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Solución

Primera diapositiva
La falta de plantas de tratamiento para las aguas residuales en las ciudades y en las industrias, hoteles y
explotaciones mineras, agrícolas y ganaderas, ocasiona grandes desechos de aguas contaminadas que
hacen mucho daño al medio ambiente. La mayoría de esas aguas es descargada en los ríos, lagos, mares,
en los suelos a cielo abierto o en el subsuelo, a través de los llamados pozos sépticos y rellenos sanitarios.
En las últimas décadas el mundo ha venido mostrando preocupación y está tratando de resolver los
problemas relacionados con la disposición de los líquidos provenientes del uso doméstico, comercial e
industrial de las aguas de abastecimiento.
La primera prioridad que demanda una comunidad es el suministro del agua, con calidad adecuada y
cantidad suficiente. Ya logrado este objetivo, surge otro no menos importante que consiste en la adecuada
eliminación de las aguas ya utilizadas que se convierten en potenciales vehículos de muchas
enfermedades y trastorno del medioambiente.
Segunda diapositiva
Las fuentes de agua (ríos, acuíferos, lagos, mar), han sido incapaces por sí mismas para absorber y
neutralizar esta carga contaminante, y por ello estas masas de agua han perdido sus condiciones naturales
de apariencia física y su capacidad para sustentar una vida acuática adecuada, que responda al equilibrio
ecológico que de ellas se espera para preservar los cuerpos de agua. Como resultado, pierden aquellas
condiciones mínimas que les son exigidas para su racional y adecuado aprovechamiento como fuentes de
abastecimiento de agua, como vías de transporte o fuentes de energía.
Las aguas de desecho dispuestas en una corriente superficial (lagos, ríos, mar) sin ningún tratamiento,
ocasionan graves inconvenientes de contaminación que afectan la flora y la fauna. Estas aguas residuales,
antes de ser vertidas en las masas receptoras, deben recibir un tratamiento adecuado, capaz de modificar
sus condiciones físicas, químicas y microbiológicas, para evitar que su disposición cause los problemas
antes mencionados. El grado de tratamiento requerido en cada caso para las aguas residuales deberá
responder a las condiciones que acusen los receptores en los cuales se haya producido su vertimiento.
Las plantas de tratamiento de aguas residuales deben ser diseñadas, construidas y operadas con el objetivo
de convertir el líquido cloacal proveniente del uso de las aguas de abastecimiento, en un efluente final
aceptable, y para disponer adecuadamente de los sólidos ofensivos que necesariamente son separados
durante el proceso. Esto obliga a satisfacer ciertas normas o reglas capaces de garantizar la preservación
de las aguas tratadas al límite de que su uso posterior no sea descartado.

TRATAMIENTO DE AGUA PARA GARANTIZAR EL ACCESO A


AGUA LIMPIA Y EVITAR LA CONTAMINACIÓN DE RÍOS Y
MARES

Tercera diapositiva

A través del tratamiento de agua, un proceso con operaciones de distintos tipos (físico, químico, físico-
químico o biológico) cuyo objetivo es la eliminación y/o reducción de la contaminación o de las
características no deseables de las aguas.
La finalidad de este proceso es obtener agua con las características adecuadas al uso que se le quiera dar.
Por eso, el proceso de tratamiento de agua varía en función de las propiedades de partida del agua y
también de su uso final.

Cuarta diapositiva

El tratamiento de agua es cada vez más necesario debido a la escasez de agua potable y a la creciente
necesidad de la población mundial. Del total de agua que hay en el planeta, tan solo un 2,5 % es agua
dulce, y de esa cantidad tan solo el 0,4 % es agua apta para el consumo humano.

Como ya se ha mencionado con anterioridad, en El Salvador, más del 88% de las aguas residuales de los
ríos tienen altos niveles de contaminación, que van de una calidad pésima a regular. El 12% de las aguas
residuales superficiales tienen calidad considerada como buena, es decir que puede ser utilizada para
diversos usos previo tratamiento.
Quinta diapositiva
La mala calidad de agua en la red hídrica nacional está íntimamente vinculada a los vertidos de aguas
residuales con alta carga de contaminación y sin un adecuado tratamiento, ante esta realidad el Ministerio
de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), con el apoyo y acompañamiento de la Agencia de los
Estados Unidos para la Protección del Medio Ambiente (EPA), ha iniciado un proceso para actualizar los
límites para vertido de aguas residuales a cuerpos receptores.
De acuerdo con Roberto Avelar, gerente de Gestión de Vertidos del MARN, “de lo que se trata es de
buscar un equilibrio entre la meta ambiental de la calidad de agua de nuestros ríos, a través de modificar
un poco los actuales límites que hay para los sectores a unos que sean un poco más restrictivos en cuanto
a contenido de carga contaminante y que, por tanto, tengan un menor impacto negativo sobre la calidad de
agua de nuestros ríos, pero cuidando que no sea un cambio tan brusco, que la competitividad de las
empresas”, aclaró.
La mala calidad de agua en la red hídrica nacional está íntimamente vinculada a los vertidos de aguas
residuales con alta carga de contaminación y sin un adecuado tratamiento.
Sexta diapositiva
El Salvador cuenta con Reglamento Especial de Manejo de Aguas Residuales, Reglamento Especial de
Normas Técnicas de Calidad Ambiental y Norma Salvadoreña de Vertido de Aguas Residuales a Cuerpo
Receptor; instrumentos que establecen parámetros de calidad y límites con los cuales se puede verter agua
a un cuerpo receptor, que están desactualizados.
“Esto es un proceso que estamos iniciando y que llevará su tiempo. Es un ejercicio que requiere hacer un
análisis del límite actual que tenemos para cada uno de los diversos sectores. Cada sector, de acuerdo con
sus procesos, genera agua residual de distinta calidad”, comentó el funcionario, por lo tanto, se requiere
de un análisis específico para cada sector.
Es por ello que durante tres días el personal técnico del MARN y de ANDA recibieron un taller con
especialistas de la EPA para desarrollar una metodología que posibilite establecer estándares de
desempeño que permitan diseñar límites para vertido de aguas residuales a cuerpos receptores, acordes
con la realidad nacional.
Una vez se tenga una propuesta, se llevará a diálogo con sectores productivos tanto del estado como de la
empresa privada, que permita mejorarla y consolidar una propuesta de país.
“Lo que estamos proponiendo es un intermedio, entre lo que sería la meta a alcanzar en el mediano plazo
y lo que es el límite que ahora tenemos, que está causando un grave impacto al medio ambiente.
Seguiremos trabajando en desarrollar junto con las empresas y los sectores productivos, las alternativas de
tratamiento que nos puedan llevar a mediano y largo plazo a tener una tecnología sostenible”, añadió
Avelar.
Esta iniciativa se da en el marco de la Estrategia Nacional de Saneamiento Ambiental del MARN. Entre
sus principales metas está el contar con una propuesta de reglamento técnico para el manejo de las aguas
residuales, un instrumento que ayudará para regular de una mejor manera el manejo y el vertido de las
aguas residuales, tanto ordinarias como especiales a los cuerpos receptores.
Séptima diapositiva
Todos los días, recursos valiosos son evacuados a través del inodoro.
Ni qué decir de los lavamanos, duchas y desagües industriales del mundo. Cuando finalmente se abre
paso hasta las alcantarillas – o, peor aún, hasta nuestros arroyos y ríos – habremos desperdiciado una
valiosísima fuente de agua, energía, y nutrientes: para decirlo en dos palabras, las aguas residuales.
A pesar de los beneficios ambientales ya probados, de salud, económicos y financieros de reutilizar las
aguas residuales, un asombroso 80 % a nivel mundial es vertido en el ambiente sin tratamiento adecuado.
Con una población en crecimiento y una demanda de recursos hídricos en ascenso, no reutilizar las aguas
residuales es una práctica cada día más insostenible e inaceptable.
Apenas seis de cada 10 habitantes de América Latina cuentan con conexión domiciliaria a una red de
alcantarillado, y un escaso 30 a 40 % de las aguas residuales recolectadas es sometida a tratamiento.
Estas cifras son sorprendentes dado los altos niveles de urbanización e ingresos, y acarrean graves
consecuencias para la salud pública, la sostenibilidad ambiental y la equidad social.
Octava diapositiva
¿Qué están haciendo los países latinoamericanos para enfrentar este inmenso desafío? Tenemos un
excelente ejemplo en Guayaquil, Ecuador.
Guayaquil, un importante puerto que concentra la mayor población urbana de Ecuador, está ubicado en la
ribera occidental del río Guayas, que desemboca en el Océano Pacífico. La contaminación por aguas
servidas de los ríos y estuarios ha afectado a la ciudad durante décadas; sin embargo, inversiones
recientes en la recolección y el tratamiento de aguas residuales ya están generando mejoras en la calidad
del agua y reduciendo la contaminación.
Actualmente, Guayaquil está tomando medidas para mejorar su infraestructura para el manejo aguas
residuales con apoyo del Banco Mundial, convirtiéndose rápidamente en un modelo a seguir para la
región.
Con base en su experiencia no solo en otras regiones de América Latina sino también en todo el mundo,
el Banco Mundial ha promovido y facilitado la incorporación de un enfoque holístico en el abordaje de la
gestión de las aguas residuales, especialmente en las siguientes áreas:
Cerciorarse de que el proyecto incida en todos los aspectos fundamentales de la cadena de servicios de
saneamiento seguro, entre ellos infraestructura para el tratamiento de aguas residuales, rehabilitación de la
red de alcantarillado y ampliación de la cobertura a los pobres, así como asistencia para ayudar a los
clientes a reacomodar sus conexiones internas de agua y saneamiento de manera tal que estén conectadas
efectivamente a la red. Este enfoque se basa en una metodología de conexión existente desarrollada en
Guayaquil que emplea intervenciones sociales y de sensibilización de la población acerca de los
problemas de saneamiento. Esta metodología y conocimiento son activamente socializados con otras
empresas de servicio público a nivel regional y global y son consideradas buenas prácticas.
A través de, entre otras cosas, controles a la calidad del agua en las zonas de la ciudad ubicadas aguas
arriba, apoyar a la empresa de servicio público en la optimización de sus operaciones de tratamiento de
agua, la planificación mejorada de las inversiones en saneamiento, así como, al final, el mejoramiento de
la rendición de cuentas sobre la gestión ambiental de descontaminación y la conciencia ambiental.
Desarrollar un enfoque de gestión integral del agua urbana para la planificación del desarrollo urbano en
áreas de la ciudad en expansión que actualmente están menos consolidadas y requieren intervenciones en
alcantarillado urbano y gestión de aguas residuales.
Desde que se inició su ejecución en 2016, el proyecto ha concentrado esfuerzos en tres frentes:
generación de energía en los procesos de las plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR),
planificación de cuencas hidrográficas, y fiscalización. Conjuntamente, estos enfoques están reduciendo
la contaminación, ayudando en la lucha contra la escasez de agua, protegiendo la salud pública y
contribuyendo a impulsar la transición de la ciudad hacia una “economía circular”. A continuación, se
detalla el cómo:
Novena diapositiva
Generación de energía en los procesos de las plantas de tratamiento
Dos nuevas plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR), Las Esclusas y Los Merinos, están siendo
construidas y licitadas, respectivamente, para tratar el 100 % de las aguas residuales domésticas
recolectadas en las cuencas de los sectores sur y noreste de Guayaquil. Ambas PTAR incorporarán
instalaciones de cogeneración eléctrica, transformando en electricidad el biogás proveniente de los
digestores de lodo. Se estima que el potencial de generación de las plantas podría cubrir entre el 35 % y
el 40 % de las necesidades energéticas para operar las PTAR.
Planificación de cuencas hidrográficas
El enfoque integral de planificación de cuencas hidrográficas ayuda a los planificadores a entender mejor
los factores estresantes que afectan la calidad del agua, conducen a diseños más inteligentes de los
proyectos de aguas residuales y facilitan la identificación de oportunidades de reutilización de las aguas
residuales. La Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Guayaquil, EMAPAG, encargó el
desarrollo de un modelo hidrodinámico e hidrológico destinado a evaluar los efectos de la descarga de
efluentes de la planta Los Merinos en la calidad del agua de los ríos y estuario Guayas y Daule. El
modelo demostró que, debido a los altos flujos y la dinámica de las mareas del sistema del Río Guayas,
niveles de tratamiento primario serían suficientes para cumplir con los criterios de calidad del agua, lo
cual aumentaría la eficiencia y la eficacia de la inversión en PTAR en mayor medida que lo originalmente
planeado (originalmente se pensó que se requerirían niveles de tratamiento secundario para esta planta).
Fiscalización
Establecer metas y criterios razonables para la calidad de los efluentes es crucial para la reutilización y
recuperación del recurso hídrico. Los criterios deben basarse en las características del cuerpo de agua
receptor y/o en las necesidades de reutilización del agua. Los países tienden a observar los criterios
generales de descarga porque son más fáciles de implementar y hacer cumplir, pero los criterios que se
guían por el cuerpo de agua receptor son más eficientes y eficaces. Como se demostró en el ejemplo de
Guayaquil, la modelación de la capacidad de absorción de un cuerpo de agua puede, por ejemplo, reducir
los gastos de capital y de operación y mantenimiento del tratamiento más adelante.
En 2016, Ecuador aprobó una estrategia sectorial nacional que establecía que la meta del acceso universal
y equitativo a servicios de agua potable y saneamiento (APS) debía ser alcanzada en 2030. Un elemento
central de este objetivo son las inversiones robustas en infraestructura para el tratamiento de aguas
residuales.
El proyecto de Guayaquil demuestra que existe una oportunidad para garantizar que dichas inversiones se
efectúen de la manera más sostenible y eficiente posible, promoviendo enfoques que reduzcan el consumo
de recursos, enfocándose en la recuperación de los recursos en el marco de los principios de la “economía
circular”, todo ello enfocado en el reconocimiento de que las aguas residuales no constituyen una carga,
sino un recurso valioso.
Conclusión

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