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SEGUNDA

ESPECIALIDAD
NUTRICION
LIC. MARCOS HUMBERTO GONZALES YUYAS

DOCENTE: JOSE RAMON SANCHEZ ABANTO


INFODEMIA LA OTRA PANDEMIA DEL COVID 19

El 2 de febrero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) denominó al nuevo coronavirus


como una "infodemia" masiva, en referencia a "la sobrecarga de información (tanto cierta
como falsa) que dificultaba que las personas encontrasen fuentes fidedignas y consejos fiables
cuando los necesitaban". Esta distinción diferencia al coronavirus de los anteriores brotes
virales. Aunque el SARS, el MERS y el Zika causaron el pánico a nivel global, los temores sobre
el coronavirus se han intensificado especialmente en las redes sociales, que han permitido que
la desinformación se propague y florezca a una velocidad sin precedentes, creando un
ambiente de mayor incertidumbre y provocando la ansiedad y el racismo de forma directa y
online.

Por su parte, la OMS ha intentado abordar el problema en colaboración con Twitter, Facebook,
Tencent y TikTok para reprimir la información errónea. Recientemente lanzó una alerta de
Google SOS para llevar la información de la OMS al inicio de los resultados de búsqueda en
cuanto las consultas relacionadas con el coronavirus. También ha estado trabajando con
Facebook para dirigirse a las poblaciones y grupos demográficos específicos con anuncios que
proporcionan información importante sobre la salud. Incluso ha querido acercarse a las
personas más influyentes (influencers) de Asia para intentar controlar la desinformación.

Las redes sociales y las organizaciones de salud también han hecho sus propios esfuerzos.
TikTok ha intentado eliminar vídeos deliberadamente engañosos, destacando en un
comunicado que "no permitiría desinformación que pudiera causar daño a la comunidad o a la
sociedad en general". Facebook también ha decidido eliminar las publicaciones con dudosos
consejos de salud, y Tencent, el propietario de WeChat ha utilizado su plataforma de
verificación de hechos para examinar los rumores de coronavirus que circulan online.

“Las redes sociales tienen influencia para cambiar el comportamiento de las personas para
mejorar sus estilos de vida. Actualmente, las redes han sido testigos de cómo la pandemia por
coronavirus ha ocasionado profundos cambios en el funcionar de la sociedad y el
comportamiento humano no ha sido la excepción” (Kouzy, Abi Jaoude, & Kraitem, 2020).

Las redes sociales pueden promover cambios en los comportamientos de las personas y a la
vez se han convertido en testigos de cómo los seres humanos nos hemos adaptado a la
cuarentena ocasionada por la pandemia del coronavirus. Se realizó una búsqueda de
información a través de metabuscadores para conocer el papel que han tenido las redes
sociales en esta pandemia; los aspectos positivos, negativos y aquello en lo que se puede
mejorar. Para este análisis se han utilizado varios artículos científicos y de prensa confiable.

A raíz del aislamiento y distanciamiento físico, los contenidos en las redes se han multiplicado,
sin embargo, parte de esta información se trata de noticias falsas, alimentadas por el miedo,
que se difunden con muchísima facilidad. La salud mental de muchas personas se ha visto
afectada por la gran cantidad de información a la que están expuestos a través de las redes
sociales y, episodios de ansiedad y depresión se han hecho más frecuentes. Las noticias falsas
o que contengan información no verificada también pueden generar una falsa sensación de
seguridad al asegurar que existen métodos efectivos, distintos a las normas básicas de higiene
y protección personal, de prevención o cura para la enfermedad.

Para el caso específico del Covid19, las redes deberían utilizarse para compartir información
verificada y certera, además de ofrecer datos sobre cuándo las personas deben acudir a buscar
atención médica; cuándo, dónde y cómo pueden realizarse una prueba de diagnóstico y qué
deben hacer con el resultado. Agencias gubernamentales, organismos internacionales de
salud, así como también los mismos administradores de las redes sociales, han intentado
luchar contra la enorme difusión de noticias falsas e información no verificada, sin embargo,
pueden realizar un trabajo más exhaustivo y colaborar con las agencias estatales de salud para
mejorar la comunicación de datos a la ciudadanía y monitorear el avance de la pandemia.

Introducción

Las redes sociales digitales han aparecido apenas desde comienzos del siglo XXI y se han
extendido a todos los continentes y regiones del planeta; se han posicionado como una
herramienta usada por miles de millones de personas. Los adultos jóvenes son importantes
usuarios de estas redes y los investigadores sanitarios han intentado aprovechar esta situación
para implementar estrategias en promoción de la salud e intervenciones para promover
cambios de comportamiento y adopción de estilos de vida más saludables (Klassen, Douglass,
& Brennan, 2018). Estudios han evidenciado efectos positivos al usar las redes sociales para
incidir en las conductas nutricionales de adolescentes y adultos jóvenes (Chau, Burgermaster,
& Mamykina, 2018). Las redes sociales ofrecen plataformas eficientes y fáciles de usar para
promover la participación y compromiso para que las intervenciones de promoción de la salud
sean exitosas (Gabarron, Bradway, & Fernandez-Luque, 2018). Dentro de las redes sociales se
han autoformado líderes de opinión, cuya incidencia también influye en la adquisición de
comportamientos tan variados como, por ejemplo, prevención de VIH o aumento del consumo
de vegetales (Zhang, y otros, 2020).

La pandemia del coronavirus ha trastocado la vida de todos los habitantes de la Tierra, como
ninguna otra pandemia en la historia. Aunque han existido y existen otras enfermedades más
mortales y letales, ninguna ha ocasionado un sismo tan grande. Si bien el protagonista
principal es el SARS-CoV-2, las redes sociales están jugando un papel crucial en el desarrollo de
la emergencia sanitaria; sucesos positivos y negativos han traído las redes sociales a ésta, su
primer gran pandemia. Si bien Twitter y Facebook habían ya ‘nacido’ para la pandemia de
H1N1, hace 10 años no existía la misma cobertura de internet móvil ni teléfonos inteligentes,
además, el número de usuarios de estas redes se ha quintuplicado en la última década (Lean
Factor, 2020).

Metodología

Se ha hecho una revisión de la literatura, artículos científicos, documentales, artículos de


prensa sobre el papel de las redes sociales durante la pandemia de coronavirus (SARS-CoV-2)
de 2020. La búsqueda se realizó en metabuscadores como Google, Google Scholar y PubMed.
Las palabras usadas para la búsqueda fueron: Redes sociales AND coronavirus AND pandemia,
Social Media AND COVID, Social Media AND health behaviour.

Desarrollo

El aislamiento ha ocasionado que personas de todas las edades empiecen o aumenten el uso
de las redes sociales y otras herramientas de tecnologías de información, sea para informarse,
compartir contenido informal con sus seguidores, comunicarse, trabajar, estudiar, entre otros.
Los comportamientos en general se han visto obligados a cambiar -y en algunos casos de
forma abrupta a consecuencia de la cuarentena y las redes son testigos de muchos de estos
cambios.

Las personas se han desinhibido y han empezado a publicar contenido en sus cuentas, que va
desde compartir una fotografía, noticia, creación de vídeos, tutoriales, hasta retos. Los
expertos consideran que es un comportamiento normal al estar en confinamiento, ya que nos
permite proyectarnos y seguir estando ‘‘ahí’’ con los demás (Malvesí, 2020).

Al momento, las redes tienen el poder de marcar la agenda mediática y amplificar la situación
de la pandemia; basta con que un tema se viralice en redes, para que al siguiente día se
convierta en el titular de los noticieros y en el tema para entrevistar a expertos. Además, la
información amplificada puede ocasionar dos escenarios; banalización de la realidad (el
coronavirus es un simple resfriado) o histeria colectiva (Lean Factor, 2020).

Al inicio de la crisis mundial, personas o lugares relacionados a China fueron víctimas de


racismo y discriminación. Las imágenes que el mundo veía del epicentro del coronavirus y el
pánico que esto generaba, ocasionó que se vaciaran restaurantes y tiendas chinas y que
personas provenientes o descendientes de estas regiones, fueran víctimas de violencia en
calles y vecindarios (Depoux, Martin, Karafillakis, & Preet, 2020).

En Wuhan, epicentro de la pandemia, se evidenció un aumento proporcional de la cantidad de


publicaciones en redes sociales de acuerdo con el aumento en el número de casos de COVID-
19; cada 10 casos confirmados, existían 40 nuevas publicaciones. Estos hallazgos fueron
menores en provincias más distantes al epicentro (Li, Xu, Cuomo, Purushothaman, & Mackey,
2020). Sin embargo, hasta el 25% del contenido relacionado a la pandemia del coronavirus
puede contener información errónea y dos de cada diez publicaciones tendrían información no
verificada. Este es un fenómeno que se propaga a un ritmo alarmante y que constituye un
peligro para la seguridad pública (Kouzy, Abi Jaoude, & Kraitem, 2020).

Hasta el 25% del contenido relacionado a la pandemia del coronavirus puede contener
información errónea y dos de cada diez publicaciones tendrían información no verificada. Este
es un fenómeno que se propaga a un ritmo alarmante y que constituye un peligro para la
seguridad pública (Kouzy, Abi Jaoude, & Kraitem, 2020).

Los principales factores asociados a la inmensa divulgación de información errónea son: la


presión de la demanda de información durante la crisis, la facilidad de difusión de la
información a través de las redes sociales, factores culturales, los incentivos de
comercialización y la escasa supervisión legal de los contenidos en línea. Los contenidos más
buscados en redes tienen que ver con temas de estadísticas de la pandemia, tratamientos,
vacunas, métodos de prevención, recomendaciones dietéticas y las formas de transmisión
(Bastani & Bahrami, 2020).

La exposición frecuente a las redes sociales durante la pandemia ha demostrado estar


relacionada con mayor incidencia de ansiedad y depresión. Un estudio en China reveló que el
80% de los encuestados estuvo frecuentemente expuesto a información de las redes sociales y
que los episodios de ansiedad aumentaron en un 72% y, episodios mixtos de ansiedad y
depresión, en un 91%(Gao, Zheng, Jia, Chen, & Mao, 2020). Estos hallazgos hacen imperativo
que los gobiernos y las redes sociales regulen el contenido publicado y promuevan programas
preventivos y curativos enfocados en salud mental.

Un estudio en China reveló que el 80% de los encuestados estuvo frecuentemente expuesto a
información de las redes sociales y que los episodios de ansiedad aumentaron en un 72% y,
episodios mixtos de ansiedad y depresión, en un 91% (Gao, Zheng, Jia, Chen, & Mao, 2020).

Las descargas de aplicaciones han aumentado en estas semanas y, las personas, al actuar con
más emoción que razón, dedican menos tiempo a configurar la privacidad de sus nuevas
cuentas y disminuyen también la conciencia sobre que un vídeo que subimos, en pocos
segundos estará circulando al otro lado del mundo, sin que tengamos control sobre la difsuión
de éste, incluso si lo borramos (Malvesí, 2020).

El miedo actúa como un caldo de cultivo en el que puede proliferar la desinformación y


noticias falsas. La UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y
la Cultura) ha liderado las políticas en contra de las noticias falsas y promover información real
sobre la pandemia y advierte sobre el peligro de campañas de desinformación orquestadas, las
mismas que conllevan a un riesgo al abolir la importancia de un conjunto de hechos certeros
(ONU, 2020).

La falsa sensación de seguridad también puede ser promovida por las noticias falsas sobre
nuevos medicamentos o prácticas que aseguran prevenir la infección o curar el coronavirus.
Estas situaciones pueden poner en peligro muchas vidas. Los creadores de contenido falso
tienen al miedo como su principal aliado, ya que miles de personas comparten este contenido
sin ningún juicio o investigación previa (ONU, 2020).
Los medios más usados para la difusión de noticias falsas son los audios a través de Whatsapp;
desde supuestos médicos con información clasificada del COVID, pasando a policías que
recomiendan abastecerse, hasta denuncias falsas sobre saturación de centros hospitalarios. En
cualquier caso, esta información genera más pánico entre la población y no aporta de ninguna
forma a solucionar los problemas (Sánchez J. , 2020).

Varios expertos buscan otorgarles a las redes ciertas responsabilidades y que asuman un papel
más activo en cuanto a preparación, respuesta y recuperación de las emergencias sanitarias.
Algunas de las acciones que se pueden realizar en respuesta a la pandemia son: controlar las
noticias falsas y dirigir a los usuarios a fuentes confiables, funcionar como herramienta de
diagnóstico y sistema de referencia para aquellas personas que necesitan atención médica,
brindar apoyo psicológico a través de chats online, convertirse en plataformas para la
educación en salud (medidas de higiene, uso correcto de prendas de protección, etc.) y para
capacitación del personal sanitario (Merchant & Lurie, 2020).

Las cuentas de organizaciones gubernamentales en las redes sociales deben también jugar un
papel protagónico para difundir información veraz y oportuna. La información relacionada con
las últimas noticias sobre la pandemia y sobre el manejo de la emergencia por parte de los
gobiernos, conducen a una mayor participación de los ciudadanos ya que les permite reducir
sus incertidumbres. Parece ser que, en momentos de crisis sanitarias, las publicaciones que
contienen texto son más apreciadas por los usuarios, que aquellas con contenido multimedia
(Chen, y otros, 2020).

Twitter y Facebook han intentado contrarrestar la inmensa cantidad de información falsa. La


primera, por ejemplo, al ingresar la palabra coronavirus en el buscador, te recomienda páginas
oficiales para informarse. En España te lleva a la cuenta del Ministerio de Sanidad de ese país.
En países latinoamericanos te aparece la cuenta de la Organización Panamericana de la Salud
(Sánchez, 2020).

Se ha propuesto la creación de mapas en tiempo real que trabajen con datos de tiempo y
espacio (por ejemplo, geocodificación de mensajes y tweets) para ubicar los lugares y
momentos en los que se esté compartiendo mayor cantidad de noticias falsas/rumores. Una
vez ubicados, se pueden implementar estrategias de comunicación con datos reales y de
fuentes fidedignas, con la finalidad de reducir el pánico en las comunidades afectadas
(Depoux, Martin, Karafillakis, & Preet, 2020).

Discusión y conclusiones

Las redes sociales tienen influencia para cambiar el comportamiento de las personas para
mejorar sus estilos de vida. Actualmente, las redes han sido testigos de cómo la pandemia por
coronavirus ha ocasionado profundos cambios en el funcionar de la sociedad y el
comportamiento humano no ha sido la excepción. Se pueden evidenciar aspectos negativos
debido a la gran cantidad de información a la que tenemos acceso, como las noticias falsas,
mayor riesgo de ansiedad y depresión, pérdida de privacidad, entre otros. Sin embargo,
también existen aspectos positivos, como la posibilidad de recrear nuestra mente con
actividades o retos que se promueven en las redes sociales, estar en contacto con amigos y
seres queridos con los que no podemos estar físicamente, trabajar, estudiar, entre otros.

Las redes sociales digitales deben funcionar como un espacio de información y esparcimiento
equilibrado que no cause más daño físico, mental o social del que ya causa la pandemia; tanto
usuarios como administradores de las redes debemos actuar con responsabilidad al crear y
compartir contenido. Por otro lado, las redes sociales también pueden tener un papel más
protagónico al colaborar con la elaboración de mapas en tiempo real que ayuden a los estados
a monitorear el avance de la pandemia.

Un comportamiento esperado durante la pandemia de COVID-19 es el aumento en el acceso y


uso de las redes sociales por parte de todos los grupos de edad y segmentos de la sociedad. Si
antes de las medidas de aislamiento social era común observar a las personas en cualquier
momento con su atención enfocada en la pantalla de sus smartphones, desde el inicio del
aislamiento este hábito aumentó considerablemente.

El uso de las redes sociales tiene varios objetivos, entre ellos el entretenimiento, la
comunicación entre grupos familiares, profesionales o sociales, y especialmente la búsqueda
de información. Un desafío reconocido con esta pandemia es la rápida difusión de información
falsa, las llamadas "fake news", que preocupan a las autoridades, especialmente en el área de
la salud, por difundir tratamientos falsos, medicamentos y curas prometedoras, que no son
más que trampas. Durante la pandemia de COVID-19 la Organización Mundial de la Salud
(OMS) reconoce el papel principal de los medios de comunicación, llamando al exceso de
información - no siempre confiable - de 'infodemia', una pandemia de información, siendo
difícil para las personas reconocer fuentes autorizadas y orientaciones confiables cuando las
necesitan.

Las agencias internacionales como la OMS, incluyendo la Organización Panamericana de la


Salud (OPS), las Naciones Unidas, los Ministerios de Salud y las asociaciones y sociedades
científicas, entre otras, han dedicado páginas en sus sitios web y redes sociales al COVID- 19
con información confiable, respaldada por evidencia científica y la opinión de expertos de todo
el mundo para informar y guiar a profesionales de la salud, educadores, gerentes y tomadores
de decisiones sobre las mejores prácticas y los últimos desarrollos en la pandemia en el ámbito
de sus acciones.

Además, las plataformas de redes sociales firmaron alianzas para proporcionar información de
calidad. Facebook ahora tiene una guía del centro de informaciones COVID-19, Google Scholar
presenta en su página de inicio opciones para buscar artículos científicos sobre la pandemia en
los periódicos internacionales más reconocidos, en los repositorios de preprints medRxiv y en
la página del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC);
Whatsapp lanzó una función para mantenerse conectado durante la pandemia con
información confiable. Twitter, a su vez, cuando muestra resultados con el hashtag #COVID19
en Brasil, sugiere y muestra el enlace al sitio web del Ministerio de Salud.

Estas iniciativas también tienen como objetivo realizar campañas para el lavado de manos,
quedarse en casa, cómo usar las máscaras correctamente, qué hacer si uno tiene síntomas de
COVID-19, cuando buscar un servicio de salud, la atención especial que debemos tener con los
ancianos, las mujeres embarazadas y los niños, etc. Al compartir información calificada y
campañas como las mencionadas en las redes de contactos personales, todos contribuyen con
las autoridades y la sociedad para reducir el contagio y evitar sobrecargar los servicios de
salud.

bir fbEl Centro Latinoamericano de Información en Ciencias de la Salud - BIREME, que forma
parte del Departamento de Evidencia e Inteligencia de la OPS/OMS para la Acción en Salud, en
su misión de contribuir al desarrollo de la salud a través de la democratización del acceso,
publicación y uso de información, conocimiento y evidencia científica, mantiene páginas en las
redes sociales donde publica actividades de cooperación técnica, lanzamientos y
actualizaciones de productos y servicios, entre otros. Sin embargo, en los últimos 30 días, el
foco de las publicaciones en sus canales de Facebook y Twitter ha sido COVID-19,
reproduciendo también las noticias publicadas en las Redes Sociales de la OMS, OPS (sede y
oficinas de países) y a nivel de Brasil, también de la ONU Brasil, el Ministerio de Salud, la OPS
Brasil y PANAFTOSA.

En su página de Facebook, en los últimos 30 días (22/03 al 22/04), BIREME publicó y/o
compartió 52 publicaciones, que tuvieron 679 visualizaciones de página, 1.897 interacciones
con la publicación y 8.016 personas alcanzadas. Entre estos, los que tuvieron mayor alcance
fueron: el lanzamiento de la base de datos de evidencias sobre el COVID-19 de la OPS/OMS,
del 04/04, con 1.066 personas alcanzadas; el lanzamiento de la Vitrina del Conocimiento
COVID-19, del 19/03, con 2.291 personas alcanzadas, y la publicación que reúne las fuentes
más recomendadas de información científica y técnica sobre el COVID-19, del 30/03, con 3.145
personas alcanzadas. De las noticias no relacionadas con la pandemia, tuvo gran impacto la
celebración de los 22 años de la Biblioteca Virtual en Salud del 27/03, con 1.138 personas
alcanzadas.

twitterEn su perfil de Twitter, BIREME publicó o retuiteó 29 tweets en los últimos 28 días, lo
que motivó 1.252 visitas al perfil, 61.900 impresiones y 36 menciones. En abril, el tweet más
destacado fue una transmisión en vivo del Director Adjunto de la OPS/OMS, Dr. Jarbas Barbosa
da Silva, sobre el uso de máscaras en COVID-19, que tuvo 14.4 mil impresiones. El tweet con
medios de destaque fue sobre el lanzamiento de la base de datos de evidencias sobre el
COVID-19 de la OPS/OMS, con 10.200 impresiones. En el mes de marzo, el tweet más
destacado fue sobre la Vitrina del Conocimiento sobre COVID-19, con 25.800 impresiones, y el
tweet con medios de destaque fue la nota del curso Prevención y control de infecciones
causadas por COVID-19 disponible en el Campus Virtual de Salud Pública, con 18.500
impresiones.
Según la Dra. Lilian Calò, Coordinadora de Comunicación Científica e Institucional de BIREME
“estos resultados reafirman el papel destacado que desempeñan actualmente las redes
sociales - especialmente durante la pandemia de COVID-19 - en la difusión de contenido
calificado, de fuentes acreditadas a nivel nacional e internacional a todos los públicos, con el
propósito de difundir acciones y actitudes que resultan en mejores condiciones de vida y
salud”.

¿Qué es la infodemia? Según ha declarado la OMS, el brote de COVID-19 y la respuesta


correspondiente han estado acompañados de una infodemia masiva, es decir, de una cantidad
excesiva de información ‒en algunos casos correcta, en otros no‒ que dificulta que las
personas encuentren fuentes confiables y orientación fidedigna cuando las necesitan. El
término infodemia se refiere a un gran aumento del volumen de información relacionada con
un tema particular, que puede volverse exponencial en un período corto debido a un incidente
concreto como la pandemia actual. En esta situación aparecen en escena la desinformación y
los rumores, junto con la manipulación de la información con intenciones dudosas. En la era de
la información, este fenómeno se amplifica mediante las redes sociales, propagándose más
lejos y más rápido, como un virus...

En situaciones donde se declara una pandemia, los sentimientos de ansiedad e incertidumbre


pueden abrumar a las personas, y los sistemas de salud pueden tener dificultades para hacer
frente a una demanda exponencial y fuera de control. Sin una planificación adecuada y
medidas de mitigación, los servicios de salud pueden estar expuestos al riesgo de colapso
causado por una sobrecarga de consultas que podrían ser atendidas por medios virtuales. Las
instalaciones de salud pueden verse abrumadas y tener una capacidad insuficiente para
proporcionar un tratamiento adecuado a quienes más lo necesitan. Las teleconsultas son una
forma segura y efectiva de evaluar casos sospechosos y guiar el diagnóstico y el tratamiento
del paciente, minimizando el riesgo de transmisión de la enfermedad. Estas teleconsultas
permiten que muchos de los servicios clínicos clave continúen operando regularmente y sin
interrupciones, tanto en la preparación como en el curso de una emergencia de salud pública.

Bibliografía

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