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Desde fines de la década de 1960, diversos estudios sobre la memoria habían permitido
definir la existencia de un sistema que imponía restricciones a la competencia global del
sistema cognitivo como un todo.
El modelo de Atkinson y Shiffrin (1968) permitió integrar teóricamente un amplio conjunto
de datos sobre el sistema de memoria a corto plazo, lo que constituyo la primera
formulación explícita de su arquitectura. Consideraban que era necesario establecer una
cierta ‘’estructura fija’’ de las memorias que delimitaría realmente una arquitectura
invariante del sujeto cognitivo, y unos límites de competencia a sus posibilidades de
tratamiento de la información.
La memoria a corto plazo se convirtió en el tema central de las investigaciones y
conceptualizaciones cognitivas durante los primeros quince años de desarrollo del
paradigma de procesamiento de la información. Porque era en ese sistema funcional donde
se hallaban las estructuras invariantes, las limitaciones ‘’arquitectónicas’’, que impedían
‘’predecir cualquier conducta de cualquier forma’’. Ahí estaba el cuello de botella del
sistema cognitivo, que obviamente no se había encontrado en el procesador central,
supuestamente equivalente a la Maquina de Turing.
En definitiva: lo que hacen los teóricos del procesamiento de la información, en este y otros
casos, es asignar los límites de competencia del sujeto al único sistema funcional que
parece demarcar esos límites dentro de su marco teórico, que es evidentemente la
memoria a corto plazo.
Estas mismas observaciones ayudan a comprender mejor los modelos de algunos teóricos
que han tratado de acercar el modelo piagetiano y el de procesamiento de la información.
El intento de estos investigadores ‘’neo piagetianos’’ es el de traducir la descripción del
desarrollo ofrecido por Piaget, para el cual este consiste en una serie de cambios
cualitativos de unas estructuras a otras, a una formulación en términos de cambios
cuantitativos de la capacidad estructural o funciona de la memoria de trabajo del siste4ma
cognitivo.
La reinterpretación de las observaciones piagetianas en los términos de memoria a corto
plazo (mas a fines a los teóricos del procesamiento de la información) no es un movimiento
neutro desde el punto de vista de la concepción fundamental del desarrollo cognitivo, sino
que conlleva un cambio de enfoque de mucho más largo alcance.
La otra fuente de limitaciones, que suele incluir este modelo clásico de procesamiento de la
información se origina en los procesos de atención de Miller (1956), Cherry (1953) y
Broadbent (1954), y su estudio de las capacidades limitadas de tales procesos (actuación
de diferentes filtros, selecciones, mecanismos controlados y automáticos). Pero lo que
interesa destacar es que el estudio psicológico de la atención ha implicado un análisis sobre
los límites de competencia del sistema cognitivo, que permitía ir mucho más allá de lo que
permitía la definición de su arquitectura funcional en el modelo dominante de
procesamiento de la información. Es más, las investigaciones y teorías de la atención han
sido siempre de gran relevancia para la definición misma de esa arquitectura funcional.
Hasta aquí Riviére ha establecido los supuestos más generales sobre la estructura y
organización del sujeto cognitivo en el paradigma estándar de procesamiento de la
información: hay un procesador central multi-propósito, una memoria permanente de
límites desconocidos, y una memoria de trabajo, que establece serias limitaciones al
sistema como un todo. Además, el sistema cuenta con recursos globales limitados de
atención.