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Una vida de Paz

Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti


ha confiado (Isa 26:3)

Supongamos que tengo un problema que me mantiene con una


preocupación constante. Mis amigos y familiares tratan de ser
comprensivos, pero después de un tiempo se cansan de que me
desahogue con ellos. Estoy tan enfocado en este asunto que
parece como si estuviera llevando una pesada carga sobre mis
hombros. Pero el Señor ofrece una alternativa liberadora: “Echa
sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará” (Sal 55.22 NVI).
Aunque Él no borra los males que invaden esta vida, nos protege
del peso de la preocupación al tomar nuestra situación en sus
manos.
Pero el llamado a una vida de paz es imposible sin la confianza
en el Señor. Esa confianza se construye a través de una relación
con Él, al orar en medio de las pruebas y los triunfos, al buscar
su guía, y al comprobar que su Palabra es verdadera y práctica
para la vida.

Cuando experimentamos la fidelidad de Dios, y creemos que


seguirá obrando a favor de sus seguidores (Is 64.4), es cuando
podemos experimentar su paz. De hecho, no solo es posible,
sino que está prometida al creyente que confía en Él (Fil 4.6, 7).
Pero la paz inquebrantable no es instantánea; se cultiva
mediante una relación constante con el Señor.

Devocionales Charles Stanley

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