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El caballero de Olmedo pasó desapercibido, no era de las más representadas, que hay
de delectare (si vemos la globalidad del texto), de conmovere,
Esto no es una tragedia clásica, se combina con la comedia. En el tercer acto por fin
se observan elementos de la tragedia clásica, del destino inexorable que es la muerte, Antes
de este acto (jornada se llamaba) había episodios de Amor, Don Alonso está enamorado de
Inés. Es un amor inmediato y absoluto, se recrea el proceso de enamoramiento. Tiene
sensibilidad y la valentía le permite enfrentar todo tipo de riesgos.
A la mujer le corresponde ser una belleza cautivadora, pero honesta, son tal para cual,
doña Inés y el caballero. Para complicar la acción, Don Alonso contrata los servicios de una
Celestina, se llama Fabia.
En la tercera jornada se ve lo que se anuncia en las dos primeras jornadas. En la obra
hay tres pilares, no tanto establecer la peripecia como los temas que presiden la escena.
Primer tema, el amor (parece que vaya a ser motivo de felicidad, es el impulso a un destino
inexorable y contra el que el protagonista no va a poder hacer nada, ese destino es la muerte),
segundo tema, destino, tercer tema: la muerte. Hay una interconexión entre los tres pilares,
Tercera jornada es el destino. Primer y segundo: el amor. Y la muerte es del desenlace.
Es una tragedia que puede satisfacer al público, las mezclas satisfacen la idiosincrasia
social.
Estilo más culto, más severo que el que se encuentran en la Dama boba, que era
alegre y ligero. Austeridad, superioridad en la versificación.
Es una obra digna de nobles pensamientos. Rodrigo (malo, es xenófobo con Don
Alonso, don Alonso era de otro pueblo) es la antítesis de Alonso (el protagonista virtuoso).
Los personajes se definen por las relaciones dialecticas con el resto de los personajes, por ese
contraste deriva la definición de Don Alonso (este personaje es un tipo). El personaje de
Fabia es una celestina desbravada.