Redes sociales y desinformación: ¿Cómo afectan nuestra percepción de la
realidad?
En el mundo moderno la información viaja a velocidades sorprendentes,
entonces ¿Cómo esta velocidad en la que se mueve la información afecta la forma en la que vemos el mundo? Si bien el documental The Social Media Dilema cubre este tema, aquí analizamos la difusión de la información errónea en redes sociales y como esta afecta la percepción de la realidad. La desinformación en redes sociales ha tenido más relevancia en los últimos años, y, su alcance parece no tener límites. Las noticias falsas, teorías de conspiración y cualquier otra forma de distorsionar la realidad, se difunden rápidamente en las redes utilizando el algoritmo para mostrarlo como contenido atractivo. Un ejemplo de ello es en la época de la pandemia cuando circularon muchas noticias sobre las vacunas para el COVID-19, en las cuales se afirmaba que contenían chips para controlar a las personas, y, aunque suene ridículo muchas más personas de las imaginadas cayeron en esas noticias falsas. Esta problemática en este caso en especifico no solo afecta la salud pública, sino que también afecta las fuentes confiables para conseguir información. En general se podría decir que las personas han desarrollado una tendencia a compartir noticias de contenido impactante, sin verificar su veracidad y puede ser por eso el motivo por el cual las noticias falsas se propagan tan rápidamente. Esta tendencia también se ve reforzada por el tema de los “likes” , “comentarios” o “repost”, por el cual basamos la veracidad de una noticia solo teniendo esas variables que son poco confiables, aunque, la psicología detrás de esto es compleja es una realidad que las redes sociales han creado un ambiente propicio para las noticias falsas. Además, las redes sociales están diseñas como una fuente de información tipo “eco”, ya que las personas solo están expuestas a las noticias o información que respaldan sus creencias. Este fenómeno de solo tener visiones que respalden la visión de las personas puede provocar una distorsión de la realidad, ya que, las personas sienten que todo el mundo tiene su mismo visión sobre un tema en específico. Por ejemplo, alguien que solo siga personas con las mismas posturas políticas en Twitter, es probable que solo vea noticias e información que respalden esa visión, lo que podría llevar a más polarización. Según un estudio de la Universidad de Stamford del año 2020, los adultos estadunidenses tienen más probabilidades de ser engañados con noticias falsas en las redes sociales que en los medios de comunicación tradicionales. Esta conclusión de esta investigación refuerza la idea de que las redes sociales influyen en la forma en la que percibimos la información y la realidad. Además, las investigaciones han encontrado que los adultos mayores tienen más probabilidad de creer una noticia falsa, lo que sugiere que educar a las personas en el manejo de la información en redes sociales debe ser un asunto de carácter urgente para evitar desinformaciones. En resumen, las redes sociales fomentan que se propague noticias falsas, que tienen un enorme impacto en la forma en que las personas conciben el mundo. Por eso es crucial que se eduque a todas las personas, sobre como identificar este tipo de noticias, para evitar que se distorsione la realidad de las personas. Podríamos afirmar entonces que la desinformación en redes sociales es un problema fundamental para la democracia y la sociedad en general. En definitiva, el impacto de las redes sociales en nuestra percepción de la realidad es innegable. La difusión de información errónea y la creación de burbujas de información en estas plataformas hacen difícil distinguir la realidad de la ficción. Existe evidencia de que las redes sociales pueden influir en nuestras opiniones y nuestra interpretación de los acontecimientos actuales. Fomentar la alfabetización mediática, la verificación de datos y la transparencia en las redes sociales es fundamental para afrontar este desafío. Sólo así podremos utilizar estas plataformas de forma más consciente, reducir el impacto negativo en nuestra percepción de la realidad y permitir que la información fluya de forma más precisa y saludable en la sociedad digital actual. Samuel Chaves Duque