20200111

Planeta Tierra

La única Frontera
A los ventypocos tropecé por primera vez con Epicuro. Sus Cuádruples Acciones me
empujaron como una apisonadora y desmembró lo poco que quedaba de una Fé de segunda.
Dos mil quinientos años tardó su verbo en llegar y poner en mejores y cabales palabras los
mismos pensamientos que a mi me parecían casi heréticos. Razón y justificación.

Una griego escribió cómo dividía el mundo en dos; los vivos a un lado y los muertos al
otro. Una raya clara, diáfana, de ordenado tiralíneas que indefectiblemente te define cuando
estas vivo y cuando muerto, y por qué si estas vivo no has de temer a la muerte y por qué si
estás muerto no puedes añorar la vida. Sencillo, aséptico, confortable y dual, muy dual. Muy
hetero.

Para bien o para mal este griego vivió en una época en la que la diferencia entre vida y
muerte era más sencilla que ahora. Nos morimos más tarde, si, pero pagando un precio que
puede ser insoportable; la información. En este primer mundo donde nos ha tocado vivir
muchos de nosotros sabremos antes de tiempo que nuestros días efectivamente están
contados; que el fin es cierto y fehaciente y casi tiene fecha fija.

A partir del momento de tener ese conocimiento estamos un poco menos vivo; y si
estamos menos vivos ¿como encajamos en la organización dual vivo-muerto?. No encajamos.
Necesitamos romper esta dualidad, como todas las demás.

Los americanos tienen una expresión terrible e inspiradisima a la vez para sus inquilinos
de sus corredores de la muerta; son “dead man walking”. Antes de hablar de identidades
fluidas, de trans-de-lo-que-sea, el sistema penitenciario americanos ya había roto la Última
Dualidad. Estas personas pasan por tres estados; vivas, dead man walking, y - finalmente-
muertas.

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 Condenado a muerte o enfermo crónico en el fondo es lo mismo. Una mirada de reojo,
un estupido “¿como estas?, un absurdo “ya veras como mejoras” que tu y yo sabemos que no
va a suceder provoca el mismo efecto que el vocero que precede al inquilino del corredor en
cada tránsito.

No veo en las selección dirigida de acontecimientos que llaman noticias ninguna

referencia a la ruptura de esta Última Dualidad, a pesar de que afecta y va a aceptar a la
inmensa mayoría de la población en vez de a selectas minorías. No veo en la agenda de
ningún partido progresista ninguna nomenclatura propuesta para uno, dos ,tres, cuatro
estado intermedios entre la vida y la muerte. Esta frontera, la Última y Unica Frontera, nadie
piensa en volverla líquida; sigue siendo de tierra y acero inoxidable.

Pero, ¿y si la liquidificaramos?. Más allá de la ventajas de un Nuevo Orden en el cual

tuviéramos reconocimiento e identidad per se independientemente de nuestro estado de
salud, al caer esta barrera también podemos definir diversas gradaciones de estar muerto. La
muerte pasaría de ser un absoluto a ser una serie de estados donde estaríamos un poquito o
muy muertos. Esta es una posibilidad que es más tangible de lo que nos parece. No estamos
tan lejos (en términos de especie humana) de poder mantener la consciencia en un soporte
que no sea lo que hoy conocemos como cuerpo físico. Un ser en ese estado es tan
inclasificable como Paul Preciado en una escala hombre-mujer.

Pero no está en agenda; no hay un lobby poderoso que erosione la Única Frontera.
Tendremos que esperar a la próxima centuria o a que Greta envejezca, lo que suceda antes.

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