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Cómo citar este artículo/Citation: De Llera Esteban, L. R. Copyright: © 2016 CSIC. Este es un artículo de acceso abierto
(2016). Ortega y las Meditaciones del Quijote. Arbor, 192 (782): distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons
a367. doi: http://dx.doi.org/10.3989/arbor.2016.782n6012 Attribution (CC BY) España 3.0.
RESUMEN: Este trabajo pretende conmemorar al mismo tiem- ABSTRACT: This work celebrates both Meditations on Quixote
po Meditaciones del Quijote (1914) de José Ortega y Gasset y la (1914) by Jose Ortega y Gasset and the great work of Cervantes,
obra magna de Cervantes, la segunda parte del Quijote, cuyo the second part of Quixote, whose Centenary was celebrated in
centenario se cumple en 1915. Se han resumido algunos de los 1915. Some of the most recent works by excellent Orteguian
últimos trabajos de excelentes orteguianos que han propuesto writers propose old and new theories to understand and
viejas y nuevas teorías para comprender y desentrañar el pri- interpret the first book of the philosopher of El Escorial.
mer libro del filósofo del Escorial. Algunos de ellos han consi- Some of them considered Ortega’s first book to provide
derado que en el primer libro de Ortega se encuentran los fun- the foundations for all his later philosophy. Another writer
damentos de toda su filosofía posterior. Otros han observado la focused on the influence and rivalry of Ortega with Husserl
influencia y la rivalidad de Ortega con las filosofías de Husserl y and Heidegger philosophies. Here, we attempt to balance the
Heidegger. Por nuestra parte hemos querido equilibrar la con- controversy, pointing out that some traces of the principal
troversia afirmando por una parte que algunos vestigios de las mature works of Ortega are included in Meditations, but not
principales obras de madurez de Ortega se encuentran en Me- enough to conclude that the young philosopher of 1914 had
ditaciones, pero no lo suficiente como para poder afirmar que completed his philosophic itinerary. We find the same Ortega,
el joven filósofo de 1914 había concluido su itinerario filosófico. who continually repeated that philosophy is an evolution and
Es el mismo Ortega que repite continuamente que la filosofía changing of points of view, enabling the thinker to keep abreast
es evolución y cambio de punto de vista, porque, entre otras of the times.
cosas, el pensador necesita estar a la altura de los tiempos.
zado con la muerte del filósofo en los años Cincuen- sabiendo como sabemos que Ortega en aquellos mo-
ta. No podemos rechazar totalmente todos los puntos mentos tenía sus ojos puntados hacia Alemania. En el
de vista; en primer lugar porque en parte son verdad. primero se lee: “Yo debo gratitud a este libro; leyén-
También porque se trata de orteguianos muy bien for- dolo he sentido lo que mucho tiempo hace no había
mados y con a sus espaldas muchos centenares de pá- podido gustar: la emoción católica” y con su prosa en-
ginas sobre la obra del llamado filósofo de El Escorial. volvente y atractiva continua: “Mas esta fórmula del
Otras veces los investigadores han usado las Medita- futuro catolicismo, predicada por El santo, nos hace
ciones del Quijote para exponer viejas interpretaciones pensar a los que vivimos apartados de toda Iglesia: si
sobre toda la obra orteguiana. Les damos la razón a los fuera tal el catolicismo, ¿no podríamos nosotros ser
primeros sólo en parte, pues poco se ciñen al texto de algún día católicos?” (Ortega y Gasset, 1982).
1914, a veces descontextualizándolo. Todos sabemos Estas frases merecen al menos un breve comenta-
por experiencia personal, sobre todo si no gozamos ya rio, porque explican en parte su carácter y su estilo.
del ímpetu de la vitalidad juvenil, que nuestro camino Carácter de provocación y estilo ensayístico, nada fácil
filosófico, literario y cultural evoluciona por progresos de contestar porque mezcla su negación a los católi-
internos y circunstancias externas. Las nuevas lecturas cos y su apertura a las novedades. Es decir, y como he
de Ortega, así como la evolución de la historia y de la escrito en otro lugar, una religión al alcance de todos,
sociedad, cambiaron lógicamente su perspectiva. pero no gracias a una elaboración más simple, sino
Ortega comienza a escribir sus primeros artículos acomodada al confort de la modernidad. Por ello Or-
cuando la generación modernista – la mal llamada tega no abriga la esperanza de que su labor dé frutos;
del ‘98 – se imponía en las letras peninsulares y en pero merece fervorosa simpatía. Con todo, el filósofo
particular modo en las madrileñas. En la capital se madrileño nutre una cierta complicidad con el movi-
afirmaban los Machado, Azorín, Baroja, Valle-Inclán y, miento reformista, no solo por un motivo de moda o
también, Maeztu y Unamuno. Sabía que para afirmar- de altura de los tiempos, no, Ortega tenía la sensibi-
se en la cultura española se vio obligado a superarlos lidad cultural y el olfato adecuado para lo nuevo tan
culturalmente a través de sus artículos y correspon- suficientemente desarrollado como para comprender
dencia y finalmente con su primer libro Meditaciones la finalidad de fondo del Modernismo (De Llera Este-
del Quijote. Había que tener en cuenta que la mayoría ban, 2012, p. 165.)
de ellos eran literatos con intereses filosóficos, pero A este propósito escribía: “Una Iglesia católica am-
a excepción de Maeztu y Unamuno no conocían bien plia y salubre, que acertaba a superar la cruz de anti-
los sistemas filosóficos que se habían desarrollado nomia entre el dogmatismo católico y la ciencia, nos
en Europa durante la segunda mitad del siglo XIX y parecería la más potente institución de cultura: esta
el primer tercio del siglo XX. Por tal motivo, Ortega iglesia sería la gran máquina de educación del género
no quería enfrentarse a ellos mediante la exposición humano (Ortega y Gasset, 1982, p. 430)”. Una vez más,
de un sistema filosófico, entre otras cosas porque su Ortega mide y juzga el valor del Modernismo desde
preparación al respecto no era completa y además el punto de vista sociológico, por su posible validez
porque en casi toda su obra eligió un género que se lo para reformar las conciencias y la actitud de la colec-
prohibía: el ensayo (De Llera Esteban, 1999; De Llera tividad española entre el viejo y permanente dilema
Esteban, 2009). de la doble verdad, la científica y la filosófica. Para
El ensayo es un género conocido en la España realista nuestro pensador laico, la Iglesia católica arrastraba
y sobre todo modernista. No resulta extraño, pues, que demasiadas reglas en su largo recorrido histórico. Era
Ortega se dirigiera a la cultura precedente con el mis- preciso, por un lado, podar el árbol dogmático, de-
mo género y con contenidos entrecruzados y diversos masiado frondoso para el clima intelectual moderno,
de literatura y filosofía, pues el Modernismo fue una dar mayor fluidez a la creencia, utilizar la pesadumbre
corriente cultural que a partir de la rebelión contra la ideológica: se hacía forzosa una reforma de las letras
neo-escolástica pasó en seguida a la literatura, a la filo- católicas. Ortega ve en el Modernismo la posibilidad
sofía y a las ciencias (De Llera Esteban, 1994c). de conciliar ciencia y fe o, mejor dicho, que la ideo-
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logía se abriese a la ciencia y en ese sentido conciliar generación del cambio, la primera del siglo XX, contra
tradición y modernidad y, en cierto modo, España con la que había más que luchar y perfeccionar. Pero de
Europa. Como ya expliqué, “El filósofo laico aplaude momento el camino se presentaba largo y en subida.
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el Modernismo en cuanto promotor de una reforma Modernistas eran Rubén Darío, Antonio Machado,
dentro de la Iglesia para que, superando las incompa- Azorín y Baroja (Romero Samper, 1994), además de
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lera etc. poco tienen que envidiar a la de los Darío, idealismo racionalista de Marburgo para conciliar la
Azorín, Baroja etc. De cualquier modo, el rechazo de cultura del concepto con la cultura de la vida, que tra-
Ortega contra la cultura y el pensamiento precedente ducido a su ambiente madrileño significaba la inte-
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resulta siempre evidente. Respecto a este último to- gración de España en Europa, así como la doble pers-
dos concuerdan que después de su educación jesuíti- pectiva de cultura germánica y latina. La primera se
Ortega y las Meditaciones del Quijote
ca en los centros de Málaga y de Bilbao se alejó de la afianza en las profundidades, la segunda resbala en la
filosofía católica, especialmente de la escolástica. Del superficie. Pero ello no quiere decir que de la cultura
socialismo utópico y marxista español escribió poco española no pueda ser recuperado nada importante
o nada. Resulta más problemático discernir acerca de para la cultura en general. Mas con una diferencia
sus ideas sobre el krausismo y la Institución Libre de decisiva en contraste con el Quijote de Unamuno al
Enseñanza. No cabe duda de las admiraciones y bue- rector de Salamanca le importaba el protagonista,
nas relaciones personales que compartía con algunos a Ortega, Cervantes. El primero estaba enamorado
de sus miembros; entre otro Giner de los Ríos y Costa. del vitalismo aventurero del Quijote, el segundo de
Pero también es verdad que en una carta dice que la la gran empresa humanizadora de Cervantes. Boni-
filosofía de Sanz del Río en la España de 1908 poco o lla termina su artículo escribiendo la siguiente frase:
nada contaba. Ortega ha escrito a propósito: “Se ha “Las Meditaciones del Quijote buscaban un terreno
hablado del famoso krausismo español. Pero los krau- sólido en el que fundamentar un nuevo renacer de
sistas españoles eran lo que suele decirse excelentes la cultura occidental – de la española en particular y
personas y malos músicos. Han influido bastante y de la europea en su conjunto. El tema, que más tar-
con noble sentido en la vida española, pero de Ale- de calificó Ortega ‘De nuestro tiempo’, quedaba solo
mania conocían solo a Krause. Ni siquiera sobre Kant apuntado. Más tarde lo desarrolló en su filosofía de la
o los románticos contemporáneos de Krause tenían razón vital e histórica, uno de los intentos más serios
ideas claras. Comprenderá el lector que encontrarse del siglo XX para entender al yo en la circunstancia, al
en un desierto con el heteróclito Krause, así aislado, hombre en el mundo, al individuo en su paisaje (Za-
sin consecuencias ni concomitantes, es una escena mora Bonilla, 2014, p. 7)”.
sobremanera cómica (Ortega y Gasset, 2004, vol. 2,
p. 21)”. Algún tiempo antes en carta a M. B. Cossío, Sin embargo echo de menos citaciones textuales del
se había pronunciado duramente contra la filosofía primer libro de Ortega. Probablemente el conocido
de Krause: “Para mí la metafísica en su sentido rigu- orteguiano ha sido exprimido por muchos congresos
roso – por ejemplo la de Krause – está más muerta y participaciones en libros colectivos. Las cosas son
que nunca. Este sentido consiste en querer que una las que son y resulta difícil estirarlas (Ortega y Gasset,
misma realidad – la tierra, la vida – es susceptible de 2004, vol. 2, p. 21).
dos elaboraciones intelectuales diversas: una física y Pedro Cerezo Galán (Cerezo Galán, 2014, pp. 12-13)
otra metafísica. Yo creo que hay una metafísica, pero escribe que Ortega en Meditaciones juega con dife-
que ha de entenderse por ella que existen problemas rentes niveles de la realidad pero el más relevante es
no sólo no resueltos, sino insospechados por las otras el que denomina Realismo poético; tomando el texto
ciencias (Ortega y Gasset, 1990, 1 de noviembre)”. de Ortega sobre el bosque que rodea al Escorial afir-
ma que “la realidad inmediata es solo pretexto para
2. NUEVA BIBLIOGRAFÍA SOBRE MEDITACIONES DEL que lo demás se haga oculto y distante […] al andar
QUIJOTE en él se nos abren diferentes perspectivas según la
El número de mayo de 2014 (n. 396) Revista de Oc- situación y el interés del caminante […] en suma, el
cidente ha sacado un monográfico sobre Meditacio- bosque es siempre en cada momento el correlato de
nes del Quijote, casi todos los artículos de gran valor mi viviente subjetividad”. La vida como correlación
en el orteguismo español. El primer trabajo lleva la del yo viviente y su circunstancia. Son voces de lo-
firma de Javier Zamora Bonilla (Zamora Bonilla, 2002, gos ocultos del bosque. “¿De qué habla Ortega? Del
p. 656). Para él, siguiendo a Ortega, las Meditaciones bosque, del mundo, de la vida, del logos, de la verdad
son ensayos de amor intelectual. “La conceptualiza- desveladora. ¿No apuntan todos estos nombres en
ción de la cosa nos permite distinguirla de las demás, la realidad?”. Nos parece que Pedro Cerezo Galán se
pero al mismo tiempo los límites del contexto mere- propone diferentes preguntas a las cuales responden
cen su conexión con el resto del mundo. No se pue- los textos orteguianos no con excesiva claridad pero
den entender las cosas si se ven aisladamente”. Se- si lo suficiente como para distinguir entre el bosque y
gún Bonilla, Ortega en 1914 había abandonado ya el la verdad desveladora. Es verdad que el bosque, para
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Ortega, es una multiplicidad de perspectivas, pero la ver con la gnoseología de Ortega, pero no estaría de
verdad desveladora resulta muy heideggeriana como sobra profundizar entre la aproximación a la existen-
para introducirla en la filosofía del joven Ortega. Ha- cia de ambas filosofías. Es necesario recordar que en
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bría que hablar del binomio vida y cultura, aprecia- el período en el que le tocó vivir a Rosmini estaban de
ción que no le escapa al eximio investigador, porque moda las filosofías idealistas y no las existencialistas.
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muy bien esta dicotomía cuando aclara: “Para evitar El conocido y profundo conocedor de la obra de Or-
tales extremos mórbidos hay que pensar en un nue- tega Jaime de Salas titula su trabajo Las Meditaciones
vo régimen de convivencia irónica entre facticidad del Quijote y el problema identitario (De Salas, 2014).
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y sentido, como a la dimensión interna a la misma El mismo autor había publicado ya sobre el argumento
realidad (Cerezo Galán, 2014, pp. 20-26)”. Es verdad el trabajo Ortega, lector de Nietzsche. Las Meditacio-
Ortega y las Meditaciones del Quijote
también que volviendo a la vida como realidad ra- nes del Quijote frente a Meditaciones Intempestivas II
dical y anticipando en cierto modo a Heidegger Or- (De Salas, 1994). El trabajo parte del principio que el
tega escribe (citado con sorpresa por Cerezo): “Mas hombre vive necesariamente con los demás y de esta
la realidad es un simple y pavoroso estar ahí. Pre- interrelación nace el conocimiento, la sociedad y la
sencia, yacimiento, inercia. Materialidad” (Ortega y cultura. Tal intercomunicación crea la perspectiva: “La
Gasset, 2004, I, p. 814). noción de perspectiva, como algo que se adquiere en
Compartimos en buena parte el trabajo de un estu- la medida en que el individuo se incorpora a una for-
dioso valioso de la obra de Ortega. Quizás no hubie- ma de conversación colectiva, aparece como el con-
ran sobrado las referencias al poder de la voluntad cepto general de la obra (De Salas, 1994, p. 51). J. de
para pasar de lo real a lo ideal, de la vida mostrenca Salas aplica los términos interdependencia y perspec-
a la cultura. tiva a lo social, recordando que con cercanía temporal
a Meditaciones Ortega publicase Vieja y nueva políti-
Eduardo Martínez de Pisón analiza algunos aspec- ca. Podríamos decir, con todas las diferencias que se
tos del período orteguiano analizado. Nos referimos quieran y que seguramente serían justas, que el pre-
por ejemplo al regeneracionismo y a la importancia sente trabajo sobre el sentido de la sociedad de Jaime
del paisaje en Meditaciones del Quijote. Cita a J. Costa de Salas se trabaría bien con el precedente sobre el
y Lucas Mallada, preocupados por los males de la pa- paisaje de Martínez de Pisón: “Constituye un esfuerzo
tria y por los males geográficos. Pena que Martínez de de comunicación que tendría una dimensión prefor-
Pisón no hubiera aprovechado la ocasión para definir mativa en la medida en que además de comunicar,
al grupo llamado por la historiografía regeneracionis- crea – o recrea – el medio ideal que está comunicando
ta, distinta de la modernista; es decir, de la mal llama- […] el sujeto hace su vida desde las ideas, conceptos,
da Generación del ‘98. atendiendo a las características de la circunstancia (De
Sobre el paisaje, argumento relacionado también Salas, 1994, p. 52)”.
con el geográfico, Martínez de Pisón nos recuerda una Salas subraya las diferencias políticas y sobre
conferencia poco posterior a Meditaciones del Quijo- todo sociales existentes entre las circunstancias de
te, titulada Temas del Escorial que en realidad resul- 1914 y 2014. Antes cada nación y los hombres que
ta continuación de las primeras páginas del libro de la habitaban tenían conciencia de puntos de refe-
1914: “Nos vuelve a llevar a la sierra del Guadarrama rencia común para definir la propia identidad na-
para mostrarnos, de su mano y también de la de Gi- cional, pero ahora la salida natural al mundo por
ner, por una parte, los elementos geográficos que la los puertos de Guadarrama o el campo de Ontígola
componen en sus lomas y valles, con los que dialo- carecería de sentido gracias a la comunicación y a
gan las sensaciones y, por otro lado, una idea de su la globalización. Escribe Jaime de Salas: “No es que
entidad como proyección del hombre sobre lo que le exista un nivel más bajo intelectualmente hablan-
rodea. Ortega acaba por concluir: ‘No hay yo sin paisa- do, sino que la particularidad de vivir en un sitio,
je’. El paisaje es el horizonte de la vida, de modo que aún cuando afecte a la vida cotidiana, de por sí tien-
la fidelidad a nosotros mismos necesita la fidelidad de a no ofrecer puntos de referencia comunes (De
al paisaje: ‘El patriotismo es ante todo la fidelidad al Salas, 1994, p. 57)”. En las últimas páginas el autor
paisaje […] la patria es el paisaje (Martínez de Pisón, hace referencia comparativa con La rebelión de las
2014, p. 44)”. masas y la teoría de ideas y creencias. Si bien sean
Hace bien el autor del comentado artículo en ocu- páginas muy bien trabadas, poco tienen que ver, a
parse del paisaje, porque Ortega inicia de este modo nuestro modesto entender, con las Meditaciones
sus Meditaciones del Quijote y también el paisaje del Quijote, ya que el Ortega de 1914 poco se pare-
conforma las circunstancias y por lo tanto al yo. Ade- cía, a pesar de sus intuiciones del futuro, con el de
más porque el paisaje no solo es espacial sino tam- 1929, tratándose sobre todo de un filósofo en con-
bién temporal y explica la evolución del hombre con tinua evolución, que hizo de ella uno de los puntos
su entorno. esenciales de su pensar.
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Antonio Gutiérrez Pozo insiste ya desde el título de a las circunstancias que nos presenta el mundo circun-
su ensayo Meditaciones del Quijote como respuestas dante. Crear los valores que provienen del logos del
al nihilismo (Gutiérrez-Pozo, 2014).La influencia deter- idealismo y platonismo, pero ambos dependen de la
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minante ejercida en la filosofía de Ortega por Nietzs- afirmación de nuestra existencia. Antonio Gutiérrez
che y Heidegger, pues “si una filosofía es lo que es en escribe que según Ortega “hay que plantear la convi-
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nes vendrían ganas de decir que el demiurgo, el hom- En fin quisiéramos sacar a relucir un aspecto im-
bre con su razón vital, saca el logos de las cosas. Esta es portante de la circunstancia orteguiana y que yo
pues nuestra interpretación, después de haber inten- hasta ahora – probablemente por despiste o por ig-
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tado completar enteramente el excelente punto de vis- norancia – no he visto en las críticas sobre Ortega a
ta de A. Gutiérrez. Concordamos cuando escribe: “Se su obra de 1914-1918. Nos referimos a la ausencia
Ortega y las Meditaciones del Quijote
trata de desplegar mediante la interpretación cultural de comentarios sobre la Primera Guerra Mundial no
– arte, ciencia, política –la posible plenitud que late en solo por el impacto brutal causado en toda Europa,
cada cosa […] Ortega exige una determinada actitud, sino también por la falta de referencias a las ideo-
un cierto pathos al sujeto salvador: el amor. Solo el logías que la provocaron. Precisamente se ha dicho
amor permite a la subjetividad adoptar la disposición siempre que el período que abarca desde el final de
de apertura y acogida de las cosas que hace ejecutar la Gran Guerra al inicio de la Segunda Guerra Mun-
su proyecto de significación” (Gutiérrez-Pozo, 2014, p. dial fueron los años del fracaso de una Europa que
92). No podemos decir que estos textos orteguianos se consumió con la muerte y la destrucción. Y que
no provengan directa o indirectamente de Meditacio- ese fracaso de mala conciencia individual y colectiva
nes del Quijote, como han hecho otros intérpretes de provocó el existencialismo negativo en los literatos y
Ortega que para explicar estos conceptos han utilizado filósofos, además, naturalmente que en los hombres
demasiado las obras de madurez. y los pueblos (De Llera Esteban, 1994c).
A. Gutiérrez menciona frecuentemente, y con ra- El último ensayo del número monográfico de Re-
zón, a Platón, tantas veces citado por Ortega en las vista de Occidente, mayo 2014 sobre Meditaciones
Meditaciones del Quijote. En contra del nihilismo del Quijote lo firma Ángel Pérez con un título más
que le tocó vivir, Ortega discurre sobre el amor como consonante con el primer libro de Ortega: El roble y
contraposición a la filosofía de Nietsche y Heidegger. el fresno: Cervantes y Ortega. Al inicio señala la posi-
“Para el odio el mundo es un desierto de ideales, sim- bilidad, siguiendo al amigo Francisco José Martín, de
ple materia; para el amor, una maravilla santa y sa- si las interpretaciones han hipertrofiado su lectura.
grada, con un eterno potencial de sentido, valores e Principio con el que concordamos. Recuerda también,
ideales. El mundo mirado sin amor es un páramo sin factor importante, las intensas relaciones epistolares
sentido, algo inhóspito, y la vida entonces no vale la y personales que mantuvo con su amigo y lector del
pena ser vivida. Cuando Platón comprendió el amor Quijote Navarro Ledesma (Gracia, 2014). Además pa-
como apetito de belleza, como afán de lo mejor y de la rece ser que su maestro Herman Cohen leyó también
perfección, vislumbró que solo él, como descubridor la obra cervantina gracias a su alumno español. Por
de verdad y sentido, puede fundar una auténtica exis- otra parte cita entre las lecturas alemanas G. Sinmel,
tencia humana” (Gutiérrez-Pozo, 2014, p. 93). que a nuestro parecer fue uno de los filósofos que
más influyeron en Ortega (De Llera Esteban, 1991).
Probablemente no pertenecía a la intención del au- Otro argumento interesante de este artículo sugesti-
tor cristianizar a Ortega, pero lo ha conseguido. Ya sa- vo de Ángel Pérez reside en considerar difícil el estilo
bemos que la experiencia del joven José, primero con cervantino y más aún, añadiríamos nosotros, aplicar-
los jesuitas de Málaga y después con los de Deusto, lo a la filosofía. El crítico lo demuestra con una cita
le apartó totalmente del catolicismo que no volvió a de Ortega: “¡Ah! Si supiésemos con evidencia en qué
recuperar. Sin embargo en otro momento de su obra, consiste el estilo de Cervantes, la manera cervantina
tratando sobre los innumerables – infinitos – puntos de acercarse a las cosas, lo tendríamos todo logrado.
de vistas existentes en el universo, afirma que Dios Porque en estas cimas espirituales reina insuperable
sería la suma de todos ellos. Probablemente el filóso- solidaridad y un estilo poético llega consigo una filo-
fo eligió este ejemplo comparativo con fines exclusi- sofía y una moral, una ciencia y una política. Si algún
vamente didácticos. De cualquier modo, el vitalismo día viniera alguien y nos descubriera el perfil del estilo
optimista de Ortega y su afán por llegar a una filoso- de Cervantes, bastaría que prolongásemos sus líneas
fía, una política y una moral que ayuden a mejorar la sobre los demás problemas colectivos para que des-
sociedad de España y la identidad de los Españoles pertásemos a nueva vida (Ortega y Gasset, 2004, I, p.
resulta evidente. Y Meditaciones del Quijote, quizás, 793)”. Don Quijote está loco de frente a sus circuns-
conlleve como fin principal mejorar las circunstancias, tancias, altera la realidad temporal en que vive, pero
no tanto con el fracasado Don Quijote como por su su locura no altera las certezas sociales y morales de
autor, Miguel de Cervantes. Y esta puede que sea la la sociedad de su época, es como si el caballero an-
explicación de porque tituló así su primer libro. dante se hubiera apartado de su mundo para recrear
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otro mejor; consiste en la recreación de la idea que se Para Jordi Gracia el programa filosófico de Orte-
eleva encima de la realidad mostrenca. Como escribe ga como su retirada de la política entra en crisis en
Ángel Pérez “Don Quijote está loco, pero es capaz de 1929: “En el primer caso porque emerge un nuevo
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comprender las injusticias cometidas contra los con- jugador imprevisto en el terreno de la alta filoso-
denados a galeras, de intentar rescatar al mozo An- fía – Martin Heidegger – y en el segundo porque la
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3. EL TEXTO llevar a engaños. En el último caso Ortega escribió La
deshumanización del arte en 1925, once años des-
Meditaciones del Quijote, el primer libro de Ortega,
pués de Meditaciones del Quijote y estaba dirigida a
a367 fue también el primer libro de la “Serie II” de la Resi-
los vanguardistas españoles que en 1914 casi ninguno
dencia de Estudiantes, dirigida por el poeta y, en ese
había publicado aún nada, excepto Ramón Gómez de
momento, amigo Juan Ramón Jiménez a quién Alber-
Ortega y las Meditaciones del Quijote
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que la filosofía no significa erudición. Meditaciones mundo es una perspectiva. Más fácil habría resultado
en este sentido no pretenden ser eruditas. Tampoco si hubiera dicho que el mundo es un conjunto inde-
la obra es esencialmente filosófica, porque la filosofía terminado de perspectivas, porque perspectiva quie-
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es ciencia, mientras las Meditaciones son ensayos y re decir punto de vista. ¿Pero de quién? Podría ser el
el ensayo es la ciencia menos la prueba explícita. “Yo divino, si Ortega hubiera sido creyente. La interpreta-
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necesita reflexión y voluntad. “Estas realidades su- da únicamente la materia difusa y plasmable de cada
periores son más poderosas; no caen sobre nosotros objeto; nos da la impresión de las cosas, no las cosas”
como sobre presas. Al contrario, para hacerse patente (Marías, 2007, p. 785). Ortega aplica lo dicho a la falta
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nos ponen una condición: que queramos su existencia de integración de la cultura española en la germana,
y nos esforcemos hacia ellas. Viven, pues, en cierto o dicho de otra manera a la falta de apropiación de
Ortega y las Meditaciones del Quijote
modo, apoyadas en nuestra voluntad” (Marías, 2007, los españoles de la estructura cultural de Alemania. A
p. 769). El apartado 6, titulado Cultura mediterránea, la cultura española le falta claridad por ser demasiado
ha sido ya muy comentado. Ortega se opone a menu- impresionista. Claridad no es vida, pero es la plenitud
do a Menéndez Pelayo, autor católico decimonónico, de la vida. “Esto ha solido faltar en nuestras produccio-
cuando recuerda su división cultural entre claridad nes castizas. Nos encontramos ante ellas como en la
latina y nieblas germánicas, en defensa sobre todo vida. ¡Es aquí su gran virtud! – se dice. ¡Es ahí su gran
de la historia cultural española. Ortega, formado en defecto! – respondo yo. Para vida, para espontaneidad,
Alemania y no en Francia como la mayoría de la gene- para dolores y nieblas me bastan con los míos, con los
ración precedente, critica escribiendo que la cultura que ruedan por mis venas; […] ahora necesito claridad,
germánica es superior a la latina. La primera es la de necesito sobre mi vida un amanecer. Y estas obras cas-
las realidades profundas, mientras la segunda es la tizas son verdaderamente una ampliación de mi carne
cultura de las superficies. Pero ¡atención! Entre am- y de mis huesos y un horrible incendio que repite él de
bas no existe una diferencia de claridad porque son mí mismo. Son como yo, y yo voy buscando algo que
dos dimensiones distintas de la cultura europea, sin sea más que yo – más seguro que yo” (Marías, 2007, p.
que ninguna de ella, ni las dos juntas, alcancen nun- 790). En toda la primera obra de Ortega encontramos
ca una claridad absoluta. Sin embargo, ambas razas, en ciernes la idea de lo vulgar y de lo excelso, de lo real
la germánica y la latina, son razas impuras por estar y de lo ideal, el camino de lo más bajo a lo más alto.
mezcladas entre ellas. Hoy como hoy se puede decir Porque si el hombre, como decíamos páginas atrás,
que “para un mediterráneo no es lo más importante la tiene como punto de partida la vida, tiene el deber si
esencia de una cosa, sino su presencia, su actualidad: quiere perfeccionarse pasar de las impresiones a los
a las cosas preferimos la sensación viva de las cosas; conceptos y estos últimos cada vez mejor trabados.
al contrario de los germanos” (Marías, 2007, p. 780). Esta voluntad del hombre de levarse por encima de la
Estos germanos son meditadores. Los mediterráneos vida, que no es solo biología – como aprendió en Mar-
miran, observan. De aquí que los germanos sean me- burgo – le sirve para alzarse por encima de la mostren-
ditadores, los mediterráneos sensuales. ca realidad. Se podría decir que aquí esta en ciernes su
Para no perder el hilo de lo que decimos, debemos libro sobre Ideas y creencia y en cierto modo los tres
recordar que las Meditaciones son ensayos sobre ar- volúmenes fundamentales de Ortega anteriores a la
gumentos importantes, pero también banales, y lo Segunda República: El tema de nuestro tiempo (1923),
que pretende Ortega es la delimitación del carácter La deshumanización del arte (1925) y La rebelión de las
español y el europeo. Para nosotros en esta primera masas (1929). En el primero Ortega se enfrenta con los
obra Ortega no pretende, como en otras posteriores, problemas filosóficos o si queremos metafísicos de la
la integración. Es verdad que dedica buen espacio a época, con su teoría de la razón vital y con la intención
explicar que cada cosa es fecundada por las demás. de superar el realismo y el subjetivismo. La segunda
“Dirían sí, que se aman y aspiran a maridarse”. Orte- pretende demostrar que el arte vanguardista – el que
ga vuelve enseguida a la distinción entre impresión y publicaba Revista de Occidente y a la que acudían a
concepto. La primera nos proporciona la materia de sus tertulias los más jóvenes literatos – era superior
las cosas, el concepto contiene todo aquello que esa al anterior por ser un arte que superaba a lo que nor-
cosa es en relación con las demás. Pero sí, en Medi- malmente llamamos humano; es decir un arte creativo
taciones anticipa en parte el concepto de razón vital. que no necesitaba de la realidad, de lo que se solía de-
En efecto, la razón es parte, es una función vital. “Muy cir humano, demasiado humano. Un arte para los que
lejos nos sentimos hoy del dogma hegeliano, que hace eran capaces de abandonar el realismo y crear otro in-
del pensamiento sustancia última de toda realidad. Es dependiente de él. Y en fin la tercera obra citada divi-
demasiado ancho el mundo y demasiado rico para que día la sociedad en minorías y masas, en intelectuales y
asuma el pensamiento, la responsabilidad de cuanto gente común. Pero ¡atención! No olvidemos que estas
en el ocurre. Pero al destronar la razón, cuidemos de obras son solo un perfeccionamiento de Meditaciones
ponerla en su lugar. No todo es pensamiento, pero sin del Quijote, por la sencilla razón de que Ortega había
él no poseemos nada en plenitud […] la sensación nos cambiado y sus circunstancias también.
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ARBOR Vol. 192-782, noviembre-diciembre 2016, a367. ISSN-L: 0210-1963 doi: http://dx.doi.org/10.3989/arbor.2016.782n6012
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