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TE´ RMINOS Y PREDICADOS

1. TE´RMINOS Y PREDICADOS

Hasta ahora hemos estudiado diversas reglas de inferencia y hemos establecido su operaci´on
for- mal para formular argumentos v´alidos. Sin embargo nos encontramos todav´ıa en una posici
´on muy precaria en cuanto intentamos explorar algunos otros argumentos v´alidos. Por
ejemplo, considere- mos el siguiente argumento:
‹ Todos los sabios Griegos fueron fil´osofos. S´ocrates fue un sabio Griego.
Concluimos que S´ocrates fue un fil´osofo› .
Debe admitirse que tal construcci´on es perfectamente v´alida al ser imposible dar por ciertas
las premisas y falsa su conclusi´on. De manera similar, es posible convencernos que el siguiente
argu- mento es v´alido
‹ Alicia es la mejor programadora del mundo. La mejor programadora del mundo usa
Linux. En consecuencia Alicia usa Linux› .
El problema en ambos argumentos es que no hay una regla de inferencia que conocida en este
punto que nos permita establecer estos argumentos como v´alidos quedando con esto
inhabilitados para replicar el razonamiento en otras circunstancias. Lo que estos ejemplos ponen
de manifiesto es la necesidad de reglas de inferencia adicionales, reglas de inferencia que tomen en
cuenta la estructura usada en la construcci´on de una proposici´on y no la proposici´on misma. As
´ı, tendremos que deconstruir e interpretar las proposiciones at´omicas —encontrando las part
´ıculas que forman nuestros ´atomos—. Vayamos un paso atr´as y comencemos considerando
los siguientes ejemplos de proposiciones: ‹ Alicia fue al centro de la ciudad de M´exico› , ‹ S
´ocrates fue un fil´osofo› y ‹ Tales de Mileto es el padre de la filosof´ıa› . Cada una de estas
proposiciones resulta at´omica y, si se analizan con atenci´on, existen palabras que sen˜alan a
un objeto o persona con completa claridad: ‹ Alicia› ,
‹ S´ocrates› y ‹ Tales de Mileto› hacen referencia a una persona, ‹ el centro de la ciudad de M
´exico› hace referencia a un lugar, mientras que ‹ es el padre de la filosof´ıa› hace una descripci´on
particular. Esto nos permite considerar la existencia de elementos en las proposici´on que se
pueden distinguir. Comencemos identificando uno de ellos:
Definici´on. Un t´ermino es una expresi´on con la que se nombra o designa a un u´nico objeto.
Es importante notar que bajo nuestra definici´on hemos excluido de ser t´erminos expresiones
como
‹ un fil´osofo› , debido a que ´estas no hacen referencia particular a un objeto de manera clara. Igual
de importante es distinguir que existen t´erminos que hacen referencia a individuos u objetos, ‹
Alicia› o ‹ S´ocrates› , y t´erminos que hacen referencia a descripciones u´nicas, como ‹ el padre de
la filosof´ıa› . En este punto debemos preguntarnos si ser´a suficiente hablar de los t´erminos de
una proposici´on y la respuesta debe ser inmediatamente negativa al observar que hay
determinadas expresiones que califican o vinculan a los t´erminos en una proposici´on. Por
ejemplo, en la proposici´on ‹ S´ocrates fue un fil´osofo› , la expresi´on ‹ fue un fil´osofo› nos
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provee de informaci´on adicional acerca de S´ocrates. Es en este sentido que podemos intentar
definir un nuevo componente de las proposiciones.
Definici´on. Se dice predicado a la expresi´on en una oraci´on que dice algo acerca de un t
´ermino.

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La anterior definici´on no excluye de ninguna forma la posibilidad que un predicado pueda
con- tener dos o m´as t´erminos de enlace. Por ejemplo, un predicado perfectamente v´alido
resulta ‹ es profesora de› , el cual permite formar la proposici´on proposici´on ‹ Alicia es la
profesora de Roberto› . Esto nos considerar que, entre los predicados, no todos son iguales. Vamos
a realizar en este sentido
Definici´on. A un predicado que califique a un s´olo t´ermino le llamaremos predicado
simple. En caso contrario se dir´a compuesto.
Debemos notar que ni los t´erminos ni los predicados, aunque elementos que forman parte de
una proposici´on at´omica, son, por s´ı solos proposiciones. Ni ‹ Alicia› , ni ‹ es un fil´osofo›
nos proveen informaci´on susceptible de ser evaluada cierta o falsa contraviniendo la definici
´on que hemos pro- porcionado para una proposici´on. Es de esta forma que, aunque una
proposici´on at´omica es divida, ninguna de estas divisiones es una proposici´on por s´ı misma y
por ello, la clasificaci´on at´omica au´n tiene perfecto sentido al ser est´as las expresiones
indivisibles que comunican un hecho de manera objetiva y el cual es susceptible a ser evaluado
con un valor de certeza.
Uno de nuestros intereses primordiales es expresarnos de la manera m´as sucinta posible de
modo que sea sencillo atrapar la esencia de nuestros razonamientos y hasta ahora esto ha sido
posible a trav´es de la simbolizaci´on de nuestros conceptos —al menos se alberga la
esperanza que esto sucediera as´ı—. Por eso, no deber´ıa ser sorpresa que, as´ı como hemos
simbolizado las proposiciones, sea posible hacerlo tambi´en en el caso de t´erminos y predicados.
Por ejemplo, podemos simbolizar el t´ermino ‹ S´ocrates≫ por s mientras que el predicado › fue un
fil´osofo‹ lo escribiremos simplemente como F; de esta manera podemos escribir la proposici´on › S
´ocrates fue un fil´osofo‹ simplemente como F(s). El mismo proceso funciona tambi´en con
predicados compuestos. Por ejemplo, simbolicemos por P al predicado › es el profesor de‹ ; con lo
anterior podemos escribir la proposici´on › Roberto es el profesor de Alicia‹ (simbolizando con b y a
a los t´erminos › Roberto‹ y › Alicia‹ ) simplemente como P(b, a). Tal notaci´on se denomina
funcional —adelante en el curso podremos explicar la raz´on— y la preferiremos a la
alternativa conocida como notaci´on relacional que consiste en yuxtaponer los t´erminos al
predicado en el orden adecuado. Un ejemplo de esta notaci´on resulta el escribir bPa para
simbolizar la proposici´on › Roberto es el profesor de Alicia‹ . Ambas notaciones presentan
ventajas y desventajas. La segunda, debe observarse, resulta en una lectura m´as natural al
presentar los t´erminos en el orden en que aparecen en el predicado. Sin embargo, esta
ventaja se pierde tan pronto el predicado en turno involucre tres o m´as t´erminos.

2. VARIABLES Y FO´ RMULAS

En algunas ocasiones, puede resultar muy u´til hablar de manera ambigua acerca de un
predicado de modo que sea posible no hablar de un t´ermino espec´ıfico. Para precisar, dado
un predicado P deseamos considerar expresiones de la forma P (x) donde el s´ımbolo ‹ x› es
un t´ermino no especi- ficado. En el d´ıa a d´ıa, tal construcci´on puede no existir
plenamente pues, en pocas ocasiones, nos expresamos de esta manera. Por ejemplo, ser´ıa un poco
extravagante escuchar algo como ‹ x es un alumno› —aunque tampoco resultar´a tan extran˜o
hacerlo—. A pesar de lo anterior, podemos acep- tar esto como un ejercicio de paciencia y
considerar tal construcci´on como aceptable entendiendo
´esta, simplemente, como un artificio formal. Debemos, sin embargo, tener cuidado pues podr
´ıamos confundir al s´ımbolo ‹ x› como un t´ermino cuando en realidad no lo es. En realidad,
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la raz´on de ser de la construcci´on es lo conveniente que resulta describir proposiciones at
´omicas a trav´es de sustituciones por t´erminos leg´ıtimos. Por ejemplo, la proposici´on ‹
Roberto es un alumno› es el resultado de la sustituci´on del t´ermino variable ‹ x› por el t
´ermino ‹ Roberto› , en la expresi´on ‹ x es un alumno› . De manera coloquial, podemos afirmar
que ‹ x› toma el valor del t´ermino ‹ Roberto› .

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Al proceso descrito le denominaremos especificaci´on. Para evitar ambigu¨edades, reservaremos
las u´ltimas letras del alfabeto en minu´sculas con fuente romana para denotar a los t´erminos
variables. Finalmente, es necesario aclarar que bajo nuestra definici´on no es posible afirmar
que las expre- siones con t´erminos variables resulten proposiciones al ser imposible evaluar su
valor de certeza
—debe notarse que no es esto lo que necesitamos de esta construcci´on—. Simplemente
queremos conseguir que un t´ermino variable pueda ser substituido por un t´ermino y esta
sustituci´on resulte una proposici´on. Una vez justificado nuestro concepto podemos dar paso a
una definici´on de mucho m´as inter´es.
Definici´on. Una f´ormula at´omica es un predicado, junto con el nu´mero apropiado de t
´erminos y t´erminos variables unidos al mismo de forma que, cuando los t´erminos variables
se sustituyen por t´erminos, se obtiene un proposici´on at´omica.
En general, no es posible afirmar que una f´ormula at´omica sea una proposici´on, sin
embargo, es posible afirmar que las especificaciones de todas sus variables resultan siempre en
una. Quiz´a, una forma interesante de interpretar una f´ormula at´omica es pensar en estas
como una familia de proposiciones que aglutina las posibles especificaciones de todas las variables.
Para facilitarnos el trabajo de describir una f´ormula at´omica usaremos un s´ımbolo que comu
´nmente es utilizado para
expresar equivalencia: ‹ ←→› . Por ejemplo, al escribir
F(x) ←→ x es un fil´osofo
indicaremos simplemente que F es el predicado ‹ es un fil
´osofo› .
Debe observarse que hasta ahora, los t´erminos de enlace no han hecho su aparici´on en
nuestra
descripci´on pero denominar a una f´ormula como at´omica, por supuesto, anticipa su llegada.
De manera an´aloga a las proposiciones at´omicas, podemos construir f´ormulas moleculares a
trav´es de f´ormulas at´omicas junto a t´erminos de enlace. S´olo necesitamos realizar una simple
precisi´on.
Definici´on. Una f´ormula molecular es el resultado de unir otras f´ormulas at´omicas o
moleculares con algu´n t´ermino de enlace.
Por ejemplo, consideremos el predicado compuesto A con dos entradas y el predicado simple
B junto a los t´erminos variables x, y y z. Debemos identificar que tanto A(x, z) como B(y)
son f´ormulas at´omicas por lo que podr´ıamos formar la expresi´on
A(x, z) ∧ B(y)
observando que obtenemos una f´ormula molecular. Para ser au´n m´as precisos, podr´ıamos
escribir
α(x, y, z) ←→ A(x, z) ∧ B(y)
y afirmar finalmente que la expresi´on α(x, y, z) define una f´ormula molecular.

3. CUANTIFICACIO´ N Y FO´ RMULAS

Como hemos visto, es posible obtener proposiciones de f´ormulas at´omicas o moleculares a trav
´es de sustituir sus t´erminos variables por t´erminos; sin embargo, existe otra forma de obtener
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proposi- ciones de una f´ormula: cuantificando los t´erminos variables. En este caso, cuantificar
significa acotar a la variable de un modo particular. Nosotros consideraremos dos cuantificaciones:
universal y ex- istencial.
Una f´ormula at´omica o molecular contendr´a un nu´mero determinado de t´erminos variables
usados junto con un nu´mero determinado de predicados que est´an vinculados con ciertos t´erminos
de enlace.

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Una f´ormula puede simplemente contener un predicado para ser una f´ormula at´omica, e. g.
α(x) ←→ A(x),
o varios, vinculados por t´erminos de enlace, e. g.
α(x, y, z) ←→ A(x, y) → B(x) ∨ ¬C(y, z).
Debe observarse que todas las reglas de asociaci´on y simbolizaci´on de t´erminos de enlace
siguen siendo vigentes, provocando que no exista ambigu¨edad alguna en las descripciones
anteriores como f´ormulas moleculares.
Para explicar el primero, ser´a necesario hablar de la cuantificaci´on universal. E´ ste nos
permite
establecer proposiciones que califiquen todas las posibles sustituciones de los t´erminos variables
en una f´ormula. Para ilustrarlo, consideremos la proposici´on
‹ Todos los reptiles son animales› .
En este caso, de manera intuitiva su certeza estar´ıa dada al observar que cada objeto que sea un reptil
debe ser, en consecuencia, un animal. As´ı presentado, parece algo que no cabe en las descripciones
que hemos realizado pues todav´ıa no podemos presentarlo de manera simb´olica. Antes de
presentarlo en s´ımbolos, intentemos interpretarlo de una manera ligeramente distinta (aunque
equivalente) para vincular el problema con lo que hemos desarrollado hasta ahora. Vamos a
conseguir esto utilizando las f´ormulas at´omicas
R(x) ←→ x es un reptil
A(x) ←→ x es un animal
las cuales pueden ser usadas para definir la f´ormula
molecular
α(x) ←→ R(x) → A(x).
Ahora, afirmar que ‹ todos los reptiles son animales› es equivalente a obtener un proposici´on
ver- dadera al realizar cualquier especificaci´on de la variable ‹ x› en la f´ormula α(x). En
este punto, estamos realmente cerca de alcanzar lo que buscamos, lo u´nico que resta es
exhibir una notaci´on que capture esta idea. Con este prop´osito introducimos el s´ımbolo —

una A de cabeza, por all en ingl´es— que se usar´a acompan˜ado de una variable, e. g. x, y una f

´ormula. Bajo esta construcci´on, la proposici´on ‹ todos los reptiles son animales› se simboliza
como
∀x.α(x)
Generalmente, una proposici´on que incluya una cuantificaci´on universal est´a
acompan˜ada de expresiones como ‹ todos› , ‹ para todo› o ‹ cada› . Adem´as, podemos verbalizar

los s´ımbolos x como
‹ Para todo x› aunque rara vez nos expresaremos de esa forma. Adem´as de estas expresiones,
en nuestro lenguaje, la cuantificaci´on universal presenta tambi´en algunas otras formas y
expresiones un poco inesperadas. Una que podemos destacar es ‹ ninguno› . Por ejemplo, para
simbolizar la proposici´on ‹ Ninguna persona tiene branquias› es necesario que usemos la f´ormula
B(x) ←→ x tiene branquias
para escribir
∀x.¬B(x).

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De esta forma podemos ver que la expresi´on ‹ ninguno› , y sus equivalentes, cuantifican
univer- salmente la oraci´on que le sigue pero de manera negativa y no niegan a expresi´on en
su totalidad.

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Esto contrasta con una proposici´on que comience con la expresi´on ‹ no todos› . Por ejemplo,
la proposici´on ‹ No todos tienen un autom´ovil› puede ser simbolizada utilizando el predicado
A(x) ←→ x tiene un autom´ovil,
y escribir
¬ (∀x.A(x)) ,
lo que constituye la negaci´on de una proposici´on que contiene un cuantificador.
Toca ahora el turno de hablar de la contraparte de la cuantificaci´on universal: La cuantificaci
´on existencial. E´ sta nos permite evaluar casos particulares de una f´ormula, esto equivale a
preguntar si habr´a una especificaci´on que vuelva cierta a una f´ormula. Por ejemplo, la
proposici´on ‹ Hay un
esp´ıa en esta sala› afirma que dentro de las personas en la sala, al menos una es un esp´ıa. Para
explorar el v´ınculo entre esta expresi´on y nuestra explicaciones, podemos intentar simbolizar
esto a trav´es de considerar las f´ormulas
S(x) ←→ x est´a en la sala
E(x) ←→ x es un esp´ıa

junto a la f´ormula α(x) ←→ S(x) → E(x).


molecular
De manera parecida al caso universal, afirmar que ‹ hay un esp´ıa en la sala› equivale a observar
que es posible encontrar una especificaci´on de la variable ‹ x› en α(x) de modo que la
proposici´on resultante sea cierta. De nueva cuenta, resta introducir un s´ımbolo que nos
permita expresar lo anterior de manera breve y con ese prop´osito acun˜amos el s´ımbolo —
una E reflejada— , el cual ser´a usado de manera similar al s´ımbolo∃ en la cuantificaci´on
universal. De esta forma, podemos simbolizar la proposici´on ‹ hay un esp´ıa en la sala› como
∃x.α(x).
Generalmente, una proposici´on que ha sido cuantificada de manera existencial incluye
expre- siones como ‹ existe› , ‹ hay› o ‹ podemos encontrar› . Para verbalizar la expresi´on x

es posible utilizar ‹ existe x› aunque esto no se usar´a con frecuencia. Vale la pena notar que
al formalizar proposiciones, no distinguiremos entre la expresiones ‹ existe› y ‹ existen› , para
nosotros el singular y el plural convergen, esto quiere decir que deben ser consideradas como la
misma modificaci´on sobre el enunciado. Por ejemplo, cuando afirmamos ‹ Existe un pol´ıtico
corrupto› no estamos limitando nuestra afirmaci´on al singular, sino abrimos la posibilidad
encontrar otros ‹ pol´ıticos corruptos› pues al menos existe uno. Por esta raz´on preferiremos
el uso de la expresi´on ‹ existe› cuando no presentemos una proposici´on de manera formal.
Un punto a remarcar acerca de la cuantificaci´on es la impl´ıcita menci´on de un dominio
de referencia lo cual asumiremos que existe en cada caso. Por ejemplo, podemos establecer que
nuestro dominio de referencia sean los habitantes de M´exico y expresar, tomando E como el
predicado
‹ trabaja en exceso› , la proposici´on
∀x.E(x).
De esta forma la anterior proposici´on nos informa de un hecho acerca de todos los habitantes
de M´exico. Por lo regular, un dominio de referencia se establece, impl´ıcitamente, para un grupo
amplio de proposiciones. Durante el curso, las discusiones se desarrollar´an acerca de objetos muy
espec´ıficos y ser´a parte del trabajo de lectura encontrar tal dominio aunque generalmente tal
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situaci´on no deber´ıa ser problem´atica.

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La importancia del dominio de referencia es la capacidad que nos otorga de interpretar una
proposici´on que incluya cuantificadores; en otras palabras, asignar un valor de certeza a este
tipo de proposiciones. Consideremos α(x) como una f´ormula cualquiera; en ese caso la proposici
´on
∀x.α(x)
ser´a cierta cuando la sustituci´on de cualquier t´ermino en el dominio de referencia sobre la f
´ormula α(x) resulta en una proposici´on cierta, de otra forma tendr´a el valor de falso. De
manera similar a la proposici´on
∃x.α(x)
le asignaremos el valor de certeza cierto si de la sustituci´on de alguno de los t´erminos en el
dominio de referencia sobre la f´ormula α(x), resulta una proposici´on cierta, de otra forma
tendr´a el valor de falso. Si volvemos a nuestra analog´ıa de interpretar las f´ormulas como
familias de proposiciones, este cuantificador universal pide que todas las especificaciones sobre una
variable resulten ciertas mientras la cuantificaci´on existencial exige que al menos una
especificaci´on de entre todas las posibles resulte cierta.

4. FO´ RMULAS
Hasta ahora hemos introducido la cuantificaci´on solamente para describir proposiciones, sin
em- bargo las f´ormulas at´omicas y moleculares al contener m´as de un t´ermino variable
pueden ser cuantificadas s´olo bajo algunas variables y resultar nuevas f´ormulas. Por ejemplo,
utilizando una f´ormula at´omica α(x, y, z) con tres t´erminos variables, podr´ıamos establecer
tambi´en —quiz´a con el calificativo de cuantificada— a la expresi´on
∃y∀x.α(x, y, z).
Sin embargo, durante nuestra discusi´on no hemos tocado el caso en que una f´ormula
contenga cuantificadores, ni que las variables cuantificadas sean mu´ltiples. Debemos entonces
ampliar nuestra noci´on de f´ormula —esta vez de manera definitiva— para incluir los casos
de cuantificaci´on. La siguiente definici´on nos permite prescindir de la distinci´on entre f
´ormulas at´omicas, moleculares o cuantificadas.
Definici´on. Por una f´ormula entenderemos una y s´olo una de las siguientes opciones:
1. Una f´ormula at´omica.
2. Una f´ormula molecular.
3. Una f´ormula con un t´ermino variable cuantificado.
A las variables que aparecen cuantificadas en una f´ormula se les denomina ligadas o acotadas
y a las que no aparecen cuantificadas se le denomina libres.
Debemos notar la naturaleza de la definici´on, cuando usamos la expresi´on ‹ una f´ormula›
en el segundo y tercer punto no damos carta en blanco, ni una definici´on circular. Estamos,
primeramente, permitiendo a todas las f´ormulas at´omicas ser f´ormulas; con ellas como f
´ormulas, podemos construir otras con t´erminos de enlace o, en su defecto, cuantificar alguna de
sus variables. Continuando por este camino, logramos ampliar lo que denominamos f´ormula.
De nueva cuenta, usamos todas esas nuevas expresiones para construir algunas m´as, usando
los t´erminos de enlace o la cuantificaci´on para obtenerlas; de esta manera podemos continuar
el proceso indefinidamente y as´ı incluir un universo considerable de expresiones que ser´an f
´ormulas. A modo de anotaci´on, ´este es un ejemplo de definici´on conocida como recursiva.
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Intentaremos aclarar lo anterior con un ejemplo, consideremos para esto los predicados
definidos por
M(x, y) ←→ x es madre de y
y
P(z, y) ←→ z es el padre de y.
Podemos entonces aceptar que la expresi
´on
M(x, y)
constituye una f´ormula, en el sentido que lo anterior es una f´ormula at´omica y, de acuerdo
a la definici´on, ´esta constituye la primera de las posibilidades permitidas para que una
expresi´on sea considerada una f´ormula. Podemos de igual manera considerar la expresi´on
β(x, y, z) ←→ M(x, y) ∧ P(z, y)
como una f´ormula, justificado que la anterior expresi´on es una conjunci´on de f´ormulas at
´omicas, la segunda de las posibilidades establecidas en la definici´on. De manera similar
podemos definir la expresi´on
γ(y, z) ←→ ∃x.M(x, y) ∧ P(z, y)
y notar que lo anterior es de nueva cuenta una f´ormula, recarg´andonos en la tercera de las
posi- bilidades que la definici´on permite, notando que la anterior expresi´on es simplemente la
f´ormula β(x, y, z) con el t´ermino variable ‹ x› cuantificado existencialmente. Un caso
adicional de f´ormula descrito en la definici´on, de nueva cuenta por la tercera posibilidad,
resulta la expresi´on
δ(y) ←→ ∀z∃x.M(x, y) ∧ P(z, y);
lo anterior sigue de considerar que la expresi´on es simplemente la cuantificaci´on universal de
la variable ‹ z› en la f´ormula descrita por γ(y, z). Existe un caso adicional, en el cual
encontramos todas las variables cuantificadas; por ejemplo, en la expresi´on
∀y∃z∃x.M(x, y) ∧ P(z, y).
Bajo la definici´on que hemos propuesto, esto califica como f´ormula al ser simplemente la
cuantifi- caci´on universal sobre la variable ‹ y› de la f´ormula δ(y). Como hab´ıamos referido, sin
ser minuciosos en ello, una f´ormula con todas las variables cuantificadas, resulta en una
proposici´on. Lo anterior es un hecho importante, las proposiciones son entonces un expresi´on
particular de una generalidad: las f´ormulas y obviamente las f´ormulas jugar´an un rol central en
la manera en que estudiaremos las reglas de inferencia que nos habilitar´an a responder nuestra
pregunta inicial del tema.

EJERCICIOS
Estos ejercicios est´an basados en los temas expuestos en los cap´ıtulos 5 y 6 del libro (Suppes
and Hill 1991).
Ejercicio 1. Simboliza utilizando predicados, cada una de las siguientes proposiciones.
a) El rayo de luz se refracta.
b) El Gato Cheshire hace muecas.
c) Jorge est´a esperando pacientemente.
d) Pedro ser´a mu´sico si y s´olo si practica con diligencia.
e) Si el Nautilus est´a en equilibrio, o est´a en reposo, o se mueve con velocidad constante en
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linea recta.
f) Marta ama a Jos´e y Jos´e ama a Marta.

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g) O el Sr. G´omez lleva a Pedro en el coche o llegar´a tarde a la cita.
h) Si se sobrepasa el l´ımite el´astico del muelle, entonces sus fuerzas moleculares son
vencidas y el muelle no vuelve a su forma original.
i) Si Juan no es el hermano de Mar´ıa o Mar´ıa es la cun˜ada de Juan, entonces el Sr. Perez no
es el padre de Jos´e y Jos´e es el primo de Mar´ıa.
j) Juana anda despacio.

Ejercicio 2. Simboliza completamente las siguientes proposiciones. Observa las palabras que indican
los cuantificadores ya sea el universal o el existencial.

a) Ningu´n adulto es menor.


b) Ningu´n hombre es isla.
c) Todos los gorriones son p´ajaros.
d) Todo r´ıo corre hac´ıa abajo.
e) S´olo el protoplasma es sustancia
viviente. f) S´olo los hombres son
racionales.
g) S´olo los europeos son franceses.
h) Todos los p´ajaros y peces son animales.
i) Todos los pl´atanos y robles son ´arboles.
j) No todos los hombres son inteligentes.
k) No todos los hombres son rectos.
l) No toda la hierba es verde.
m) Ninguna cosa es a la vez redonda y cuadrada.
n) No todos los nu´meros son
positivos. n˜) Ninguna mu´sica es
ruido.
o) S´olo los nu´meros positivos son mayores que cero.
p) Para todo x, x es positivo si y s´olo si x es mayor que cero.
q) Todo hombre es mortal.
r) Ningu´n hombre es a la vez loco y cuerdo.
s) Ningu´n nu´mero es a la vez par e impar.

Ejercicio 3. Simboliza los siguientes razonamientos utilizando s´ımbolos l´ogicos y los s´ımbolos t
´ıpicos de la aritm´etica.

a) Para cada y, si y es menor que 9, entonces y es menor que 10. 4 + 4 es menor que 9. Por
tanto, 4+4 es menor que
b) Para cada x, si x es mayor que cuatro, entonces x es mayor que tres. Uno m´as uno no es
mayor que tres. Por tanto, uno m´as uno no es mayor que cuatro.
c) Para cada z, si z es igual a tres m´as uno entonces z es igual a dos m´as dos.
d) Cada nu´mero negativo es menor que cero. Dos no es menor que cero. Por tanto, dos no
es un nu´mero negativo.
e) Para cada x, si x + 1 = 1 entonces x es menor que 1. 0 + 1 = 1. Por tanto, 0 es menor que 1.
f) Cada nu´mero divisible por dos es par. Cuatro es o impar o un nu´mero divisible entre dos.
Cuatro no es impar. Por tanto, cuatro es par.
g) Para cada y, si y es la suma de nu´meros pares entonces y es un nu´mero par. Ocho es la suma
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de nu´meros pares. Doce es la suma de nu´meros pares. Por tanto, doce y ocho son ambos
nu´meros pares.

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h) Ningu´n tri´angulo congruente con ABC es equil´atero. S´olo los tri´angulos equil´ateros
congruentes con ABC son congruentes con DEF . El tri´angulo GHI es equil´atero. Por
tanto, el tri´angulo GHI no es crongruente con DEF .
i) Cada cosa en esta lecci´on es una parte de la L´ogica. Cada persona que puede resolver
problemas en una parte de la L´ogica es un genio. Carolina es una persona que puede
resolver problemas sobre la primera deducci´on, que est´a en esta lecci´on de L´ogica. Por
tanto, Carolina es un genio.
j) S´olo un tonto alimenta a un oso salvaje. Cristina alimenta a Nicol´as pero no es tonta. Por
tanto, Nicol´as no es un oso salvaje.
k) Los coroneles tienen m´as graduaci´on a los sargentos y los sargentos a los soldados. Todo
aquel que tiene menos graduaci´on que otro, tiene que recibir ´ordenes de ´el. Todo el que
no tiene m´as graduaci´on que otro que a su vez tiene m´as graduaci´on que un tercero,
tiene m´as graduaci´on que un tercero. L´opez es un coronel, P´erez es un sargento y G
´omez es un soldado. Por tanto, G´omez ha de recibir ´ordenes de L´opez.
Ejercicio 4. Simboliza en t´erminos y predicados los siguientes argumentos:
a) Todos los nu´meros positivos son mayores que cero. Tres es un nu´mero positivo. Tres es
igual a dos m´as uno. Por tanto, dos m´as uno es mayor que cero.
b) Todos los miembros del comit´e viven en esta ciudad. El presidente de la sociedad es un
miembro del comit´e. La Sra. L´opez es el presidente de la sociedad. Por tanto, la Sra. L
´opez vive en esta ciudad.
c) Eduardo podr´ıa haber visto el coche del asesino. Ramsey fue el primer testigo de la
defensa. O Eduardo estaba en la fiesta o Ramsey dio testimonio falso. En efecto, nadie en la
fiesta pudo haber visto el coche del asesino. Por tanto, el primer testigo de la defensa dio
testimonio falso.
d) Samuel Clemens era capit´an de barco fluvial. Ningu´n capit´an de barco fluvial ignora
ninguna sen˜al de peligro. Mark Twain escribi´o sobre todas las cosas que ´el no ignoraba.
Mark Twain era Samuel Clemens. Por tanto, si las luces de los puentes eran sen˜ales de
peligro, entonces Mark Twain escribi´o sobre ellas.
Ejercicio 5. Simboliza en t´erminos y predicados los siguientes argumentos:
a) Siempre es racional tomar la posici´on que tenga el mayor valor esperado. Creer en Dios tiene
un mayor valor esperado que no creer. Entonces, es racional creer en Dios.
b) Los programas de c´omputo son formales (sint´acticos). Las mentes humanas poseen
contenido mental (sem´antico). La sint´actica, por s´ı misma, no es ni constitutiva ni
suficiente para ser sem´antica. Un programa no constituye ni es suficiente para ser una mente
humana.
c) Actualmente, sentado en tu silla, est´a un animal humano. El animal humano en tu silla
est´a pensando. Tu´ eres el ser que est´a pensando en tu silla. Entonces, el animal humano
sentado en un silla eres tu´.
d) Si hemos observado un evento y hay una tesis que forma una explicaci´on acerca de este
evento, entonces es perfectamente racional creer dicha tesis. Sabemos que algunas partes de
los organ- ismos vivos est´an muy bien adaptadas a su medio. Una explicaci´on que
permite establecer que algunas partes de los organismos vivos est´an muy bien adaptadas a su
medio es que alguien las disen˜´o de esa manera. Por eso, es perfectamente racional creer que
alguien disen˜´o algunas partes de los organismos vivos.
e) Si un hecho observable requiere explicaci´on y una hip´otesis provee una explicaci´on
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satisfacto- ria de ´este, de modo que sea mejor a cualquier alternativa disponible, entonces
el hecho nos provee de evidencia significativa para tal hip´otesis. Que el universo albergue
vida requiere una explicaci´on. Que Dios ajust´o las constantes universales de modo que
permitiera albergar vida es

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una explicaci´on satisfactoria de porque el universo alberga vida. No existe una mejor explicaci
´on disponible de este hecho. En ese caso, que el universo albergue vida es una evidencia
significativa para afirmar que Dios ajust´o las constantes universales.
f) Es un hecho bien conocido que Dios es un ser tal que no se puede concebir algo m´as
grande. Adem´as, es tambi´en conocido que dios existe en la imaginaci´on. Ahora, si algo
existe en la imaginaci´on pero no en la realidad entonces es posible concebir algo m´as grande
(que exista en ambas). Por tanto, Dios existe en la realidad.
g) No tienes razones para creer que no eres un cerebro en un tanque y que tu realidad est´a
controlada por una computadora. Si tienes razones para creer que eres una persona con cuerpo f
´ısico, entonces tienes razones para creer que no eres un cerebro en un tanque. Entonces, no
tienes razones para creer que eres una persona con cuerpo f´ısico.
h) Si el determinismo es cierto, entonces las acciones cometidas por cualquier persona son irreme-
diables. Si una acci´on cometida por una persona es irremediable, entonces esa persona no
puede ser moralmente responsable por ´esta. Si el determinismo es cierto, nadie puede ser
moralmente responsable de sus acciones.

REFERENCIAS
G´omez, C. 2014. A´ lgebra superior: curso completo. Universidad Nacional Aut´onoma de M
´exico. Grimaldi, R.P. 1998. Matem´aticas discretas y combinatoria : una introducci´on con
aplicaciones.
Pearson Educaci´on.
Suppes, P., and S. Hill. 1991. Introducci´on a la l´ogica matem´atica. Revert´e.

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