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Autor: Rivié re. U1.

Texto: El sujeto de la psicología cognitiva.


El procesamiento de la información el sujeto de la
psicología cognitiva.

El ‘’núcleo paradigmático’’ más representativo de la Psicología Cognitiva es la perspectiva


del procesamiento de la información, donde son más débiles los supuestos sobre el sujeto
cognitivo. El marco solo especifica que este solo es descriptible en términos de procesos
computacionales (procedimientos de manejo de la información). Los teóricos del
procesamiento de la información han hecho solo suposiciones muy débiles sobre ‘’las
formas de organización’’ del sujeto y su arquitectura funcional. Newell, Simon y Shaw se
limitaban a la idea de que el sistema cognitivo puede asimilarse a una ‘’máquina de
manipulación de símbolos’’ y varias memorias interconectadas. Naturalmente, el supuesto
subyacente era el de que la maquinaria natural de manipulación de símbolos podía
asimilarse funcionalmente a los sistemas artificiales de procesamiento de la información. El
sujeto se asimilaría con un procesador de la información multipropósito, en que sería
posible la implementación de cualquier clase de algoritmos, con la condición de ser
‘’procedimientos efectivos’’. El desarrollo del Solucionador General de Problemas de
Newell y Simon partía de esta hipótesis de la capacidad computacional general.
La tesis de que cualquier procedimiento efectivo puede ser resuelto por un artefacto
formal tan simple como la Maquina de Turing se ha tomado como garantía de que es
posible desarrollar una psicología cognitiva con supuestas muy débiles sobre la arquitectura
funcional del sujeto cognitivo. Estos supuestos influenciaron en los modelos del
procesamiento de la información. Modelos que han partido de la idea de que es posible
estudiar aisladamente algoritmos secuenciales, independientes entre sí, que construirían
explicaciones funcionales de procesos cognitivos aislados. La consecuencia ha sido el
desarrollo de ‘’mini modelos’’, que son más modelos de tarea que modelos de sujeto, y que
tienen una generalidad muy limitada, ofreciéndose implícitamente ‘’un modelo de sujeto
bastante semejante a un paquete de software de utilidades, compuesto por programas
difícilmente articulables’’.
Para Fodor, la simple suposición de que el sistema cognitivo es un sistema tan general
como la Maquina de Turing escamotea la necesidad de establecer la arquitectura funcional
de dicho sistema, puesto que en las máquinas de Turing, la arquitectura fija es inexistente.
Si los procesos cognitivos que ‘’fijan creencias’’ (los procesos de pensamiento) son, como
dice Fodor, ‘’isotrópicos’’ y ‘’Quineanos’’, es decir si son sensibles al sistema global de
conocimiento y capaces de establecer relaciones con cualquier parte de ese sistema,
entonces la falta de una arquitectura funcional fija sería una característica intrínseca de
tales procesos. La consecuencia seria que los llamados por Fodor ‘’sistemas centrales’’ del
funcionamiento cognitivo serian, por su propia naturaleza ‘’holística’’ y global, inaccesibles
a un conocimiento científico y ‘’males candidatos’’ para las explicaciones computacionales.
Fodor establece que cuanto más global (es decir más isotrópico) es un proceso cognitivo,
menos se entiende.
En definitiva, la consideración del sujeto como una especie de ‘’paquete de software de
utilidades’’, con escasa o nula articulación, y la proliferación de ‘’mini-modelos’’ de
procesos superiores. La falta de un ‘’modelo cognitivo del sujeto’’ seria el resultado de una
condena inevitable, originada en la propia naturaleza de las funciones superiores de
conocimiento. Es la tesis del ‘’Pesimismo Fodoriano’’ que está en contra de los paquetes de
software y los mini-modelos.
Los ‘’procesos top-down’’ (del centro a la periferia de la arquitectura cognitiva) fijan
creencias y exigen recursos globales para explicar lo especifico y particular, lo que para
Fodor hace que sea menos posible la construcción de una psicología cognitiva en el núcleo
paradigmático del procesamiento de la información. Pero en cambio, los ‘’procesos
bottom-up’’ (de la periferia al centro) si son posibles de explicar desde este modelo.
Segunda generación de las teorías cognitivas del modelo del procesamiento de la
información posee un rasgo muy importante el cual es reconvertir el problema de la
organización del sujeto en un problema de organización del conocimiento. Se trata de una
propensión a ser cada vez más molares, a establecer modelos de organización del
conocimiento y de las formas de construcción de la arquitectura funcional. La mente no
solo es una maquina abstracta que manipula símbolos. Es necesario incluir aspectos
relacionados con las restricciones que se dan en la dinámica del organismo. Ya que
mientras el sistema artificial del procesamiento tiene que cumplir una sola demanda (la de
computación) con unos recursos energéticos muy altos, el organismo está sometido a
múltiples demandas, con recursos energéticos limitados. Por ello, la dinámica relacionada
con la limitación, distribución y optimización de tales recursos (por ej., en las funciones de
atención) tiene tal importancia que obliga a ampliar el modelo explicativo dominante, que
tendría que ir mas allá de la consideración de la mente como una ‘’máquina de
manipulación de símbolos’’, e incluir aspectos relacionados con el funcionamiento
dinámico del organismo.
Uno de los sistemas para acomodar las demandas de conocimiento a los recursos
energéticos limitados es la ‘’automatización’’ o ‘’encapsulamiento’’ y modulación de
ciertas funciones, ya que las funciones automáticas y modularizadas consumen menos
recursos atencionales que las controladas y generales. Para hacer compatibles sus recursos
limitados con las demandas de conocimiento que son creciente y no prefijadas en el
desarrollo ‘’cultural’’, el sujeto construye progresivamente su propia arquitectura
funcional. Transforma formas de organización de conocimiento en formas de organización
de sujeto. Diferencia progresivamente una arquitectura específica a partir de mecanismos
más o menos globales e inespecíficos.
Para estudiar la construcción de la arquitectura funcional necesario superar algunas
limitaciones del modelo inicial del procesamiento de la información:
1. La reducción de las explicaciones de la conducta a términos micro-genéticos, y el
relativo desinterés por la macro génesis, es decir por el desarrollo de las funciones
superiores en la evolución del niño yd e la especie.
2. La reducción de la micro-génesis de la conducta a computaciones discretas sobre
representaciones analíticas y discretas.
3. El desinterés por el problema de los procesos de aprendizaje.
4. El supuesto de que la arquitectura funcional del sujeto esta prefijada y debe ser
fundamentalmente innata.
5. La suposición de la que las distinciones (general-modular, automático-controlado y
encapsulado-cognitivamente penetrable) son dicotomías, en vez de expresar
dimensiones graduales.
6. El desinterés por explicar la funcionalidad cognitiva de la conciencia. En la medida en
que los procesos controlados remiten a niveles masa molares de conocimiento, y se
montan sobre una arquitectura funcional más compleja, permiten al sistema
cognitivo situar sus decisiones en planos más altos de abstracción de regularidades.
Entre otras limitaciones a este modelo, se destaca la analogía entre las concepciones
clásicas del modelo computacional y la definición de sujeto cognitivo en la tradición
empirista y asociacionista de la psicología, que fue desarrollada por el conductismo.
Es decir, la idea de que el sujeto cognitivo es como una Maquina de Turing, o la reducción
de toda arquitectura funcional de dicho sujeto a ‘’sistemas de producciones’’, equivale a la
suposición de que todo lo que se necesita para definir al sujeto cognitivo es un conjunto de
elementos computacionales, y un número limitado de operaciones básicas. Tanto en el
enfoque asociacionista como en el de procesamiento de la información, basado en la
hipótesis de la capacidad computacional general, el aparato teórico se reduce a conjuntos
de elementos y conjuntos de operaciones combinatorias (asociativas o computacionales)
realizables sobre ellos.
También hay que agregar que no han podido describir al procesador central ni definir su
organización completa.

Restricciones y limitaciones de las competencias


cognitivas (aportes ‘’positivos’’ del modelo de
procesamiento de la información):

Desde fines de la década de 1960, diversos estudios sobre la memoria habían permitido
definir la existencia de un sistema que imponía restricciones a la competencia global del
sistema cognitivo como un todo.
El modelo de Atkinson y Shiffrin (1968) permitió integrar teóricamente un amplio conjunto
de datos sobre el sistema de memoria a corto plazo, lo que constituyo la primera
formulación explícita de su arquitectura. Consideraban que era necesario establecer una
cierta ‘’estructura fija’’ de las memorias que delimitaría realmente una arquitectura
invariante del sujeto cognitivo, y unos límites de competencia a sus posibilidades de
tratamiento de la información.
La memoria a corto plazo se convirtió en el tema central de las investigaciones y
conceptualizaciones cognitivas durante los primeros quince años de desarrollo del
paradigma de procesamiento de la información. Porque era en ese sistema funcional donde
se hallaban las estructuras invariantes, las limitaciones ‘’arquitectónicas’’, que impedían
‘’predecir cualquier conducta de cualquier forma’’. Ahí estaba el cuello de botella del
sistema cognitivo, que obviamente no se había encontrado en el procesador central,
supuestamente equivalente a la Maquina de Turing.
En definitiva: lo que hacen los teóricos del procesamiento de la información, en este y otros
casos, es asignar los límites de competencia del sujeto al único sistema funcional que
parece demarcar esos límites dentro de su marco teórico, que es evidentemente la
memoria a corto plazo.
Estas mismas observaciones ayudan a comprender mejor los modelos de algunos teóricos
que han tratado de acercar el modelo piagetiano y el de procesamiento de la información.
El intento de estos investigadores ‘’neo piagetianos’’ es el de traducir la descripción del
desarrollo ofrecido por Piaget, para el cual este consiste en una serie de cambios
cualitativos de unas estructuras a otras, a una formulación en términos de cambios
cuantitativos de la capacidad estructural o funciona de la memoria de trabajo del siste4ma
cognitivo.
La reinterpretación de las observaciones piagetianas en los términos de memoria a corto
plazo (mas a fines a los teóricos del procesamiento de la información) no es un movimiento
neutro desde el punto de vista de la concepción fundamental del desarrollo cognitivo, sino
que conlleva un cambio de enfoque de mucho más largo alcance.
La otra fuente de limitaciones, que suele incluir este modelo clásico de procesamiento de la
información se origina en los procesos de atención de Miller (1956), Cherry (1953) y
Broadbent (1954), y su estudio de las capacidades limitadas de tales procesos (actuación
de diferentes filtros, selecciones, mecanismos controlados y automáticos). Pero lo que
interesa destacar es que el estudio psicológico de la atención ha implicado un análisis sobre
los límites de competencia del sistema cognitivo, que permitía ir mucho más allá de lo que
permitía la definición de su arquitectura funcional en el modelo dominante de
procesamiento de la información. Es más, las investigaciones y teorías de la atención han
sido siempre de gran relevancia para la definición misma de esa arquitectura funcional.
Hasta aquí Riviére ha establecido los supuestos más generales sobre la estructura y
organización del sujeto cognitivo en el paradigma estándar de procesamiento de la
información: hay un procesador central multi-propósito, una memoria permanente de
límites desconocidos, y una memoria de trabajo, que establece serias limitaciones al
sistema como un todo. Además, el sistema cuenta con recursos globales limitados de
atención.

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