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Vicerrectoría Académica
Departamento de Ciencias Sociales
Tras la derrota de Francia, el Reino Unido era la única potencia que aún
plantaba cara a Alemania. La superioridad naval británica impedía a Hitler un ataque
directo a la isla por lo que la aviación alemana, la "Luftwaffe", inició un plan de
bombardeo sistemático de las instalaciones industriales y las ciudades del sur y el
centro de Inglaterra. Las autoridades germanas confiaban en llevar por este medio a
Inglaterra a la capitulación o, al menos, a acomodarse a la nueva Europa dirigida desde
Berlín.
Sin embargo, el nuevo gobierno británico, presidido por Winston Churchill
desde mayo de 1940, supo hacer frente al ataque, y la aviación británica, la "Royal Air
Force" se impuso poco a poco en los cielos europeos. La resistencia británica hizo que
Hitler volviera sus ojos hacia el sur de Europa.
El contraataque ruso iniciado tras Stalingrado tuvo que hacer frente en julio de
1943 a la última ofensiva alemana. La batalla de Kursk hizo que la iniciativa estratégica
pasara definitivamente a manos de las tropas soviéticas.
El año 1944 estuvo jalonado de continuos éxitos del Ejército Rojo que llegó a las
antiguas fronteras de la URSS en la primavera de ese año.
A lo largo del otoño-invierno de 1944, los antiguos aliados del Eje: Finlandia,
Rumanía, Bulgaria, Hungría son ocupados por las tropas soviéticas. En Yugoslavia y
Albania, los guerrilleros comunistas dirigidos por Tito y Enver Hoxha,
respectivamente, liberan sus países de la ocupación germano-italiana y establecen
sistemas pro-soviéticos.
En Grecia, la retirada alemana en agosto de 1944 abre un período de guerra
civil entre guerrilleros comunistas y tropas monárquicas apoyadas por la intervención
militar británica. Grecia era un buen ejemplo del enfrentamiento entre los Aliados que
vendría tras la derrota del Eje.