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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

Instituto Bíblico Bautista de Venezuela


Puerto Ordaz – Estado Bolívar

En cumplimiento de los requisitos para la aprobación del curso


SOTERIOLOGÍA

Ensayo Final:
“LA SEGURIDAD DE LA SALVACIÓN”

Por el alumno: Julio César González

Ciudad Guayana, Estado Bolívar – Venezuela


Mayo 2.023

Profesor: Miguel Yustiz


I. INTRODUCCIÓN
La Seguridad de la Salvación es uno de los temas que causa gran duda y preocupación en las
iglesias de hoy en día. Resulta incomprensible, pero existen creyentes sinceros, que dudan cuando
se les pregunta ¿es usted salvo?, ¿tiene la seguridad de su salvación? Un gran número da por
respuesta “amen”, pero muchos otros responden: “creo que sí”, “sólo Dios lo sabe” o “no estoy
seguro”, una de la principal causa de esto, lo podemos atribuir al deficiente conocimiento que se
tiene sobre lo que nos enseña la Sagradas Escrituras acerca de la salvación. Muchos cristianos
suelen buscar certeza en sí mismos, en sus sentimientos y en sus acciones, más al verse en sus
faltas llegan a experimentar incertidumbre y preguntarse si Dios los ha dejado, si han perdido la
salvación o si realmente nunca fueron salvos. El sentir esta inseguridad, no permite al creyente
experimentar la plenitud del gozo de la Seguridad de la Salvación que es en Cristo Jesús, a tal
punto, que vive en una constante angustia y depresión. La seguridad de la salvación es primordial
para experimentar los beneficios que esto conlleva. ¿Pero quienes son salvos? ¿Cómo saber si
somos salvos? ¿Qué es la seguridad de la salvación?
Por la importancia y trascendencia que ésta verdad representa para el creyente, a través de éste
ensayo veremos los principales criterios validos a considerar para aseverar con certeza la
seguridad de la salvación, basada única y exclusivamente en las Sagradas Escrituras. Que esto
confirme la convicción y disipe las dudas del creyente sobre la Seguridad de la Salvación.

II. DESARROLLO.
La salvación siempre ha sido un regalo de Dios, (Génesis 15:6; Romanos 4:2-6; Efesios 2:8-9).
En el Antiguo Testamento, las personas eran responsables de ejercer la fe en lo que Dios les había
revelado y de confiar en Dios para su salvación; su fe era evidente en sus acciones. En la época
del Nuevo Testamento, somos responsables de ejercer la fe en lo que Dios ha hecho a través de
Cristo y de confiar en Dios para nuestra salvación; nuestra fe se hace evidente por nuestras
acciones. El don de Dios es la vida eterna, y no la vida temporal (Romanos 6:23). La oferta de
salvación de Dios no es que "podamos" tener vida eterna si nos esforzamos mucho o si no nos
equivocamos demasiado. La salvación tiene su fundamento en lo que Cristo ha hecho, no en lo
que nosotros hemos hecho o haremos. Hebreos 11 da muchos ejemplos de la fe de los creyentes
del Antiguo Testamento, entre ellos los que cometieron grandes pecados.
La doctrina de la perseverancia de los santos afirma, y para ello voy a utilizar la definición que
hace el teólogo, profesor y predicador Wayne Grudem en su libro Teología Sistemática: “La

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perseverancia de los santos quiere decir que todos los que verdaderamente han nacido de nuevo
serán guardados por el poder de Dios y perseverarán como creyentes hasta el fin de sus vidas, y
que sólo los que perseveran hasta el fin, han nacido verdaderamente de nuevo.” Esta definición
encierra dos aspectos muy importantes: Primero: que hay seguridad que se da en las Sagradas
Escrituras a los que verdaderamente han nacido de nuevo, porque establece que el poder de Dios
los guardará como creyentes hasta que mueran, y Segundo: indica claramente que continuar en la
vida cristiana, es una de las evidencias de que una persona verdaderamente ha nacido de nuevo.
Es importante mantener presente estos dos aspectos por cuanto, según mi criterio, constituyen el
centro de la doctrina de la Seguridad de la Salvación.
En el ensayo, presentaré cuatro modos en como la seguridad de la salvación es demostrada a
través de la Sagradas Escrituras de Dios.
A. La Biblia, en todo su contenido, garantiza la Seguridad de la Salvación.
Veremos algunos versículos que positivamente garantizan la Seguridad de la Salvación.
1. “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no
perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que
todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.” (Juan 10:27-29). Algunos han
objetado a esto que, aunque nadie más puede sacar de la mano de Cristo a los creyentes,
nosotros mismos podemos salirnos de la mano del Señor.
2. “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará
hasta el día de Jesucristo;” (Filipenses 1:6).
3. “Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea
gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (2Timoteo 4:18)
4. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.” (Juan 3:16)
5. “Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo
nada, sino que lo resucite en el día postrero.” (Juan 6:39)
6. “Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y
a los que justificó, a éstos también glorificó.” (Romanos 8:30)
7. “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni
potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa
creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Romanos
8:38-39)

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Desde luego que hay numerosos otros versículos, unos con textos que son más elocuentes que
otros, pero todos llevan la fuerza de la perseverancia de las Sagradas Escrituras. En ellos se nos
presenta a Dios como el protagonista de nuestra seguridad. Dicho de otra manera, la certeza de la
salvación es veraz por qué es Dios quien la asegura y no el pecador.
B. Dios, en la descripción que hace de sí mismo, garantiza la Seguridad de la Salvación.
La certeza de la salvación se deriva cuando tomamos en cuenta la manera como el Señor se
presenta en relación al creyente. Podemos confiar de que seremos guardados hasta el final, por la
forma en como Dios se describe a sí mismo. Entre otras, Dios se presenta como nuestro Padre,
nuestra roca, nuestro escudo, etc. Además, Cristo se ha presentado como nuestro buen Pastor,
nuestro Abogado y fiel sumo Sacerdote.
1) Dios como Padre: ¿Es posible que el Dios Padre abandone y deje que sus hijos se pierdan?
Dios es el único Padre bueno que sabe dar buenas cosas a los suyos, dijo Jesús en Mateo 7:9-
11 “¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le
pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas
dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas
a los que le pidan?” La conclusión necesaria cuando contemplamos a Dios como Padre, es
que Él nunca desamparará a sus hijos. El mismo criterio podemos establecer cuando
contemplamos a Dios como nuestro escudo y nuestra roca. (Salmos 28:7 y 31:3). Él es un
seguro y suficiente escudo que nos guardará del mal y es la roca de salvación a la que nos
podemos aferrar confiadamente. Estas y otras descripciones que Dios hace de sí mismo, son
una legítima fuente de seguridad para el creyente.
2) Cristo como Pastor: Además, Cristo se presentó cómo un Pastor. En realidad, él se describió
cómo el buen pastor que da su vida por sus ovejas (Juan 10:11) . Desde aquí podemos
plantearnos otra interrogante: ¿Será posible que nos perdamos siendo parte de su rebaño?
¿Qué clase de pastor sería Jesús si al final una de sus ovejas se pierde?
3) Cristo como Sacerdote: Cristo es nuestro eterno y gran sumo sacerdote (Hebreos 8:1). Él
como abogado, nos representa ante Dios e intercede por su pueblo. Es decir, Cristo presenta
los méritos, la eficacia y la suficiencia de su sacrificio en favor de los creyentes. Por lo tanto,
considerando que él es nuestro pastor, nuestro abogado y sacerdote, podemos y debemos
descansar en el hecho de que Cristo no dejará a sus ovejas, él defenderá a los suyos y siempre
se presentará ante Dios en favor de su pueblo. Estas y otras descripciones que Dios hace de
sí mismo, son una legítima fuente de seguridad para el verdaderamente nacido de nuevo.

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C. En la aplicación de la irreversible redención, está garantizada la Salvación Eterna.
La Seguridad de la Salvación es una necesaria conclusión cuando tomamos en cuenta cómo Dios
regenera y salva al pecador. Es decir, nuestra nueva naturaleza y la nueva posición que tenemos
delante de Dios son un sólido argumento a favor de la Seguridad de la Salvación. La Biblia en
Romanos 8:28-30, nos enseña que los creyentes fuimos llamados, regenerados, justificados,
adoptados, reconciliados y santificados y todas estas son condiciones irreversibles, porque son
obras de Dios y por lo tanto seguras y permanentes. En tal sentido, consideraré solo tres aspectos
de nuestra redención y veremos como ellos nos llevarán a concluir que seremos preservados hasta
el final.
1) Fuimos regenerados: La Biblia nos enseña que todos nacemos muertos por el pecado, pero
el creyente es regenerado por Dios dando así inicio al proceso de la salvación (Efesios 2:1).
2) Fuimos justificados: La Biblia nos enseña que todos nacemos condenados por el pecado,
pero el creyente es justificado por Dios cuando confía en Cristo y se convierte a él.
(Romanos 3:24 y Romanos 5:18-19). Es decir, somos declarados justos delante de él.
3) Fuimos reconciliados: la Biblia enseña que los creyentes estábamos enemistados con Dios.
Éramos enemigos de Dios. Pero los creyentes hemos sido reconciliados en Cristo. Por eso,
el apóstol Pablo dice ahora tenemos paz para con Dios (Romanos 5:1). Esta reconciliación
es obrada por Dios una vez y para siempre.
La naturaleza irreversible de nuestra regeneración, justificación y reconciliación son
testimonios elocuentes de la Seguridad de Salvación. Por eso, podemos concluir que los
creyentes una vez regenerados, para siempre quedarán regenerados; una vez justificados, para
siempre estarán justificados y una vez reconciliados, para siempre permanecerán reconciliados
con su Creador.
D. Desviaciones y errores en la interpretación y exegesis de determinados versículos.
Hay una serie de versículos que comúnmente son torcidos, por la falta de una exegesis bíblica
minuciosa y detallada, para decir que la salvación se puede perder. Vamos a considerar dos
versículos de ellos y explicar lo que verdaderamente enseñan.
1) Juan 15:6 “El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los
recogen, y los echan en el fuego, y arden.” Jesus habla de sí mismo como la vid y nosotros
como los pámpanos, en relación al fruto que debemos producir a través de la vida que Él nos
da. Cuando hace referencia a aquellos que son removidos, y echados al fuego, no se está
refiriendo a la perdida de la salvación o vida eterna. Está refiriéndose a personas que

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aparentan algo que realmente no son. Dicen haber creído en el Señor, pero realmente no lo
han hecho, y después de un tiempo se manifiesta eso al ya no permanecer. La Biblia jamás
enseña que la salvación se pueda perder, pero si hace claro que es posible que haya personas
que sean falsos profesantes. Un verdadero cristiano siempre perseverará y brindará fruto; por
lo tanto, jamás será removido de la vid verdadera. Continuar en la vida cristiana, es una de
las evidencias de que una persona verdaderamente ha nacido de nuevo. “No existe un
cristiano sin fruto. Todos llevan algún fruto. Tal vez tengamos que fijarnos muy
detenidamente en alguien para encontrar una pequeña uva, pero, aun así, encontraremos
fruto en un genuino creyente.” (John MacArthur “Salvos sin lugar a dudas”). Un verdadero
creyente nunca puede ser echado fuera.
2) Filipenses 2:12 “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi
presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación
con temor y temblor,” Éste versículo algunos fácilmente lo tuercen y dicen que el creyente
tiene que esforzarse en guardar su salvación so pena de perderla. La realidad es que, si
dependiera de nosotros mantener el regalo de Dios lo hubiésemos perdido hace mucho
tiempo. Únicamente Jesucristo, quien es nuestro Pastor, Abogado e Intercesor puede hacer
posible que la salvación no se nos sea quitada. El versículo citado, en su contexto, tampoco
tiene que ver con la salvación del alma, si no el hecho de que la iglesia en Filipo necesitaba
ser guardada de que se desintegrara por causa de contiendas que había entre dos facciones.
El apóstol Pablo les está exhortando a que hagan algo para corregir ésta situación en el temor
de Dios y así salvar a la iglesia.
En resumen, mientras que algunos versículos pueden parecer indicar que la salvación se puede
perder, es importante entenderlo en su contexto y en relación con el resto de la enseñanza bíblica
sobre la salvación. La Biblia enseña que la salvación es un regalo de Dios recibido por fe en
Jesucristo, y que esta fe produce una vida transformada y una perseverancia en la fe hasta el
final.
Una reflexión de estos aspectos de la salvación, nos llevarán a la misma conclusión: el creyente
será preservado hasta el final. ¿Cómo puede perderse aquel que fue elegido para salvación?
¿Podrán aquellos que han sido adoptados remover y abandonar su estatus de hijo? ¿Qué
posibilidad hay de perdernos si hemos sido unidos a Cristo? ¿Quién pagará un precio más alto
que la sangre de Cristo para reclamar derechos sobre los redimidos? ¡La salvación es del Señor!

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Martyn Lloyd-Jones dijo: “Si quieres tener seguridad de salvación, el lugar donde empezar no
es en tus sentimientos sino en tu entendimiento; luego los sentimientos seguirán. La manera de
tener seguridad no es tratar de sentir algo, sino tener esa verdad absoluta”
Debemos encontrar la seguridad de nuestra salvación en la verdad objetiva de la Palabra de Dios.
Tener confianza de que somos salvos de acuerdo a las promesas que Dios ha declarado, no por
nuestras experiencias subjetivas. La Seguridad de la Salvación es saber con certeza que
eternamente somos salvo. A pesar de que llegue la duda, el creyente genuino no puede dejar que
permanezca en él, ya que esta puede ser una muestra de falta de su confianza en que Dios
permanece fiel a su Palabra (Juan 5:24; Romanos 8:1). "Más el justo por la fe vivirá"

III. CONCLUSION.
El Creyente no debe asustarse con perder la salvación. La Biblia es absolutamente clara en esto,
Jesús dijo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no
perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que
todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre” (Juan. 10:27-29). Pablo es
igualmente claro: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o
persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?… Por lo cual estoy seguro de que ni la
muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo
alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en
Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:35, 38-39). “El que comenzó en vosotros la buena obra,
la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6). Vamos a obtener “…una herencia
incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois
guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada
para ser manifestada en el tiempo postrero” (1Pedro 1:4-5). Si el poder de Dios no puede
retenernos, no hay nada confiable en lo cual podamos creer o de lo cual podamos depender. El
cristiano no tiene ninguna razón en ningún momento de su vida para creer que puede perder su
salvación. Si por la muerte de Cristo podemos obtener la salvación, ciertamente por su vida de
poder e intercesión podemos mantener esa salvación (Romanos 5:10). Todos los que tienen el
Espíritu Santo en ellos, todos los que han nacido verdaderamente de nuevo, tienen la promesa
inmutable de Dios y garantía de que la herencia de la vida eterna en el cielo con toda certeza será
suya. La propia fidelidad de Dios está comprometida a hacerlo así. ¡La salvación es del Señor!

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IV. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 Grudem, Wayne A. “Teología Sistemática”


Una introducción a la doctrina Bíblica.
Capítulos 40 “La Perseverancia de los Santos”
Editorial vida.com

 Ryrie, Charles C. “Teología Básica”


Capítulos 57 “La Seguridad del Creyente”
Editorial Unilit

 MacArthur, John “Salvos sin Lugar a Dudas”


Disfruta la Seguridad de tu Salvación.
Editorial Portavoz

 Morey, Gerson. “Como enseñar la seguridad de la salvación”


TGC COALICIÓN (BLOGS). – 1 Julio 2016.

 Sproul, Robert Charles “La Sagradas Doctrinas Bíblicas”


La Salvación Capitulo VII. páginas 179.
Editorial Unilit.

 Sproul, Robert Charles “Perseverancia de los santos”


¿Qué es la teología reformada?
Perseverancia de los santos: ¿Qué es la teología reformada? con R.C. Sproul - Bing video

(Video)

 MacArthur, John “¿Se pierde la Salvación?”


Un análisis de hebreos 6:4 – Por John MacArthur.
Teología Sana (mayo 4, 2021). Editorial Portavoz
https://teologiasana.com/2021/05/04/se-pierde-la-salvacion-un-analisis-de-hebreros-64-
john-macarthur/

 Ryrie, Charles C. “Dispensacionalismo hoy”


Capítulo 6, Pág. 65.
Publicaciones Portavoz Evangélico

 MacArthur, John “Biblia de Estudio”


Versión Reina Valera Rev. 1960.

Todos los versículos presentados, corresponden a la Biblia traducción Reina Valera, versión
1960.

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V. APLICACIÓN PERSONAL.
Tomo la frase de Martyn Lloyd-Jones: “Si quieres tener seguridad de salvación, el lugar donde
empezar no es en tus sentimientos sino en tu entendimiento; luego los sentimientos seguirán. La
manera de tener seguridad no es tratar de sentir algo, sino tener esa verdad absoluta”
Con el estudio de éste tema y la elaboración del ensayo, he podido entender cuando Dios nos
ofrece la Seguridad de la Salvación de nuestra alma. es la verdad objetiva de su Palabra y de
acuerdo a las promesas que Él ha declarado para el hombre, en toda la Sagradas Escritura. Estoy
convencido que Dios, quien comenzó la buena obra en mi vida, la continuará hasta que quede
completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva. Siento que mi fe y aceptación de
Jesucristo, como el hijo de Dios y mi salvador, crece en cada circunstancia de mi vida. Tengo la
certeza de que Dios quiere que quienes tenga su fe y la confianza en su hijo Jesucristo, tengan
una firme certeza de que somos su pueblo. Mi confianza ésta en Dios, no en mis propias fuerzas
o las obras que pueda hacer, es sólo por su gracia. Si el Espíritu Santo genuinamente está obrando
en nuestras vidas, él producirá los rasgos de carácter que Pablo llama “el fruto del Espíritu. No
tengo ninguna duda que he sido regenerado por Dios, y estoy convencido que Dios inicio su buena
obra en mí y la completará en el día de mi muerte.

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