Está en la página 1de 5

V I S O R revista literaria Nº 26 - Ene. / Abr.

2023

Reseñas: Leila Slimani / Teresa Iturriaga Osa Ensayos:


Lo inacabado / Literatura y cine negros en su dimensión social /
Literatura: perpendicularidad entre emoción y mente
Creación: José Antonio Gamero Romero / Ernesto
Caveda / Raimundo Carrero / Daniel Rabal Davidov /
Andrea Caballero de Mingo / Juncal Baeza Monedero
© Revista Literaria Visor
ISSN 2386-5695
Revista Literaria de difusión cuatrimestral Contenido
Dirección:
Noel Pérez Brey
www.perezbrey.com
perezbrey@gmail.com

Consejo Editorial: Editorial..................................................................................3


Vega Pérez Carmena
Noel Pérez Brey
Reseñas.................................................................................. 4
Imágenes: El perfume de las flores de la noche. Leila Slimani...........5
Portada: DonLunzo16 / Fuente: Flickr
https://www.flickr.com/photos/donlunzo16/ Arden las zarzas. Teresa Iturriaga Osa..................................6
Contraportada: Barry Haines/ Fuente: Flickr

Contenido: Takea Squiz / Fuente: Flickr; Reseñas: Ensayos.................................................................................. 8
Victor Hill Caligari / Fuente: Flickr; Ensayos: Walter Lesus / Fuente:
Flickr; Creación: Enmanuele Bai / Fuente: Flickr. Lo inacabado, por Carlos Vásconez.......................................9
Diseño: Un mundo en sombras: literatura y cine negros en su di-
Noel Pérez Brey mensión social, por Eduardo Nabal y Juan Argelina...... 14
Literatura: perpendicularidad entre emoción y mente,
Esta revista se edita desde Illescas (Toledo - España) a través de la por Ana Gabriela Banquez Maturana.................................. 22
siguiente dirección:
www.visorliteraria.com Creación...............................................................................31
Puede ponerse en contacto con nosotros en la siguiente dirección de El turno preferido, por José Antonio Gamero Romero...32
correo electrónico: Díptico del paraíso, por Ernesto Caveda...........................39
visorliteraria@gmail.com
Pasión y rechazo, por Raimundo Carrero..........................42
Tres noches en Tánger, por Daniel Rabal Davidov......... 46
@ visorliteraria @ visorliteraria
Todos los tonos del gris, por Andrea Caballero de Mingo.
.........................................................................................................53
Yo solo quería ser escritor, por Juncal Baeza Monedero...
Todos los textos e imágenes publicados en este número son propiedad ........................................................................................................ 59
de sus respectivos autores. Queda, por tanto, prohibida la reproduc-
ción total o parcial de los contenidos de esta publicación en cualquier Colaboraciones.................................................................67
medio sin el consentimiento expreso de los mismos. Por otro lado, esta
publicación no se responsabiliza de las opiniones o comentarios ex-
presados por los autores en sus obras.
CREACIÓN CREACIÓN

madre, pensé que quizá Koke me compraría Koke era un hombre extraño. Muchas ve-
joyas, así que acepté. ces insistía, para que yo le contara las viejas
Vivir en su cabaña no fue malo. Y también historias sobre los dioses de los ancestros.
me compró algunas joyas. Pero Koke era un Siempre porfiaba, preguntando por todos
hombre extraño. A veces me trataba dulce- los asuntos de los ancestros. Pero cuando le
mente, como quien cuida una flor; pero otras decía que a las mujeres, mucho antes de los
veces me gritaba muy enojado. En ocasiones, misioneros, siempre se les había prohibido
se comportaba furiosamente, cuando yacía conocer las historias, se enfurecía.
conmigo, como una rabiosa bestia; hacía que Recuerdo que una vez, caminando por la
ardiera de dolor el tenetene, me rasguñaba los playa de regreso a la cabaña, me preguntó:
brazos y la espalda. Otras veces no. Había «¿Eres feliz?». Yo le respondí que solo sería
días que se quedaba mirándome por algún feliz cuando fuera a la tierra de las delicias,
tiempo, sin decir palabra, sonriendo. Decía navé navé fénua. Su rostro entonces se mostró
que yo era una diosa; yo me reía… Entonces molesto y confundido; me tomó por el bra-
se levantaba, y comenzaba a hacer dibujos zo y comenzó a señalarme las flores tiare del
distintos de mí, desnuda. bosque, el sol que se hundía sobre Moorea,
Koke padecía mucho por la gente de su el brillo rojo sobre el gran mar… protestan-
@ Asia
Fuente: Flickr tierra. Siempre decía que él era grande, y que do que él había viajado desde tan lejos sola-
su gente no lo entendía. La verdad es que en mente para poder venir a navé navé fénua. Pero
aquel tiempo era pobre, y se enojaba mucho yo le repliqué todas las veces: «¡Aïta, nada de
por no poseer dinero. Mi familia y yo casi esto es navé navé fénua!». Y agregué: «Si esta mi
siempre recolectábamos su alimento, mien- tierra es el lugar de las delicias, ¿por qué to-
tras él pintaba. Un tiempo después, quedé davía quiero ir al lugar de las delicias?». Él
Díptico del paraíso Algunos han sido buenos; pero otros han
preñada; pero mi hijo no nació. entonces, mucho más molesto, se alejó. Eso
por Ernesto Caveda sido salvajes. Irrumpen en la casa, y como
Luego de dejarme e irse a su tierra, pa- recuerdo.
si sufrieran los delirios de la fiebre, gritan: sados unos años, Koke regresó, y fue a bus- ¿Por qué creía Koke que este era el lu-
«¡Tehura, Tehura!», señalando la imagen pe- carme con regalos para que fuera su vahine. gar de las delicias? ¿Cómo puede una tierra
Me es difícil hallar aquí a Gauguin queña de la tela donde me pintó acostada, o En ese momento ya era rico, creo, porque donde hay fiebre, llagas y diarrea, cansancio
Henri Matisse, carta desde Tahití aquella madera donde está mi cabeza. se construyó una cabaña en Punaauia. Pero bajo el sol, hijos que no nacen… cómo puede
Uno de ellos, poseído de alguna locura y a yo había seguido a Ma'ari, así que no quise ser navé navé?... Quizá Koke, era igual a aque-
Yo soy Teha'amana. Esta es la voz que no pesar de mis años, quiso por la fuerza yacer ir con él. Además, vi que las llagas se habían llos que buscan un lugar que no existe, y que
tengo. Y tendré. conmigo; pero fue detenido por Tamaroa, aumentado en su cuerpo, y tuve miedo. En no pueden morirse sin encontrarlo. Por eso
Tampoco diré mucho. Al menos, nada ex- quien lo echó con una paliza. las islas, muchos hombres blancos han con- al final siempre lo encuentran, y lo tocan,
traño a lo que he hablado, desde tantas voces, De Koke, no recuerdo mucho… Recuerdo tagiado la enfermedad de las llagas a sus va- aunque solo estén tocando sus sueños.
desde tanto tiempo. No fue sino ayer que pudi- haberlo conocido en Fa'aone. Mi madre que- hines. El propio Koke, según dicen, la conta- Ayer, al escuchar de nuevo aquel nombre,
mos despedir a ese hombre americano. Ya mi ría, desde mucho, que yo fuera la vahine de un gió luego a algunas jóvenes. he podido entender que, en otro mundo, en
memoria no recuerda el número de extran- extranjero. Un día encontró a Koke y lo trajo Ahora que lo recuerdo, siento compasión, las tierras lejanas, estoy siendo otra. Que no
jeros que han llegado a Mataiea, buscando a casa. Pero yo no quería ir con un francés; tristeza. Sé que Koke murió hace unos años sabrán de Ma'ari, de mis buenos y fuertes hi-
desesperados a mi familia, para preguntar yo quería, como las otras, vivir en la cabaña en Hiva Oa, sufriendo por la fiebre y las lla- jos; de todos los que viven y trabajan conmi-
por ese pintor de quien fui vahine algún tiem- del fuerte Aitoarii, quien tenía los tatuajes gas que tenía. Dicen que fue con mucho do- go, en Mataiea y en Papara. Que no sabrán
po; a quien en las islas todos llaman Koke, y en el cuerpo, a pesar de la prohibición. Sin lor; y que luchaba siempre, contra el obispo de las bondades que me han hecho algunos
en las tierras lejanas, Gauguin. embargo, por las palabras repetidas de mi y los gendarmes. misioneros; de las maldades del obispo. Del

39 | visorliteraria.com visorliteraria.com | 40
CREACIÓN CREACIÓN

serio jefe Tetuanui. De mi risa, del fuego, y las derosa fuerza me ha traído de vuelta, y me
danzas en las ceremonias. De la fortaleza que obliga a poner mis ojos sobre la imagen pin-
he dado, del dolor que he sufrido. De la fie- tada de mí misma, sin siquiera reparar en el
bre, que algún día tal vez me mate… maligno tupapau que me mira. Mientras tanto,
El extranjero americano, al irse, ha de- el sol que amaba Koke vuelve a hundirse, en-
jado olvidada la imagen pequeña de la tela rojeciendo al mar y ennegreciendo a Moorea.
pintada en nuestra cabaña. Hoy, sintiendo Y la paz de mi alma se está yendo lejos, por-
un abandono que no comprendo, he pasado que regresa, insistente e interminable una
toda la mañana y la tarde, y todavía estoy pregunta, que no sé responder; y que siento,
viéndola fijamente. que me atraviesa a mí, a la isla, al día, a la
No importa qué faena me ocupara, ni noche, y al tiempo: ¿Dónde estoy yo en la tela?
cuantas veces he intentado evadirla; una po- ¿Dónde estoy?

© LL Poems
Fuente: Flickr
Ernesto Caveda (Santiago de Cuba, Cuba, 1991). Se desempeña como profesor de Filo-
sofía en el Centro Educativo Español de La Habana (CEEH). En el 2021 resultó finalista de
la XXVII edición del Premio Literario «Portus Patris» (Cuba) y obtuvo el Primer Premio en
el Certamen de Relatos «Wibongó», auspiciado por el Ayuntamiento de Valladolid (España)
como iniciativa de sensibilización hacia proyectos sociales educativos en África y Latinoa-
mérica. En diciembre de 2021 publicó su primera novela, con temática poscolonial, titulada Pasión y rechazo donaban la sala donde el hambre se exhibía
Sombras sobre el Ubangui. Recientemente obtuvo el Primer Premio del XX Certamen Literario por Raimundo Carrero en la mesa sin mantel, sin marcas de pan, ni
«Viña Joven» (Cuba) con el poemario El pan y la esperanza. (traducido del portugués brasileño por siquiera de cubiertos, y se refugiaban en esa
habitación, en esa maldita habitación, donde
María Inés Simon)
fingían olvidar la comida.
Ni campana ni badajo, una sandalia.
Primero entraba la madre, fregando un
Era una habitación pequeña, oscura y si-
paño de cocina en las manos, después de
lenciosa. Y, sin embargo, una habitación aco-
gedora. Acogedora en su forma de afrontar arrastrar las sandalias por la casa de piso
la pobreza, con días de miseria, el dolor de de tierra, puro barro amasado, sin duda le-
la miseria esparciéndose por toda la casa, vantando un ligero polvo por los rincones, se
sin comida, sin bebida, sin ropa. Apenas una sentaba en un mueble que se esforzaba para
casa y aquella habitación, aunque existiera ser una silla, toda rota, sin forro.
otra, otra habitación. Llamada habitación Siempre que la madre Janice arrastra-
del frente. Una forma dolorosa de vivir. ba las sandalias por la casa, el aviso estaba
Era más que una habitación pequeña, dado: no habría comida en aquel día. No era
oscura y silenciosa. Un refugio. Un refugio una campana ni un badajo, la familia sabía
como solo los miserables conocen. En los muy bien: ni borra de café había en la lata.
días de total hambruna, en que platos y ta- Era para quedarse con hambre. No quedaba
zas golpeaban vacíos, los miserables aban- otra que apaciguar el hambre. Ni un simple

41 | visorliteraria.com visorliteraria.com | 42
VISOR revista literaria

ISSN 2386-5695 Web:


www.facebook.com/visorliteraria www.visorliteraria.com
twitter.com/visorliteraria Correo electrónico:
visorliteraria@gmail.com

También podría gustarte