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Recetas de plantas medicinales para remedios caseros

4 Remedios caseros con plantas para tu bienestar:


Gracias a los remedios caseros podemos aliviar muchas condiciones físicas de
forma natural sin necesidad de recurrir a elementos químicos que pueden llegar a
tener algún efecto secundario. ¡Descubre los beneficios de estos 4 remedios
caseros a base de plantas!
Aunque la medicina y la industria farmacéutica han revolucionado la manera de
tratar casi todos los problemas de salud, aún continúan vigentes remedios caseros
que utilizan los medios que ofrece la naturaleza para beneficio del organismo.

A continuación, proponemos 4 remedios caseros fáciles y útiles que se pueden


utilizar en nuestro día a día.

1. Exfoliante de jengibre
El jengibre es un rizoma con propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y ricas
en fitoquímicos que pueden ayudar a mejorar la salud cutánea. La exfoliación de la
piel promueve la renovación de las células de la capa externa de la piel eliminado
las muertas. No obstante, el jengibre debe emplearse con precaución en
pequeñas cantidades y combinado con otros ingredientes naturales.

Se aconseja tener cuidado en caso de pieles sensibles ya que puede resultar


irritante. La mezcla que proponemos está dirigida a pieles mixtas y grasas. En
caso de acné, quemaduras, cicatrices o cualquier otro problema es conveniente
consultar a tu dermatólogo de MAPFRE y seguir sus recomendaciones.

Receta casera
Ingredientes: 1 cucharadita de raíz de jengibre rallado (3 g), 2 cucharadas de
azúcar moreno (30 g), ⅓ taza de aceite de coco (67 g).
Preparación: en un bol ralla la raíz de jengibre, agrega las dos cucharadas de
azúcar moreno y la media taza de aceite de coco (puedes sustituirlo por aceite de
almendras). Mezcla todo muy bien hasta que se forme una masa homogénea.
Puedes aplicar la preparación una vez a la semana, siempre evitando el contacto
con los ojos y las mucosas y mediante movimientos suaves y circulares.
2. Gel de aloe vera
Es una planta medicinal cuya sábila es refrescante, cicatrizante y antibacteriana.
Hace siglos que se usa para tratar quemaduras, inflamaciones y llagas en la piel.
Si se consume la hoja entera es purgante.

El gel se aplica de forma externa y lo podemos utilizar en pieles secas, acné,


heridas, quemaduras, irritaciones, eccemas, psoriasis, picaduras de insectos y
ortigas, dermatitis, cortes, pies y piernas cansadas, para después del afeitado, etc.

Receta casera
Ingredientes: tres o cuatro hojas sanas de aloe vera
Preparación: cortar las hojas cerca del tallo, lavarlas y quitarles las espinas. Con
un cuchillo, separa la parte interior o presionar para retirar la pulpa. Para evitar
irritaciones, debes asegurar de que al arrastrar el gel no haya nada de savia
amarilla, si fuera así, mejor desecharlo. Almacenarlo en un recipiente de cristal en
un lugar fresco que no reciba la luz del sol directa o bien en la nevera.
3. Crema de árnica
El árnica es una de las plantas más utilizadas en la elaboración de ungüentos y
cremas destinadas a aliviar el dolor de lesiones musculares debido a su potente
acción analgésica y antiinflamatoria. A continuación, proponemos una crema de
árnica casera sencilla para aliviar golpes, contusiones, ampollas, como remedio
para desgarros o dolores musculares, o como complemento para esguinces,
luxaciones y calmante en caso de artritis reumatoide.

Receta casera
Ingredientes: ½ taza de árnica seca (250 g), ¼ de taza de cera de abejas rallada
(62 g), ¼ de taza de manteca de cacao (62 g), ⅔ taza de aceite de almendras
dulces o semillas de uva (156 g), ¼ de cucharadita de bórax (1,2 g), ¼ de taza de
agua destilada (62 ml).
Preparación: en un recipiente que sea resistente al calor, pon a calentar al baño
maría el aceite con el árnica durante media hora. Filtra las flores a través de una
tela o malla y desecha los restos. Toma media taza de la infusión de aceite,
agrégale la cera de abejas y la manteca de cacao, y déjala derretir a fuego bajo.
En otro recipiente, mezcla el bórax en el agua y ponlo en el fuego hasta que se
caliente bien. Cuando ambas mezclas estén en su punto, viértelas en un solo
recipiente, teniendo mucho cuidado porque puede haber una reacción
burbujeante. Remueve con cuidado y asegúrate de dejar todo bien mezclado. Para
terminar, déjala reposar y luego bátela un par de minutos para lograr una
consistencia cremosa. Introduce la crema de árnica casera en un frasco hermético
y almacénala en un lugar oscuro. Aplicar una pequeña cantidad de crema y
masajear la zona afectada sin emplearla en piel abierta.

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