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Ermilo Echeverría Ortegón

Considero que el estudio más importante al valorar a un paciente con patología renal sería el examen
general de orina.
La evaluación y el tratamiento de la enfermedad renal conocida o sospechada se han visto favorecidos
durante años por biomarcadores ideales. Las características de un biomarcador ideal son: no
invasivos, fáciles de medir, económicos y proporcionan resultados rápidos, de fuentes fácilmente
disponibles (sangre u orina), alta sensibilidad/especificidad, permiten la detección temprana de
enfermedades y cambios en respuesta al tratamiento, predicen el pronóstico y permite la
estratificación en categorías de riesgo, como el EGO.

Los biomarcadores correspondientes a una etapa de disminución de la tasa de filtración glomerular y


una etapa de daño renal asociada al ERC e IRA incluyen marcadores de filtración, como creatinina y
cistatina C, y marcadores de daño renal, como anomalías del sedimento urinario y albuminuria.

La orina y el plasma/suero son fuentes potenciales de biomarcadores en nefrología. Ambos se


recolectan fácilmente, pero la orina tiene varias ventajas sobre la sangre para la evaluación de
posibles biomarcadores. La orina es un líquido proximal (está en estrecho contacto con el sitio de la
lesión (el riñón)). Es un sitio donde se pueden acumular biomarcadores después de ser eliminados por
el tejido renal dañado. En pacientes con IRA, los biomarcadores urinarios aumentan relativamente
temprano en el curso de la enfermedad. Por el contrario, para los marcadores séricos de TFG, como la
creatinina y la cistatina C, existe un desfase significativo entre el momento de la lesión y el momento
en que sus concentraciones exceden el umbral requerido para hacer un diagnóstico de IRA.

La presencia de hallazgos específicos en el sedimento de orina puede ayudar en el diagnóstico de


enfermedad renal aguda y crónica antes de realizar pruebas más invasivas.
El examen del sedimento urinario puede ayudar a discriminar la enfermedad glomerular proliferativa
de las no proliferativas. La hematuria y los cilindros de glóbulos rojos son un signo temprano sensible
de recaída en pacientes con nefritis lúpica. Se pueden observar cilindros de glóbulos blancos en la
nefritis tubulointersticial, pero también en la glomerulonefritis y la pielonefritis. Los cilindros de color
marrón, los cilindros granulares y las células y cilindros epiteliales de los túbulos renales pueden
indicar una lesión tubular aguda.

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