0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
4 vistas2 páginas
El documento discute cómo la tecnología ha cambiado las formas de interacción y comunicación permanentemente. Aunque la tecnología no es inherentemente buena o mala, su uso efectivo en la educación depende de comprender sus implicaciones positivas y negativas. El autor argumenta que los jóvenes no están genéticamente predispuestos a la tecnología, sino que pasan más tiempo con ella debido a una falta de educación sobre sus riesgos similares a los de los dulces. El libro aborda cómo fortalecer la educación
El documento discute cómo la tecnología ha cambiado las formas de interacción y comunicación permanentemente. Aunque la tecnología no es inherentemente buena o mala, su uso efectivo en la educación depende de comprender sus implicaciones positivas y negativas. El autor argumenta que los jóvenes no están genéticamente predispuestos a la tecnología, sino que pasan más tiempo con ella debido a una falta de educación sobre sus riesgos similares a los de los dulces. El libro aborda cómo fortalecer la educación
El documento discute cómo la tecnología ha cambiado las formas de interacción y comunicación permanentemente. Aunque la tecnología no es inherentemente buena o mala, su uso efectivo en la educación depende de comprender sus implicaciones positivas y negativas. El autor argumenta que los jóvenes no están genéticamente predispuestos a la tecnología, sino que pasan más tiempo con ella debido a una falta de educación sobre sus riesgos similares a los de los dulces. El libro aborda cómo fortalecer la educación
La forma presente del mundo y el nombre que se le da a la época actual de “era de la
información” se la debemos a la tecnología. Las formas de interacción han cambiado y ya no volverán a ser las mismas; los que esperan el regreso de aquellos tiempos anteriores donde la comunicación se realizaba boca a boca y donde los libros se vuelven en fuentes anacrónicas, deben perder la esperanza, el mundo ha cambiado definitivamente. Al igual que toda herramienta, la tecnología, no es buena o mala en sí, sino que depende de la utilización que se haga de ella. La educación por ejemplo, podría ser uno de los ámbitos que puede aprovechar de la importancia que le dan los jóvenes a los equipos electrónicos, sin embargo, el hecho que no hemos podido entender todas las implicaciones positivas y negativas limita su eficacia.
Se plantea que los jóvenes están genéticamente predispuestos a la tecnología, no creo en
esta afirmación, porque si fuera así también estarían sugestionados con la misma fuerza a los dulces, al juego, al desorden y a otras tantas aficiones y comportamientos que ellos tienen, sin embargo, no dedican tanto tiempo a ninguna de ellas como lo hacen con la tecnología. Muchas veces me he preguntado acerca de cuáles podrían ser esas razones y todavía no tengo la respuesta pero presumo a que a diferencia de los dulces, no educamos a nuestros niños y jóvenes sobre la tecnología, no les recordamos que en mucha cantidad les hace daño, que en algunos casos tienen colorantes peligrosos para la salud, que no deben recibirlos de extraños, que deben aprender a compartirlos y a decidir por ellos mismos cuando comerlos y cuando no. Y este error pudiera estarnos llevando a construir una sociedad que no deseamos, con muchos riesgos e inconvenientes. Este libro trata de esto principalmente, abordando los beneficios de la tecnología únicamente de forma global, a nivel de las naciones, para recordarnos que el camino al desarrollo es el fortalecimiento de la educación y el fortalecimiento tecnológico, dejando de lado el análisis de la utilidad de los equipos modernos a nivel personal. Para que escribir de algo que nos rodea con tanta fuerza, mejor hacerlo de lo que todavía no vemos claro, quizás es necesario iluminar aquello que varios desean tener a oscuras.
La Tecnología y los Jóvenes
Antonio Franco Crespo Universidad Tecnológica Indoamérica Primera Edición: 2012 Quito, Ecuador LA TECNOLOGÍA Y LOS JÓVENES 119 paginas ISBN: 978-9942-11-686-4