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El secreto de los Bosques Eternos

Por: Hyrum Arrocha

En el pintoresco pueblo de Luminara, rodeado de bosques exuberantes, la vida transcurría


en una danza de colores y fragancias. Oliver, un joven de mirada firme y un con gran
curiosidad por lo desconocido, ansiaba descubrir los secretos ocultos en los Bosques
Eternos que se alzaban como guardianes silentes en las afueras de su hogar.

La historia comenzó en el bullicioso mercado del pueblo, donde Oliver se topó con un
anciano de aspecto enigmático, cuyos ojos destilaban sabiduría y misterio. Este anciano,
conocido como Arion, le habló de un portón mágico en el corazón de los Bosques Eternos
y sobre una antigua profecía que hablaba de un reino donde la magia no tenía límites y
que el primer humano en llegar a este lugar podría gozar de esta magia para siempre.
Arion compartió la información con una sonrisa, a lo que Oliver con mucha curiosidad le
pidió al anciano que lo ayudara a hallar la entrada a este lugar en el corazón a los Bosques
Eternos.

Armado con un mapa elaborado por Arion y con un corazón cargado de curiosidad, Oliver
se aventuró hacia los Bosques Eternos. A medida que se adentraba, los árboles se
alzaban como gigantes de esmeraldas, y las flores parecían tejer alfombras de luz bajo sus
pies.
- ¡Ah!, casi me tropiezo con esas raíces, dijo Oliver mientras sorteaba obstáculos que
parecían cobrar vida propia.

Tras días de exploración, Oliver descubrió la puerta mágica cubierta de enredaderas que
conducía al reino encantado de los Bosques Eternos. Al cruzar el umbral, se encontró con
criaturas asombrosas y paisajes que desafiaban la lógica. No pudo evitar asombrarse al
ver a las hadas danzar entre los rayos de luz que se filtraban entre las ramas.

No obstante, una sombra oscura se cernía sobre el reino y esta no podía pasar
desapercibida por Oliver.
- ¡Ay!, me da escalofríos, exclamó Oliver al sentir la presencia malévola que se ocultaba
entre las sombras.

Su aventura se volvía más intrigante a medida que descubrió que las sombras que vio se
volvieron más fuertes al momento de que cruzo el umbral y amenazaba con sumir todo en
una oscuridad interminable. En su búsqueda de respuestas, Oliver se encontró con
Lysandra, una hada sabia cuyas alas destilaban polvo de estrellas.
- ¡Wao!, nunca imaginé conocer a alguien tan fascinante", murmuró Oliver, impresionado
por la belleza y la sabiduría de la hada.
Lysandra le reveló la verdad detrás de la profecía: un antiguo hechizo creado por un mago
oscuro había dividido a las criaturas del reino, creando facciones enfrentadas que
amenazaban con desatar un conflicto que sumiría todo en un éxtasis de sombras eternas,
este hechizo se volvería más fuerte cuando un humano cruzara el umbral de los bosques
eternos, dejando así una abertura por la cual la oscuridad podría adentrarse al mundo
exterior. Oliver lleno de dudas pregunto a Lysandra:
- ¿Cómo se llamaba este mago oscuro?
-Su nombre es Arion, respondió Lysandra.

Oliver al oír este nombre unió los hechos en su mente y se percató que todo esto era un
plan creado por Arion, para que la oscuridad pudiera no solo estar dentro de los Bosques
Eternos, sino que también causara caos en el mundo exterior.
-Todo es mi culpa, dijo entristecido Oliver.

Lysandra habló con Oliver y le explico que no todo estaba perdido, aún había esperanza,
por lo que juntos decidieron enfrentar el conflicto inminente.

Decidido a evitar la catástrofe, Oliver se unió a Lysandra y a otros seres mágicos. Entre
ellos, destacaba Aegis, un poderos guardián centenario con armadura de hojas de plata, y
Seraphina, una bella sirena cuyo canto tenía el poder de calmar la discordia. El conflicto
de la historia se tejía en torno a la misión de unir a las facciones y restaurar la armonía,
cosa que no era fácil mientras el hechizo permaneciera activo.
- ¡Uff!, esto será más complicado de lo que pensaba, admitió Oliver mientras enfrentaban
desafíos épicos, desde criaturas místicas hasta enigmas.

Todas estas pruebas y desafíos eran puestos por Arion, necesitaba detenerlos y que no
lograran su objetivo, todo esto mientras la sombra amenazaba con consumir todo a su
paso.

Con valentía e ingenio, Oliver y sus compañeros lograron encontrar el lugar donde
provenía el hechizo del mago Arion; era un cristal oscuro que tenía dentro el origen de todo
el mal, con el poder y la unión de sus fuerzas lograron romper el cristal y así deshicieron el
hechizo de aquel malvado mago, este perdió todo su poder, pero prometió que un día
volvería. Los cuatro héroes lograron reconciliar a las facciones enemigas al disiparse la
oscuridad, la luz volvió a brillar en el reino encantado y un éxtasis de colores llenó el aire.
- Lo logramos amigos, Dijo Oliver mientras presenciaba la transformación mágica que se
desataba a su alrededor.

Lysandra, Aegis y Seraphina expresaron su gratitud a Oliver por ayudarles a acabar con la
maldad y desaparecieron en un destello de magia, prometiendo que sus caminos se
cruzarían nuevamente.

Al final, Oliver regresó a su pueblo como un héroe, portando la sabiduría de los Bosques
Eternos. Contó historias de criaturas mágicas, facciones enfrentadas, enigmas y la fuerza
transformadora de la unidad. El pueblo de Luminara, inspirada por su relato, abrazó la
magia que se escondía en su propio entorno, prometiendo cuidar y proteger la armonía
que compartían con los Bosques Eternos.

Y así, la historia de Oliver se convirtió en un cuento que trascendió generaciones,


recordándoles a todos que la verdadera magia yace en la conexión entre los seres
mágicos y la naturaleza, una conexión que, cuando se cuida y se preserva, puede iluminar
incluso las sombras más oscuras.
-Qué historia tan increíble, susurraban los habitantes de Luminara cada vez que
escuchaban el increíble relato.

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