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C H A PT E R I
LA POLICÍA DE APROVISIONAMIENTO
I
En todos los niveles de la vida administrativa, los funcionarios públicos
dedicaban enormes cantidades de tiempo, energía y dinero a la cuestión
de la subsistencia. Prácticamente todos los que practicaban o escribían
sobre la administración pública, o lo que comúnmente se llamaba
"policía" en el antiguo régimen, consideraban que el aprovisionamiento
era una de sus principales preocupaciones. "La abundancia de grano",
entonaba Colbert, "es la cosa a la que debemos prestar más atención
en la policía". Cien años más tarde, su panegirista Necker escribió que
"la subsistencia del pueblo es el objeto más esencial que debe ocupar a la
administración." Dupont, principal mercader de la fisiocracia y crítico
mordaz de lo que creía que era el continuismo político Colbert-Necker,
ironizaba sobre la "abundancia" del tema de la subsistencia y deploraba
que dominara gran parte de los asuntos públicos: "nada puede probaros
mejor que este ramo de la Administración es verdaderamente el primero
de todos [ellosJ que la multitud de Leyes, Reglamentos, Arrêts de
Parlements, Ordenanzas de Jueces, Ordenanzas de Municipios,
Ordenanzas de intendentes o agentes reales que se han sucedido en
todos los tiempos sobre el asunto del aprovisionamiento de granos". '
La gestión de los alimentos sqpply estaba directa o indirectamente
relacionada
con algunas de las políticas que asociamos al crecimiento del Estado.
1
Colbert citado por Jacques St.-Germain, La Reynie et la police au grand siêcle, d'après de
nombreux documents inédits (París, 1962), 261 ; Necker a Sartine, 14 feb. 1778, AN, F' ' - 1,
fo1. 238; P.-S. Dupont de Nemours, Analyse historique de la législation des grains depuis 1692
à laquelle on a donné la forme d'un rapport à l'Assemblée Nationale (París, 1789), 51. Cf.
Nicolas Delamare, Traité de la police, 2ª ed. (París, 1729), II, la fuente más rica para las
cuestiones de administración de las subsistencias; N.-T.-L. Des Essarts, Dictionnaire universel
de police (París, 1786-90), I, 328-29 y II, 193. Para una perspectiva de los problemas
modernos de aprovisionamiento, véase Paul Leblond, Le Problême de l'approvisionne- ment
des centres urbains en denrées alimentaires en France (París, 1926).
2 L A P O L Í T I C A D E LA P R O V I S I Ó N
Bertier de Sauvigny, "Observations sur Ie commerce des grains", BN, mss. fr. 11347,
fol. 228.
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° F. Aubert, "Réflexions sur le commerce des grains" (1775), BN, mss. n.a. 4433, fol.
33 ; Leprévost de Beaumont, "Additions", Arsenal, mss. Bastille 12353. Cf. Ambroise
Morel, Histoire abrégée de.la boulangerie en France (París, 1899), 45.
6 L A P O L Í T I C A D E L A P R OV I S I Ó N
II
° Archives parlementaires, recueil complet des débats législatifs & politiques des cham-
bres françaises (París, 1898), LIV, 683.
' ' Ibid. Pierre Manuel, La Police de Paris dévoilée (París, 1794-95), I, 10 ; "La Cherté du
pain" (1792), AN, T 6441 2 ; "Mémoire présenté par M. de Monchanin déposé au
Secrétariat de la Municipalité, 30 Octobre 1791 ...", AN, F'0 215-216.
2
Arrêt du Conseil, 5 sept. 1693 citado por Cherrière, "La Lutte contre l'incendie dans
les halles, les marchés et les foires de Paris sous l'ancien régime", en Mémoires et
documents pour servir à l'histoire du commerce et de l'industrie en France, 3ª serie, ed. por J.
Hayem (París, 1913), 107.
L A P O L Í T I C A D E LA P R O V I S I Ó N 9
'° Dupin, "Mémoire sur les bleds", (1748), BN, mss. n.a. 22777, fols. 155, 167. Cf. la
memoria anónima al IN. de comercio de Montaran : "Los medios de asegurar el pan no parecen
despertar interés hasta que estamos a punto de no moler más. .. el defecto no se percibe
ordinariamente más que en el momento de la necesidad". 19 de junio de 1784, AN, F' ' 294-
95. Véase también P. Macquer, Dictionnaire portatif' des arts et métiers (París, 1766), I, 564.
^ Sobre el sistema de graneros "comunitarios" parisinos, véase Degand a Hérault, 14
de septiembre de 1728, Arsenal, mss. Bastille 10274 ; AAP, Délibérations du Bureau de
l'Hôtel-Dieu, 97,
10 L A P O L Í T I C A D E L A P R OV I S I Ó N
9 ene. 1728 y @98, 20, 23, 30 dic. 1729 ; B N , Coll. Joly 1428, fols. 168-87 ; Assemblée de
police, 8 de marzo de 1736, BN, mss. fr. 11356, f o l s . 297-98. Sobre el esfuerzo de Machault
para establecer un sistema de graneros vinculando el avituallamiento militar y el civil a finales de
los años cuarenta, véase "Extrait d'un mémoire sur les bleds communiqué par M . de M achault à M.
Pâris-Duverney..." y Pâris-Duverney, "Extrait de l'avis de M . P.D. sur le mémoire précédent",
AN, F'2 647 ; Dupont, Analyse ... rapport, 92-98 ; Marcel Marion, Machault d'Arnouville.' étude
sur l'histoire du contrôleur-général des J'inances de 1749 à 1754 (París, 1891), 429-30. Para los
planes graneros o de prevención de la carestía después de mediados de siglo, véanse los capítulos
bel ou ocho y trece.
' 5 M . Reneaume, "Sur la manière de conserver les grains", Mémoires de l'A ''adémie
des S''ien'es para 1708 (París, 1709), 76 ; H.-L. Duhamel du Monceau, Traitê de la
''onser vation des grains (París, 1753), iv; Antoine A. Parmentier, Le Par fait boulanger, ou Traité
'omplet sw la fâbri''ation '-t le ''ommer''e du pain (París, 1778), 118 ; Claude
L A P O L Í T I C A D E L A P R OV I S I Ó N ll
Dupin, Mémoire sur les bleds (1748), B N , mss. n.a. 22777, fol. 155 ; Claude J. Herbert, Essai
sur la yoli'e gênêrale, sur leurs prix et sur les eJ'fets de l'agri''ulture (Londres, 1755) en
Colle''tion des é''onomistes et des réformateurs sociau.x de la Fran''e, ed. por E. De pitre
(París, 1910), 40; Regnaud, "Histoire des événements arrivés en France ," BN, mss. fr. 13734,
fol. l80n ; Laverdy al Primer Presidente Miromesnil de Normandía, 8 de marzo de 1768 en
Correspondance politique et administrative de Miromesnil, ed. por P. LeVerdier (Ruán y
París, 1899-1903), V, 107 ; Etienne François, duc de Choiseul, Mémoires, ed. de Soulavie
(París, 1790), I, 45-50; E. Chevalier, "Mémoire sur les moyens d'assurer la diminution du
pain... (n.p., 1793), 9 ; F. Aubert, "Réflexions simples et pratiques sur le commerce des grains"
(1775), BN, mss. n.a. 4433, f o l . 165 ; "H istoire de ce qui s'est passé au sujet des bleds en
1725," Bibliothèque de l'Arsenal, Recueil Fevret, ms. 3308 ; "Mémoire sur la police des
grains" (ca. 1758), BN, mss. fr. 14296, fol. 181. Cf. C. Benoist, "Compte rendu", Revue
historique, XXXV II (mayo-agosto 1888), 194; J.-C. Colfavru, "La question des subsistances
en 1789", La Ré volution J'rançaise, V (julio-diciembre 1883), 391 ; y Augustin Rollet,
Mémoire sur la meunerie, la boulangerie et la conservation des grains et 'les farines (París,
1846), 133-34n.
12 LAPOLÍTICADELAP R OVESI
ÓN
En otras palabras, se ocupaban de todos los aspectos de la vida
cotidiana, morales y materiales, y no sólo de los asuntos de desviación y
desorden. En otras palabras, se ocupaban de todos los aspectos de la
vida cotidiana, morales y materiales, y no sólo de los asuntos de
desviación y desorden. 16 Las relaciones entre la policía y la población,
incluso en una gran ciudad, eran íntimas y se puede aprender mucho
sobre la vida urbana estudiándolas. Aunque generalmente se cree que
esas relaciones eran tensas, a menudo eran simbióticas,
instrumentalmente si no sentimentalmente ; la gente estaba dispuesta a
diferenciar entre la miríada de funciones policiales y reaccionar
selectivamente.
La universalidad de la función policial deriva de otro sentido que tenía
la palabra en la época premoderna. En el antiguo régimen, policía
significaba gestionar y mantener la vida de la comunidad, tal y como
Platón la definía. Abarcaba, en palabras de un escritor, "todo lo que se
refiere al bien público". De hecho, era "el bien público", ya que era
tanto un fin como un medio, tanto un tipo ideal c o m o un método para
alcanzarlo, tanto una noción política como administrativa. Como
sustantivo, verbo y adjetivo, se utilizaba para describir el modo en que
debía organizarse la vida social y civil. También era una medida del
progreso de la civilización, ya que las naciones sin policía eran
consideradas bárbaras. Los Estados con una policía viciosa o imperfecta
perecían rápidamente, mientras que los que tenían una "buena policía"
perduraban. Sin proscribir el crecimiento o el cambio, la policía
implicaba un proceso social que tendía inevitablemente a
hacia el equilibrio y la continuidad. La vocación de la policía, según un
jurista, era asegurar que prevalecieran "la armonía y la concordia".
entre los ciudadanos. 17
'° Véanse, por ejemplo, los índices de los cuatro volúmenes de Delamare, Traitê;
Des Essarts, Dictionnaire, I a VIII ; Jacques Peuchet, ed., Collection des lois,
ordonnances et règlements de police depuis le X de siêcle jusqu 'à l'année 1818 (París,
1818-19). I a VIII ; Edme de la Poix de Fréminville, Dictionnaire ou traitê de la police
gênêrale des villes, bourgs, paroisses et seigneuries de la campagne (París, 1758). '7 Léopold
Pelatant, De l'organisation de la police (Dijon, 1899), 10 ; F. Olivier- Martin, Cours d'histoire
du droit public. La Police économique ( París, 1944-45), 13-15 ;Marc Chassaigne, La
Lieutenance gênêrale de police de Paris (París, 1906), 24; Goyon de la Plombanie citado por
Simone Gout, Henri de Goyon de la Plombanie, économiste
périgourdin (Poitiers, 1933), 105 ; BHVP, mss. serie 142 o Bournon 459 ; J.B. Dénisart,
Collection de décisions non velles et de notions relatives à la j'urisprudence actuelle (París,
1777), III, 529. Cf. Robert H.I. Palgrave, ed., Dictionary of Political Econom v (Londres,
1894-99), I I I , 124 ; Vlvien, "Police", en C. Coquelin y Guillaumin, eds., Dictionnaire
de l'économie politique (París, 1873), I I, 376-78 ; Charles Musart, La Réglementation du
commer''e des grains au X de siêcle. la théorie de Delaware, êtude économique
(París, 1922), 39 y passim ; artículo "Policía", Diderot y otros, Encyclopêdie, XII, 91 l ;
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1NG
Para la policía activa, los comisarios, los tenientes y sus homólogos, la
policía era ante todo un programa de acción concreto. El comisario
Delamare intentó poner a disposición de todas las autoridades públicas
toda la gama de opciones, estrategias, precedentes y leyes, junto con
instrucciones explícitas sobre cómo utilizarlos en diferentes
c i r c u n s t a n c i a s , en su gigantesco Traité be la Police, publicado
durante los últimos años de Luis XIV. Aunque Delamare trató
conscientemente de dar a la noción de policía un "sentido más limitado"
que el que tenía antes para hacerla lo más ampliamente accesible y
claramente comprensible posible, su obra es un asombroso monumento a
la amplitud, complejidad y pretensión de la empresa policial. Educado en
Delamare, pero sensible a las modas de su época, el comisario parisino
Lemaire, escribiendo en 1770, se vio llevado a definir la policía como "la
ciencia de gobernar...".
hombres... " 1 8
Tal noción de policía no prosperó en el clima de la Ilustración. Para
muchos filósofos, la policía personificaba lo que estaba mal en el
gobierno del antiguo régimen y la idea de una policía científica debió
parecerles ridícula o grotesca. No veían la policía como un método
general de gobierno o como un compromiso vagamente definido con el
bien p ú b l i c o , sino como una elaborada defensa y apología de u n
sistema de g o b i e r n o específico y pernicioso. Equiparaban la policía
con la Tradición, a la que veían, con razón, como uno de sus enemigos
con más recursos. La policía era el pretexto político y el mecanismo
administrativo que las autoridades utilizaban para disminuir y
esclavizar a los hombres. La prohibición y la coacción eran sus
leitmotiv y su omnipresencia era una señal de corrupción y abuso. Sin
duda, los críticos de la policía no eran hostiles a la ley y el orden, sino
al espíritu de las leyes y a la naturaleza del orden que la policía de
Francia encarnaba y simbolizaba. En este sentido, toda la policía era
baja política. Para muchos philosophes, como veremos, no había
diferencia entre la policía que aterrorizaba a los comerciantes y
vigilaba o requisaba el grano
III
' Sobre el consejo real, véase la excelente tesis de Michel Antoine, Le Conseil du Rei sons
le rêgne de Louis X V (París, 1970).
' No existe ningún estudio erudito moderno sobre el Contrôle-Général comparable a la obra
de Antoine sobre el consejo real. La obra de Montyon Parti''ularités et ohser vations sur les
ministres des }inant'es les ylus ''êlêhres deyuis ldd0 jusqu'en 1791 (París, 1812) es picante pero
muy fechada y tendenciosa. Le Contróleur-Général Jes hnances sons l'an''ien régime (París,
1901), de Henri de Jouvencel, es mejor que la mayoría de las tesis de derecho, pero su utilidad
sigue siendo muy limitada. Paul Viollet, Le Roi et ses ministros yendant les trois Jerniers
siêcles de la monarchie (París, 1912) es de poca utilidad. En su mayor parte, hay que recurrir a
materiales primarios (por ejemplo, en la serie G' de la AN), a historias generales del siglo
XVIII como L.-E.-A. Jobez, Lu Fran''e sons Louis JK (París, 1864-73) que, a pesar de su
antigüedad, sigue siendo una de las más útiles, o en estudios especializados sobre las finanzas
reales que tienden a centrarse en un solo aspecto, aunque vital, de las actividades del
Interventor General. Entre estos últimos se encuentran Marcel Marion, Histoire financiêre de
la France depuis 1715 (París, 1914-17); Charles Gomel, Les Causes financiéres de lo ré
volution française. les ministêres de Turgot et Necker (París, 1892) ; y René Stourm, Lee
Finances de l'ancien régime et de la rê volution (París, 1885) y Bibliographie historique des
finan''es de la France nu l8- siê' le (París, 1895).
Mercier, Tableau de Paris (Amsterdam, 1782-1788), I I, 142. Cf. ibíd., VIII, 237- 238,
242.
16 L A P O L Í T I C A D E LA P R O V I S I Ó N
2^ "Chronlque secrète de Paris sous le règne de Louis XVI", Revue rétrospective, III (l
834), 62, 72. El historiador de Francia, Duclos, describió el mismo fenómeno como
"conocratie". Ibídem, 79. Cf. Gournay citado por F. M. Grimm y otros, Correspondance
littéraire, philosophique et critique, ed. por M. Toumeux (París, 1877-82), VI, 30 y Mirabeau
citado por G. Weulersse, La Physiocratie à la fin du règne de Louis XV (París, 1959), 84-85,
91.
2
' Sobre el departamento de cereales, véase el Almanach royal de prácticamente
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N
cualquier año del siglo XVIII. Véase también Labrousse, Esquisse , la serie F' ' en el AN ;
y las obras dedicadas a personas que desempeñaron un papel destacado en el
departamento, como Trudaine de Montigny.
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N
a menudo tendenciosa. A menudo llegaba demasiado tarde y las órdenes
que respondía se quedaban obsoletas una vez llegaban al terreno,
donde a veces e r a n recibidas con tibieza y ejecutadas con
indiferencia. Además, la amplitud de su ministerio reducía seriamente la
eficacia del Interventor General. Abrumado por las apremiantes
responsabilidades en muchos ámbitos diferentes, rara vez era capaz de
profundizar en los entresijos del aprovisionamiento. Los "presuntuosos
comisarios" de la oficina de cereales, a los que Baudeau acusaba de
"gobernar el reino", eran p o c o s y se limitaban a asuntos técnicos, sin
autoridad para tratar cuestiones policiales en nombre del ministro. Los
ad- ministradores de campo eran los verdaderos protagonistas de la policía
de aprovisionamiento. El Interventor General desempeñaba e l p a p e l de
deus ex machina, vigilando desde arriba y abalanzándose sobre el
escenario cuando el drama requería su intervención.
Un estudio de la policía debe incluir también a los Secretarios de
Estado, colegas del Interventor General en el ministerio, aunque su papel
era generalmente bastante modesto.26 Además de las tareas ministeriales
específicas basadas en una división funcional del trabajo (guerra, marina,
asuntos exteriores, etc.), cada Secretario debía ejercer una tutela
general sobre la administración de un bloque de generalidades o
provincias. Sus responsabilidades como tal no estaban definidas con
precisión. Salvo en los asuntos territoriales que afectaban directamente a
sus intereses ministeriales (por ejemplo, los puertos y l a secretaría de
marina, l a s fortalezas fronterizas y la secretaría de guerra), el secretario
cedía habitualmente la autoridad para la gestión de los asuntos
provinciales al Interventor General. Oficialmente, el secretario
"despachaba" la voluntad real a las regiones de su departamento, pero
también servía de conducto y, a veces, de portavoz de la opinión
provincial en los consejos del rey. Registraba los temores de los
funcionarios provinciales ante una posible escasez, sus quejas contra
la invasión de sus zonas de abastecimiento u otras prácticas que
consideraban amenazadoras, y sus deseos de recibir ayuda del centro. En
consulta con el Interventor General, el secretario intentó promover
" Sobre los Secretarios de Estado existe también una grave escasez de literatura útil.
Para w'ant de cualquier alternativa, véase Comte H. Luçay, Des Origines du pou voir
ministériel en Fran''e. les secrétaires d'état jusqu'à la mort de Louis IK (París, 1881) y A. Dumas,
"l'Action des secrétaires d'état sous l'ancien régime," Annales de la Faculté de Droit d'Aix-en-
Provence, nueva serie, nº 47 (1954), 5-92. Véase también la serie O' en el AN y materiales
dispersos en los papeles de Maurepas en Cornell, en el AN (257 AP) y en el 8HVP (mss.
719-21, cartas entre el Secretario de París y el Teniente General de Policía que serán
completadas por A. de Boislisle, ed., Lettres de M. de Mar ville, Lieutenant Gènêral de
Police, au Ministre Maurepas (París, 1896-1905)).
18 L A P O L Í T I C A D E L A P R OV I S I Ó N
sons Louis XIV (París, 1901) ; P.N. Ardashev, Les Intendants de province sons Louis X VI
(París, 1909) ; H. Fréville, L'lntendance de Bretagne (Rennes, 1953) ; V.R. Gruder, The Royal
Provincial Intendants: A Governing Elite in 18th Century France (Ithaca, 1968) ; Maurice
Bordes, D tigny et l'administration de l'intendan ''e d'Au''h (1751- 67) (Auch, 1957); Bordes,
"Les Intendants de Louis X ¥", Revue historique, CCXX II (1960), 45-62 ; Bordes, "Les
Intendants éclairés de la fin de l'ancien regime", Revue d'his- toire économique et sociale,
XXX IX (1961), 57-83. Cf. las perspicaces observaciones de Sénac de Meilhan, él mismo
intendente:" Durante mucho tiempo, los intendentes, guiados por la opinión pública, han
buscado más distinguirse por su ternura hacia los Pueblos y por obras útiles que por su
servilismo a las voluntades ministeriales". Du Gouverne- ment, des m'eurs, et des conditions
en France avant la révolution (París, 1814), 102-103.
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N
perplejas ante un problema especial, temerosas de tomar una decisión
que p u d i e r a ser controvertida o enzarzadas en un conflicto con una
parte pública o privada, las autoridades locales tenían pocos motivos
para solicitar instrucciones al intendente o a cualquier otra persona.
Aparte de ciertas idiosincrasias locales, su policía se formaba a partir
del fondo común de normas que había permanecido sustancialmente
inalterado durante generaciones. Basándose en su evaluación de la
cosecha y en el diagnóstico de las necesidades que sus subdelegados,
repartidos por toda la provincia, le ayudaban a realizar, el intendente
recomendaba una aplicación o cumplimiento más o menos estricto de
esas normas. Con el fin de unificar los procedimientos de control o
eliminar las prácticas abusivas, a veces emitía ordenanzas
interpretativas que aclaraban el sentido o redefinían los términos de las
leyes y costumbres vigentes. El intendente también podía influir en la
política favoreciendo sistemáticamente a los funcionarios que seguían
su línea en las frecuentes disputas que estallaban entre las autoridades
policiales. En ocasiones, hacía que se anularan las sentencias o
estatutos locales que desaprobaba, impugnaba la reivindicación de una
localidad sobre su interior o, en situaciones drásticas, suspendía
perentoriamente el autogobierno local.
Sin embargo, el intendente no ejercía su mayor influencia
castigando a los subordinados recalcitrantes o expropiando el control
de los mercados indi- viduales, sino regulando la circulación del grano
a través del tiempo y el espacio. Tenía poder para facilitar y acelerar el
flujo de grano dentro de la provincia o impedir su circulación. Podía
anular el permiso para comerciar concedido por autoridades menores o
expedir licencias que éstas habían denegado. Aunque no siempre
podía impedir las interceptaciones y requisas de grano, sí podía
anularlas y exigir indemnizaciones ejemplares o condonarlas, de
forma selectiva o general. En determinadas circunstancias, el
intendente se encargaba de impedir la "exportación" de suministros
fuera de los límites de su jurisdicción. Una decisión de este tipo
afectaba a otras généralités y suscitaba invariablemente la ira de sus
intendentes. La falta de solidaridad y de comprensión mutua no eran
defectos propios de la policía local del antiguo régimen. 2' Hombre del
rey por excelencia, el intendente tenía la misión de hacer cumplir la
voluntad real. Pero también era responsable del bienestar de su
genéralité. Se enfrentó a un cruel dilema cuando el primero golpeó
'° Véase, por ejemplo, la actitud del intendente de La Rochelle. que apoyaba
ardientemente la idea de la libre circulación interior pero se negaba a tolerar la
exportación de grano de su generalidad a Burdeos en 1759. Courteille a I N., 12 de enero
de 1759. C. 191. A.D.C-M.
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