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Carl Nielsen fue un compositor danés destacado del siglo XX conocido por sus composiciones premeditadamente simples. Estudió en el Conservatorio de Copenhague y realizó viajes de estudio a Alemania, Austria, Francia e Italia. Más tarde se desempeñó como violinista y director de orquesta en Copenhague. Escribió seis sinfonías que muestran su evolución musical así como óperas y canciones.
Carl Nielsen fue un compositor danés destacado del siglo XX conocido por sus composiciones premeditadamente simples. Estudió en el Conservatorio de Copenhague y realizó viajes de estudio a Alemania, Austria, Francia e Italia. Más tarde se desempeñó como violinista y director de orquesta en Copenhague. Escribió seis sinfonías que muestran su evolución musical así como óperas y canciones.
Carl Nielsen fue un compositor danés destacado del siglo XX conocido por sus composiciones premeditadamente simples. Estudió en el Conservatorio de Copenhague y realizó viajes de estudio a Alemania, Austria, Francia e Italia. Más tarde se desempeñó como violinista y director de orquesta en Copenhague. Escribió seis sinfonías que muestran su evolución musical así como óperas y canciones.
(Carl August Nielsen; Sortelung, 1865 - Copenhague, 1931)
Compositor danés que destacó por sus composiciones premeditadamente simples. Entre 1884 y 1887, estudió en el Conservatorio de Copenhague y después realizó diversos viajes de estudio a Alemania, Austria, Francia e Italia.
Carl Nielsen
Regresó a Copenhague, donde fue violinista de la orquesta del
Teatro Real, y en el que, entre 1908 y 1914, fue director de orquesta. En 1916 fue nombrado profesor del Conservatorio de la capital danesa, centro que dirigió en 1931. Entre 1915 y 1921 fue director de orquesta de la sociedad Musikforeninger, en la que dio a conocer gran parte de sus composiciones.
Escribió seis Sinfonías, en las que se deja ver su evolución
musical. En las dos primeras (1892 y 1902) sigue la forma clásica del género. En la tercera (Expansiva, 1911) sigue el elemento formal clásico pero el tema y los ritmos son ya personales. En la cuarta (Lo inextinguible, 1916) dio gran originalidad y dinamismo a sus ritmos. La quinta (1922) es la
más larga, aunque sólo presenta dos movimientos, y la sexta
(Sinfonía semplice, 1925) tiene carácter de música de cámara.
Fue autor de las óperas Saul og David (1901), con grandes
coros polifónicos, y Maskerade (1906), de carácter cómico. Realizó también dos grandes libros de canciones destinados a la escuela y a la familia.
En la biblioteca municipal de Leipzig se conservan aún los
antiguos legajos que contienen las listas de exequias realizadas en el siglo XVIII. Uno de estos viejos papeles nos informa escuetamente del siguiente hecho, en apariencia banal: "Un hombre de sesenta y siete años, el señor Johann Sebastian
Bach, Kapellmeister y Kantor en la escuela de la Iglesia de
Santo Tomás, fue enterrado el día 30 de julio de 1750". La modestia y simplicidad de esta inscripción, escondida entre otras muchas tan insignificantes como ella, nos parece hoy incomprensible al considerar que da fe del fallecimiento de uno de los más grandes compositores de todos los tiempos y, sin duda alguna, del músico más extraordinario de su época.
Johann Sebastian Bach
La brevedad de estas líneas demuestra con toda claridad el
trágico destino de un hombre que fue radicalmente subestimado en su época: pocos reconocieron al gran músico y nadie supo ver al genio. Tras su silenciosa muerte, la labor de quien había dedicado toda su existencia a crear honesta y laboriosamente una excelsa música en alabanza del Creador fue olvidada por completo durante más de cincuenta años, hasta que, tras ser publicada la primera biografía del músico, otro compositor, Mendelssohn, rescató su obra para sus contemporáneos al dirigir apoteósicamente su Pasión según
San Mateo en Berlín en 1829, hecho que constituyó un
acontecimiento nacional en Alemania.
Una saga de músicos
Johann Sebastian Bach nació el 21 de marzo de 1685 en
Eisenach (Turingia). Su familia era depositaria de una vasta tradición musical y había dado a lo largo de varias generaciones un buen plantel de compositores e intérpretes. Durante doscientos años, los antepasados de Bach ocuparon múltiples cargos municipales y cortesanos como organistas, violinistas cantores y profesores, aunque ninguno de ellos llegaría a alcanzar un especial renombre. Sin embargo, su apellido era en Turingia sinónimo de arte musical; hablar de los Bach era hablar de música.
Johann Sebastian siguió muy pronto la tradición familiar. Su
padre, Johann Ambrosius, comprendió rápidamente que tenía ante sí a un niño especialmente dotado y consagró mucho tiempo a su enseñanza. El ambiente de la casa paterna era modesto, sin llegar a las estrecheces de la pobreza y, por supuesto, estaba impregnado de una profunda religiosidad y entregado a la música. Al cumplir Bach los nueve años murió su madre, Elisabeth, y, como era frecuente en la época, Johann Ambrosius volvió a casarse a los pocos meses para poder afrontar el cuidado de sus hijos. Pero tres meses después de la celebración de su segundo matrimonio, el 20 de febrero de 1694, también murió Johann Ambrosius, y la viuda solicitó ayuda al hijo mayor de su marido, Johann Christoph, ya entonces organista en Ohrdruf, quien se hizo cargo de sus dos hermanos más pequeños, Johann Jacob y Johann Sebastian, acogiéndolos en su casa y comprometiéndose a darles la obligada formación musical.
Johann Ambrosius Bach, padre del compositor
El niño era aplicado, serio e introvertido. Además de la música,
sentía una viva inclinación por la lengua latina, cuya estructura rígida y lógica cuadraba perfectamente con su carácter, y por la teología. Estas materias, tamizadas por una intensa educación luterana, acabarían por modelar completamente su personalidad y convertirse en los sólidos fundamentos de su existencia y de su fuerza creadora. El propio Johann Christoph, que había sido discípulo de Pachelbel, se convirtió en maestro de órgano del niño.
No parece, sin embargo, que se diera plena cuenta de la
genialidad de su hermano menor, si consideramos la famosa anécdota transmitida por el propio Bach a su hijo Carl Philipp Emmanuel: Johann Christoph prohibió al niño estudiar un libro que contenía las más famosas piezas para clave de su tiempo, con obras de Froberger, Kerll y Pachelbel, libro que Bach logró transcribir a escondidas, de noche y a la luz de la luna. Descubierto el «crimen», Johann Christoph destruyó la copia. La que iba a ser su segunda esposa y cronista de la familia,
Anna Magdalena Wilcken, que también narra el episodio,
afirma que Johann Sebastian se lo contó «sin manifestar el menor resentimiento contra la dureza de su hermano». Anna Magdalena era menos benévola y, llevada por su fidelidad y amor a Johann Sebastian, pretendía achacar la ceguera final del compositor al esfuerzo que realizó de niño, por haber transcrito aquellas partituras «prohibidas» a la sola luz de la luna.
Años de formación
Hasta que pudo desarrollar todas sus capacidades pasaron aún
varios años de duro aprendizaje y preocupaciones cotidianas. Desaparecidos sus progenitores, el salario del hermano resultaba escaso y la casa demasiado pequeña para una familia cada vez más numerosa. Johann Christoph hizo ingresar a sus hermanos en el Gimnasium de Ohrdruf, donde Bach acabó el primer ciclo de estudios en 1700, con un adelanto de dos años sobre el resto de sus compañeros, recibiendo además un sueldo de diecisiete talegos al año (cantidad suficiente para pagar su manutención) como miembro del coro, donde cantaba con hermosa voz de soprano infantil. En marzo de 1700 el muchacho, que entonces contaba quince años de edad, marchó a Lüneburg, a 350 kilómetros de Ohrdruf, para ingresar en el coro de la Ritterakademie, con sueldo suficiente para su mantenimiento suplementario y hospedaje en el internado.
Este cambio supuso también la posibilidad de ampliar en
extensión y profundidad sus conocimientos musicales. En Lüneburg recibió la benéfica influencia del Kantor, pero sobre todo la del organista titular, Georg Böhm. Desgraciadamente, a los pocos meses de su llegada le cambió la voz y tuvo que ganarse la vida como músico acompañante y profesor de violín. Su nueva situación, sin embargo, le permitió desplazarse libremente a Hamburgo para completar su formación con Adam Reincken, que, pese a su edad, era uno de los más reputados organistas en activo de su tiempo. También frecuentó la corte de Celle, en cuya orquesta tocó como violinista por invitación de Thomas de la Selle, familiarizándose entonces con los compositores y las formas musicales francesas. De esta época de actividad y entusiasmo
data su primera cantata, género que frecuentaría a lo largo de
su vida.
Una energía aparentemente ilimitada y una fortaleza anímica
desbordante son los rasgos esenciales de la personalidad de Bach. Sin estos valores y sin su profunda religiosidad nunca hubiera podido soportar los duros golpes que el destino le tenía reservados. En 1702 terminó el segundo ciclo de estudios escolares, y determinó llegado el momento de aspirar a un puesto estable. Tras algunos frustrados intentos de ganar una plaza como organista, fue finalmente admitido en marzo de 1703 como violinista del duque de Weimar. Su gran religiosidad o sus dotes de organista le hicieron aspirar a otro puesto: el de organista en Arnstadt, cuyo decreto de nombramiento fue firmado por el conde Anton Günther el 9 de agosto de 1703. Johann Sebastian contaba dieciocho años.
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Pero para las autoridades no era fácil tratar con un hombre
impetuoso y excitable que despreciaba las normas establecidas y frecuentemente se mostraba colérico y caprichoso. Ya a los dieciocho años, mientras trabajaba como organista en Arnstadt, se había permitido el lujo de prolongar sus vacaciones durante dos meses: se encontraba en Lübeck escuchando extasiado al gran maestro Buxtehude y no estaba en absoluto dispuesto a renunciar a tan extraordinario placer. El consistorio de la ciudad se vio obligado a amonestarlo y
aprovechó la oportunidad para hacerle algunos reproches
referentes a su también poco sumisa actitud en materia musical: "El señor Bach suele improvisar muchas variaciones extrañas, mezcla nuevas notas en piezas escritas y la parroquia se siente conf