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Ateismo Al Cristianismo
Ateismo Al Cristianismo
Esta noticia tan significativa a nivel internacional, sin embargo, apenas fue
anunciada por la prensa española. El académico Francisco José Soler Gilla
mentó este hecho: “Diarios como el New York Times dedicaron extensos
artículos a comentar el último libro de Flew, y a tomar partido en la discusión
acerca de esta obra.
Esta obra está repleta de datos autobiográficos; pero lo más interesante son las
tres razones que ofrece para explicar su cambio tan radical de cosmovisión.
Respuesta:
En una entrevista con Benjamín Wiker, confesó Flew, “Tenía que haber una
Inteligencia detrás de la complejidad integrada del universo físico”. Es como si
el universo supiera que veníamos. Comenta el filósofo, “Se ha calculado que, si
el valor de solo una de las constantes fundamentales hubiese sido
ligerísimamente diferente, no se hubiese podido formar ningún planeta capaz
de permitir la evolución de la vida humana”. La única posible explicación de tal
ajuste fino se debe al diseño Divino.
Por esta razón Flew reprende a los ateos contemporáneos que niegan la idea
de un Diseñador y proponen en su lugar la idea especulativa del multiverso.
La teoría del multiverso enseña que hay una infinidad de universos como el
nuestro en existencia y se ha dado la casualidad (¡vamos, casualidad con ‘c’
mayúscula!) de que la vida ha aparecido justamente en nuestro universo.
Apelando al físico Paul Davies y al filósofo Richard Swinburne, Flew tacha esta
teoría como disparatada, especulativa y filosóficamente vacía. En palabras de
Swinburne, “Es una locura postular un trillón de universos (causalmente
desconectados entre sí) para explicar los rasgos de un solo universo, cuando
postular una sola entidad (Dios) solucionaría el problema”. Y, de todas formas,
aun si la teoría del multiverso fuera cierta, tampoco podría explicar el origen de
las leyes de la naturaleza. Concluye, Flew, “Así que, haya o no multiverso,
todavía tenemos que habérnoslas con la cuestión del origen de las leyes de la
naturaleza.
Otra cosa que Flew no podía explicar a partir de una cosmovisión atea fue el
origen de la vida en sí. ¿Cómo es que surgió y se conservó la vida en nuestro
planeta? Una cosa es tener leyes físicas que permiten la existencia de la vida;
pero otra cosa es la aparición de la vida en sí. Y no estamos hablando de
cualquier tipo de vida; sino vida inteligente.
En todas las células hay un código genético asombroso que almacena una
cantidad compleja de información. ¿De dónde viene esta información si todo es
fruto de materia no pensante y no inteligente? Como explica Paul Davies, “El
problema de cómo esta información significativa o semántica pudo surgir de
una colección de moléculas no inteligentes, sometidas a fuerzas ciegas y
carentes de propósito, supone un profundo desafío conceptual”.
¿Cómo es que semejante vida puede existir en este planeta? Flew lo tiene bien
claro, “La única explicación satisfactoria de esta vida orientada hacia propósitos
y auto replicante que vemos en la Tierra es una Mente infinitamente
inteligente”.
El universo es algo que requiere una explicación. El punto clave en este sentido
para Flew fue el descubrimiento de la teoría del Big Bang. En términos
autobiográficos, recalca nuestro filósofo que, “Cuando, siendo aún ateo, me
enfrenté por primera vez a la teoría del Big Bang, me pareció que esta teoría
cambiaba mucho las cosas, pues sugería que el universo había tenido un
comienzo y que la primera frase del Génesis estaba relacionada con un
acontecimiento real. Mientras pudimos albergar la cómoda idea de que el
universo no había tenido un comienzo ni tendría un final, fue fácil considerar su
existencia (y sus rasgos más fundamentales) como hechos brutos.
Reconocí también que los creyentes podrían, con toda razón, acoger la
cosmología del Big Bang como algo que tendía a confirmar su creencia previa
en que “en el principio” Dios creó el universo”. La incapacidad de la ciencia a la
hora de entender la causa del Big Bang condujo a Flew al postulado de Dios.
Ya no era posible seguir creyendo en la eternidad de la materia.
El Big Bang enseña que todo surgió a partir de algo. Y ese algo tenía que ser
inmensamente grande. Y ese algo inmensamente grande es Dios.
Conclusión Estas, pues, son las tres razones principales por las que Flew
renunció su ateísmo y se hizo deísta: los orígenes de las leyes de la
naturaleza, los orígenes de la vida y los orígenes del cosmos. No podía refutar
la evidencia de la ciencia contemporánea.
Por eso explica que, “En resumen, mi descubrimiento de lo divino ha sido una
peregrinación de la razón, y no de la fe”.