(Basado en lectura del libro de Historia de Santillana de primero de bachillerato)
Ensayo del rol de la mujer romana
La discriminación hacia la mujer en la actualidad no es un problema grave como lo fue años atrás, ahora muchas mujeres son más capaces que los hombres, destacando en su trabajo y levantando la voz, pero, ¿cómo era la situación hace miles de años atrás exactamente? El presente ensayo tiene como objetivo resaltar el caso especial de Roma, empezando con la eterna menor, seguido de las prohibiciones que tenían, el matrimonio, las viviendas, el caso de niños y niñas y por último su rol dentro de un hogar. La mujer en la Roma Antigua era ciertamente inferior a lado de un hombre, no obstante, a diferencia de otros lugares tenía, aunque con ciertas restricciones, la oportunidad de participar en el ámbito político y religioso; y de acuerdo a la clase social, la mujer con más oportunidades o un estatus más alto llevaba un mejor estilo de vida. La expresión “eterna menor” hace referencia a la dependencia que tenían las mujeres de acuerdo al estado en el que se encontraban, cuando estaban solteras dependían de sus padres, una vez que contraían matrimonio el marido empezaba a hacerse cargo, y en el caso de que quedarán viudas, la responsabilidad pasaba a la del hijo mayor, el primogénito. De por sí este termino alude a que las mujeres necesitaban de un hombre para ser y vivir como tal. Aparte de lo mencionado, existen algunas restricciones que impedían a la mujer participar por completo en el ámbito político y religioso. Dentro de lo político seguido de lo jurídico no podían asumir el rol de jueza o de abogada, ocupar algún cargo público en el Senado ni sufragar. Para el ámbito religioso, las mujeres cumplían solamente su rol como vestales, sacerdotisas encargadas del fuego de Vesta; aparte de ello tenían prohibido hacer otra actividad dentro de la vida religiosa, por lo que mejor optaban por unirse a otro culto donde fueran aceptadas y más libres. Debido al fundamento religioso, anteriormente solo los patricios contraían matrimonio, pues eran los que participaban de los cultos. Generalmente las mujeres se comprometían siendo bastante jóvenes, dejando atrás las costumbres de su anterior familia para adaptarse a las de su marido. Posterior a la boda, los novios hacían un pacto donde intercambiaban regalos y anillos, al llegar el día se llevaba a cabo el contrato nupcial, la novia vestía un bello velo blanco-anaranjado con su traje nupcial, la celebración se realizaba en la residencia de los padres de la novia. Una vez casados, la mujer asumía las tareas domésticas del hogar. Los romanos tenían dos viviendas que eran separadas de acuerdo al estatus social de la familia, los domus e insulae. Los domus eran viviendas unifamiliares lujosas decoradas con frescos y esculturas, generalmente de una planta y sin ventanas, aquí es donde se establecían familias ricas. Los insulae en cambio eran edificios de bastantes pisos con pequeñas viviendas donde habitaba gran parte de la población, especialmente la más sencilla. Los niños y niñas. De bebés, hablando de casas patricias, la madre no era la que se hacía cargo por completo, sino las nodrizas, por lo general se ocupaban de satisfacer sus necesidades básicas e incluso los amamantaban. Tanto niños como niñas podían compartir y estudiar juntos hasta los 12 años, luego los separaban, niños seguían con sus estudios y empezaban con el uso de armas, mientras que la mujer ya debía empezar a manejar correctamente un hogar, tejer e hilar a los 16. La descendencia familiar fue sumamente importante para un ciudadano en aquellos tiempos, mantener estable su cada, esposa e hijos era lo primordial. Como ya se mencionó, la mujer se encargaba de las labores domésticas, de la crianza de sus hijos, de manejar bien el hogar de por sí. Cuando la hija se casaba, pasaba a ser excluida completamente para que se enfocara en su nuevo hogar. En conclusión, la mujer romana tenía un poco más de libertad que otras mujeres al participar en el ámbito político y religioso, pero aun así hay aspectos relevantes por destacar, como el hecho de tener que depender de un hombre para vivir y realizar actividades, alejarlas del estudio para que contrajeran matrimonio y tuvieran enfoque en la estabilidad del hogar desde los 16 años, prácticamente pasaban a ser adultas para esa edad, por lo que a pesar de todo, seguían siendo inferiores como el resto de mujeres de otras civilizaciones.