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Causa Nº1919/22 caratulada “ALLENDE, JOSÉ ÁNGEL S/ AMENAZAS

S/ RECURSO DE CASACIÓN”
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SENTENCIA Nº 170

En la ciudad de Paraná, capital de la Provincia de Entre Ríos, a los doce


días del mes de septiembre del año dos mil veintitrés, se reunieron los Sres.
Vocales de la Cámara de Casación de Paraná Dras. Marcela DAVITE y
Marcela BADANO y el Dr. Gustavo PIMENTEL a los fines de deliberar y dictar
sentencia en la causa Causa Nº1919/22 caratulada “ALLENDE, JOSÉ ÁNGEL
S/ AMENAZAS S/ RECURSO DE CASACIÓN”.
Realizado el sorteo de ley, resultó que los vocales debían emitir su
voto en el siguiente orden: Marcela DAVITE, Marcela BADANO y
Gustavo PIMENTEL.
I.- Por resolución de fecha 30 de junio de 2022, el Tribunal
Unipersonal de Juicio y Apelaciones de Paraná, integrado por el Dr.
Alejandro GRIPPO, resolvió: “I) N O H A C E R LU G A R a los recursos de
apelación incoados por la D ra. M aría Fernanda V ásquez Pinasco, com o
representante de la Q uerella Particular; y por los D res. Leandro D ato e
Ileana V iviani, com o representantes del M PF, y en consecuencia
C O N FIR M A R la resolución del S r. Juez de G arantías N º4, D r. M auricio
M A YER de fecha 13 de junio de 2022”.
El hecho endilgado fue el siguiente: "En un contexto de acciones
intim idatorias, denigrantes y coactivas dirigidas a S onia M abel V elázquez
desde el inicio de la gestión com o M inistra de S alud de la Provincia de Entre
R íos, en fecha 05/04/2018 aproxim adam ente a las 20:00 hs., m ientras se
desarrollaba una reunión en el despacho m inisterial -oficina 65, prim er piso
de C asa de G obierno-, estando presente junto a la delegada de U PC N
K arina D om ínguez le m anifestó "lo de D iam ante no da para m ás, quiero que
eches a la D irectora", "te ordeno que eches a la D irectora", m ientras la
m inistra le respondía que no, que no tenía m otivos, y que nadie se lo iba a
exigir, A llende le vuelve a decir "te lo ordeno", a raíz de ello, enfurecido le
com ienza a decir cosas tales com o "vos sabés quién soy", "no m e atendes

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el teléfono", "yo fuí el Presidente de la C ám ara de D iputados", criticaba la
gestión en el M inisterio, reprochaba nom bram ientos, criticaba funcionarios
de la gestión, que no trabajaban, tam bién al tratarse la situación de la
C oordinadora de S alud del D epartam ento N ogoyá, A llende m anifestó en
tono intim idatorio "si la llegas a tocar, te prendem os fuego en N ogoyá",
continuando con las agresiones verbales, todo ello en presencia de K arina
D om ínguez. C om o la conversación había derivado en agresiones verbales y
am enazas, V elázquez se levantó y los invitó a retirarse del despacho,
m anifestándoles "que en esos térm inos no podían seguir conversando", y se
retiraron del despacho, produciendo la situación vivida tem or e
intranquilidad en V elázquez, sensación que fuera transm itida m inutos y
horas posteriores a sus colaboradores directos. Q ue las situaciones de
hostigam iento y denigraciones en público y privado dirigidas a S onia M abel
V elázquez continuaron hasta el día 24/10/2018, en el que en un acto
público político le profirió delante de las m inistras R osario R om ero y Laura
S tratta expresiones tales com o "no m ires para otro lado", "che saludam e"
insistiéndole, "te estoy hablando", y a continuación la inquirió
m anifestándole "cuándo nos vam os a sentar a arreglar vos y yo" en dos
oportunidades, y al responderle que "no tenía nada que arreglar con él",
A llende le expresó "por qué no te vas un poco a la m ierda" m om ento en el
cual intercede la m inistra R osario R om ero y se aleja, hechos que
determ inaron a S onia M abel V elazquez a realizar denuncia penal en fecha
26/10/2018".
II. Recurrieron en Casación la acusación pública y privada.
II.a. En representación del Ministerio Público Fiscal, el Dr.
Leandro DATO y la Dra. Ileana VIVIANI plantearon los siguientes
agravios,
1. Errónea aplicación de la ley sustantiva y la ley procesal.
Sostuvieron que el Vocal de apelaciones realizó una interpretación
insostenible, apartada de lo dispuesto en los artículos 62 inc. 2do y 67 inc.
d. del C.P. Se agraviaron porque el Vocal interpretó erróneamente el
planteo de la Fiscalía, al entender que consistía en sostener que la
tramitación que se le dio a la solicitud de aplicación de un procedimiento de

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juicio abreviado posee virtualidad interruptiva -como un acto procesal
equivalente al auto de citación a juicio-, cuando lo que sostienen es que el
acto interruptivo lo constituían las citaciones, llevadas a cabo por la Oficina
de Gestión de Audiencias, a los juicios abreviados; y no la tramitación de
esos juicios abreviados que finalmente fueron rechazados.
Agregaron que el planteo del Ministerio Público no implica desconocer
el contenido del art. 481 segunda parte del CPPER -en cuanto a la
destrucción del incidente de tramitación de juicio abreviado, el cual no
puede ser valorado en ningún sentido-; por cuanto lo dispuesto en el
artículo no significa que desaparezcan las citaciones efectuadas a las partes
a esos juicios que fracasaron y que obran en el Legajo OGA Nº7436.
Enfatizaron que de ninguna manera puede ligarse el acto de brindarle
virtualidad jurídica a la citación judicial a juicio abreviado, con lo que
acontezca con posterioridad en el trámite del mismo. Y que en ningún
momento desde la Fiscalía, se realizó valoración alguna del juicio abreviado
rechazado, sino que siempre se refirieron exclusivamente a la citación a
juicio como acto administrativo judicial capaz de generar la interrupción de
la prescripción.
Sostuvieron que, tal como lo refiere la ley de fondo, la citación a juicio
o acto procesal equivalente, es la instancia en la cual el Estado le hace
saber al imputado que promueve su persecución penal. Y resulta ilógico, por
tanto, como argumento que dos citaciones a juicio, a los efectos de llevarse
a cabo audiencias de juicio abreviado, no tengan ningún valor -a criterio de
los magistrados de ambas instancias- y que no existan en el mundo
jurídico.
Agregaron que no es cierto que no existan constancias gestionadas por
la Oficina de Gestión de Audiencia, en relación a la citación a juicio de
Allende a las dos audiencias celebradas a tal efecto, como sostuvo el Vocal
en su resolución. Ello, en virtud de que en el Legajo OGA Nº7436, surge
que en fecha 12 de junio 2020 se fija audiencia y se lo cita a Allende para el
día 1 de julio de 2020; y con posterioridad, en fecha 30 de junio de 2021,
se fija audiencia al mismo efecto para el día 27 de julio 2021.
Por ello, sostuvieron, la pretensión punitiva -citación a juicio a Allende-

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se encuentra acreditada y constituye la situación que debe tomarse como
susceptible de provocar la interrupción de la prescripción, como acto
inequívoco de pretensión de proseguir la persecución penal.
Continuando con su razonamiento, sostuvieron que manifestar -como
lo hace el Vocal- que la citación a juicio llevada adelante por la Oficina de
Gestión de Audiencia en dos oportunidades, a los efectos de celebrar
audiencia de juicio abreviado, no se encuentra prevista en el art. 481 del
CPPER, resulta una afirmación contraria a derecho.
Enfatizaron que desconocer al juicio abreviado como un verdadero
juicio (con todas sus etapas: acusación, producción de prueba, sentencia) al
contrario de lo que entiende pacíficamente tanto la doctrina como la
jurisprudencia, no tiene otra lectura que la arbitrariedad como forma de
resolver la cuestión. Y que tal es así, que cada Juez al momento de iniciar la
audiencia de juicio abreviado, le explica al imputado que lo que va a ocurrir
es la realización de un juicio, de otras características, pero un juicio al fin.
Por estos motivos entendieron que sostener que la citación a dicha
audiencia no resulta ser equivalente a la citación a juicio, es realizar una
errónea y arbitraria aplicación de la ley penal.
2. Arbitraria aplicación de la ley.
Sostuvieron, bajo este título, que resulta arbitraria la resolución del
Vocal de apelaciones por cuanto habiendo precedentes nacionales y locales
que han resuelto estos planteos, el magistrado se ha apartado de ellos sin
dar argumentos válidos.
Argumentaron que la pretensión del MPF, ya fue resuelta con claridad
en el fallo "Muñoz" de la Sala IV, con el voto del Dr. Geminiani, en el cual se
resuelve que ante una nueva integración de un Tribunal de Juicio, con su
consecuente citación, esta segunda citación a juicio debe ser tomada como
acto interruptivo de la prescripción, por su entidad y virtualidad
interruptiva.
Agregaron que también en el ámbito provincial, han sido resueltos
planteos como el presente en la causa Nº 5470 "RÍOS VICTORIO
ABELARDO S/ HOMICIDIO SIMPLE CON DOLO EVENTUAL - SUÁREZ
SEBASTIÁN ISMAEL S/ ENCUBRIMIENTO AGRAVADO", tanto en la instancia

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de juicio, como en las instancias de Casación y ante la Sala Penal del STJ.
En el fallo de casación se sostuvo que “… la orden de fijación de
audiencia que realizó el Tribunal de Juicio es un acto equivalente a la
citación a juicio, porque era la oportunidad en la cual el Tribunal le hizo
saber a las partes cómo iba a estar constituido, y que a partir de allí se
podía realizar el juicio propiamente dicho...."
De ello deducen, que con más razón, la pretensión de llevar adelante
el juicio abreviado, y las correspondientes citaciones a la realización de la
audiencia, constituyen un impulso con la virtualidad jurídica perseguida por
el legislador y así debe entenderse.
3. Razonamiento ilógico
En este punto, refirieron que la cita al fallo "Perruchoud, Celeste
Carolina - Usurpación S/Recurso de Casación", de esta Sala con voto de la
Dra. Badano, resulta errónea, por cuanto el mismo es inaplicable al caso
que aquí se tramita, ya que allí se llevaron a cabo distintos actos con
virtualidad interruptiva. Y que no se ha tomado en cuenta que en el
presente caso, existe la posibilidad de realizar un juicio abreviado, previo a
la remisión de la causa a juicio, sin que necesariamente deba seguirse la
progresividad indicada en la ley de fondo y tratada en el mencionado
precedente.
Refirieron que, tal como lo manifestaron en las instancias anteriores,
se preguntan: ¿qué habría tenido que hacer la Fiscalía frente a la
presentación de un juicio abreviado; además presentar la solicitud de
remisión a juicio?. Concluyeron, por lo expuesto, que la resolución no se
condice con el espíritu del actual proceso penal, en el que el juicio
abreviado está expresamente previsto tanto para el momento en el que
todavía se encuentra tramitando la IPP, como así también una vez que ha
sido elevado a juicio.
4. Errónea aplicación de la normativa internacional y local de la
violencia de género contra la mujer.
Por último, realizando una transcripción de parte del argumento del
Vocal de apelaciones, consideraron que el mismo ha realizado una errónea
aplicación del derecho convencional, tanto de la CEDAW como de la

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Convención Belém Do Pará y de las leyes Nº26485 y 10.058, al sostener:
"...Entiendo que nadie puede discutir que el hecho por el cual Allende se
encuentra imputado es, en cierto modo, el ejercicio de violencia de un
hombre contra una mujer; ello surge de la realidad fáctica, toda vez que el
imputado es una persona del género masculino y la denunciante una
persona del género femenino. No obstante ello, lo expresado no significa
que deba entenderse que haya existido violencia de género en el
entendimiento del Derecho Internacional de Derechos Humanos, como una
grave afectación a dichos derechos.”
Enfatizaron que, por el contrario, no surgen dudas que Sonia
Velásquez ha sido víctima de acciones que constituyen violencia en razón de
su género, en distintas modalidades (verbal, psicológica, y simbólica), tal
como se colectó durante la IPP, siendo ubicada en un lugar de inferioridad
frente al imputado. Y que en la instancia de audiencia casatoria se
detallarán las vicisitudes por ella sufridas.
Por todo lo expuesto, solicitaron se haga lugar al recurso y se revoque
la resolución cuestionada, conforme a lo allí solicitado.
II.b. En representación de la Querella Particular, la Dra. María
Fernanda VÁZQUEZ PINASCO también recurrió la resolución del Vocal de
apelaciones remarcando que la misma reviste falta de fundamentación
razonada y suficiente por violar el debido proceso, generar una dilatación de
la negociación de los sendos acuerdos de juicio abreviado in m alam partem
en un claro perjuicio a la víctima, lo que importó una afectación a la tutela
judicial efectiva y debida diligencia reforzada por haberse cometido el hecho
delictual en el contexto de violencia de género, y una negación del acceso a
justicia por parte de la víctima en el proceso en carencia absoluta de
perspectiva de género. Requirió, concretamente, la revocación de la
resolución impugnada, que se deje sin efecto el sobreseimiento del
imputado y que se remita la causa a juicio.
Sostuvo que la resolución carece de fundamentación y realiza una
valoración arbitraria y parcial, habiendo dejado de lado normas
constitucionales y de derechos humanos internacionalmente protegidos; y
que resulta arbitraria por falta de fundamentación suficiente.

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Agregó que el Vocal realizó ilógicas interpretaciones y afirmaciones
dogmáticas sin razones objetivas para ello y recurriendo a una ponderación
realizada en forma selectiva de los argumentos, incurrió en omisiones y
falencias dejando de lado las reglas básicas de la sana crítica racional para
concluir que el procedimiento de juicio abreviado no reviste el carácter de
acto procesal equivalente a los fines de interrumpir la prescripción de la
acción penal. Y que, además, minimiza e invisibiliza la violencia de género,
que fue el contexto en el que se enmarca el hecho imputado.
En cuanto a los agravios en particular, pueden identificarse los
siguientes:
1. Errónea calificación legal. Contexto en el que se decide la
prescripción.
Enfatizó que la Querella no consintió la calificación legal escogida por
el MPF que en su momento también consintió la Defensa cuando se
gestionaron los juicios abreviados fracasados. Y que en la audiencia de
remisión, cuando se solicita la unificación entre las calificaciones
seleccionadas por los acusadores, pese a que la Querella se mantuvo en su
posición, se decidió judicialmente por la calificación de amenazas simples,
sin posibilidad de recurso alguno.
Destacó que ése fue el contexto en el que, en el ejercicio de su
defensa, el imputado solicitó el sobreseimiento por prescripción de la acción
penal. Luego de haberse beneficiado con el tiempo que insumieron las
negociaciones con el MPF de los juicios abreviados fracasados; basado en la
pena prevista en abstracto para el delito de amenazas simples.
Señaló también que el Vocal se valió de la íntima convicción para llegar
a su decisorio; que realizó una lectura sesgada, sin perspectiva de género,
que no tomó en cuenta los argumentos basados en la Recomendación 35 de
CEDAW, ni en ninguno de los tratados internacionales suscriptos por
nuestro país y que, de manera arbitraria, se apartó de lo dispuesto en lo
que define la ley de fondo como acto interruptivo equivalente de la
prescripción.
Enfatizó que la sentencia recurrida es injusta en clave de derechos
humanos tal como lo expresa la Recomendación 35 de CEDAW, siendo la

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misma a todas luces reprochable pues no superó los estándares mínimos
requeridos para el efectivo acceso a la justicia por parte de la víctima.
Agregó que la calificación del hecho como amenazas simples
sustentada en la unificación determinada por el Juez de Garantías, permitió
forzar la aplicación del art. 62 del Código Penal, y que ello resulta arbitrario
en tanto la calificación no es definitiva y será en el debate donde se dirimirá
cual será el tipo penal correcto y la pena aplicable.
Que no se tuvo en cuenta que la Querella se opuso a la calificación
elegida por el MPF, subsumiendo el hecho en el art. 149 bis primer párrafo,
lo que constituye a su entender un error gravísimo que produce este
resultado dañoso a la víctima y que repercute en la inmunidad del
imputado.
Resulta arbitrario, sostuvo, el argumento del Vocal pues, este sostiene
como definitiva la calificación del hecho bajo la figura de amenazas simples
con una pena prevista en abstracto de dos años, sin tener en cuenta las
agravantes. Y todo ello, obviando que la Querella señaló que la calificación
legal correcta es la de coacciones agravadas del art. 149 ter 2 a) del Código
Penal.
2. Análisis parcial efectuado por el Vocal en relación a qué acto
interrumpe el plazo de la prescripción de la acción penal conforme lo
dispone el art 67 del C.P.
Señaló la Querellante que, de manera deliberada y arbitraria, el Vocal
ha seleccionado del Legajo de Garantías, y no del de Fiscalía, la información
que tuvo en cuenta para decidir la prescripción.
Solicitó que sea examinado el Legajo Fiscal por esta Cámara de
Casación, pues allí se encuentra agregado el mail que remitiera esa parte
en fecha 16 de noviembre de 2021 desde su casilla de correo electrónico
(v-pfernanda@hotmail.com) a la casilla de correo fiscaliadatolea@gmail.com
con copia al Defensor Lambruschini, correo
leopoldolambruschini@gmail.com, donde se le requería al Sr. Fiscal remita
la causa a juicio.
Que ello fue dilatado hasta la fecha 17 de febrero 2022, en tanto la
Defensa técnica y el Fiscal decidieron recabar evidencias en el marco de la

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IPP, es decir no estaba concluida la etapa de investigación, por lo tanto, y
estando en cabeza del MPF formular la remisión conforme el art. 402 CPP,
la Querella debió nuevamente “esperar” la toma de decisión.
Que esta cuestión fáctica no fue tomada en cuenta por el Vocal al
momento de merituar las conductas procesales de las partes, pues en la
fecha que la Querella solicitó la remisión de la causa a juicio, aún con la
calificación de amenazas simples, se debió concluir que el delito no estaba
prescripto. Sin embargo, fue decisión del Fiscal no hacerlo y receptar más
evidencias, perjudicando a la Querella no sólo con la calificación legal sino
también no remitiendo a juicio la causa oportunamente.
Se disconformó entonces con que el Vocal no haya aplicado lo
dispuesto en el art. 67 inc. d), es decir la interrupción de la prescripción de
la acción penal por “el auto de citación a juicio o acto procesal equivalente”.
Y señaló que en el nuevo sistema, el acto con virtualidad interruptora de la
prescripción, se encuentra representado por los dos momentos en que tanto
el MPF como la Defensa presentaron el acuerdo de juicio abreviado para que
se lleve a cabo la audiencia respectiva.
Enfatizó que entonces, conforme lo establece el Sr. Vocal, los juicios
abreviados resultan carentes de valor jurídico alguno, a pesar de ser una
intercepción al sistema procesal penal acusatorio exigido en la Constitución
Nacional y en los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos, pese a
tratarse de un tipo de juicio que se encuentra legislado en nuestro país.
Explicó que esta interpretación perjudica directamente a la Querella,
que se ha visto obligada a tolerar el tiempo de las negociaciones entre el
MPF, el acusado y la Defensa; para luego encontrarse con la prescripción
que tiene como base una calificación legal a la que no adhirió.
Señaló también que existió efectivamente la voluntad del MPF respecto
al requerimiento de juicio, pero con una salida de culpabilidad penal
negociada. Y que es este término -“requerimiento”- el que resulta nodal
para provocar que se revoque la sentencia recurrida, pues de la lectura del
CPP en el capítulo V donde se regula el Procedimiento Abreviado a partir de
la intimación, surge que el art. 391 dispone que a solicitud el Defensor
podrá convenir con el Fiscal la solicitud de juicio abreviado a partir del

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requerimiento del hecho intimado. La solicitud podrá ser por escrito u oral,
deberá contener la acusación de acuerdo a las previsiones del art. 403, la
pena, la confesión y la expresa conformidad del imputado y defensor. El art.
403 trata el contenido de la acusación luego que el Fiscal ha formulado el
requerimiento de remisión de la causa a juicio, tal como lo dispone el 402. Y
todos estos actos están descritos en el art. 67 inc. c) y d) del CP, y por lo
tanto revisten, innegablemente, entidad para interrumpir el cómputo del
plazo de la prescripción.
Por ello, sostuvo, y a pesar que no fueron homologados los acuerdos,
deben necesariamente tomarse como actos procesales equivalentes pues
son juicios, con sus características, pero juicios al fin, si bien no de debate
pero sí completo (pues hubo acusación, relación clara y precisa del hecho
punible, acuerdo probatorio, calificación y pena acordada). Y quitar o restar
importancia a dicho juicio resulta de una gran gravedad institucional.
Destacó que el Vocal sólo se limitó a explicar que los dos juicios
abreviados no tienen naturaleza interruptora, por no encontrarse
enumerados entre las causales que prevé el art. 67 del Cód. Penal,
recortando de manera arbitraria el inc.d), teniendo sólo como acto procesal
equivalente a la formulación del requerimiento de remisión de la causa a
juicio.
Por ello, sostuvo, no puede afirmarse de manera razonable, el criterio
de que el acto de requerimiento de procedimiento abreviado a partir de la
intimación, no puede ser nunca considerado un acto menor y sin
consecuencias o efectos. Pues el término requerimiento, adquiere relevancia
sustancial por ser el mismo art. 402 el que dispone que “el fiscal formulará
requerimiento de remisión de la causa a juicio”; acto que el MPF llevó a
cabo no una, sino dos veces.
Agregó que ninguno de los precedentes mencionados por el Vocal son
asimilables al presente caso, pues en ninguno hubo procesos de juicios
abreviados; y que resulta irrefutable e incontrastable la voluntad de
proseguir con la persecución penal del hecho, con los dos acuerdos
negociados de juicio, en tanto se determinó el hecho, hubo acuerdo
probatorio, calificación legal y pena.

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Concluyó que la resolución ha sido arbitraria, al no concederle
virtualidad interruptiva al juicio abreviado y con ello ha vulnerado el
derecho humano de la víctima a la realización de un juicio de debate donde
el acceso a la justicia y la tutela judicial efectiva se cumplan.
Por ello, enfatizó, le resulta agraviante la conclusión del Vocal cuando
expresa que la notificación de la audiencia para tratar la solicitud de
aplicación del juicio abreviado del art. 481 en modo alguno puede
entenderse como acto procesal equivalente al auto de citación a juicio; por
cuanto el procedimiento de juicio abreviado fue completo, es decir se llevó a
cabo la audiencia que fija dicho artículo, a pesar de la no homologación se
cumplieron los requisitos de admisibilidad y por lo tanto, conforme lo
dispone el art 391, la solicitud se confeccionó conforme lo dispone el art.
403, conteniendo la acusación.
Sostuvo, en definitiva, que debe necesariamente equipararse al acto
procesal equivalente y por lo tanto ser un acto que interrumpe la
prescripción en los términos del art. 67 inc.d) del CP.
3. Luego, como otro agravio, indicó la falta de perspectiva de género
por parte del Vocal.
Citó el precedente de la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia
"BORDIGION, Sebastián Enrique- Lesiones graves doblemente calificadas,
lesiones graves en concurso real, en concurso ideal con el delito de
desobediencia judicial -S/IMPUGNACIÓN EXTRAORDINARIA" Expte. N°
5023, del 11 de febrero de 2021, donde con voto de la Dra. Mizawak al que
adhieren los Dres. Giorgio y Carubia, se explica en qué consiste juzgar con
perspectiva de género.
Citó también el voto de Lorenzetti en el fallo “PRICE” cuando establece
que en los ordenamientos nacionales los tribunales provinciales son
competentes para entender en materia en que la Nación ha asumido como
signataria de diferentes instrumentos multilaterales internacionales cuyo
incumplimiento puede acarrear responsabilidad internacional por parte del
Estado argentino.
Y recordó que con la suscripción de la Convención de Belém do Pará, el
Estado nacional se comprometió ante la comunidad internacional a prevenir,

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sancionar y erradicar todas las formas de violencia contra la mujer; y ello
implica un juicio oportuno por lo cual resulta improcedente la adopción de
alternativas distintas a la definición del caso en la instancia de debate oral.
Por todo ello, solicitó se haga lugar al recurso, se revoque la resolución
impugnada ordenando se remita el legajo al juez de garantías a los fines
que se concluya la audiencia de remisión a juicio.
III. A la audiencia de casación comparecieron en representación de la
Defensa particular, el Dr. Maximiliano RUSCONI y el Dr. Leopoldo
LAMBRUSCHINI; en representación de la Fiscalía el Dr. Leandro DATO
y la Dra. Ileana VIVIANI; y en representación de la Querella Particular,
la Dra. María Fernanda VÁZQUEZ PINASCO.
III.a. En primer lugar, el Dr. Leandro DATO, se refirió al planteo de
prescripción y allí señaló que en ambas resoluciones, tanto la del Dr. Grippo
como la del Dr. Mayer, hubo una aplicación errónea de la ley y un
razonamiento ilógico.
Refirió que en primer lugar, con respecto a la ley sustantiva, la clave
para la Fiscalía ha sido plantear el efecto interruptivo de los "actos
análogos"; ya que entiende que no puede obviarse que se tramitaron dos
acuerdos de juicio abreviado; y enfatizó que se refieren como acto análogo,
concretamente, a la citación a juicio -hubo dos citaciones judiciales a juicio
abreviado-.
Agregó que a ello se suma el absurdo, en el caso de la resolución del
Dr. Mayer, de pretender cuestionar la actividad del MPF diciendo que estaba
dentro de la estrategia elevar a juicio o hacer el abreviado. Al respecto
afirmó que en primer lugar, ello violenta la lealtad procesal y la buena fe. Si
las partes avanzan en un juicio abreviado, están claras dos cuestiones: que
se comparten objetivos de resolución del conflicto, y la manda
constitucional del 2008 que es propiciar la resolución alternativa de
conflictos.
Por tal motivo ambas resoluciones de los magistrados son ilógicas. La
del Dr. Grippo también, porque da argumentos clásicos, sin una mínima
valoración, se olvidan que son jueces de la constitución y de los tratados
internacionales, en ningún momento se habla de la víctima y sus derechos,

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debe hacerse una interpretación sistemática del derecho. Debe entenderse
a quién va dirigida esa citación a juicio, para qué, etc. El Dr. Grippo
confunde la tramitación y destrucción del acuerdo abreviado, con la citación
a juicio, y se equivoca respecto de quiénes pueden ir a juicio y de qué
manera. Eso es desconocer el trámite de esta causa. Además, se sumaron
dos causas luego de la primera denuncia, y ello tampoco fue tenido en
cuenta.
Agregó a ello que con su resolución, el Dr. Grippo contraría lo resuelto
en la declaración de no prescripción en la causa “RIOS, Victorio”; y en el
precedente citado en el recurso del juez Geminiani. Volvió a destacar que
siempre estuvo latente la posibilidad de que Allende, de una manera o de
otra, fuera a juicio. Se planteó también una producción de evidencia de la
Defensa, lo que da cuenta de su interés en la causa. Se tomó esa
producción de evidencia, luego se trabajó en la remisión. Por todo ello, no
se entiende en qué momento se puede interpretar que la Fiscalía no quiso
perseguir a Allende, que sería el motivo de la prescripción. Agregó que,
aunque el Dr. Grippo se aparte de su propio precedente, no dice otra cosa,
no da fundamentos de por qué, ahora, piensa distinto.
Destacó que se trata entonces de dos fallos vaciados de fundamentos;
por eso, es una aplicación errónea de la ley. Se refirió a la interpretación
que ha de hacerse, de los precedentes y de las convenciones, y sostuvo que
hacer una interpretación más flaca de lo que corresponde entender cómo
tramitación de una causa penal, es fallar contrario a derecho.
Hizo mención de las fechas de las citaciones que están en el Legajo
Nº7436, tanto de cuando se fijaron las audiencias como de las citaciones; y
dijo ambas están acreditadas y fueron conocidas por el imputado.
Solicitó se revoque la resolución del Vocal de apelaciones, declarando
no prescripta la acción penal, a fin que de una vez por todas se pueda llevar
a Allende a juicio, como fue el objetivo del MPF desde el primer día.
III.b. A su turno, la Dra. María Fernanda VÁZQUEZ PINASCO si
bien se remitió a los fundamentos de su escrito, expresó que la cuestión a
resolver versa sobre determinar si la resolución que se cuestión es justa o
injusta en clave de DDHH.

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En ese orden, destacó que las ponderaciones efectuadas por el Dr.
Grippo, respecto de la falta de contexto de violencia de género, resultan
preocupantes en los términos de la Recomendación Nº35 de CEDAW y de
los tratados internacionales firmados por nuestro país. Y agregó que
además, tampoco la resolución respeta los estándares mínimos del efectivo
acceso a la justicia.
Destacó que el Dr. Grippo no tuvo en cuenta la tramitación de los
juicios abreviados, ni siquiera nombró los actos equivalentes, y por ende al
Juez le ha resultado intrascendente que la víctima espere dos años mientras
la acusación pública y el imputado negociaban una salida alternativa.
Agregó a ello, que a ese análisis parcial que hace el Vocal, respecto de
si ese acto interrumpe o no el plazo, lo hace tomando como parámetro
objetivo, la calificación del hecho efectuada por el MPF de amenazas
simples.
Destacó que la Querella también se agravia por la valoración efectuada
por el Vocal, cuando le achaca que no presentó apelación a la unificación de
la calificación legal con la que fueron a audiencia. Sobre esto aclaró que la
Querella siempre fue con otra calificación, más gravosa; según la cual el
quantum de pena es mayor; y el Vocal le endilga la responsabilidad de no
haber interpuesto recurso, pese a que el CPPER establece en el art. 403 in
fine, que dicha resolución será irrecurrible.
Explicó que ella, entonces, en representación de la víctima en un
contexto de violencia, se encontraba frente a un dilema: o aceptar la
calificación con la que no estaban de acuerdo, o aceptar que siga el proceso
porque no podía recurrir, lo que significaba ir con una calificación propia y
autónoma al debate.
Destacó que esa parte no acepta, de ninguna manera, la interpretación
efectuada por el Vocal de apelaciones, consistente en que el juicio
abreviado, al no estar expresamente prevista en el art. 67, no interrumpe la
prescripción. Entiende que el Vocal olvida lo dispuesto al respecto en el
CPPER, y que se trata de facultades no delegadas de la provincia a la
nación; y que aunque no lo diga el código de fondo, no puede dejarse de
lado que existen actos equivalentes capaces de interrumpir la prescripción.

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Agregó que pasaron dos meses de recolección de nueva evidencia,
para que se efectivice la remisión de causa a juicio; y que la víctima siguió
quedando a la espera, que se siguieron presentando recursos, porque de
manera sesgada y arbitraria los magistrados no tuvieron en cuenta la última
parte del artículo, y se entendió erróneamente que no son actos
interruptivos.
Pareciera, dijo, que para los Vocales, los juicios abreviados no tienen
ningún valor jurídico; y sostuvo que ello no puede aceptarse, ya que sus
rastros obrantes tanto en el Legajo de OGA como en el de Fiscalía, sí tienen
valor jurídico. Ese abreviado tiene una arquitectura, se llevó a cabo el
segundo juicio abreviado completo, lo que ocurrió fue que no se homologó;
e incluso la Querella tuvo activa participación allí.
Solicitó que se haga una correcta interpretación y ponderación de la
ley de fondo y de la ley procesal. Destacó que aquí hubo remisión a juicio -a
juicio abreviado, pero juicio al fin- y con acuerdos de la defensa y la fiscalía.
Se cumplió con los requisitos que manda el CPPER para toda acusación; y
hubo dos audiencias de juicio abreviado. Si no se hubiese citado a juicio,
estas nunca hubieran ocurrido.
Señaló que apartarse, del modo que lo hizo el Vocal de apelaciones, es
dejar como no escrito el acto procesal equivalente, es crear una
interpretación sesgada. El abreviado tiene todas las características de un
juicio, y volvió a resaltar los dilemas a lo que se vio expuesta la Querella y
la espera a la que fue sometida la víctima, contra su voluntad.
Agregó también que el mismo día que la causa bajó de casación, la
Querella pidió la elevación a juicio; y después vino la sorpresa del pedido de
prescripción. Enfatizó que la Querella y la víctima necesitan una lógica
jurídica sistémica para fallar a favor de su petición, y que se rechace el
sobreseimiento. Se trata de un caso complejo, porque nos coloca ante la
falta de acto procesal equivalente. Se precisa un ajuste "coherentista".
Hubo actos procesales equivalentes.
Resaltó nuevamente que resultan preocupantes las razones por las
que el Dr. Grippo entiende que no hay contexto de violencia de género,
desconociendo la Recomendación Nº35 de CEDAW; y entiende que ello

15
representa violencia institucional. No se aplica “Campo Algodonero”, fallo en
el cual no sólo se explica cómo actuar frente a la debida diligencia
reforzada; sino que establece la responsabilidad del Estado y de los agentes
estatales cuando ello no sucede. Desconoce también todos los informes de
seguimiento de “Mesecvi”, sobre impunidad de los casos de violencia contra
las mujeres.
Citó el informe Sombra (Cladem) y enfatizó que quitarle calidad de
juicio al abreviado, para así lograr la impunidad del hecho, es a todas luces
arbitrario e injusto. Citó la causa “Bordigion” (2021), donde se dijo que
debía incorporarse la perspectiva de género en las sentencias. Y agregó que
también decir que porque la víctima es ministra, tiene mayor poder, es
desconocer lo establecido en la Ley Micaela.
Enfatizó que lo que piden es un juicio oportuno; reiteró los argumentos
del escrito, y solicitó que se rechace y se mande la remisión de causa a
juicio; lo contrario implicaría el incumplimiento de tratados internacionales
y del principio de argumentar razonablemente las sentencias en base a un
sistema jurídico completo. Realizó las reservas del caso.
III.c. A su turno, por la Defensa, el Dr. Leopoldo LAMBRUSCHINI
sostuvo que los agravios de las partes acusadoras no son más que una
reedición de los planteados en apelación, y que el solo hecho de la reedición
no implica mérito alguno. Todos estos agravios, ya tuvieron adecuado y
fundado tratamiento, habiendo sido rechazados por el Vocal, con
fundamentos que la Defensa hace propios.
Destacó que el desacuerdo de las acusadoras, no es sólo sobre la
resolución que atacan, sino incluso con la normativa vigente, de fondo y de
forma. Y reiteraron en esta instancia los tres agravios tratados en la
apelación.
En cuanto a la citación a juicio, lo que pretenden hacer valer, es la
fijación de la fecha del juicio abreviado, pero se trata de una invocación de
una causa de interrupción inexistente. Hay una expresa prohibición legal de
consideración del procedimiento del abreviado cuando el acuerdo se
rechaza, como ocurrió en este caso; y la Querella ni siquiera argumenta
sobre eso. Incluso, y como refuerzo de la prohibición de consideración, se

16
prevé la destrucción. No se circunscribe a la confesión del imputado, sino a
una prohibición de valoración de todo el trámite.
Destacó que el hecho de que las notificaciones no hayan sido
destruidas, es irrelevante desde el plano normativo; porque por formar
parte del procedimiento del procedimiento de juicio abreviado, debieron
haber sido destruidas. En todo caso, hubo un incumplimiento a la orden del
Dr. Garzón en ese sentido. La destrucción de las actuaciones es el refuerzo
fáctico de la prohibición de toda valoración del acuerdo abreviado.
Destacó que cuando se dice acto procesal equivalente, es en sentido
técnico. Aclaró que aquí, lo cierto es que se llega a juicio abreviado de
modo previo a la etapa intermedia, y de la elevación de la causa a juicio. Se
tuvo en cuenta eso para tenerla como Querellante a Velazquez. No hubo
auto de citación a juicio, ni equivalente. No hubo "requerimiento" de
abreviado; el acto de juicio, no es un acto interruptivo conforme al art. 67
del CP, ni el juicio común ni el abreviado.
Señaló entonces que lo que pretenden los recurrentes es una solución
contra legem ; y que de haber considerado el MPF que no estaba de
acuerdo, debió haberlo rechazado. La Querella dice que como no
participaron de la etapa de investigación, y debiendo el MPF formular la
remisión, debieron esperar la toma de decisión; pero olvida que como
Querellante tiene carácter autónomo.
A su turno, el Dr. Maximiliano RUSCONI, señaló que no se puede
manipular la tipicidad, ni siquiera la perspectiva de género puede
condicionar esas garantías. Las partes acusadoras no se pusieron de
acuerdo y se unificó la calificación en la propuesta del MPF, como amenazas
simples; eso quedó firme, más allá de la frase final sobre la irrecurribilidad,
eso no está en discusión.
En esta tercera instancia, la Querella pretende repetir la cuestión de la
calificación legal, pero el planteo ya está precluido. Las garantías no son
manipulables por la perspectiva de género. La irrecurribilidad hace
operativos los principios de economía procesal, preclusión, etc. Lo que le
molesta a la parte Querellante, son los términos en que está establecida la
ley, y eso debió canalizarlo por la vía procesal correspondiente, que es la

17
inconstitucionalidad. La vía es plantearlo, las razones estratégicas corren
por la vía de las teorías del caso.
Agregó que la Querella dice que ha sido coherente en su
cuestionamiento en relación a la calificación legal, pero previo al acuerdo, el
MPF le consultó su opinión a Velázquez sobre el posible acuerdo, sobre la
que prestó su expresa conformidad por escrito. Luego, se refirió a la
calificación legal de coacciones -resolución firme y consentida-. Aquí
sostiene una tercera calificación legal, de amenazas coactivas. Lo último
que se ve, destacó, es coherencia.
Citó la doctrina de los actos propios; la imposibilidad de argumentar
sobre una calificación más gravosa -a los efectos de evaluar una
prescripción, cuando fuera esgrimida al momento del incidente de la
prescripción para no arribar a la misma y cuando no tuviera ningún
asidero-. Destacó que aquí, se dan estos dos supuestos: la Querella
pretende la recalificación, en contra de las reglas procesales, y además, la
tercera calificación -amenazas coactivas- es sorpresiva y desajustada con
relación a las constancias de la causa.
Agregó que no es gratuita la imputación de que la Defensa no se
compromete con la justicia de género. El art. 67 del CP administra una
garantía. Citó el precedente "Lopez, Ricardo" 17/5/22 de la CSJN; en el que
se destacó que la ley impone un límite que los jueces no pueden dejar de
lado, sustituyendo al legislador.
La duración de los procesos es un problema, pero quien en primer
lugar no debiera pagar esos costos, es el imputado. Es cierto que las
víctimas de género tienen prerrogativas distintas, pero eso no puede
excepcionar las garantías. Y enfatizó que no puede ser contrario a las
convenciones, proteger una garantía.
Mantuvo las reservas formuladas y solicitó que no se haga lugar a los
recursos, y que se confirme la decisión recurrida, con imposición de costas
de la instancia. No solicitaron la regulación de sus honorarios.
IV. Ello así, se planteó lo siguiente: A las cuestiones
articuladas ¿qué corresponde resolver?, y ¿qué sobre las costas del
proceso?

18
La Dra. MARCELA ALEJANDRA DAVITE dijo:
IV.1. Para dar respuesta al primer interrogante resulta necesario
reseñar el derrotero de estas actuaciones:
El siete de abril 2022 se dió inicio a la audiencia de remisión a juicio
prevista en el art. 405 del CPPER, se dio lectura a los hechos imputados; la
Fiscalía los encuadró en la figura de amenazas simples previsto en el art.
149 bis del CP, y la Querella en la figura de coacciones agravadas prevista
en el art. 149 ter inc. 2, del CP. La Defensa sostuvo que la plataforma
fáctica no se encontraba definida con precisión, razón por la cual solicitó la
nulidad. Ante tales planteos el Juez de Garantía resolvió: “I. D IS P O N E R en
virtud del art. 403 in fine del C PPER que Fiscalía y Q uerella Parcial procedan
a intentar unificar posiciones en relación a la calificación legal del hecho,
instancia que debe ser com unicada por correo a esta M agistratura hasta el
día m artes 12 de abril en horario de oficina. II. D IS P O N E R un cuarto
interm edio hasta el día m iércoles 13 de abril a las 16 hs. para continuar la
audiencia según su estado.”
El trece de abril del 2022, se reanudó la audiencia de remisión a juicio.
En tal ocasión el Juez resolvió: “R E S U E LV E : I.- C O N V A LID A R el hecho tal
com o ha sido configurado en las piezas acusatorias; II.- D E C LA R A R com o
correcta la calificación legal del hecho com o A M E N A Z A S S IM P LE S en
con tex to d e V IO LE N C IA C O N T R A LA M U JE R -conform e art. 149 bis C .P.
y ley N º26485.”
En la misma audiencia la Defensa comunicó que iba a apelar el primer
punto de lo resuelto y que plantearía los agravios dentro de los tres días
con los que contaba para presentar el recurso de apelación. Ante ello el
Juez resolvió: “I.- S U S P E N D E R la presente audiencia hasta que se
verifique el resultado del pronunciam iento de la C ám ara de A pelaciones en
relación al R ecurso de A pelación que planteará la D efensa.”
El 22 de abril de 2022, fue concedido el recurso de apelación; y el 29
de abril de 2022, luego de varias reprogramaciones se fijó fecha de
audiencia para el día 24 de mayo del 2022.
El 23 de mayo de 2022, los Defensores pusieron en conocimiento que
el 20 de mayo de 2022 presentaron ante el Juez de Garantías un planteo de

19
excepción de falta de acción por prescripción de la acción penal respecto de
los hechos imputados. Y, en la misma fecha, el Vocal de juicio y apelaciones
resolvió: “I) S U S P E N D E R p or O .G .A . la A udiencia de A pelación fijada para
el día 24 de m ayo de 2022 a las 11.00 horas ante el suscripto. II) E S T A R a
las resultas de lo que se disponga por parte del S r. Juez de G arantías N º 4
de esta ciudad, D r. M auricio M ayer.”
El 13 de junio 2022, el Juez de Garantías hizo lugar al planteo de la
Defensa y resolvió: “ 1 ) D E C LA R A R P R E S C R IP T A LA A C C IÓ N P E N A L en
la presente causa en relación al im putado JO S É Á N G E L A LLE N D E , por el
delito de A M E N A Z A S S IM P LE S en situ ación d e V iolen cia d e G én ero
-arts. 149 bis C .P., Ley 26485- y en consecuencia D IC T A R SU
S O B R E S E IM IE N T O -arts. 62 inc. 2), 67 C .P. y art. 397 inc. 6) del C PP.-
por los fundam entos expresados.”
Y finalmente, el 4 de agosto de 2022, el Vocal de Juicio y Apelaciones
confirmó lo resuelto por el Juez de Garantías.
IV.2. Los argumentos del Juez de Garantías para declarar prescripta la
acción penal fueron los siguientes:
En relación a la oposición de la Fiscalía, el Juez señaló que el Ministerio
Público Fiscal, en su estrategia procesal, debió tener en cuenta la posibilidad
de la prescripción.
Con respecto a la oposición de la Querella, destacó que durante su
alegato privilegió la no prescripción de la acción penal sobre la base de
normas internacionales y nacionales de género, que si bien eran relevantes,
no tenían entidad como para dejar de lado las normas de derecho interno
que regulan la prescripción de la acción penal.
La Fiscalía consideró arbitraria dicha resolución y la apeló porque el
Juez no tuvo en cuenta que se trata de delitos perpetrados en un contexto
de violencia de género, en los que el Estado se comprometió a actuar con
debida diligencia reforzada que asegure a las víctimas el acceso a la justicia
y un juicio justo; y porque tampoco tuvo en cuenta la virtualidad
interruptiva del curso de la prescripción de las dos citaciones a juicio
abreviado.
La Querella también apeló dicha resolución. En primer lugar se agravió

20
porque, de acuerdo a la atribución de los hechos, la calificación legal
correcta era la de coacciones agravadas, y como la audiencia de remisión
a juicio no se había completado, no tuvo oportunidad de manifestar su
disconformidad. En segundo y tercer lugar se agravió por los mismos
motivos que la Fiscalía.
La Defensa rechazó los agravios de las partes acusadoras con
argumentos análogos a los presentados en la audiencia de Casación.
IV.3. El Vocal de juicios y apelaciones, coincidiendo con los
argumentos aportados por la Defensa, confirmó la resolución del Juez de
Garantías. En su resolución, luego de realizar una reseña del instituto de la
prescripción citando doctrina y jurisprudencia, expuso la siguiente
fundamentación:
En primer lugar, recordó que el 13 de abril de 2022 el Juez de
Garantías resolvió que la calificación correcta era la de amenazas simples
previstas en el art. 149 bis del CP. Luego, corroboró que de acuerdo a lo
dispuesto en el art. 62 inc. 2 y 149 bis del CP el término de la prescripción
de la acción penal en este caso es de dos años, y aclaró que si bien las
amenazas fueron calificadas en contexto de violencia de género, tal
calificación no está prevista como agravante en el Código Penal. Por último
señaló que, según el art. 63 CP, el plazo de prescripción empezaba a correr
a partir del día 10 de diciembre de 2019 en el que Allende no tuvo más
fueros como legislador provincial; que el primer acto con virtualidad para
interrumpir la prescripción fue el requerimiento de remisión a juicio de
fecha 17 de febrero de 2019, pero a esa fecha, los hechos ya estaban
prescriptos.
En segundo lugar, el Vocal analizó el agravio relativo a la virtualidad
interruptiva de la tramitación de juicio abreviado. Indicó que de acuerdo a
lo previsto en el 481 del CPP si el acuerdo fracasare se devolverá la causa
para la continuación de su trámite, se ordenará la destrucción del incidente
que contiene el acuerdo, y la tramitación no podrá ser valorada en ningún
sentido -bajo sanción de nulidad- en las instancias procesales ulteriores.
Aclaró que las notificaciones para las audiencias de juicio abreviado no
constaban en el Legajo de OGA ni en las actuaciones del MPF. Luego citó

21
prestigiosa doctrina sobre la cuestión del “acto procesal equivalente” a la
citación a juicio y jurisprudencia del STJ, de donde a su juicio, se infiere que
la notificación a la audiencia de solicitud de aplicación de juicio abreviado,
prevista en el art. 481 del CPP de ningún modo puede considerarse como
un acto procesal equivalente al auto de citación a juicio.
En tercer lugar, se refirió al agravio relacionado con que el Juez de
Garantías debió tener en cuenta que el hecho fue cometido en un contexto
de violencia de género. Si bien reconoció que el hecho configuró un claro
ejercicio de violencia contra una mujer, sostuvo que no se daban los
requisitos para considerarlo una grave violación a los derechos humanos
que habilite la inoperatividad del derecho interno frente a los compromisos
asumidos por la República Argentina en esa materia. En apoyo de su
postura citó artículos y jurisprudencia.
En cuarto lugar, se refirió al agravio propuesto en primer lugar por la
Querella referido a que la calificación de amenazas simples no se encuentra
firme y no es correcta, sosteniendo por su parte la de amenazas coactivas
como la de coacciones agravadas.
Y rechazó este planteo, por los siguientes motivos: porque la Querella
no impugnó la calificación ante la unificación efectuada por el Juez de
Garantías en la oportunidad de la audiencia de remisión a juicio; porque la
prescripción se debe tratar antes de cualquier otro argumento; y porque la
calificación legal quedó firme con la resolución del Juez de Garantías.
V. Luego de haber reseñado los agravios de las partes, de haber
resumido el derrotero de esta causa, los argumentos del Juez de Garantías
y del Vocal de apelaciones; cabe preguntarse, si resulta correcta la
resolución que confirmó el sobreseimiento por prescripción de la acción
penal, por el delito de amenazas simples en situación de violencia de
género.
Como ya lo anticipé, la Querella planteó tres agravios, dos de los
cuales coinciden con los de la Fiscalía. Para un desarrollo ordenado, seguiré
el orden propuesto por la acusación privada, quien sostiene que la
resolución resulta arbitraria porque: a) no consideró que la calificación
correcta es la de coacciones; b) no le confirió virtualidad interruptiva del

22
curso de la prescripción a la tramitación del juicio abreviado; c) no tuvo en
cuenta que el hecho se cometió en un contexto de violencia de género.
Antes de ingresar al análisis de los agravios, corresponde señalar que
no está en discusión que en el caso concreto el plazo de la prescripción
debe empezar a contarse a partir de la fecha en la que el imputado dejó de
tener fueros como legislador, es decir a partir del 10 de diciembre de 2019.
Y que tampoco es un punto controvertido que el Juez de Garantías, ante la
falta de acuerdo de las partes, de conformidad a lo dispuesto en el art. 403
del CPP, unificó la calificación legal en la figura de amenazas simples que
propuso la Fiscalía, y que dicha resolución es irrecurrible.
VI. La Querella insiste en esta instancia, en que el Juez de Garantías,
para decidir acerca de la prescripción de la acción penal debió considerar
que esa parte siempre sostuvo que la calificación legal correcta era la de
coacciones -simples o agravadas-.
Como ya lo anticipé el Vocal rechazó este planteo por tres motivos: a)
porque la Querella no impugnó la calificación; b) porque la prescripción se
debe tratar antes de cualquier otro argumento; y c) porque la calificación
legal quedó firme con la resolución del Juez de Garantías.
Los fundamentos fueron los siguientes: “S i bien la norm a indicada
-artículo 403 C .P.P.E.R .- dispone que es irrecurrible la resolución en la que
el Juez de G arantías unifica los diversos encuadres legales en que las partes
acusadoras subsum en el hecho im putado, entiendo que, com o lo afirm ó la
R epresentante de la Q uerella Particular en la A udiencia de A pelación, si
considera que dicha unificación "agravia severam ente a su parte", pudo
intentar, al m enos, incoar un planteo de inconstitucionalidad del artículo
403 in fine, lo que efectivam ente no ocurrió.-
A sim ism o, he de destacar que conform e lo establecido por la C .S .J.N .
en la causa "M aw iel", la prescripción "debe ser resuelta en form a previa a
cualquier decisión de fondo"; en el caso que nos convoca, evidentem ente
ante el planteo de la defensa debe paralizarse el proceso y resolverse la
prescripción com o una cuestión de previo y especial pronunciam iento, ya
que se trata de una cuestión de orden público.-
Este agravio expresado por la R epresentante de la Q uerella Particular,

23
tam poco puede ser receptado para conm over la R esolución im pugnada.-
A m odo de conclusión, y aún tem iendo ser redundante, he de destacar
que el M .P.F. siem pre sostuvo la calificación de A m enazas S im ples sobre el
hecho im putado, sabiendo que el período de prescripción de la acción penal
de dicha figura delictiva era de corta duración -dos años-, calificación que,
com o dijera ut supra, ha sido la decidida por el juez de garantías, la cual ha
quedado firm e para todas las partes, y sobre ella sería la eventual discusión
tanto en la etapa interm edia com o en el juicio oral y público.”
VII. Entiendo que todos estos motivos son incorrectos.
a) La parte no impugnó la calificación legal.
Entender que ante una resolución irrecurrible, como es la unificación de
encuadres legales conforme el art. 403 del CPPER, la parte disconforme,
debería al menos incoar un planteo de inconstitucionalidad, resulta una
exigencia injustificada y arbitraria: el artículo 403 del CPPER establece que
la resolución acerca de la unificación de la calificación legal no admite
recurso alguno.
Debemos recordar que, en el sistema adversarial, lo central reside en
el debate oral y público. Por esta razón, para la fase preparatoria del juicio
(IPP), el legislador ha establecido directrices con el objetivo de agilizar y
acortar el proceso, limitando las cuestiones que pueden ser objeto de
recurso sólo a aquellas que culminen el procedimiento o generen daños
irreparables. En sinalagma estableció que las decisiones provisionales, o
aquellas relacionadas con asuntos que puedan ser replanteados, queden
excluidas de la posibilidad de recurso.
Por ello, de ninguna manera puede admitirse que la Querella debió al
menos incoar un planteo de inconstitucionalidad, de una resolución
irrecurrible que por ser provisoria no causa un agravio irreparable. Y menos
aún puede inferirse que no realizar ningún planteo resulte equivalente a
conformarse con la calificación escogida por el Juez de Garantías en una
audiencia de remisión a juicio que ni siquiera se llegó a concluir.
Tal como surge de la reseña del derrotero de estas actuaciones, la
Querella siempre se opuso a la calificación legal de amenazas simples. Así
surge de la audiencia de remisión a juicio, en la cual sostuvo su postura

24
respecto a que la conducta encuadra en la figura de coacciones, antes y
después del cuarto intermedio dispuesto por el Juez para que las partes
unifiquen la calificación legal.
También mantuvo su postura respecto a la calificación legal, cuando
impugnó la resolución del Juez de Garantías que declaró la prescripción de
la acción penal.
Me pregunto entonces: ¿qué pasaría si la exigencia de plantear la
inconstitucionalidad que propone la Defensa y a la que adhiere el Vocal, se
convirtiera en una regla general?
De ser así, las partes podrían plantear la inconstitucionalidad de todas
las normas que interfieran con sus intereses, y de ese modo resultaría
imposible llegar a la etapa de juicio. Lo cual, claramente, sería un absurdo,
además de atentar contra la validez de todo el ordenamiento jurídico, lo que
sería un escándalo.
b) También configura un yerro afirmar que la prescripción es una
cuestión de previo y especial pronunciamiento. De hecho no está prevista
como tal en los arts. 10 a 29 del CPPER.
La prescripción es una de las causales de sobreseimiento previstas en
el art. 397 del CPPER; y el orden en el que debe ser tratada se encuentra
previsto en el art. 398 del CPPER, que remite al 397.
Es decir, la calificación legal del hecho debe tratarse antes que la
prescripción. Cabe aclarar que el fallo “MAWIEL, Jorge Alonso Armesto
S/RECURSO DE QUEJA” -CSJ 600/2019/RH1-, que cita el Vocal no se
contrapone a esta normativa. Lo que allí se dice, es que los jueces tenemos
la obligación de pronunciarnos sobre los planteos de extinción de la acción
penal por prescripción. Ello a fin de evitar que se elongue,
innecesariamente, un proceso cuando ya se tiene la certeza que la acción
penal está prescripta.
Sin embargo, según surge de lo resuelto por el Juez de Garantías y
por el Vocal de Apelaciones, nada se dijo ni se analizó en relación a la
calificación legal del hecho al disponerse la prescripción de la acción penal,
optando -sin dar razones- por sólo una de las calificaciones legales
propuestas por las partes acusadoras.

25
Y, a pesar de la evidente afinidad de la figura de coacciones con el
hecho que se imputó, y como si “decir el derecho” no fuese incumbencia de
los jueces, se puso fin a la acción sin evaluar la posible imputación de todas
las normas involucradas en los hechos que se investigan en estas
actuaciones.
c) Por último, se equivoca el Vocal cuando afirma que la calificación
legal decidida por el Juez de Garantías ha quedado firme para todas las
partes y sobre ella será la eventual discusión, tanto en la etapa intermedia
como el juicio oral y público.
Como es sabido, la calificación legal de los hechos, en especial durante
la IPP, es provisoria. El CPPER, prevé en forma expresa la posibilidad de
modificar la calificación legal en numerosos artículos que abarcan incluso la
etapa del juicio (por ejemplo, los arts. 404, 405, 436, 437, 448 y 452).
Y, justamente porque es provisoria, es que la decisión que unifica el
encuadre legal en los términos del art. 403, resulta irrecurrible.
VII. Ahora bien, no hay discusión en la doctrina respecto a que la
coacción es una especie de amenaza que, en el esquema del Código, sería
el género. Y que representa un grado más en el ataque al bien jurídico que
es la libertad como expresión de la voluntad para hacer, no hacer o tolerar
algo, puesto que quien coacciona se vale de la amenaza.
La acción típica consiste en hacer un anuncio deliberado de causar un
daño futuro, grave, injusto, idóneo y serio, para obligar a otra persona a
hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad. Dentro del tipo objetivo
se incluye cualquier acción en la que, por medio de amenazas, se busque
imponer a otra persona la realización de una acción u omisión no queridas.
Se trata de un delito doloso, que además exige un elemento subjetivo
distinto del dolo que consiste en que el autor realice la acción con el
propósito de obligar a la víctima a hacer, no hacer o tolerar algo contra su
voluntad.
Para la consumación basta que la víctima llegue a conocimiento de la
amenaza y comprenda su contenido, con independencia del resultado que
se obtenga en relación al amedrentamiento, como al logro del propósito.
(cfr. D’ALESSIO, Andrés; “Código Penal comentado y anotado”, 2da. Edición

26
Actualizada y Ampliada. Tomo I. Ed. La Ley. 2009. pág. 495 y sgtes.).
Desde estos lineamientos, expresiones como: “Lo de D iam ante no da
para m ás, quiero que eches a la directora”, “te ordeno que eches a la
directora”, “vos sabés quién soy”, “no m e atendes el teléfono”, “yo fui el
presidente de la C ám ara de D iputados”, “si la lleg as a tocar, te
p ren d em os fu eg o en N og oyá” (refiriéndose a la coordinadora de Salud
del Dpto. Nogoyá); demuestran que desde un inicio la imputación fue
formulada de modo tal, que sin ninguna dificultad argumental, encuadra en
la figura de coacciones simples o agravadas. Por ello, al momento de
analizar la posible prescripción de la acción penal, debió estarse a esta
calificación legal más gravosa.
En este análisis no puede soslayarse que el sobreseimiento se dictó en
la IPP, cuando aún no había concluído la audiencia de remisión a juicio y en
consecuencia, ni siquiera se conocían cuáles eran las evidencias que podrían
acreditar o descartar una u otra calificación legal. Es decir el sobreseimiento
se dictó, sin contar con el grado de certeza negativo, que según reiterada
jurisprudencia del STJ, se requiere cuando se dispone en las primeras
etapas del proceso (conf. “ALANIS, Héctor A. - RE, Humberto C. - CRETTON
PEREYRA, José M. - ALANIS, Maximiliano S/PECULADO S/RECURSO DE
CASACIÓN” -Expte. N|4456, L IV., 2013, Cam. I. Sala I. Paraná).
Por todo ello entiendo que, siendo la calificación provisoria y habiendo
corroborado que razonablemente el hecho puede encuadrarse en la figura
de coacción, entiendo que tanto la resolución impugnada como la resolución
del Juez de Garantías resultan arbitrarias porque no estaban dadas las
condiciones para terminar el proceso de ese modo.
VIII. Por último, cabe recordar que el art. 403 del C.P.P.E.R. en su
última parte establece que en caso que las partes no logren unificar el
encuadre legal “el juez resolverá tom ando en cuenta la prevalencia de los
intereses particulares o sociales generales según el caso.”
En el caso, en ninguna de las dos resoluciones, se tuvo en cuenta que
la víctima es una funcionaria pública que ocupa un cargo de alta jerarquía
en el Poder Ejecutivo. Y que fue perturbada en el ejercicio de su cargo para
que actúe de acuerdo a los intereses del imputado, en lugar del bien público

27
que debe orientar su actuación.
Silenciar a la Querella mediante este prematuro sobreseimiento,
implica por tanto desconsiderar intereses sociales altamente valiosos, tales
como: el rol de la víctima en el sistema penal; la debida perspectiva de
género con la que los jueces estamos obligados a juzgar, cuyo piso es no
invisibilizar los actos de violencia cometidos contra las mujeres (en este
caso en el ámbito laboral); y no menos relevante, desconocer la
importancia para la existencia misma del Estado de Derecho de investigar y
juzgar los actos de corrupción y de preservar la función pública.
Intereses sociales, tan relevantes como para formar parte del bloque
de las Convenciones Internacionales de Derechos Humanos por todas y
todos conocidas.
Por todos estos motivos entiendo que el sobreseimiento por
prescripción se dictó de manera prematura. La acción penal, al menos hasta
que se despejen los aspectos probatorios faltantes, no puede declararse
prescripta en esta etapa del proceso. Esta ha sido la solución adoptada por
el STJER en la causa “BECHETTI, Cesar G. S/ ABUSO SEXUAL REITERADO
S/ RECURSO DE CASACIÓN”, en la que se consignó lo siguiente: “ Q ue,
reseñadas así las pretensiones partivas y com partiendo lo resuelto por el
Juez a-quo, cabe ingresar al “them a decidendi” advirtiendo que la atribución
fáctica efectuada en la requisitoria de elevación a juicio estableció
concretam ente: "… que sin poder precisar fechas, pero aproxim adam ente
desde fines del año 1996 y hasta m ediados del año 2000… ".- Q ue, en
consonancia con dicha descripción de la pieza del M inisterio Fiscal, a la que
se rem iten tam bién las presentaciones de los querellantes, el decisorio
recurrido señala: "será en la discusión final en la que producida la prueba y
alegada la postura de las partes que se procederá a acreditar, en su caso, la
existencia de los hechos endilgados, la característica de los m ism os y las
circunstancias de lugar, tiem po y m odo, pudiendo así determ inar cuando
cesó la conducta reiterada respecto de cada uno de los m enores víctim a a
fin de realizar el cóm puto de la prescripción respecto de cada uno". Q ue con
ese contexto requirente no aparece ilógica, en función de tal expresión del
escrito de la Fiscalía, la espera hasta la realización del juicio dispuesta por

28
el a-quo a los fines del debido esclarecim iento de los sucesos, difiriendo por
lo tanto hasta entonces la resolución sobre la prescripción interesada.-”
IX. En conclusión, partiendo de la fecha a partir de la cual debe
comenzar a contarse el plazo de la prescripción, en este caso particular el
10 de diciembre de 2019, y el máximo de las penas previstas para el delito
de amenazas coactivas o de coacciones agravadas, esto es: cuatro o diez
años respectivamente, y la fecha en la que se interpuso la requisitoria fiscal
de elevación a juicio -17 de febrero de 2022-, no cabe más que concluir que
no ha operado la prescripción de la acción penal, conforme lo establecido
por el art. 62 inc. 2do del CP. Razón por la cual, la resolución impugnada
debe ser revocada.
X. Atento a este resultado, el resto de los agravios no ameritan su
tratamiento. Ello sin perjuicio de que, si al dictarse la sentencia definitiva, el
hecho se encuadrara en la figura más benigna de amenazas simples y se
declarara la prescripción de la acción penal, las partes podrán casar esa
sentencia y volver a plantear los argumentos referidos a la virtualidad
interruptora de la citación a la audiencia de juicio abreviado, y de la
adecuación de la decisión a lo dispuesto en la normativa de género.
Pero ello será después de la realización de un debate oral y público,
donde todas las partes, en pie de igualdad, hayan podido ejercer en
plenitud el derecho de probar y alegar sobre las características del hecho en
su recorte normativo.
Habiéndose entonces comprobado que no procede la prescripción de la
acción penal, porque aún resta calificar con exactitud el delito y no ha
transcurrido el término de la calificación legal más gravosa, corresponde
revocar tanto la resolución del Vocal de Apelaciones como la del Juez de
Garantías y remitir las actuaciones a OGA para la continuidad del trámite.
XI. En relación a las costas y atento al resultado al que se arriba,
luego del tratamiento de la cuestión, corresponde imponerlas de oficio -Art.
584 y 585 C.P.P.E.R..
En cuanto a los honorarios de los Dres. Leopoldo LAMBRUSCHINI,
Maximiliano RUSCONI y de la Dra. María Fernanda VÁZQUEZ PINASCO, no
corresponde su regulación por no haber sido ello solicitado según lo

29
manifestaron los letrados en la audiencia de casación. (Art. 97 inc. 1 del
Decreto Ley 7046/82 ratificado por ley 7503).
Así voto.
A la misma cuestión propuesta, la Dra. Marcela BADANO dijo que
adhiere al voto precedente, por iguales consideraciones.
A su turno y a igual cuestión propuesta, el Sr. Vocal, Dr. Gustavo
PIMENTEL, dijo:
Reseñada las posturas partiales por la Sra. Vocal que comanda el
Acuerdo, considero que asiste razón a la Defensa en orden a que los
agravios esbozados por las recurrentes se yerguen como una mera
disconformidad con las conclusiones a la cual arriba la resolución recurrida.
a) Así, liminarmente debo destacar que los argumentos vertidos por el
sentenciante en derredor a los efectos que tienen los actos devenidos de un
juicio abreviado rechazado, sólo han sido tibiamente considerados por la
Fiscalía y con una argumentación contradictoria; soslayando la Querella
toda profundización al respecto.
Los titulares de la Vindicta Pública expresamente han afirmado que
" Esta parte no desconoce el contenido del art. 481 segundo párrafo del
C PPER , particularm ente la destrucción del incidente y que la tram itación no
puede ser valorada en ningún sentido, eso está fuera de discusión por lo
m enos desde esta parte. Pero lo que no ha desaparecido son las citaciones
efectuadas a las partes a esos juicios que fracasaron, y que obran en el
legajo de O G A N 7436" (cfr. fs. 70 vta., el subrayado me pertenece).
Por lo que resulta a todas luces contradictorio que por una parte
consideren que la tramitación del incidente no puede ser valorada, para
seguidamente afirmar que una citación efectuada dentro del marco de ese
juicio incidental, como lo es la citación a la audiencia para tratar el juicio
abreviado, ha de tener validez.
Aunque parezca de perogrullo aclararlo, las piezas procesales que
integran un juicio incidental o incidente en sentido lato, no dependen del
lugar físico al cual se encuentran anejadas, sino por el contrario, de los
fines que cumplen como actos concatenados para la consecución de un
proceso, en este caso el incidental. Y es por este motivo que sí puede

30
ligarse la virtualidad jurídica de la citación a la audiencia en el que ha de
tratarse la petición de trámite abreviado, con lo que finalmente se decida en
orden a la procedencia de tal petición sumaria; ya que expresamente el
legislador ha determinado los efectos de todos los actos que integran el
incidente en caso que fracase el acuerdo partial (art. 481 segundo párrafo
del ordenamiento ritual) -algo que desde la Fiscalía, reitero, sentaron como
premisa y que no iban a discutir-.
La fórmula por la que legislativamente se ha optado, no deja resquicio
de validez a todo el trámite incidental que rodea un procedimiento
abreviado, ya que no sólo hace desaparecer físicamente dicho trámite
-mediante destrucción-, sino que jurídicamente le niega toda posible
valoración, con expresa sanción de nulidad en caso contrario -priva de
efectos no sólo al incidente sino a las futuras valoraciones que de éste
pueda hacerse-.
Desde la lógica procesal, y aún cuando se asimilase la situación a la
invalidez por nulidad, no podría concederse efecto alguno a un acto que se
ha privado precisamente de eficacia, ya que un entendimiento en contrario
importaría, por un lado, reconocer que es necesaria su reedición para lograr
el fin previsto, pero por otro, que ese acto que se reconoce viciado y por
ende debe ser excluido del proceso, de igual manera tiene capacidad de
rendimiento a los fines de interrumpir la prescripción; lo que pondría en
crisis la versión ontológica del principio de no contradicción.
Así no puede existir validez residual alguna de un acto viciado; y en
aquellos casos que se le ha considerado cierto valor de referencia, lo ha
sido sólo para amparar un derecho sustancial del imputado, evitando
colocarlo en una peor situación (cfr. en este sentido C.S.J.N. in re "Olmos",
Fallos 329:1447 Voto del Dr. Petracchi, considerandos 6 y 7; y De la Rúa,
Fernando, "Límites de los recursos y prohibición de "reformatio in peius" en
materia penal y civil", LL. 1982-B, 102).
En definitiva, no se trata de otra cosa que de la capacidad difusiva del
acto inexistente, suprimido que fuera el acuerdo abreviado, los actos que
son su consecuencia -el trámite que se le imprime a dicha presentación-,
son alcanzados por la ineficacia jurídica procesal del primero, por la

31
específica vinculación existente entre ellos.
b) Con lo arriba sostenido, resulta supra abundante ahondar en la
capacidad interruptiva de cualquiera de los actos que integraran los
incidentes de juicio abreviado; solo considero necesario aclarar que la
interpretación dada por el Vocal de Apelaciones al inciso d) del art. 67 de
nuestro Código Penal resulta acertada, ya que la equivalencia del auto de
citación a juicio no se compadece con cualquier acto como pretenden las
partes, ni resulta de que el acto sea o no revelador de llevar adelante la
pretensión punitiva -ello en una franca reminiscencia y revaloración de la
perimida "secuela de juicio", algo que resulta a la fecha inaceptable-.
Sobre el punto, el Dr. Lorenzetti en la causa "Torea" ha sido claro
respecto a qué debe entenderse por acto procesal equivalente; sosteniendo
en dicha oportunidad que "... debería interpretarse la noción de 'acto
procesal equivalente' con relación a otros códigos procesales que no
contengan la figura de la citación a juicio, así com o a otros actos de
procedim iento con efectos sim ilares en juicios ya iniciados. Lo contrario
significaría, en el caso, aplicar una herm enéutica parcial que
desnaturalizaría las finalidades del legislador con lesión de los derechos
constitucionales de acceso a la jurisdicción por parte de la querellante. La
finalidad del legislador ha sido, com o se dijo, la seguridad jurídica y utilizó
el m étodo de la enunciación taxativa de causales interruptivas de la
prescripción a los fines de evitar las diferencias de interpretación que
existían en la jurisprudencia con anterioridad a su sanción. C uando la ley
utiliza la noción de 'acto procesal equivalente', n o se h a q u erid o referir a
cu alq u ier otro acto que ten g a efectos in terru p tivos seg ú n la
in terp retación q u e p u d ieran ten er los ju eces, ya q u e ello sería
in con g ru en te con el p rop ósito d el leg islad or, que ha sid o,
ju stam en te, evitar la d isp arid ad d e criterios. E l leg islad or h a
q u erid o señ alar q u e lo q u e tien e efectos in terru p tivos es el au to d e
citación a ju icio y u tiliza la n oción referid a p or d os razon es. La
p rim era, p ara p reven ir la situ ación q u e p u ed e p rod u cirse p or
ap licación d e los cód ig os p rocesales en q u e esta fig u ra n o estu viera
con tem p lad a, y en esos su p u estos se d eb erá tom ar en cu en ta el

32
acto p rocesal eq u ivalen te. La segunda, surge en el supuesto en que se
aplicara retroactivam ente, y rige para los casos en que en el proceso ya
iniciado, hubiera actos equivalentes a la citación a juicio. N o estam os an te
cau sas d e p rescrip ción d iferen tes, sin o d e n om b res d isím iles p ara
u n a m ism a cau sa. E s d ecir, q u e n o se trata d e u n a lista ab ierta sin o
tax ativa, y, cuando no se tratare de la causal 'auto de citación a juicio', y
ella no estuviera regulada en el código de rito aplicable, o en el proceso ya
iniciado, se deberá estar al 'acto procesal equivalente'” (cfr. Fallos
330:5158, en su considerando 11, el resaltado me pertenece) .
Por lo que, resulta por demás acertada la referencia del Vocal de
Apelación a lo sostenido por esta Casación y nuestro Cimero Tribunal
Provincial, en orden a determinar en nuestro ordenamiento procesal, qué
acto es el equivalente al auto de remisión a juicio en el proceso nacional.
No puede perderse de vista que, los actos a los que pretende dársele
virtualidad interruptiva, no dejan de ser una providencia/notificación
administrativa de la O.G.A. -es decir que no resulta un acto jurisdiccional-,
y que se limita a fijar una audiencia para tratar un pedido de las partes, que
es el que se le imprima a la causa el trámite de juicio abreviado (cf. art.
391 y 479 del C.P.P.E.R.).
En este carril argumental, las sendas notificaciones a las audiencias
aludidas por los recurrentes, no pueden ser consideradas con equivalencia
alguna a aquél que, por resolución jurisdiccional fundada, dispone la
apertura de la instancia plenaria, y por ende con virtualidad interruptiva del
curso de la prescripción de la acción penal, en los términos del art. 67 inc. d
del Código Penal.
c) En otro orden de ideas, y en lo que a la subsunción legal del hecho
refiere a los efectos del término del plazo de prescripción, entiendo que la
calificación determinada por el Juez de garantías fue consentida, ya que su
eventual y posible mutación en una más gravosa, es un argumento
introducido por la parte -en el incidente- recién en instancia de revisión.
Obsérvese que el incidente de extinción de la acción penal fue
posterior al que decidiera cuál era la subsunción jurídica que debía dársele
al hecho -esto es Amenazas Simples-; y convocada la audiencia a los

33
efectos de tratar el planteo prescriptivo realizado por la defensa, las partes
acusadoras se mantuvieron dentro de esta calificación, aún sabiendo de su
exigua pena máxima y por ende su directa incidencia en el plazo de
prescripción.
Es más, no se ensayó calificación alternativa alguna, sino que el eje de
la oposición por parte de la querella fue que "la pretensión punitiva siem pre
estuvo vigente" (cfr. minuto 9:35 de la audiencia registrada bajo el sistema
Inveniet grabada en fecha 03/06/22 y finalizada en fecha 13:14),
insistiendo en que los actos celebrados en el trámite de juicio abreviado
tenían virtualidad interruptiva.
En la audiencia de mención, entonces, no hubo alusiones a postreras
comprobaciones en debate sobre la posible subsunción distinta, sino sólo la
diáfana aclaración de que la resolución de la calificación era irrecurrible (cfr.
a partir del minuto 32:08).
Aún cuando es sabido que durante la etapa de investigación, la
imputación es de carácter provisoria ya que puede variar o verse modificada
con su prosecución, al momento de celebrarse la audiencia del art. 405 del
C.P.P.E.R., se ha decidido cuál resultaba aplicable al caso con las evidencias
hasta la fecha reunidas, y en definitiva, era una de las posibles a tener en
cuenta a los efectos del cómputo de la prescripción que se plantea en ese
momento.
Pese a que la Querella se haya encontrado ante una disyuntiva -como
lo afirmara en la audiencia celebrada ante esta Sala-, la decisión que toma
al respecto no deja de integrar la estrategia procesal que fija cada parte
que interviene en el proceso penal; y ante el planteo defensivo, entendió
que era la calificación fallada y no otra la que debía atenerse en torno al
plazo de prescripción de la acción.
En reiteradas oportunidades esta Sala ha hecho alusión a las
implicancias del sistema acusatorio de corte adversarial que rige en nuestra
provincia, donde las partes son quienes aportan sus teorías del caso, y
quienes deciden en definitiva cuáles son los puntos de controversia,
encontrándose vedado para el Juez el suplir la actividad partial; por lo que
las consecuencias de dichas decisiones competen exclusivamente a la parte

34
que fija la estrategia a seguir, no resultando arbitraria la resolución del
A-quo por el sólo hecho de estar en desacuerdo con la misma.
Si el eje de la discusión se centró en qué actos eran los interruptivos y
se prestó aquiescencia a cuál era el plazo que debía tenerse en cuenta a los
efectos de la prescripción -en una causa a la que se la reconoce como
alongada y con una pena máxima baja-, no era imprevisible ni exótico el
riesgo que conllevaba seguir adelante con la calificación fijada (sin proponer
alternativa alguna a ésta) -bastaba con contar los plazos para advertirlo- y
por ende el desenlace fallado.
En definitiva, al momento de sustanciarse la incidencia, no le generó
agravio alguno que sea considerado como aplicable el tipo penal previsto en
el art. 149 bis primer párrafo del Código Penal, no deduciendo siquiera ad
eventum la calificación más gravosa, por lo que la ahora pretendida
ampliación de la acusación aparece como un vano evento de revertir la
extinción operada, lo que no puede merecer recibo en esta instancia
revisora.
d) Por último y en lo que respecta al tipo de delito investigado y la
vulneración a los Derechos Humanos que conlleva, considero que el análisis
del A-quo se centra en la posibilidad o no de que pueda prescribir este tipo
de delitos.
Ya en anteriores oportunidades he tenido la posibilidad de expedirme
sobre planteos similares en donde, desde un control de convencionalidad,
se consideró la posibilidad de prescribir este tipo de delitos, justamente por
la ponderación de los derechos de la víctima e imputado. Así, en las causas
de esta Sala, "MÓNACO, Hugo" Expte. n° 1.965/22 Sent. del 11/04/23 y
"BARES, Hector" Expte. n° 656/21 Sent. del 27/03/23, -ambas con cita de
la causa "NUÑEZ - CEBALLOS del Tribunal de Juicios y Apelaciones de
Paraná (Sentencia del 9/10/20, Voto del Dr. Cánepa al que adherí)- donde
se sostuvo que, la Corte Interamericana de Derechos Humanos no hesitó en
destacar que, "en ciertas circunstancias, el Derecho Internacional considera
inadmisible e inaplicable la prescripción (Caso "Albán Cornejo y otros vs.
Ecuador", cons. 111 y Caso "Vera Vera y otra vs. Ecuador", cons. 117) " a
fin de m antener vigente en el tiem po el poder punitivo del Estado sobre

35
conductas cuya gravedad hace necesaria su represión para evitar que
vuelvan a ser com etidas" ("Caso Albán Cornejo y otros vs. Ecuador", cons.
111 y Caso "Ibsen Cárdenas e Ibsen Peña vs. Bolivia", sentencia de 1 de
septiembre de 2010, cons. 207), estimando que " independientem ente de si
una conducta es determ inada por un tribunal interno com o crim en de lesa
hum anidad o no" ("Caso Ibsen Cárdenas e Ibsen Peña vs. Bolivia", cons.
208), " debe tenerse en cuenta el deber especial que tiene el Estado frente a
las violaciones graves de los derechos hum anos tales com o la tortura, las
ejecuciones sum arias, extralegales o arbitrarias y las desapariciones
forzadas, todas ellas prohibidas por contravenir derechos inderogables
reconocidos por el D erecho Internacional de los D erechos H um anos" (Caso
"Gomes Lund y otros -Guerrilha do Araguaia- vs. Brasil", cons. 171, y Caso
"Gelman vs. Uruguay", cons. 225).
Aclarándose que cuando la Corte se refiere, como graves violaciones a
los derechos humanos a los casos de tortura, ejecuciones sumarias,
extralegales o arbitrarias y a las desapariciones forzadas, no lo hace de
manera taxativa, ni cerrando -a modo de " num erus clausus"- la nómina o
plantel de delitos que puede considerarse de la misma especie; sino que,
como lo expresó en otros casos también arriba citados, debe estarse a que
se trate de una conducta " cuya gravedad hace necesaria su represión para
evitar que vuelvan a ser com etidas", y/o se encuentren involucrados sujetos
de especial protección constitucional o convencional (mujeres y/o niños,
entre otros), " independientem ente de la calificación de los m ism os com o de
lesa hum anidad (o no)", ya que de otra forma, aquella categoría quedaría
petrificada en el tiempo en el cual fue ejemplificada con la mención de solo
aquellos delitos.
Asimismo, se trajo a colación la necesidad de recurrir al casuismo para
analizar y verificar la ocurrencia de determinados delitos y su inclusión en
tal categoría; alegándose en su apoyatura, la resolución en el caso "Bámaca
Velásquez Vs. Guatemala", -s/cumplimiento de sentencia-, del 18/11/2010,
donde quedó plasmada su posición respecto del juicio de ponderación que
corresponde hacer a las autoridades judiciales cuando se encuentran
vinculados, por un lado, los derechos de los familiares de las víctimas de

36
violaciones de derechos humanos de conocer lo sucedido y, por otra parte,
posibles garantías procesales de los imputados, afirmando que ello debía
hacerse casuísticamente, toda vez que " tanto de la jurisprudencia de la
C orte com o de algunas decisiones en el derecho com parado, es posible
concluir que en las eventuales tensiones entre el derecho de acceso a la
justicia de las víctim as y las garantías judiciales del im putado, existe una
prevalencia prim a facie de los derechos de las víctim as en casos de graves
violaciones de derechos hum anos y m ás aún cuando existe un contexto de
im punidad. Es preciso entonces que las autoridades judiciales respectivas
analicen detenidam ente las circunstancias y el contexto específico de cada
caso para no generar una restricción desproporcionada a los derechos de las
víctim as. A sí, por ejem plo, el Tribunal ha señalado que, si bien la
prescripción es una garantía del debido proceso que debe ser observada
debidam ente por el juzgador para todo im putado de un delito, la invocación
y aplicación de la m ism a es inaceptable cuando ha quedado claram ente
probado que el transcurso del tiem po ha sido determ inado por actuaciones
u om isiones procesales dirigidas, con clara m ala fe o negligencia, a propiciar
o perm itir la im punidad".
d.1 - Y es en este análisis de contexto como limitativo de acceso a la
justicia, que entran a tallar la perspectiva de género, entendida como
categoría de análisis que nos permita evaluar, en cuanto al acceso a la
justicia, en qué medida las normas, los procedimientos, las prácticas y las
instituciones incluyen las vivencias y necesidades de las mujeres,
analizando con ello el contexto en el que ocurrieron los hechos, pues de allí
podrá determinarse si la mujer víctima de violencia de género
efectivamente contaba con la capacidad física o material de realizar la
acción debida -entendida como la tempestiva búsqueda de auxilio
jurisdiccional-.
En el caso particular, el iter procesal demuestra que no existió
impedimento que imposibilitara a la víctima ejercer sus derechos de acceso
a la jurisdicción y tutela judicial efectiva cuando la acción penal aún se
encontraba vigente, surgiendo de los propios dichos de la Querella que lo
hizo aún antes de constituirse como tal, dentro del trámite del primer juicio

37
abreviado.
Así, no solo no mediaron circunstancias que hayan podido obstaculizar
de algún modo el ejercicio del derecho a la jurisdicción de Sonia Velázquez,
sino que inclusive ello se vio reforzado a través de la constitución de la
representante legal de la víctima como parte querellante en el presente
proceso, momento a partir del cual contó -como sujeto eventual del
proceso- con las amplias facultades que la ley de rito le otorga en tal
carácter al particular ofendido por un delito de acción pública.
En otro orden de ideas, el Vocal de Apelaciones se ha explayado sobre
lo desacertado de considerar que en las presentes se esté frente a
violaciones graves/aberrantes de los derechos humanos; pongo el acento,
no en la inexistencia como entiende la defensa, sino en el grado de
vulneración como lo ha hecho el sentenciante y sólo ponderable en la
medida de la prescripción, ya que un entendimiento en contrario tornaría
impeditivo de computar plazo de prescripción alguno.
Visto entonces bajo este prisma y teniendo en consideración que la
alongación del procedimiento no ha obedecido a un impedimento deliberado
encaminado a obstruir el avance de la investigación y esclarecimiento de los
hechos oportunamente denunciados -ya que el fracaso del acuerdo
abreviado no es producto de un abuso procesal de las partes, ni mucho
menos-, es que entiendo que no se está frente a una vulneración del
derecho a la tutela efectiva y su posibilidad de acceso a las vías
jurisdiccionales en los términos sentado por el voto mayoritario de la causa
"Rivas, Gustavo" de nuestro cimero tribunal provincial (sentencia del
17/5/22); todo lo cual impone el rechazo del agravio conferido a este
respecto.
e) Por lo supra sostenido, es que disiento con la solución propuesta por
mis colegas preopinantes, debiéndose rechazar los recursos de casación
interpuestos y confirmar la resolución en crisis; consecuentemente con ello,
propicio la imposición de las costas a los recurrentes vencidos.
Así voto.
A mérito de lo expuesto, se dicta la siguiente
S E N T E N C I A:

38
I.- REVOCAR la resolución dictada por el Sr. Vocal del Tribunal
unipersonal de Juicio y Apelaciones de la ciudad de Paraná, Dr. Alejandro
GRIPPO, de fecha 30 de junio de 2022, en atención a los considerandos que
anteceden.
II.- REVOCAR asimismo la resolución dictada por el Sr. Juez de
Garantías N°4 de esta ciudad, Dr. Mauricio MAYER, de fecha 13 de junio de
2022 y REENVIAR las actuaciones a la OGA, a sus efectos.
III.- DECLARAR las costas de oficio -art. 584 y 585 C.P.P.E.R.-
IV.- PROTOCOLICESE, notifíquese, regístrese y en estado, bajen.-

BADANO Firmado
digitalmente por
DAVITE Firmado
digitalmente por
PIMENTEL Firmado digitalmente
por PIMENTEL
Marcela BADANO
Beatriz
Marcela
Marcela DAVITE Marcela
Alejandra
Gustavo Gustavo Román
Fecha: 2023.09.12
Beatriz 08:30:21 -03'00'
Fecha: 2023.09.12
Alejandra Fecha: 2023.09.12
08:29:00 -03'00'
Román 08:25:57 -03'00'

M A R C ELA B A D A N O M A R C ELA D A V ITE G U S TA V O P IM EN TEL


-en disidencia-

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