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EROS Y ÁGAPE: EL SINCRETISMO DEL AMOR CORTES EN LA LITERATURA

DE LA BAJA EDAD MEDIA CASTELLANA


E. MICHAEL GERLI

En la poesía lírica de la baja Edad Media castellana se ob- y cómo lo veneraban los hombres cultos del siglo xv. En
serva un progresivo sincretismo, o un intento de sintetizar otras palabras, detrás del sincretismo amoroso es posible
la retórica de eros, el amor humano, con la de ágape, el percibir una forma de vida, un significado ideológico y un
amoraDios, hasta que como afirma Bruce W. Wardropper, contexto vital que han sido ignorados.
"cabe decir que el lenguaje del amorprofano está completa- Cabe definir la lírica cancioneril como una especie de
mente confundido con el de la religión durante los siglos clasicismo poético, puesto que se ejerce dentro de pautas
xv y xvi." 1 y moldes consagrados que exigen un elevado grado de
En realidad el caso va mucho más allá de una mera ínter- pericia técnica y control. Si no es una poesía espontánea,
penetración léxica, sobre todo en el siglo xv. Una de las tampoco se le puede acusar de ser una lírica frivola, forzada
prácticas más notables y menos estudiadas de la poesía y fría, como hacen algunos. El formalismo hierático tanto
amorosa de los cancioneros es la adaptación solemne de como la ambigüedad eroticorreligiosa de los cancioneros
plegarias, rezos y ritos cristianos, pasajes bíblicos y, aun, son los efectos buscados y perfectos correlativos de la
conceptos teológicos a contextos eróticos. En el amor cortés realidad intelectual, además de los valores sociales, que
de la lírica cancioneril frecuentemente hay una deliberada fundamentan esta poesía. En ella se nota un intento deter-
paganización del cristianismo en que el hombre adora y minado de organización, una sistematización de la realidad
"sirve" a la mujer así como el cristiano adora y sirve a Dios. emotiva, y una virtuosidad técnica puesta al servicio de
C.S. Lewis observa que la divinización del amor profano la pasión.
es una de las características fundamentales del amor cortés, En pleno siglo xv, crisis de transición entre la Edad
y que comenzó con la adoración del dios ovidiano. En Media y el Renacimiento, la enorme cosecha de poemas
última instancia, declara Lewis, esto paró en una religión sacroprofanos es testimonio de una metamorfosis ética y
de amor que era "a cióse and impudent parody of the espiritual que se llevaba a cabo en esos momentos. Lo
practices of the Church." 2 En el campo del hispanismo Otis sagrado no es ya tan sagrado como lo era. El hombre co-
H. Green ha dedicado espléndidas páginas al estudio del mienza a abandonar ágape a favor de un nuevo dios, eras-
amor cortés en los cancioneros en que describe brevemente una deidad plenamente antropocéntrica y secular. La
la llamada religión de amor,3 y María Rosa Lida ha inves- mujer de carne y hueso, la dama de la lírica cortesana, sim-
tigado la "hipérbole sagrada," complemento y parte inte- boliza este cambio de enfoque moral.
grante de esta religio amoris.4 Sin embargo, nadie ha exa- Huizinga en The Waning of the Middle Ages observa
minado detenidamente esta extraña síntesis del amor que en el siglo xv:
humano y el amor a Dios. Por cierto, la mayoría de la crítica
desde Ochoa y Amador de los Ríos se limita a repetir que el individual and social lite, in all their manifestatíons, are
imbued with the conceptions of the faith . . . As a cultural
fenómeno existe y que es un cliché sin sentido y de mal phenomenon this same tendeney harbours great dan-
gusto de la siempre calumniada poesía cancioneril.5 No ha gers. Religión penetrating all relations in Ufe means a
habido, es decir, ningún intento de encontrar alguna razón constant blending of the spheres of holy and profane
o el posible significado del sincretismo del amor cortés. thought. Holy things will soon become too common
No se ha tratado de juzgar lo que pueda significar lo ubicuo to be deeply felt."'
del hecho en el siglo xv; tampoco se ha comentado la fasci-
En la poesía eroticorreligiosa se perciben en pleno auge
nante variedad y coherencia de la síntesis sacroprofana; y,
¡os síntomas descritos por Huizinga. Se desarrolla toda
por último, nadie ha explicado las consecuencias y el
una ideología secular paralela al cristianismo en que se
sentido que conlleva tal manifestación artística para la
aplican de una manera consciente, y por lo tanto irreve-
constitución de los horizontes culturales castellanos a fines
rente, la nomenclatura y los mitos de la teología cristiana
de la Edad Media.
para explicar el amor.
A mi entender, los poetas españoles del siglo xv esco- La proliferación, variedad y complejidad del sincretismo
gieron la metáfora y la alusión religiosas no para parodiar del amor y el cristianismo son asombrosas. La gama de
o satirizar el cristianismo, 6 sino porque eran las formas las comparaciones va de la metáfora más sencilla e inocua
que mejor expresaban la intensidad, el alcance y la com- en que el poeta alude a la procedencia celestial de su señora
plejidad de sus sentimientos eróticos. Aunque sí son hasta adaptaciones detalladas del texto de la misa para cele-
intentos de lucir ingenio poético, estas composiciones brar el dios de amor. Tanto Suero de Ribera como Juan
eroticorreligiosas no demuestran ni la más mínima nota de Dueñas, por ejemplo, escribieron misas de amor. En
cómica o escarnecedora. Lejos de ser una comparación la de Dueñas la irreverencia llega a un extremo notable;
festiva o una asociación mecánica carente de vida, la com- la letanía de los santos es sustituida por una de amantes
penetración del ideal sagrado con el profano demuestra martirizados: Tristán, Lanzarore, Matías, París y Elena.
hasta qué punto el amor dominaba la existencia humana Allí también se acomoda el salmo ¡udica me Dens (Salmos

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26, i), cuya glosa termina con una alusión sacrilega a la como las que compuso Nicolás Núñez (CG, número 858);
Santa Trinidad.8 En otras ocasiones aparecen atrevidas y Diego de San Pedro, uno de los miembros más píos de
blasfemias como la siguiente famosa de don Alvaro de la orden de enamorados, escribió varios poemas para el
Luna, quien declara: calendario litúrgico en que celebraba el amor de su amiga.
Si Dios nuestro salvador En la canción "Día de ramos," por ejemplo, San Pedro
oviera de tomar amiga llega a trocar la pasión de Jesucristo por la de su señora
ffuera mi conpetidor.9 (CG, número 254).
Jorge Manrique relata un "milagro" erótico en un estilo Por encima de todo esto, la religión de amor poseía un
que recuerda la tradición taumatúrgico-monástica medie- sistema teológico que reflejaba de manera pervertida la
val,10 mientras que el Comendador Avila compara la pie- escatología cristiana. Habían "purgatorios de amor,"
dad que siente frente a la extrema belleza de su dama como como el del Bachiller Ximénez (CG, número 904); e "in-
mayor a la que sentía San Francisco en el éxtasis místico fiernos de enamorados," como los del Marqués de Santí-
(CG, número 792). El motivo de la peregrinación devota llana, Guevara, y Garcí Sánchez de Badajoz.11 En esta
es adoptado por Juan Alvarez Gato cuando le ruega a un teología erótica la dama del poeta llegaba a usurparle el
romero que le pida remedio de su mal a su señora, quien puesto de preeminencia universal a Dios mismo. Tapia,
tiene el don de sanar las dolencias espirituales así como por ejemplo, es uno de los más propensos a caer en esta
las físicas (CG, número 246). Pero quizás las imágenes blasfemia. A cada paso en su obra encontramos declara-
más comunes y sutiles que se acogen de la tradición cris- ciones como la siguiente en que se dirige a un amigo que
tiana sean las del martirio y la penitencia de amores. va a la tierra de su señora. Le asegura al cortesano que
Martín Tañedor es uno de los muchos poetas que le pide "bien sé que dirés en vella qu'ella es Dios, ó Dios es ella"
piedad y misericordia a su dama en términos que evocan (CG, número 840).
las plegarias cristianas de auxilio. Como si fuese el salmista Así pues, en el centro de esta nueva filosofía del amor
dirigiéndose a Dios (cf. con los salmos 10, i; 83, i), le queda la mujer. Ella integra todos los ideales del amante
implora: "Ay, señora, por tu fe / no me tengas apartado / y reparte el don de h salvación. Como la deidad cristiana
de tu gracia et merce" (CPal, p. 255). en la especulación teológica, la dama es una abstracción
moral: el foco de veneración, contemplación y meditación
Además de adoptar el tono penitencial de los salmos para
de todo cortesano que aspire a bien amar. El Marqués
expresar el rendimiento que se siente frente a la dama,
de Santillana demuestra claramente la dimensión ideoló-
en ciertas ocasiones se glosan los mismos textos sagrados.
gica de su señora cuando pinta sus virtudes en términos
Diego de Valera y Mosén Gacull, por ejemplo, hacen
trascendentes y metafísicos en uno de sus sonetos. Dice
comentarios eróticos escandalosos a los siete salmos peni-
don Iñigo:
tenciales (véase, por ejemplo, CG, número 936); y para
relatar su desamparo y desesperación, Garcí Sánchez de Quando yo so delante aquella donna
Badajoz glosa eróticamente una de las más famosas obras a cuyo mando me sojudgo Amor,
de la literatura consolatoria medieval cristiana, La Magna cuydo ser uno de los que en Tabor
vieron la grand claror que se razona.
Moralia de San Gregorio (CG, número 271). La literatura
de la religión de amor también tuvo un decálogo. Juan No hay la menor duda, la dama del Marqués es una figura
Rodríguez del Padrón, el Moisés de ¡os enamorados, pro- redentora equiparada con Cristo cuando se transfiguró
clamó sus "Diez mandamientos de amor" (CG, número frente a los tres discípulos en el Monte Tabor (Mateo 17,
167). En esta composición el dios de amor se le aparece 1-8). En este soneto Dios es desplazado y la mujer se con-
al poeta con dos espadas ardientes en la mano y le presenta vierte en el avatar de una nueva forma de vida que pone
el decálogo erótico. Por otra parte, Rodríguez del Padrón al ser humano en el centro de un universo secularizado.
también escribió "Los siete gozos de amor" (CG, número En un molde de evidentes resonancias místicas se exaltan
165), un poema calcado sobre la tradición popular de las ahora no las virtudes teologales sino las gracias sociales:
siete alegrías de la Virgen que aparecen en los evangelios la gentileza, la lozanía, la belleza y la dulce conversación.
apócrifos. En los dos últimos tercetos, Santillana insiste en que:
El deseo de vincular el amor profano al amor sagrado El su grato fablar dulce, amoroso,
fue tal que inclusive hubo una orden de enamorados en es una maravilla ciertamente,
que profesó, por ejemplo, Jorge Manrique prometiendo de e modo nuevo en humanidad:
el andar suyo es con tal reposo
.. .mantener honesto e manso, e su continente,
continua pobreza que, libre, vivo en captividad.12
d'alegría y de plazer,
pero no de bien querer, Al adoptar la terminología y la mitología del cristia-
ni de males, ni tristeza: nismo, el amor se codifica, se convierte en un sistema
que la regla no lo manda, coherente, se transforma en rito—lo que hoy llamamos
ni la razón no lo quiere, cortesía. Adquiere toda una estructura ética basada en
que quien en tal orden anda penas y galardones semejante a la de la religión. El amor
s'alegre mientra biuiere. (CG, número 193)
profano se constituye, pues, no en una religión alternativa
Los devotos de esta religión tenían sus horas canónicas, sino en una definida forma de vida secular enormemente
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atractiva y que en el ámbito de la cultura erudita de fines groso hacia la blasfemia y la apostasía.
de la Edad Media suplanta al cristianismo como fuente de La paganización del cristianismo en el amor cortés creó
inspiración ética y estética. para muchos pensadores un caos de valores, puesto que
Las comparaciones y los poemas eroticorreligiosos repre- en los medios literarios la moralidad cristiana y la preemi-
sentan un microcosmo de la atmósfera espiritual del siglo nencia de Dios se relegaban a un lugar secundario, mientras
xv. En ellos vemos la síntesis y, a la vez, la pugna entre el foco de interés cambió a la pasión y el sofisticado arte
lo medieval y lo renacentista—el espíritu antropocénrrico de seducción simbolizado en el rito del amor y la apoteosis
moderno en gestación y rebelión dentro de hormas medie- de la mujer. No es de extrañar por lo tanto, que a partir
vales y teológicas. En fin, el fenómeno es sintomático del momento de mayor identificación del amor con la
de una crisis de creencia y ortodoxia cristianas que sacudió religión y la dama con Dios comienza a desarrollarse una
la vida del cuatrocientos, y prueba de una sociedad cuyos concertada corriente literaria paralela en que se presenta
valores estaban en fermentación. En el sincretismo de esta un estereotipo femenino negativo—uno que busca com-
literatura se observa la ética del hombre castellano en plena batir y contradecir las blasfemias y transgresiones doctri-
transición, el momento preciso en que ya las cosas de este nales del amor cortés. Para el Arcipreste de Talavera,
mundo llegan a ser tan atractivas como las del más allá. testigo al ambiente hipererotizado de la corte de Juan II,
Por supuesto, ésta es la actitud clave que medio siglo más la mujer, lejos de ser un dios, es una arpía locuaz que ator-
tarde desemboca en la revolución ética y espiritual que menta al hombre,16 y sin duda estuvo pensando en el error
hoy llamamos el Renacimiento. El amalgama del amor doctrinal del amor cortés cuando escribió su Corbacho.
profano y la religión es, por consiguiente, un hecho repleto El tema unificador de esta obra antifeminista es el primer
de resonancias prehumanísticas que anuncian un cambio mandamiento del decálogo que amonesta sólo el amor a
de orientación vital. Demuestra que el vínculo moral de Dios. En varias ocasiones el autor propone que el amor
mayor importancia no es ya el que existe entre el hombre humano lleva a la idolatría: "pues, faser dioses estraños
y Dios, sino el que une a dos seres humanos, el hombre e ydolatrar, bien cabsa el amor" (p. 62); y concluye que
y la mujer. "aquel que hama otro o a otra más que a Dios, desprecia
el criador e prescia mucho a la criatura; desecha la virtud
Peter Dronke se ha resistido a aceptar la idea que la clara
e hama el pecado, e demás viene contra su primer manda-
identificación entre el amor y el culto cristiano en el amor
miento" (p. 88).
cortés fuese tomado en serio como peligro doctrinal.13 No
obstante, en España ciertos testimonios contemporáneos El autor del primer acto de La Celestina, otra obra de
a esta lírica parecen indicar que, aunque no se consideraba carácter misógino, indudablemente tenía presente la sacri-
como algo herético strictu sensu, sí se veía como una peca- lega asociación entre el amor y la religión. Es bien sabido,
minosa forma de heterodoxia. Francisco Vaca, por ejem- por ejemplo, que al decir Calisto que no es cristiano sino
plo, censura a Antón de Montoro por haber comparado Melibeo, Sempronio le reprocha y le acusa de ser hereje.17
a la reina Isabel con la Virgen María y demuestra una Pero es Luis de Lucena, el archimísógino de la literatura
vigorosa oposición moral a la síntesis eroticorreligiosa. castellana, el que más enérgicamente condena la religión
Consciente de las implicaciones teológicas de las hipérboles erótica y rechaza la divinización de las mujeres. En su
de Montoro, Vaca le amonesta: "preguntad sin más porfía/ Repetición de amores Lucena censura los fieles de la reli-
nuestra Santa Theología / lo que determina en esto" (CG, gión de amor y termina exclamando: "¡Aquesto cierto
número 127). devríe a todos los cristianos hazer se dexasen de tan ilícitos
18
Pero son los moralistas y los clérigos quienes levantaron amores y darse a servir solamente a Dios!"
una fuerte denuncia contra la religión de amor. En un El antifeminismo de la literatura castellana del siglo xv,
famoso pasaje de su Vita Christi, Fray Iñigo de Mendoza tantas veces notado y tan poco entendido, tiene un funda-
impreca contra el error doctrinal del sincretismo del amor mento cristiano y un estrecho vínculo con el amor cortés,
cortés. Para él, el servicio de amor de que habla la lírica puesto que es inspirado en buena parte como reacción a
cortesana es una idolatría puesto que una de sus fórmulas los excesos del sincretismo del amor y la religión. El tema
más comunes es la comparación de la amada con Dios.14 predominante de todas las obras misóginas de esta época
El anónimo y ascético Libro de la consolación de España es la censura de aquellos que proclaman la superioridad
(mediados del siglo xv) también censura la relajación de la mujer frente a Dios y pervierten la literatura, los
moral y el error de la casuística amorosa cortesana conde- mitos y ritos cristianos al hacerlo. En las letras del cuatro-
nando fuertemente a aquellos que en su entusiasmo amo- cientos la misoginia representa una postura moral tradi-
roso llegan a decir a los amantes "que aman a ellas o ellas cionalista que trata de retornar la mujer a su inferior puesto
a ellos que non a El, e gósanse los oyentes dello, e esto por acostumbrado respecto al hombre dentro del pensamiento
darse a conoscer quanto es lo que aman e quieren."15 No cristiano. Es un iconoclasmo fervoroso que busca estrujar
cabe duda, pues, que en ciertos círculos se reconocía y se el falso ídolo femenino erguido por la ya casi secularizada
reaccionaba adversamente contra las implicaciones doctri- cultura prerrenacentista española. Es decir, los moralistas
nales heterodoxas de este estilo literario. Se sabía que una que rabiaban contra las mujeres intuían la significación
ideología que exaltaba primariamente a la mujer, la pasión, trascendente de los síntomas de amor cortés y vislumbra-
las convenciones sociales y el amor humano con léxico y ban el último paraje de su irreverencia: sabían que en esta
en contextos cristianos representaba un primer paso peli- elegante moda cortesana que dignificaba al ser humano
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a través de la deificación de la hembra se escondían las mente literarias, y es un hecho que nos ofrece una multi-
simientes de las fuerzas heterodoxas que, al fin de cuentas, plicidad de actitudes que sirven para valorizar la evolución
transformarían la iglesia y la teología medievales en insti- y contextura de la cultura española en los albores del Rena-
tuciones desgastadas que tendrían que ajustarse a la nueva cimiento. El choque entre el amor cortés sincretizado y la
sensibilidad secular renacentista. El debate pro y antife- moral cristiana en el siglo xv señala uno de los primeros
minista de la literatura castellana del siglo xv tiene, por conflictos entre la ideología moderna y la medieval.
consiguiente, raíces éticas y religiosas además de pura-
Georgetovm University

1
Historia de la poesía lírica a lo divino en la cristiandad occidental » Cancionero de Palacio, ed. F. Vendrell de Millas (Barcelona, 3945),
(Madrid, 1958), p. 40. pp. 128-9. Las demás citas del Cancionero de Palacio se incluirán dentro
2
The Allegory of Lave (London, 1953), p. 20. del texto y serán identificadas con la sigla CPal.
3 10
Véase "Courtly Love in the Spanish Cancioneros" en The Literary Véase el número 191 del Cancionero General de Hernando del
Mind of Medieval and Renaissance Spain (Lexington, Kentucky, 1970), Castillo, ed. J.A. Balenchana, SBE (Madrid, 1882). Las citas subsi-
pp. 40-92, pero especialmente las pp. 42-6. guientes de este cancionero en adelante serán incorporadas al texto e iden-
4
"La hipérbole sagrada en la poesía castellana del siglo xv," RFH, tificadas con la sigla CG.
11
8 (1946), 121-30. Véase Cancionero castellano del siglo XV, ed. R. Foulché-Delbosc
5
Al hablar de las parodias religiosas de los cancioneros, Menéndez (Madrid, 1912-1915), números 224, 894, y 1048 respectivamente.
12
y Pelayo, entre muchos otros críticos, llega a la conclusión que "no Obras del Marqués de Santillana, ed. J. Amador de los Ríos (Ma-
prueban otra cosa que el detestable gusto de sus autores, y no se les debe drid, 1852), p. 281.
dar más trascendencia ni alcance que éste," Antología de poetas líricos 13
Medieval Latín and the Rise of the European Love Lyric (Oxford,
castellanos. Edición Nacional (Madrid, 1944), II, p.10. 1965), I, pp. 64-80, 87-97.
6 34
En su artículo citado, María Rosa Lida declara que la hipérbole Véase Julio Rodríguez-Puértolas, fray Iñigo de Mendoza y sus
sagrada "no es.. .accidente de decadencia" y lo atribuye en parte a "la "Coplas de Vita Christi," (Madrid, 1968), pp. 485, 488, 489.
irrupción de los conversos en la sociedad cristiana" (p. 130). R.O. Jones, 15
Ed. Julio Rodríguez-Puértolas, en Miscelánea de Textos Medie-
sin embargo, se ha negado a aceptar el vínculo entre los conversos y la vales, 1 (1972), pp. 204-5.
proliferación de la hipérbole sagrada. Véase su "Isabel la CatóJica y el 16
amor cortés," RL, 21 (1962), p. 58. No obstante, ). B. Avalle-Arce Sobre el arcipreste, el amor cortés, y el antifeminismo, véase nues-
recientemente ha vuelto a insistir en el enlace entre la poesía sacroprofana tro Alfonso Martínez de Toledo (Boston, 1976). Las siguientes citas de
y Ja emergencia de los conversos. Véase su Tenias hispánicos medievales Arcipreste de Talavera serán déla edición de J. González Muela (Madrid,
(Madrid, 1974), pp. 309-10. Aunque sin duda el auge de los conversos 1970).
17
contribuyó a la confusión espiritual de la segunda mitad del siglo xv, no Sobre la poesía eroticorreligiosa y La Celestina, véase María Rosa
creo que se pueda hablar de una intención maliciosa al cultivar ellos la Lida de Malkiel, La originalidad artística de "La Celestina," 2a. ed.
hipérbole sagrada. (Buenos Aires, 1970), pp. 367-9.
7 18
The Waning of the Middle Ages (New York, 1954), pp. 151-2. Repetición de amores, ed. Jacob Ornstein (Chapel Hill, North
8
Véase Jules Picáis, "La Misa de amores de Juan de Dueñas," NRFH, Carolina, 1954), p. 74.
14 (1960), pp. 323 y ss.

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