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En un mundo donde la magia y el misterio convergen, Briar, una poderosa heredera al
trono, se encuentra en una encrucijada sobrenatural. Desapariciones enigmáticas de brujas
y cadáveres siniestros hacen que su mundo tiemble, pero también despiertan la sombra
inquietante de la desaparición sin resolver de su madre años atrás. Mientras los oscuros
secretos emergen y las traiciones se tejen a su alrededor, Briar se embarca en una
búsqueda desesperada para encontrar respuestas, incluso si eso significa enfrentar las
pesadillas que la acosan en la realidad. Con aliados inciertos y enemigos que acechan en
las sombras, la valiente bruja debe tomar decisiones que podrían cambiar el destino de
todos.
Briar se verá obligada a confrontar su pasado y confrontar a sus peores temores para
desentrañar la verdad detrás de las desapariciones y descubrir el destino de su madre.
¿Será capaz de liberar a su mundo de las garras de la oscuridad o se verá consumida por
las sombras que la rodean? Sumérgete en este donde el pasado y el presente se entrelazan
en una búsqueda de la verdad y la redención.
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En el mágico mundo de Avalora, una serie de inquietantes asesinatos amenaza con
desencadenar el caos y la oscuridad. Briar, una joven bruja destinada a ser la próxima
heredera del trono, se ve envuelta en una peligrosa búsqueda para descubrir la verdad
detrás de los crímenes.
Con la ayuda de sus aquelarre, se sumerge en un intrigante laberinto de misterios y
secretos, enfrentándose a poderes ocultos que cambiarán sus destinos para siempre.
¿Lograrán desvelar la verdad antes de que la oscuridad consuma Avalora?
Magia
En este mundo mágico, existen distintos tipos de brujas, cada una con habilidades y
características únicas:
1. Dríades: Estas brujas tienen una conexión especial con la naturaleza y la vida vegetal.
Pueden comunicarse con plantas y animales, controlar el crecimiento de las plantas, y
manipular la tierra y el clima a su voluntad. Su cabello y ojos suelen tener tonos verdes,
reflejando su profunda conexión con la naturaleza.
2. Pyrras: Son capaces de controlar los cuatro elementos: fuego, agua, tierra y aire. Pueden
generar llamas, invocar tormentas, crear terremotos o manipular corrientes de agua. Cada
bruja elemental se especializa en un elemento específico, pero algunas son excepcionales y
pueden dominar varios.
7. Mentium: Poseen la habilidad de mover objetos con la mente, sin necesidad de tocarlos
físicamente. Pueden levitar objetos, abrir puertas a distancia y manipular objetos a voluntad.
8. Lunares: Están conectadas con los ciclos de la luna y la energía lunar. Pueden
aprovechar la luz de la luna para aumentar su poder y realizar rituales especiales durante
las fases lunares.
Cada tipo de bruja tiene sus propias fortalezas y debilidades, y su magia única contribuye a
la diversidad y complejidad del mundo mágico en el que viven.
En el mundo de las brujas, la familia Foster tiene una tradición ancestral que determina la
línea de sucesión al trono. Solo una heredera de esta familia posee la capacidad de
manejar varios tipos de magia, o incluso todos. Se cree que esta bruja, conocida como la
"Hija de la Luna"
La hija de la Luna es aquella bruja que puede manifestar dos o más tipos de magia. Cuando
se presenta una heredera con estas habilidades excepcionales, se convierte en la próxima
reina, liderando a su pueblo con sabiduría y poder. La reina es inmortal y puede mantenerse
en el trono por siglos, hasta que aparezca la siguiente heredera capaz de manejar múltiples
tipos de magia.
El proceso de sucesión es una ceremonia sagrada, donde se realizan rituales y pruebas
para demostrar el dominio de cada tipo de magia. La futura reina debe someterse a estas
pruebas y enfrentar desafíos para demostrar su valía y capacidad para gobernar con
justicia.
A lo largo de los siglos, la Herencia de la Luna ha sido vista como un faro de esperanza y
una guía en tiempos de adversidad. Su legado se ha mantenido firme, manteniendo unidas
a las brujas y asegurando la prosperidad y la armonía en su reino mágico.
Prefacio
Corro desesperadamente por el bosque tenebroso, mis pies tropezando con raíces y
piedras, pero sin detenerme. La oscuridad me rodea, y aunque no puedo verlo, siento una
presencia aterradora que me acecha. Su respiración pesada resuena en mis oídos,
mientras susurra mi nombre en tonos siniestros, enviando escalofríos por mi espalda.
El bosque a mi alrededor se desdibuja, los árboles danzan y las sombras se mueven como
seres vivos. Mis sentidos se confunden, y cada vez que intento tomar un rumbo, todo
parece cambiar a mi alrededor, dejándome desorientada y a merced de la oscuridad.
Resbalo y caigo al suelo embarrado, pero me levanto rápidamente, sin tiempo para
lamentaciones. Mis músculos están tensos y mi corazón late frenéticamente en mi pecho.
Corro sin rumbo, buscando una salida de este laberinto tenebroso.
La presencia se acerca aún más, su respiración está casi en mi oído, y puedo sentir su
aliento frío en mi piel. El terror me paraliza, pero el instinto de supervivencia me impulsa a
seguir adelante, a huir de lo que no puedo ver pero siento demasiado cerca.
Sin embargo, el recuerdo de su impotencia y vulnerabilidad persistía. Aunque era una bruja,
comprendía que incluso su magia tenía límites. La sensación de desesperación la
acompañaba, recordándole que en este mundo siempre habría cosas que no podía
controlar.
Pero Briar también sabía que mientras respirara, nunca se rendiría ante la oscuridad.
Siempre lucharía por mantener encendida su luz interior, incluso en los momentos más
tenebrosos. Su determinación la impulsaba a enfrentar sus miedos y a seguir adelante,
dispuesta a superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino. Sabía que en su
interior había una fuerza poderosa que la guiaba y que, aunque no siempre pudiera evitar
las sombras, intentaría encontraría la forma de incinerar todo a su paso si hacia falta para
mantenerse a salvo.
Las pesadillas acosaban a Briar noche tras noche, sumergiéndola en un torbellino de miedo
y angustia. En sus sueños, se veía a sí misma siendo perseguida por sombras aterradoras y
enfrentando la muerte de diversas formas espantosas. Lo que más la perturbaba eran los
presagios que creía ver, terribles visiones que mostraban la destrucción del mundo que
conocía.
En uno de esos sueños recurrentes, su mamá, desaparecida hace diez años, llamaba su
nombre desde lo más profundo de la oscuridad. Briar sentía el corazón destrozarse al
escucharla, sin poder llegar a ella, atrapada en un laberinto de sombras.
Otra noche, presenció con horror cómo su madre era envuelta en llamas, y su grito
desgarrador resonaba en su mente mientras Briar se retorcía de impotencia en su propia
pesadilla.
Las visiones de la destrucción del mundo que tanto amaba eran cada vez más vívidas en
sus sueños. Veía ciudades enteras siendo devoradas por el fuego y la oscuridad, mientras
todo lo que conocía se desvanecía ante sus ojos.
Capítulo 1
—Como cabras en Halloween...—susurró Lennon.
La cocina del departamento de Briar se encuentra sumida en una atmósfera tensa y
cargada de preocupación durante el desayuno. Los colores que normalmente le dan un aire
alegre y vibrante, parecen haber perdido su brillo en medio de la ansiedad que se respira en
el ambiente, los restos del mal sueño aún causan estragos en su cabeza.
—¿Qué?
—Que nos están cazando como cabras en Halloween —su rostro pálido refleja
miedo—Estoy tratando de comprender por qué estamos en la mira, por qué nos están
cazando nuevamente.
Briar rememoró la noticia, prestando atención meticulosa a los detalles escasos. Tres
brujas desaparecieron en apenas dos meses, dos de ellas sin dejar rastro alguno. La
tercera bruja, perteneciente al mismo clan que Briar, había desaparecido la noche anterior.
La diferencia esta vez era que la bruja había gritado antes de desvanecerse. Su hermana
menor había escuchado los gritos y los pasos pesados antes de que un silencio sepulcral
envolviera su hogar. Al correr hacia el final del pasillo, la bruja ya no estaba, como si se
hubiese desvanecido en el viento frío del otoño.
—Lo más extraño es que nadie ha exigido un rescate o... —comentó Lennon.
—O... aún no aparecen los cadáveres —precisó Briar, el aroma de café recién hecho flota
en el aire pero el desayuno lleva tiempo olvidado—Puedes decirlo, también estoy pensando
lo mismo.
—La desgracia ya nos ha alcanzado desde el momento en que se llevaron a tres de las
nuestras mientras dormíamos.
Un silencio abrumador se apoderó de la cocina. Frente a Briar, una taza de café ahora fría
descansaba mientras Lennon observaba su cuenco de frutas brillantes y coloridas, en
marcado contraste con su ánimo sombrío.
—De lo único que estoy segura es que una bruja nunca está realmente segura —respondió
Briar, enfrentando la realidad de su situación.
🪄🧝🏽♀️🔮✨
Una brisa fría sopló, haciendo que los mechones de pelo de Briar se agitaran en su rostro.
Los árboles y arbustos se mecían con fuerza, lo que la llevó a mirar nerviosamente a su
alrededor. La ansiedad y el miedo eran palpables en ella y en las otras brujas. Sabían que
las desapariciones no eran simples coincidencias; las brujas nunca desaparecían sin razón.
Juntas, avanzaban, luchaban y enfrentaban adversidades, fortaleciéndose en cada desafío.
Sabían que las brujas eran más fuertes cuando se unían, y en ese momento, necesitaban
toda la fuerza posible para enfrentar lo desconocido.
—Briar —la voz de Aspen resonó en la llamada sin darle tiempo para leer el nombre en la
pantalla—¿Dónde estás? Estamos en tu departamento. ¿Puedes venir ahora o debemos
abrir un portal para buscarte?
—Estaba volviendo a casa. ¿Pasa algo? —preguntó Briar, preocupada por la urgencia de la
llamada.
Cerrando los ojos, Briar buscó el cristal que colgaba de su cuello. Se concentró en la sala
de su departamento, imaginando el cálido ambiente de la habitación principal y las calles
que lo rodeaban. Presionó un poco más, dejando que llegara el habitual mareo y el sabor
metálico que acompañaba la transportación a través de los portales.
—¡Qué complicado puede ser establecer contacto contigo últimamente, princesa! —bromeó
Kadir.
Briar respiró un momento antes de sonreír. Su familia se encontraba allí, esa familia que
había escogido tiempo atrás, se hallaba completa, lejos de los peligros que los acechaban,
también estaba Demiar, el hada taciturno, rígido y hermoso, con su rostro anguloso y sus
ojos de un celeste pálido, que la miraba fijamente, imponiendo su presencia con
movimientos fluidos y llenos de poder.
—Quizá no quiero ser contactada, Elsa. Estoy segura de que podría ser una opción
—respondió Briar.
—El chiste de Elsa dejó de ser simpático luego de 100 usos —añadió Kadir, acomodándose
el pelo y dejando al descubierto la irregular franja de piel rosa pálido que cruzaba sobre su
ceja izquierda—. Aparte, estoy segura de que ella no tiene una cicatriz enorme que le
decore el rostro, soy como un pirata, muy hermoso pero un pirata.
Si Demiar era taciturno y rígido, su hermana Kadir era la otra cara de la moneda: alegre,
suelta y locuaz. Probablemente era la hembra más hermosa en el mundo de las hadas,
brujas, vampiros o cualquiera que habitara la tierra.
—¿Pueden dejar los juegos para más tarde, niñas? Nuestro guardián tiene noticias
importantes —intervino Aspen con seriedad.
La boca de Demiar se curvó en la esquina, dando un leve asentimiento hacia Aspen antes
de hablar.
Las brujas llevaban toda su vida siendo perseguidas, siendo asesinadas o torturadas. Todas
ellas tenían amigas, primas o, en el caso de Briar, una madre desaparecida. El sabor
amargo de la culpa que la envolvía desde hace tanto tiempo no hizo más que intensificarse.
El miedo a lo desconocido era lo que las brujas representaban para los humanos. Un
pequeño porcentaje de la población era de brujas negras, como las de los libros, películas y
las historias susurradas en las noches frías. Eran consideradas asesinas sedientas de
poder. Aunque los humanos pensaban que todas las brujas eran así, la realidad estaba
alejada de esa imagen. La mayoría de las brujas convivían con los humanos, sin cometer
actos malévolos. Vivían en unidad, y lo más oscuro que podrían hacer era robar ramas de
romero por la noche.
—Un aquelarre completo de esas zorras despiadadas podría ser. No creo que una sola
bruja se tome todas esas molestias —agregó Kadir.
—No sabía que los miembros de la guardia podían hacer bromas, hermano.
Briar paso la mirada por la sala de estar, que era su lugar favorito, con un sofá de terciopelo
amarillo vibrante y cojines en tonos celestes y amarillos más suaves que invitaban a la
comodidad.
Una pequeña mesa auxiliar de madera, adornada con cristales y piedras de diferentes
colores, estaba estratégicamente ubicada junto a la butaca. Sobre la mesa la luz de la vela,
que normalmente era acogedora y cálida, en este momento tenso solo proyectaba sombras
inquietantes que la ponían tensa. En lugar de brindar consuelo, la vela solo intensificaba la
atmósfera cargada de nerviosismo que los envolvía.
—No mucho. Las matronas de los distintos clanes deben reunirse mañana con nuestros
líderes, pero es todo lo que sabemos por el momento —respondió Aspen con seriedad, su
pelo rojo brillante destacaba sobre su piel extremadamente pálida—¿Hay algún patrón?
¿Algún tipo de señal? Estoy segura de que no pueden ser víctimas aleatorias.
—Por el momento, lo único que tienen en común es que todas son brujas de entre 20 y 30
años —informó el guardián, mirando a cada una de las mujeres en la sala.
—Aunque algo que me parece raro es que no se sabe mucho sobre las brujas
desaparecidas, es como si el consejo o la guardia quisieran esconder información
—comentó Kadir, prestando atención principalmente a las hadas en la habitación.
Briar observa minuciosamente cada rostro presente en la habitación, dejando que los
detalles de sus amigos brujos y hadas la envuelvan. Lennon, con sus ojos verdes tan
característicos como su cabello, emanando una ligera fragancia a limón, sus botas
desgastadas que siempre han sido un soporte emocional para ella. Kadir, una princesa de
hielo con una cicatriz rosa que endurece su hermoso rostro, uñas azul metalizado y esa
sonrisa traviesa en la comisura de sus labios. Aspen, de rostro aniñado pero una actitud
arrolladora, siempre ataviada en rojo, reflejando su pelo del mismo color y su amor eterno
por Taylor Swift. Por último, Demiar, con el aroma fresco de la lluvia y los cautivadores ojos
celestes que hacen que Briar tiemble desde hace tiempo.
Intenta convencerse de que no está memorizando sus características por un mal
presentimiento o miedo irracional.
Los pensamientos son interrumpidos por la voz de Lennon.
—Creo que conozco a alguien que podría ayudarnos, no somos grandes amigas pero…
Podría ayudar, teniendo en cuenta la situación.
—Bueno, eso quiere decir que básicamente nos auto asignamos al caso, 2 buscadoras, la
heredera que abdicara, un hada de pocas palabras y campanita…
Aspen pasa la mirada por cada uno de ellos. Las luces que cuelgan del techo iluminan el
espacio con una luz tenue pero cálida, el viento golpea con fuerza la ventana haciendo que
los cristales que se encuentran colgados en la entrada hagan bastante ruido.
Capítulo 2
Briar se miró en el espejo, y el reflejo que le devolvió era desolador. Su rostro estaba
demacrado, mostrando los estragos de la pesadilla que la había atormentado durante la
noche. Tenía arañazos en los brazos y el pelo negro, que solía lucir brillante y sedoso,
ahora parecía opaco y desaliñado. Sus ojos grises, que siempre irradiaban vitalidad, ahora
solo reflejaban una profunda inquietud.
La piel que solía estar besada por el sol ahora se veía pálida, como si la vida se hubiera
desvanecido de ella. Briar se preguntaba una y otra vez si esos sueños eran simplemente
producto de su imaginación o si se trataba de premoniciones. El misterio y la incertidumbre
la consumían, dejándola con una sensación de vulnerabilidad que no podía sacudirse.
El conjunto que llevaba se le hacía extraño, más formal y elegante de lo que llevaba
normalmente hasta hace un año cuando su puesto como Protectora se vio afectado por un
puesto más importante, el de heredera, sus poderes se manifestaron de manera abrupta un
día cualquiera llevándose así la posibilidad de poder tener una vida tranquila sin elecciones
trascendentes.
Hoy vestía una blusa de seda en tono azul oscuro, que resaltaba el color gris de sus ojos, y
una falda negra hasta la rodilla que le daba un aire de seriedad y autoridad y un tapado
beige largo para protegerla del viento frío que venía con el otoño
Complementó ese atuendo con un collar de plata que su madre le había regalado años
atrás, un objeto que siempre le brindaba un sentido de conexión con su pasado y su linaje.
A pesar de su aspecto deslumbrante, Briar aún podía sentir la tensión y la inquietud que la
embargaban. Enfrentar a la reina y adentrarse en los secretos oscuros era un paso
necesario para descubrir la verdad detrás de lo que amenazaba con acabar con ellas, esos
asesinatos que se apropiaban de la tranquilidad de su pueblo.
Tomó una profunda inspiración y se dirigió hacia la puerta, con la esperanza de encontrar
respuestas y la fuerza para enfrentar lo que viniera.
Briar da un paso cauteloso dentro de los pasillos húmedos de la morgue, sintiendo cómo la
presencia imponente de la reina la sigue de cerca. La monarca era idéntica a ella, los
pómulos marcados, ojos grises, piel dorada y pelo negro espeso del mismo color que su
atuendo deldía, su figura majestuosa destaca incluso en este lúgubre lugar. Cada paso de
sus tacones resonando en el silencio, como si marcaran el compás de un destino inevitable.
El penetrante olor a desinfectante y muerte inunda sus sentidos, amenazando con ahogarla.
Un suspiro se escapa de sus labios, mientras se obliga a mantener la calma, aunque siente
cómo la inquietud se apodera de su ser. La morgue es un recordatorio sombrío de la
oscuridad que rodea su búsqueda de respuestas, y la presencia de su abuela solo agrega
tensión al momento.
A medida que avanza entre las mesas de aluminio las sombras se alargan y la sensación de
opresión crece. Cada rincón parece ocultar secretos oscuros y temores profundos. Sin
embargo, Briar se obliga a seguir adelante ya que en está inhóspita morada de los muertos,
se podrían encontrar pistas cruciales para resolver el misterio de las desapariciones.
—Perdón por interrumpir, pero... —el trabajador toma un respiro antes de continuar—. El
laboratorio demoró un poco más de lo previsto en tener una respuesta. Los análisis están
listos ahora.
Briar y la reina desvían su atención hacia el trabajador que viste una bata blanca y unos
lentes enormes que esconden gran parte de su rostro, la preocupación es clara mientras
interrumpe su charla tensa. La información que esperan puede ser crucial para la
investigación que están llevando a cabo, y el tiempo se vuelve aún más preciado en ese
ambiente sombrío.
—¿Y bien? —inquirió la reina con voz firme, pero también impaciente.
El trabajador se ajusta sus lentes y se adentra bajo las luces extremadamente brillantes,
señalando hacia una mesa donde yace un cuerpo cubierto por una sábana. La mujer que
Briar y la reina se acercan para ver está prácticamente consumida por el estramonio, como
si esta planta hubiese absorbido toda su vitalidad, dejando solo un cascarón sin vida, su
cabello alguna vez debió ser rubio, ahora solo luce blanco y quebradizo, la piel traslúcida
luce como un mapa, cargado de moretones y lo peor definitivamente son los brazos, llenos
de piquetes donde probablemente debieron inyectar el Estramonio.
Briar siente una punzada en el pecho al ver la terrible escena frente a ella. Es difícil
imaginar el sufrimiento que esa pobre alma debió experimentar antes de morir a manos de
esos seres.
La reina Astra frunce el ceño, con una mezcla de tristeza y enojo en sus ojos.
—Mi señora, entiendo sus preocupaciones, pero creo que es importante que siga
trabajando como Protectora junto a mi aquelarre. Nuestra unión y colaboración son
fundamentales para enfrentar esta amenaza —expresa Briar, intentando persuadir a la
reina.
—No puedo permitir que te expongas de esa manera, Briar. Eres mi heredera, y tu
seguridad es mi máxima prioridad —responde la reina, con voz firme—. Los guardianes
pueden encargarse de esta investigación, no necesitamos poner en riesgo tu vida.
La reina Astra la mira con una mezcla de orgullo y preocupación en sus ojos.
—Eres valiente y decidida, al igual que tu madre. Pero también eres la única heredera que
tengo, y no puedo arriesgar perderte —dice la reina, con voz suave pero firme.
Briar baja la mirada, comprendiendo la importancia de su rol como heredera, pero también
sintiendo la necesidad de proteger a su pueblo. En ese momento, la reina Astra suaviza su
expresión y coloca una mano cariñosa en el hombro de Briar.
—Muy bien, aceptaré tu decisión, pero bajo una condición —anuncia la reina—. Te ofreceré
protección y te proporcionaré brujas adicionales para que te acompañen y te ayuden en la
investigación. No quiero que enfrentes esta amenaza sola sin importar que tan poderosa
seas, o cuantos tipos de magia hayas manifestado hasta el momento.
Briar asiente en silencio, sintiéndose aliviada por haber logrado un acuerdo. Aunque no está
completamente satisfecha con la decisión, sabe que es lo mejor para todos.
Junto a la reina Astra, Briar camina por los pasillos húmedos y sombríos de la morgue. Las
luces tenues y los susurros de secretos sepultados le hacen sentir una inquietante
sensación de opresión. Sin embargo, la presencia imponente de la reina a su lado la
reconforta y le brinda cierta tranquilidad.
A medida que avanzan, Briar nota cómo la reina Astra mantiene una expresión enigmática,
como si estuviera sumida en profundos pensamientos. Sus ojos oscuros escudriñan cada
rincón, como si estuviera buscando pistas ocultas en la penumbra.
El aroma a desinfectante y muerte se mezcla con la energía mágica que flota en el aire,
creando una atmósfera tensa y sobrecogedora. Briar siente cómo los escalofríos recorren
su espalda, pero se obliga a mantener la compostura y concentrarse en el objetivo de la
visita.
La reina Astra se detiene y se gira hacia Briar, sosteniendo su mirada con firmeza.
—Mi señora, antes de irme, necesito saber por qué el Consejo no está publicando nada
sobre lo que está sucediendo. ¿Por qué mantienen oculto este problema? —pregunta Briar
con franqueza.
—El Consejo tiene sus razones, Briar. A veces, la política y los intereses en juego pueden
complicar las decisiones que se toman —responde, eligiendo cuidadosamente sus
palabras—. No quieren causar pánico entre las brujas, y prefieren investigar en silencio para
evitar que el enemigo se dé cuenta de que estamos sobre su rastro.
—Entiendo, pero ¿no sería más prudente advertir a las brujas y prepararlas para que tomen
precauciones? —insiste.
Ella le sonríe con cariño, dejando entre ver a Astra, la abuela que se hizo cargo de la
pequeña huérfana, esa mujer severa pero llena de amor, la bruja que tuvo que lidiar con la
pérdida de su heredera, con el trono, la presión del pueblo cuando su propia hija
desapareció del castillo y encima crió a la niña.
—Tienes un corazón noble y una mente perspicaz, Briar. Pero a veces, la política y la
estrategia nos obligan a tomar decisiones difíciles —explica—. Confía en mí, estamos
haciendo todo lo posible para proteger a nuestro pueblo y resolver esta amenaza.
Briar se despide de la reina con una reverencia y se encamina hacia la salida de la morgue.
La bruja respira y trata de despejarse, mentalizandose para enfrentar las sombras que
acechan su mundo mágico.
La bruja teclea con rapidez en su teléfono, un mensaje para su grupo de amigas, pero no
puede evitar pensar con ironía en lo ordinario que resulta comunicarse de esta manera.
Briar: Reunión en mi departamento (¡ahora sí están invitadas!) Tengo algo que podría ser
útil. Podríamos encontrarnos sobre las 8.
Kadir: Mi hermanito también consiguió algo (no me pregunten qué, no me lo dijo). Podría
estar por ahí al salir.
Lennon: perfectooo.
A medida que se sume en sus pensamientos, Briar pasa frente a encantadoras casas y
edificios, cada uno con su propio encanto mágico. Algunas casas tienen fachadas
adornadas con enredaderas y flores mágicas que brillan en la oscuridad. En los balcones,
pequeños dragones de cerámica soplan suavemente fuego mágico, llenando el aire con un
aroma dulce y cálido.
Los edificios más grandes exhiben hermosos murales que representan escenas de la
historia mágica de la ciudad de Avalora. Las brujas y los seres mágicos retratados en los
murales parecen cobrar vida, como si estuvieran vigilando la ciudad desde tiempos
inmemoriales, La ciudad mágica de Avalora se encuentra en una región oculta y protegida
por poderosos encantamientos, alejada del mundo humano. Su ubicación exacta es un
secreto bien guardado, por las brujas y criaturas mágicas que la habitan. Solo aquellos con
el conocimiento adecuado y la magia necesaria pueden llegar a Avalora.
Los comercios mágicos adornan el camino con sus escaparates y su vibra mágica, tiendas
de pociones con frascos de colores brillantes, una librería mágica con libros flotantes que
parecen danzar en el aire, y una tienda de artículos místicos donde se venden cristales,
amuletos y herramientas para la magia.
De pequeña la ciudad siempre fue como un refugio, la esencia del mercado Estelar de
Avalora, siempre fue un lugar mágico y encantador que refleja la esencia misma del mundo
de las brujas y seres mágicos que lo habitan. Ubicado en el corazón de la ciudad mágica de
Avalora, es un punto de encuentro para brujas, hadas, hechiceros y criaturas mágicas de
todas las razas. Su diseño arquitectónico y colorido inspirado en la magia de las brujas y
sus distintos tipos, con calles empedradas adornadas con enredaderas luminosas que
parecen moverse con vida propia.
Desde muy pequeña, Briar se sentía fascinada por el Mercado Estelar. Cada vez que
visitaba este lugar, era como si entrara en un cuento de hadas hecho realidad. Las risas y
charlas amistosas llenaban el aire, y los aromas de las comidas mágicas y pociones se
mezclaban en una sinfonía embriagadora.
Mientras Briar caminaba por las bulliciosas calles del Mercado Estelar, no pudo evitar sentir
una sensación de asombro y maravilla. El mercado estaba lleno de magia y encantamiento,
y cada tienda y puesto ofrecía una visión del mundo místico al que ella llamaba hogar.
Para ella, el Mercado Estelar era más que un simple mercado. Era un santuario, un lugar
donde podía encontrar consuelo y esperanza en medio del caos del mundo exterior. Aquí,
las preocupaciones y cargas de sus deberes como protectora y futura heredera parecían
desvanecerse, reemplazadas por un sentido de propósito y pertenencia.
A pesar de la magia y la alegría que impregnaban el mercado, Briar no podía evitar cargar
con el peso de la oscuridad que albergaba en su corazón. Las misteriosas desapariciones y
la amenaza que representaban para su gente pesaban mucho en su mente. Sin embargo,
dentro de las paredes del Mercado Estelar, encontraba respiro.
Briar se quedó paralizada por un instante mientras la visión la envolvía por completo. El
bullicio del Mercado Estelar se desvaneció y su mente quedó inmersa en la visión como si
se encontrara en otro plano de existencia. El lago se extendía ante ella, tranquilo y
misterioso, reflejando la luz de la luna que se alzaba en el cielo estrellado.
En el centro del lago flotaba el cuerpo de una mujer, con el cabello oscuro esparcido a su
alrededor como un halo sombrío. El corazón de Briar se aceleró al reconocer a su madre,
una figura que había permanecido ausente durante gran parte de su vida. La visión de su
madre la llamaba con una voz llena de dolor y súplica, pidiendo que la rescatara.
—Mamá… —susurró Briar, sintiendo las lágrimas amenazando con escaparse de sus ojos.
Briar trató de procesar lo que acababa de experimentar mientras se esforzaba por retomar
la compostura. Su corazón latía con fuerza, y la necesidad de encontrar respuestas la
impulsaba a actuar. Si su madre estaba en peligro, debía hacer todo lo posible para
ayudarla.
Con el corazón aún inquieto, Briar apretó el paso, decidida a reunirse con sus amigas en su
departamento.
Capítulo 3
Briar estaba sentada en su acogedor departamento, esperando la llegada de Demiar. Kadir,
se encontraba en una esquina del salón, disfrutando de la frescura del ambiente gracias a
su afinidad con el hielo. Vestía una blusa con detalles helados que le daban un toque
encantador y unos pantalones negros.. Lennon, se encontraba mirándola de soslayo
sentada en un cojín cerca de la ventana, disfrutando la vista al jardín, Llevaba una blusa y
una falda que le daba un aire bohemio y relajado.
Aspen, estaba explorando la colección de libros mágicos que Briar tenía en una estantería
cercana. Vestía una chaqueta de cuero que reflejaba su personalidad rebelde y unos
pantalones cómodos para moverse con libertad.
Mientras esperaban, Briar comenzó a resumir lo que había charlado con la reina, en la
morgue.
—Ella está preocupada por los asesinatos y no quiere que nos encarguemos de la
investigación—dijo Briar—Mejor dicho no quiere que yo me encargue de la investigación,
pero también le deje en claro que no podía oponerse a eso, así que la investigación es
nuestra.
—Pero…
—Lo único que solicitó la Reina es que aceptemos a miembros de la guardia y a brujas que
nos apoyen, tiene miedo de que algo suceda.
—¿Más brujas y gente de la guardia? Eso podría complicar las cosas—comentó el hada
con preocupación.
Aspen asintió.
—Tiene razón, Kadir. Cuantas más personas estén involucradas, más difícil será mantener
la discreción.
—Eso podría ponerlos en peligro. —Demiar frunció el ceño.—Cuantas más personas sepan
lo que estamos investigando, mayores son las posibilidades de que alguien nos descubra o
traicione.
—Fue terrible ver el estado en el que encontraron el cuerpo —dijo con voz apagada—Es
inquietante pensar que alguien esté usando esta sustancia para hacer daño a nuestra
gente.
—Es una forma cruel y dolorosa de atacar a las brujas —comentó—. Y el hecho de que
estén aumentando las desapariciones solo empeora las cosas.
—El Estramonio es una planta muy peligrosa —dijo—. Pero para nosotras nada más. ¿Así
que la persona a parte de encontrarse dentro de nuestro territorio, conoce de plantas letales
y formas creativas de asesinarnos?
—Exacto, eso es lo que me preocupa. Parece que el culpable tiene conocimiento de magia
o al menos sabe cómo usar el Estramonio para afectar a las brujas de manera letal y para
empeorar la situación nos ataca desde adentro.
Lennon, que hasta ese momento había estado en silencio, levantó la mano con una
expresión intrigada.