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Señor Juez:
I.- PERSONERIA
Tal como acredito con la Carta Poder para juicios laborales que acompaño, soy
apoderado del Sr. NORBERTO RAUL AGUERO, titular del D.N.I. 24.179.426, de
nacionalidad argentino, de estado civil casado, con domicilio real en Calle 827 número
2223, de la Localidad de San Francisco Solano, del Partido de Quilmes, de la Provincia
de Buenos Aires.
Declaro bajo juramento que el mandato conferido subsiste y que el mismo se
encuentra vigente en todas sus partes
II.- OBJETO
Que vengo por medio del presente a iniciar formal demandada contra CAMINOS
PROTEGIDOS ASEGURADORA DE RIESGOS DEL TRABAJO S.A., con
domicilio en la calle Bernardo de Irigoyen 682, de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.
Por la suma de Pesos Cuatrocientos Sesenta y Cuatro Mil Catorce con 02/100 ($
464.014,2.-), o lo que más o menos resulte de la prueba a producirse en autos, sus
intereses y costas, en concepto de indemnización por accidente de trabajo, basado en los
conceptos que se detallaran en la liquidación y de acuerdo a las circunstancias de hecho
y consideraciones de derecho que seguidamente se expondrán.
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75, inc. 12 – (fallos: 248:781, 782, considerando 1º y sus citas). De igual manera
corresponde discurrir respecto de la ley 24028, que sustituyó a la ley 9688.
A su turno, contemporáneamente con la incorporación del art. 14 bis a la ley
Fundamental, que introdujo los derechos relativos al trabajo y la seguridad social,
fue agregado provisoriamente, el código “del trabajo y seguridad social” a la nómina
de materias contenida en el Art. 67, Inc. 11. de tal suerte, la normativa concerniente a
las dos mencionadas ramas jurídicas quedó, expressis verbis, integrada en el conjunto
de aquellas otras que, si bien son del resorte legislativo del Congreso de la Nación, no
alteran “las jurisdicciones locales, correspondiendo su aplicación a los Tribunales
federales o provinciales, según que las cosas o las personas cayeren bajo sus
respectivas jurisdicciones” (Art. 67, Inc. 11, actual 75 Inc. 12).
El Art. 116 de la Constitución Nacional (anterior art. 100) no es sino un explícito
reforzador de la antedicha directriz, esencial de la forma federal que la Nación
Argentina adoptó para su gobierno (Constitucional Nacional, Art. 1), desde el
momento en que la competencia de esta Corte y de los tribunales inferiores de la
Nación se extiende al conocimiento y decisión de todas las causas que versen sobre
puntos regidos, inter alia, por las leyes de la nación”, “con la reserva hecha en el Inc.
12 del Art. 75”. De ahí que, desde su instalación, la corte haya sostenido que la
competencia de los tribunales federales es, por su naturaleza, restrictiva, de excepción
y con contribuciones limitadas a los casos que menciona el Art. 100 –actual Art. 116-
(fallos: 1: 170; 190:170; 283:429 y 302:1209, entre muchos otros), tal como, por lo
demás, lo establece la ley 27, e incluso la ley 48 para lo concerniente a la competencia
apelada extraordinaria del tribunal (Art. 15). El Art. 121 de la Constitución Nacional
(originario Art. 104) se emplaza en la misma línea.
Más aún; la reforma de la Constitución nacional producida en 1994 no ha hecho
más que profundizar este principio arquitectónico de nuestro orden constitucional, al
precisar, como ya lo había puesto en claro la jurisprudencia del Tribunal (fallos:
248:781, 782, considerando 1º, sus citas y otros), que el dictado de las normas
mentadas en el art. 75, Inc. 12, podía asumir, sin mengua de su naturaleza común, la
forma de cuerpos unificados o separados”.
Que, por ende, no es constitucionalmente aceptable que la Nación pueda, al
reglamentar materias que son como principio propias del derecho común, ejercer una
potestad distinta de la que específicamente le confiere el citado Art. 75, Inc. 12. Lo
contrario implicaría tanto como reconocer que las pautas limitativas que fija la
Constitución Nacional cuando se trata de derecho común, referentes a la no
alteración de las jurisdicciones locales y a la aplicación de esas leyes por los
Tribunales de provincias si las cosas o las personas cayeran bajo sus respectivas
jurisdicciones, pueden ser obviadas por la sola voluntad del legislador (fallos 271:
206, 209, considerando 4º…6º).
Que, en tal orden de ideas, la Ley de Riesgos del Trabajo no satisface los mentados
requerimientos. En primer lugar, la norma no contiene disposición expresa alguna
que declare federal el régimen de reparaciones del sub lite (doctrina de fallos
248:781, 783, considerando 3º).
Asimismo, es perfectamente trasladable al presente litigio la doctrina enunciada
por el tribunal a propósito de la Ley 9688: “la circunstancia de que la ley haya
adoptado formas o bases nuevas para reglar relaciones de derecho privado nacidas de
accidentes de trabajo por ser insuficientes las adoptadas en el código Civil a las
modernas necesidades creadas por el progreso industrial, no le quita ni puede
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quitarle a su carácter de ley común destinada a reglar derechos particulares,
cualquiera que fuese la denominación que se les dé” (fallos: 126:325, 329)…”.
A mayor abundamiento cabe agregar que recientemente nuestro máximo tribunal en
el fallo “Marchetti, Néstor Gabriel c/ La Caja A.R.T. S.A. s/ Ley Nº 24.557”, se
planteo la siguiente situación:
El Sr. Marchetti, se presento ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia del
Trabajo Nº 78, con el objeto de que se reparen los daños sufridos en el accidente de
trabajo que oportunamente padeciera, basando su reclamo en los términos de la Ley
24.557, con el correspondiente planteo de inconstitucionalidad de varios de sus artículos
entre los cuales se encontraba el Art. 46 del mentado cuerpo legal. Así las cosas el
Juzgado Nº 78 del fuero declinó conocer por considerar abstractas las objeciones del
actor relativas al trámite previsto en la Ley de Riesgos del Trabajo (fs. 89);
temperamento, en definitiva, confirmado por la Cámara foral con énfasis en que la
actora, en un principio, transitó el procedimiento reglamentado por la Ley Nº 24.557.
A su vez, la Cámara Federal de la Seguridad Social, Sala III, se inhibió, igualmente,
con apoyo sustancial en la doctrina emanada del precedente de Fallos: 327:3610
("Castillo") (cfse. fs. 110).
En tales condiciones, se suscitó un conflicto -negativo- de competencia lo cual llevo
a nuestro máximo tribunal a dirimir la cuestión, en el marco del artículo 24, inciso 7, del
Decreto-Ley Nº 1285/58, en la versión de la Ley Nº 21.708.
Ante la situación planteada la Sra. Procuradora Fiscal determino, “Cabe recordar, en
primer término, que V.E. tiene reiteradamente dicho que para determinar la
competencia corresponde atender de modo principal a la exposición de los hechos
que el accionante hace en la demanda (v. Fallos: 324:647, 1477, 2736; entre otros).
En base a ello, como se expuso, la pretensora formalizó un planteo dirigido a obtener
el resarcimiento de los perjuicios invalidantes padecidos en un accidente de trabajo
(cfse. fs. 8vta.)
En las condiciones descriptas y a tenor de la doctrina sentada por V.E. en Fallos
327:3610 ("Castillo") -al que corresponde remitir, en todo lo pertinente, por razones
de brevedad- en orden a la naturaleza común de la legislación en materia de los
riesgos del trabajo, incumbe señalar que el caso resulta ajeno a la excepcional
competencia de la justicia federal.
Procede concluir, entonces, en un supuesto en que se demanda a una "entidad de
derecho privado", como son las aseguradoras de riesgos del trabajo, a propósito de
un planteo basado en disposiciones de naturaleza común, laboral o de la seguridad
social (cf. Fallos: 327:3610, cons. 6º), que el presente reclamo deberá proseguir su
trámite por ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia del Trabajo Nº 78, al que
habrá de remitirse, a sus efectos (En análogo sentido, S.C. Comp. Nº 1922, L. XL;
"Saldaño, Carlos Roque c/ Provincia ART S.A. s/ cobro de sumas de dinero", del
09.08.05).Dra. Marta A. Beiró de Goncalvez. (Procuradora Fiscal Subrrogante).
Ante dicho dictamen los integrantes de nuestro Máximo Tribunal resolvieron:
“Buenos Aires, 4 de diciembre de 2007. Autos y Vistos: De conformidad con lo
dictaminado por la señora Procuradora Fiscal Subrrogante, se declara que resulta
competente para conocer en las actuaciones el Juzgado Nacional de Primera
Instancia del Trabajo Nº 78, al que se le remitirán, por intermedio de la Sala IV de la
cámara de apelaciones de dicho fuero. Hágase saber a la Sala III de la Cámara
Federal de la Seguridad Social. ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI – JUAN
CARLOS MAQUEDA - E. RAUL ZAFFARONI - CARMEN M. ARGIBAY.”.-Según
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fallo (Marchetti, Néstor Gabriel c/ La Caja A.R.T. S.A. s/ Ley Nº 24.557 S.C. Comp.
Nº 804, L. XLIII. CSJN).
Por lo relatado, ha quedado debidamente fundamentado que V.S. resulta competente
para la dilucidación de la acción aquí planteada.
V.- JURAMENTO
Esta demás señalar que el mismo ingreso a trabajar para la mencionada firma en
óptimas condiciones físicas, máxime la actividad que desarrolla para la empleadora, la
cual requiere estar en plena actitud física y psíquica.
El actor prestaba su labor para la demandada durante cinco días y medio a la semana
y luego descansaba por 36 horas, el horario depende del destino que el empleador le
asigne, por ejemplo si el destino asignado es la Provincia de Tucumán, el trayecto hacia
allí le lleva al actor 18 horas de viaje conduciendo el camión transportando el gas,
conduciendo el primer día 9 horas y el segundo día 10 horas para llegar al referido
destino, (dos días para llegar a destino y dos días para retornar), esa es la modalidad de
trabajo del actor por lo que no tiene un horario fijo a cumplimentar.
El actor con fecha 2 del mes de noviembre del año 2016, en ocasión que se
encontraba trabajando para su empleador en Shell Gas ubicada en la calle Genova de la
Localidad de Dock Sud (donde deja habitualmente el camión que el actor conduce
diariamente), siendo aproximadamente las 10:00 horas, cuando su empleador le ordena
que se dirija a la Estación de Servicio 2000 Shell, ubicada a unos tres kilómetros de
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Shell Gas (lugar de carga de gas en los camiones para su distribución) vaya en busca de
dos baterías nuevas, dirigiéndose con su automóvil particular.
Al llegar a la Estación de Servicio 2000 Shell retira las dos baterías cuyo peso es de
aproximadamente entre 55 kg a 70 kg c/u cargando una por vez y trasladándolas hacia
su automóvil que se encontraba estacionado a unos 70 metros aproximadamente. Una
vez puestas las baterías en el baúl de su automóvil se dirige hacia Shell Gas donde se
encontraba estacionado el camión.
El actor carga nuevamente cada una de las baterías sacándolas del baúl de su
automóvil y las traslada hacia el camión para realizar el cambio de las viejas baterías
por éstas nuevas que retiró de la Estación de Servicio 2000 Shell.
Es dable remarcar que para realizar el cambio de las baterías en el camión que
diariamente conduce el actor, debe cargar las baterías y levantarlas hasta una altura
aproximada de 1 metro 20 centímetro que se encuentra en el chasis del camión.
Finalizada dicha labor encomendada por su empleador se dirige a un taller mecánico
para reparar algún sector del camión, en circunstancias que procedía a bajar del camión
sintió un fuerte y doloroso tirón en la zona de la columna produciéndole una prolongada
inmovilidad, no pudiendo movilizarse del camión por un par de horas, y una vez
finalizado el trabajo del mecánico, con mucho dolor y reducida movilidad en la zona de
la columna, de todas maneras conduce el camión hasta dejarlo en la Puerta de Shell Gas.
A continuación pone en conocimiento a su empleador de la dolencia en su columna,
procediendo éste a efectuar la denuncia correspondiente por ante la Aseguradora.
El Sr. Agüero se dirige al prestador médico indicado por la ART, al momento de
recepción de la denuncia, Belgrano 964 Medicina Laboral SA, sito en la Camino
General Belgrano 964 de la Localidad de Quilmes de la Provincia de Buenos Aires
A raíz del accidente en cuestión y atento el profundo dolor que siente a la altura de
su columna, produciéndole además entumecimiento de la zona del cuello, y conmoción
generalizada producto del gran esfuerzo que a diario realiza en su trabajo, consistente en
cargar y descargar en forma continua y repetitiva cosas pesadas durante su extenuado
viaje, como por ejemplo levantaba una herramienta llamada brazo largo que pesa
aproximadamente 70 a 100 kg, cambiar los neumáticos lo que implica la carga y
descarga de aproximadamente 90 a 120 kg que pesa el neumático para que los arme la
gomería y luego el actor los carga al porta auxilio, es asistido por la A.R.T., aquí
demandada.
Caminos Protegidos A.R.T. S.A., le asiste en el prestador médico Belgrano 964
Medicina Laboral SA, allí se lo trata por lesión de lumbalgia post esfuerzo, le practican
RX y le colocan una inyección para calmar el dolor en la zona de la columna.
Finalmente le otorgan alta médica con fecha 10 de noviembre de 2016, con indicación
de retorna a su trabajo el día subsiguiente. Asimismo lo deriva a su Obra Social a los
fines de su recuperación y rehabilitación de la lesión padecida producto del accidente de
trabajo, haciéndolo y tras algunos estudios médicos –radiografías y resonancia
magnética- diagnosticaron médicos de la Obra Social de Choferes de Camiones
(OSCHOCA) que el Sr. Agüero padece la enfermedad hernia de disco.
Pero el dolor en la región cervical no cesó con el insuficiente tratamiento brindado
por el prestador médico de la demandada, igualmente se le entumecía la zona del cuello,
con dolor, y se le producía adormecimiento de las extremidades superiores, en la zona
de los dedos y manos. Esto resultaba más grave, ya que la actividad propia le agravaba
la lesión.
Una vez otorgada el alta médica por parte de la ART demandada, el empleador del
actor en fecha 23 de diciembre de 2016 le ordena que asistiera al médico laboral de la
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empresa “CentraLab” ubicado en Callao 25 Piso 2ª de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, quien le diagnosticó hernia de disco y a fin de no agravar la lesión del actor le
recetó “no hacer fuerza, no manejar muchas horas y realzar tratamiento kinesiológico”
Actualmente el actor padece hernia de disco, como consecuencia de la carga y
descarga de materiales de gran peso y la actividad misma de conducir por más de ocho
horas diarias un camión con destinos a las Provincias de nuestro país, todas estas
posiciones viciosas y repetitivas provocaron en el actor la enfermedad laboral que aquí
se reclama en ocasión de su trabajo y como consecuencia de varias de las actividades
riesgosas realizadas a diario sin ninguna clase de elementos de protección.
Es decir que el hecho daños de autos se ha dado en el marco de la llamada
enfermedad laboral –hernia de disco- (art. 6 apartado 2 LRT), vale decir que la ley es
'cerrada' sólo para los trabajadores que padecen enfermedades incluidas en el listado y
que acceden a las prestaciones y esta solución se condicen con la ecuación financiera
que subyace en el vínculo oneroso que une al empleador con la aseguradora. La norma
no presenta una redacción demasiado feliz, de manera que las leyes deben ser
interpretadas tratando de encontrarles un punto de coherencia con la Constitución
Nacional, siempre que la textura abierta de su lenguaje permita darle un alcance de
razonabilidad y no se condice con las disposiciones de nuestra Carta Magna de tutela de
los trabajadores y de garantía del "alterum non laedere " (art. 14 bis, art. 17 y art. 19 de
la C.N.) una hermeneútica que implica, en los hechos, que un trabajador dependiente,
dañado por el empleador, carece de derecho al 'integrum restituto'."
El actor en todo momento cumplió con lo dispuesto por la ley de Riesgos del
Trabajo, atento se sometió a las precarias atenciones y tratamientos que le fueran
indicados por el prestador que lo tiene afiliado, designado por la demandada (que fueron
prácticamente escasos,), cuando ante el padecimiento, el tratamiento suministrado se lo
consideró insuficiente.
Actualmente el Sr. Agüero padece dolor a la altura de su columna y cintura, con
movilidad reducida en dicha zona, contracturas habituales y periódicas, mareos, dolor y
adormecimiento de la pierna izquierda provocando disminución en la funcionalidad de
la misma y otras veces sucede lo mismo con la pierna derecha, como asi también el
adormecimiento de las extremidades superiores en la zona de los dedos de ambas
manos, todo consecuencia directa de la lesión sufrida, esta afección es habitual en este
tipo de patologías y la misma persiste consolidado el daño.
Destáquese que a su ingreso a trabajar a la empresa Transportadora Bonaerense S.A.,
en fecha 2 de mayo de 2011, el actor gozaba de muy buena salud, y no poseía ninguna
lesión a nivel de columna vertebral, mucho menos aún, se encontraba afectada su
columna a nivel cervical, y por el periodo que fue entre el ingreso citado, y la del
accidente de autos – (02/11/2016)-, desarrollo todas las tareas para su empleador sin la
menor dificultad física.
Como surge de lo hasta aquí expuesto, el accidente perturbó súbitamente el
equilibrio físico del que gozaba mi poderdante antes del hecho. Producto de la lesión
sufrida y el reposo que debió guardar, su vida cotidiana se ha visto alterada, ya que no
solo no pudo asistir a su lugar de trabajo, sino que también se vio impedido de realizar
de manera habitual sus actividades recreativas como por ejemplo deportes, sociales
como por ejemplo caminar o trotar, debido a la dificultad que presenta para desplazarse.
El actor sufre un accidente de trabajo, el cual ha sido reconocido por la demandada,
entre otras cuestiones porque: La demandada jamás ha rechazado a la fecha, el siniestro
de autos, por cuanto y atento ya no lo ha hecho en tiempo y forma oportuna (cfr Dec
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717/09, Art 6º párrafo segundo texto según Art. 22 del Dec 491/97), ello implica una
aceptación del hecho dañoso que nos ocupa en los términos del Dec 491/97.
Por otro lado no solo le otorgó todas las prestaciones médicas que le corresponde
conforme a derecho, sino que le dio el alta médica derivándolo a su Obra Social a los
fines de su recuperación y rehabilitación.
Iniciado el procedimiento de conciliación laboral ante el SECLO, la accionada se
negó rotundamente a reconocer cualquier tipo de indemnización.- (se adjunta acta de
cierre de audiencia).
En mérito de lo arriba descripto, mi poderdante me ha dado instrucciones para llevar
su caso ante V.S., con el fin que por medio del reclamo ante el juez natural, con las
garantías del derecho de defensa y el debido proceso, y con la asistencia letrada de las
partes, se determine la verdadera incapacidad sufrida por el mismo.
Persiguiéndose por la presente el resarcimiento conforme la indemnización tarifada
calculada conforme el método previsto por la Ley 24.557, con las modificaciones de la
ley 26.773, encontrándose el empleador del actor afiliado al régimen obligatorio
dispuesto por la L.R.T., y los costos de tratamiento médico futuro necesarios, con más
intereses, costos y costas.
Se estima que el actor padece una INCAPACIDAD FISICA DEL 20 %
DE LA TOTAL OBRERA.
Puede hablarse de daño Psíquico en una persona, cuando esta presenta un deterioro,
una disfunción, un disturbio o trastorno, o desarrollo psicogénico o psico-orgánico que,
afectando sus esferas afectivas y/o intelectiva y/o volitiva, limita su capacidad al goce
individual, familiar laboral, social y/o recreativa, siendo oportuno tener presente que
cada ser humano tiene su peculiar campo de "tarea" y/o cualquier "quehacer vital" o –
también- "capacidad de goce", diferenciándose de las demás personas, no solo en su
extensión, sino también en cuanto a su compresión, término este que, en lógica menor-
conforme lo propone el diccionario de la lengua de castilla en su segunda acepción-,
implica al "conjunto de cualidades que integran una idea o concepto" (Conf. Mariano
N. Castex, hacia una definición del daño psíquico", comentario al seminario sobre
el traumatismo de cráneo- encefálico en medicina y psicología Forense Académica
Nac. De Ciencia, Nov. 1989, Bs. As. Y en actualizaciones en Medicina y Psicologías
Forenses N° 3, Academia Nacional de Ciencia de Buenos Aires, 1989/90.
El daño psíquico, ya que podrá verificarse que el hecho produjo una perturbación
patológica de la personalidad alterando el equilibrio, quebrantando la normal reacción
frente a contingencias habituales en la existencia, las que, probablemente de no haberse
ocasionado el evento hubiera repercutido de manera distinta, entendido como secuela
patológica derivada de un hecho, que no corresponde confundirlo con las afecciones que
configuran "el daño moral". (CNCiv. Sala K 2001/10/30 M.M c. Demirdjian Juan y
otros) LL 2001-F, 715.
Esta situación se agrava si tenemos en consideración el temor cierto sobre su futura
reinserción laboral con la disminución en su capacidad laborativa que presenta,
imprescindible para asegurar su futuro.
Cuando se sufre una lesión en cualquier parte del cuerpo y se enfrenta situaciones
límite como las de autos, la psiquis acusa el impacto e inmediatamente comienza con el
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proceso de elaboración con la finalidad de lograr nuevamente el equilibrio
momentáneamente perdido.
Este proceso por lo general es lento y trabajoso, y requiere que el accidentado se
someta a un tratamiento terapéutico - psicológico con la intención de ayudarlo y
prevenirle futuras complicaciones, como así también la reinserción social.
Se ha estimado que una terapia adecuada deberá continuar en dos sesiones semanales
durante al menos 1 años, ya que está comprobado que las patologías que presenta mi
mandante no remitirán espontáneamente.
El daño psicológico como secuela postraumática de índole patológica que produce
la perturbación del equilibrio emocional y espiritual de una persona víctima de un hecho
traumático, debe ser indemnizada en su totalidad teniendo en cuenta no solo la
incapacidad psicológica que ha dejado como secuela en el agente sino también los
gastos del tratamiento al que deberá someterse a fin de superar la misma.
Se ha dispuesto que "como toda disminución de la integridad física humana es
materia de obligado resarcimiento, ha de reconocerse que cualquier merma de las
aptitudes psíquicas de un individuo constituye también un daño resarcible, las neurosis
postraumáticas- especificas o inespecíficas- médicamente encuadran en las secuelas
posibles de un accidente, siendo variables según los casos y pudiéndoselas clasificar
mas allá del área neurológica, en neurosis de angustia, obsesivas y depresivas" (conf.
CNCiv. Sala B, 28.11.874 LL1975 A-688).
Respecto de la reparabilidad de los gastos que deparara el tratamiento psiquiátrico, se
ha resuelto que el "detrimento patrimonial que supone un tratamiento psiquiátrico,
indispensable para reparar lesiones en la salud suficientemente comprobadas y además
económicamente mensurable, configura un daño cierto, aunque las erogaciones
respectivas puedan o deban tener lugar en todo o en parte, en tiempo ulterior" (CNFede.
Civ. Y Com. Sala II, 10.04.81, JA 1981- IV –470).
Es de destacar que aparte de seguir padeciendo fortísimos dolores en la zona
afectada, no ha recuperado esa confianza necesaria para desenvolverse en la faz laboral
como privada, por los dolores lógicos que padece producto de la lesión que el accidente
de trabajo le produjo, a lo cual debe agregarse el riesgo lógico de volver a sufrir un
accidente de tránsito o lo que es aun peor que le produzca un agravamiento de la
cervicalgia en la zona de la columna que ya tiene producto del accidente de autos,
deberá tomar en cuenta V.S. y como anteriormente mencione que el uso de su espalda
es absolutamente necesario para desarrollar la actividad laboral del actor.
En definitiva, considero que el accidente que padeció el actor le causa
secuelas psicológicas del orden del 10 % esta es causa directa del
accidente de trabajo oportunamente denunciado, el cual deberá resarcirse por la
ART demandada en autos.
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Al respecto la CSJN ha señalado en el precedente “Aquino Isacio c/ Cargos
Servicios Industriales SA” entre otros, que la normativa cuestionada altera
profundamente los principios, derechos y garantías en que se basa nuestra ley
fundamental. En especial, quebranta los principios de no discriminación consagrado en
el art. 16 de la CN y del derecho de defensa en juicio conforme el art. 18 CN, del art. 14
bis CN en cuanto cercena el derecho a una reparación integral, el art. 19 CN en cuento
se funda en el principio de “no dañar a nadie”, el art. 17 CN referido al derecho de
propiedad en un sentido amplio, etc.
En su voto, la Dra. Higthon de Nolasco considero Que el impedimento de acceder a
la justicia que sufre el trabajador constituye una discriminación intolerable por su sola
condición de tal. Dice la ministra “que esa discriminación no encuentra razonable
apoyo en el texto constitucional, pues la igualdad de tratamiento ante la ley – no
exenta de razonables distinciones, según constante jurisprudencia del Tribunal- no
admite que se distinga negativamente a quienes ven lesionada su capacidad
laborativa por un infortunio, privándoles de aquello que se les concede a los restantes
habitantes en circunstancias similares. Ello debido a al ausencia de toda relación
lógica y normativa entre la condición de trabajador y la denegación de acceso a la
justicia para solicitar la aplicación del régimen general previsto en el Código Civil...”
Por su parte, los Ministros Petracchi y Zaffaroni, mencionan en su voto que la ley de
riesgos del Trabajo “ha negado a la hora de proteger la integridad psíquica y moral
del trabajador, frente a supuestos regidos por el principio “alterum non laedere”, la
consideración plena de la persona humana y los imperativos de justicia de la
reparación”.
En conclusión, el Máximo Tribunal cierra el debate y da una señal clara e inequívoca
para todos los tribunales del país de que, el art. 39 párrafo 1º de la ley es
inconstitucional, al eximir al empleador de toda responsabilidad civil mediante la
prestación del art. 15 inc. 2 segundo párrafo de la LRT.
Ha quedado definitivamente consagrado que el tema de accidentes de trabajo debe
analizarse a través de los principios de no dañar, protectorio y de razonabilidad. Por su
parte, las prestaciones dinerarias y en especie de la LRT constituyen una reparación
parcial e insuficiente de las remuneraciones del trabajador antes del infortunio como en
el caso del Sr. Addesso.
En tiempo y forma oportunos vengo a plantear la inconstitucionalidad del sistema
implementado por el art. 14.2.b LRT y del Decreto 1278/2000 modificado por el
decreto 1694/2009, en base al precedente elaborado por la Corte Suprema de Justicia de
la Nación de fecha 26-10-2004, en autos “Milone, Juan Antonio c/ Asociart SA
Aseguradora de Riesgos del Trabajo s/ Accidente Ley 9688”.
Ello por cuanto la discapacidad sufrida por el actor repercutirá no solo en la esfera
económica de la víctima, sino también en los diversos aspectos de su personalidad que
hacen al ámbito doméstico, cultural y social, con la consiguiente frustración del
desarrollo pleno de la vida (fallos 315:2834, considerando 12). Además, la
discapacidad llevara seguramente al trabajador- y en su caso, a la familia de este-, a una
profunda reformulación de su proyecto de vida para lo cual la indemnización a la que
tenga derecho se presentara como un dato de importancia inocultable por mayúsculo y
el medio reparador, de ser inadecuado, puede añadir a la mentada infracción, una nueva,
tal como sucede con el sistema originario previsto por la LRT mediante el pago en
forma de renta periódica, porque reduce drásticamente el universo de opciones que le
permitan al trabajador reformular su proyecto. El Máximo Tribunal destaco que dicha
disposición violenta el art. 14 bis de la CN que prescribe el principió protectorio y
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condiciones equitativas de valor, afecta también la libertad y por ende la capacidad
autónoma del individuo para elaborar un proyecto de vida como consecuencia de un
acto que no le es imputable, e impedírsele la perdida de disponibilidad y control de la
indemnizaciones de la que es acreedor. También la mentada norma importa un trato
discriminatorio frente a las demás categorías de dañados que pueden cobrar sus
indemnizaciones en un pago único sin imposiciones arbitrarías como dispone la LRT en
su art. 14 inc.2.b. (del fallo Milone antes citado).
Las circunstancias fácticas sobre las cuales decidió la Corte en “Milone” se reflejan
en la totalidad de los casos de altas incapacidades, como es el caso de autos, ya que el
perjuicio para las víctimas o sus derechohabientes se manifiesta siempre por cuanto las
cuotas irrisorias del sistema son insuficientes para sobrevivir, como también para que el
damnificado o sus derechohabientes, encaren una actividad productiva autónoma.
No obstante ello la corte Suprema de Justicia de La Nación mas precisamente el 24-
6-2008 en el fallo “Suarez Guimbard” declaro nuevamente la inconstitucionalidad del
pago mediante renta periódica que la LRT prevé para las indemnizaciones por
incapacidades mayores al 50% TO o muerte del y trabajador, ratificando la doctrina
fijada en el precedente “Milone”.
A mayor abundamiento, con la sanción de la cuestionada Ley 26.773, se vino a
reconocer ni más ni menos que el sistema de renta periódica importaba una franca
violación constitucional a los distintos preceptos ya enunciados, desde el momento que
su art. 17 inc.1 elimina el pago de renta periódica, transformando dichas prestaciones
dinerarias, en prestaciones indemnizatorias dinerarias de pago único.
En consecuencia, en tanto el art. 14 de la LRT consagra una solución incompatible
con el principio protectorio y los requerimientos de condiciones equitativas de labor
(art. 14 bis CN), al paso que mortifica el ámbito de libertad resultante de la autonomía
del sujeto para elaborar su proyecto de vida, e introduce un trato discriminatorio (art. 16
CN).
Por tal razón se plantea la inconstitucionalidad de dicha norma, solicitando se declare
inaplicable al caso de autos.
Cabe agregar también que vengo a plantear la inconstitucionalidad de los arts. 8,
21, 22 y 50 de la LRT por cuanto las mismas establecen la obligatoriedad de una
instancia ante las Comisiones Medicas, las que implican una atribución de facultades a
un órgano administrativo que son de índole inminentemente judicial y colocan a mi
mandante en situación de indefensión total, por los fundamentos que a continuación
expondré.
Dicho procedimiento que se efectúa ante un Organismo Público perteneciente a la
esfera del Poder Ejecutivo, afecta el sistema federal de gobierno adoptado por nuestra
CN, las facultades no delegadas por los gobiernos provinciales al Gobierno Nacional, la
exclusividad del Poder Judicial en el ejercicio de la jurisdicción, la división tripartita de
poderes, el principio de igualdad ante la ley de no discriminación.
El art. 75 Inc. 12 CN, dispone expresamente que el Congreso de la Nación, al dictar
normas referidas -entre otras materias- al Trabajo y la Seguridad Social, no deben
alterar las jurisdicciones locales, correspondiendo su aplicación a los tribunales
federales o provinciales según que las cosas o las personas cayeren bajo su respectiva
jurisdicción, por ello el Congreso al acordar funciones jurisdiccionales al Poder
Administrativo por medio de las Comisiones Medicas ha violentado lo dispuesto en la
norma constitucional.
Asimismo, la violación del acceso a la justicia, imponiendo una instancia previa
frente a la autoridad administrativa representada por las Comisiones Médicas, investidas
11
inconstitucionalmente de facultades jurisdiccionales, implica una flagrante violación a
los art. 16 y 18 de la CN. alejando al actor de sus jueces naturales e imponiéndole
cumplimentar una instancia prejudicial de la cual el resto de los habitantes se
encuentran eximidos de dar cumplimiento a fin de reclamar el resarcimiento de los
daños y perjuicios.
Evidentemente, se le otorgan indebidamente facultades jurisdiccionales a las
Comisiones Medicas, colocando a la víctima (actor) del infortunio en un virtual estado
de indefensión frente a las estructuras jurídicas y administrativas del sistema.
Además, estas Comisiones Médicas están solo integradas por médicos, designados y
dependientes del PEN y resuelven aspectos controvertidos de naturaleza jurídica, en un
verdadero juicio de conocimiento que se desenvuelve sin las garantías del debido
proceso y en abierta violación de las normas constitucionales que imponen la obligación
de no juzgar por comisiones especiales.
En tal sentido el Decreto 717/96 establece un procedimiento contencioso sin
asesoramiento letrado para el actor, con desmedidas funciones para los profesionales
médicos, VG. a) Determinar la naturaleza laboral del accidente o la enfermedad
profesional y a solicitud de la actora cuando la ART negara tal carácter (función
judicial); b) El carácter temporario o permanente de la incapacidad; c) El contenido y
alcance de las prestaciones en especie; d) la comisión medica puede homologar el
acuerdo al que hubieren arribado las partes sobre la base de “hechos” y pruebas que le
fueran sometidos a su jurisdicción y a las restantes probanzas y aclaraciones que pueda
requerir, señala el art. 19.
Al respecto, la Sala III de la C.N.A.T. ha expresado que “los arts. 21, 22 y 50
resultan violatorios de lo dispuesto por los arts. 108 y 109 de la CN puesto que sustraen
del conocimiento de los jueces las cuestiones que estos están llamados a decidir por
imperio de dichas normas, lo que vulnera el principio de división de poderes...ya que
tales controversias son sometidas al conocimiento de las comisiones medicas y de la
Comisión Medica Central, que son organismos ajenos al Poder Judicial...” “...estos
vicios no se purgan por la ulterior revisión judicial, que se prevé, aunque dichas
comisiones tienen a su cargo dirimir cuestiones ajenas al ámbito de su incumbencia,
como el carácter laboral del accidente y cualquier controversia que pudiera surgir entre
la ART y el damnificado o sus derechohabientes (Conf. C.N.A.T. Sala III, “IBÁÑEZ,
Ramón Rosa c/ Ford Argentina SA y otro s/ accidente-acción civil” sentencia 851140
del 20 de Agosto de 2003, boto preopinante Dr. Guibourg).
Siguiendo la lineatura de lo expuesto vengo a solicitar se declare la
inconstitucionalidad del art. 46 LRT. Dicha norma específicamente ha establecido la
competencia de la justicia federal, al indicar que la Cámara Federal de la Seguridad
Social, es la encargada de efectuar la revisión judicial de la etapa administrativa.
Sin embargo, de la lectura del art. 75 inc. 12 CN, se puede apreciar que la ley de
Riesgos del Trabajo es una norma de derecho común, sin especificar si pertenece las
misma al ámbito de trabajo o la seguridad social, su aplicación a los casos concretos
esta reservada “… a los tribunales federales o provinciales, según que las cosas o las
personas cayeren bajo su respectivas jurisdicciones”.
Recientemente la Corte Suprema de Justicia de la Nación se pronunció sobre la
inconstitucionalidad del art. 46 LRT, en los autos “Castillo, Ángel Santos c/ Cerámica
Alberdi (SA) y Otro, por recurso de hecho deducido por la Segunda Aseguradora de
Riesgos del Trabajo (SA)”, con fecha 7 de septiembre de 2004.
El Superior Tribunal de la Republica Argentina afirmo que “… que según lo
esclareció esta corte para octubre de 1917, y lo sostuvo de manera constante, las
12
responsabilidades por accidente de trabajo a que se refiere la ley Nº 9688 y que nacen
de hechos ocurridos en la ejecución o cumplimientos de contratos entre patrones y
empleados u obreros, son de carácter común (fallos 126:315, 324 y 325: 328, entre
muchos otros), vale decir, resulta sancionadas por el congreso con arreglo a las
previsiones del art. 67 inc. 11 CN- actual art. 75 inc.12 (Fallos, 248:781, 782,
considerando 1 y sus citas)…”.
Atento al concepto trascripto, es que el Superior Magistrado ha dicho: “… de ahí que
desde su instalación, la corte haya sostenido que la competencia de los tribunales
federales es, por su naturaleza, restrictiva, de excepción y con atribuciones limitadas a
los casos que menciona en art. 100 – actual art. 116 CN, tal como, por lo demás lo
establece la Ley 27 e incluso la Ley 48 para lo concerniente a la competencia apelada
extraordinaria del tribunal (art. 15). El art. 121 CN (originario art. 104) se emplaza en la
misma línea…”.
A mayor abundamiento recientemente en un fallo realmente ejemplar, la Excma.
Cámara Nacional del Trabajo Sala V, en la causa “González Protacio c/ Berkley
Internacional Art S.A. s/ accidente – acción civil”, consideraron que la
determinación de un accidente laboral era una competencia que correspondía a la
Justicia laboral y no a las comisiones médicas.
El tribunal enfatizó que “la determinación del carácter laboral del accidente y la
relación causal con el factor laboral constituyen materias que exceden
notoriamente la competencia brindada por los conocimientos médicos, y requieren
indudablemente un conocimiento técnico-jurídico del cual los médicos carecen”.
(lo remarcado y en negro me corresponde)
También en el citado fallo se estableció que en el marco de la garantía constitucional
del debido proceso se encuentra incluida la exigencia de idoneidad técnico- jurídica de
los jueces o tribunales, “condición que no reúnen los integrantes de las comisiones
médicas previstas en el sistema de riesgos del trabajo”, (lo remarcado y en negro
me corresponde).
Otro ítem importante y que se considero, reitero en el citado fallo, los magistrados de
la Excma. Cámara Nacional del Trabajo Sala V para declarar la incompetencia de los
arts. 21, 22 iconos de la LRT, es que también conspira contra la actuación de las
comisiones médicas la ausencia de imparcialidad objetiva de sus integrantes.
Tal es así, que en una parte del fallo claramente se expone que: “LOS GASTOS
QUE DEMANDA EL FUNCIONAMIENTO DE LAS COMISIONES MÉDICAS
SON FINANCIADOS EN UN PORCENTAJE POR LAS ASEGURADORAS DE
RIESGOS DEL TRABAJO”
Indicaron además, “Es decir, los médicos que deben resolver cuestiones jurídicas
derivadas de los accidentes y enfermedades del trabajo en procesos administrativos en
los cuales son parte aquellas entidades privadas son retribuidos con los fondos que
parcialmente aportan éstas últimas”.
Debe recalcarse que esa “dependencia económica” constituye un dato insoslayable
que puede hacer nacer en los trabajadores que transiten ese procedimiento “temores
legítimos de que los profesionales integrantes de las comisiones médicas no abordaran
los casos con imparcialidad, lo que conlleva la descalificación constitucional del
sistema.
Sostenemos que el sistema pergeñado en la LRT es perfectible y genera
desigualdades y asimetrías, siendo inconstitucional, como en el caso del actor.
Ya tampoco caben dudas respecto de la inconstitucionalidad del decreto 717/96 y la
posibilidad del actor de recurrir ante la justicia nacional del trabajo, basta solamente con
13
remitir a lo resuelto por nuestro Máximo Tribunal, en los autos “Marchetti, Néstor
Gabriel c/ La Caja A.R.T. S.A. s/ Ley Nº 24.557”, en el cual se planteo la siguiente
situación.
El Sr. Marchetti, se presento ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia del
Trabajo Nº 78, con el objeto de que se reparen los daños sufridos en el accidente de
trabajo que oportunamente padeciera, basando su reclamo en los términos de la Ley
24.557, con el correspondiente planteo de inconstitucionalidad de varios de sus artículos
entre los cuales se encontraba el Art. 46 del mentado cuerpo legal. Así las cosas el
juzgado Nº 78 del fuero declinó conocer por considerar abstractas las objeciones del
actor relativas al trámite previsto en la Ley de Riesgos del Trabajo (fs. 89);
temperamento, en definitiva, confirmado por la Cámara foral con énfasis en que la
actora, en un principio, transitó el procedimiento reglamentado por la ley Nº 24.557.
A su vez, la Cámara Federal de la Seguridad Social, Sala III, se inhibió, igualmente,
con apoyo sustancial en la doctrina emanada del precedente de Fallos: 327:3610
("Castillo") (cfse. fs. 110).
En tales condiciones, se suscitó un conflicto -negativo- de competencia lo cual llevo
a nuestro máximo tribunal a dirimir la cuestión, en el marco del artículo 24, inciso 7, del
decreto-Ley Nº 1285/58, en la versión de la Ley Nº 21.708.
Ante la situación planteada la Sra. Procuradora Fiscal determino, “Cabe recordar, en
primer término, que V.E. tiene reiteradamente dicho que para determinar la
competencia corresponde atender de modo principal a la exposición de los hechos
que el accionante hace en la demanda (v. Fallos: 324:647, 1477, 2736; entre otros).
En base a ello, como se expuso, la pretensora formalizó un planteo dirigido a obtener
el resarcimiento de los perjuicios invalidantes padecidos en un accidente de trabajo
(cfse. fs. 8vta.)
En las condiciones descriptas y a tenor de la doctrina sentada por V.E. en Fallos
327:3610 ("Castillo") -al que corresponde remitir, en todo lo pertinente, por razones
de brevedad- en orden a la naturaleza común de la legislación en materia de los
riesgos del trabajo, incumbe señalar que el caso resulta ajeno a la excepcional
competencia de la justicia federal.
Procede concluir, entonces, en un supuesto en que se demanda a una "entidad de
derecho privado", como son las aseguradoras de riesgos del trabajo, a propósito de
un planteo basado en disposiciones de naturaleza común, laboral o de la seguridad
social (cf. Fallos: 327:3610, cons. 6º), que el presente reclamo deberá proseguir su
trámite por ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia del Trabajo nº 78, al que
habrá de remitirse, a sus efectos (En análogo sentido, S.C. Comp. Nº 1922, L. XL;
"Saldaño, Carlos Roque c/ Provincia ART S.A. s/ cobro de sumas de dinero", del
09.08.05).Dra. Marta A. Beiró de Goncalvez. (Procuradora Fiscal Subrogante).
Ante dicho dictamen los integrantes de nuestro máximo tribunal resolvieron:
“Buenos Aires, 4 de diciembre de 2007. Autos y Vistos: De conformidad con lo
dictaminado por la señora Procuradora Fiscal Subrogante, se declara que resulta
competente para conocer en las actuaciones el Juzgado Nacional de Primera
Instancia del Trabajo nº 78, al que se le remitirán, por intermedio de la Sala IV de la
cámara de apelaciones de dicho fuero. Hágase saber a la Sala III de la Cámara
Federal de la Seguridad Social. ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI – JUAN
CARLOS MAQUEDA - E. RAUL ZAFFARONI - CARMEN M. ARGIBAY.” Según
fallo (Marchetti, Néstor Gabriel c/ La Caja A.R.T. S.A. s/ Ley Nº 24.557, S.C. Comp.
Nº 804, L. XLIII. CSJN).
14
De conformidad con lo expuesto precedentemente, las normas cuya tacha de
inconstitucionalidad se pretende son violatorias de los arts. 5, 17, 18,19, 75 Inc. 12, 108
y 109 de la CN, 18 de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre, arts. 8 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y art. 10 de
la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Por todo ello es que solicito de V.S. se declare competente para entender en los
presentes obrados, sin exigir a mi instituyente el agotamiento de la vía administrativa
ante las Comisiones Medicas.
18
en el Decreto 658/96 y les asigna un porcentaje de incapacidad en virtud del
cuestionado baremo establecido en el Decreto 659/96.
Señálese también, en cuanto a las enfermedades, que podrán considerase
profesionales a aquellas que, a pesar de no estar incluidas en el insólito listado cerrado,
mediante la prueba pertinente se determine en Comisión Médica, que en el caso
concreto, la patología halla su causa eficiente en las tareas realizadas por el trabajador.
(Art. 6 inc. 2 b).
Esta modificación al art. 6 incorporada por el Decreto 1278/00, no significó otra cosa
que reconocer la palmaria violación que implicaba mantener sin más, el listado cerrado
de enfermedades.
Es decir la modificación introducida no hace más que tratar de tornar menos
inconstitucional la norma citada, al permitir en cada caso concreto demostrar que la
patología en virtud de la cual se reclama encuentra su causa u origen, en la tarea
realizada por el trabajador en cumplimiento del trabajo y por ende la obligación de
resarcirlo por parte de la ART.
No obstante, mantiene el organismo encargado de tal determinación, (Comisión
Médica Central), cuando sostenemos, que dicha determinación debe hacerse en la esfera
de la justicia laboral.
Como se dijo, no cabe duda alguna que, el hecho ocurrido, es un accidente de
trabajo, y como tal una de las contingencias cubiertas por la ley 24.557 y en virtud de
ello, la ART demandada debe responder por las consecuencias del mismo.
La jurisprudencia, coincidiendo con la postura que venimos argumentando, ha hecho
lugar a los reclamos de daños extrasistémicos sin mediar declaración de
inconstitucionalidad de los artículos 6to o 39 de la Ley de Riesgos del Trabajo. Citamos,
a continuación, algunos fallos de los más relevantes dictados en los últimos tiempos:
…”La C.N.A.T., Sala I, Sentencia Nro. 79.784, 30.08.02, en los autos “Sandoval
Eyzaguirre, Juan de la Cruz c/Asociación Francesa Filantrópica y de Beneficencia
s/Accidente”, en el voto del Dr. Vilela por la mayoría se expresó que “frente a un
daño ..que resulta resarcible por la vía aquí intentada...si la lesión que presenta el
trabajador no se encuentra comprendida en el sistema previsto en la ley 24.557,
entonces estamos frente a un daño que puede ser indemnizado, de cumplirse los
requisitos pertinentes, por la ley común”
…..”La C.N.A.T., Sala I, Vijarra, Pablo Antonio c/Decker Indelqui, Sentencia
79.191 del 28.02.2002, donde el Dr. Vázquez Vialard, por la mayoría, condenó en el
supuesto de una enfermedad extrasistémica a la A.R.T. por entender que la misma al
suscribir el contrato de seguro firmado con el empleador del reclamante que establece
la ley 24.557 se subrogó en las obligaciones del empleador conforme artículos 3.3 y
26.1 de la L.R.T. y porque la propia A.R.T. no cuestionó la competencia del Tribunal
para dirimir el reclamo por enfermedad incoado por el reclamante.
…..”En C.N.A.T, Sala VI, “Benítez, Fermín c/Decker Indelqui S.A. y otros
s/Accidente Sentencia Nro. 56.189, 27.06.03, donde el vocal preopinante Dr. Horacio
H. De la Fuente dijo: “que por tratarse de una enfermedad –lumbalgia con lesión
discal en su columna lumbosacra- no incluida en el listado de enfermedades resarcibles
resulta innecesario declarar la inconstitucionalidad del Art. 6 de la LRT...por ello al
quedar abierta la vía civil el actor tiene derecho a demandar directamente al
empleador según las reglas del derecho común, sin tener en cuenta las disposiciones de
la L.R.T.”
Por ello, me veo obligado a promover la presente acción a fin de demostrar a través
de la prueba a rendirse, cuales son las secuelas que dicho accidente ha provocado, la
19
determinación del grado de incapacidad de las mismas y el quantum de la
indemnización.
X.-LIQUIDACIÓN
23
Se practica liquidación en función del monto $ 15.791,82 como así también el grado
de incapacidad laboral del 30 % de la total obrera. También manifestamos que el actor
tenía 42 años de edad al momento del accidente de trabajo lo que arroja un índice de
coeficiente por edad de 1,54 % (65/42=1,54); Se destaca que los porcentajes tomados
son estimativos y quedarán determinados con la prueba a producirse en autos.
IBM= $ 15.791,82
Corresponde Formula Base LRT por ser mayor al Piso Indemnizatorio ($ 386.678,5 >
$ 214.042,8)
Que con fecha 26/10/2012, entró en vigencia la Ley 26.773 que ordena la
actualización de las prestaciones de la Ley 24.557. El artículo 17 inciso 6) de dicha
norma establece por su parte: Las prestaciones en dinero por incapacidad permanente,
previstas en la ley 24.557 y sus modificatorias, y su actualización mediante el
decreto 1694/09, se ajustarán a la fecha de entrada en vigencia de la presente ley
conforme al índice RIPTE (Remuneraciones Imponibles Promedio de los
Trabajadores Estables), publicado por la Secretaría de Seguridad Social, desde el
1° de enero del año 2010.
Dicha norma pretende una actualización de las sumas a percibir en materia de
prestaciones de Riesgos del Trabajo, y representa un reconocimiento de dos fenómenos:
la inflación y los aumentos salariales nominales que pretenden mantener el valor de
compra de los salarios.
Si se paga, como en el caso de autos, una indemnización o prestación tomando como
base el valor histórico del salario del trabajador a la fecha del siniestro, se está
detrayendo de la reparación la pérdida del poder de compra ante la inflación y por lo
tanto se estaría pagando la reparación a moneda devaluada.
Por ello el art. 17 establece una actualización de los montos de las prestaciones, en
forma retroactiva, desde el 1 de Enero de 2010 hasta la fecha de entrada en vigencia de
la Ley (octubre 2010). Es decir que la indemnización (o prestaciones que surjan del
cálculo de la fórmula 53 x IBM x % incapacidad x 65/Edad) debe ser actualizada a la
fecha de pago por el índice RIPTE.
La Ley en cuestión fija un tope máximo a la responsabilidad por las costas judiciales
que debe soportar el obligado al pago en sus arts. 1 y 8, contrario del régimen federal de
gobierno y derechos individuales garantizados por la C.N. en los arts. 1, 4, 14, 14bis,
27
16, 17, 18, 19, 31, 33, 75 inc. 2, 121 y 125, referidos al sistema republicano y federal de
gobierno, derecho del trabajo, ejercicio de industria licita, justicia conmutativa,
igualdad, propiedad, no conficatoriedad, retribución justa y equitativa, acceso a la
jurisdicción, debido proceso, defensa en juicio, con irrazonabilidad manifiesta y
arbitrariedad. Por ello se requiere su inaplicabilidad en el caso y subsidiariamente se
plantea su inconstitucionalidad.
28
profesional y que tiene un crédito a su favor reconocido por una sentencia firme pasada
en autoridad de cosa juzgada puede ejecutar el deudor.
Esta disposición legal resulta violatoria del art. 16 CN pues tanto el deudor como el
acreedor de un crédito por honorarios judiciales son tratados de un modo diferente al
resto de los deudores y acreedores, lo cual significa un menoscabo al derecho de
propiedad del trabajo profesional que se presume onerosos (art. 1871 del CC) y su
retribución tiene carácter de alimentario en sentido análogo (sala X “ Albornoz, José
c/ Establecimiento Gamar y otro” y sala III “Goncalvez Ramao, José c/ Mastellone
Hnos. S.A. s/ Accidente”).
Ratificando esta postura se ha resuelto que “… si conforme el párrafo agregado por
el Art. 8 Ley 24.432 al art. 277 LCT el condenado se encuentra exento de abonar en
concepto de costas toso lo que exceda el 25% del monto de la sentencia y si, por
imperio de la inconstitucionalidad propuesta en los que respecta al vencedor, este
también resulta exento, habría que concluir que – por lo que supere, ese tope- nadie
respondería frente al profesional ( en este caso el letrado de la demandante), lo cual, a
mi criterio, resulta tan absurdo y carente de razonabilidad como desde la óptica del
acreedor. Por ello no solamente no puede escindirse la constitucionalidad del proceso
según la articule el actor o el profesional interviniente sino que inclusive, si se propone
la admisión del planteo de aquel, más inicua y por lo tanto más inconstitucional es la
norma, en este caso para el letrado.
El letrado que trabajo y fue retribuido conforme las pautas arancelarias vigentes
(extremos que no se discuten) vería mermados sus ingresos dado que una porción de
ellos no podría perseguirlos de ninguna de las partes en el proceso, decir ello y decir
que, en definitiva, debe hacerse cargo de ellos el beneficiario de la regulación resulta
prácticamente lo mismo, lo cual nos lleva a otra faceta descalificable de la norma:
existen honorarios que han sido regulados pero nadie, absolutamente nadie, está
obligado a abonarlos con lo cual el absurdo se torna más patente todavía, desde que no
se aprecia el sentido de tan extraña situación.
No advierto la compatibilidad con los arts. 14 y 14 bis CN de una norma que, como
la estamos examinando, establece la gratuidad del trabajo profesional en un determinado
porcentaje, porcentaje que incluso, puede incrementarse según hayan intervenido o no
peritos en el proceso, e incluso en función de la cantidad de estos. Con relación a esta
última situación, no solo es inconstitucional sino poco serio establecer que si nos e
produce prueba pericial un letrado puede al menos intentar cobrar la totalidad de sus
honorarios, pero si intervinieron auxiliares de la justicia (peritos) no existe seguridad de
ello, y si se requirió varios de ellos es casi seguro que una porción de la tarea no será
retribuida.
Por todo ello y los fundamentos expuestos por el Dr. Simón en la articulación del
demandante, estimo que debe ratificarse la declaración de inconstitucionalidad de la
norma antedicha, también en lo que respecta al profesional que intervino (del fallo del
Dr. Scotti, Sala X. 13-7-2004. S.I. 12.858, Expte. 28432/93, en los autos “López,
Ramón c/ E.F.A. Empresa de Ferrocarriles Argentinos s/ accidente –Ley 9688”).
Lo dicho demuestra la afectación de principio de raigambre constitucional
mencionados por lo que se deja introducido el caso federal en los términos de la Ley 48.
XIV.- PRUEBA
29
a) Acta Poder Número 106683 otorgado al suscripto en original
b) Acta de Cierre de Conciliación Obligatoria en original
c) Constancia de alta médica en original expedido por Caminos Protegidos ART
SA
d) Constancia de ingreso a la Superintendencia de Riesgos del Trabajo bajo el
número de expediente 250345/16 en original
e) Acta de Audiencia Medica de fecha 15/11/2016 en original expedida por la
Superintendencia de Riesgo del Trabajo
f) Copias de certificados médicos de fecha 11/11/2016, 14/11/2016, 21/11/2016,
15/12/2016 expedido por los Dres. Julio Cesar Martinez M MN 98803, Alderete
Horacio A. MN 61677, y Walter J. Brennan MN 80312 pertenecientes a la Obra
Social de Choferes de Camiones (OSCHOCA)
g) Recibos de haberes correspondientes a los periodos que van desde noviembre de
2015 a noviembre de 2016 pertenecientes al actor
h) Bono de derecho fijo conforme artículo 51 inciso d) de la Ley 23.187
c) A Belgrano 964 Medicina Laboral S.A., a los efectos de que se expida sobre la
autenticidad del formulario de constancia de alta médica que en copias simple se
adjunta con el presente oficio. Asimismo remita la historia clínica o copia
certificada de la misma perteneciente al Sr. AGÜERO NORBERTO RAUL con
DNI 24.179.426 CUIL 20-24179426-2.
30
d) A la Obra Social de Choferes de Camiones (OSCHOCA) a los efectos de que a)
remita la historia clínica o copia certificada de la misma perteneciente al Sr.
AGÜERO NORBERTO RAUL con DNI 24.179.426 CUIL 20-24179426-2, b)
Asimismo informe si los Dres. Julio Cesar Martinez M MN 98803, Alderete
Horacio A. MN 61677, y Walter J. Brennan MN 80312 se desempeñan como
médico en dicha institución, en caso afirmativo, informe cual es la especialidad
de cada uno de los médicos, c) Asimismo expídase sobre la autenticidad de las
cuatro constancias médicas que en copia se acompañan con la presente
a) Juan Ignacio Politi, titular del D.N.I. 35.630.373, con domicilio en la calle Diaz
Velez 529, Piso Planta Baja, Departamento “A”, de la Localidad de Avellaneda,
de la Provincia de Buenos Aires.
b) Sergio Adrian Armijo, titular del D.N.I. 22.148.812, con domicilio en Calle 35
Número 464, de la Localidad de Florencio Varela, de la Provincia de Buenos
Aires.
c) Carlos Alberto Rosso, titular del D.N.I. 37.148.812, con domicilio en Calle 838
Número 2315, de la Localidad de Quilmes Oeste, de la Provincia de Buenos
Aires.
a) Si cuenta con los libros exigidos por las leyes. laborales: 11.544,19.587, art. 52
Ley 20.744 y Ley 24.013; así como el libro especial exigido por la ley 19587
31
autoridades que los rubricaron, fecha de dichas rúbricas, y si son llevados en
legal forma. En caso contrario, el Perito deberá informar al Sr. Juez de la causa
toda anomalía hallada.
6.-2.-) PERICIAL MÉDICA: Se designe perito médico único y de oficio para que,
analizando las constancias médicas que se acompañan como Prueba Documental e
Historias Clínicas que se solicitan por prueba Informativa, se expida sobre los siguientes
puntos de pericia:
32
e) El establecimiento del porcentaje de disminución de aptitud laboral, indicando
grado o gravedad de dicha disminución, en base a las conclusiones vertidas con
todos los datos pertinentes y referentes al método elegido.
h) La síntesis del estudio pericial, en relación a las consecuencias del accidente, las
secuelas padecidas y la disminución de la aptitud laboral registrada.
k) Que incapacidad física estima en el actor como secuela del accidente. Cuál es la
incapacidad física actual del actor con los factores de ponderación considerados
en la ley 24.557, en razón del accidente de marras.
33
b) Las consideraciones legales surgidas en virtud de lo anterior con una adecuada y
pormenorizada descripción de los resultados obtenidos.
h) La síntesis del estudio pericial, en relación a las consecuencias del accidente, las
secuelas padecidas y afecciones sicológicas manifestadas por el trabajador.
34
El quantum de la regulación deberá seguir las pautas de la Ley 21.839 de regulación
de honorarios profesionales o la que la reemplace a futuro. Y desde ya para tornar dicha
regulación irrisoria la misma debe mesurarse en forma discriminada no solo de los
honorarios de regulados en juicio, sino que para su cálculo los mismos no deben
integrar el porcentaje que fija la Ley 24.432, atento que los honorarios por actuación en
SECLO no integra la etapa judicial..
El artículo 57 y ss, de la Ley 21.839 (capítulo III), refiere a los trabajos
extrajudiciales de los abogados, mensurando el mismo por el ordenamiento general.
Dichas actuaciones jamás pueden ser reputadas como gratuitas, conforme a lo
previsto en la ley arancelaria.
Sin duda es la parte vencida en el pleito quien debe soportar las costas u su
imposición, atento el dispendio de actividad jusrisdiccional, a la que obligase a la parte
actora.
Por otra parte la Ley 24.635, nada dice de la regulación de honorarios por la
actuación profesional del abogado, cuya asistencia la propia ley obliga, -quizás este un
descuido del legislador- que debe ser necesariamente suplido por la actividad
jurisdiccional, en salvaguarda del crédito de los letrados por su labor extrajudicial,
crédito que es previsto en la Ley 21.839, como ya se citase.
Así se ha dicho:..."Es procedente el reclamo a fin de que se le regulen los
honorarios de los letrados por su actuación en el SECLO, pues si en la sentencia
definitiva no se efectúa ningún tipo de salvedad, se entiende que los honorarios
regulados han de referirse a la labor desempeñada en sede judicial, para ello, se
devuelven las actuaciones a primera instancia a fin de que se proceda a fijar los
emolumentos correspondientes a los representantes del actor por su actuación ante el
SECLO (CNAT, Sala I, sent. 83813 31/12/06 "Frutos Tomás c/ Vilamowiski Damián
y otro", Pub. DT Dic/ 06 pág. 189)".
…”Dada la imposición del trámite previo por ante el SECLO, las tareas que esa
actuación impone generan derechos a retribución del letrado que las realizó. Por ello,
ante la íntima vinculación que posee el paso previo por el SWECLO con el acceso a
la Justicia Nacional del Trabajo, es justo que los jueces de primera instancia
determinen el monto de los honorarios que por dicha actividad le caben a los letrados
actuantes (CNAT, Sala VI Expte. Nº 17324/01 sent. Int. 27801 14/3/05, "Mamani
Olga c/ Albergue Jujuy 65 SRL s/ despido" (De la Fuente Fernandez Madrid)".
Por todo lo expuesto a V.E., respetuosamente solicito que se regulen los honorarios
de este letrado por la actuación extrajudicial ante el SECLO, disponiendo la imposición
de los mismos a la parte vencida, atento que la falta de proveer a un acuerdo, ha
obligado a la actora a concurrir ante V.E., en busca de justicia. Siendo además de uso y
costumbre, que los honorarios establecidos en acuerdo conciliatorio ante SECLO, son
siempre a cargo de la parte demandada.
XVI.- DERECHO
Que, para el improbable caso que no se hiciera lugar al planteo formulado, desde ya
hago reserva de Caso Federal (art. 14 de la ley 48), por cuanto se estarían violentando
garantías constitucionales, que hacen a los derechos de defensa, debido proceso (art. 18
CN), legalidad (art. 19 CN), derecho de propiedad (art. 17 CN) y la especial protección
establecida para el trabajador por nuestra Carta Magna: "El trabajo en sus diversas
formas gozará de la protección de las leyes.... El Estado otorgará los beneficios de la
seguridad social, que tendrá carácter de integral e irrenunciable" (arts. 14 bis y 17 de la
CN).
Que estando en juego derechos y principios de raigambre constitucional, tales como
el derecho a la propiedad, el principio de legalidad, el principio de igualdad ante la ley,
etc., dejo desde ya planteado el caso federal, a los fines previstos por el art. 14 de la ley
48.
XVIII.- AUTORIZACIONES
Que autorizo a tomar vista de las actuaciones, extraer copias, dejar nota, realizar
desgloses, diligenciar cédulas, oficios y testimonios y efectuar todo tipo de acto
impulsorio de los presentes obrados a las personas que a continuación se detallan: Dres.
Fabio Gabriel Lipovetzky y/o Mónica Galván y/o quienes ellos designen.
XX.- PETITORIO
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