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LA AVENTURA DE LA VIZCACHA

Érase una vez una vizcacha aventurera que vivía en los andes peruanos, que
decidió viajar a la costa para conocer el fundo La Calera, que se encuentra en
Alto Larán. Los animales hablaban que el lugar era hermoso y que tenía
exóticas plantas.
La vizcacha emocionada exclamó:
—¡Qué hermoso lugar! viajaré para allá.
Al llegar se impresionó con el paisaje. Teniendo hambre encontró una planta de
ciruelas, que para ella era desconocida.
La vizcacha vio a un lindo conejo con el que compartió unas ciruelas.
La vizcacha le habló:
—¡Qué deliciosa ciruela! Me llevaré unas cinco ciruelas más para el camino.
El conejo le dijo:
—Este lugar es el jardín de un zorro costeño, hay que tener cuidado.
De pronto apareció el zorro costeño y gritó:
—¿Qué hacen robando las ciruelas de mi jardín?
Rápidamente escaparon el conejo y la vizcacha, corrieron y corrieron hasta que
por accidente quedaron atrapados en una planta de huarango.
Inmediatamente llegó el zorro Costeño y planeaba comérselos pero los
roedores pidieron piedad.
—Por favor señor zorro, no nos coma— exclamó la vizcacha.
—Piedad, señor zorro, nos iremos de este lugar— dijo el conejo.
Entonces el zorro tuvo compasión y las liberó diciendo:
—Nunca más agarren las cosas que no les pertenecen.
La vizcacha y el conejo aprendieron la lección y como agradecimiento
ayudaron en la cosecha del jardín del zorro costeño y se fueron felices.

Moraleja:
Al agarrar algo debemos pedir por favor y luego decir, gracias.

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