literatura(s) medieval(es) Una mirada en la relación Historia y Literatura
La historia es una literatura
contemporánea (2014, esp. 2016). - Conciliar ciencias sociales y creación literaria. - Literatura: fortalece la mirada de un historiador. - La Historia en más literaria de lo que creemos y la Literatura es más historiadora. Jablonka (2014)
“Las fronteras son necesarias. La historia no es (y no será jamás)
ficción, fábula, delirio, falsificación. En este aspecto, la distinción que Aristóteles traza entre poesía e historia, en el capítulo 9 de la Poética, es fundacional. Pero la división entre lo que podría pasar y lo que efectivamente pasó no condena al investigador a ser un huérfano de la póiesis. Su inventiva archivística, metodológica, conceptual, narrativa y léxica constituye un acto creador en sentido fuerte. Ese investigador hace obra al conjugar una producción de conocimientos, una poética del saber y una estética. El problema, en consecuencia, no es ‘saber si el historiador debe o no hacer literatura, sino cuál hace’. Se puede decir lo mismo del escritor con las ciencias sociales: el problema no es saber si habla de lo real, sino si se da los medios de comprenderlo” (23). La literatura de “al lado”
“Géneros discursivos referenciales llamo aquí a aquellos donde, al
revés de lo que ocurre en los ficcionales como la novela, autor y sujeto de la enunciación (o ‘narrador’) coinciden: son el mismo. Hablo de géneros como la carta, el diario íntimo, la autobiografía, las memorias, la crónica, el ensayo, o géneros periodísticos como la entrevista y el reportaje. En todos ellos, el discurso opera, invariablemente, con un referente extratextual de diversa identidad: cultural, social, político, literario, artístico, biográfico, etc.”.
(MORALES, Leonidas. La escritura de al lado. Géneros
referenciales. Santiago: Cuarto Propio, 2001). Vargas Llosa: La verdad de las mentiras (1990) “En efecto, las novelas mienten —no pueden hacer otra cosa— pero ésa es sólo una parte de la historia. La otra es que, mintiendo, expresan una curiosa verdad, que solo puede expresarse encubierta, disfrazada de lo que no es. Dicho así, esto tiene el semblante de un galimatías. Pero, en realidad, se trata de algo muy sencillo. Los hombres no están contentos con su suerte y casi todos —ricos o pobres, geniales o mediocres, célebres u oscuros—quisieran una vida distinta de la que viven. Para aplacar —tramposamente— ese apetito nacieron las ficciones. Ellas se escriben y se leen para que los seres humanos tengan las vidas que no se resignan a no tener. En el embrión de toda novela bulle una inconformidad, late un deseo insatisfecho. ¿Significa esto que la novela es sinónimo de irrealidad? ¿Que los introspectivos bucaneros de Conrad, los morosos aristócratas proustianos, los anónimos hombrecillos castigados por la adversidad de Franz Kafka y los eruditos metafísicos de los cuentos de Borges nos exaltan o nos conmueven porque no tienen nada de nosotros, porque nos es imposible identificar sus experiencias con las nuestras? Nada de eso. Conviene pisar con cuidado, pues este camino —el de la verdad y la mentira en el mundo de la ficción— está sembrado de trampas y los invitadores oasis suelen ser espejismos”. Mario Vargas Llosa, prólogo a La verdad de las mentiras. Hacia un concepto de las literaturas medievales
• La literatura medieval es muy rica, disímil, extensa
y, a veces, contradictoria. • La idea de conjunto: E. Gilson: el mundo está marcado por la jerarquía, la armonía, la concordancia. • La relación entre oralidad y escritura. “El texto se hace cada vez”, sin embargo, son categorías distintas a las nuestras. • Nos conecta con los orígenes de las lenguas romances. Problema del léxico: latín posee tradición. Alfonso X, el Sabio Cantigas de Santa María
Porque trovar é cousa en que jaz
entendimiento, por én, quen o faz ao d’aver, e de razón assaz, per que entenda e sabia dizer o que entend’e de dizer lle praz, ca ben trovar assi s’á de fazer.
Como trovar es cosa que requiere
entendimiento, por eso quien lo hace debe tenerlo, y mucha inteligencia, para que entienda y sepa decir lo que entiende y lo que le plazca decir, porque el bien trovar así se ha de hacer. • Problemas de concepto laico y religioso. • La literatura como intercambio cultural (cristianos, árabes, judíos). • Obras anónimas, autoría. Idea de la fama. • Carácter didáctico y moralizante. • Géneros discursivos particulares: Fábulas, fabliaux, roman, lais, etc. • Imaginación y maravilla. • Conceptos: Amor, caballería, aventura. • Deberíamos hablar de “literaturas medievales” y no de una sola tradición homogénea. Literatura y los espacios La literatura medieval se establece como una instancia de diálogo y de retroalimentación constante entre quienes conforman la comunidad. Los espacios son igualmente diversos y enriquecedores: monasterios, iglesias, castillos, plazas, tabernas, rutas de peregrinaciones, campos de batalla. Luego, también numerosos espacios citadinos. Ave Fénix, Bestiario de Aberdeen, folio 56 r. La influencia clásica en la Edad Media • La literatura clásica tiene relaciones evidentes con el Medievo: citas directas e indirectas. • Troveros y romanciers como Chrétien suponen un conocimiento notable de la tradición literaria clásica. Prólogos, citas, comentarios, ejemplos. • Amplificatio: autores “toman” (interpretan-interpretatio) y enriquecen o aumentan las historias. • Autores como Dante, Petrarca conocen textos clásicos, directa o indirectamente. • La ‘ignorancia’ medieval ha sido desarticulada por autores como Duby, Pérnoud, Le Goff, Eco, M. de Riquer, Alvar, Cirlot, Aurell, etc. Visiones críticas “…la cultura medieval tiene el sentido de la innovación, pero se las ingenia para esconderlo bajo el disfraz de la repetición (al contrario de la cultura moderna, que finge innovar incluso cuando repite)”. Umberto Eco, Arte y belleza en la estética medieval
“...no se ha dejado de observar que, de hecho, en la Edad Media los autores
latinos e incluso griegos eran ya muy conocidos, y que la aportación del mundo antiguo, clásico o no, distaba de ser despreciada o rechazada. Su conocimiento se consideraba un elemento esencial del saber. Basta recordar que un autor místico como Bernardo de Claraval maneja una prosa completamente nutrida de citas antiguas y que, cuando quiere burlarse de la vanidad de un saber únicamente intelectual, lo hace citando a un autor antiguo, Persio; que nadie se atrevería a afirmar que ese autor formara parte del bagaje de todo intelectual en los tiempos más clásicos”. Régine Pernoud, Para acabar con la Edad Media