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Nombre: Fernanda Lavín

Grupo: 1°B
Núm. de lista: 15

La migración femenina de Oaxaca a la ciudad de México

Oaxaca es uno de los estados más pobres de México, cuenta con la mayor
diversidad de grupos étnicos del país. Actualmente, la gran pobreza de
estas comunidades indígenas ha forzado a su población a migrar a las
grandes ciudades en busca de mejores condiciones de vida.

Este trabajo es el informe de una entrevista hecha a 20 mujeres indígenas


que han venido de Oaxaca a la ciudad de México en busca de empleo. Las
edades de las entrevistadas eran entre 19 y 46 años. Todas ellas llegaron
a la ciudad cuando tenían entre 4 y 15 años. Las que tenían 15 años em-
pezaron a laborar como trabajadoras domésticas y las que eran menores
venían con sus madres que también trabajaban haciendo el aseo.

Cuando les pregunté por qué habían escogido la ciudad de México me


contestaron que porque ahí había mucho trabajo y porque ya tenían fami-
liares viviendo en la ciudad. Esto muestra que la migración a las ciudades
ha ocurrido desde hace mucho tiempo. Una de ellas dijo tener familiares
en la ciudad desde hace 40 años. La principal causa para venir a la ciudad
es económica: ellas preeren criar a sus hijos aquí porque hay más hos-
pitales, escuelas y posibilidades de “salir adelante”. Otra causa por la cual
las entrevistadas decidieron quedarse es porque los servicios están cerca,
no tienen que caminar tanto para llegar a las escuelas y a los hospitales,
y hay más transporte público disponible. Además, las entrevistadas notan
que los niños ya nacidos en la ciudad tienen una educación muy diferente
y están acostumbrados a cosas muy distintas. Cuando ellos visitan a sus
familiares de las comunidades rurales no se sienten pertenecientes y no
les gusta pasar mucho tiempo en el campo.

Todas mis entrevistadas consideran a la ciudad sucia, ruidosa y violenta,


pero también mencionaron que la gente está más contenta porque tiene
trabajo y servicios como los supermercados. Para ellas, vivir en la ciudad
tiene muchas ventajas, hay más opciones de entretenimiento y el clima es
más amable.

Por último, todas las entrevistadas coincidieron en que realmente no vale


la pena vivir tan lejos de sus familias y pueblos, pero lo siguen haciendo.
Todas están de acuerdo en que la única razón por la cual están en la ciu-
dad es por su situación económica, ya que si tuvieran el mismo ingreso en
su pueblo nunca lo hubieran abandonado. A estas mujeres les gusta vivir
en el campo, su sensibilidad, educación e intereses son muy distintos a
los citadinos. La mayoría de ellas no se puede adaptar a la ciudad, hacen
un gran esfuerzo por vivir aquí, sólo para que sus hijos tengan una mejor
calidad de vida.

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