desfasados. Sus fuerzas estaban desplegadas en sus fronteras.
Desgraciadamente para los polacos, sus principales áreas industriales se
hallaban en Silesia, justo en sus fronteras, lo que les hacía extremadamente vulnerables a la Blitzkrieg.
Gracias a la táctica denominada Blitzkrieg, o guerra
relámpago, el ejército alemán invadió gran parte de Europa.
Los Stuka fueron una parte importantísima de la guerra relámpago (Blitzkrieg).
Foto: Cordon Press
Alemania usó la Blitzkrieg durante la invasión de Polonia el 1 de septiembre de
1939, así como en otros frentes como en Dinamarca (abril de 1940), Noruega (abril de 1940), Bélgica (mayo de 1940), Holanda (mayo de 1940), Luxemburgo (mayo de 1940), Francia (mayo de 1940), Yugoslavia (abril de 1941) y Grecia (abril de 1941). El poderío aéreo alemán eran tan abrumador que no permitía a los defensores ni reabastecerse, ni organizar sus efectivos, ni tampoco enviar refuerzos que pudieran defender las brechas abiertas por los carros de combate. Sin embargo, y a pesar de la evidente efectividad de la Blitzkrieg, hubo algunos países a los que Alemania no pudo derrotar con este sistema: Gran Bretaña, gracias a que las islas contaban con la inestimable ayuda del canal de la Mancha y de la eficaz Marina Real Británica, y la Unión Soviética, a pesar de que la Blitzkrieg había logrado empujar a los efectivos soviéticos hasta para saber más las puertas de Moscú en 1941.
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LA "GUERRA DE BROMA" Y LA HUIDA DE DUNKERQUE
Tras la invasión de Polonia, en septiembre de 1939, se sucedieron ocho meses de la conocida como drôle de guerre (la guerra de broma o guerra falsa), que acabaría con la invasión de Dinamarca y Noruega en abril de 1940. En realidad, lo que desconocían los Aliados era que, tras aquella supuesta calma, la idea de Hitler era avanzar hacia el oeste para asestar el primer gran golpe de la contienda: la toma de París. Envalentonado por la rápida caída de Polonia, Hitler pretendía hacer uso de la Blitzkrieg para hacer lo propio con