a
reclamar la indemnización prescribirá al año, a partir del día en que pudo ejercitarse
(art. 293 LOPJ). No obstante, no se indemniza el error causado dolosa o
culposamente por el perjudicado (art. 295 LOPJ).

- Anormal funcionamiento de la Administración de Justicia. En este caso también el


interesado dirigirá su petición indemnizatoria directamente al Ministerio de Justicia,
tramitándose la misma con arreglo a las normas reguladoras de la responsabilidad
patrimonial del Estado. Contra la resolución cabrá recurso contencioso-
administrativo. El derecho a reclamar la indemnización prescribirá al año, a partir del
día en que pudo ejercitarse (art. 293.2 LOPJ). No obstante, no se indemniza el error
causado dolosa o culposamente por el perjudicado (art. 295 LOPJ).
- Prisión indebida. Tendrán derecho a indemnización quienes, después de haber
sufrido prisión preventiva, sean absueltos por inexistencia del hecho
imputado o por esta misma causa [los incisos destacados fueron declarados
inconstitucionales por STC 85/2019, de 19 de junio] haya sido dictado auto de
sobreseimiento libre, siempre que se le hayan irrogado perjuicios. La cuantía de la
indemnización se fijará en función del tiempo de privación de libertad y de las
consecuencias personales y familiares que se hayan producido (art. 294 LOPJ).
- Dolo o culpa grave de Jueces y Magistrados. El Estado responderá también de los
daños que se produzcan por dolo o culpa grave de los Jueces y Magistrados, sin
perjuicio del derecho que le asiste de repetir contra los mismos por los cauces del
proceso declarativo que corresponda ante el Tribunal competente (art. 296 LOPJ).

3.- Responsabilidad en el ámbito de la seguridad privada.

3.1.- Responsabilidad administrativa.

La normativa reguladora en ambos casos se encuentra en la Ley 5/2014, de 4 de abril,


de Seguridad Privada (LSP) (arts. 56-72) y en el Real Decreto 2364/1994, de 9 de diciembre,
por el que se aprueba el Reglamento de Seguridad Privada (RSP) (arts. 148-161); este último
en lo que no sea incompatible con la Ley.

Se diferencian tres grupos de infracciones, según los sujetos: a) infracciones de


empresas que desarrollen actividades de seguridad privada, de sus representantes legales, de

32
los despachos de detectives privados y de las centrales de alarma de uso propio (art. 57 LSP);
infracciones del personal que desempeñe funciones de seguridad privada (art. 58 LSP) y c)
infracciones de los usuarios y centros de formación (art. 60 LSP). Las infracciones, en los tres
casos, se clasifican en muy graves, graves y leves.

El régimen de sanciones a cada uno de los colectivos antedichos se recoge en los arts.
61-63 LSP, respectivamente. En cada uno de los casos se diferencia asimismo entre sanciones
por la comisión de faltas muy graves, graves y leves.

El procedimiento sancionador, que se regula en los arts. 69-72 LSP en poco difiere de
las reglas generales sobre sanciones administrativas. Los aspectos más singulares tienen que
ver con el tipo de medidas cautelares y con el mecanismo de publicidad de las sanciones.

En el ámbito de la Administración General del Estado, la potestad sancionadora prevista


en la LSP corresponderá a diferentes instancias administrativas (art. 66.1 LSP):

- Al Ministro del Interior, para imponer las sanciones de extinción de las


autorizaciones, habilitaciones y declaraciones responsables.

- Al Secretario de Estado de Seguridad, para imponer las restantes sanciones por


infracciones muy graves.

- Al Director General de la Policía, para imponer las sanciones por infracciones


graves.

- Al Director General de la Guardia Civil, para imponer las sanciones por infracciones
graves en relación con los guardas rurales y centros y cursos de formación
exclusivos para este personal.

- A los Delegados y a los Subdelegados del Gobierno, para imponer las sanciones
por infracciones leves.

En el ámbito de las comunidades autónomas con competencia en materia de seguridad


privada, la potestad sancionadora corresponderá a los titulares de los órganos que se
determinen en cada caso (art. 66.2 LSP).

3.2.- Responsabilidades civil y penal.

Al margen de la responsabilidad administrativa, obviamente también puede exigirse


responsabilidad en los ámbitos civil y penal.

En el ámbito civil puede exigirse responsabilidad tanto contractual como


extracontractual. La contractual en base a un eventual incumplimiento del contrato celebrado
entre la empresa de seguridad o el detective privado con su cliente, en aplicación de lo
dispuesto en los arts. 1101 y 1104 del Código Civil:

33
“Art. 1101 CC:
Quedan sujetos a la indemnización de los daños y perjuicios causados los que en el
cumplimiento de sus obligaciones incurrieren en dolo, negligencia o morosidad, y los que de
cualquier modo contravinieren al tenor de aquéllas”.

“Artículo 1104 CC.


La culpa o negligencia del deudor consiste en la omisión de aquella diligencia que exija la
naturaleza de la obligación y corresponda a las circunstancias de las personas, del tiempo y del
lugar.
Cuando la obligación no exprese la diligencia que ha de prestarse en su cumplimiento, se
exigirá la que correspondería a un buen padre de familia”.

La extracontractual podría exigirse debido a daños ocasionados a un tercero con el que


no ha mediado la celebración de un contrato de prestación de servicios, en base a lo dispuesto
en el art. 1902 del Código Civil:

“El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia, está obligado
a reparar el daño causado”.

Además de responder por actos propios, la empresa de seguridad o el despacho de


detectives privados podría responder por daños ocasionados por sus empleados, al amparo de
lo dispuesto en el art. 1903 del Código Civil:

“La obligación que impone el artículo anterior es exigible no sólo por los actos u omisiones
propios, sino por los de aquellas personas de quienes se debe responder.
...
...
Lo son igualmente los dueños o directores de un establecimiento o empresa respecto de los
perjuicios causados por sus dependientes en el servicio de los ramos en que los tuvieran
empleados, o con ocasión de sus funciones.
...
La responsabilidad de que trata este artículo cesará cuando las personas en él mencionadas
prueben que emplearon toda la diligencia de un buen padre de familia para prevenir el daño”.

Una vez que el empresario o el titular del despacho de detectives privados satisfaga la
indemnización, de ser ésta procedente, podrá “repetir” contra los empleados responsables de
los daños ocasionados, conforme establece el art. 1904 del Código Civil:

“El que paga el daño causado por sus dependientes puede repetir de éstos lo que hubiese
satisfecho”.

Indicar que, especialmente en el caso de los detectives privados, tiene singular


relevancia la cobertura que otorga a las víctimas de intromisiones ilegítimas la Ley Orgánica
1/1982, de 5 de mayo, de protección civil del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar
y a la propia imagen.

Por lo que se refiere a la responsabilidad penal, los tipos penales más destacables
serían, en lo concerniente a actuaciones de empleados de empresas de seguridad, el delito de

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detención ilegal (art. 163 CP), el delito de coacciones (art. 172 CP), el delito contra la integridad
moral (art. 173 CP) y delitos en relación con el ejercicio del derecho de huelga (art. 315 CP).

Por su parte, en el caso de los detectives privados, las figuras penales más destacables
serían las siguientes: las intromisiones ilícitas a través de aparatos o dispositivos (art. 203 CP),
los delitos de descubrimiento de secretos (arts. 197, 197bis, 197ter, 197quater y 197quinquies
CP), los delitos de revelación de secretos (arts. 199-201 CP), el delito de cohecho (art. 424
CP), el delito de intrusismo profesional (art. 403 CP), el delito de estafa (art. 248 CP) y el delito
de allanamiento de morada (arts. 201-202 CP).

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