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COMPOSICIONES HISTORICAS SOBRE EL SIGLO XIX

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1.-LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN (1788 -1833)


1.1.-La crisis de la monarquía absoluta (abdicaciones, ocupación napoleónica)
1.2.-Las Cortes De Cádiz Y La Constitución De 1812
1.3. La Restauración De Fernando VII y del Absolutismo: las etapas del reinado (delimitación
temporal y características principales)
2.- LA CONFLICTIVA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL (1833-1874
2.1.-La construcción del Estado liberal (principios del liberalismo y diferencias entre las
distintas familias políticas)
2.2. La Revolución Gloriosa y la Constitución de 1869
2.3. La Primera República (proyecto de constitución federal e cantonalismo)
3.-LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA:
3.1.La Restauración (sistema canovista y constitución de 1876)
3.2. La vida política de la restauración (turnismo - quenda, caciquismo y fraude electoral)
3.3. La cuestión nacional en el siglo xix
4.-PERVIVENCIAS Y TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS EN EL SIGLO XIX: UN DESARROLLO
INSUFICIENTE.
4.1. La reforma agraria liberal: las desamortizaciones (objetivos y resultados)
4.2. O movemento obreiro (Sexenio Democrático e Restauración)
4.3. Los principales sectores industriales y el papel del ferrocarril.

1..1. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN (1788 -1833) LA CRISIS DE LA MONARQUÍA


ABSOLUTA (ABDICACIONES, OCUPACIÓN NAPOLEÓNICA)

Los siguientes documentos deben permitirte la realización de una composición sobre la crisis de la monarquía
absoluta en el reinado de Carlos IV que culmina en el período histórico comprendido entre 1808 y 1814, en el que se
desarrolla la Guerra de Independencia. En esta composición debes tratar las siguientes cuestiones: La crisis de la
monarquía centrada en el papel del rey Carlos IV, el nombramiento de Godoy y el impacto de la Revolución francesa
que culminará en los sucesos del dos de mayo de 1808 y la Guerra de Independencia donde de manera sucinta
tendrás que mencionar las causas, la organización de la resistencia, las diferentes fases del conflicto, el papel
importante de los guerrilleros y el final de la contienda. Puedes referirte para concluir al regreso al trono de
Fernando VII. Recuerda que no se trata de responder a preguntas aisladas, sino de realizar una composición
coherente y argumentada, y que en la evaluación se tendrá en cuenta los conocimientos, la utilización de los
documentos y la corrección en la expresión escrita.

Doc. 1. Tratado de Fontainebleau Tratado secreto entre el rey de España y el emperador de los
franceses, relativo a la suerte futura del Portugal. [27 de octubre de 1807] (…) se han convenido en lo
que sigue: 1°. La provincia de Entre-Duero-y-Miño con la ciudad de Oporto se dará en toda propiedad y
soberanía a S.M. el Rey de Etruria con el título de Rey de la Lusitania Septentrional. 2°. La provincia de
Alentejo y el Reino de los Algarbes se darán en toda propiedad y soberanía al Príncipe de la Paz para que
las disfrute con el título de Príncipe de los Algarbes. 3°. Las provincias de Beira, Tras-los-Montes y la
Extremadura portuguesa quedarán en depósito hasta la paz general, para disponer de ellas según las
circunstancias y conforme a lo que se convenga entre las dos altas partes contratantes. (...) 13. Las dos
altas partes contratantes se entenderán para hacer un repartimiento igual de las islas, colonias y otras
propiedades ultramarinas de Portugal. Convención anexa al tratado anterior, aprobada y ratificada en
los mismos términos. 1°. Un cuerpo de tropas imperiales francesas de veinticinco mil hombres de
infantería y tres mil de caballería entrará en España y marchará en derechura a Lisboa. Se reunirá a este
cuerpo otro de ocho mil hombres de infantería y de tres mil de caballería de tropas españolas, con
treinta piezas de artillería. 2°. Al mismo tiempo, una división de tropas españolas de diez mil hombres
tomará posesión de la provincia EntreDuero-y-Miño y de la ciudad de Oporto; y otra división de seis mil
hombres, compuesta igualmente de tropas españolas, tomará posesión de la provincia de Alentejo y del
Reino de los Algarbes. (...) 6°. Un nuevo cuerpo de cuarenta mil hombres de tropas francesas se reunirá
en Bayona, a más tardar, en 20 de noviembre próximo, para estar pronto a entrar en España y
trasladarse a Portugal, en el caso que los ingleses enviasen refuerzos y amenazasen atacarle. Este nuevo
cuerpo no entrará, sin embargo, en España, hasta que las dos altas potencias contratantes se hayan
puesto de acuerdo a este efecto. (...) Tratado de Fontainebleau. 27-10-1807

Doc.2 Abdicación de Carlos IV “Como los achaques de que adolezco no me permiten soportar por más
tiempo el grave peso del gobierno de mis reinos, y me sea preciso para reparar mi salud gozar en clima
más templado de la tranquilidad de la vida privada; he determinado, después de la más seria
deliberación, abdicar mi corona en mi heredero y mi mui caro hijo el Príncipe de Asturias. Por tanto, es
mi real voluntad que sea reconocido y obedecido como Rei y Señor natural de todos mis reinos y
dominios. Y para que este mi real decreto de libre y espontánea abdicación tenga su exacto y debido
cumplimiento, lo comunicaréis al consejo y demás a quienes corresponda. Dado en Aranjuez, a 19 de
marzo de 1808.- Yo, el Rey.- A don Pedro Cevallos” CARLOS IV. Decreto de abdicación. 19-3-1808
[castelán]

Doc.3 Orden del mariscal Murat (2 de mayo de 1808): “Orden del día: Soldados: mal aconsejado el
populacho de Madrid, se ha levantado y ha cometido asesinatos(...). Pero la sangre francesa vertida
clama venganza. Por lo tanto, mando lo siguiente: (...) Art. 2. Serán arcabuceados todos cuantos durante
la rebelión han sido presos con armas. (...) Art. 4. Todo corrillo que pase de ocho personas, se reputará
reunión de sediciosos y se disipará a fusilazos. (...) Art. 5. Toda villa o aldea donde sea asesinado un
francés será incendiada. Art. 7. Los autores de libelos, impresos o manuscritos que provoquen a la
sedición, los que los distribuyeren o vendieren, se reputarán agentes de la Inglaterra, y como tales serán
pasados por las armas

1.1.LA CRISIS DE LA MONARQUÍA ABSOLUTA (ABDICACIONES, OCUPACIÓN NAPOLEÓNICA)

El conjunto de documentos se centra en la crisis de la monarquía borbónica de Carlos IV cuya


primera manifestación está en el desprestigio del rey alrededor de la figura de Godoy, su
primer ministro, centro de una la mala gestión política sobre todo con Francia en un contexto
de crisis económica y de conflictividad creciente que derivara en los sucesos que provocan la
Guerra de Independencia de graves consecuencias para España. El nombramiento en 1792 de
Godoy, un hidalgo carente formación y experiencia, como primer ministro fue muy
escandaloso ya que su ascenso parecía deberse a su relación con la reina de su esposa, María
Luisa de Parma; además su acción política fue muy errática y desacertada sobre todo ante la
Revolución Francesa (1789). Al principio se mantuvo una política expectante que luego fue
cambiada por una hostil tras la detención y ajusticiamiento del rey Luís XVI que terminará con
una guerra desfavorable contra Francia de la que se sale con la benévola Paz de Basilea de
1795. Lo más extraño fue el giro político del año siguiente que inicia un acercamiento a la
Francia revolucionaria mediante la firma de los Tratados de San Ildefonso en 1796 y 1800 que
supusieron la subordinación a Francia y el inicio de una política contraria a Inglaterra que tuvo
como consecuencia, además de varias derrotas navales, un fuerte déficit de la Hacienda real
que Godoy intentó paliar con la desamortización ordenada en 1798 lo cual lo enemistó con la
Iglesia. Esta subordinación a la de la Francia, ahora de Napoleón, encontró gran oposición
dentro del país que se incrementó tras la derrota en Trafalgar (1805) donde se perdió gran
parte de la Armada española y tras el Tratado de Fontainebleau de 1807 que es el documento
1 firmado en el contexto del proyecto napoleónico de bloqueo continental contra Inglaterra y
que permite la entrada de tropas francesas en España “1°. Un cuerpo de tropas imperiales
francesas de veinticinco mil hombres de infantería y tres mil de caballería entrará en España”
con la intención de ocupar Portugal (aliado inglés que desobedecía el bloqueo) “marchará en
derechura a Lisboa” para dividirlo en tres provincias, una de las cuales sería para Godoy con el
título de Príncipe “2°. La provincia de Alentejo y el Reino de los Algarbes se darán en toda
propiedad y soberanía al Príncipe de la Paz (Godoy)para que las disfrute con el título de
Príncipe de los Algarbes.”, concesión territorial que explica el apoyo de Godoy al tratado pese
a los perjuicios que para España que trae esta alianza con Francia. El llamado «partido
antigodoyista», o fernandino, integrado por nobles y clérigos favorables al príncipe Fernando,
opuesto a esta política, organizó una conspiración contra el rey en el llamado proceso de El
Escorial (1807), que mostró las miserias de la monarquía española, pues el mismo Fernando
pidió perdón por haber conspirado contra su propio padre y rey. A este le siguió el motín de
Aranjuez, en marzo de 1808, una protesta popular manejada por la alta nobleza que acabó con
la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII como se describe
en el Documento 2; abdicación forzada que se camufló en la mala salud del Rey Carlos IV como
describe el propio documento “Como los achaques de que adolezco no me permiten soportar
por más tiempo el grave peso del gobierno de mis reino” y “gozar… de la tranquilidad de la
vida privada”. No obstante, la caída de Godoy y de Carlos IV no solucionó el malestar español
por la presencia en España de las tropas napoleónicas, mal vistas por el pueblo español, que
percibía que el ataque a Portugal era solo una excusa para ocupar toda la Península. Mientras,
Napoleón, aprovechó los problemas de la familia real para convocarlos a la ciudad francesa de
Bayona y obligarles a renunciar al trono español y cedérselo a él quien se lo entregó a su
propio hermano, José, José I de España, son las abdicaciones de Bayona. Ante estos hechos, el
motín popular madrileño del 2 de mayo de 1808 contra los franceses el 2 de mayo da
comienzo a la guerra de la Independencia. (1808 -1814) situación que se ejemplifica en el
documento 3 donde el mariscal francés Marat ordena la represión de este motín popular pero
que solo es la chispa que incendia al país ya que la insurrección se contagió al resto del país
conforme llegaba la noticia de los sucesos de Madrid. En las localidades rebeldes se publicaron
bandos contra el invasor y se formaron juntas para organizar el gobierno y la defensa. Esta
guerra fue algo más que una lucha armada entre franceses y españoles: fue un conflicto civil
interno por el apoyo a José I de los «afrancesados» e internacional, pues los sublevados se
aliaron con Inglaterra. Esta La guerra tuvo tres fases: la primera durará hasta finales de 1808
en la que el levantamiento generalizado desarticula el plan francés de ocupación tras su
derrota en Bailen (julio de 1808). Al mismo tiempo se organiza la resistencia primero con las
Juntas Provinciales que asumen la soberanía y declaran la guerra a Francia y posteriormente
con la Junta Suprema Central. La segunda fase, de 1808 a 1812, se caracterizó por el dominio
francés tras la llegada de Napoleón con más de 250.000 hombres quien conquista
prácticamente toda la España salvo Cádiz, que resistió a los franceses con el apoyo de la
armada inglesa. La resistencia española se manifestará en los asedios de ciudades como
Zaragoza que sólo frenan el avance francés y, sobre todo, en la guerrilla que realizará una
decisiva labor de hostigamiento y desgaste del ejército francés. La tercera fase, de 1812 a
1814, coincide con el declive de Napoleón tras su derrota en Rusia que es aprovechado por las
tropas españolas e inglesas, al mando de Wellington, que derrotan a los franceses en Arapiles
y Vitoria en abril de 1813 y así firmar el Tratado de Valençai (dic. 1813) que reconoce a
Fernando VII como rey de España. La Guerra de Independencia fue una de las primeras
"guerras totales" y la táctica de desgaste desarrollada por acción guerrillera provocó un
terrible impacto humano, sobre 400,000 muertos y unos 100,000 exiliados, los afrancesados,
siendo la primera emigración política de la historia de la España contemporánea. Las
consecuencias económicas también fueron terribles ya que la guerra supuso la destrucción de
ciudades completamente arrasadas por los asedios como Zaragoza o destruidas por la guerra
como San Sebastián y causó un grave deterioro de nuestra industria textil y la ruina definitiva
de la Hacienda española acompañada con la devastación de infraestructuras y cosechas.

1.2. LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812

Los siguientes documentos deben permitirte la realización de una composición sobre el período histórico
comprendido entre 1808 e 1814, en el que se desarrolla la Guerra de la Independencia y las cortes y la constitución
de Cádiz. En ella debes tratar las siguientes cuestiones: el contexto histórico de la convocatoria a cortes, su
composición, su obra legislativa centrándose en la constitución de Cádiz. Puedes referirte para concluir al fin de la
guerra y a la vuelta de Fernando VII. Recuerda que no se trata de responder a preguntas aisladas, sino de realizar
una composición coherente y argumentada, y que en la evaluación se tendrá en cuenta los conocimientos, la
utilización de los documentos y la corrección en la expresión escrita.

Doc. 1: La Junta Suprema convoca a Cortes (1809) (...). El rey y señor don Fernando VII y en su
nombre la Junta Suprema Gubernativa del Reino, (...) decretó lo que sigue: (…) 11. Que se restablezca la
representación legal y conocida de la monarquía en sus antiguas Cortes (...). 31. Que además (...) la
nación juntada en Cortes (de): Medios e recursos para sostener la santa guerra en que se encuentra
empeñada la nación (...). Medios de asegurar a observancia de las leyes fundamentales del reino.
Medios de mejorar nuestra legislación (...). Parte que deben tener las Américas en la Juntas de Cortes
(...). 41.Para reunir las luces necesarias para tan importantes discusiones, la Junta consultará a los
consejos, juntas superiores de provincias, tribunales, ayuntamientos, cabildos, obispados y
universidades y oirá los sabios y personas ilustradas. JUNTA SUPREMA. Real Decreto. Sevilla, 22-5-1809

Doc. 2: Proclamación de la Soberanía Nacional (1810): Los diputados que componen este
Congreso, y que representan la nación española, se declaran legítimamente constituidos en Cortes
generales y extraordinarias y que reside en ellas la soberanía nacional. Las Cortes generales y
extraordinarias de la nación española, congregadas en la real Isla de León, conformes en todo con la
voluntad general, pronunciada del modo más enérgico y patente, reconocen, proclaman y juran de
nuevo por su único y legitimo rey al señor D. Fernando VII de Borbón; y declaran nula, de ningún valor ni
efecto la cesión de la Corona que se dice hecha en favor de Napoleón, no solo por la violencia que
intervino en aquellos actos injustos e ilegales, sino principalmente por faltares el consentimiento de la
nación.(...) Decreto de las Cortes de Cádiz de 24 de septiembre de 1810

Doc.3: la Constitución de 1812: Art. 1. La Nación española es la reunión de todos los españoles de
ambos hemisferios. Art. 3. La soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo mismo pertenece a
esta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales. Art. 12. La religión de la Nación
española es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana, única verdadera. La Nación la protege
por leyes sabias y justas y prohíbe el ejercicio de cualquiera otra. Art. 14. El Gobierno de la nación
española es una Monarquía moderada hereditaria. Art. 15. La potestad de hacer leyes reside en las
Cortes más el Rey Art. 16. La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el Rey Art. 17.- La potestad
de aplicar las leyes en las causas civiles y criminales reside en los tribunales establecidos por la ley.

LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812 Ante la ausencia de un poder oficial,


salvo el de José I, tras el dos de mayo de 1808 y el inicio de la Guerra de Independencia, los
sublevados o patriotas se dotaron de nuevos instrumentos políticos y así se crearon las Juntas
Provinciales y una Junta Suprema Central, en septiembre de 1808, que no reconocían al nuevo
rey francés. Estas Juntas tuvieron funciones políticas y militares, y estaban formadas por
grupos diversos (nobles, burgueses, etc.) unidos por la oposición a los franceses. Ya desde el
principio de la sublevación se contemplaba una convocatoria de Cortes «generales y
extraordinarias», (Documento 1) cuya iniciativa partió de la Junta Central, aunque fue llevada a
cabo por la regencia, que sustituyó dicha junta en enero de 1810 y que tenía como función
fundamental: “Que se restablezca la representación legal y conocida de la monarquía en sus
antiguas Cortes”. La elección de los diputados tropezó con grandes dificultades, por la
ocupación militar y por la presencia de diputados procedentes de América. Entre los diputados
se pueden distinguir, al menos, tres grupos o tendencias: Un grupo pretendía que no se
modificase nada del sistema político absolutista; otro grupo, entre los que destacaba el
ilustrado Jovellanos, pretendía un régimen intermedio entre el viejo absolutismo y el modelo
constitucional basado en la soberanía de la nación; por último, los liberales proponían una
cámara única que asumiera la soberanía nacional y elaborara una constitución que debía
recoger las novedades aportadas por la revolución francesa. La obra legislativa de las Cortes de
Cádiz fue ingente y representó una ruptura radical con los principios hasta entonces vigentes.
Ya el primer decreto de las Cortes, de 24 de septiembre de 1810, (el documento 2) estableció
que la soberanía residía en la nación y que las Cortes asumían esa representación “Los
diputados que componen este Congreso, y que representan la nación española, se declaran
legítimamente constituidos en Cortes generales y extraordinarias y que reside en ellas la
soberanía nacional”. También se proclamó la igualdad ante la ley, lo que suponía el fin de la
sociedad estamental; se estableció la igualdad entre españoles y americanos para dar
respuesta a los primeros movimientos independentistas en las colonias de América, aunque
excluyó a la población indígena y de raza negra, gran parte de esta última esclava. Se planteó
todo un conjunto de reformas: la libertad de imprenta, la abolición de la tortura, la supresión
de viejos tributos, de la Inquisición, de los señoríos jurisdiccionales y de los antiguos consejos.
Y se implantó la desamortización de bienes del clero, una nueva división provincial, la creación
de las diputaciones provinciales, una reforma de la hacienda y la libertad de comercio e
industria. La obra más representativa de las Cortes fue la nueva constitución (el documento 3),
la primera reconocida como tal en la historia de España inspirada en los principios liberales. El
proceso de elaboración, que duró año y medio, estuvo precedido de un intenso debate sobre
el modelo de constitución y de monarquía. Se promulgó el 19 de marzo de 1812, fue conocida
popularmente como «La Pepa» por ser aquel día la fiesta de San José y cuarto año del reinado
de Fernando VII. Los principios de la Constitución de 1812 son: Definición de nación, que
incluía a los españoles «de ambos hemisferios», es decir, de España y América y Filipinas en el
artículo 1. La afirmación de la soberanía nacional: el poder residía en la nación “Art. 3. La
soberanía reside esencialmente en la Nación”. La Confesionalidad del Estado: la religión
católica, única de la nación española “Art. 12. La religión de la Nación española es y será
perpetuamente la católica, apostólica, romana, única verdadera”. Para obtener el apoyo de los
eclesiásticos presentes en Cádiz. Un modelo de Estado basado en la monarquía moderada (art.
14), en la que el rey promulgaba las leyes y tenía derecho de veto transitorio; en la división de
poderes (art. 15, 16 y 17): el poder legislativo correspondía a las Cortes, de cámara única; el
poder ejecutivo quedaba en manos del rey y del gobierno por él designado, y el poder judicial
era independiente. El reconocimiento de los derechos y libertades individuales y de la igualdad
ante la ley. Además, reguló la elección de los representantes en las Cortes mediante sufragio
universal masculino indirecto, aunque para ser candidato a diputado era necesario disponer de
rentas propias; se creó la Milicia Nacional, cuerpo de civiles armados para la defensa del
sistema constitucional; estableció la libertad económica con la supresión de los gremios,
abolición de los señoríos, libertad de cercado de tierras para poner fin al predominio ganadero
de la Mesta, libertad de industria y de contratación, desamortización de las propiedades de
manos muertas, abolición de la Inquisición, etc. La constitución apenas pudo aplicarse, pues el
contexto de guerra hacía difícil su puesta en práctica y la restauración absolutista de 1814 la
abolió. Posteriormente estuvo vigente entre marzo de 1820 y octubre de 1823 en el Trienio
Liberal y entre agosto 1836 y junio de 1837 en la Regencia de Mª Cristina durante el reinado de
Isabel II). Fue una referencia durante la mayor parte del siglo XIX y un modelo para las
revoluciones liberales europeas y americanas del primer tercio del siglo.

1.3. LA RESTAURACIÓN DE FERNANDO VII Y DEL ABSOLUTISMO: LAS ETAPAS DEL REINADO
(DELIMITACIÓN TEMPORAL Y CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES)

Los siguientes textos permiten la elaboración de una composición que tenga por tema central la evolución política
durante el reinado de Fernando VII. Los documentos señalan el inicio de cada etapa que debes identificar y
caracterizar, destacando las diferencias entre ellas. Recuerda que no se trata de responder a preguntas aisladas,
sino de realizar una composición coherente y argumentada, y que en la evaluación se tendrá en cuenta los
conocimientos, la utilización de los documentos y la corrección en la expresión escrita .

Doc.1. Decreto de anulación de la Constitución de 1812 y de la obra legislativa de las Cortes


de Cádiz (1814): Las Cortes, las cuales […] me despojaron de la soberanía… declaro que mi real ánimo
es, no solamente, no jurar ni acceder a dicha «Constitución» ni a decreto alguno de las Cortes
«Generales y Extraordinarias» […] a saber, los que sean depresivos de los derechos y prerrogativas de mi
soberanía, establecidos por la constitución y las leyes en que largo tiempo la nación ha vivido… declaro
aquella Constitución y los decretos nulos y de ningún valor y efecto, ahora ni en tiempo alguno, como si
no hubiesen pasado jamás tales actos. Decreto de FERNANDO VII, Valencia, 4 de mayo de 1814

Doc.2-Fernando VII acepta la Constitución de Cádiz el 10 de marzo de 1820: […] Pero mientras
Yo meditaba maduramente, con la solicitud propia de mi paternal corazón, las variaciones de nuestro
régimen fundamental que parecían más adaptables al carácter nacional y al estado presente de las
diversas porciones de la Monarquía española, así como más análogas a la organización de los pueblos
ilustrados, me habéis hecho entender vuestro anhelo de que se restableciese aquella Constitución, que,
entre el estruendo de las armas hostiles, fue promulgada en Cádiz el año de 1812. […] Marchemos
francamente, y yo el primero, por la senda constitucional .
Doc.3. Luego de la intervención de la Santa Alianza, Fernando VII anula en 1823 los actos del
gobierno constitucional: Bien públicos y notorios fueron a todos mis vasallos los escandalosos
sucesos que precedieron, acompañaron y siguieron al establecimiento de la democrática Constitución
de Cádiz en el mes de marzo de 1820; […] empleados para variar esencialmente el gobierno paternal de
mis reinos en un código democrático, origen fecundo de desastres y de desgracias. […] La Europa entera,
conociendo profundamente mi cautiverio y el de toda mi Real Familia […] determinó poner fin a un
estado de cosas, que era el escándalo universal, […]. Sentado ya otra vez en el trono de San Fernando
[…] he venido en decretar lo siguiente: 1.°: Son nulos y de ningún valor los actos del gobierno llamado
constitucional que ha dominado a mis pueblos desde el 7 de mayo de 1820 hasta hoy, 1.° de octubre de
1823, declarando, como declaro, que en toda esta época he carecido de libertad […]. FERNANDO VII, 1
de octubre de 1823

1.3. LA RESTAURACIÓN DE FERNANDO VII Y DEL ABSOLUTISMO: LAS ETAPAS DEL REINADO
(DELIMITACIÓN TEMPORAL Y CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES)

El conjunto de textos refleja la evolución política del reinado de Fernando VII en el que se
desarrollan los procesos históricos para que el liberalismo tome el poder en España. Es por eso
por lo que en su reinado hubo una lucha permanente entre el liberalismo que defendía las
reformas dadas en las cortes de Cádiz, y el absolutismo monárquico encarnado en el rey que
defendía los privilegios del Antiguo Régimen. Su reinado se divide en tres etapas: primer
período absolutista (1814-1820), el Trienio Liberal (1820-23) y la Década ominosa (1823-33) El
primer período absolutista (1814-1820): Aunque realmente Fernando VII llega al trono de
España tras la abdicación de Carlos IV en 1808 consecuencia del motín de Aranjuez, los
acontecimientos que le siguen: la intervención de Napoleón, las abdicaciones de Baiona, el 2
de mayo y la Guerra de Independencia (1808- 1814) hicieron que su reinado diera comienzo
tras el Tratado de Valençai (diciembre de 1813), que pone fin a guerra de Independencia e
inicia su regresó a España. Es ahora cuando Fernando VII no acepta las reformas llevadas a
cabo en Cádiz y apoyado por la publicación del Manifiesto de los Persas, firmado por 69
diputados absolutistas, firma el Decreto de Valencia (Documento 1) en mayo de 1814 por el
que se restaura el absolutismo y se deroga toda la legislación de las Cortes de Cádiz. “declaro
aquella Constitución y los decretos nulos y de ningún valor y efecto, ahora ni en tiempo
alguno, como si no hubiesen pasado jamás tales actos”. A este decreto siguió la depuración y
persecución de los liberales y de los afrancesados. En esta primera etapa hubo que hacer
frente a las consecuencias negativas de la guerra tanto económicas como humanas a los que
se añadió el exilio de los afrancesados y liberales y la ruina de la hacienda y de la flota y el
inicio del proceso de emancipación de las colonias americanas. Ante esta situación de quiebra
los liberales intentaron revertir la política de Fernando VII con pronunciamientos casi todos
fracasados como los de Espoz y Mina (1814), Porlier (1815), etc. hasta él de enero de 1820 en
Las Cabezas de San Juan (Sevilla), dirigido por el teniente coronel Riego, que obligó a Fernando
VII a jurar en marzo la Constitución de 1812 (Documento 2) por el cual Fernando VII pronuncia
la frase “Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional” que da
comienzo al Trienio Liberal (1820 – 1823) o constitucional. Este fue un período en el que los
liberales que trataron de aplicar las normas emanadas de las Cortes de Cádiz, pero desde el
principio tuvieron dificultades consecuencia de su división en dos tendencias que marcaron la
evolución del liberalismo durante gran parte del siglo XIX entre los moderados que deseaban
alcanzar un compromiso con las antiguas clases dominantes y con el rey, para que fueran
aceptadas las reformas; y los exaltados que planteaban reformas radicales. Los problemas
entre moderados y exaltados se prolongaron a lo largo del trienio y condicionaron la actuación
política. No obstante, la principal oposición estaba constituida por los partidarios del
absolutismo, o realistas, que intentaron un golpe de Estado en julio de 1822 y consiguieron
apoyo internacional de la Santa Alianza (Rusia, Prusia y Austria) creada para defender el
absolutismo y que ordenó al rey de Francia, Luís XVIII, enviar un ejército, los Cien Mil Hijos de
San Luís, que invadió España en abril de 1823 y que permitió a Fernando VII restauraba su
poder absoluto el 1 de octubre de ese año (el documento 3). Con la anulación de nuevo de la
Constitución de 1812 (documento 3) “Son nulos y de ningún valor los actos del gobierno
llamado constitucional que ha dominado a mis pueblos desde el 7 de mayo de 1820 hasta hoy,
1.° de octubre de 1823”, se inaugura el último período del reinado de Fernando VII conocido
como la Década ominosa (1823 – 1833). Con la vuelta del absolutismo volvió de nuevo la
represión contra los liberales, aunque hubo, también, intentos de acercamiento a los liberales
más moderados y vemos una tendencia a la moderación progresiva de la política absolutista
(amnistía, regulación de impuestos, etc.). La oposición en este período fue, por un lado, de los
más reaccionarios denominados realistas, que consideraban que el rey hacía muchas
concesiones a los liberales y organizados alrededor de don Carlos, hermano del rey, al que
proponían como sucesor protagonizaron conspiraciones e insurrecciones siendo la más
conocida la llamada «guerra de los agraviados o malcontents» de 1827, en Cataluña; y por el
otro lado, los liberales, que protagonizaron varios pronunciamientos como el de Torrijos de
1831. No obstante, el principal asunto de este periodo fue el problema sucesorio con el
nacimiento en 1830 de Isabel complicado por el tema de la Ley Sálica (que prohibía que las
mujeres heredaran el trono) y su vigencia en España (Reglamento de sucesión de 1713). El rey
promulgó en 1830 la Pragmática Sanción de 1789 que derogaba la Ley Sálica pero los carlistas,
aprovechando una crisis de salud del rey, consiguieron derogar la Pragmática en 1832. La
recuperación del rey, sin embargo, significó la revocación de dicho documento y el paso un
gobierno más moderado. Así cuando Fernando fallece en 1833 deja como heredera a Isabel
con dos años y la I Guerra Carlista.

2.-LA CONFLICTIVA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL (1833-1874).

2.1.LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL (PRINCIPIOS DEL LIBERALISMO Y DIFERENCIAS


ENTRE LAS DISTINTAS FAMILIAS POLÍTICAS)

Los documentos siguientes te deben permitir elaborar una composición que tenga por asunto central la construcción
del estado liberal y las diferencias entre las distintas familias políticas centrándose principalmente en el reinado de
Isabel II. En los textos propuestos se defienden las tres tendencias del liberalismo que deberás contextualizar
caracterizando cada uno de ellos en sus trazos esenciales, como la soberanía, la estructura del poder o los
mecanismos de representación y participación. Recuerda que no se trata de responder a preguntas aisladas, sino de
realizar una composición coherente y argumentada, y que en la evaluación se tendrá en cuenta los conocimientos, la
utilización de los documentos y la corrección en la expresión escrita .

Doc. 1 : LA CONSTITUCIÓN DE 1837 “Siendo la voluntad de la Nación revisar, en uso de su soberanía,


la Constitución promulgada en Cádiz el 19 de marzo de 1812; las Cortes generales congregadas a este
fin, decretan y sancionan la siguiente Constitución de la Monarquía Española. Art. 2º Todos los
Españoles puede imprimir y publicar libremente sus ideas sin previa censura, con sujeción a las leyes....
Art. 11ª La Nación se obliga a mantener el culto y los ministros de la Religión Católica que profesan los
Españoles. Art. 12º La potestad de hacer leyes reside en la Cortes con el Rey. Art. 13º Las Cortes se
componen de dos cuerpos colegisladores, iguales en facultades: el Senado y el Congreso de los
Diputados. Art. 15º Los senadores son nombrados por el Rey a propuesta, en lista triple, de los electores
que en cada provincia nombran los diputados a Cortes. Art. 70º Para el Gobierno interior de los pueblos
habrá ayuntamientos, nombrados por los vecinos a quienes la ley concede este derecho. Art. 77º Habrá
en cada provincia cuerpos de Milicia Nacional, cuya organización y servicio se arreglará por una ley
especial”

Doc. 2: LA CONSTITUCIÓN DE 1845 Doña Isabel II, por la gracia de Dios y de la Constitución de la
Monarquía española, Reina de las Españas (…) hemos venido, en unión y de acuerdo con las Cortes
actualmente reunidas, en decretar y sancionar la siguiente Constitución. Art.11. La religión de la Nación
española es la Católica, Apostólica, Romana. El Estado se obliga a mantener el culto y sus ministros. Art.
12. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey Art. 13. Las Cortes se componen de dos
Cuerpos Colegisladores, iguales en facultades: el Senado y el Congreso de los Diputados Art. 14. El
número de senadores es ilimitado: su nombramiento pertenece al Rey. Art.15. Sólo podrán ser
nombrados senadores los españoles que, además de tener treinta años cumplidos pertenezcan a las
clases siguientes: Presidentes de alguno de los Cuerpos Colegisladores (…), Ministros de la Corona,
Consejeros de Estado, Arzobispos, Obispos, Grandes de España, Capitanes Generales (…) Embajadores
(…). Los comprendidos en las categorías anteriores deberán además de disfrutar 30.000 reales de renta,
procedentes de bienes propios o de sueldos (…), jubilación, retiro o cesantía. Art. 35. El rey y cada uno
de los cuerpos colegisladores tienen la iniciativa de las leyes. Art.45. Además de las prerrogativas que la
Constitución señala al Rey, le corresponde (…) nombrar y separar libremente a los ministros.

Doc.3: MANIFIESTO FUNDACIONAL DEL PARTIDO DEMÓCRATA, 1849 El Estado debe reconocer
y garantizar a todos los ciudadanos como condiciones primarias y fundamentales de la vida política y
social: la seguridad individual; la de manifestar, transmitir y propagar su pensamiento...el derecho de
petición... el derecho a la instrucción primaria gratuita; el derecho a una igual participación de todas las
ventajas y derechos políticos ... el de ser juzgado o condenado por la conciencia pública (jurado popular)
Partiendo de estos principios fundamentales, nosotros en el poder: 1º. Reformaríamos la Constitución
del Estado en Cortes Constituyentes, convocadas bajo las fases de elección directa, sufragio universal...
2º. Armaríamos, desde luego, la Milicia Nacional, organizada de manera que, sin ser un embarazo para
el Gobierno, conservase las instituciones y el orden público... 3º. Declararíamos la imprenta libre...

2.1. LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL (PRINCIPIOS DEL LIBERALISMO Y DIFERENCIAS


ENTRE LAS DISTINTAS FAMILIAS POLÍTICAS)

Nesta composición o alumnado debería explicar as características xerais do liberalismo e as


diferenzas existentes entre o liberalismo moderado, progresista e os demócratas, relacionar
eses principios ideolóxicos coas diferentes constitucións e identificar os principais líderes de
cada unha desas familias políticas. Deberá ser consciente tamén da preferencia da monarquía
polo liberalismo moderado frente ao progresista, relacionándoo coas diferentes etapas do
reinado (identificar as etapas sen profundizar nas mesmas)
El termino liberal tiene su origen en España en el periodo histórico conocido como trienio
liberal, extendiéndose luego hacia Europa. Es una doctrina que encuentra sus raíces en los
conceptos de contrato y derecho natural propuestos en el siglo XVII y XVIII por Locke,
Montesquieu y Rousseau. Sociológicamente, los liberales, suelen ser burgueses aunque se les
suelen unir sectores de los antiguos grupos privilegiados, sobre todo de la nobleza, quedando
excluidos los campesinos y los obreros. En cuanto a sus principios y su modelo político, los
liberales defienden, en su mayoría, la monarquía constitucional (sin exclusión de modelos
republicanos) con soberanía nacional (parlamento), igualdad jurídica, división de poderes y la
promulgación de las llamadas libertades liberales (expresión o prensa, reunión y asociación en
mayor o menor medida). Al mismo tiempo defienden el modelo económico denominado
liberal o capitalista por lo que defienden también el derecho de propiedad. Es una corriente de
pensamiento que se define por la oposición al absolutismo y también a los peligros de la
democracia. Es una teoría del "punto medio" entre absolutismo y democracia que trata de
combinar orden y libertad. Dentro del liberalismo asistimos a la aparición de facciones en el
siglo XIX. Los liberales moderados tuvieron un prolongado protagonismo político durante el
siglo XIX en España, desde Martínez de la Rosa en 1833, pasando por el general Narváez hasta
la Restauración donde destacó la figura de Canovas del Castillo. Su ideológica recibe también el
nombre de liberalismo doctrinario y se basaba en el rechazo del concepto de soberanía
nacional y su substitución por el de soberanía compartida, que hacía derivar la legitimidad del
poder político a la colaboración entre las Cortes y la Corona. En la práctica se atribuía a la
Corona, además del poder ejecutivo en exclusiva, igual capacidad legislativa que el
Parlamento. Los moderados, además, defendían un sufragio censitario muy restringido, eran
partidarios de la colaboración con la Iglesia católica y la confesionalidad del Estado, y de limitar
las libertades de expresión, de imprenta y de asociación como se refleja en la constitución de
1845 el Documento 2 donde en su articulado están presentes estas ideas. Los progresistas
tuvieron sus antecedentes en los patriotas que elaboraron la constitución de 1812 y en los
exaltados del Trienio Liberal (1820-1823) pero comenzaron a organizarse a partir de 1834 en
oposición al Estatuto Real. Nunca contaron con el apoyo de la Corona y sólo llegaron al
gobierno gracias en pronunciamientos militares el “Motín de los sargentos de La Granja” que
llevó al poder a Mendizábal. La constitución de 1937, el documento 1, fue el mejor ejemplo de
sus ideales en los que se defendía la soberanía nacional (en el preámbulo) como única
depositaria de la legitimidad política, un reconocimiento amplio de las libertades de reunión,
asociación y prensa (art.2); una mayor separación de la Iglesia y el Estado junto a la liberalidad
de cultos, y la defensa del orden constitucional por medio de la Milicia Nacional (art.77). Una
fracción minoritaria del liberalismo progresista eran los demócratas que acabarán formando
una fuerza diferenciada, en 1849 con el Documento. 3. el manifiesto fundacional del partido
demócrata y que defendían la soberanía popular por medio del sufragio universal masculino lo
cual los diferenciaba claramente de los progresistas que seguían defendiendo sufragios
censitarios amplios pero censitarios, al fin y al cabo, principio que se manifiesta en el punto 1
de documento: “1º. Reformaríamos la Constitución del Estado en Cortes Constituyentes,
convocadas bajo las fases de elección directa, sufragio universal”. También eran partidarios de
la participación de los ciudadanos en la justicia a través de los jurados, de la descentralización
política y administrativa del Estado y en la separación estricta de poderes y la subordinación
del ejecutivo al legislativo; compartían con los progresistas el reconocimiento de las libertades
individuales (reunión, asociación, prensa, culto…). Todos estos ideales quedaron reflejados en
las constituciones del Sexenio, la de 1869 y la republicana de1874 donde los demócratas
tuvieron una participación destacada. El sector más radical de los demócratas eran los
republicanos: federales de Pi i Margall y los unitarios de Castelar.

2.2. LA REVOLUCIÓN GLORIOSA Y LA CONSTITUCIÓN DE 1869

Los siguientes documentos te permitirán realizar una composición sobre momentos importantes de la evolución
política durante el Sexenio democrático (1868-1874). En tu redacción debes abordar las siguientes cuestiones: las
circunstancias que condujeron al derrocamiento de Isabel II; los trazos esenciales del do nuevo régimen político que
la Constitución de 1869 instaura y las razones del fracaso de la fórmula monárquica. Puedes aludir a la implantación
del régimen republicano. Recuerda que no se trata de responder a preguntas aisladas, sino de realizar una
composición coherente y argumentada, y que en la evaluación se tendrá en cuenta los conocimientos, la utilización
de los documentos y la corrección en la expresión escrita.

Doc.1: PACTO DE OSTENDE, 16-VIII-1866 "... después de una breve discusión [...] se acordó por
unanimidad lo siguiente: 1º.- que el objeto y bandera de la revolución en España es la caída de los
Borbones. 2º.- que siendo para los demócratas un principio esencial el sufragio universal y admitiendo
los progresistas el derecho del plebiscito, la base de la inteligencia de los dos partidos fuera que por un
plebiscito, o por unas Cortes Constituyentes elegidas por el sufragio universal, se decidiría la forma de
gobierno que se había de establecer en España, y hasta que así se decidiese había de ser absoluta la
libertad de imprenta y sin ninguna limitación el derecho de reunión, para que la opinión nacional
pudiese ilustrarse y organizarse convenientemente; sin que el gobierno provisional, que saliera de la
revolución, pudiera influir como tal en la resolución de la cuestión fundamental; sin perjuicio de que las
personas que lo compusieran pudieran sostener privada y públicamente sus opiniones individuales. 3.
Que se reconocía como jefe y director militar del movimiento al general Prim." Manifiesto de don Carlos
María de la Torre sobre lo que se acordó en el Pacto de Ostende en 1866

Doc.2: CONSTITUCIÓN DE 1869 La Nación española, y en su nombre las Cortes Constituyentes,


elegidas por sufragio universal, deseando afianzar la justicia, la libertad y la seguridad, y promover al
bien de cuantos vivan en España, decretan y sancionan la siguiente Constitución. (...) Art. 17.- Tampoco
podrá ser privado ningún español: Del derecho de emitir libremente sus ideas y opiniones, ya de
palabra, ya por escrito, valiéndose de la imprenta o de otro procedimiento semejante. Del derecho a
reunirse pacíficamente. Del derecho de asociarse para todos los fines de la vida humana. Del derecho de
dirigir peticiones individuales o colectivamente a las Cortes, al Rey y a las Autoridades. Art. 32.- La
soberanía reside esencialmente en la Nación de la cual emanan todos los poderes. Art. 33.- La forma de
gobierno de la Nación española es la Monarquía. Art. 34.- La potestad de hacer las leyes reside en las
Cortes. El Rey sanciona y promulga las leyes. Art. 35.- El poder ejecutivo reside en el Rey, que lo ejerce
por medio de sus ministros. Art. 36.- Los tribunales ejercen el poder judicial .

Doc. 3: LA ABDICACIÓN DE AMADEO DE SABOYA “Dos años largos ha que ciño la corona de
España, y la España vive en constante lucha, siendo cada día más lejana la era de la paz y de la ventura
que tan ardientemente anhelo. Si fueran extranjeros los enemigos de su dicha, entonces, al frente de
estos soldados tan valientes como sufridos, sería el primero en combatirlos; pero todos los que con la
espada, con la pluma, con la palabra agravan y perpetúan los males de la nación son españoles: todos
invocan el dulce nombre de la patria; todos pelean y se agitan por su bien, y entre el fragor del combate,
entre el confuso, atronador y contradictorio clamor de los partidos, entre tantas y tan opuestas
manifestaciones de la opinión pública, es imposible afirmar cual es la verdadera, y más imposible
todavía hallar remedio para tamaños males. Los he buscado ávidamente dentro de la ley y no lo he
hallado. Fuera de la ley no ha de buscarlo quien ha prometido observarla. Estas son, señores diputados,
las razones que me mueven a devolver a la nación, y en su nombre a vosotros, la Corona que me ofreció
el voto nacional, haciendo renuncia de ella por mí, por mis hijos y sucesores. Amadeo de Saboya Palacio
de Madrid, 11 de febrero de 1873

2.2. LA REVOLUCIÓN GLORIOSA Y LA CONSTITUCIÓN DE 1869

El conjunto de documentos desarrollan el primer período del Sexenio revolucionario iniciado


con el pronunciamiento de setiembre de 1868 en Cádiz llamado “la gloriosa” de los generales
Prim, Topete y Serrano. Este pronunciamiento culmina la situación de crisis del último período
del reinado de Isabel agravado a partir del año 1866 por la conjunción de una crisis de
subsistencias, de la crisis financiera e industrial y por la muerte de los principales líderes
moderados que apoyaban a Isabel II, O`Donnell en 1867 substituido por Serrano al frente de la
Unión Liberal y de Narváez en 1868 lo que privó a la reina de su principal apoyo. La muerte de
Narváez y el ostracismo de Serrano quien, apartado por la reina del poder, sumó su facción al
Pacto de Ostende, documento 1, un pacto anti isabelino firmado por los liberales progresistas
de Prim y los demócratas que tenía como finalidad derrocar a la reina como se manifiesta en el
punto 1º del mismo “que el objeto y bandera de la revolución en España es la caída de los
Borbones” para establecer un régimen basado en los principios liberales demócratas con su
defensa del sufragio universal “Cortes Constituyentes elegidas por el sufragio universal, se
decidiría la forma de gobierno” bajo la jefatura de Prim, “se reconocía como jefe y director
militar del movimiento al general Prim”, con un nuevo pacto el de Bruselas (1867) que puso las
bases de la revolución derrocará a Isabel II tras la victoria en el puente de Alcolea. Esta
revolución se caracterizó por una alianza entre progresistas y unionistas, con la aprobación de
los demócratas y aunque intervinieron militares de prestigio (Prim, Serrano, Primo de Rivera,
Dulce, Topete, etc.), hubo una presencia destacada de civiles de las clases burguesas y medias
y de las clases populares que aspiraban a derrocar a la reina y a implantar una democracia.
Fue, por tanto, la primera revolución democrática. Sus peticiones se centraban las promesas
del Pacto de Ostende, el sufragio universal (masculino, pues la mujer estaba excluida del voto),
la supresión de medidas impopulares como los consumos o las quintas y su defensa de las
clases medias y trabajadoras. En parte del país, las juntas revolucionarias ocuparon un poder
paralelo que competía con el del gobierno provisional. Tras la victoria se encomendó al general
Serrano la formación de un gobierno provisional que ordenó la disolución de las juntas. Una
vez cumplido este objetivo, el gobierno atendió algunas peticiones y promesas hechas como la
supresión del impuesto de consumos y la libertad de imprenta y se convocó a Cortes
constituyentes por sufragio universal masculino (hombres mayores 25 años) que gana la
coalición gubernamental y de ellas sale la Constitución de 1869, el Documento 2. La
Constitución de 1869 es la primera de carácter democrático, ya que reconoció por vez primera
el sufragio universal masculino estableciendo, en su preámbulo, la soberanía nacional de base
popular “La Nación española, y en su nombre las Cortes Constituyentes, elegidas por sufragio
universal” y en el artículo 33, proclamaba la división de poderes (art. 34, 35 y 36) y una amplia
declaración de derechos (art 17) individuales como los de libertad de culto, de reunión y
asociación, de residencia, de enseñanza, de expresión y de inviolabilidad del domicilio.
Estableció que España era una monarquía (art. 33). La búsqueda del nuevo rey y la nueva
dinastía marcó la vida política de España hasta finales de 1870. Hubo también medidas
económicas como establecer la peseta como unidad monetaria, el intento de sanear la
hacienda pública vendiendo el patrimonio minero e instaurar el librecambismo con el fin de
facilitar el despegue de la industria nacional. La adopción de la monarquía como forma de
gobierno provocó la dura oposición de los republicanos y llego a haber cinco candidatos
resultando elegido Amadeo de Saboya, apoyado por Prim, quien fue aceptado por 191 votos
de la cámara a su favor. Los republicanos emitieron 63 votos contrarios. Su corto reinado de
dos años fue muy convulso complicado desde el momento de su llegada por el asesinato de
Prim, su principal valedor. Sufrió el menosprecio de los altos mandos militares y de la
aristocracia y tuvo que enfrentarse a numerosos problemas. Uno de los principales fue la
división interna en los partidos que le apoyaban, unionistas y progresistas, una más
conservadora, con Sagasta, llamados constitucionalistas, que tuvieron el apoyo de los
unionistas de Serrano; y otra más reformista, dirigida por Ruiz Zorrilla, los radicales. A ello se
unió una gran agitación sociopolítica derivada de los efectos de la Comuna de París y la
difusión de los principios de la I Internacional en España. Ese complejo panorama político se
produjo en un contexto con dos guerras: una colonial, la de Cuba iniciada en 1868, y otra, la
tercera guerra carlista, que comenzó durante su reinado, en 1872. La situación le desbordó y
tomó la decisión de abdicar el 11 de febrero de 1873 que recoge el documento 3 donde se
manifiesta que “todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra agravan y perpetúan
los males de la nación son españoles” como ejemplo de esta agitación y manifiesta “entre el
confuso, atronador y contradictorio clamor de los partidos, entre tantas y tan opuestas
manifestaciones de la opinión pública” como ejemplo de esta división de los partidos del
Sexenio que le impedían “ hallar remedio para tamaños males”. Tras esta abdicación se
proclama la República el 11 de febrero de 1873.

2.3. LA PRIMERA REPÚBLICA (PROYECTO DE CONSTITUCIÓN FEDERAL E CANTONALISMO)

Los siguientes documentos te permitirán realizar una composición sobre momentos importantes de la evolución
política durante el Sexenio democrático (1868-1874). En tu redacción debes abordar las siguientes cuestiones: las
circunstancias que condujeron a la proclamación de la I República, sus características alrededor del proyecto de
constitución de 1873 y su fracaso final donde el cantonalismo tuvo un gran papel. Puedes aludir al proceso que
llevará a la Restauración. Recuerda que no se trata de responder a preguntas aisladas, sino de realizar una
composición coherente y argumentada, y que en la evaluación se tendrá en cuenta los conocimientos, la utilización
de los documentos y la corrección en la expresión escrita .

Doc. 1: Proclamación de la I República: "Señores diputados: Aquí, el partido republicano reivindica


la gloria que sería haber destruido la monarquía; no os echéis en cara la responsabilidad de este
momento supremo. No; nadie ha matado. Yo, que tanto he contribuido a que llegase este momento,
debo decir que no siento, no, en mi conciencia, mérito alguno de haber concluido con la monarquía. La
monarquía ha muerto sin que nadie, absolutamente nadie, haya contribuido a ello, más que la
Providencia. Señores: con Fernando VII murió la monarquía tradicional; con la fuga de Isabel II, la
monarquía parlamentaria, y con la renuncia de Amadeo, nadie ha acabado con ella. Ha muerto por sí
misma. Nadie trae la República; la traen las circunstancias; la trae una conspiración de la Sociedad, de la
Naturaleza, de la Historia. Señores: saludémosla, como el sol que se levanta por su propia fuerza en el
cielo de nuestra patria". Discurso de Emilio Castelar en la Cámara de Diputados el 11 de febrero de 1873

Doc.2 Proyecto de Constitución de la Primera República (1873) La nación española, reunida en


Cortes Constituyentes, deseando asegurar la libertad, cumplir la justicia y realizar el fin humano a que
está llamada la civilización, decreta y sanciona... “Artículo 1°. Componen la Nación española los Estados
de Andalucía Alta, Andalucía Baja, Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja,
Cataluña, Cuba, Extremadura, Galicia, Murcia, Navarra, Puerto Rico, Valencia, Regiones Vascongadas.
(...) Art.34.- El ejercicio de todos los cultos es libre en España. Art 35. Queda separada la Iglesia del
Estado. Art 36.- Queda prohibido a la Nación o al Estado federal, a los Estados regionales y a los
Municipios subvencionar directa ni indirectamente ningún culto. (...) Art. 39. La forma de gobierno de la
Nación española es la República federal. Art. 40. En la organización política de la Nación española todo
lo individual es de la pura competencia del individuo; todo lo municipal es del Municipio; todo lo
regional es del Estado, y todo lo Nacional, de la Federación. (...) Art. 42. La soberanía reside en todos los
ciudadanos, y se ejerce en su representación por los organismos políticos de la República constituida por
medio del sufragio universal. Art. 43. Estos organismos son: el Municipio, el Estado regional, el Estado
federal o Nación (...). Art. 45 El poder de la Federación se divide en poder legislativo, poder ejecutivo,
poder judicial y poder de relación entre estos poderes. (...) Art. 92. Los Estados tienen completa
autonomía económico-administrativa y toda la autonomía política compatible con la existencia de la
Nación. (...) Art. 96. Los Estados regirán su política propia, su industria, su hacienda, sus obras públicas,
sus caminos regionales, su beneficencia, su instrucción y todos los asuntos civiles y sociales que no
hayan sido por esta Constitución remitidos al Poder federal.”

Doc. 3 PROCLAMA DEL CANTÓN DE CARTAGENA “La Junta Revolucionaria al pueblo cartagenero:
Proclamada como forma de gobierno para España la República Federal, el pueblo republicano en su
inmensa mayoría reclamaba, como imperiosamente exigían las circunstancias, que se organizase la
Federación, estableciendo inmediatamente la división regional de los cantones y dando a éstos y al
municipio la autonomía suspirada hace tanto tiempo. Pero el pueblo, ansiosísimo de estas reformas,
sediento de esta redención tan deseada, veía prolongarse indefinidamente sus momentos de agonía,
veía amenazada la República de un golpe de muerte y no veía en el gobierno ni en la Cámara
Constituyente una predisposición para la inmediata ejecución de estas reformas... Se ha puesto en
armas porque ha creído ver en inminente riesgo la causa de la República Federal, y a ofrecerle su más
denodado y decidido apoyo van encaminadas todas sus generosas y laudables resoluciones. Viva la
República Federal. Viva la soberanía del pueblo.” Cartagena a 12 de julio de 1873

2.3.LA PRIMERA REPÚBLICA (PROYECTO DE CONSTITUCIÓN FEDERAL Y CANTONALISMO)

El conjunto de documentos se circunscribe al primer período republicano de la historia de


España. Tras la abdicación de Amadeo I, el 11 de febrero de 1873 se proclama la República,
con Figueras como presidente provisional. Esta República sólo duró un año en el que se
sucedieron cuatro presidentes (Figueras, Pi i Margall, Salmerón y Castelar), seis gobiernos, una
intensa agitación social, dos guerras (carlista y cubana) y la revolución cantonal. El esfuerzo
para construir un nuevo modelo de Estado tropezó con múltiples dificultades: la legitimidad de
su origen, la diversidad de proyectos que defendían los republicanos unitarios, los radicales y
los federales. El propio discurso de Castelar proclamado la I República, el documento 1,
reconoce parte de esas dificultades cuando reconoce que su proclamación es más fruto de la
historia que de un deseo claro del pueblo español, “Nadie trae la República; la traen las
circunstancias; la trae una conspiración de la Sociedad, de la Naturaleza, de la Historia”, es la
solución de compromiso al fracasar la monarquía democrática de Amadeo I que incluso fue
votada por diputados monárquicos que pretendían acelerar el deterioro político para organizar
el regreso de los Borbones. Dentro de las primeras medidas del gobierno provisional de la
Republica fue la convocatoria a Cortes Constituyentes (con un 60 % de abstención) que gana el
Partido Demócrata republicano Federal de Pi i Margall que asume la presidencia en junio de
1873 y proclama que España es una república federal formada por 15 estados más Cuba e
Puerto Rico y redactan un proyecto de Constitución federal de 1873 que no entró en vigor, el
documento 2. Según este proyecto se establecería una República compuesta por 17 estados y
varios territorios de ultramar (art.1), cada uno de los cuales podía tener su propia Constitución
y leyes (art. 92 y 96), confirmaba la división de poderes (art. 45) e iniciaba una extensa
declaración de derechos, ratificaba la abolición de la esclavitud en las colonias y se explicitaba
la separación de Iglesia y Estado, dejándose de subvencionar económicamente a la Iglesia
Católica (art. 34, 35 y 36). Sin embargo, la corta historia de la I República está asociada a la
división interna entre republicanos y los conflictos del momento. Dentro de estos conflictos
destacan los ya iniciados que ahora se recrudecen como la III Guerra Carlista y la Guerra Larga
de Cuba contra los que lucha un ejército contrario a la república. Pero es el enfrentamiento
interno republicano lo que más daña al régimen y que estalla dramáticamente con la
revolución cantonal de julio de 1873 iniciada en Cartagena que ilustra el documento 3. El
cantonalismo surgió por dos causas: como reacción defensiva ante la posible derechización de
la república como aclara el párrafo “el pueblo, ansiosísimo de estas reformas, …, veía
amenazada la República de un golpe de muerte” y como medio de presión para acelerar la
implantación de la república federal. Como movimiento social respondió a diversas demandas
sociales y políticas cuyo objetivo común era establecer el federalismo hasta sus últimas
consecuencias. Se basaba en la democracia directa, la autonomía de municipios y diputaciones
“estableciendo inmediatamente la división regional de los cantones y dando a éstos y al
municipio la autonomía suspirada hace tanto tiempo”, la supresión de consumos y quintas, el
reparto de la tierra, un anticlericalismo difuso y la defensa de los intereses de las clases medias
y populares. Pero en ningún caso cuestionaron la unidad de España, a pesar de la apariencia de
fragmentar el Estado en cantones independientes. Comenzó en Cartagena el 12 de julio, se
extendió rápidamente por el sur y la zona del Levante siendo reprimida con dureza en agosto-
septiembre, quedando el reducto del cantón de Cartagena hasta enero de 1874. El movimiento
cantonal dividió a los republicanos entre los transigentes (Pi, Súñer, Capdevila) y los partidarios
de la represión. Ante la revolución cantonal Pi i Margall dimite como presidente en julio siendo
substituido por Salmerón hasta septiembre puesto que también dimite al negarse a firmar las
sentencias de muerte que le exigían los militares. Le sustituyó Emilio Castelar, que defendía
una república centralista (a pesar de haber elaborado el proyecto de constitución federal) y
movilizó a los reservistas para acabar con el problema cantonal y continuar la---ana. Postergó
la discusión del proyecto constitucional. Firmó las penas de muerte que Salmerón rechazó e
hizo volver a los dirigentes de los partidos radical y constitucional, entre ellos el general
Serrano. El 2 de enero de 1874, Castelar, que debía rendir cuentas de su tarea de gobierno
desde septiembre, al no ser apoyado por la cámara dimitió y al día siguiente el general Pavía
ordenó que tropas del ejército y de la Guardia Civil desalojasen el hemiciclo del edificio del
Congreso. Después del asalto a tiros, los diputados huyeron sin mayor resistencia y finalizaba
el experimento republicano. Tras el golpe de estado se instauró un régimen conocido como
república unitaria o dictadura del general Serrano encubierta bajo la forma republicana que
durara hasta diciembre de 1874 cuando el general Martínez Campos da un pronunciamiento
que inicia la Restauración Borbónica con Alfonso XII.

3.-LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA:


3.1. LA RESTAURACIÓN (SISTEMA CANOVISTA Y CONSTITUCIÓN DE 1876)

Los siguientes documentos permiten elaborar una composición sobre los fundamentos políticos de la Restauración
borbónica. En ella debes abordar las siguientes cuestiones: La concepción del sistema como una monarquía liberal y
constitucional, la constitución de 1876 y la monarquía como fundamentación de la misma. Es pertinente mencionar
las características de su funcionamiento. Recuerda que no se trata de responder a preguntas aisladas, sino de
realizar una composición coherente y argumentada, y que en la evaluación se tendrá en cuenta los conocimientos, la
utilización de los documentos y la corrección en la expresión escrita.

Doc.1.- El Manifesto de Sandhurst presenta en 1874 el programa político de la Restauración:


“Sólo el restablecimiento de la monarquía constitucional puede poner término a la opresión, a la
incertidumbre y a las crueles perturbaciones que experimenta España. (...). Por virtud de la espontánea
y solemne abdicación de mi augusta madre, tan generosa como infortunada, soy único representante yo
del derecho monárquico en España. (...). Huérfana la nación ahora de todo derecho público e
indefinidamente privada de sus libertades, natural es que vuelva los ojos a su acostumbrado derecho
constitucional y a aquellas libres instituciones (...) No hay que esperar que decida yo nada de plano y
arbitrariamente; sin Cortes no resolvieron los negocios arduos los príncipes españoles allá en los
antiguos tiempos de la monarquía, y esta justísima regla de conducta no he de olvidarla yo en mi
condición presente, y cuando los españoles están ya habituados a los procedimientos parlamentarios.
(…) Sea la que quiera mi propia suerte ni dejaré de ser buen español ni, como todos mis antepasados,
buen católico, ni, como hombre del siglo, verdaderamente liberal.” Manifiesto de Alfonso XII en
Sandhurst (1 de diciembre de 1874)

Doc. 2: La constitución interna según Cánovas del Castillo: “Invocando toda la historia de España,
creí entonces, creo ahora que, deshechas como estaban por movimientos de fuerza sucesivos todas
nuestras Constituciones escritas, a la luz de la historia y la luz de la realidad presente sólo quedaban
intactos en España dos principios; el principio monárquico, el principio hereditario, profesado
profundamente -a mi juicio- por la inmensa mayoría de los españoles, y, de otra parte, la institución
secular de las Cortes. (…) Ni las Cortes es posible que voten la supresión de la monarquía, ni es posible
que el monarca acuerde la supresión de las Cortes y de aquí que las Cortes y el Rey, que están antes que
la Constitución, pues que la Constitución se hace entre el Rey y las Cortes, están también sobre la
Constitución, porque la Constitución no puede tocar ni a las Cortes ni al Rey.”

Doc. 3: La CONSTITUCIÓN DE 1876 “Don Alfonso XII, por la gracia de dios, Rey constitucional de
España; ...sabed: Que en unión y de acuerdo con las Cortes del Reino actualmente reunidas, hemos
venido en decretar y sancionar la siguiente Constitución de la Monarquía Española. Art. 4.- Ningún
español ni extranjero podrá ser detenido sino en los casos y en la forma que las leyes prescriban. (...)
Art. 11.- La religión Católica, Apostólica, Romana, es la del Estado. La Nación se obliga a mantener el
culto y sus ministros. Nadie será molestado en territorio español por sus opiniones religiosas, ni por el
ejercicio de su respectivo culto, salvo el respeto debido a la moral católica. No se permitirán, sin
embargo, otras ceremonias ni manifestaciones públicas que las de la religión del Estado. Art. 13.- Todo
español tiene derecho: De emitir libremente sus ideas y opiniones, ya de palabra, ya por escrito,
valiéndose de la imprenta ó de otro procedimiento semejante, sin sujeción á la censura previa. De
reunirse pacíficamente De asociarse para los fines de la vida humana.(...) Art 18.- La potestad de hacer
las leyes reside en las Cortes con el Rey. Art. 19.- Las Cortes se componen de dos Cuerpos
Colegisladores, iguales en facultades; el Senado y el Congreso de los Diputados. Art. 20.- El Senado se
compone: 1º. De senadores por derecho propio. 2º. De senadores vitalicios nombrados por la Corona.
3º. De senadores elegidos por las corporaciones del Estado y mayores contribuyentes en la forma que
determine la ley. El número de los senadores por derecho propio y vitalicios no podrá exceder de ciento
ochenta. Este número será el de los senadores electivos. Art.50.- La potestad de hacer ejecutar las leyes
reside en el Rey (…)
3.2. LA RESTAURACIÓN (SISTEMA CANOVISTA Y CONSTITUCIÓN DE 1876)

Nesta composición o alumnado debería explicar as características básicas do sistema canovista


(signo conservador, monarquía constitucional doutrinaria, soberanía compartida Coroa/Cortes,
papel esencial da monarquía, que nomea os gobernos, quenda pacífica de partidos) e da
constitución de 1876.

El conjunto de documentos se refiere a la Restauración, el período más amplio de la historia


contemporánea de España; su cronología se extiende desde 1875 fecha de la Restauración de
la monarquía borbónica en la figura de Alfonso XII hasta 1923 fecha del golpe de estado de
Primo de Rivera, o bien hasta 1931 con la caída de la monarquía y la llegada de la II República.
Este conjunto de documentos, concretamente, ilustra la concepción del sistema canovista de
la Restauración. La Restauración se gestó en el sexenio consecuencia del cansancio de una
sociedad por el caos y la aparente anarquía en la que se desenvolvían las sucesivas etapas de
este período y consecuencia del deseo de estabilidad y orden de una buena parte del país que
quería resolver conflictos como la III Guerra Carlista o la Guerra Larga de Cuba y que veía que
la revolución democrática de 1868, la “Gloriosa”, terminaba tristemente con la “dictadura” del
General Serrano. La figura clave de la Restauración fue Cánovas del Castillo un intelectual y
político de fuerte personalidad con un pensamiento profundamente conservador, como
describe el documento dos, pero muy pragmático capaz de ceder para conseguir su propósito
que era la reconstrucción pacífica del sistema borbónico basado en los principios de
monarquía y liberalismo muy visible en el texto con la afirmación “Ni las Cortes es posible que
voten la supresión de la monarquía, ni es posible que el monarca acuerde la supresión de las
Cortes” que defiende la monarquía y el principio de soberanía compartida característica del
liberalismo doctrinario o conservador que se repite en los fragmentos “que las Cortes y el Rey
(…) están antes que la Constitución”, “que la Constitución se hace entre el Rey y las Cortes” y
“la Constitución no puede tocar ni a las Cortes ni al Rey” Esta reconstrucción pacífica del
sistema borbónico tomó la forma de un bipartidismo liberal que se turnará en el poder entre el
partido liberal conservador dirigido por Canovas y el liberal fusionista fundado por Sagasta en
1880, y tomó la forma de la restauración de la monarquía borbónica en la figura del Infante D.
Alfonso (futuro Alfonso XII), hijo de Isabel II quien, con el manifiesto de Sandhurst (1874) el
documento 1, acepta este modelo liberal diseñado por Canovas especialmente cuando
manifiesta “No hay que esperar que decida yo nada de plano y arbitrariamente” y cuando se
define “como hombre del siglo, verdaderamente liberal.”. El pronunciamiento del general
Martínez Campos en Sagunto de diciembre de 1874 permitirá su proclamación como rey de
España dando comienzo en enero 75 a su reinado y a la Restauración. Los pilares de la
Restauración fueron la Constitución de 1876, el bipartidismo turnista, el centralismo y
falseamiento electoral basado en el caciquismo y el pucherazo. No obstante, esta composición
se centrará como indican las orientaciones y los documentos en la concepción del sistema
canovista explicada en los primeros párrafos de esta composición y en su base legal, la
Constitución de 1876, el documento 3, que pasamos a analizar. Esta constitución ha sido, hasta
el momento, la de mayor vigencia en la Historia Contemporánea de España, pues se mantuvo
en vigor hasta 1923, cuando el general Primo de Rivera instauró la dictadura dejándola en
suspenso. De talante moderado fue expresión del liberalismo doctrinario o conservador
defendido por Cánovas del Castillo claramente manifestado en la soberanía compartida entre
el rey y las cortes tal y como aparece en su preámbulo “Que en unión y de acuerdo con las
Cortes del Reino”. Pretendió, además, contentar al resto del liberalismo para evitar su
modificación cada vez que cambiase de signo el gobierno por lo que posee un amplio
desarrollo de las libertades, aunque de manera muy genérica. Sus principales características
son: la monarquía constitucional como régimen político basada en soberanía compartida entre
el rey y las Cortes, además, el monarca era la piedra angular del sistema porque regulaba los
tres poderes del Estado, como moderadora y directora de la vida política. La consecuencia es
que no hay reparto ni una separación estricta de poderes, sino que hay colaboración y
equilibrio como refleja la capacidad legislativa del rey en el Art. 18 y en su capacidad ejecutiva
Art. 50. Hay Cortes bicamerales (Art. 19), Congreso de los diputados y Senado, que tenían la
iniciativa legal compartida con el rey. Los derechos y libertades (reunión, asociación,
expresión) muy genéricamente recogidos por la Constitución y que debían ser especificados en
legislaciones posteriores lo que permite recortarlos o ampliarlos dependiendo del talante del
gobierno. De hecho, la confesionalidad católica del Estado, Art. 11, completada por la
obligación de mantener el culto ejemplifica el carácter conservador de esta constitución y, al
mismo tiempo, su talante flexible porque se introducía la libertad religiosa, aunque limitada a
las manifestaciones privadas. El derecho de sufragio se dejaba pendiente al no precisar el
sistema de votación. Dos leyes electorales definirán este derecho: la de 1878, que retomó el
sufragio censitario, y la de 1890, que recuperó el sufragio universal establecido por vez
primera en 1869. La Constitución se complementa con una legislación de talante
uniformizador y centralizador. Las provincias forales del País Vasco y Navarra pierden sus
organismos administrativos, aunque mantuvieron cierta autonomía fiscal gracias a los
“conciertos económicos”; también los ayuntamientos, con la Ley municipal de 1877, pierden
su autonomía y pasan a estar controlados desde el Gobierno; se procede igualmente a la
modernización del Estado con el desarrollo de nuevos códigos el Código Civil, el Código de
Comercio y el Código Penal, todos de talante más conservador y autoritario.

3.2. LA VIDA POLÍTICA DE LA RESTAURACIÓN (TURNISMO - QUENDA, CACIQUISMO Y FRAUDE


ELECTORAL)

Los siguientes documentos permiten elaborar una composición sobre el funcionamiento político de la Restauración.
En la redacción, debes abordar las siguientes cuestiones: La dinámica del turnismo entre los partidos del sistema, la
manipulación electoral y el sistema caciquil. Recuerda que no se trata de responder a preguntas aisladas, sino de
realizar una composición coherente y argumentada, y que en la evaluación se tendrá en cuenta los conocimientos, la
utilización de los documentos y la corrección en la expresión escrita .
Doc.1. Gobiernos del turnismo - quenda pacífica:

Doc 2.-Benito Pérez Galdós critica el caciquismo en la política española 1884: “Consecuencia
de este sistema es el caciquismo, o sea, el entronizamiento de ciertos individuos en las localidades, los
cuales, como instrumento del diputado, son dueños de los resortes administrativos. El cacique da y quita
míseros empleos que disfrutan los más pobres del pueblo; suyos son el cartero, el secretario del
Ayuntamiento, el peón caminero, el expendedor de efectos estancados. El cacique es quien al hacer el
reparto de la contribución carga la mano al adversario, aliviando al amigo, de lo que se originan
disgustos mil, y a veces porrazos y hasta puñaladas. Verdad que el tirano de la aldea agobia a ésta con
sus exigencias, hasta el punto de que muchos representantes del país reniegan de la hora en que se
metieron en estos líos”.

Doc.3 Valentí Almirall, republicano federal, denuncia o fraude electoral: “Si no fuera por las
grandes desgracias que causan al país, nuestras elecciones serían uno de los espectáculos más divertidos
que podrían verse en Europa. Realmente solo tenemos una mala parodia de elecciones. Listas de
electores, urnas, escrutinios, todo está falsificado (…). Entre nosotros reina la farsa en toda su desnudez,
una farsa completa, especial y exclusiva de las elecciones españolas; tanto si el sufragio es universal
como si es restringido nunca hay más que un solo y único elector: el ministro de Gobernación. Este con
sus gobernadores de provincia y el innumerable ejército de empleados de todas clases, sin excluir a los
altos dignatarios de la magistratura y el profesorado, prepara, ejecuta y consuma las elecciones (…). Se
confeccionan las listas de electores poniendo algunos nombres reales entre una serie de nombres
imaginarios, y sobre todo nombres de difuntos que en el acto de votación están representados por
empleados subalternos vestidos con trajes civiles para ir a votar. El autor de estas rayas ha visto muchas
veces cómo su padre, muerto ya hace algunos años, iba a depositar su voto en la urna bajo la figura de
un basurero de la ciudad o de un individuo de policía, vestido con ropa de otro [...] Este sistema de
elecciones [...] no es el peor de los medios empleados para falsear el sufragio por los llamados
defensores del parlamentarismo y del sistema de representación. Apresurémonos a decir que lo más
frecuente es que no se entretengan en estos simulacros de respeto humano y que aumente pura y
simplemente el número de votos hasta asegurar la elección del candidato que desean ver nombrado. En
este terreno se suelen sobrepasar los límites de lo grotesco y de lo absurdo. Para que los lectores
extranjeros puedan hacerse una idea de lo que ocurre, citaremos un caso de un general de brigada, que
obtuvo más de un millón y medio de votos, a pesar de que distrito solo contaba con solo varios miles de
habitantes.(...) El adversario del general fue aplastado por el peso del millón y el vencedor se presentó
muy serio en el Congreso, donde con la mayor naturalidad, confirmaron la elección.” Valentí Almirall ,
París 1.886 (España tal como es).

3.2. LA VIDA POLÍTICA DE LA RESTAURACIÓN (TURNISMO - QUENDA, CACIQUISMO Y FRAUDE


ELECTORAL)

El conjunto de documentos se refiere a la Restauración. La Restauración es el período más


amplio de la historia contemporánea de España dura desde 1875 hasta 1923 (golpe de estado
de Primo de Rivera) o hasta la II República en 1931. El conjunto de documentos, más
concretamente, ilustra el funcionamiento del sistema canovista de la Restauración. Para la
restauración de la dinastía borbónica fue clave el estado de opinión favorable creado por
Cánovas del Castillo, ideólogo de este sistema, durante el sexenio y que culmina en diciembre
de 1874 con el Manifestó de Sandhurst (diciembre 1874) por el cual el futuro rey Alfonso XII se
compromete con Cánovas y con el modelo liberal que defiende. El pronunciamiento del
general Martínez Campos en Sagunto proclamará rey a Alfonso XII quien en enero de 1875 da
comienzo su reinado y a la Restauración. Los pilares de la Restauración fueron la Constitución
de 1876, el bipartidismo turnista, el centralismo y falseamiento electoral basado en el
caciquismo y el pucherazo. No obstante, esta composición se centrará como indican las
orientaciones y los documentos en el funcionamiento del sistema político de la Restauración.
Uno de los aspectos más característicos de la Restauración es el bipartidismo o turnismo,
ejemplificado en el documento.1 que indica los sucesivos turnos de gobierno de los partidos
liberales del régimen. Instaurado a partir del acuerdo tácito por el cual los dos partidos que
apoyaban la monarquía de Alfonso XII se turnarían en el poder mediante la manipulación del
proceso electoral. La consolidación del turnismo tuvo lugar durante la regencia de María
Cristina (1885-1902), especialmente tras el llamado Pacto de El Pardo (1885), que estableció el
acuerdo entre Cánovas y Sagasta de apoyar la regencia para defender la monarquía ante la
doble amenaza carlista y republicana. Este bipartidismo fue protagonizado por el Partido
Liberal Conservador o Partido Conservador, presidido por Cánovas, cercano a las posiciones de
los antiguos moderados o de la Unión Liberal y el Partido Liberal fusionista o Partido Liberal, a
cuyo frente estaba Sagasta integrado por antiguos progresistas de derecha y sectores
avanzados de la Unión Liberal. El turnismo pretendía estabilizar el país y lo consiguió;
pretendía evitar el excesivo monopolio de un grupo en el poder, como los sucedía con los
moderados en la época isabelina, y aquí lo consiguió de manera parcial, pero excluyó a todo
grupo político que no fuese liberal del poder como a los republicanos, carlistas y los
movimientos de base obrerista. El turnismo, además, diluyó el papel de la oposición en un
sistema basado en una alternancia en el poder ya que la manipulación del proceso electoral,
un verdadero fraude, permite hablar de democracia puramente formal o de un sistema liberal
sin democracia. En resumen, el punto débil del turnismo fue su artificiosidad y su corrupción
que la práctica política demostraba, puesto que, cuando un gobierno perdía credibilidad o
tenía problemas, el rey encargaba la formación de gobierno al otro partido dinástico, quien
disolvía el parlamento lleno de diputados del gobierno saliente, convoca elecciones y mediante
el pucherazo y el caciquismo las ganaba obteniendo un Parlamento afín. Por lo tanto, El
turnismo de la Restauración funcionaba gracias a un sistema de corruptelas electorales cuya
cúspide era el ministro de la Gobernación quien realizaba el fraude electoral designando al
«encasillado», el futuro parlamentario, y luego daba instrucciones a los gobernadores civiles y
a los alcaldes, quienes, con la ayuda de los caciques, controlaban a los electores para que
votaran al candidato designado previamente, es el llamado caciquismo. El caciquismo se
basaba en redes clientelares en las que el «cacique» o jefe local hacía de intermediario entre el
poder del gobierno y el poder local con el fin de asegurar el triunfo del partido del turno a
cambio de favores y otras prebendas, situaciones magníficamente descritas por Galdos en el
Documento 2. Si este proceso resultaba insuficiente para asegurar la elección del candidato
designado, eran frecuentes las alteraciones de las actas, suplantaciones de voto e incluso el
voto de personas inexistentes o ya fallecidas como el documento 3 de Valentí Almirall
denuncia claramente. La manipulación directa de los resultados electorales recibía el nombre
de pucherazo. En última instancia, el propio gobierno disponía en el Congreso de mayoría en
las comisiones que daban por buenas las actas electorales, pudiendo anular aquellas que le
fueran desfavorables. En conclusión, la Restauración basada en este sistema de corrupción
política tuvo éxito mientras aseguró a España una etapa de estabilidad y de “paz y orden” que
contrastaba con las convulsas etapas anteriores del reinado de Isabel II y del Sexenio. La
desaparición de sus artífices Canovas y Sagasta a final de siglo y el desastre del 98 mostraron,
sin dudas, a los españoles el fracaso del liberalismo y de la Restauración en su tarea de
modernizar y democratizar España; el convulso reinado de Alfonso XIII vino a certificar su
declive que terminará con su final ejemplificado en la dictadura de Primo de Rivera, triste
epilogo de una monarquía que dará paso a la II República

3.3.LA CUESTIÓN NACIONAL EN EL SIGLO XIX

Los siguientes documentos permiten elaborar una composición sobre la cuestión nacional durante el último tercio
del siglo XIX. En la redacción, debes abordar las siguientes cuestiones: Los diferentes nacionalismos que existen en
España caracterizando, especialmente, los periféricos, es importante, en tu redacción, indicar los procesos históricos
que los desarrollaron y es pertinente, pero no obligatorio, mencionar sucintamente su evolución en el primer tercio
del siglo XX. Recuerda que no se trata de responder a preguntas aisladas, sino de realizar una composición
coherente y argumentada, y que en la evaluación se tendrá en cuenta los conocimientos, la utilización de los
documentos y la corrección en la expresión escrita.

Doc. 1: Compendio de la Doctrina Catalanista. “P.- ¿Cuál es el deber político fundamental? R.-
Amar a la patria. P.-¿Cuál es la patria de los catalanes? R.- Cataluña.(...) P.-España, ¿no es, pues, la patria
de los catalanes? R.- No es más que el Estado o agrupación política a la cual pertenecen. P.- ¿Qué
diferencia hay entre el Estado y la Patria? R.- El Estado es una entidad política, artificial, voluntaria; la
Patria es una comunidad histórica, natural, necesaria. El primero es obra de los hombres; la segunda es
fruto de las leyes a las que Dios ha sujetado la vida de las generaciones humanas. P.-¿Qué es, pues, la
Patria? R.- La comunidad de gentes que hablan una misma lengua, tienen una historia común y viven
hermanados por un mismo espíritu que marca con un sello original y característico todas las
manifestaciones de su vida”. PRAT DE LA RIBA, E. y MONTANYOLA, P.: Compendi de la Doctrina
Catalanista. Sabadell, “La Renaixensa”, 1894 .
Doc. 2: El nacionalismo vasco “Tres trabajos se presentaron desde el primer día ante mis ojos:
estudiar la lengua de mi patria..., su historia y sus leyes; y en segundo lugar, proporcionar a los
compatriotas que no poseyeran el Euskera el medio de aprenderlo... y como síntesis de todo estos
trabajos, la extirpación del extranjerismo e implantación del patriotismo... Vuestra raza, singular por sus
bellas cualidades, pero más singular aún por no tener ningún punto de contacto o fraternidad ni con la
raza española ni con la francesa, que son sus vecinas, ni con raza alguna del mundo, era la que constituía
a vuestra Patria Bizkaya, y vosotros, sin pizca de dignidad y sin respeto a vuestros padres, habéis
mezclado vuestra sangre con la española o maketa, os habéis hermanado o confundido con la raza más
vil y despreciable de Europa. Poseíais una lengua más antigua que cualquiera de las conocidas... y hoy
vosotros la despreciáis sin vergüenza y aceptáis en su lugar el idioma de unas gentes groseras y
degradadas, el idioma del mismo opresor de vuestra patria.” Sabino Arana. Obras completas, Ed.
Sabindiar-Batza.

Doc.3 El regionalismo gallego de Murguía “No tenemos una sola ciudad populosa, porque se negó
todo elemento de riqueza a nuestras poblaciones durante tres siglos; sobre nuestros campos pesaron
siempre tanto y tan duramente los impuestos, que puede decirse que pronto habremos de verlos
desiertos. La emigración no es ya un mal pasajero, sino una necesidad (...). Lugares enteros venden sus
tierras, si pueden; si no, cierran las casas, entregan las llaves al cura, e inician su camino. Sólo les falta
quemar los huesos de sus padres para que la despedida sea como para siempre (...). Mientras tanto,
para diputados y ministros es un gran problema la cuestión militar, mientras se desangra y muere
olvidado un país que representa la octava parte de la población de España. Tales son los resultados de la
centralización. Manuel MARTÍNEZ MURGUÍA. El regionalismo gallego. 1889

3.3. LA CUESTIÓN NACIONAL EN EL SIGLO XIX

Nesta composición o alumnado debería facer unha referencia xenérica á orixe dos
denominados nacionalismos periféricos (catalán, vasco e galego), sinalando o seu nacemento
como unha reacción fronte as pretensións centralistas do estado liberal, explicar ás súas
características esenciais e mencionar aos seus líderes principais.

En el último tercio del siglo XIX, a imagen de lo ocurrido en otros lugares de Europa se
desarrolló en España los regionalismos y nacionalismos. Estos movimientos, opuestos a la
política centralizadora de la Restauración, surgieron sobre todo en territorios periféricos
dotados de elementos culturales diferenciados. En el caso catalán, a la altura de 1830 el
movimiento literario de la Renaixença impulsó un proceso de recuperación de la cultura y la
lengua propias. El paso del catalanismo cultural al político tendrá lugar en los años 80, con una
orientación regionalista, que aspiraba a lograr un mayor autogobierno para Cataluña. La
creación de la Unión Catalanista en 1891, y sus demandas de restauración de las instituciones
históricas y el traspaso de competencias, supondrán un nuevo paso en el proceso de
afirmación catalanista que el documento uno claramente refleja. Este “Compendi de la
Doctrina Catalanista” es claro en la afirmación de la nación catalana como patria y como la
“comunidad de gentes que hablan una misma lengua, tienen una historia común y viven
hermanados por un mismo espíritu” que la diferencian del estado que es España. Será a
principios del siglo XX cando este regionalismo adopte una orientación nacionalista, bajo el
impulso de Prat de la Riba, precisamente uno de los autores del documento uno, con la
creación en 1901 de la Lliga Regionalista, primer gran partido del nacionalismo catalán. En el
caso vasco, la evolución fue diferente y estuvo por la tradición carlista de la que venía Sabino
Arana, el fundador del nacionalismo vasco y estuvo marcada por un hecho político: la abolición
de los fueros en 1876. Las protestas llevaron a Cánovas a aprobar los Conciertos Económicos
dos años más tarde, reconociendo la autonomía fiscal das Provincias Vascas. Con todo, la plena
reintegración foral daría lugar a un movimiento reivindicativo encabezado por Sabino Arana
cuyo ideario de carácter tradicionalista, xenófobo y racista identificaba la etnia y la cultura
tradicional como elementos vertebradores del territorio que denominó Euskadi que
necesariamente tendría que independizarse de España para lo que fundó 1895 el Partido
Nacionalista Vasco. Los fragmentos del documento dos del propio Sabino Arana, resumen este
ideario con frases como “la extirpación del extranjerismo”, “Vuestra raza, singular por sus
bellas cualidades”, habéis mezclado vuestra sangre con la española o maketa, os habéis
hermanado o confundido con la raza más vil y despreciable de Europa” y “aceptáis … el idioma
del mismo opresor de vuestra patria.”. En el caso del galeguismo también experimentó una
lenta evolución en la segunda mitad del siglo. Más débil y tardío que en Cataluña y País Vasco
por desarrollarse en una sociedad, la gallega, eminentemente rural y con una burguesía poco
desarrollada. En una primera etapa, iniciada en 1840, el provincialismo alentaría la progresiva
toma de conciencia de las particularidades y necesidades de Galicia, el pronunciamiento de
Miguel de Solís en 1846 (“Mártires de Carral”) ejemplifica este galeguismo embrionario como
provincialismo. Ese impulso precursor se reforzó en los años 60 con el Rexurdimento, el
movimiento cultural iniciado por Rosalía de Castro, que aspiraba a la revitalización del gallego
como lengua literaria. Con todo, será a partir de 1880 cando surja el rexionalismo que reclama
la autonomía política para Galicia y la galeguización de la cultura, sumado a la denuncia del
atraso económico y de la emigración. El rexionalismo se desarrollará en dos tendencias: la
liberal de Manuel Murguía y la tradicionalista de Alfredo Brañas. Es Manuel Murguía, en el
documento tres y a su entender, quien nos ilustra los males del centralismo y la pobre
situación de Galicia olvidada por el estado español, con este extracto de su principal obra
política El regionalismo gallego de 1889, estas ideas: “se negó todo elemento de riqueza a
nuestras poblaciones durante tres siglos”, “sobre nuestros campos pesaron siempre tanto y
tan duramente los impuestos”, “La emigración no es ya un mal pasajero, sino una necesidad” y
“Tales son los resultados de la centralización”. También se fundan las primeras organizaciones
de tipo galeguista como la Real Academia Galega (1906). Posteriormente el nacionalismo
propiamente dicho nacerá en 1916 alrededor de las Irmandades da Fala, momento a partir del
cual el pensamiento galeguista afirma con rotundidad que Galicia es una nación (Vilar Ponte,
Vicente Risco, Castelao).

4.-PERVIVENCIAS Y TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS EN EL SIGLO XIX: UN DESARROLLO


INSUFICIENTE.

4.1. LA REFORMA AGRARIA LIBERAL: LAS DESAMORTIZACIONES (OBJETIVOS Y RESULTADOS)


Estruturando libremente a redacción e referíndote explicitamente aos documentos presentados, debes integrar no
teu comentario as seguintes cuestións relativas ao proceso desamortizador: a súa contextualización no marco da
construción do Estado liberal, os seus obxectivos, os bens afectados polas vendas e os resultados ou balance.
Recuerda que no se trata de responder a preguntas aisladas, sino de realizar una composición coherente y
argumentada, y que en la evaluación se tendrá en cuenta los conocimientos, la utilización de los documentos y la
corrección en la expresión escrita.

Doc. 1 La Desamortización de Mendizábal (1836): “Atendiendo a la necesidad y conveniencia de


disminuir la deuda pública consolidada, y de entregar al interés individual la masa de bienes raíces, que
han venido a ser propiedad de la nación, a fin de que la agricultura y el comercio saquen de ellos las
ventajas que no podrían conseguirse por entero en su actual estado, o que se demorarían con notable
detrimento de la riqueza nacional, otro tanto tiempo como se tardara en proceder a su venta:(...) Art. 1.-
Quedan declarados en venta desde ahora todos los bienes raíces de cualquier clase, que hubiesen
pertenecido a las comunidades y corporaciones religiosas extinguidas, y los demás que hayan sido
adjudicados a la nación por cualquier título o motivo, y también todos los que en adelante lo fuesen
desde el acto de su adjudicación. Art. 2.- Se exceptúan de esta medida general los edificios que el
gobierno destine para el servicio público, o para conservar monumentos de las artes, o para honrar la
memoria de hazañas nacionales. El mismo gobierno publicará una lista de los edificios que con este
objetivo deben quedar excluidos de la venta pública.”

Doc. 2 La Desamortización de Madoz (1855): “Doña Isabel II, por la gracia de Dios y la Constitución
Reina de las Españas; a todos los que las presentes vieren y entendieren, sabed que las Cortes
constituyentes han decretado y nos sancionamos lo siguiente: Se declaran en estado de venta, con
arreglo a las prescripciones de la presente ley, y sin perjuicio de cargas y servidumbres a que
legítimamente estén sujetos, todos los predios rústicos y urbanos, censos y foros pertenecientes: al
Estado, al clero, a las órdenes militares de Santiago, Alcántara, Calatrava, Montesa y San Juan de
Jerusalén, a cofradías, obras pías y santuarios, al secuestro del ex infante Don Carlos, a los propios y
comunes de los pueblos, a la beneficencia, a la instrucción pública. Y cualesquiera otros pertenecientes
a manos muertas, ya estén o no mandados vender por leyes anteriores.”

Doc.3 Críticas a la Desamortización del jurista e historiador Francisco Tomás y Valiente y del
historiador Josep Fontana: "Francisco Tomás y Valiente: En suma que la desamortización municipal
no debió de hacerse y que la de bienes eclesiásticos (...) debió hacerse de otra manera. Pero toda la
burguesía, mismo la de izquierdas, quiso desamortizar, y ,por consiguiente, la desamortización fue un
hecho consumado (...). el sistema desamortizador preferible (…) no debió ser el ser de Mendizábal y
Madoz, sino el aconsejado en su día por Flórez Estrada (...). Este era el único capaz de facilitar a creación
de una clase media rural de pequeños propietarios, con la que se estabilizaría en el país el régimen
liberal, y se llenaría el vacío entre el latifundista y el bracero". "Josep Fontana: ¿Para que sirvió la
desamortización? Desde el punto de vista del gobierno la respuesta es relativamente sencilla. En la
etapa de Mendizábal, para salvarlo de la bancarrota y ayudarle a ganar la guerra civil. En la llamada ley
Madoz, para financiar la construcción de la red ferroviaria. Pienso que la medida exacta en que estas
ventas redundaron en provecho del Estado no debe minimizarse".

4.1. LA REFORMA AGRARIA LIBERAL: LAS DESAMORTIZACIONES (OBJETIVOS Y RESULTADOS)

La desamortización, protagonizada sobre todo por los liberales progresistas, fue uno de los
procesos más largos e importantes de la historia contemporánea de España ya que se inicia en
el siglo XVIII y se termina en el XX (1926). Su idea original era cambiar la estructura de
propiedad agraria para activar económicamente las tierras y bienes no productivos llamados
“manos muertas” (propiedad en su mayoría de la Iglesia y de la nobleza) y mejorar su
productividad con vistas a un futuro desarrollo económico, pero que acabó siendo una manera
fácil de recaudar fondos con los que solucionar los continuos problemas de hacienda y ello
gracias al modelo desamortizador empleado que fue el de la expropiación y venta en subasta
pública al mejor postor. Este proceso ya se inició con Carlos III, en 1766, en época del ministro
Olavide con los bienes de los jesuitas expulsados, fue continuado con Godoy en 1798, con los
bienes pertenecientes a hospitales, hospicios, casas de misericordia y cofradías y con José I y
con el Trienio Liberal (1820 - 1823) con bienes de la disuelta Inquisición y de los monasterios
abandonados. Pero las desamortizaciones más importantes fueron la de Mendizábal en 1836,
recogida en el documento 1 y completada con la de Espartero en 1841, que es la llamada
desamortización religiosa porque la mayoría de los bienes desamortizados pertenecían a la
Iglesia, del clero regular la de Mendizábal y del clero secular la de Espartero; en total fueron
más de 4.000 millones de reales sin compensación alguna y que sirvieron para debilitar al
bando carlista que recibía un fuerte apoyo de la Iglesia, para pagar la deuda del estado y para
financiar el esfuerzo de guerra contra los carlistas. Esta desamortización afectó especialmente
al centro y al sur de España y tuvo como principales compradores de tierra, a la nobleza
terrateniente y, en menor medida, a la burguesía lo cual agravó el problema del latifundismo
en estas regiones. Con la llegada al poder de los moderados de Narváez en 1844 el proceso
desamortizador se paraliza y hay que esperar al breve gobierno progresista del Bienio (1854-
56) para encontrar la Ley general de Desamortización del ministro de hacienda Madoz, es la
llamada desamortización civil que recoge el documento 2 poniéndose en venta los bienes del
estado y de los ayuntamientos: los de propios, bienes de los cuales los ayuntamientos
obtenían beneficios para cubrir sus gastos; y los comunes, propiedades colectivas que los
vecinos empleaban repartiéndolas periódicamente; a lo que se añade el resto de propiedades
eclesiásticas que quedaban de cofradías, de beneficencia, de instrucción pública y las tierras de
las Ordenes Militares. Fue la que alcanzó el mayor volumen con más de 4.500 millones de
reales en el período de Madoz y de la Unión Liberal, pero que fue continuada a menor escala
en la Restauración. La mayor parte de los ingresos fueron destinados a financiar la
construcción del ferrocarril. Igualmente, que en la anterior desamortización afectó más al
centro y al sur y siguió afianzando todavía más el latifundio. Como balance global y pese a los
objetivos cumplidos como pagar las deudas del estado o la construcción del ferrocarril que
señala el documento 3 del historiador Josep Fontana hay que hablar, también, de
consecuencias negativas y la primera es que fracasó como reforma ya que pretendía crear una
potente clase media agraria y no se consiguió, pese a venderse el 50% de la tierra cultivable ya
que los principales compradores fueron la nobleza y la burguesía quienes, respectivamente,
incrementaron o crearon su patrimonio sin cambiar la estructura de propiedad. Socialmente,
la desamortización empobreció al campesino y a las clases populares urbanas ya que perdieron
el uso de las tierras comunales incrementando así las diferencias sociales y fomentando la
aparición de la figura del cacique sinónimo, muchas veces de latifundista. Económicamente
limitó la capacidad del mercado interior por aumentar la pobreza de las clases bajas y fomentó
la escasez de capitales privados para inversiones industriales ya que se gastaron en comprar
tierras y, además, la abundancia de la mano de obra barata de los jornaleros desincentivó la
mecanización e impidió la mejora de los rendimientos agrarios. Políticamente la consecuencia
principal fue el alejamiento de campesinos y clases populares del liberalismo y la obligación de
los gobiernos de utilizar políticas económicas proteccionistas para defender a una agricultura
que mantenía unas técnicas obsoletas y unos rendimientos bajos. Culturalmente, la
Desamortización fue una catástrofe para el patrimonio histórico-artístico de la Iglesia española
por el abandono y saqueo de conventos y monasterios. El documento 3 del historiador
Francisco Tomás y Valiente refleja claramente estos aspectos negativos. Por último, hay que
mencionar que en Galicia la desamortización tuvo poca relevancia debido al mantenimiento
del sistema de foros y a la peculiar organización de los montes comunales y a partir de finales
del siglo XIX, los agricultores lograron, mediante la redención de los foros, la propiedad de la
tierra, proceso culminado en 1926 con la Ley de redención de los foros. Como consecuencia de
lo anterior se generalizó en Galicia el minifundio y la dispersión de las parcelas, procesos que
dificultaron y dificultan hoy cualquier desarrollo tecnológico agrario en Galicia.

4.2. O MOVEMENTO OBREIRO (SEXENIO DEMOCRÁTICO E RESTAURACIÓN)

Os seguintes textos deben permitirche facer unha redacción sobre o movemento obreiro en España no século XIX.
Tendo en conta os documentos e a súa contextualización, debes atender cando menos ás razóns das reivindicacións
obreiras, á evolución das formas de organización dos traballadores desde as sociedades de socorros mutuos ata as
organizacións de clase, ós poderes ós que tiveron que facer fronte e ós efectos das súas loitas.-

Doc. 1. En setembro de 1855, El Eco de la Clase Obrera publicaba a seguinte petición ás


Cortes: “Señores Deputados das Cortes Constituíntes: Hai anos que a nosa clase vai camiñando cara á
súa ruína. Os salarios minguan… As crises industriais sucédense. Temos que (…) mandar ao taller ás
nosas donas con prexuizo da educación dos nosos fillos, sacrificar a estes mesmos fillos a un traballo
prematuro. Pedímosvos unicamente o libre exercicio dun dereito: o dereito de ASOCIARNOS… Hoxe
concédesenos só para favorecernos nos casos de enfermidade ou de falta de traballo; concédasenos en
adiante para opoñernos ás desmedidas esixencias dos donos dos talleres…”

Doc. 2. Mensaxe enviado polas asociacións obreiras de Cataluña ó Terceiro Congreso da


Asociación Internacional de Trabajadores de Bruselas (1868): “Encadeadas despois de longo
tempo por un poder despótico, as sociedades obreiras de España envían un saúdo cordial ós seus irmáns
do resto de Europa. O momento presente non é moi favorable ás asociacións. Non obstante,… en
Cataluña e en Andalucía as asociacións obreiras desenvólvense pouco a pouco… Os obreiros españois
están dispostos a loitar cos seus irmáns contra esa formidable asociación do Exército, do Trono e do
Altar, para establecer ao fin, sobre bases sólidas, a paz, a xustiza e o traballo” .

Doc. 3. Lei de accidentes de traballo publicada na Gaceta de Madrid o mércores 31 de


xaneiro de 1900. “A tódolos que a presente viran e entenderan, sabede: que as Cortes decretaron e
Nós sancionamos o seguinte: Artigo 1º. Para os efectos da presente lei, enténdese por accidente toda
lesión corporal que o operario sufra con ocasión e a consecuencia do traballo que executa por conta
allea. Art. 2º. O patrón é responsable dos accidentes ocorridos aos seus operarios con motivo e no
exercicio da súa profesión ou traballo que realicen. Art. 4º. Os obreiros terán dereito a indemnización
polos accidentes indicados no artigo 2º, que produzan unha incapacidade de traballo absoluta ou
parcial, temporal ou perpetua. Art. 5º. Se o accidente producise a morte do obreiro, o patrón queda
obrigado a sufragar os gastos de enterro, non excedendo estes de 100 pesetas, e ademais a indemnizar
á viúva, descendentes lexítimos menores de dez e seis anos e ascendentes”.

4.2. O MOVEMENTO OBREIRO (SEXENIO DEMOCRÁTICO E RESTAURACIÓN)

Os textos centraranse nos periodos sinalados (segunda fase do movemento obreiro, desde o
recoñecemento do dereito de asociación na constitución de 1869 ata finais do século). Ben
entendido que na composición o alumnado pode referirse ós antecedentes e á evolución
posterior da situación descrita.

A mediados do século XIX os obreiros españois tiñan que facer fronte a duras condicións
laborais e salarios reducidos. Esta situación era resultado dun proceso industrializador baseado
na explotación da man de obra asalariada, o uso de máquinas e a concentración de
traballadores en fábricas. Con todo, a nova clase social xurdida da industrialización, o
proletariado, foi tomando conciencia da súa situación, como revela o documento 1, no que se
insiste na insuficiencia dos salarios e os prexuízos do traballo feminino e infantil. A súa
publicación en 1855 enmárcase nun contexto de importante conflitividade social. Pese ás
importantes reformas económicas impulsadas durante o Bienio Progresista, e o intento de
elaborar unha nova Constitución, a de 1856, que non chegou a publicarse, as crises de
subsistencias e as epidemias entenderon o malestar entre as clases populares. O propio
documento dá conta da situación, ó sinalar que ía dirixido ás Cortes constituíntes, reunidas
mentres «as crises industriais se suceden». O resultado sería unha sucesión de folgas obreiras,
iniciadas na industria téxtil catalá e duramente reprimidas polas autoridades, que acabaron
desembocando na primeira folga xeral do país. A súa realización é reveladora dos avances
experimentados polo movemento obreiro desde os anos vinte, cando tiveron lugar os
primeiros movementos ludistas. Tres décadas despois o movemento aparece mellor
organizado e a aparición da prensa obreira outorgáballe os medios necesarios para difundir as
súas reivindicacións. Por iso, a orixe do documento 1, o periódico El Eco de la Clase Obrera,
resulta especialmente significativa. A principal demanda do movemento neses anos sería o
libre dereito de asociación, como sinala o texto. O obxectivo era superar o modelo inicial de
Sociedades de Protección Mutua, asociacións destinadas a facer fronte a situacións de
precariedade, como a enfermidade, o paro ou a folga. En lugar destes organismos, que
mantiñan reminiscencias cos antigos gremios, aspirábase a avanzar cara a organizacións
sindicais, que ademais de garantir a solidariedade entre os membros, actuasen como grupo de
presión. Un obxectivo que aparece recollido no propio documento ao indicar «concédasenos
en adiante para opoñernos ás desmedidas esixencias dos donos dos talleres». Aínda que os
patróns constituían o principal grupo opositor, o movemento obreiro tamén tivo que facer
fronte á oposición do goberno na época moderada, cando se prohibiron as asociacións
obreiras. O encabezamento do documento 2 reflicte esa realidade, ó indicar que as asociacións
obreiras estiveron «encadeadas … por un poder despótico». O cambio de situación foi
consecuencia da revolución Gloriosa, que tivo lugar no mesmo ano 1868 no que está datado o
texto. A revolución recoñeceu o dereito de asociación, permitindo ás sociedades obreiras
españolas entraren en contacto cos seus homólogos internacionais, representados na
Asociación Internacional de Traballadores ou Primeira Internacional. O ideario
internacionalista defendía a necesidade de unir os esforzos da clase obreira de todo o mundo
para loitar contra o capitalismo, de aí as apelacións que se fan no texto «ós seus irmáns do
resto de Europa». No caso español, a división ideolóxica do internacionalismo en dúas
correntes, a marxista e a anarquista, saldouse inicialmente en favor desta última, sobre todo
entre o proletariado catalán e o campesiñado andaluz. Unha realidade que aparece reflectida
no documento 2, que tamén sinala algunha das premisas do movemento: a defensa da paz, a
xustiza e o traballo, e a loita contra os poderes que o ameazaban. A identificación destes co
Exército, a Coroa e a Igrexa responde á realidade dun período no que as manifestacións e
folgas eran reprimidas polas forzas militares, a Igrexa utilizaba a súa influencia para defender
ós intereses da oligarquía e o crecente autoritarismo e intervencionismo da raíña desembocou
no exilio de Isabel II. Esa primeira orientación anarquista do internacionalismo en España viuse
contrarrestada nos anos 70 pola expansión das teorías marxistas e as crecentes discrepancias
entre as dúas correntes. A súa evolución estivo moi marcada pola conxuntura política,
alcanzando a súa maior expansión durante a Primeira República. Na Restauración correu sorte
dispar, sendo duramente reprimido nos primeiros anos da Restauración e recuperando
protagonismo na etapa final, cando o goberno liberal legalizou as asociacións obreiras en 1887.
De aí que, cando a finais do século teña lugar o desastre do 98, se rexistre un importante
aumento da conflitividade social en España. O impulso rexeneracionista posterior encontrou
eco no goberno de Francisco Silvela, responsable da Lei de accidentes de traballo á que se
refire o documento 3. No texto indícase a súa condición de lei elaborada polas Cortes e
sancionada pola rexente, o que reflicte a soberanía compartida recoñecida pola constitución
de 1876. A súa publicación na Gaceta de Madrid, antecedente do actual BOE, certifica a
entrada en vigor da lei e a súa condición de norma de obrigado cumprimento. O seu contido,
que regula os accidentes laborais e responsabiliza os patróns da súa compensación, é
indicativo dos logros do movemento obreiro desde mediados de século. Ben entendido que
eran moitas as reivindicacións pendentes, polas que terían que seguir loitando as asociacións
de traballadores no século XX.

4.3. LOS PRINCIPALES SECTORES INDUSTRIALES Y EL PAPEL DEL FERROCARRIL.

Los siguientes textos deben permitirte hacer una redacción sobre los principales sectores industriales y el papel del
ferrocarril en la España del siglo XIX. Teniendo en cuenta los documentos y su contexto, debes atender cuando
menos a la evolución de los sectores textil y siderúrgico y sus diferencias regionales, así como a las características
del desarrollo ferroviario y sus efectos sobre el conjunto de la economía .

Doc.1. En 1860 el escritor catalán Manuel Angelón describía el desarrollo industrial de


Cataluña: “En España la palabra industria trae infaliblemente a la memoria la palabra Cataluña. El
principado es sin duda el núcleo de la fuerza y riqueza industrial de la Península; Barcelona es llamada
por propios y extraños el Manchester de nuestra querida patria (…). Non hay probablemente industria
alguna que no tenga en Cataluña su representación y no en pequeña escala, sino en vastas
proporciones. Los hilados y tejidos de algodón, los estampados, los tejidos de seda y lana en sus
múltiples calidades, damascos, terciopelos, tisús, encajes, máquinas, papel, todo se fabrica en el antiguo
principado. Fuente: M. Angelón, Isabel II. Historia de la reina de España, Barcelona, López Bernegosi
Editor, 1860, p.559

Doc.2. Distribución regional de la producción siderúrgica española (medias anuales en miles


de toneladas): Período Producción Andalucía Vizcaya Asturias 1861 – 1865 45,65 14,65 11,73
13,17 1871 – 1875 45,53 4,46 8,72 24,90 1881 – 1885 131,59 2,86 76,71 40,08 1896 – 1900
289,24 227,69 102,81 Fuente: Jordi Nadal. El fracaso de la Revolución Industrial en España, Ed.
Ariel, 1975, p. 167
Doc.3. En febrero de 1851 el diario conservador El Heraldo se hacía eco de la inauguración
del ferrocarril Madrid – Aranjuez: “Pocas solemnidades ha visto Madrid desde su fundación
que puedan compararse en brillo. (…) en esperanza del porvenir, a la que presenció el
domingo. La inauguración del ferrocarril de Aranjuez es el primer paso que da la capital de la
monarquía hacia el mar; es el anuncio seguro de que tarde o temprano los ricos productos de
Castilla, de la Mancha y de algunas provincias meridionales, estancados hoy, y ahogando en su
improductiva abundancia a su mismo productor, impidiendo la creación de capitales, y
dejando yermos campos feraces que podrían alimentar a la mitad de Europa, lograran vaciarse
en los grandes mercados del mundo, y cambiarse por los productos que necesitamos y de
carecemos”.

4.3. LOS PRINCIPALES SECTORES INDUSTRIALES Y EL PAPEL DEL FERROCARRIL.

La economía española en el siglo XIX presenta muchas deficiencias y un desarrollo


desequilibrado tanto regionalmente como sectorialmente. El origen de esta situación está en
una serie de condicionantes negativos como el atraso tecnológico, la falta de tradición
industrial, la mentalidad católica rentista, etc. a los que se añade el fracaso de las políticas
económicas liberales del siglo XIX muchas veces contradictorias, librecambismo progresista
frente a proteccionismo moderado y los problemas políticos como las guerras y la perdida de
las colonias. Por ello no encontramos en el siglo XIX el necesario contexto favorable para el
desarrollo económico e industrial. Dentro de los sectores regionalizados destaca, como señala
el documento 1, el textil algodonero de Cataluña “En España la palabra industria trae
infaliblemente a la memoria la palabra Cataluña”. Esta industria nació a mediados del siglo
XVIII con las llamadas “indianas” que abastecían el mercado americano. Su éxito en el siglo XIX
se explica en la abundancia de mano de obra, la mentalidad empresarial, la introducción de
máquinas inglesas, pero, sobre todo, por la política proteccionista de los gobiernos moderados
de España que alejó la competencia de los productos ingleses. Su evolución estuvo marcada
por el contexto histórico con etapas de crisis como la producida por la guerra de la
independencia y la pérdida de las colonias americanas o la de la década de 1860
principalmente a causa del impacto de la guerra de secesión en Estados Unidos, el mayor
productor de algodón; y etapas de auge como la de 1830-1855 o el período de recuperación a
partir de 1868 favorecida por el reforzamiento del monopolio mercantil que España impuso a
las colonias de Cuba y Puerto Rico. La independencia de estas islas en 1898 tuvo efectos
negativos permaneciendo estancada durante las primeras décadas del siglo XX. Alrededor de
este sector económico se desarrollaron otros como la metalurgia de transformación, la
química, la industria papelera y otras como los relata el documento 1 “No hay probablemente
industria alguna que no tenga en Cataluña su representación y no en pequeña escala, sino en
vastas proporciones” pero que se circunscribe a Barcelona y los alrededores. “Barcelona es
llamada por propios y extraños el Manchester de nuestra querida patria” La industria
siderúrgica toma el relevo del textil como motor de la industrialización a finales del siglo XIX
con centro en el País Vasco. Sin embargo, las primeras tentativas de siderurgia moderna se dan
en Málaga a mediados del XIX. El relevo, con un breve paréntesis asturiano, lo toma la
siderurgia vizcaína en los años 70- 80 del siglo XIX apoyándose en las ricas minas de hierro
vasco junto con el carbón asturiano y el carbón de importación gales de mucha mejor calidad.
Además, cuenta con una política proteccionista que garantizaba en uso del acero vasco en
España como por ejemplo en la construcción naval y en la construcción del ferrocarril. A
principios del siglo XX nacen los “Altos Hornos de Vizcaya S.A.”, la empresa siderúrgica
española más importante durante casi todo el XX. El documento 2, de la distribución regional
de la producción siderúrgica española de 1831 a 1900 ilustra esa evolución claramente.
Alrededor de esta industria surgieron otras industrias como navieras, eléctricas, etc. y surgió
un destacado sector bancario donde destacó el Banco de Bilbao y el Banco de Vizcaya. Para el
desarrollo de una economía moderna era necesario el desarrollo de una red viaria efectiva que
comunicara un territorio muy montañoso y de difícil comunicación entre regiones como es el
de España y así activar su economía atrasada. A lo largo del siglo XIX se intentó solucionar con
el desarrollo del ferrocarril con una primera línea que unió Barcelona-Mataró en 1848 y con la
inauguración del ferrocarril Madrid – Aranjuez de febrero de 1851 de la cual se hace eco el
diario El Heraldo, el documento tres. En este documento queda plasmado lo necesario que era
su desarrollo con expresiones como “esperanza del porvenir” y que sin él se quedan “yermos
campos feraces”. Sin embargo, habrá que esperar al bienio progresista con la ley de
ferrocarriles de 1855 del ministro Madóz para desarrollar una red de ferrocarril básica. A esta
construcción contribuyeron la ayuda estatal, los avances técnicos y el aporte de capital
extranjero, sobre todo francés. Pero los resultados fueron escasos y el mecanismo
especulativo con el que se desarrolló arrastró a la economía española a crisis como la de 1866-
1876 que ocasionó la ralentización de su construcción. Además, la construcción del ferrocarril
tuvo aspectos controvertidos que lastraron y lastran su desarrollo como su trazado radial con
centro en Madrid que deja mal comunicada la periferia, el ancho de vía superior al resto de
Europa que entorpece y encarece las comunicaciones con Europa y la dependencia del capital
público para su construcción y mantenimiento. En resumen, un desarrollo económico escaso y
desequilibrado tanto regionalmente como sectorialmente que explica la posición de periférica
y secundaria España en Europa a finales del siglo XIX, como un país atrasado, subdesarrollado,
en camino, como denunciaban intelectuales regeneracionistas como Joaquín Costa, de
“africanizarse”.

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