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CANTOS MELODIOSOS

En mi llaqta (<<pueblo>>) natal llamado Sanchirio Palomar, ubicado en la


ceja de la selva peruana. Cuenta una mamay (<<señora>>) que uno de
los trabajadores que se dedica en la chacra (<<tierra agrícola>>) de su
qusa (<<esposo>>) había desaparecido, no sabían el porqué de su
desaparición, y además el pago mensual que recibía no había sido
reclamado por el trabajador de chacra.

Uno de los trabajadores le dice al qusa:


- Mi masi (<<colega>>) desaparecido había tomado bastantes copas de
sirwisa (<<cerveza>>) y cañazo (<<trago>>) un día antes que
desaparezca.

El qusa pensando que pudo haberse perdido cerca del llaqta, mando a
algunos de sus otros trabajadores de chacra a buscarlo. Paso mucho
tiempo y ya casi era noche, y justo empiezan a llegar aquellos
trabajadores de chacra en la búsqueda de su masi.

El qusa con desesperación les pregunta:


- ¿Lograron encontrar a mi trabajador? – pregunto el qusa.
- Lo siento mucho mi patrón no logramos encontrar a nuestro masi (con
una expresión triste y desolada) – dijo el trabajador de chacra

El qusa insistía en buscarlo, entonces el también iba a buscarlo con sus


trabajadores y asi pasaron los días y ya casi completaban una semana
de su desaparición.

Hasta que un día casi media noche los trabajadores se fueron a festejar
por la buena Aymuray (<<cosecha>>) que tuvieron y con el pago
mensual, todos bebían cañaso y sirwisa, pero uno no tomaba por que
quería volverse santo. Al terminarse las bebidas que tomaban se fueron
a la wasi (<<casa>>) del qusa a dormir, pero tenían que pasar por el
puente.

Empezaron a llegar al puente cuando escucharon cantos y sonidos de


bailes que provenían del agua, los inocentes y machasqa (<<ebrio>>)
hombres no pudieron resistir el querer tirarse al rio por lo atrayente que
eran.
- La larai la larai (zapateos).
- La la la
El que no tomo ninguna gota de cañaso o sirwisa se asusto mucho y
empezó a orar:
- Dios santo sálveme de lo que este ocurriendo debajo del puente y
adentro del agua.

Los masis, que salían de su machasqa, empezaron a entrar en razón y


concordaron con su masi, entonces se fueron corriendo, gritando, y muy
alterados.
- ¡AAAAAA!, no es posible! – dijo uno de los machasqa.
- ¡Es extraño, que miedo atatau! – dijo otro de los machasqa.

Llegaron a la wasi del patrón y se quedaron dormidos de tanto correr, al


día siguiente se lo contaron a su patrón.
- Oiga mi patrón ayer en la noche pasamos por el puente y escuchamos
cantos melodiosos que casi nos hizo tirarnos al agua – dijo uno de sus
trabajadores.
- Mi patrón casi nos caemos al agua por los cantos – dijo otro trabajador.
- por favor mi patrón tenga cuidado al pasar por ahí, puede llevárselo las
sirenas – dijo un trabajador.
- Cállense y empiecen a trabajar, envés de hablar tonterías muevan la
mano – dijo el patrón.

Ya atardeciendo el qusa estaba pensativo volviendo de su chacra a su


wasi. Tuvo que pasar por aquel puente y también escucho esos ruidos.
- La larai la larai (zapateos).
- La la la
Esos cantos lo atraían a entrar al agua pero él se tapó los oídos y se fue
corriendo hacia su wasi asustado y por lo que acababa de presenciar.

Cuando llego a su wasi llamo a todos los trabajadores para hablar sobre
lo que le sucedió
- Volviendo de la chacra me llamaban unas voces que querían que entre
al agua – dijo el patrón.
- Sí, nos pasó pero nos fuimos corriendo porque era extraño y
misterioso - dijeron los trabajadores
- Que son esas personas debajo del agua? – dijo un trabajador.
- Puede ser una sirena, porque en las mañanas veo mujeres sentada al
costado del rio – dijo otro trabajador
- Yo también vi una mujer en el rio mitad pez – dijo un trabajador
- Entonces nuestro masi se metió al rio por eso no lo encontramos ni
hubieron pistas – dijo otro trabajador.
- Es muy peligroso pasar por el puente cualquiera que pase por el
puente tendrá que taparse los oídos y pasar rápido, si no quiere morir –
dijo el patrón.
Cuando algún poblador llegaba a pasar por ese lugar se tapaban los
oídos y pasaban corriendo por las noches ya que ese era el momento en
el que salían a cantar su canción atrayente y llevarse alguna que otra
persona.
Algunos creían que si dejaban comida frutos y bebidas, las sirenas
dejarían en paz a los pobladores.
Así paso el tiempo hasta que ya no se escuchaban cantos o sonidos de
baile. Sin embargo aun se cuenta esta historia con mucho recelo.

FIN

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