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Los planetas

Los planetas (en inglés, The Planets), op. 32, es una suite orquestal en siete
movimientos del compositor inglés Gustav Holst, compuesta entre 1914 y 1917. En el
último movimiento se une a la orquesta un coro femenino sin texto. Cada movimiento
de la suite lleva el nombre de un planeta del sistema solar y su supuesto carácter
astrológico.

El estreno de Los planetas tuvo lugar en el Queen's Hall de Londres el 29 de


septiembre de 1918, bajo la dirección del amigo de Holst, Adrian Boult, ante una
audiencia invitada de unas 250 personas. Entre 1919 y principios de 1920 se dieron
tres conciertos en los que se tocaron movimientos de la suite. La primera actuación
completa en un concierto público tuvo lugar en el Queen's Hall el 15 de noviembre
de 1920 a cargo de la Orquesta Sinfónica de Londres dirigida por Albert Coates.

La naturaleza innovadora de la música de Holst provocó cierta hostilidad inicial


entre una minoría de críticos, pero la suite pronto se popularizó y a día de hoy
sigue siendo influyente y ampliamente interpretada. El compositor dirigió dos
grabaciones de la obra y ha sido grabada al menos ochenta veces posteriormente por
directores, coros y orquestas del Reino Unido y del extranjero.

Historia y composición

Gustav Holst, alrededor de 1921.


Los planetas se compuso a lo largo de casi tres años, entre 1914 y 1917.1 Sus
orígenes hay que buscarlos entre marzo y abril de 1913, cuando Gustav Holst y su
amigo y benefactor Henry Balfour Gardiner estaban de vacaciones en Mallorca con el
compositor Arnold Bax y su hermano, el escritor y periodista Clifford Bax. Una
discusión sobre astrología despertó el interés de Holst. Clifford Bax comentó más
tarde que Holst se convirtió en «un intérprete de horóscopos notablemente hábil».2
Poco después de las vacaciones, Holst le escribió a un amigo: «Sólo estudio cosas
que me sugieran música. Por eso me preocupaba el sánscrito.a Luego, recientemente,
el carácter de cada planeta me sugirió muchas cosas y he estado estudiando
astrología bastante de cerca».4 Le dijo a Clifford Bax en 1926 que Los planetas:

... whether it’s good or bad, grew in my mind slowly—like a baby in a woman’s
womb ... For two years I had the intention of composing that cycle, and during
those two years it seemed of itself more and more definitely to be taking form.5
... ya sea bueno o malo, creció en mi mente lentamente, como un bebé en el vientre
de una mujer ... Durante dos años tuve la intención de componer ese ciclo y durante
esos dos años pareció tomar forma de manera más y más definida.
Imogen Holst, la hija del compositor, escribió que su padre tenía dificultades con
las estructuras orquestales a gran escala, como las sinfonías, y la idea de una
suite con un personaje separado para cada movimiento fue una inspiración para él.6
El biógrafo de Holst, Michael Short, y el musicólogo Richard Greene piensan que es
probable que las Cinco piezas para orquesta de Arnold Schönberg sirvieran de
inspiración y ejemplo para que el compositor escribiera una suite para gran
orquesta.78b Esa suite se había representado en Londres en 1912 y nuevamente en
1914; Holst estuvo en una de las representaciones6 y se sabe que poseía una copia
de la partitura.9

Holst describió a Los planetas como «una serie de estados de ánimo», que actúan
como «contrapuntos entre sí», con «muy poco contraste en cualquiera de ellos».10
Short escribe que algunas de las características que el compositor atribuyó a cada
uno de los astros pudieron haber sido sugeridas por el folleto What is a Horoscope?
de Alan Leo, que estaba leyendo en ese momento.11 Tomó el título de dos
movimientos, «Mercurio: el mensajero alado» y «Neptuno: el místico», de sus
libros.1213 El propio Holst declaró que la obra se basaba en la «significación
astrológica» de los siete planetas representados en ella; que no era música
programática, que en caso de pretender encontrar un programa, bastaba con los
subtítulos de cada sección. Además, declaró que «no había relación alguna con las
deidades de la mitología clásica correspondientes a cada planeta».14 Pero, aunque
la astrología fue el punto de partida de Holst, dispuso los planetas para que se
adaptaran a su propio plan:

... ignoring some important astrological factors such as the influence of the sun
and the moon, and attributing certain non-astrological qualities to each planet.
Nor is the order of movements the same as that of the planets' orbits round the
sun; his only criterion being that of maximum musical effectiveness
... ignorando algunos factores astrológicos importantes, como la influencia del sol
y la luna, y atribuyendo ciertas cualidades no astrológicas a cada planeta. El
orden de los movimientos tampoco es el mismo que el de las órbitas de los planetas
alrededor del Sol; su único criterio es el de la máxima eficacia musical.11
En uno de los primeros bocetos de la suite, Holst incluyó a Mercurio como «n.° 1»,
lo que Greene sugiere que plantea la posibilidad de que la primera idea del
compositor fuera simplemente representar los planetas en el orden obvio, desde el
más cercano al Sol hasta el más lejano. «Sin embargo, abrir con el carácter más
inquietante de Marte permite una elaboración más dramática y convincente del
material musical».15

Holst tenía una gran carga de trabajo como director de música en St Paul's Girls'
School, Hammersmith y Morley College,16 y tenía un tiempo limitado para componer.
Imogen Holst escribió: «Los fines de semana y las vacaciones eran los únicos
momentos en los que realmente podía seguir con su propio trabajo, razón por la cual
le tomó más de dos años terminar Los planetas». Agregó que la neuritis crónica de
su padre en su brazo derecho lo estaba preocupando considerablemente y que le
habría resultado imposible completar las 198 páginas de la gran partitura sin la
ayuda de dos colegas en St Paul's, Vally Lasker y Nora Day, a quienes llamó sus
«escribas».17

El primer movimiento que se escribió fue «Marte» a mediados de 1914, seguido de


«Venus» y «Júpiter» a finales del año, «Saturno» y «Urano» a mediados de 1915,
«Neptuno» más tarde en ese año y «Mercurio» a principios de 1916. Holst completó la
orquestación durante 1917.1

Primeras representaciones

Adrian Boult fue quien dirigió la obra en su primera representación en público.


El estreno de Los planetas, realizado a petición de Holst por Adrian Boult, se
llevó a cabo con poca antelación el 29 de septiembre de 1918, durante las últimas
semanas de la Primera Guerra Mundial, en Queen's Hall con el apoyo financiero de
Gardiner. La ensayaron apresuradamente; los músicos de la Queen's Hall Orchestra
vieron por primera vez la complicada música sólo dos horas antes de la presentación
y reclutaron al coro de «Neptuno» entre los estudiantes de Holst en Morley College
y St Paul's Girls' School.18 Fue un evento relativamente íntimo, al que asistieron
alrededor de 250 socios invitados, pero Holst lo consideró como el estreno público
e inscribió en la copia de la partitura de Boult: «Esta copia es propiedad de
Adrian Boult, quien primero hizo que Los planetas brillaran en público y, por lo
tanto, ganó la gratitud de Gustav Holst».19

En un concierto de la Royal Philharmonic Society en el Queen's Hall el 27 de


febrero de 1919 dirigido por Boult, cinco de los siete movimientos se tocaron en el
orden «Marte», «Mercurio», «Saturno», «Urano» y «Júpiter».20 Fue decisión de Boult
no tocar los siete movimientos en este concierto. Aunque a Holst le hubiera gustado
que la suite se interpretara completa, la opinión del director era que cuando se le
presentaba al público un lenguaje completamente nuevo de este tipo, «media hora era
todo lo que podían asimilar».21 Imogen Holst recordó que su padre «odiaba las
representaciones incompletas de Los planetas, aunque en varias ocasiones tuvo que
acceder a dirigir tres o cuatro movimientos en los conciertos del Queen's Hall. Le
disgustaba especialmente tener que acabar con Júpiter, para hacer un "final feliz",
pues, como él mismo decía, "en el mundo real el final no es nada feliz"».22

En un concierto en Queen's Hall el 22 de noviembre de 1919, Holst dirigió «Venus»,


«Mercurio» y «Júpiter».c Hubo otra representación pública incompleta, en
Birmingham, el 10 de octubre de 1920, con cinco movimientos («Marte», «Venus»,
«Mercurio», «Saturno» y «Júpiter»), dirigida por el compositor.2425 La primera
interpretación completa de la suite en un concierto público fue el 15 de noviembre
de 1920; Albert Coates dirigió la Orquesta Sinfónica de Londres.d La primera
actuación completa dirigida por el compositor fue el 13 de octubre de 1923, con la
Queen's Hall Orchestra.2728

Orquestación

Inscripción de Holst en la copia de la partitura de Boult.


Los planetas, como reza su subtítulo, es una suite «para gran orquesta». El
compañero compositor de Holst, Ralph Vaughan Williams, escribió en 1920: «Holst usa
una orquesta muy grande en Los planetas no para que su partitura se vea
impresionante, sino porque necesita el color adicional y sabe cómo usarlo».29 Los
movimientos varían en las combinaciones de instrumentos utilizados. La partitura
requiere la siguiente instrumentación:30

Instrumentos de viento-madera: cuatro flautas (tercera doblando el primer flautín y


cuarta doblando el segundo flautín y «flauta bajo en sol», en realidad una flauta
alto),31 tres oboes (tercer oboe doblando el oboe bajo), un corno inglés, tres
clarinetes en si♭ y la, un clarinete bajo en si♭, tres fagotes y un contrafagot.
Instrumentos de viento metal: seis trompas en fa, cuatro trompetas en do, dos
trombones, un trombón bajo, un tuba tenor en si♭ (a menudo tocada en un bombardino)
y una tuba.
Percusión: seis timbales (dos intérpretes), triángulo, caja, pandereta, platillos,
bombo, gong, campanas tubulares, glockenspiel (tres intérpretes), celesta y
xilófono (dos intérpretes).
Teclados: órgano.
Cuerdas: dos arpas, violines primero y segundo, violas, violonchelos y contrabajos.
En «Neptuno», se agregan dos coros de mujeres de tres partes (cada uno compuesto
por dos secciones de soprano y una sección de contralto) ubicados en una sala
contigua que se proyectará hacia la audiencia.

Estructura
1. «Marte, el portador de la guerra»

El planeta

Su símbolo astrológico
8:19
«Marte» está marcado allegro y en un implacable ostinato en 5
4 durante la mayor parte de su duración. Se abre en silencio, los dos primeros
compases tocados por percusión, arpa y cuerdas col legno.32 La música llega a un
clímax disonante cuádruple fuerte.33 Aunque a menudo se piensa que «Marte»
representa los horrores de la guerra mecanizada, se completó antes de que comenzara
la Primera Guerra Mundial. El compositor Colin Matthews escribe que para Holst,
«Marte» habría sido «un experimento en el ritmo y el choque de tonalidades», y su
violencia en la interpretación «puede haberlo sorprendido tanto como impactó a sus
primeras audiencias».34 Short comenta, «abundan las disonancias armónicas, a menudo
resultantes de choques entre acordes en movimiento y puntos de pedal estáticos»,
que compara con un efecto similar al final de El pájaro de fuego de Ígor
Stravinski, y agrega que, aunque anteriormente se había escrito música de batalla,
en particular por Richard Strauss en Una vida de héroe, «nunca había expresado tal
violencia y puro terror».35

2. «Venus, el portador de la paz»

8:21
El segundo movimiento comienza adagio en compás de 4
4.36 Según Imogen Holst, «Venus» «tiene que intentar traer la respuesta correcta a
"Marte"».37 El movimiento se abre con un tema de trompa solista respondido en
suavemente por las flautas y los oboes. Un segundo tema se le da al solo de violín.
La música procede tranquilamente con acordes oscilantes de flautas y arpas, con
decoración de la celesta.37 Entre el adagio inicial y el largo central hay una
sección fluida andante en 3
4 con una melodía de violín (solo luego tutti) acompañada de una suave síncopa en
el viento-madera. El solo de oboe en el largo central es una de las últimas
melodías románticas que Holst se permitió antes de adoptar una forma más austera en
obras posteriores.37 Leo llamó al planeta «a estrella más afortunada bajo la cual
nacer»;38 Short considera el «Venus» de Holst «una de las más sublimes evocaciones
de paz en la música».39

3. «Mercurio, el mensajero alado»

4:24
«Mercurio» está en 6
8 y está marcado vivace en todas partes.40 El compositor R. O. Morris pensó que era
el más cercano de los movimientos al «dominio de la música programática pura y
simple... tiene una idea esencialmente pictórica. «Mercurio» es una mera actividad
cuyo carácter no está definido».41 Este movimiento, el último de los siete que
escribió, contiene los primeros experimentos de Holst con la bitonalidad.42
Yuxtapone fragmentos melódicos en si♭ mayor y mi mayor, en un scherzo de movimiento
rápido. Se destacan el violín solista, el arpa aguda, la flauta y el glockenspiel.
Es el más corto de los siete movimientos y su ejecución suele durar entre tres
minutos y medio y cuatro.434445

4. «Júpiter, el portador de la alegría»

8:29
En este movimiento, Holst retrata la supuestamente característica «abundancia de
vida y vitalidad» de Júpiter con música que es alegre y exuberante.11 La nobleza y
la generosidad son presuntamente características de los nacidos bajo Júpiter y en
la sección media más lenta, Holst proporciona una melodía amplia que incorpora esos
rasgos.11 Se ha visto comprometida por su uso posterior como melodía de un himno
patriótico solemne, «I Vow to Thee, My Country»,16e pero el escritor de música
Lewis Foreman comenta que el compositor no pensó en él en esos términos, como lo
muestran sus propias grabaciones del movimiento.50 La sección de apertura del
movimiento está marcada allegro giocoso, en 2
4.51 El segundo tema, al mismo tempo, está en 3
4, al igual que la amplia melodía de la sección central, marcada como andante
maestoso, que Holst indica se debe realizar a la mitad de la velocidad de la
sección inicial.52 La sección de apertura regresa y después de una reaparición de
la melodía maestoso —su cadencia final esperada no resuelta, como en su primera
aparición— el movimiento termina con una corchea triple forte para toda la
orquesta.53

5. «Saturno, el portador de la vejez»


«Saturno» era el movimiento favorito de Holst de la suite.34 Matthews lo describe
como «una procesión lenta que se eleva a un clímax aterrador antes de desvanecerse
como si fuera en los confines del espacio exterior».34 El movimiento se abre como
un adagio tranquilo en 4
4 y el ritmo básico sigue siendo lento en todo momento, con breves ráfagas de
animación en la primera parte y un cambio a andante en 3
2 en la sección posterior.54 Aparte de los timbales, no se utiliza percusión en
este movimiento lasexcepto campanas tubulares en los puntos culminantes.55 Al
principio, flautas, fagotes y arpas tocan un tema que sugiere el tic-tac de un
reloj.55 Los trombones (el instrumento principal de Holst) introducen una melodía
solemne, que la retoma toda la orquesta.56 Un desarrollo del tema del tic-tac
conduce a un estrepitoso clímax de triple forte, después del cual la música se
apaga y termina en silencio.57

6. «Urano, el mago»

5:20
Matthews describe el carácter del movimiento como el de «una danza torpe, que
gradualmente se sale más y más de las manos (no muy diferente de El aprendiz de
brujo de Paul Dukas) hasta que, con lo que parece una varita mágica, todo es
barrido abruptamente en la lejanía».34f El movimiento, que comienza con lo que
Short llama «un tremendo motivo de metales de cuatro notas»,58 está marcado allegro
en 6
4. La música continúa en «una serie de bromas alegres» con interjecciones
ocasionales en 9
4, llegando a un clímax cuádruple forte con un órgano prominente glissando,59
después de lo cual la música desciende repentinamente a un pianissimo lento antes
de alternar secciones rápidas y lentas que llevan el movimiento a su final
pianissimo.60

7. «Neptuno, el místico»

La música del último movimiento es tranquila en todo momento, en una métrica


irregular y oscilante, que abre con flautas unidas por flautín y oboes, con arpas y
celesta prominentes más tarde. Holst hace mucho uso de la disonancia en este
movimiento. Antes del estreno, su compañero Geoffrey Toye dijo que un compás donde
los metales tocan acordes de mi menor y sol♯ menor juntos «iba a sonar espantoso».
Holst estuvo de acuerdo y dijo que se había estremecido cuando lo escribió, pero
«¿qué vas a hacer cuando te viene así?».61 A medida que se desarrolla el
movimiento, se une a la orquesta un coro femenino fuera del escenario que canta una
línea suave y sin palabras: esto era inusual en las obras orquestales de la época,
aunque Claude Debussy había utilizado el mismo recurso en sus Nocturnos (1900).62
La orquesta enmudece y las voces solas llevan la obra a un pianissimo final en una
tonalidad incierta, mientras se va cerrando una puerta entre los cantantes y el
auditorio.g

Influencias
Varias son las influencias que tuvo Holst de otros compositores en la composición
de la suite. La idea del coro femenino sin texto, para su «Neptuno» remite a los
Nocturnos de Claude Debussy.6265 Igualmente se puede rastrear la influencia de
Richard Strauss en su uso del oboe bajo;66 o la de Ígor Stravinski por la
incorporación de la tuba tenor66 y por la similitud de ciertos motivos breves y su
tratamiento en La consagración de la primavera, por ejemplo, en pasajes de «Marte»
y «Neptuno».67 También hay que mencionar la influencia de las Cinco piezas para
orquesta de Arnold Schönberg.78
Desde el punto de vista conceptual, además, se deben citar las Variaciones Enigma
de Elgar6869 y, de forma más lejana, los Cuadros de una exposición de Modest
Músorgski en cuanto a la sucesión de descripciones de caracteres o impresiones.70

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