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La guerra de Troya fue ocasionada por el rapto de Elena, esposa del rey Menelao que gobernaba

Esparta, en Grecia. Como Grecia era una confederación, lo que sucedía a uno de los reyes equivalía
una ofensa a todos, por lo tanto los griegos se alistaron para ir hasta Troya. Sin embargo, no podían
zarpar hasta no obtener vientos favorables que propiciaran la navegación hasta el reino. Consultaron a
los oráculos: el hermano de Menelao, Agamenón, el rey de Argos, había matado uno de los ciervos
sagrados de la diosa Artemisa, y exigía un sacrificio: debía entregarle a su hija Ifigenia. En honor de la
causa nacional, Agamenón le entregó su niña. Pero Clitemnestra, su esposa, no lo perdonó: decidió
vengarse, así que mató al rey una vez que regresó de Troya. Tiempo después Electra, otra hija de
Agamenón y Clitemnestra, instigó a su hermano Orestes para ejecutar la venganza.

Electra significa en griego rubia, ambarina o del color del ámbar. El ámbar es resina de pinos u
otras plantas fosilizada y endurecida durante milenios, que se usaba en perfumería y para fabricar
peines y adornos. El propio ámbar, en griego, se llama electrón; y las palabras “elegido” y “selecto” se
relacionan, en ese idioma, con lo notable y brillante, dado que los hechos ocurren en la aristocracia
guerrera.

Desde muy antiguo se notó que cuando se frota un paño o contra el cabello un objeto con ámbar,
saltan chispas que se ven en la oscuridad y se oyen; y el objeto levanta plumas, pelusas y otros cuerpos
livianos. Se observó también que en algunos casos los objetos frotados se atraen y en otros se
rechazan. Esos efectos se llamaron ambarinos, o eléctricos.

Tal como sucede en la historia la onda negativa que Electra recibe: su propia madre mató a su
padre, la propaga en una tragedia familiar, porque recarga a su hermano para cometer otro crimen. Así
también sucede con las ondas eléctricas: se propagan.

Si un cuerpo atrae a otros dos, entonces éstos se repelen. Si rechaza a otros dos, éstos también se
repelen. Y si un cuerpo atrae a otro y rechaza un tercero, estos dos últimos cuerpos se atraen.

De eso se dedujo que hay dos clases de electricidad, primitivamente llamadas ambarina y vítrea, la
del ámbar y la del vidrio. Después se las llamó polaridades negativa y positiva, respectivamente.

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