Historia: 2º Año Colegio: Almafuerte Profesora: Lorena Gallardo

Colegio: Instituto Privado Almafuerte

Cuadernillo: Historia
Curso: 2º Año
Turno Mañana
Año: 2023
Profesora: Lorena Gallardo
Los nuevos Imperios en la Mesopotamia asiática

El Imperio Asirio

Hacia el 2500 a.C, los asirios, de origen semita, se asentaron en la Alta Mesopotamia.
Durante el segundo milenio antes de Cristo no tuvieron importancia política en la región
y recibieron la influencia cultural de los sumerios y demás pueblos mesopotámicos.

En tiempos de Hammurabi, fueron conquistados y pasaron a integrar parte del Imperio

Babilónico. Al producirse la primera la primera invasión de los pueblos indoeuropeos
en el 1600 a.C, Asiria sufrió el control de los hititas. Hacia el año 1200 a.C., cuando se
inició la segunda oleada indoeuropea y cayó el Imperio Hitita, los asirios pudieron
liberarse. Posteriormente, adoptaron las armas de hierro de los indoeuropeos y las
perfeccionaron. Comenzaron entonces una política expansiva en nombre de su dios
Asssur.

Con el rey Sargón II (722-705 a.C), Asiria alcanzó gran importancia. Senaquerib, su
hijo, estableció la capital del imperio en Nínive. Más tarde, con el rey Assubanipal
(668-626 a.C.), se consolidó un gran imperio, que integraba Babilonia, Siria, Palestina e
incluso parte de Egipto, donde los asirios llegaron hasta la ciudad de Tebas.

Los fenicios, los hebreos y muchos pueblos de la península de Irán, entre ellos los
medos, fueron sometidos a tributo por el poder asirio. Las ciudades asirias se
embellecieron con magníficos documentos, gracias a los costosos tributos cobrados a
los pueblos dominados.

La política de conquista del Imperio Asirio no tenía una estructura organizada; consistía
básicamente en el control militar de zonas sometidas a tributo. Los procedimientos de
los conquistadores asirios eran feroces: invadían los territorios, talaban los campos,
cortaban las cabezas a los muertos y tomaban a los prisioneros como esclavos. Las
ciudades eran saqueadas y arrasadas. Debido a esta movilidad el ejercito asirio era
temido por las poblaciones vecinas.

El imperio Asirio duró dos siglos. El temor que inspiró su ejército despertó a los
pueblos subordinados un profundo deseo de liberación. Fue con este objetivo que los
caldeos y los medos sellaron una alianza militar que provocó finalmente, la caída del
Imperio Asirio en el año 612 a.C.

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El Imperio Neobabilónico

Los caldeos eran un pueblo semita que se instaló en el sur de la Mesopotamia, es decir,
la llamada Baja Mesopotamia, en la antigua ciudad de Babilonia, durante el primer,
milenio antes de Cristo. La región en la que se asentaron tomo el nombre de Caldea.

Asimilaron características de los pueblos de la región y adoptaron la cultura

mesopotámica. Para derrotar al Imperio Asirio, en el siglo VI a.C, se aliaron con los
medos del Irán. Los medos desde el norte y los caldeos desde el sur atacaron
conjuntamente a los dominadores asirios y los derrotaron, luego de dos años de lucha.
La poderosa ciudad asiria de Nínive quedó en ruinas.

A partir del triunfo sobre los asirios, se inició en la Mesopotamia el “resurgimiento de

Babilonia”. Así, la historia de los caldeos quedó unida a la ciudad de Babilonia, donde
mil años atrás había florecido el Primer Imperio Babilónico, con el célebre rey
Hammurabi. Por eso, el Imperio Caldeo recibe el nombre de Nuevo Imperio
Babilónico o Imperio Neobabilónico.

Nabucodonosor II, quien gobernó entre el 604 a.C. y el 562 a.C, expandió el imperio
por Siria, Fenicia y llegó a Egipto. Cuando los caldeos conquistaron el reino de Israel,
deportaron a la familia real y a gran parte de la población hebrea hacia Babilonia. La
ciudad de Jerusalén fue arrasada y el palacio real, las viviendas y las murallas,
destruidos. En esa época comenzó para los hebreos el período conocido como
“cautiverio babilónico”. Nabucodonosor II también sitió la ciudad fenicia de Tiro, que
ofreció resistencia durante trece años. Finalmente, esta ciudad acordó la paz,
convirtiéndose en tributaria del Imperio Neobabilónico. Durante el reinado de
Nabucodonosor II, la ciudad de Babilonia logró su mayor esplendor y se convirtió en la
mayor capital de la época. La independencia política babilónica se mantuvo hasta que,

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en el 539 a.C, los persas invadieron territorio y lo incorporaron a sus dominios

imperiales.

Actividades

1-Nombrar culturas nombradas en la lectura. ¿Qué espacios geográficos, actuales,

ocupaban? Nombrarlos.

2-¿A que se debieron las constantes invasiones a esos espacios geográficos?

3-Ante alguna invasión ¿Qué acciones tomaba el pueblo invasor?

El poder supremo de los monarcas imperiales

Los gobiernos de los imperios Asirio y Neobabilónico fueron monarquías absolutas.

El rey tenía una autoridad incuestionable y decidía todos los asuntos del Estado. Su
poder era vitalicio y hereditario, y se suponía que lo ejercía por mandato de los dioses.
Como representación de ese poderío real, estos pueblos construían importantes palacios.

El monarca era el jefe supremo del ejército y el gran sacerdote que presidía las
ceremonias religiosas. Una de sus tareas fundamentales era la vigilancia de la red de
canales. Las leyes reales penalizaban severamente a quienes les causasen daño.

Todos los habitantes del imperio, con excepción de la familia real y los funcionarios del
Estado que conformaban los grupos sociales privilegiados, estaban obligados a pagar
tributo en especie o en trabajo.

Actividades

1-Relacionar los nombres de los pueblos y los conceptos según su pertenencia. Para ello
tendrás que mirar atrás en tus carpetas o bien investigarlo:

 Ciudades-Estado
 Colonias Asirios
 Nínive
 Factorías
 Babilonia
 Diáspora Caldeos
 Mesías
 Astrónomos

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 Assur Fenicios
 Sargón II
 Patriarca Hebreos
 Monoteísmo

Formación del Imperio Persa

Singularidades de la región geográfica

La meseta de Irán, corazón del Imperio persa, se extiende al este del río Tigris, entre el
mar Caspio y el golfo Pérsico. Las tierras fértiles se concentran en las laderas de sus
montañas y en los valles de los pliegues montañosos.

Esta meseta está limitada al oeste, por los montes Zagros, que la separan de la
Mesopotamia; al este, por el valle del río Indo; al norte, por el mar Caspio; al sur, por el
golfo Pérsico y el océano Índico.

El asentamiento indoeuropeo: medos y persas

Los medos y los persas pertenecían a la familia lingüística de los indoeuropeos. Este
conjunto de pueblos se expandió por el Cercano Oriente en dos grandes irrupciones,
provocando cambios en el mapa político de las regiones donde se asentaron. En su
primera invasión, hacia el 1200 a.C., el uso del hierro en la fabricación de las armas los
transformó en victoriosos combatientes que las hechas con otros metales, como el
bronce.

Durante la segunda oleada indoeuropea, los medos y los persas se instalaron en la

meseta iraní. Los medos se asentaron en los valles de los montes Zagros, en la zona de
Irán paralela a Asiria, mientras que los persas lo hicieron en el sur, en la zona que rodea
al golfo Pérsico. Por otra parte, los lidios y los frigios se establecieron en Anatolia; los
latinos, en la península itálica y los dorios en las regiones griegas.

Los medos: el primer reino en Irán

Los medos eran originariamente un pueblo de pastores que al asentarse en los valles de
los montes Zagros comenzaron a practicar la agricultura, complementada con la
agricultura. Estaban divididos en tribus, que se unían en situaciones de peligro, por
ejemplo, frente a un enemigo común.

Entre los siglos IX y VIII a.C., fueron sometidos a tributo por el Imperio Asirio. A fines
del siglo VIII a.C., si bien continuaban bajo el poder asirio, los medos organizaron un
Estado y conquistaron a los persas. Su ciudad capital se llamaba Ecbatana (situada a 300
km al oeste de la ciudad de Teherán, actual capital de Irán). Finalmente, en el siglo VI
a.C., el rey medo estableció una alianza con el rey de Babilonia y juntos enfrentaron y
derrotaron a los asirios, poniendo fin así a su imperio. En el reparto de los territorios
asirio, los medos se adueñaron de la Alta Mesopotamia y el Irán occidental. Pero su
dominio duró hasta que surgió un nuevo poder, el de sus vecinos, los persas.

El origen del Imperio Persa

Los persas originalmente, estaban divididos en diez o doce tribus, que no solían hacer
alianza frente a un enemigo común; por ello, sufrieron la dominación meda. Hacia el

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550 a. C., el jefe de una de esas tribus, Ciro logró aliar a todos los persas para derrotar a
los medos y tomar Ecbatana, su ciudad capital.

A diferencia de la crueldad que ejercían los asirios con los pueblos dominados, Ciro
siguió una hábil política de negociación con los medos. Así logró unificar a todas las
poblaciones de la meseta de Irán en un solo reino con aspiraciones de expansión.
Estableció la capital en la ciudad de Susa (en el sur de Irán, cerca de la actual ciudad de
Shiraz), de la que era originario. Según la tradición, Ciro pertenecía a la familia
Aqueménida, descendientes de Aquemenes, legendario rey que habría dirigido a los
persas hacia su asentamiento en el sur de la meseta de Irán.

Actividades

1-Enumerar todos los espacios geográficos enunciados en la lectura. Marcarlos en un

mapa que represente los continentes europeos, asiáticos y africano.

2-Elaborar un breve texto para explicar las características de la segunda oleada

indoeuropea. Aclara que ventajas les ofrecía a esos pueblos la utilización del hierro para
la fabricación de sus armas.

Organización del Imperio Persa: la expansión territorial

El rey Ciro inició un proceso de expansión territorial. En primer lugar, se dirigió hacia
el oeste, donde se encontraban las regiones proveedoras de hierro. En las costas del Asia
Menor, conquistó el reino de Lidia, famoso por su riqueza y por ser centro de rutas
comerciales. En el 547 a.C., se apoderó de Sardes, su ciudad capital. Finalmente,
incorporó las ciudades griegas de la costa del mar Egeo, que bajo la hegemonía persa
perdieron su independencia política y económica. Se dirigió luego hacia el sur y se
enfrento al Imperio Neobabilónico, que conquistó rápidamente. En el 539 a.C.,
incorporó sus territorios a los dominios persas y entró victorioso a la ciudad de
Babilonia.

Ciro fundó un gran imperio, siguiendo una política de tolerancia religiosa y cultural, que
favoreció el mandamiento de su dominio. Entre otras medidas, permitió el regreso de
los hebreos cautivos en Babilonia a sus tierras en Palestina y la reconstrucción de su
templo en Jerusalén.

A su muerte, su hijo y sucesor, Cambises (529-522 a.C). Continuó la política de

expansión y conquisto Egipto en el 525 a. C. Su sucesor, Darío (521-485 a.C), fue el
gran organizador del imperio y con quien las fronteras alcanzaron su máxima extensión.
De este modo, el gran Imperio Persa se extendía desde le río Nilo en Egipto hasta el
valle del Indo, en la India. Durante el reinado de Darío, en el 490 a.C., se produjo el
primer enfrentamiento con los griegos, que culminó con el fracaso persa. Jerjes, su hijo
y sucesor intentó conquistar las ciudades griegas, pero su ejército fue derrotado. La
expansión persa se detuvo en el oeste ante la resistencia griega. El largo enfrentamiento
entre griegos y persa recibió el nombre de Guerras Médicas, por que los griegos
confundían a los persas con los medos. El Imperio Persa sobrevivió hasta que en el 330
A.C., Alejandro de Macedonia incorporó ese territorio a su imperio.

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El rey y sus funcionarios

El Imperio Persa tenía como forma de gobierno una monarquía absoluta. El poder del
rey era indiscutible, pues era el elegido por su dios Ahura-Mazda para gobernar.

El rey era, además, un guerrero que montaba a caballo, tiraba del arco y realizaba
ejercicios físicos en forma impecable. Se lo designaba como el gran rey o rey de reyes.
Era el juez supremo y el principal jefe del ejército.

El rey Darío otorgó una estructura sólida al imperio, organizándolo en veinte provincias
o satrapías. Para la administración de este vasto imperio, el monarca contaba con la
colaboración de varios funcionarios.

El Imperio Persa tuvo su primer centro político en la ciudad de Susa y, posteriormente,

en las ciudades de Pasargada y Persépolis. Sardes, en el Asia Menor, era otra de sus
ciudades importantes.

Funcionarios reales:

 Sátrapas: gobernaban una provincia o satrapía, como representantes del rey. SE

encargaban de calcular y organizar el cobro de los tributos de la región y eran la
máxima autoridad judicial en los territorios a su cargo. Pero el ejército no estaba
a su cargo; sino dirigido por un jefe militar, que obedecía solamente las órdenes
del rey.
 Secretarios reales: se ocupaban de asesorar a los sátrapas y de vigilar el
cumplimiento de las ordenes monárquicas.

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 Inspectores: Controlaban los intereses del rey y vigilaban las acciones de los
sátrapas. Se los llamaba” los ojos y oídos de rey”, porque recorrían todo el
imperio y le informaban al monarca si se cumplían sus órdenes. Tenían el poder
de destituir al sátrapa si consideraban que no actuaban con fidelidad hacia el rey.

Actividades

1-Completar el siguiente cuadro sobre la organización del Imperio Persa:

Funcionarios Tareas

Sátrapas

Secretarios reales

Inspectores

2-¿Por qué era importante para el rey tener a funcionarios que simbolizaban “sus ojos y
oídos”? ¿Porqué el poder del monarca persa era indiscutible?

3-Analizar el mapa sobre la expansión persa. Compararlo con un planisferio político

actual. Identificar sobre que continente se extendía el Imperio Persa y los países actuales
que ocupaba.

La relación con los pueblos sometidos

La organización imperial de los persas tuvo la habilidad de combinar la unidad en la

diversidad. Si bien los persas respetaban las costumbre, creencias y culturas de las zonas
dominadas, imponían la centralización para el pago de tributo y la obligación de prestar
servicios militares.

Para mantener su autoridad generalmente conciliaban con los grupos dirigentes de cada
región, a los que incorporaban al gobierno imperial persa. Aunque los cargos más
importantes del imperio y del ejercito estaban reservados a funcionarios de origen persa
o medo.

El eficaz cobro de tributos y el desarrollo comercial

Cada una de las veinte satrapías del imperio debía entregar anualmente su tributo en
especies, de acuerdo con la producción de la región “cereales, lingotes de metal, piedras
preciosas y artesanías”.

Los caminos que construyeron los persas favorecieron el pago de los tributos. La mayor
obra del imperio fue la construcción del Gran Camino Real, que cruzaba todo el
Cercano Oriente desde la ciudad de Sardes, en Anatolia, hasta Susa, en Irán. En el borde
del camino había cientos de lugares de aprovisionamiento y descanso.

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Las actividades comerciales aumentaron gracias a la seguridad, el fácil desplazamiento

y la unificación de pesas y medidas que estableció el imperio. Los mercaderes persas se
desplazaron con sus flotas por el Mediterráneo y aprovecharon los puertos de Fenicia y
de Asia Menor. Al imperio llegaba caravanas comerciales de la India y de la China. El
comercio dio impuso a las actividades artesanales de los persas. Se destacaban, entre
otras, los tejidos de lujo, la realización de variadas joyas de oro y plata, y la elaboración
de coloridos mosaicos y bellas alfombras.

Darío ordenó acuñar unas monedas de oro, llamadas daricos, porque no se utilizaban
para el comercio, sino para conservar el tesoro real, como símbolo de prestigio y poder.

Posteriormente, también se acuñaron monedas de plata.

La sociedad

La sociedad estaba dividida en diferentes grupos. El grupo social privilegiado estaba

integrado por el rey, la familia real, los gobernantes de las provincias y los sacerdotes.
Estaban exentos del pago de impuestos. Los sacerdotes dirigían el culto y eran
consejeros políticos del rey o de los sátrapas. También podían administrar justicia,
basándose en la Ley del Talión. Los grupos sociales no privilegiados estaban
conformados por los artesanos, los comerciantes y los campesinos. Los mercaderes
dedicados al comercio de larga distancia tenían una situación económica más holgada,
porque lograban obtener importantes ganancias con sus negocios.

Actividades

1-Identificar los distintos sectores sociales. Enunciar las actividades que realizaban.

2-¿Era una sociedad jerarquizada? Fundamentar.